Conclusiones Los profesionales de emergencias y seguridad:
1. Hemos detectado que existen deficiencias en cuanto a conocimiento por parte de los profesionales de los servicios de emergencia y seguridad de las peculiaridades de cada una de las discapacidades. 2. No podemos olvidar que en una situación de emergencia, normalmente las primeras personas que van a intervenir son las que están integradas en los Equipos de Primera Intervención. Este personal tiene que conocer también esas peculiaridades, incluso con una mayor diligencia, puesto que son los primeros en apoyar a posibles personas con discapacidades diversas en los escenarios en los que se pueda iniciar una situación de emergencia. 3. Para poder adaptarse a las limitaciones de cada persona, es imprescindible tener estrategias básicas para poder detectar una discapacidad con rapidez en contextos de emergencia, especialmente en aquellas discapacidades “menos visibles”. 4. Las dificultades que pueden tener personas con discapacidad en situaciones de emergencias son extraordinarias por lo que requiere de medidas excepcionales positivas que aseguren el éxito y minimicen el impacto. Sería oportuno la creación de procesos, dentro de cada dispositivo, que establecieran las actuaciones concretas en cuanto a la atención a personas con discapacidad en diferentes contextos de emergencias. 5. La incidencia de la discapacidad en nuestra sociedad hace inevitable que cualquier profesional de emergencias tenga que enfrentarse a este tipo de situaciones. 6. Los servicios de emergencias acudirán a requerimiento de los responsables del centro, y requerirán información exacta de qué ocurre y dónde ocurre. 7. En los caso de que existan personas con discapacidad, también requerirán conocer “qué tipo de discapacidad” y “dónde se encuentran”
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Conclusiones La comunidad educativa:
1. El colectivo docente también tiene que estar familiarizado con cada una de las discapacidades, dado que en cualquier momento de su carrera profesional pueden contar entre su alumnado con alguna persona con discapacidad. 2. Son los docentes los que se convierten en los primeros equipos de intervención, y sobre los que cae la primera responsabilidad de iniciar los procedimientos de actuación, dado que conocen el alumnado, y viven en primera persona la situación de emergencia. 3. También cae esta responsabilidad sobre el personal de servicio, colaboradores, profesores de apoyo, monitores, etc. 4. Sobre el personal docente recae la responsabilidad de formar a todos los alumnos para actuar en caso de emergencia. No es preciso organizar un simulacro, sino en el día a día, los docentes pueden ir inculcando determinadas actuaciones, símbolos, señales, etc., que “como un juego” los alumnos conozcan la forma de actuar. Al tiempo, debe hacer partícipes al resto de alumnos de la forma en que pueden colaborar con sus compañeros con discapacidad. 5. Quien mejor ayuda es quien está al lado. Esta es una máxima que cae por propia lógica. La ayuda más inmediata, la proporciona quien está al lado de la persona que la necesita. Es a estos a quienes hay que formar antes que al resto, tienen que saber “cómo pueden ayudar” 6. Es muy importante hacer una distribución funcional de las aulas en los centros, teniendo en cuenta las circunstancias que rodearían a una situación de emergencia y la evacuación de las mismas
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Conclusiones Sobre los colectivos de discapacitados y sus entidades:
1. Los colectivos de discapacitados insisten en la necesidad de articular soluciones para poder ser atendidos de una forma eficaz en situaciones de emergencia. 2. Las asociaciones de discapacitados están realizando una labor importantísima para acercar a la sociedad a los colectivos y que la sensibilización de todos sea una realidad. 3. Es necesario reconocer el enorme esfuerzo que realizan para hacer cada día la vida más fácil a sus familiares. Sin la existencia de estas Asociaciones el camino recorrido estaría en un punto mucho más lejano. 4. Es necesario garantizar la capacidad de todas las personas con discapacidad de poder avisar a los servicios de emergencia, sin que existan barreras que lo dificulten, y siempre que se pueda, que lo hagan de manera plenamente autónoma desde cualquier lugar y con garantías de comprensión. 5. El reto de los colectivos de discapacitados de eliminar las barreras y “lograr entrar” en los lugares inaccesibles parece casi superado, ahora queda superar el “lograr salir”
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Conclusiones Necesidad de formación continua y conjunta: 1. La mejor forma de resolver positivamente este tipo de situaciones desconcertantes e inesperadas para personas con discapacidad, es preparando y dando herramientas para poder actuar adecuadamente cuando se den, por lo que la implicación del profesorado en desarrollar habilidades de afrontamiento en este tipo de situaciones y practicar posibles situaciones de emergencias, minimizarán el impacto que puedan tener en personas con discapacidad. 2. Es preciso realizar acciones conjuntas de formación como la que hemos llevado a cabo, y que se incorporen a los diferentes Planes de Formación de los colectivos docentes y de los cuerpos de seguridad y emergencias, así como programar formación para todos los colectivos relacionados, entre los que tienen que incluirse a esos equipos. 3. Es fundamental, que más allá de la celebración de estas Jornadas, se aseguren procesos de formación, fundamentalmente prácticos, que aseguren que todo profesional que trabaje en emergencias conozca herramientas básicas para adaptar su trabajo a personas con discapacidad. 4. Igualmente es preciso formar a la sociedad a través de campañas de comunicación orientadas para lograr la sensibilización y fomento del conocimiento de las medidas a adoptar ante una situación de emergencia.
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Conclusiones Aunar esfuerzos: 1. Es preciso aunar los trabajos que se vienen realizando en este aspecto por parte de las diferentes entidades relacionadas. Este camino no puede quedar en estas Jornadas, sino continuar con el grupo de trabajo y encauzar los estudios realizados para darle repercusión a nivel nacional. Para ello nos basaremos en el convenio de colaboración que la APGES tiene con Fundación ONCE para realizar un estudio sobre la Evacuación de Personas con Discapacidad en situaciones de emergencia. 2. La colaboración en una situación de emergencia es fundamental. Los profesionales de emergencias son quienes mejor conocen la forma de minimizar los riesgos y las personas de apoyo de las personas con discapacidad quienes mejor les conocen, por lo que siempre que la persona vaya acompañada de una persona de apoyo (profesional, padre, voluntario,...), la comunicación e interacción a través suya puede hacer más accesible la información para ellos 3. Estos estudios y las soluciones que se planteen deben contar con la participación y la validación de los colectivos de discapacitados, dado que son ellos los destinatarios de las soluciones planteadas. 4. El trabajo que se realice en este ámbito será aprovechable para toda la sociedad, dado que no solo es el educativo el entorno en el que se pueden ver involucradas personas con discapacidad en una situación de emergencia (centros sanitarios, hoteles, edificios públicos, centros comerciales, etc.) 5. Todos podemos convertirnos en alguna situación en discapacitados, cuando una de nuestras capacidades se vea mermada. En estos casos, los discapacitados nos podrán enseñar. Es preciso que todos sepamos “Qué hacer”, “Cómo hacer”, “Cuándo hacer” y “Quien lo hace”, respecto a todas las tareas a llevar a cabo durante una situación de emergencia, con la particularidad de que tienen que realizarse casi simultáneas y es preciso priorizar la aplicación de cada una de las medidas. 6. Los primeros que actúan (docentes y personal que figura en el Plan de Autoprotección del Centro) serán los que evalúen y decidan si tienen que avisar a los servicios de emergencias. 6
Conclusiones Sistematizar la información, herramientas ágiles. Tecnología. 1. Sería conveniente normalizar la información disponible para los servicios de emergencia respecto a los centros docentes y las peculiaridades de las personas que se encuentran en su interior. 2. De nada sirve que existan datos aislados en cada uno de los sistemas. Es preciso articular un sistema que cuente con toda la información necesaria. Para ello es necesario normalizar la información y aunarla y actualizarla en un punto común y accesible a todos los servicios de emergencia. 3. La existencia de empresas que implican una parte importante de su capital y empeñan esfuerzos de I+D+i para lograr la eliminación de las diferentes barreras también está haciendo mucho más fácil el camino. 4. El empleo de las tecnologías de la información será una de las claves para conseguir la potenciación de las capacidades de todas las personas, y por supuesto, las de las personas que presentan alguna “discapacidad”.. La tecnología nos iguala a todos, haciendo accesible a quienes tienen una discapacidad a los mismos recursos que el resto. 5. Llevar un registro de las situaciones de emergencias en personas con Discapacidad podría ayudar a establecer áreas de mejora concretas. 6. Desarrollar guías de buenas prácticas sencillas y directas para la actuación en las diferentes situaciones de emergencias, pueden servir de ayuda para cualquier profesional que se enfrente a una situación de emergencias, en diferentes contextos (evacuación de un edificio, urgencia sanitaria, intervención policial,…) 7. El reto de todos: Apoyarnos en las capacidades de cada uno en cada tipo de situación, para conseguir la máxima autonomía posible.
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Conclusiones A los poderes públicos. 1. No debemos ni queremos suplir a los poderes públicos. 2. No queremos asumir sus obligaciones. Pero sí queremos inquietarles para que reaccionen, porque aunque hablemos de colegios, con la seguridad no se juega. 3. Los poderes públicos deben hacer un esfuerzo en dotar de los recursos y formación necesaria para que los encargados de dar atención durante la emergencia puedan realizarla de una forma óptima. 4. Los poderes públicos tienen que poner todo su empeño en articular las medidas necesarias para fomentar la igualdad de oportunidades de todas las personas en la sociedad, y lograr que todas las personas con discapacidad puedan ejercer sus derechos y desenvolverse con normalidad. 5. Son los poderes públicos los responsables de articular medidas para el fomento de las capacidades de las personas en cualquier entorno y situación, para conseguir la igualdad plena de todos los ciudadanos.
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