¿Qué es el Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar? El CIMHM está adscrito a la Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto” y tiene como objetivo aportar a la construcción de memoria histórica nacional a través del desarrollo, difusión de ejercicios y manifestaciones de la memoria histórica institucional de las Fuerzas Militares, como medio para fortalecer la dignidad y legitimidad institucional, y visualizar y dignificar a los miembros de las Fuerzas Militares víctimas del conflicto armado interno. El trabajo desarrollado por el centro propende por la investigación, análisis, documentación, articulación, difusión de memoria histórica institucional, los contextos de las Fuerzas Militares de Colombia y su historia.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA
Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
La participación de la mujer en las Fuerzas Militares de Colombia ha sido fundamental desde la independencia de la Nación, ellas han acompañado a las Fuerzas Militares en grandes cambios sociales y los han apoyado en áreas como medicina, odontología, economía, arquitectura, derecho, bacteriología, contaduría, administración y educación. A la vez que las mujeres se iban convirtiendo en integrantes fundamentales en las Fuerzas Militares, la institución se adaptaba a los cambios que le demandaba la formación de mujeres militares con el fin de integrar a la mujer desde sus diferencias y conformar equipos incluyentes y respetuosos. La inclusión de enfoque de género en las Fuerzas Militares se inició con la incorporación de forma gradual a las diferentes Instituciones Militares de Colombia, el papel de la mujer soldado durante el conflicto armado interno en Colombia ha hecho que ellas se enfrenten a los peligros y riesgos propios del escenario. Por ello, se presentan casos de mujeres militares que por las razones mismas del servicio se pueden considerar víctimas directas del conflicto armado. Bajo un marco de aplicación de procesos de justicia transicional, este libro propone medidas de reparación integral a Mujeres Militares víctimas del conflicto y con contribuir a los procesos de recuperación emocional y visibilización de las mismas, con el fin de cumplir satisfactoriamente con los estándares internacionales en materia de derechos de las víctimas en lo que se refiere a la justicia, la verdad, la reparación integral, memoria histórica y las garantías de no repetición.
“En las Botas de una Heroína” Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
“En las Botas de una Heroína” Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Elizabeth Andrade Coral Mayor Javier Quintero Poveda Cristina Álzate Henao Andrea Rodríguez Gómez (Autores) Capitán Edwin González Cely (Relator)
2018
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Libro Resultado de Investigación © Escuela Superior de Guerra Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar ESDEG - SIIA-CIMHM Carrera 11 No. 102 - 50 - Bogotá, D.C. Bogotá, D.C. Colombia
ISBN: 978-958-56983-3-8 Elizabeth Jimena Andrade Coral (Directora Académica) © Elizabeth Jimena Andrade Coral (Editora Académica) Andrea Rodríguez Gómez (Editora) Elizabeth Jimena Andrade Coral Mayor Javier Arturo Quintero Poveda Isabel Cristina Álzate Henao Andrea Rodríguez Gómez (Autores) Capitán Edwin Ramiro González Cely (Relator)
Proceso de arbitraje: 1er. concepto Evaluación: 30 de julio de 2018 2do. concepto Evaluación: 6 de septiembre de 2018
Leidy Patricia Erazo Ordóñez. Pasante Psicóloga CIMHM 2018. (Colaborador Académico) Sargento Primero Marco Lozano (Fotografía) Mayor Paula Reyes Cely (Modelo Carátula) Imprenta y Publicaciones FF.MM. (Diseño, Diagramación e Impresión) Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, foto-químico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. El Contenido de este libro corresponde exclusivamente al pensamiento de los autores y es de su absoluta responsabilidad. Las posturas y aseveraciones aquí presentadas son resultado de un ejercicio académico e investigativo que no representa la posición oficial, ni institucional de la Escuela Superior de Guerra, de las Fuerzas Militares o del Estado Colombiano.
PRESENTACIÓN El presente libro resultado de la investigación denominada “Mujeres militares víctimas del conflicto armado interno en Colombia”, desarrolla diferentes temáticas utilizadas alrededor del tema sobre la inclusión de enfoque de género en las Fuerzas Militares y el marco de aplicación de los procesos de justicia transicional en los casos de aquellas mujeres militares que por las circunstancias del servicio fueron víctimas durante el conflicto. El libro presenta los aportes académicos de diferentes autores que abordaron, desde diferentes perspectivas y enfoques, elementos teóricos, conceptuales y jurídicos que guían al lector hacia el conocimiento de las circunstancias de estas mujeres militares víctimas, todo esto fortalecido con cuatro historias de mujeres militares víctimas del conflicto armado colombiano. El libro responde como uno de los productos de investigación finales del proyecto de investigación “Construcción de paz por medio de la Memoria Histórica Militar”, y en que su Fase I se propuso brindar a la comunidad académica el planteamiento de medidas de reparación integral a Mujeres Militares víctimas del conflicto y con contribuir a los procesos de recuperación emocional y visibilización de las mismas. Este libro que expone resultados del proyecto de Investigación “Construcción de paz por medio de la Memoria Histórica Militar “, que hace parte de la línea de Investigación “Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia” del grupo de investigación “Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia”, reconocido y categorizado en (B) por COLCIENCIAS registrado con el código COL0141423 vinculado al Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar (CIMHM) y a la Maestría en Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA), adscritos y financiados por la Escuela Superior de Guerra “ General Rafael Reyes Prieto” de la República de Colombia.
-7-
Nunca se insistirรก bastante en la importancia que tiene y la atenciรณn que merece la protecciรณn y reconocimiento de la mujer en los conflictos armados Charlotte Lindsay
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Contenido Página
Presentación Contenido Prefacio Agradecimientos
7 11 19 23
CONTEXTO NACIONAL DE LA INCORPORACIÓN DE LA MUJER EN LAS FUERZAS MILITARES Y SU ROL DENTRO DE LAS MISMAS
27
• La Mujer en las Fuerzas Militares de Colombia
31
• La mujer en el Ejército Nacional
35
• La mujer en la Armada Nacional
38
• La mujer en la Fuerza Aérea
39
• El Ahora del Papel de la Mujer Militar en Colombia
41
• La Mujer Militar en tiempos de paz
43
• Reflexión Final
44
• Referencias
45
CAPÍTULO 1
51
LAS MUJERES MILITARES VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO
53
• Introducción
53
• La Mujer Militar como Víctima del Conflicto
54
• Protección de las Mujeres Militares, una mirada desde el DIH 55 • Daño y la dignificación a las Mujeres Miembros de las Fuerzas Militares víctimas en el conflicto
61
• Marco jurídico para el reconocimiento, atención y reparación a víctimas en Colombia
64 - 11 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
• Modelo de reparación integral según la Ley 1448 de 2011
66
• Ruta de atención Psicosocial a las Mujeres Militares Víctimas del conflicto
67
• La reparación simbólica para Mujeres Militares Víctimas
72
• Conclusiones
74
• Referencias
76
CAPÍTULO 2
(Relatos de mujeres militares víctimas del conflicto armado interno colombiano)
85
• Pisadas Que Dejan Huella
87
• Heroica Humanidad
91
• Cuando Hieren A Un Ángel
99
• La niña de Cecilia
123
• Alma de Fénix
149
CAPÍTULO 3
173
SANAR LAS HERIDAS: APROXIMACIÓN A UNA RUTA DE REPARACIÓN INTEGRAL PARA MUJERES MIEMBROS DE LAS FUERZAS MILITARES VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO
175
• Introducción
175
• El contexto de Justicia de Transición para la atención de graves infracciones al DIH
177
• Concepto de Víctima como sujeto de atención de la reparación integral
181
- 12 -
• Universos de atención potenciales de atención
190
• Valoración e Inclusión en el Registro Único de Víctimas
193
• Ruta de Reparación Integral para miembros de las Fuerzas Militares
197
• Conclusiones
209
• Referencias
212
ÍNDICE DE TABLAS
217
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES
219
- 13 -
Foto: Archivo Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”
“EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA” Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
PREFACIO Las mujeres han acompañado a los soldados en la liberación de los pueblos y han sido victoriosas a la hora de enfrentar los retos que la sociedad les ha impuesto, esto ha permitido el avance en la ocupación de diferentes roles que años atrás se creía que solo los hombres podían desarrollar. Las mujeres han llegado a ser grandes líderes mundiales y también honorables militares. Las Fuerzas Militares de Colombia han ido al paso de la modernización y han integrado dentro de sus filas a mujeres dejando a un lado la supremacía masculina, esa que hasta hace unos años no dejaba muchas opciones para las mujeres. Todas nuestras heroínas siempre han estado unidas por el propósito de sobresalir con grandes reconocimientos al lado y a la par de miles de hombres. Las Fuerzas Militares le reconocen a la mujer militar todos los atributos que la hacen un buen soldado, muchas de ellas han llegado a desempeñar funciones de mando. La condición no ha incidido en la sensibilidad y delicadeza de nuestras mujeres, pues se mantienen inalteradas, todas las percepciones reconocidas a su género. Las mujeres de las Fuerzas Militares de Colombia son mujeres valientes y con un gran tesón, que les permiten sobreponerse a las adversidades más complicadas de la labor militar. En los pelotones de sanidad, en las enfermerías, en los hospitales, en los juzgados, en las oficinas y en cualquier instalación del servicio de transmisiones, la mujer militar ha demostrado su eficacia, para asumir el rol de comandante y líder. Como militares colombianas, nuestras mujeres han llegado a sellar un legado en las Fuerzas Militares de Colombia, con su trabajo constante de servicio a la patria y con la firmeza de cumplir con la misión de la institución, siempre han sido ejemplo de excelencia, ética, honor, valor y lealtad. El papel femenino en las Fuerzas Miliares ha sido de gran importancia, ellas han dado un apoyo vital en los servicios necesarios para el combate y - 19 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
como soldados siempre han fortalecido el cumplimiento de la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional del Estado colombiano. Detrás de un camuflado se encuentran madres, hijas y esposas quienes sin importar los constantes cambios y el sacrificio continúan en su lucha por salir adelante, por cumplir su valeroso rol de ser militar, dar todo por su patria y acompañar a nuestros soldados en la búsqueda por la paz de Colombia. En Colombia muchas de nuestras militares cumplen labores dentro de los teatros de operación, algunas de ellas han sido afectadas por acciones del adversario en cumplimiento del deber y debido a las circunstancias han sido definidas como víctimas del conflicto. “En las botas de una Heroína” es un libro hecho por el Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar que tiene la labor de visibilizar a aquellas soldados de las Fuerzas Militares que, en medio de un conflicto armado tan complejo, pero con la firme ilusión de ver un país en paz fueron víctimas de las operaciones del adversario. Recoger las experiencias de vida de estas mujeres y soportar sus historias con un análisis que expone las razones por las cuales son víctimas del conflicto interno colombiano y planteando un marco especial de reparación; la Escuela Superior de Guerra quiere reconocer y agradecerles por su labor dentro de la institución, porque enfocaron su proyecto de vida hacia a la protección de la integridad y la tranquilidad del pueblo colombiano, a pesar de los grandes sacrificios que la labor militar reclama. La mujer militar ha sido complemento en el camino de los hombres militares hacia la búsqueda de la paz del pueblo colombiano. Mayor General
Francisco Javier Cruz Ricci
Director Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto” Foto: Archivo Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”
- 20 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
AGRADECIMIENTOS La realización de esta investigación y la publicación de este libro se realizó gracias a la valiosa colaboración y compromiso de las mujeres Militares y sus familias, quienes compartieron su historia de vida, gracias por su tiempo, su generosidad, su paciencia y por abrir su corazón para mostrar la fuerza con que enfrentan sus momentos difíciles y la valentía para superarlos y comenzar de nuevo. Así mismo agradecemos a la Dirección de Memoria Histórica del Ejército Nacional, en especial al señor TC. Fredy González por su colaboración en brindar información para tener acceso a algunas de las Historias que se narran en este libro, como también especial agradecimiento al señor Sargento Mayor (RA) Néstor Alfredo Rincón Morales, Asesor Memoria Histórica y víctimas de la séptima División del Ejército Nacional por su apoyo y generosidad al compartir su experiencia del trabajo realizado en el departamento de Antioquia con relación a la Visibilizacion de las Mujeres Militares Víctimas en esa Zona del País. Sin duda alguna gracias al equipo de investigadores (autores) que aportaron desde su conocimiento para la construcción de cada capítulo, este contenido elaborado por ellos busca soportar desde una base académica este documento. Para la elaboración de los Relatos de este libro contamos con la Colaboración del señor CT. del Ejército Edwin González Cely, quien sin ningún reparo trabajó constantemente y con el mayor compromiso en la relatoría de las Historias, Mil Gracias por su colaboración.
- 23 -
Foto: Archivo Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”
CONTEXTO NACIONAL DE LA INCORPORACIÓN DE LA MUJER EN LAS FUERZAS MILITARES Y SU ROL DENTRO DE LAS MISMAS
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
CONTEXTO NACIONAL DE LA INCORPORACIÓN DE LA MUJER EN LAS FUERZAS MILITARES Y SU ROL DENTRO DE LAS MISMAS*1
Andrea Rodríguez Gómez**2
“En la alborada del siglo XIX enardecía la guerra en Quito, Caracas y Nueva Granada con la participación femenina. El ciclón envolvente de revolución atrapó a las mujeres de la Gran Colombia y fueron ellas quienes, a ejemplo de las espartanas, al pie del cañón estaban dispuestas a lanzar la horda mortal sobre los ejércitos enemigos. Un río extenso y caudaloso de mujeres en compañía de sus esposos y soldados se desbordó desde Venezuela hasta la Nueva Granada. Todas vestidas de hombre, a hurtadillas, para tomar parte en el combate de la campaña libertadora, lucharon en Gámeza, Pantano de Vargas y Boyacá, odisea que coronaron en la batalla emancipadora”. (Forero, 2010) Es importante examinar el proceso de incorporación de la mujer en las Fuerzas Militares de Colombia y cuáles han sido sus tareas dentro de la institución. Este prefacio le brinda al presente libro un contexto histórico sobre la mujer militar en Colombia. A pesar de una ardua investigación, durante la misma se evidenció la falta de fuentes bibliográficas, sin *1
**2
Texto del libro que expone resultados del proyecto de Investigación <<Construcción de Paz por medio de la Memoria Histórica Militar>>, que hace parte de la línea de Investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>> del grupo de investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>>, reconocido y categorizado en (B) por COLCIENCIAS registrado con el código COL0141423 vinculado al Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar (CIMHM) y a la Maestría en Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA), adscritos y financiados por la Escuela Superior de Guerra “ General Rafael Reyes Prieto” de la República de Colombia. Internacionalista con énfasis en Seguridad de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Magister (c) en Estrategia y Geopolítica de la Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”
- 29 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
embargo, para el Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar fue muy importante identificar y visibilizar cómo el rol de la mujer militar durante la historia ha marcado la diferencia en las Fuerzas Militares de Colombia, de manera tal que desarrolla labores fundamentales dentro de la Institución, labores que aportaron para que las tropas hayan sobrevivido a los escenarios más crudos.
“En las últimas décadas se han abierto a las mujeres una serie de roles que implican enfrentamiento armado con el adversario. Se trata de un tema nada sencillo de sintetizar, con nomencladores que definen un gran número de especialidades, creando distinciones muchas veces difusas entre los roles de apoyo y los de combate y entre estos últimos entre sí” (Constantini, 2008, pág. 108).
Contar con mujeres en las Fuerzas Militares supone un modelo de acogida para la sociedad, esta inclusión de las mujeres a la vida militar comienza debido a la necesidad de que cumplieran con tareas auxiliares y las relacionadas con el área de la salud.
Durante este tiempo el desempeño de las mujeres ha desafiado los estereotipos militares masculinos y las habilidades femeninas para ciertas tareas, como en las operaciones de mantenimiento de la paz.
En tiempos de paz, con la terminación de las guerras más hostiles la mujer militar pasa a ser el actor principal, su sensibilidad y destreza permite que la sociedad pueda adaptarse e implementar la paz después de años de guerras o conflictos. Para el desarrollo de este libro es fundamental contextualizar al lector cómo se ha llevado a cabo la incorporación y posteriormente la participación de la mujer en las Fuerzas Militares de Colombia, haciendo énfasis en la razón por la cual la institución tomó la decisión de incorporar a la mujer como miembro activo y cómo se llevó a cabo este proceso. Finalmente, se indicará como el desarrollo profesional y militar de mujeres ha permitido que, a la fecha, las Fuerzas Militares de Colombia dispongan de mujeres con amplia trayectoria, preparación y participación en el fortalecimiento institucional desde sus áreas de aplicación, y porqué su papel es fundamental para la construcción de paz en Colombia. El desarrollo de esta investigación se hizo mediante método cualitativo, teniendo en cuenta que es un documento descriptivo del contexto histórico de la mujer militar en las Fuerzas Militares de Colombia, este documento acude a una revisión bibliográfica, por medio de fuentes que han documentado el proceso histórico del papel de la mujer militar y la evolución de la misma dentro de la institución. “La participación de mujeres militares en unidades de combate pone en contradicción los conceptos feminidad y violencia, ya que contrapone las concepciones que categorizan la naturaleza de la mujer como un ser pacífico” (Constantini, 2008). Afirmaciones como esta generan fortaleza en las discusiones que han planteado que la incorporación de las mujeres en las Fuerzas Militares pertenece al proceso de empoderamiento femenino que ha ido evolucionando el ámbito militar a uno menos militarista. - 30 -
La Mujer en las Fuerzas Militares de Colombia Desde tiempos pasados, han sido los hombres blancos y con algún nivel de formación intelectual, riqueza económica, poder político o religioso quienes han dejado huella permanente en todas las narraciones que han constituido la historia que conocen los ciudadanos, ya que han sido quienes han mantenido el control sobre la información y la posibilidad de transmitir y aprender los procesos de lectura y escritura. Muchas mujeres han perpetuado su historia a partir del sencillo hecho de narrar a sus hijos y nietos anécdotas que han ido cambiando y que también han desaparecido con el implacable paso de los años. En la sociedad colonial donde incluso en las clases dominantes muchas mujeres querían destacarse en el ámbito público y hacer su propia historia, pocas podían estudiar y casi ninguna tenía acceso a oportunidades de formación más allá de las religiosas o de la memorización de claves para la interpretación de algún instrumento musical, con el cual entretener a las visitas; con la ayuda de la instrucción de las monjas, algunas podían aprender a bordar y tejer para hacer los delicados ropajes de sus hijos o atender sus propias necesidades en torno a la moda, capacitarse para estar al frente de las labores del hogar y aunque otras tantas lo quisieran, rara vez podían mirar un horizonte más amplio de formación intelectual para sus vidas. El papel de la mujer ha sido fundamental para la historia de las Fuerzas Militares de Colombia, su labor se ha reflejado en la lucha por la independencia como en la construcción del Estado-Nación. Muchas mujeres acompañaron al Ejército Libertador como espías, transportadoras de correo y anunciadoras de las ideas políticas (Forero, 2010). Entre las mujeres más valientes de la independencia se destacan Cacica Gaitana, quien ganó batallas contra los españoles; Policarpa Salavarrieta, quien se - 31 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
sacrificó por lealtad a todo su pueblo; y Antonia Santos, ella financió y atendió a los primeros ejércitos de la lucha de emancipación de España (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017).
contaduría, administración y educación. Fue la primera vez que las mujeres usaron uniforme de las Fuerzas Militares Colombianas (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017).
También se destacaron mujeres luchadoras como Simona Amaya de Paya oriunda del departamento de Boyacá, quien formó parte del Ejército Patriota y por cuya tenacidad fue llamada como “El Sargento”, Amaya murió en combate en el Pantano de Vargas. Entre ellas también estuvo Ana María Martínez de Nisser, quien tenía una amplia formación intelectual, quien era considerada aventajada y revolucionaria para la época, empuñó las armas en la batalla de Salamina, en el año 1841, con el propósito de evitar el derrocamiento del gobierno de José Ignacio de Márquez y lograr la excarcelación de su marido (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017).
Posteriormente, el 1 de julio de 1983 se inició el primer curso para Suboficiales, como resultado de los aportes de la mujer en cumplimiento de la misión constitucional, se amplió la participación, en el año 1993 se integra al primer curso administrativo de mujeres a la Escuela Militar de Suboficiales “Inocencio Chincá”, este se conformó con 84 mujeres suboficiales, cuya formación técnica en campos como la educación, la enfermería, la farmacia, los sistemas, las comunicaciones, el archivo, la contabilidad y el secretariado era requerida por el Ejército Nacional (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017).
Pero fue hasta el siglo XX que la mujer accedió a oportunidades reales para prepararse y conseguir ascender laboralmente, para llegar a competir, manejar y mejorar muchos campos donde imperaban las habilidades masculinas. En el año 1931 se dio lugar al Decreto 1972 que da plena participación en la educación universitaria para las mujeres o la aprobación del voto femenino en 1954 durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla (Tellería, 2008).
A pesar de que se estaban produciendo importantes cambios en la institución para hacer posible la vinculación femenina, los retos apenas estaban iniciando debido a que aspectos como la formación, el entrenamiento, el uniforme, las funciones, estaban indefinidos en una institución históricamente masculina. La tarea, era perfilar estos nuevos horizontes y articularlos apropiadamente en la estructura castrense, sin embargo, las mujeres se convirtieron rápida y progresivamente en valiosas integrantes y fundamentales en distintas áreas de la Fuerza.
A su vez, “se ha identificado una paradoja en la integración de la mujer en la política global: las mujeres participan más en áreas tradicionalmente reservadas a los hombres, pero los estereotipos acerca de lo que las mujeres pueden y no pueden hacer no están desapareciendo al mismo ritmo” (Sjoberg, L. y Caron, G, 2008). “Los estereotipos de género de la cultura occidental han plasmado a la mujer como un ser incapaz de ejercer el monopolio de la fuerza, débil y con la necesidad de tener la protección masculina” (Mossy, 2000). ¿Cómo y por qué la mujer en las Fuerzas Militares? Las Fuerzas Militares de Colombia, a lo largo de su historia han acompañado grandes cambios sociales que ha protagonizado la mujer y en sintonía con ellos, la Institución castrense ha abierto las puertas a las mujeres en sus filas. El Ejército Nacional incorporó por primera vez mujeres a sus filas el 16 de octubre de 1976, en concordancia con un ambiente de inclusión de la mujer en las diferentes esferas de la sociedad. En una ceremonia en la Plaza de Armas de la Escuela de Cadetes “General José María Córdoba” con el Señor Brigadier General Gustavo Matamoros D’costa como director, doce mujeres ingresaron al escalafón militar, se afiliaron mujeres en áreas como medicina, odontología, economía, arquitectura, derecho, bacteriología, - 32 -
Este fue un hecho histórico para las Fuerzas Militares, pues presenta el avance de la lucha constante por lograr mayor participación en el ámbito laboral; este hecho se estableció como un desafío para la institución castrense, puesto que no tenía la experiencia de formar mujeres en la Escuela Militar y de arraigar en la mujer militar el carácter y las virtudes que tradicionalmente definían la formación militar, este ejercicio no consistía en masculinizar a la mujer, consistía en integrar a la mujer desde sus diferencias, con el fin de conformar equipos incluyentes y respetuosos. Durante la década de 1990, Colombia, a pesar de su escenario de conflicto, da paso a nuevos espacios democráticos, los derechos de las mujeres se fueron reconociendo poco a poco y aparecieron en ambientes dominados por los hombres (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017). La institución militar fue ajustando su estructura para admitir a las mujeres ejercer ciertas funciones, inicialmente esto ocurrió en ámbitos diferentes al de los hombres, pero poco a poco han participado en labores más especializadas. Durante el año 1993, bajo la ley 48 del mismo año se legisló a favor de que las mujeres colombianas presten el servicio militar obligatorio, - 33 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
esto con el fin de generar la creación de mayores condiciones para quienes perciben esto como una opción al desarrollo personal y profesional de la mujer. “La mujer colombiana prestará el servicio militar voluntario, y será obligatorio cuando las circunstancias del país lo exijan y el Gobierno Nacional lo determine, en tareas de apoyo logístico, administrativo, social, cultural o de defensa de la ecología y el medio ambiente, y en general, de las actividades que contribuyan a la modernización y al desarrollo del país y tendrán derecho a los estímulos y prerrogativas que establece esta Ley no importando la modalidad en que se preste el servicio.” (Congreso de la República, 1993). En el año de 1995 la Sargento Primero Lucero Moreno Martínez, decidió entrar a formar parte del universo femenino de la Fuerza, con nueve mujeres más, como soldados femeninas bachilleres junto con 110 hombres en la Segunda Brigada con sede en Barranquilla. Ellas decidieron ingresar por vocación e iniciativa propia y dar comienzo a su trayectoria como soldados poniendo a prueba durante el lapso de los dos meses que duró la fase inicial de su formación, todas las técnicas y tácticas que se desarrollaban normalmente en una fase de instrucción, incluyendo el paso de pistas, polígonos, entrenamiento físico, marchas, comunicaciones, primeros auxilios, entre otros, hasta el Juramento de Bandera (Cuenca, 2011). Una vez culminada esta fase de preparación, el personal fue distribuido en diferentes unidades orgánicas de la Primera División, como la Segunda Brigada y el Batallón de Servicios No.2, desempeñando su labor en las ayudantías de División y Brigada, en secciones logísticas, en tareas de acción integral, en oficinas de auditoría principal de guerra, en la intendencia local y en la sección de inteligencia. Cuatro de estas mujeres quisieron posteriormente ingresar al Ejército como suboficiales para dar lo mejor de sí a la Institución y hoy en día después de casi veinte años en un ejercicio enriquecedor, la Sargento Primero Moreno permanece en la Institución aportando con su conocimiento en la Dirección de Normas de Transparencia del Ejército Nacional (Cuenca, 2011). Siguiendo con el proceso de incorporación de la mujer en la esfera militar, en 1997 ingresaron las primeras mujeres de carrera a la Armada Nacional y a la Fuerza Aérea. El nuevo siglo empezó a recoger frutos de la historia construida por las mujeres militares años atrás; desde su incorporación, las mujeres militares han dado a entender que tienen las competencias, potencialidades y el profesionalismo para ejercer cargos de - 34 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
primer nivel en las FF.MM. y que su labor dentro de la institución puede equipararse al nivel de los hombres militares. Continuando con el proceso de integración de la mujer en la institución, para el año 2009 la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova” incorporó por primera vez en la historia a 62 mujeres, con el fin de formarse y entrenarse bajo las mismas condiciones y exigencias que los hombres”. (Esquivel, R y Rodríguez, D, 2015) “En el año 2009 Colombia registraba el mayor porcentaje de mujeres en sus Fuerzas Militares (15,5%) en comparación con los demás países de Latinoamérica” (Esquivel, R. y Rodríguez, D, 2015), esto debido a que Colombia fue el primer Estado en permitir el acceso total de las mujeres a todas las especialidades de las Fuerzas Militares, esto incluye además la preparación de estructuras institucionales acordes a la vida de la mujer militar, como es el hecho de acondicionar espacios, formular ejercicios, desarrollar cursos, currículos e itinerarios que contemplen la participación equitativa de hombres y mujeres (Ejército Nacional de Colombia, 2006). A la fecha se han graduado cinco cursos de oficiales femeninas de las Armas y del Cuerpo Logístico y permanecen continuamente cadetes mujeres en la Escuela Militar, entrenándose con disciplina y mística para asumir el reto y desafío que implica la carrera militar. Hasta el momento, las disposiciones de la Fuerza, han permitido graduar mujeres en las armas de Aviación, Inteligencia, Ingenieros, Comunicaciones, Artillería, Caballería y del Cuerpo Logístico en las especialidades de Transportes, Armamento e Intendencia (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017).
La mujer en el Ejército Nacional Como se mencionó anteriormente, el Ejército Nacional fue la primera Fuerza en constituirse, en su labor de garantizar la seguridad del Estado colombiano, proteger a la sociedad civil y aportar al desarrollo del país, ha encontrado en la mujer un apoyo definitivo. La historia de la mujer en el Ejército empezó a construirse en 1781 con la Revolución de los Comuneros; Manuela Beltrán, en El Socorro, Santander, impulsó una sublevación del pueblo en contra de los estatutos notificados por el administrador Juan Francisco Gutiérrez, a través del cual se imponían nuevos impuestos. En consecuencia, de este hecho se instaló una rebelión que sentó las bases de posteriores revueltas del pueblo neogranadino en defensa de su soberanía (Comando General de las Fuerzas Militares de - 35 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Colombia, 2017). “Antonia Santos fue otra mujer que siguió puntualmente los ideales de Simón Bolívar, luchó de manera frontal contra el poder español instalado en Nueva Granada, apropiado de información de las tropas realistas, este suministró recursos a las fuerzas rebeldes. Policarpa Salavarrieta, una de las heroínas de la Independencia, realizó actividades de espionaje de las fuerzas realistas, exhortaba a jóvenes a que se unieron a la causa independentista y defendía con empeño la libertad del pueblo, arrebatada por el poder español” (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017). Ahora bien, ya que el pasado tiene una sociedad patriarcal, la incorporación de la mujer en las Fuerzas Militares solo fue posible hasta la década de 1970. Un hecho extraordinario marca a la institución en 1932, debido a la insuficiencia de enfermeras en el conflicto de la guerra con Perú, Clara Elisa Narváez fue la única mujer que acompañó a las tropas colombianas. (Dirección de Historia Militar , 2015)
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Clara Elisa Narváez fue conocida como el cabo Pedro; un cabo de nombre Pedro cargaba una cinta y antes de morir en la guerra su última voluntad fue que aquella cinta la tuviera el soldado que mejor se distinguiera; el teniente Lozano se la cedió a Clara quien desde ese día fue conocida como el cabo Pedro. Al finalizar la guerra fue recibida en Pasto como una heroína, al igual que todos sus compañeros del batallón Boyacá. Tiempo después, el 20 de julio de 1968, se le otorgó el “Tributo al Valor” y el 27 de agosto de 1993, fue condecorada con la medalla Servicios de Guerra Internacional, en la categoría estrella de bronce, distinción otorgada por el general Ramón Emilio Gil Bermúdez comandante de las Fuerzas Militares. Cuatro años más tarde, el 16 de octubre de 1997, murió en Popayán la mujer que por amor a su patria superó todos los obstáculos y consiguió vencer la guerra contra Perú (Dirección de Historia Militar , 2015).
Clara Elisa Narváez oriunda de la ciudad de Pasto, se preparó en primeros auxilios y rudimentos de enfermería. En 1932, la invasión que se presentó en Puerto Leticia, frontera con Perú exaltó la necesidad de contar con voluntarios para defender el país. Narváez decidió presentársele al coronel Rodríguez del batallón Boyacá, encargado del reclutamiento de tropas que tenían como destino Putumayo, quien intentó hacerla desistir de ir a la guerra, pero Clara de manera voluntaria se desplazó hacia Leticia con el fin de cuidar a los militares enfermos o heridos, dejando atrás su oficio, su familia y su pueblo (Dirección de Historia Militar , 2015). Durante varios días estuvo en la selva con la tropa, recorriendo veredas y hasta cinco días después llegaron a Puerto Asís. Desde que salieron de Pasto, los demás soldados no sabían que los acompañaba una mujer, al ser descubierta por sus compañeros fue acusada con el capitán Vela, el rechazo hizo que Clara defendiera aún más su amor por la patria y justificó los motivos de su presencia como un derecho que tenían los ciudadanos de defender el país, independientemente de que fueran hombres o mujeres. (Dirección de Historia Militar , 2015). Esta mujer valiente y de ideas diferentes para la época nunca se dejó intimidar por la discriminación, con carácter desobedeció cualquier orden militar que intentara regresarla a casa y dejarla fuera del campo de combate, ella tenía clara su convicción de luchar por Colombia. Después de un tiempo, su presencia dentro de las tropas fue indispensable, ya que era quien atendía y curaba con medicina natural a los soldados que padecían de alguna enfermedad o habían sido heridos en el cumplimiento de su deber. - 36 -
“Tributo al valor”, otorgado a Clara Elisa Narváez Arteaga, cabo primero del Ejército colombiano, por el comité de excombatientes Nariñenses del Conflicto colombo peruano. Pasto, 20 de julio de 1968. Fuente: Archivo familia Fernández Narváez, Popayán. (Dirección de Historia Militar, 2015)
Transcurridas tres décadas desde este hito, el Ejército creó las condiciones para que las Mujeres pudieron formar parte de la institución. Así, en 1976, mediante el Decreto Administrativo 2337 de 1971, fue posible el ingreso de las primeras doce mujeres oficiales al Cuerpo Administrativo; en profesiones como medicina, odontología, bacteriología, arquitectura, derecho, contaduría, administración de empresas y ciencias de la - 37 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
educación, estas serían las mujeres pioneras del Ejército, las primeras en poner al servicio del Ejército y del país sus competencias y conocimiento (Camacho, C. M. & Cabrera, M. J, 2014). Ahora bien, sólo fue hasta la segunda década del siglo XXI cuando las mujeres pudieron desempeñarse en áreas alternas a las administrativas. Así, en 2011, 48 mujeres fueron incorporadas como oficiales en el grado de subtenientes, y con ello entrar a realizar acciones de logística, inteligencia y comunicaciones. Y, resultado de la constancia, los espacios adquiridos y un profundo sentido patrio, en 2013 el Ejército tuvo la primera mujer General: María Paulina Leguizamón; una mujer con una experiencia formativa muy amplia: ocho especializaciones y dos maestrías, y con un gran deseo de servir a su país (Camacho, C. M. & Cabrera, M. J, 2014).
La mujer en la Armada Nacional La participación de las mujeres en la Armada Nacional empezó a reconstruirse desde 1984 entre los oficiales de la institución, la incorporación, cuando el mando analizó las necesidades y proyecciones que la institución tenía en cuanto a ciertos profesionales, los cuales eran indispensables para su desarrollo, en efecto muchas mujeres se desenvolvían o tenían las destrezas de las labores que se requerían. Un estudio del Estado Mayor encontró que había un número considerable de mujeres en profesiones como bacteriología, ingeniera de sistemas, odontología o comunicación social; dada la necesidad de la Armada de contar con personal en estos campos, decidió que era fundamental su incorporación. (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017) Desde entonces el proceso de selección implica la presentación de exámenes médicos, entrevistas personales, entrevista por grupos de profesionales y exámenes psicotécnicos, a fin de determinar la idoneidad y las competencias de las mujeres para su enlistamiento en la institución. El periódico El Universal de Cartagena, en reporte del 8 de diciembre de 1984, retomó las palabras del contralmirante Carlos Enrique Ospina Cubillos, director de la Escuela Naval, quien pronunciaba los nuevos cambios que se avecinaban para la Armada tras la incorporación de las mujeres en la institución. “La adaptación a la vida militar es el primer paso difícil por el que atraviesa cualquier persona que ingresa a la Armada Nacional, y dado el caso de que en esta oportunidad iban a ser mujeres, cuyas vidas en muchos - 38 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
casos distaba de la disciplina militar, tocaba analizar mediante prueba sicológica y hasta qué punto podría resistir estos seis meses, siendo el mayor orgullo de la Armada en este momento el comprobar que de las 17 damas escogidas, ninguna haya renunciado; por el contrario, el ánimo y optimismo que pusieron en cada una de las actividades nos demostró el papel tan importante que ocupara las mujeres colombianas a partir de esta primera promoción de la Armada Nacional”. (El Universal, 1984) Para el año 1997, la Armada incorporó las primeras mujeres suboficiales del Cuerpo Administrativo, durante el mismo año se produjo el ingreso de las primeras cadetes de línea y también el ingreso de las primeras mujeres técnicas y tecnólogas de la Escuela Naval de Suboficiales de la Armada Nacional, en Barranquilla. En simultánea, ingresaron las primeras mujeres bachilleres como cadetes de línea a la Escuela Naval “Almirante Padilla”, para ser oficiales del Cuerpo Ejecutivo de la Armada Nacional. No obstante, el siglo XXI inicia con importantes avances para la carrera de las mujeres en esta institución, la nueva conquista de sus derechos y un espacio para desarrollar labores profesionales. En el año 2000 se da ingreso a las primeras mujeres oficiales de línea (ONU Mujeres, Comando General de las Fuerzas Militares, 2017) Las mujeres en la reserva apoyan a las diferentes Fuerzas a cumplir su labor institucional y soportan las labores en las áreas administrativas, logística y de acción integral coordinada. La Armada Nacional ha reconocido los esfuerzos de las mujeres por su profesionalización y por su ejercicio en especialidades que permiten el desarrollo de la institución, así como asegurar la defensa y protección de la soberanía del Estado (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017).
La mujer en la Fuerza Aérea La Fuerza Aérea ha tenido un desarrollo paulatino y decisivo que ha fortalecido su poder aéreo, gracias al perfeccionamiento de los procesos que apoyan la visión constitucional, una de las transformaciones de la organización de la Fuerza Aérea ha sido la incorporación de la mujer a la institución. Las primeras mujeres de la Fuerza Aérea fueron profesionales y tecnólogas, quienes se desempeñaron como secretarias, enfermeras y telefonistas, y en menor nivel, como odontólogas y psicólogas. Antes de su incorporación como auxiliares administrativas, las tareas de la mujer dentro - 39 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
de la institución fueron en el desarrollo de campañas de salud pública, operaciones psicológicas y operaciones cívico-militares, desde ese momento se empezó a considerar la necesidad de tener a las mujeres en la institución (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017). En 1979 se aplaudió el primer curso de mujeres para ingresar al Cuerpo Administrativo de la Fuerza Aérea; se escalafonaron 45 aspirantes como oficiales, de los cuales 40 eran mujeres. Después de México, Chile y Honduras, Colombia fue el cuarto país de América Latina en incorporar mujeres a la Fuerza Aérea. En este año ingresaron profesionales en áreas como arquitectura, ingeniería industrial, medicina, derecho, economía, bacteriología, psicología e ingeniería civil (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017). Veinte años después, en 1997, la Fuerza Aérea incorporó mujeres bachilleres que integraron los diferentes cuerpos de la Institución y que recibieron el mismo entrenamiento al del personal masculino. De este modo, tuvieron espacios en las actividades de vuelo y navegación aérea, hasta ese momento eran ocupadas por personal masculino exclusivamente. En cuanto al personal de suboficiales, en 1992 fue incorporado personal femenino (ONU Mujeres, Comando General de las Fuerzas Militares, 2017). Desde el año 2000, se presentaron momentos significativos para el papel de las mujeres en la institución, este año las primeras mujeres de carrera se convirtieron en las primeras mujeres pilotos de esta institución. En el 2001 se registró la primera mujer en navegar un Hércules; en 2002 la primera mujer militar recibió una medalla de orden público en las Fuerzas Militares; en 2004 la primera mujer piloteó un avión de combate de la Fuerza Aérea del país (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017). A estos avances se suma personal femenino en los campos de la investigación y el entrenamiento; la Fuerza Aérea hoy cuenta con mujeres líderes en el campo de medicina aeroespacial, la primera mujer piloto de helicóptero y expertas en mantenimiento aeronáutico. Así, en 2009 se registró otro cambio significativo: se incorporaron las primeras seis mujeres en la especialidad Seguridad y Defensa de Bases (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017). Desde el ingreso de la mujer en la Fuerza Aérea Colombiana, han sido entrenadas en áreas como tiro avanzado y reacción, asalto aéreo, combate cercano, defensa personal. Actualmente la Fuerza Aérea cuenta con 2.699 oficiales y 3.855 suboficiales; 632 oficiales femeninas, 391 - 40 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
suboficiales femeninas. Poco más del 15% de la Fuerza Aérea es personal femenino. Este es visto como un signo de un cambio trascendental y es evidencia de la desmitificación de los roles sociales, culturales y profesionales que en el ámbito social se le ha atribuido al género femenino, así como legitimación de las capacidades y competencias que en el ámbito militar se les ha dado a las mujeres (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017).
El Ahora del Papel de la Mujer Militar en Colombia La Dirección de Aplicación de Normas de Transparencia del Ejército (DANTE), es una organización del orden estratégico, diseñada para sensibilizar y prevenir en temas de transparencia institucional, métodos multi-dinámicos de lucha contra la corrupción, desarrollo de un ambiente ético y empleo de buenas prácticas en el personal de la Fuerza. (Ejército Nacional de Colombia, 2017) DANTE también representa la importancia de permitir a las mujeres el acceso a estos espacios, en el marco de una necesaria y vigente discusión sobre la incorporación de soldados bachilleres mujeres, al servicio militar voluntario como soldados en el Ejército, Infantes de Marina en la Armada Nacional, soldados de Aviación en la Fuerza Aérea, auxiliares de Policía en la Policía Nacional o auxiliares del Cuerpo de Custodia en el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario; lo que sin lugar a dudas amplía el espectro institucional en el que se pueden mover las mujeres más jóvenes, brindando desde su vocación lo mejor de sí, para el mantenimiento del estado democrático, de derecho y en paz (Senado de la República de Colombia, 2016). La incorporación del Cuerpo Administrativo se sigue realizando en las Fuerzas Militares, de acuerdo con las necesidades y retos que presente el escenario colombiano, ellas han logrado un gran desempeño profesional de mujeres en distintas especialidades y aportando decididamente cumplimiento de la misión; avanzando progresivamente a posiciones de direccionamiento y liderazgo de procesos institucionales vitales para las Fuerzas, como los relacionados con la salud, la administración del talento humano, la gestión logística y administrativa, las comunicaciones estratégicas, el desarrollo de la ingeniería en sus diferentes especialidades y la gestión jurídica desde el Cuerpo Administrativo como asesoras jurídicas operacionales hasta la Justicia Penal Militar (Senado de la República de Colombia, 2016). - 41 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
El rol de la mujer dentro de las Fuerzas Militares ha sido cada vez más importante: “La presencia de la mujer ha surgido, aunque las tensiones no desaparecen, […] la producción de nuevos conocimientos ha encontrado un lugar destacado de reconocimiento en el campo educativo y laboral, sobre todo en la generación más joven de oficiales”. (Domínguez, 2010). Sin embargo, la incorporación de la mujer a las Fuerzas Militares en Colombia también ha estado bajo la fuerte oposición de altos funcionarios del gobierno y de la sociedad civil. La participación de las mujeres en el Ejército Nacional ha sido debatida a nivel del Congreso y otras instancias gubernamentales porque rompe con estereotipos, y porque cuestiona y trasciende el precepto de que “la guerra era cosa de hombres” (Cuenca, 2011, p. 57). La estructura conservadora de las instituciones del Estado, hizo que las diferencias entre hombre y mujer, al momento de la incorporación discriminaran el concepto de la feminidad, sin admitir que la transformación de la institución militar está acompañada de la labor femenina. El enfoque de género que se introdujo en las Fuerzas Militares ha revelado la posición inequitativa que enfrentaron las mujeres y la necesidad de generar instrumentos para alcanzar equidad dentro de la institución. (Cuenca, 2011, p. 58). A partir del año 2000, se ha multiplicado el ingreso de mujeres a las Fuerzas Militares de Colombia. Según cifras de las Fuerzas Militares, en el 2015 el Ejército Nacional incorporó un 16% de mujeres a esta fuerza; la Armada Nacional, un 49,7%, y la Fuerza Aérea, un 14%. Las estadísticas reconocen que las mujeres militares han ocupado obligaciones diferentes tanto de administración, como en comando de tropas e inteligencia. Gracias a los cambios generados para la mujer, ellas también han ejercido roles de poder, como es el caso de dos Brigadieres Generales del Ejército. (Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, 2017). La mujer militar, desde la variedad de funciones que ha logrado desarrollar dentro de las Fuerzas Militares, ha ganado un gran número de espacios y derechos, las posibilidades de progreso que la institución les ha brindado, los avances en términos de equidad e igualdad, teniendo en cuenta la evolución que ha tenido la institución a la hora de incorporar mujeres a sus filas. Sin embargo, la falta de visibilización de su trabajo y potencialidades, son retos y condiciones que las fuerzas deben hacer para hacer posible su mayor participación y reconocimiento en la esfera militar del país, en conformidad con el ideal de paz tan áspero y evocado. - 42 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
En las Fuerzas Militares, al igual que la sociedad, hay opiniones distintas en cuanto al papel de la mujer militar; aún existen sectores reacios a equilibrar las balanzas y reconocer en las mujeres un igual con competencias, saberes y experiencias que enriquecen la institución. Un paso más en el proceso de inclusión de la mujer y acorde con los retos y desafíos de la Resolución 1325 de las Naciones Unidas (Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 2000), en el año 2017 se incorporan a 52 mujeres a la Escuela de Suboficiales “Sargento Inocencio Chincá”, bajo los mismos criterios de formación y entrenamiento de los futuros comandantes de escuadra, demostrando el firme propósito de la Institución por construir progresivamente un ambiente de integración funcional y equidad en las oportunidades laborales para hombres y mujeres, acorde con las necesidades de un Ejército moderno, incluyente y multimisión.
La Mujer Militar en tiempos de paz “Las mujeres representan una proporción inédita de las instituciones militares en tiempos de paz, o, si se prefiere, tiempos no signados por una guerra en gran escala. Resulta notable su acceso a puestos de mando, así como a roles de combate que hasta no mucho tiempo atrás les estuvieron vedados” (Constantini, 2008, pág. 98). En Colombia integrar a la mujer en toma de decisiones diplomáticas o políticas es un tema que denota una situación compleja de exclusión. Este percance se ha ido superando paulatinamente desde que las mujeres entraron a formar parte de las altas esferas políticas y en el caso específico del Sector Defensa desde que se contó con una mujer como Ministra de Defensa (Mateus, 2011). En Colombia falta más participación de la mujer en temas que contribuyan a fomentar y fortalecer una cultura estratégica, las mujeres en instancias internacionales han desafiado los estereotipos militares masculinos y las habilidades femeninas para tareas como las operaciones de mantenimiento de paz. En Colombia la presencia de mujeres en las Fuerzas Militares, han contribuido en la eficacia y control de problemas que afectan la seguridad ciudadana, como el tráfico de personas, el maltrato a la niñez y a la mujer, entre otros. Problemas en los cuales se han logrado soluciones desde una perspectiva más humana dada la participación femenina (Domínguez, 2010).
- 43 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Reflexión Final
Referencias
Los estudios sobre el mando militar han considerado que es necesario abrir las puertas para que las mujeres asuman altos cargos. Sin embargo, algunos ejércitos aún evidencian escasa representación femenina. Mientras que para Canadá este estudio reclama la reglamentación legal de un nuevo tipo de mando militar para las mujeres debido a su necesidad.
Borea, L. (2008). Mujeres en uniforme: la feminización de las Fuerzas Armadas. Nueva Sociedad, 64-79.
Estos estudios se contraponen, por un lado, evidencian que las mujeres tienden a caer en los estereotipos de conducta de género al enfrentar situaciones de mando. Sin embargo, destacan que las mujeres son más hábiles al asumir estas posiciones que solicitan fortaleza emocional, tanto en organizaciones de negocios como militares (Esquivel y Rodríguez, 2015). Otros estudios aún ahondan la discusión de si debe incorporar a la mujer en los ejércitos. Según algunos académicos, en Inglaterra el aumento en el número de mujeres en filas resolvió las dificultades para su integración, y creó un precipicio entre géneros, el cual antes no existía, estos afirman que la incorporación de la mujer en Occidente puede haber empeorado los estereotipos sobre los géneros, al estimular conductas masculinas entre las mujeres, exponiendo así, que la incorporación de las mujeres hace que ellas adopten el sistema de dominación masculino; concluyendo que el feminismo conduce a las mujeres a competir con los hombres por reconocimientos masculinos (Constantini, 2008). Para el desarrollo de las Fuerzas Militares, las mujeres han sido esenciales, “las mujeres representan una proporción inédita de las instituciones militares en tiempos de paz, o, si se prefiere, tiempos no signados por una guerra en gran escala. Resulta notable su acceso a puestos de mando, así como a roles de combate que hasta no mucho tiempo atrás les estuvieron vedados” (Constantini, 2008, pág. 98).
Camacho, C. M. & Cabrera, M. J. (2014). Ejército, feminidades y género performativos: las experiencias de ser mujer y militar en la Escuela General de Cadetes “General José María Córdova”. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Ciencias Sociales. Maestría en estudios culturales. Extraído abril 10, 2016, desde https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/ handle/10554/14323/CamachoZambranoCarolinaMaria. pdf;jsessionid=05431FCF23B82C375766D8C05B2CEC7F ?sequen ce=1 Caracuel, M. (2010). La aplicación de la resolución 1325 en las organizaciones de Seguridad y Defensa europeas. Security and Defense Studies Review, 11. Castrillón, L y Von Chrismar, P. (2013). Mujer y Fuerzas Armadas en el contexto sudamericano: una visión desde Chile. Estudis de Seguridad y Defensa N°2, 91-117. Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia. (2017). Mujeres Militares, Historias de grandeza al servicio de la paz. Bogotá: Acento. Congreso de la República. (1993). Ley 48. Bogotá, Colombia. Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. (2000). Resolución 1325 . Nueva York: Naciones Unidas. Constantini, P. (2008). La más asombrosa arma moderna de arsenal occidental. La Aljaba, N°12, 97-116. Cuenca, Y. (2011). La participación de algunas mujeres en el Ejercito Nacional de Colombia. 6(2), 57 - 63. La Manzana de la Discordia Universidad del Valle. Obtenido de http://manzanadiscordia.univalle. edu.co/index.php/la_manzana_de_la_discordia/article/view/1498/ pdf Dirección de Historia Militar . (2015). La mujer soldado. Bogotá: Museo Militar .
- 44 -
- 45 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Domínguez, A. (2010). Mujeres en Seguridad y Defensa: un reto en Colombia. Obtenido de http:// www.adesyd.es/prensa/articulos/ SDSRWinter_2010.pdf Donadio, M. (2009). La mujer en las instituciones armadas y policiales: resolución 1325 y operaciones de paz en América Latina. Buenos Aires: RESDAL. Doña, K. (2013). Incorporación e integración de las mujeres en las Fuerzas Armadas. Un estudio con perspectiva de género de la carrera militar de las oficiales chilenas: 1974-2010 (Doctorado en Estudios Americanos). Santiago: Universidad Santiago de Chile. Ejército Nacional de Colombia. (2017). ¿Qué es DANTE? Bogotá: Ejército Nacional. El Universal . (8 de diciembre de 1984). El Universal de Cartagena . Esquivel, R y Rodríguez, D. (2015). Nuevas tareas militares de la mujer en el mundo y en Colombia. Bogotá: Escuela Superior de Guerra .
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Mossy, R. (2000). L’argumentation dans le discours. Discours politique, littérature d’idées. París: Nathan. Senado de la República de Colombia. (2016). Informe de Conciliación al Proyecto de Ley Numero 189 de 2016 Senado / 101 de 2015 Cámara acumulado con El Proyecto de Ley Número 154 de 2015 Cámara “Por la Cual se Reglamenta el Servicio de Reclutamiento, Control de Reservas y la Movilización”. Bogotá: Imprenta Nacional de Colombia . Sjoberg, L. y Caron, G. (2008). Reduced to bad sex: Narratives of violent women from the Bible to the War on Terror. International Relations, 22, 5-23. Tellería, L. (2008 ). Mujer, Fuerzas Armadas y misiones de paz. Región Andina, Antigua (Guatemala): Resdal. Valenzuela, P. (2012). La perspectiva de género en el ámbito de las Operaciones de Paz: El caso MINUSTAA. Buenos Aires: RESDAL.
Esquivel, R. y Rodríguez, D. (2015). Nuevas tareas militares de la mujer en el mundo y en Colombia . En El rol de la mujer en las Fuerzas Armandas desde la óptica de los colegios de Defensa Iberoamérica. Bogotá: Escuela Superior de Guerra. Forero, I. (2010). Prticipación de la mujer en la guerra de independencia. Revista Fuerzas Armadas N° 83, 62-73. Iturvide, M. (2010). La mujer en la defensa y en la seguridad en Uruguay. Security and Defense Studies Review N°11. León-Escribano, C. (2009). Participación de la mujer en las Fuerzas Armadas de Centroamérica y México y en las operaciones de paz. Obtenido de http:// goo.gl/z7hHwY Lucero, M. (2010). El espacio de las mujeres en las Fuerzas Armadas suramericanas, su inserción profesional en el contexto regional y la cuestión de género. Security and Defense Studies Review N°11. Mateus, G. (2011). La mujer en los procesos de seguridad y defensa nacional. Bogotá: (Trabajo de grado, Maestría en Seguridad y Defensa Nacionales) Escuela Superior de Guerra.
- 46 -
- 47 -
Foto: Archivo Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”
CAPÍTULO 1
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
LAS MUJERES MILITARES VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO*3 Elizabeth Jimena Andrade Coral ** 4 Mayor Javier Arturo Quintero Poveda *** 5
Introducción Hace más de 50 años, en el territorio colombiano se ha desarrollado un conflicto armado de carácter no internacional (en adelante: CANI), este conflicto de particularidades especiales ha obligado a que las Fuerzas Militares afronten importantes desafíos, lo que ha generado trasformaciones graduales, no solo en las acciones operacionales sino también en la inclusión de cambios culturales. Las Fuerzas Militares tienen a la legitimidad como su centro de gravedad estratégico, enmarcado en las obligaciones, la protección y el respeto en materia de Derechos Humanos y normas del Derecho Internacional Humanitario; es la esencia del mandato constitucional que se le asignó; su experiencia en el conflicto armado le ha permitido adaptar su comportamiento operacional, generando espacios de enfoques humanitarios que integran a los Militares como parte del conflicto *3
Capítulo de libro que expone resultados del proyecto de Investigación <<Construcción de Memoria Histórica Militar en el Conflicto y en el Posconflicto Colombiano>>, que hace parte de la línea de Investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>> del grupo de investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>>, reconocido y categorizado en (B) por COLCIENCIAS registrado con el código COL0141423 vinculado al Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar (CIMHM) y a la Maestría en Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA), adscritos y financiados por la Escuela Superior de Guerra “ General Rafael Reyes Prieto” de la Republica de Colombia. **4 Psicóloga de la Universidad Mariana, Especialista en Psicología Jurídica de la Universidad Santo Tomás, Magister en Derechos Humanos y Derechos Internacional de los Conflictos Armados de la Escuela Superior de Guerra, Investigadora, del Centro de Investigaciones en Conflicto y Memoria Histórica Militar de la Escuela Superior de Guerra. ***5 Profesional en Ciencias Militares de la Escuela Militar de Cadetes, Instructor en Derechos Humanos del Western Hemisphere Institute for Security Cooperation en Fort Benning-Georgia (US), Magister en Derechos Humanos y Derecho Internacional de los Conflictos Armados de la Escuela Superior de Guerra, en el núcleo temático “Derechos Humanos, DICA y Justicia”, estudiante de IX Semestre del Programa de Administración de Empresas de la Universidad Militar Nueva Granada.
- 53 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
y a la población civil que goza de protección general contra los peligros procedentes de operaciones militares.
directa; o cuando a esta se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida (Colombia, Congreso de la República, 2011).
Así mismo estos cambios han generado la necesidad de inclusión del enfoque de género al interior de las diferentes Fuerzas Militares coadyuvando al desarrollo institucional; la inclusión de enfoque de género en las Fuerzas Militares se inició con la incorporación de forma gradual a las diferentes Instituciones Militares (ONU Mujeres, Comando General de las Fuerzas Militares, 2017, págs. 13, 14, 15).
Es así que las Mujeres Militares pueden ser víctimas cuando ejercen actividades en su labor castrense, o por sus relaciones afectivas y roles como hijas, madres, esposas, compañeras. Se puede señalar que la mujer como componente de una fuerza militar, porta un uniforme táctico, además cumple funciones de manera indirecta en el desarrollo de operaciones militares como integrante de una plana mayor y algunas responsabilidades en el sostenimiento logístico, administrativo y de sanidad militar, condición que como la del Hombre Militar, permite que la Mujer Militar también sea objetivo de grupos armados organizados y por lo tanto sufra los efectos directos de las hostilidades que se desarrollan dentro de un conflicto armado interno como es el vivido en territorio Colombiano.
El papel de la mujer soldado se inició con el desarrollo de profesiones específicas que cubrían las necesidades inmediatas requeridas por las Fuerzas Militares en el mismo desarrollo del conflicto, esto hizo que las mujeres se encuentren expuestas a los peligros y riesgos propios del contexto de un conflicto armado interno como el colombiano. En ese orden de ideas es pertinente señalar las circunstancias en las que mujeres miembros de las Fuerzas Militares por razones mismas del servicio se pueden considerar víctimas directas del conflicto armado. Para este efecto, es indispensable conocer la manera como se ha dado la incorporación de la mujer a las Fuerzas Militares, y a partir de allí su rol específico; para describir las circunstancias que han hecho que algunas mujeres sean reconocidas como víctimas directas del conflicto. Finalmente, en un marco de aplicación de procesos de justicia transicional, se busca proponer medidas de reparación integral a Mujeres Militares víctimas del conflicto, que contribuyan a los procesos de recuperación emocional y visibilización de las mismas y de esta manera cumplir satisfactoriamente con los estándares internacionales en materia de derechos de las víctimas en lo que se refiere a la justicia, la verdad, la reparación integral, memoria histórica y las garantías de no repetición.
La Mujer Militar como Víctima del Conflicto Las Mujeres Militares pueden ser víctimas directas cuando son ellas las que reciben la afectación o “hayan sufrido un daño como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno”, o también pueden ser víctimas indirectas cuando son cónyuge, compañera permanente, familiar en primer grado de consanguinidad, primero civil de la víctima - 54 -
Este conflicto armado en donde las mujeres con independencia de su condición, sean combatientes o civiles, son víctimas de la guerra; algunas, porque pueden perder su vida al participar en las hostilidades y otras, por verse afectadas directamente ellas mismas o por el hecho de que la guerra puede fácilmente segar la vida de sus maridos, hijos, padres o hermanos al ser soldados. En este apartado se pretende identificar a las Mujeres Militares que dentro del desarrollo de funciones han sido víctimas en el contexto del conflicto.
Protección de las Mujeres Militares, una mirada desde el DIH El Derecho Internacional Humanitario contemporáneo tiene sus orígenes en dos fuentes principales: el Derecho de Ginebra, una normativa destinada a proteger a las víctimas de la guerra, y el Derecho de La Haya, un conjunto de disposiciones que regulan la conducción de las hostilidades. La primera norma positiva del Derecho de Ginebra se establece con la aprobación del primer Convenio en 1864, el cual tenía como objetivo la protección de los heridos y personal sanitario de los ejércitos en el campo de batalla, iniciativa de Henry Dunant y el Comité Internacional de Socorro a los Militares Heridos, hoy en día Comité Internacional de la Cruz Roja (en adelante: CICR). (Bugnion, 2001). Hasta 1864, la naturaleza de esas normas era consuetudinarias, es decir, normas no escritas de origen de la práctica de la costumbre y que las civilizaciones han establecido desde tiempos inmemoriales para minimizar la violencia en la práctica de la guerra. (Henckaerts & Doswald Beck, 2007) - 55 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Es así como Swinarski (1984), define el Derecho Internacional Humanitario (en adelante: DIH), como: El cuerpo de normas internacionales, de origen convencional o consuetudinario, específicamente destinado a ser aplicado en los conflictos armados, internacionales o no internacionales, y que limita, por razones humanitarias, el derecho de las partes en conflicto a elegir libremente los métodos y los medios utilizados en la guerra, o que protege a las personas y a los bienes afectados, o que pueden estar afectados, por el conflicto. El DIH se acostumbra a denominarse también “derecho de la guerra” o “derecho de los conflictos armados”. (CICR, 2004) En el presente capítulo se pretende exponer las medidas de protección internacional a las Mujeres Militares en el ámbito de los conflictos armados contemporáneos, como parte de las Fuerzas Militares estatales, que al igual que los hombres estarían expuestas a los ataques directos en medio de las hostilidades. Las mujeres que hacen parte de las Fuerzas Militares colombianas han sido objeto de ataques directos de grupos armados organizados por ocasión y desarrollo del conflicto armado interno. A continuación, se presenta un recuento de las normas y principios del DIH que protegen las Mujeres parte de fuerzas estatales en medio de un conflicto armado interno. Después de la aprobación del primer Convenio de Ginebra en 1864, se establece en el Reglamento relativo a las leyes y costumbres de la guerra terrestre (1907), la protección a los prisioneros de guerra, aquellos “que están en poder del Gobierno enemigo, pero no en el de los individuos o en el de los cuerpos que los hayan capturado, deben ser tratados con humanidad” (Art. 4). Tratar con humanidad corresponde al principio del respeto de la persona humana, que está en la base de todos los Convenios de Ginebra, principio que se refiere a la persona por su sola condición de ser humano, sin consideración de uniforme, deber de fidelidad, raza o creencia; sin consideración incluso de los compromisos que la autoridad de la que depende haya podido contraer en su nombre o en su favor. (Pictet, 1988) Para el caso de las mujeres heridas en campaña, están protegidas, inicialmente, por las disposiciones del “Convenio de Ginebra de 1864”; y como prisioneras de guerra se beneficiaban de las disposiciones del - 56 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
“Reglamento las leyes y costumbres de la guerra terrestre de 1907”. El CICR sugiere complementar las disposiciones anteriores y es a partir de 1929, con la aprobación del “Convenio relativo al trato debido a los prisioneros de guerra”, donde se observa la presencia de un relativo gran número de mujeres en la Primera Guerra Mundial y se establece que la mujer goza de protección especial en virtud del DIH, la misma protección jurídica que los hombres. (Krill, 1985) En lo que se refiere a esa protección especial a la mujer, específicamente contiene el Convenio relativo al trato debido a los prisioneros de guerra de 1929 que, para el caso de las prisioneras de guerra, “Las mujeres serán tratadas con todas las consideraciones debidas a su sexo” (art. 3). La Conferencia Diplomática lo consignó después en los Convenios de Ginebra de 1949 (en adelante: CG), Art. 12(4) del I CG, Art. 12(4) del II CG, Art. 27 del IV Convenio, así como los artículos 75 del Protocolo adicional I y 4to del Protocolo adicional II. También se específica que “las mujeres gozan, en cualquier caso, de un trato tan favorable como el concedido a los hombres” (art. 14, III C.). Esto significa que la mujer puede invocar todos los derechos y libertades proclamados en los Convenios (CICR, 1985). Lo anterior explica que los Convenios de Ginebra y sus protocolos adicionales protegen a la mujer como civil o como combatiente, entendiendo que el Derecho de Ginebra protege a la persona cuando se ha convertido en víctima, como, herido, náufrago, prisionero de guerra o persona civil en poder del adversario, y el Derecho de La Haya protege a los combatientes y a los no combatientes, regulando los métodos y los medios de combate. (Bugnion, 2001) Dicho de otra manera, el DIH protege a las Mujeres Militares que han dejado de participar en los combates, igualmente en la conducción de las operaciones militares y de los medios y métodos utilizados. Además, su condición de género exige de un trato diferenciado con todas las consideraciones debidas a su sexo, sus bienes jurídicos protegidos por las disposiciones, por lo general, el embarazo, el parto y la maternidad, su especificidad fisiológica, así como el honor y el pudor de la mujer (CICR, 1985). El Artículo 3 común a los IV Convenios de Ginebra de 1949 y el Protocolo Adicional II de 1977, son las normas del DIH que regulan un conflicto armado de carácter no internacional (en adelante: CANI), como el desarrollado en territorio colombiano. En cuanto a la vinculación universal de sus principios y preceptivas, no sólo el Estado hará parte de - 57 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
los Convenios, sino también los Grupos Armados Organizados parte del conflicto, están obligados a respetarlos. (Corte Constitucional de Colombia, 1995). De igual manera, son disposiciones en las cuales los miembros de las Fuerzas Militares colombianas parte del Estado, están protegidos en la conducción de las hostilidades. El artículo 3 común a los CG de 1949, se aplica en todos los casos de conflicto que no sean de índole internacional y que surjan en el territorio de una de las partes en el Convenio y su finalidad es integrar al Derecho Internacional convencional la mayor protección que el derecho pueda otorgar a las víctimas de conflictos armados y, en todo caso, un mínimo de trato humano, conceptuado como la protección mínima que se debe al ser humano, en cualquier tiempo y lugar. (Swinarski, 1984) Por lo tanto, el protocolo II adicional a los CG 1949 (1977) hace referencia al trato humanitario y se fundamenta en el respeto de los Derechos Humanos sin distinción alguna, solo con el fundamento básico de lo humano, aplicado a toda persona que haya dejado de participar en las hostilidades; y en el caso que nos ocupa en este artículo a las Mujeres Militares, que pueden ser secuestradas, heridas, rendidas y tomadas como rehenes. En estos casos, estableciendo la prohibición de los atentados contra la vida, la salud y la integridad física o mental de las personas, en particular el homicidio y los tratos crueles tales como la tortura y las mutilaciones o toda forma de pena corporal, los castigos colectivos, la toma de rehenes; los actos de terrorismo; los atentados contra la dignidad personal, en especial los tratos humillantes y degradantes, la violación, la prostitución forzada y cualquier forma de atentado al pudor, la esclavitud y la trata de esclavos en todas sus formas, el pillaje, las amenazas de realizar los actos mencionados. (Art. 4, literal 2. a, b, c, d, e, f, g, h) De igual manera este protocolo vela fundamentalmente por garantizar la mejor protección de las víctimas en las circunstancias que presenta el Artículo 3 común en un CANI, la vulneración de estas normas se constituye como graves infracciones al DIH y es de obligatorio acatamiento para las partes en conflicto. (Mejía, 2017). En Colombia se tipifican estas conductas, que atentan contra las personas y los bienes protegidos por el DIH, infracciones consignadas en el Título II del Código Penal (Colombia, Congreso de la República, 2000). El carácter no recíproco de estas obligaciones se deriva directamente de la naturaleza fundamental de las normas y principios que mediante ellas se busca preservar, así como del hecho de que dichas obligaciones son - 58 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
erga omnes1 y por ende se adquieren frente a la comunidad internacional en su conjunto. […] Vincula tanto a los miembros de las fuerzas armadas estatales como a los grupos armados que se les oponen. (2007). Colombia hace parte de los países que han ratificado los Convenios de Ginebra de 1949 y de sus dos Protocolos adicionales de 1977. Mediante Ley 5 (1960), aprobó los Convenios de Ginebra, y el Protocolo II adicional (1977) fue aprobado mediante la Ley 171 (1994). Las normas convencionales, consuetudinarias, así como los principios generales del DIH tienen rango constitucional en Colombia; independientemente de que difieran en cuanto a su forma de incorporación o recepción al ordenamiento jurídico. (Rameli, 2014, pág. 102). La Corte Constitucional de Colombia reconoce la trascendencia jurídica del Derecho Internacional Humanitario el cual “ha sido integrado al bloque de constitucionalidad brindándole la calidad de norma del ius cogens2” (Valcárcel, 2007, pág. 110). Actualmente, las mujeres están participando activamente en muchos conflictos armados en el mundo entero y, a lo largo de la historia, han desempeñado un papel en las guerras. Desde entonces, las mujeres han asumido un papel mucho mayor y con más frecuencia están ingresando, voluntaria o involuntariamente, en las Fuerzas Militares, en las que asumen papeles tanto de apoyo como de combate. (Lindsey, 2000) En situaciones de conflicto armado, las mujeres no son pasivas y necesariamente víctimas. En el mundo existen Mujeres miembros de las Fuerzas Militares regulares, de grupos armados o de sus servicios de apoyo. (Holst, Lindsay, & Anderson, 2006). En Colombia, como bien se ha expuesto, la Mujer ha sido parte de las Fuerzas Militares, participando de manera indirecta en el desarrollo de Operaciones Militares, situación que posibilita que la Mujer Militar también sea vulnerable a ataques directos dentro de las hostilidades, situaciones de violencia que se desarrollan en un conflicto armado interno como es el vivido en territorio colombiano. En cuanto a la protección de la persona Militar conforme a las normas y los principios del DIH, establece Melzer (2010), que: Para los fines del principio de distinción, el DIH separa dos categorías genéricas de personas: civiles y miembros de las fuerzas 1 2
Significa “respecto de todos” o “frente a todos”, para referirse a la aplicabilidad de una norma, un acto o un contrato. La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados (Comisión de Derecho Internacional NU, 1969), define ius cogens como una norma imperativa de derecho internacional general aceptada y reconocida por la comunidad internacional de Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter. (Art. 53).
- 59 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
armadas de las partes en conflicto. Los miembros de fuerzas armadas estatales (excepto el personal sanitario y religioso) o los grupos armados organizados son considerados, en general, como objetivos militares legítimos, a menos que se entreguen o queden de otra manera fuera de combate. […] (pág. 75) De igual manera en lo que refiere a las restricciones en el uso de la fuerza en un ataque directo, determina Melzer (2010), que: Además de las restricciones que impone el DIH respecto a los métodos y medios de combate, y sin perjuicio de las demás restricciones que dimanen de otros instrumentos de derecho internacional aplicables, el tipo y el grado de fuerza que está permitido emplear contra las personas que no tienen derecho a protección contra los ataques directos no deben ser excesivos en relación con lo que efectivamente sea necesario para lograr el objetivo militar legítimo en las circunstancias del caso. (pág. 77). Por ello y considerando las restricciones y excepciones que establece el DIH, la mujer miembro de las Fuerzas Militares estatales estaría expuesta a los ataques directos; sin embargo, estos ataques no pueden ser excesivos -respecto a los métodos y medios de combate utilizados por los grupos armados organizados que son parte del conflicto armado colombiano-, sino lo efectivamente necesario para neutralizar ese objetivo militar, respetando los principios del DIH. Desde el enfoque del Derechos Internacional de los Derechos Humanos (en adelante: DIDH), la protección de los derechos fundamentales de la mujer, se establecen desde la misma Declaración Universal de Derechos Humanos (Asamblea General NU, 1948), en su preámbulo promueve una igualdad de derechos de hombres y mujeres, basados en la dignidad, el valor de la persona humana y en la igualdad. Protección reconocida de igual manera en el sistema interamericano, protección establecida en la Convención de Belem do Pará (OEA, 1994), donde se ratifica que toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia (Art. 3), además tiene derecho a que se respete su vida (Art. 4.a) y el derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral (Art. 4.b), protección consagrada en los instrumentos regionales e internacionales sobre Derechos Humanos. En situaciones de conflicto, frecuentemente se violan los Derechos Humanos en relación armado que afectan a la población civil, especialmente las mujeres, los niños, los ancianos y los discapacitados. Las violaciones de los Derechos Humanos de la mujer en situaciones - 60 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
de conflicto armado son violaciones de los principios fundamentales del DIDH y del DIH (ONU, 1995) En Colombia las Mujeres Militares en cumplimiento de su deber constitucional, han sido consideradas víctimas del conflicto armado, por causas a las infracciones al Derecho Internacional Humanitario perpetradas por Grupos Armados Organizados parte del conflicto, situaciones que atentan contra la vida, la dignidad humana y la integridad personal de ellas como lo vamos a ver a continuación en el siguiente capítulo donde se relatarán estos hechos más claramente. Si bien los integrantes de las Fuerzas Militares cuentan con obligaciones exigidas constitucionalmente para proteger la soberanía Nacional, teniendo como base la protección y el respeto de los derechos fundamentales, de igual forma la misma constitución también otorga esos mismos derechos a los miembros de la Fuerza Pública. “Es cierto que para cumplir su misión y mantener un equilibrio dentro de la sociedad, los derechos políticos conocen restricciones, pero el mismo principio constitucional de respeto a la dignidad humana y en consecuencia de igualdad, opera para los Militares y Policías” (Gil, 2006). Es importante en el desarrollo de este capítulo, exponer las obligaciones del Estado en materia de reparación integral de Mujeres Militares del conflicto interno, de tal manera, indicar cuál es el marco jurídico para el reconocimiento, atención y reparación de ellas. Para comprender mejor bajo qué circunstancias las Mujeres Militares son reconocidas como víctimas del conflicto armado, se expondrán cuatro relatos detallados de mujeres integrantes del Ejército Nacional, y Armada Nacional en donde se describe en tiempo, modo y lugar las circunstancias que llevaron a estas tres mujeres a ser consideradas víctimas directas del conflicto.
Daño y la dignificación a las Mujeres Miembros de las Fuerzas Militares víctimas en el conflicto. Las Mujeres Militares como víctimas sobrevivientes de actos violentos se ven forzadas a asumir roles familiares, económicos y sociales distintos a los acostumbrados, las mujeres deben sobrellevar cargas materiales y psicológicas de naturaleza extrema y abrupta, que no afectan de igual manera a los hombres. Comúnmente los impactos y daños generados por los conflictos se logran medir por la cantidad de muertos generados o el número de - 61 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
destrucciones materiales que estos han provocado; sin embargo, las víctimas evidencian otros efectos que son inmateriales y en ocasiones intangibles estos daños han alterado profundamente los proyectos de vida de miles de personas y familias; estos daños son reconocidos como daños emocionales y psicológicos y daños morales.
“La atención psicológica y psiquiátrica a las víctimas del conflicto armado se desprende de las serias afectaciones en la salud y daños graves a la integridad mental que asumen distintas particularidades dependiendo del contexto social y cultural de la persona” (Corte Constitucional de Colombia, 2010).
Las modalidades y las prácticas de violencia sufridas por miles de personas en Colombia provocan daños e impactos que afectan la integridad de las víctimas. Los impactos psicológicos deterioran las relaciones interpersonales y la salud física; las pérdidas económicas generan inestabilidad emocional; los impactos colectivos afectan las capacidades y posibilidades individuales (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2013, pág. 260).
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (1997) en su sentencia de reparaciones en el caso Loayza Tamayo vs República de Perú, reconoció el daño al proyecto de vida como un acto en contra de la víctima y fue en esta sentencia en donde se comprende que “el daño al proyecto de vida, atiende a la realización integral de la persona afectada, considerando su vocación, aptitudes, circunstancias, potencialidades, y aspiraciones que le permiten fijarse determinadas expectativas y acceder a ellas”, entendiendo que la reparación debe ser significativa en pro de la realización de una nueva perspectiva en el planteamiento del proyecto de vida (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, 2014, pág. 16).
Daño Emocional El daño emocional se entiende como las cicatrices emocionales o psicológicas, refiriéndose a la estabilización del daño que genera una discapacidad permanente que no se cura con el paso del tiempo ni con apoyo psicológico adecuado, siendo esta una alteración irreversible en el funcionamiento psicológico habitual o, dicho en términos legales más imprecisos conceptualmente, de un menoscabo de la salud mental (Echeburúa, Del Corral, & Amor, 2002, pág. 2). El Centro Nacional de Memoria Histórica (2013), define los daños emocionales como aquellos que aluden al dolor y al sufrimiento padecido por el menoscabo de valores significativos para las personas y las comunidades. El daño emocional ha sido considerado, “como toda modificación dolorosa del espíritu, consistente en profundas preocupaciones, o en estados de aguda irritación que afectan el honor, la reputación y el equilibrio anímico de las personas que incide en la aptitud del pensar, de querer o de sentir”. Así mismo, para el modelo de recuperación emocional de la Unidad para las Víctimas “lo traumático existe cuando aun siendo previsibles, se presentan amenazas vitales y estas generan una experiencia de desorganización tal, que puede llegar a activar estrategias caóticas o inefectivas que incrementan la naturaleza traumática de la experiencia” (Lira, 2014, pág. 16). Esta desorganización afecta el desarrollo normal del proyecto de vida, además de las afectaciones emocionales que estos mismos cambios generan y estas corresponden a una categoría de daños que requiere ser atendida a nivel psicosocial: - 62 -
El contenido psicosocial de las medidas de rehabilitación puede atender muchas expresiones del sufrimiento, pero las intervenciones deben orientarse a esta reconstrucción, lo cual implica no solo la transformación de la perspectiva del futuro en un nuevo proyecto de vida, sino que ellas, a nivel individual o colectivo, puedan construir formas de vida posible en el presente, contar con recursos para poder asumir su realidad actual y la construcción del nuevo porvenir (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, 2014, pág. 17). Las acciones que busquen descubrir la capacidad de reorganización en la construcción de nuevas formas de vida posible a nivel social, familiar e individual, son acciones que generan el apoyo de una atención psicosocial adecuada. Es por esto que la Ley de Víctimas y el Sistema Nacional de Atención y Reparación de las Víctimas hacen su mayor apuesta en la construcción y el desarrollo del Programa de Atención Psicosocial y Salud Integral a Víctimas (Art. 137). Este programa deberá reconocer las expresiones culturales (creencias, imaginarios y prácticas) que dan sentido al sufrimiento, a la enfermedad, a la salud y a la espiritualidad. Es decir, que será flexible y cuidadoso al aproximarse a las diferentes formas que poseen las víctimas individuales y colectivas para dar sentido al sufrimiento (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, 2014, pág. 17). Así mismo, lo expresaron las Mujeres Militares entrevistadas, al identificar que los daños emocionales debido a los cambios generados por - 63 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
el hecho victimizante son más grandes y su recuperación conlleva mayor tiempo, en ocasiones años; la tres entrevistadas, manifestaron que su vida no volvió a ser la misma y que a nivel personal hay huellas emocionales imborrables. En el caso de las tres, su proyecto de vida se vio alterado. En el caso específico de Shirley Laurens, su deseo de ser Oficial del Ejército se vio truncado, puesto que su cuerpo tuvo un cambio drástico y las secuelas del accidente no permitieron que pudiera ingresar a la escuela de cadetes, así mismo expresa que su proceso de aceptación de los hechos y el de acceder a su nueva realidad, fueron causantes de un gran dolor emocional; dolor, que solo el tiempo ha podido ayudar a sanar. Para la Teniente Coronel Fabiola Nieto el haber tenido una pérdida del 58% de la funcionalidad de su brazo derecho, causó el que ella tuviera que adaptarse a estos cambios; hoy después de 13 años tiene dificultades, sobre todo en algunos movimientos de sus manos. En este caso, su carrera Militar no cambió, pero si se vio alterada, incluso fue aplazada en algunos de sus ascensos y esto ocurrió, porque presentaba serias dificultades en la recuperación de su estrés postraumático, es un diagnóstico clínico con consecuencias emocionales, que de no recuperarse genera notables modificaciones en el proyecto de vida.
Marco jurídico para el reconocimiento, atención y reparación a víctimas en Colombia. El Derecho Internacional Público establece un conjunto de principios para la lucha contra la impunidad y en el principio 33 se precisa que: “Toda violación de un derecho humano da lugar a un derecho de la víctima o a sus derechohabientes a obtener reparación, el cual implica el deber del Estado de reparar y el derecho de dirigirse contra el autor” (Consejo Económico y Social Naciones Unidas, 2005). La Corte Interamericana de Derechos Humanos (1988) en el caso Velásquez R vs. Honduras, se refiere al “deber del Estado de adoptar medidas concretas para evitar la ocurrencia de violaciones de Derechos Humanos y, en caso de que sean inevitables, establecer la verdad sobre los hechos, sancionar penalmente a los responsables, reparar a las víctimas y adoptar medidas para que las violaciones no se repitan” (Párr. 175). En cuanto a esos estándares internacionales de protección de Derechos Humanos se establecen unas limitaciones a los Estados, que disponen la obligación de investigar, sancionar las violaciones de Derechos Humanos, - 64 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
establecer recursos efectivos de justicia, imponer penas adecuadas a los perpetradores de los crímenes, proteger y reparar a todas las víctimas (Collazos, 2012), estándares internacionales que se incorporan al derecho doméstico, tal como ocurre en Colombia a través de la figura del bloque de constitucionalidad (Uprimny, Safón, Botero, & Restrepo, 2006). En Colombia se vive una situación de conflicto interno de gran complejidad, ya que los enfrentamientos entre las Fuerzas regulares del Estado con los demás grupos al margen de ley son constantes y dejan consecuencias devastadoras en la población, atentan contra la vida, la dignidad humana y la integridad personal en general, no solo de la población civil, sino también de los militares hombres y Mujeres que en cumplimiento de su deber constitucional por causas de violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario han sido víctimas de este conflicto. La legislación relacionada al proceso de reparación en Colombia ha dejado de centrarse en la indemnización económica como fundamento de la reparación. Es difícil el completo desarrollo de una ruta de reparación integral, tal como lo enmarca la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuando se trata del derecho a la reparación por violaciones a los Derechos Humanos. Luego de 14 años de la implementación de leyes en materia de reparación a víctimas que buscaban adoptar procedimientos específicos para brindar garantías y medidas que generaran protección a las víctimas, se expide en el año 2011 la ley 1448, ley de víctimas y restitución de tierras, con la finalidad de unificar “las bases para la implementación de la política pública para la atención y reparación integral a las víctimas y bajo los principios de progresividad, gradualidad y sostenibilidad” (Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, 2011, pág. Prólogo). Esta ley busca establecer un conjunto de medidas judiciales, administrativas, sociales y económicas, individuales y colectivas, en beneficio de las víctimas de las violaciones contempladas en el artículo 3º de la presente ley, dentro de un marco de justicia transicional, que posibiliten hacer efectivo el goce de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación con garantía de no repetición, de modo que se reconozca su condición de víctimas y se dignifique a través de la materialización de sus derechos constitucionales. Artículo 1º (Colombia, Congreso de la República, 2011). - 65 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Modelo de reparación integral según la Ley 1448 de 2011.
sufridos y reivindicar la dignidad de la víctima. (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, 2014).
Esta ley no solo reconoce como víctimas a la población civil, sino que también reconoce a los miembros de la Fuerza Pública como víctimas, entendiendo Miembros de la Fuerza Pública, a hombres y mujeres pertenecientes a Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Policía de Colombia si cuentan con las características de vulnerabilidad que menciona el artículo expuesto, sin excepción alguna de género, raza y ocupación. También define en el parágrafo primero del artículo tercero, que la reparación económica para los miembros de la Fuerza Pública corresponderá al régimen especial que les sea aplicable y también tendrán derecho a las medidas de satisfacción y garantías de no repetición señaladas en la presente ley (Colombia, Congreso de la República, 2011).
Así mismo la ley 1448 también establece que las víctimas tienen derecho a la reparación integral en sus cinco componentes: la restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición en sus dimensiones individual, colectiva, material, moral y simbólica. “Cada una de estas medidas será implementada dependiendo de la vulneración en sus derechos y las características del hecho victimizante” (Artículo 25).
El Congreso de la República a través de la ley 1448 de 2011 reconoce como víctimas: Aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno (Art. 3). Esta ley reconoce que los miembros de la Fuerza Pública hombres y mujeres que fueran víctimas son objeto de reparación, pese a que hace algunas distinciones en relación con la reparación, tal como lo menciona el artículo tercero en el parágrafo uno “Cuando los miembros de la Fuerza Pública sean víctimas en los términos del presente artículo, su reparación económica corresponderá por todo concepto a la que tengan derecho de acuerdo con el régimen especial que les sea aplicable. De la misma forma, tendrán derecho a las medidas de satisfacción y garantías de no repetición señaladas en la presente ley” estos también tienen derecho al igual que todas las víctimas, a la verdad, a la justicia, a la reparación integral y a la no repetición. Para este efecto la ley de víctimas presenta medidas de atención (información, orientación y acompañamiento jurídico y psicosocial a la víctima), también ofrece medidas de asistencia orientadas a restablecer la vigencia efectiva de los derechos de las víctimas y además regula lo concerniente a las medidas de reparación buscando reconocer los daños - 66 -
En relación a la intervención en temas de reparación para mujeres, la ley 1448 expresa que la ruta de reparación se desarrollara teniendo en cuenta el enfoque diferencial, reconociendo que hay poblaciones con características particulares en razón de su edad, género, orientación sexual y situación de discapacidad, “para este efecto, en la ejecución y adopción por parte del Gobierno Nacional de políticas de asistencia y reparación en desarrollo de la presente ley, deberán adoptarse criterios diferenciales que respondan a las particularidades y grado de vulnerabilidad de cada uno de estos grupos poblacionales” (Colombia, Congreso de la República, 2011).
Ruta de atención Psicosocial a las Mujeres Militares Víctimas del conflicto La ley 1448 define la medida de rehabilitación como “el conjunto de estrategias, planes, programas y acciones de carácter jurídico, médico, psicológico y social, dirigidos al restablecimiento de las condiciones físicas y psicosociales de las víctimas en los términos de la presente ley”, esta medida consta de dos grandes componentes: la atención psicosocial y la atención integral en salud. (Artículo 135). Del mismo modo para dar cumplimiento a los lineamientos específicos que direccionan la atención psicosocial, se emite el decreto 4800 de 2011 el cual define a la atención psicosocial y la salud integral a víctimas como: El conjunto de actividades, procedimientos e intervenciones interdisciplinarias diseñados por el Ministerio de Salud y Protección Social para la atención integral en salud y atención psicosocial. Podrán desarrollarse a nivel individual o colectivo y en todo caso orientadas a superar las afectaciones en salud y psicosociales relacionadas con el hecho victimizante (Artículo 164). - 67 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Así mismo el Decreto 4800 de 2011 expresa que los entes territoriales, o sea las entidades departamentales y municipales, deberán adoptar los lineamientos del programa de atención psicosocial. Para este efecto el Ministerio de Salud por orden emitida mediante la ley 1448 de 2011 implementa el programa de atención psicosocial a víctimas del conflicto (PAPSIVI), cuyo fundamento es “reconocer los impactos psicosociales que comprometen la violación de derechos en el contexto de la violencia y el desplazamiento en Colombia” (Colombia, Ministerio de Salud., 2016, pág. 13). Teniendo en cuenta la diversidad cultural y social en Colombia, el Ministerio de Salud y Protección Social en compañía de la Unidad para las Víctimas, diseñó un concepto claro de atención psicosocial con el fin de guiar el trabajo desarrollado por las dos instituciones. La atención psicosocial como parte de las medidas de Rehabilitación en el marco de la Política Pública de Reparación Integral a las víctimas del conflicto armado colombiano, se define como el conjunto de procesos articulados de servicios que tienen la finalidad de favorecer la recuperación o mitigación de los daños psicosociales, el sufrimiento emocional y los impactos a la integridad psicológica y moral, al proyecto de vida y a la vida en relación generados a las víctimas, sus familias y comunidades, como consecuencia de las graves violaciones a los DDHH y las infracciones al DIH (Colombia, Ministerio de Salud., 2016, pág. 8). El Ministerio de Salud y Protección Social señala que para ofrecer la atención psicosocial como medida de rehabilitación se debe suponer que tanto las víctimas como los profesionales encargados de brindar esta atención tendrán claro que se haya “constituido el daño psicosocial, es decir, poder ver el carácter lesivo que produjeron los hechos” (Colombia, Ministerio de Salud., 2016, pág. 9). En las configuraciones del daño psicosocial intervienen factores como el tipo de hecho victimizante, los autores del mismo, el tiempo transcurrido, las acciones emprendidas por las víctimas, sus propios recursos para el afrontamiento, sus propias nociones y significados sobre la afectación, así como posibles revictimizaciones sufridas durante los procesos de exigibilidad de derechos. (Colombia, Ministerio de Salud., 2016, pág. 9). El programa de atención psicosocial quiere garantizar la atención a las víctimas desde un enfoque en donde […] la salud mental toma una perspectiva adicional, la cual es comprender y establecer formas de atención que reconozcan, que los impactos psicosociales derivados de la vulneración - 68 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
de derechos tienen origen en los conflictos de orden económico, político y social y no en los individuos o comunidades (…) reconocer que además de la atención de tipo asistencial, el trabajo con víctimas requiere de una comprensión de las afectaciones derivadas de las violaciones a los DDHH y al DIH, y por lo tanto, requiere de un trabajo que incluya componentes colectivos, sociales, culturales y jurídicos como recurso para la mitigación de estas afectaciones. (Colombia, Ministerio de Salud., 2016, págs. 14-15). Visto de otra forma la importancia de la atención psicosocial se fundamenta en otorgarle a la víctima herramientas en diferentes direcciones: psicológicas, jurídicas y sociales, con la finalidad de coadyuvar en la dirección del proyecto de vida que pudiera generar la recuperación emocional. Se identificará en el siguiente apartado, cuáles son las herramientas brindadas a los Militares víctimas en su posible ruta de atención psicosocial. La ley 1448 y el decreto 4800 de 2011 expresan las líneas base de la atención a víctimas del conflicto en general. Analizado de esta manera, las Mujeres Militares víctimas desde el momento de su reconocimiento por la Unidad para la Atención y Reparación a las Víctimas, tendrían derecho a gozar de esta misma atención. Esta ley no define la medida de rehabilitación en el proceso de reparación a las víctimas de la Fuerza Pública; este es un vacío, porque deja en el aire las garantías que en la ruta de reparación integral ofrece esta medida a esta población. Para el modelo de atención psicosocial del Ministerio de Salud, la atención psicosocial tendrá un enfoque de género conformado a “partir de las diferencias entre hombres y mujeres,” “la atención psicosocial se entiende desde la perspectiva del análisis del contexto en términos de las relaciones en el marco del conflicto armado. Es decir, se entienden las relaciones de poder que los sectores armados han ejercido contra las mujeres” Por lo anterior se evidencia que no hay claridad en lo que se refiere a la ruta específica a la atención psicosocial de mujeres víctimas del conflicto. Sin embargo, la Corte Constitucional en su sentencia C-161/16 hace algunas especificaciones sobre la ruta de reparación a los Militares víctimas: […]En materia de reparación económica, el legislador limitó su monto al derecho que tenga la víctima en su respectivo “régimen especial”, entendiendo por este aquellas regulaciones salariales y prestacionales de los integrantes de las Fuerzas Militares y de Policía, así como la normatividad referente al Sistema de Salud - 69 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Militar y Policial, los beneficios de vivienda y de rehabilitación integral […] la omisión de una referencia a otras medidas como la restitución y la rehabilitación no implican su exclusión, siempre que no estuvieren previstas en los regímenes especiales que los amparan en su condición de integrantes de la Fuerza Pública. (Corte Constitucional de Colombia, 2016). De esta manera responsabiliza al “régimen especial” de las medidas de indemnización, restitución y rehabilitación, pese a que este régimen no tiene funciones de reparación en el marco de una justicia transicional, de igual manera no existe claridad de una atención con enfoque diferencial a las Mujeres Militares Victimas del conflicto. El Ejército Nacional desde la Dirección de Sanidad emplea un modelo de rehabilitación para el personal herido en combate y afectados por razón del conflicto armado; en respuesta al derecho de petición radicado con el N.º 2016850034671, donde se manifiesta que el “modelo que se aplica a todo el personal Militar que requiera atención médica, sin ser este modelo exclusivo a personal Militar que ha sido víctima de violaciones a los DDHH o a graves infracciones del DIH”, (Colombia, Dirección de Sanidad del Ejército, 2016, pág. 1). El programa de rehabilitación estimado por la Dirección de Sanidad se desarrolla en el batallón de sanidad y de la compañía de sanidad “Héroes del Paramillo” con el apoyo del Hospital Militar, en donde se trabaja bajo una ruta de atención médico terapéutica así:
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Se puede decir que la población militar víctima en condición de discapacidad cuenta con apoyo y un programa integral de rehabilitación, sin embargo es indispensable identificar cuál es la ruta de atención para los Militares víctimas de otros hechos victimizantes que no generen algún tipo de discapacidad, tales como el secuestro, homicidio, desaparición forzada; entre otros. Tampoco existe un programa diseñado para las Mujeres Militares que han sido víctimas del conflicto; de acuerdo a las entrevistas realizadas a las Mujeres Militares, estas reiteraron que su proceso de recuperación emocional fue desarrollado por la familia y amigos cercanos, puesto que el Estado no presentó interés alguno en diferenciar entre el hombre Militar herido en combate y la mujer Militar en la misma situación. También expresan, que no han sido reconocidas como tal. Las respuestas de la Unidad para las Víctimas -en dos, de los cuatro casos de las entrevistas-, fue que la declaración se hizo de manera extemporánea. Por este motivo, no pueden incluirse y ser reconocidas como víctimas. En los otros dos casos, por decisión propia y con el fin de evitar revictimizaciones, las mujeres decidieron no declarar. Para este efecto se solicitó información sobre la ruta de atención psicosocial dirigida a Mujeres Militares Víctimas, a la Jefatura Jurídica Integral; que cuenta con una dependencia denominada Dirección de Apoyo a la Transición, oficina responsable de la atención a Militares Víctimas, en respuesta al derecho de petición con radicado con el N.º 20168020264801 se manifiesta que: Tanto la ley 1448 de 2011 como la ley 975 de 2005, reconocen a los miembros de las Fuerzas Militares y sus familias como víctimas del conflicto, así las cosas, es la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, quien tiene la obligación de crear y definir la ruta de atención y reparación integral con enfoque de género para los miembros de la Fuerza Pública. No obstante, se considera que los miembros de las Fuerzas Militares deberían tener la misma ruta de atención y reparación por el simple hecho de ser víctimas.
Se inicia con una etapa de atención pre hospitalaria; posterior a esta, se genera la atención hospitalaria que dará paso a la rehabilitación funcional por medio de conductas médico– terapéuticas con el fin de fortalecer destrezas y habilidades psicofísicas en el paciente. En esta etapa también se provee de atención psicológica individual y familiar, con el fin de direccionar el proyecto de vida. La siguiente etapa es la rehabilitación profesional, enfocada solo al personal con discapacidad, ya que se busca afianzar en conocimientos técnicos, tecnológicos o profesionales para ejecutar o desempeñarse en funciones que le generen bienestar en su nuevo proyecto de vida, y de esta manera lograr la integración socio laboral.
Cabe resaltar que cuando es necesario, la atención para salud física y mental se remite al Batallón de Sanidad y a la Dirección de Familia y Bienestar Social, que maneja un programa de atención a militares víctimas y sus familias (Respuesta Derecho de Petición, 2016, pág. 2).
Así mismo, la atención psicológica se implementa de manera transversal en todo el proceso de recuperación, con el fin de disminuir el impacto psicológico del personal Militar en situación de discapacidad. (Colombia, Dirección de Sanidad del Ejército, 2016, págs. 2-3).
De acuerdo con lo expuesto, si es necesario se envía una remisión al Batallón de Sanidad o a los programas de la Dirección de Familia y Bienestar Social del Ejército y se exige a la Unidad para las Víctimas, que genere una ruta de atención y reparación a las víctimas militares.
- 70 -
- 71 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Por otra parte, la Dirección de Familia y Bienestar Social del Ejército Nacional (2016, pág. 1) en respuesta al requerimiento Nº. 104038 manifiesta que la institución si cuenta con programas donde se brinda atención a la población sensible de las Fuerzas, entendidas como las familias que incluyen personal privado de la libertad, liberados, secuestrados, desaparecidos, fallecidos en cautiverio, heridos en combate y familias que tengan miembros que hayan fallecido. Dentro de los procesos de orientación laboral y educativa, se direccionan las solicitudes de los usuarios que acuden a la Dirección de Familia. Sin embargo, en esta respuesta no se expone una ruta de atención psicosocial establecida para los Militares Víctimas del conflicto y tampoco se define la atención para las Mujeres Militares, pese a que la atención de solicitudes en el área laboral y educativa abarca parte de lo que se relaciona en la atención psicosocial. El Ejército Nacional a través de sus diferentes jefaturas como las expuestas, ha hecho su mayor esfuerzo en orientar programas de atención a su población vulnerable; sin embargo, los Militares Víctimas del conflicto, por derecho que les otorga la ley de víctimas, necesitan de una ruta de atención psicosocial con enfoque de género, tal como se encuentra expuesta para las demás víctimas reconocidas por esta misma ley; al igual quienes establecen esta ruta de atención psicosocial desde el momento de su reconocimiento, es la Unidad para las Víctimas por ser la entidad encargada del proceso de reparación integral a víctimas y el Ministerio de Salud y Bienestar Social. En lo referente al programa de atención psicosocial, estas dos entidades escogidas tienen obligaciones impuestas en la ley 1448 de 2011, para generar y desarrollar las diferentes rutas de atención, asistencia y reparación. De esta manera, queda claro que la Unidad para las Víctimas no ha desarrollado ningún programa que se enfoque en el reconocimiento, la atención y la reparación a las Mujeres Militares Víctimas del conflicto, en ninguna de las 5 medidas establecidas por la ley de víctimas.
La reparación simbólica para Mujeres Militares Víctimas. Cuando se habla de reparación simbólica, es importante destacar que la reparación simbólica es un mecanismo de las medidas de satisfacción; estas, de acuerdo con la ley de víctimas y Restitución de Tierras, son las medidas materiales e inmateriales que hacen parte de una reparación más amplia que tiene como dirección las acciones encaminadas a los daños - 72 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
irreparables. (Colombia, Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, 2014). Igualmente se afirma en el capítulo 9° de la ley 1448 de 2011: “las medidas de satisfacción son acciones tendientes a investigar y difundir la verdad sobre lo sucedido y sancionar a los responsables, mostrar solidaridad y reconocer la dignidad de las víctimas, a través de acciones que procuren mitigar su dolor y reparar el daño causado” (Colombia, Congreso de la República, 2011). Es así como la reparación simbólica es toda prestación realizada a favor de las víctimas o de la comunidad en general que tienda a asegurar la preservación de la Memoria Histórica, la no repetición de los hechos victimizantes, la aceptación pública de los hechos, la solicitud de perdón público y el restablecimiento de la dignidad de las víctimas. (Art. 141) Vera Piñeros (2008), expresa que la reparación simbólica puede contener tanto dimensiones meramente emocionales, como materiales; incluye múltiples actividades y actitudes cuyos propósitos amplios pueden verse como el cierre o alivio de las heridas/traumas no reparables o compensables, la facilitación del perdón,3 un factor central y aún de definición ambigua para buscar la reconciliación nacional, la preservación colectiva de la memoria de lo ocurrido y la dignificación de las víctimas. Es entonces que la reparación simbólica a través de sus mecanismos como pueden ser las cartas de dignificación, la búsqueda de personas desaparecidas, los actos de perdón público, la construcción de la memoria histórica y los homenajes, conmemoraciones, monumentos a la memoria de las víctimas buscan generar aspectos positivos para restaurar la parte moral de las víctimas; de igual manera pretende generar un impacto generalizado que perdure, con el fin de buscar la preservación de la memoria. (Centro de Investigaciones en Conflicto y Memoria Histórica Militar, 2017, págs. 14- 15). Los procesos de reparación simbólica a las Mujeres Militares víctimas del conflicto son de vital importancia, puesto que tienen como objetivo base conocer de primera mano las voces de las mujeres víctimas y sus historias, como medida de visibilización, para que el mundo conozca estas historias de mujeres que dieron todo por la consolidación de la paz en Colombia. Como son los casos de la Teniente de Corbeta Laura Rocío Prieto; quien ofrendó su vida en cumplimiento de su deber, así mismo las historias de Shirley Lauren, de la Teniente Coronel Elizabeth Vélez y la Teniente 3
No como perdón jurídico equivalente a las decisiones absolutorias de responsabilidad individual en los hechos atroces, sino en sentido teológico como camino para aliviar la culpa colectiva y las cargas victimizantes al tratar de dejar atrás social o colectivamente lo humanamente irreparable.
- 73 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Coronel Nubia Nieto, quienes, en el desarrollo de sus funciones específicas, sufrieron heridas por ataques directos de las FARC.
criterios de valoración diseñados con relación a los diferentes hechos víctimizantes.
Una manera de construir memoria, es contar estas historias individuales; lo que, sin lugar a duda, coadyuva a la reconstrucción de una memoria colectiva institucional.
También, con relación a grupos o poblaciones que requieran de análisis diferenciado, como es el caso de las víctimas pertenecientes a las Fuerzas Militares. Estos criterios permiten observar que las Fuerzas Militares no se encuentran en todo momento absorbidas por el aparato estatal; situación que permitirá reconocer su dignidad como personas y su posibilidad de contar con los mismos derechos que la población civil.
Para estas Mujeres Militares es importante el reconocimiento como víctimas directas del conflicto. Más allá de buscar un beneficio material, a ellas les honra que el Estado las reconozca al igual que a la mayoría de las Mujeres Militares que cada día desde sus deberes y funciones, trabajan dando lo mejor para ayudar a construir un mejor país.
Conclusiones La mujer miembro de las fuerzas armadas estatales estaría expuesta a los ataques directos; sin embargo, estos ataques no pueden ser excesivos -respecto a los métodos y medios de combate utilizados por los grupos armados organizados que son parte del conflicto armado colombiano-, sino lo efectivamente necesario para neutralizar ese objetivo militar, respetando los principios del DIH.
Es indispensable, en un marco de aplicación de procesos de justicia transicional, diseñar medidas de reparación integral para las Mujeres Militares víctimas del conflicto, medidas que contribuyan a los procesos de recuperación emocional y visibilización de las mismas. Con esto se podría cumplir satisfactoriamente los estándares internacionales en materia de derechos de las víctimas como son la justicia, la verdad, la reparación integral, memoria histórica y las garantías de no repetición.
Las Mujeres Militares son consideradas víctimas del conflicto armado cuando los grupos armados organizados infringen el Derecho Internacional Humanitario y están expuestas a graves violaciones de los Derechos Humanos. Se puede decir que el alcance de la medida de rehabilitación contemplada en la ley 1448 de 2011, enfocada en la atención psicosocial para las mujeres Militares reconocidas víctimas del conflicto armado, es deficiente porque no existe una ruta de atención establecida para ellas y mucho menos existe un enfoque diferencial. Si bien la ley 1448 de 2011 otorga al régimen especial responsabilidad de reparación, es necesario que sean la Unidad para las Víctimas y el Ministerio de Salud, los encargados de brindar herramientas y asesoría a las instituciones para que estas implementen una ruta de atención psicosocial a las Mujeres Militares Víctimas del conflicto. La ley de víctimas en su artículo 3 y 27 contiene las razones jurídicas que sustentan la inclusión de las víctimas y la correspondencia con elementos normativos surgidos del DIH y particularmente de los DD.HH. Por tanto, la Unidad para la Reparación de las víctimas dispone de los - 74 -
- 75 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Referencias Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional. (2011). Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Prologo. Bogotá. Obtenido de http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/ descargas/ley_victimas/ley_victimas_comp leta_web.pdf Asamblea General NU. (10 de Diciembre de 1948). Declaración Universal de Derechos Humanos. París. Bugnion, F. (2001). El derecho de Ginebra y el derecho de La Haya. Revista Internacional de la Cruz Roja. Obtenido de https://www.icrc. org/spa/resources/documents/misc/5tdqeh.htm Bustamante, D. M. (2007). El Diseño de la Investigación Jurídica. Facultad de Derecho Universidad San Buenaventura de Cali, 25. Cali. Obtenido de El Diseño de la Investigación Jurídica Facultad de Derecho USBwww.usbcali.edu.co/sites/default/files/guia_para_la_ elaboracion_del_proyecto_de_i nvestigacion.pdf Centro de Investigaciones en Conflicto y Memoria Histórica Militar. (2017). Conceptos básicos y Guía de reparacion simbólica para los miembros de las Fuerzas Militares víctimas del conflicto. Bogotá. Obtenido: de https://issuu.com/centrodeinvestigacionenconflictoyme/docs/guia_ para_reparaci__n_sim b__licadig Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). Los Impactos y los daños causados por el conflicto armado en Colombia. INFORME GENERAL Centro Nacional de Memoria Histórica - Capítulo IV Los Impactos y los daños causados por el conflicto armado en Colombia. Bogotá. Obtenido de http://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/ informes2013/bastaYa/capitulos/bastaya-cap4_258-327.pdf Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). Tipología del daño desde la perspectiva de Memoria Histórica. Bogotá. Obtenido de http://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/CatedraBY/ presentaciones/Sesion9/CatedraBastaYaDanos.pdf CICR. (1 de 11 de 1985). La protección a la mujer en el Derecho Internacional Humanitario. Obtenido de https://www.icrc.org/spa/ resources/documents/misc/5tdlea.htm
- 76 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
CICR. (Julio de 2004). Servicio de Asesoramiento en Derecho Internacional Humanitario.Obtenido de https://www.icrc.org/spa/assets/files/other/ dih.es.pdf Collazos, A. (2012). Los estándares internacionales de derechos humanos y DIH en la política de Santos. Scielo, XVII(2), 621-653. Recuperado el 11 de Noviembre de 2017, de http://www.scielo.org.co/pdf/papel/ v17n2/v17n2a09.pdf Colombia, Congreso de la República. (26 de Agosto de 1960). Por la cual se aprueba el Acta Final y los Convenios suscritos por la Conferencia de Ginebra de 1949. Obtenido de https://www.cancilleria.gov.co/ sites/default/files/Normograma/docs/pdf/ley_0005_1960.pdf Colombia, Congreso de la República. (Diciembre de 1994). Ley 171. Por medio de la cual se aprueba el “Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo II). Obtenido de http://www.secretariasenado.gov.co/ senado/basedoc/ley_0171_1994.html Colombia, Congreso de la República. (24 de Julio de 2000). Ley 599, Por la cual se expide el Código Penal. Diario Oficial. Obtenido de http:// www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=6388 Colombia, Congreso de la República. (Junio de 2011). Ley 1448. Ley de víctimas y restitución de tierras. Bogotá. Colombia, Congreso de la República. (10 de Junio de 2011). Ley 1448. Por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones. Bogotá, Colombia. Recuperado el Julio de 2016, de www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_1448_2011.html Colombia, Congreso de la República. (10 de Junio de 2011). Ley 1448 de 2011, Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Bogotá. Obtenido de http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ ley_1448_2011.html Colombia, Dirección de Sanidad del Ejército. (15 de Agosto de 2016). Respuesta Requerimiento. Bogotá.
- 77 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Colombia, Ministerio de Salud. (2016). Estrategia de atención psicosocial a víctimas del conflicto armado en el marco del programa de atención psicosocial y salud integral. Bogotá. Obtenido de http://www. iets.org.co/victimas/PublishingImages/Paginas/PAPSIVI/V1.%20 Marco%20c onceptual%20Atenc%20Psicosocial%20070516.pdf
Corte Constitucional de Colombia. (7 de Abril de 2016). Sentencia C-161. Norma sobre derecho a la reparación de miembros de la fuerza pública como víctimas del conflicto armado. Bogotá: Relatoría de la Corte Constitucional. Obtenido de http://www.corteconstitucional.gov.co/ RELATORIA/2016/C-161-16.htm
Colombia, Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. (2014). Guía de medidas de satisfacción. Bogotá. Recuperado el Enero de 2016
Corte Interamericana de Derechos Humanos. (29 de Julio de 1988). Caso Velásquez R. vs Honduras. San José, Costa Rica.
Comisión de Derecho Internacional NU. (23 de Mayo de 1969). Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados. Viena, Austria.
Corte Interamericana de Derechos Humanos. (17 de Septiembre de 1997). Sentencia . Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. San José de Costa Rica.
Comité Internacional de la Cruz Roja. (1977). Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional. Obtenido de https://www.icrc.org/spa/resources/documents/misc/protocolo-ii.htm
Cruz Roja Americana servicios Internacionales. (Septiembre de 2006). Resumen de los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales. 3. Obtenido de: http://www.redcross.org/images/ MEDIA_CustomProductCatalog/m17540812_Resumende-losConvenios-de-Ginebra-de-1949-y-sus-Protocolos-Adicionales.pdf
Conferencia diplomática para complementar los Convenios de Ginebra. (1977). Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional. 94. Ginebra: CICR. Obtenido de https://www. icrc.org/spa/assets/files/publications/icrc-003-0321.pdf
Cuenca, Y. (2011). La participación de algunas mujeres en el Ejército Nacional de Colombia. 6(2), 57 - 63. La Manzana de la Discordia Universidad del Valle. Obtenido de http://manzanadiscordia.univalle. edu.co/index.php/la_manzana_de_la_discordia/article/vi ew/1498/ pdf
Consejo Económico y Social Naciones Unidas. (18 de Febrero de 2005). Conjunto de principios actualizado para la protección y la promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad. Comisión de derechos humanos.
Dirección de Familia y Bienestar Social del Ejército Nacional. (Agosto de 2016). Respuesta Requerimiento. Bogotá.
Corte Constitucional de Colombia. (18 de Mayo de 1995). Sentencia C-225 MP Alejandro Martínez Caballero. Bogota: Relatoria virtual de Corte Constitucional. Recuperado el 26 de Septiembre de 2015, de http:// www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1995/c-225-95.htm Corte Constitucional de Colombia. (25 de Abril de 2007). Sentencia C-291 MP Manuel José Cepeda Espinosa. Bogotá: Relatoría virtual de la Corte Constitucional. Recuperado el 12 de Septiembre de 2015, de http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2007/C-291-07.htm Corte Constitucional de Colombia. (2 de Febrero de 2010). Sentencia T-045, MP. María Victoria Calle Correa. Bogotá: Relatoría virtual de la Corte Constitucional. Obtenido de http://www.corteconstitucional. gov.co/relatoria/2010/t-045-10.htm - 78 -
Echeburúa, E., Del Corral, P., & Amor, P. J. (2002). Evaluación del daño psicológico en víctimas de delitos violentos. 14. País Vasco. Obtenido de http://www.psicothema.com/PDF/3484.pdf Esquivel, R., & Rodríguez, D. (Mayo de 2015). Nuevas tareas militares de la mujer en el mundo y en Colombia. Obtenido de http://ceeseden. esdegue.edu.co/sites/default/files/Documento%20de%20trabajo%20 Mayo %207%202015.pdf Forero, I. (2005). Mujer en la Historia Militar. Revista de las Fuerzas Armadas, LX, 197, 6 - 17. Bogota. Obtenido de https://issuu.com/ esdeguecol/docs/197 Garrido, E. (1986). La mujer en el mundo antiguo. Universidad Autonoma de Madrid, 387-396. Madrid.
- 79 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Gil, L. M. (2006). Los Derechos Fundamentales de los Miembros de la Fuerza Pública. Manuscrito inédito. Henckaerts, J. M., & Doswald Beck, L. (2007). El derecho internacional consuetudinario (Vol. I). Comite Internacional de la Cruz Rojas. Hierro, Q. d. (2008). Agustina de Aragon la mujer del mito. Madrid. Holst, F., Lindsay, C., & Anderson, L. (2006). Responder a las necesidades de las mujeres afectadas por conflictos armados. Ginebra, Suiza: Comité Internacional de la Cruz Roja. Jefatura Jurídica Integral-Dirección de apoyo a la Justicia Transicional, Postconflicto y Víctimas. (Septiembre de 2016). Respuesta Derecho de Petición. 2. Bogotá. Krill, F. (1985). La protección a la mujer en el derecho internacional humanitario. Revista Internacional de la Cruz Roja. Recuperado el 17 de 08 de 2016, de https://www.icrc.org/spa/resources/documents/ misc/5tdlea.htm Lindsey, C. (30 de Septiembre de 2000). Las mujeres y la guerra. Revista Internacional de la Cruz Roja. Obtenido de https://www.icrc.org/spa/ resources/documents/misc/5tdp9q.htm
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Nieto, M. R. (2015). El rol de la Mujer en las Fuerzas Armadas desde la óptica de los Colegios de Defensa Iberoamericanos. 401. Bogotá: Escuela Superior de Guerra. OEA. (9 de Julio de 1994). Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belem do Pará”. Belem do Pará, Brasil. ONU. (15 de Septiembre de 1995). Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Beijing: NU. ONU Mujeres, Comando General de las Fuerzas Militares. (2017). Mujeres Militares Historias de Grandeza al Servicio de las Paz. 152. Bogota: Acento. Pictet, J. (1988). Comentario del artículo 3 común a los Convenios de Ginebra y relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional. Ginebra: Comité Internacional de la Cruz Roja. Recuperado el 29 de Octubre de 2015, de Pagina web Comité Internacional de la Cruz Roja: https://www.icrc.org/spa/ resources/documents/misc/5tdmmu.htm Rameli, A. (2014). Derecho Internacional humanitario y estado de beligerancia. 102. Universidad Externado de Colombia.
Lira, E. (25 de Septiembre de 2014). citado en Estrategia De Recuperación Emocional A Nivel Grupal Con Adultos–Ere-G. Bogotá. Obtenido de https://www.unidadvictimas.gov.co/sites/default/files/documento sbiblioteca/3912estrategia-de-recuperacion-emocional-nivel-grupalcon-adultos-ereg-v1.pdf
Rodríguez, P. (2010). Una mujer en la Infantería de Marina del XVIII. Revista Española de la Defensa.
López, M., & Francisco, M. (2000). Historia de la paz, tiempo, espacios y actores. Instituto de paz y conflictos. Granada.
Swinarski, C. (1984). Introducción al Derecho Internacional Humanitario. San José, Costa Rica: Comité Internacional de la Cruz Roja. Recuperado el 28 de Octubre de 2015, de https://www.icrc.org/spa/ resources/documents/misc/5tdl7w.htm
Mejía, J. C. (3 de Febrero de 2017). El soldado ciudadano como víctima en el conflicto armado colombiano: descripción desde el derecho internacional humanitario. 183. Bogotá. Melzer, N. (2010). Guía para interpretar la noción de participación directa en las hostilidades según el Derecho Internacional Humanitario. Ginebra: CICR.
- 80 -
Segunda conferencia de la paz. (18 de Octubre de 1907). Reglamento relativo a las leyes y costumbres de la guerra terrestre. La Haya.
Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. (25 de Septiembre de 2014). Estrategia de Recuperación Emocional a Nivel Grupal con Adultos. Bogotá. Obtenido de https://www. unidadvictimas.gov.co/sites/default/files/documentosbiblioteca/39 12estrategia-de-recuperacion-emocional-nivel-grupal-con-adultosereg-v1.pdf
- 81 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. (2014). Protocolo Misional Conceptual - Ruta Única. Uprimny, R., Safón, M., Botero, C., & Restrepo, E. (2006). ¿Justicia transicional sin transición? Verdad, justicia y reparación para Colombia. Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad. Valcárcel, J. M. (2007). Concepto de conflicto armado interno y seguridad jurídica. X(19), 110. Bogotá. Vera Piñeros, D. (Julio de 2008). Desarrollo Internacional de un concepto de reparación a las víctimas de violaciones a los DDHH, e infracciones al DIH: complementos a la perspectiva de la ONU. 13(2), 763. Obtenido de http://www.scielo.org.co/pdf/papel/v13n2/v13n2a11 Watherford, D. (1994). American women`s History.
- 82 -
CAPÍTULO 2
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
PISADAS QUE DEJAN HUELLA*1 Relatos de mujeres militares víctimas del conflicto armado interno colombiano CT. Edwin Ramiro González Cely**2 Relator Este capítulo está conformado por cuatros relatos que expresan los hechos victimizantes de cuatro mujeres Militares que fueron víctimas del conflicto armado colombiano. Especial agradecimiento a ellas por compartir su historia con nosotros para ser plasmada en las páginas de este libro. Es importante ahondar en la función etnográfica de los relatos, por cuanto su valor en lo concerniente a las descripciones, introduce la relevancia de los sentimientos y emociones que determinaron decisiones morales determinantes en el campo de batalla como en la vida cotidiana de estas mujeres que son el eje central del presente capítulo.
*1
**2
Relatos que exponen resultados del proyecto de Investigación <<Construcción de Paz por medio de la Memoria Histórica Militar>>, que hace parte de la línea de Investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>> del grupo de investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>>, reconocido y categorizado en (B) por COLCIENCIAS registrado con el código COL0141423 vinculado al Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar (CIMHM) y a la Maestría en Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA), adscritos y financiados por la Escuela Superior de Guerra “ General Rafael Reyes Prieto” de la República de Colombia. Profesional en Ciencias Militares, Oficial de Inteligencia Militar del Ejército Nacional de Colombia.
- 87 -
Foto: Archivo Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”
HEROICA HUMANIDAD
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Si consultamos la Real Academia de la Lengua Española encontraremos que el significado de héroe o heroína es: “Persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor”. Esta definición resalta claramente la humanidad de aquel que merece recibir este calificativo, por ende es algo contradictorio que nuestra sociedad colombiana, caracterizada por su mala memoria y volatilidad a la hora de dejarse guiar por modas o tendencias temporales, deshumanice a sus héroes; creería yo, que este fenómeno es efecto de la influencia que hemos recibido de la cultura norteamericana, donde abundan los súper héroes, seres fantásticos, poseedores de increíbles poderes sobrenaturales, que les permiten librar aventuras extraordinarias que comúnmente culminaban en épicas batallas, de las cuales casi siempre emergen, al final de la historia vivos, ilesos y victoriosos. Cuán diferente de estos súper héroes de ficción, son nuestros héroes y heroínas de carne y hueso, seres totalmente humanos, miembros de una familia que los ama y espera impacientes su regreso al seno de su hogar, con sueños y proyectos, con temores y frustraciones, imperfectos por definición, con múltiples errores y equivocaciones en su vida como el total de la humanidad que habita este planeta, siendo lo único que los destaca del resto del mundo, su clara conciencia del bien, su valor y su determinación por cumplir el deber que voluntariamente aceptaron, “custodiar la soberanía del país y brindar seguridad a sus compatriotas”, misión que siempre están dispuestos a cumplir, aunque esto represente que deban ofrendar su vida, honrando la promesa que rezan cuando recitan con el corazón la oración patria. Y aunque la guerra es una constante en la historia de la humanidad, y a través de los años se han hecho tratados entre las naciones, creando reglas para humanizarla, con normas que los combatientes deben seguir, algunas de las cuales se explican de forma detallada al interior de este libro; lo que debemos resaltar en este caso especifico para el entendimiento de estos relatos, es que nuestros héroes y heroínas de la patria trabajan siguiendo estas normas. En la guerra se conocen los rostros más horrendos del hombre y esta es una razón más, para exaltar su valor heroico, cuando sobre esta experiencia - 93 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
de horror imponen sus valores y moral en el cumplimiento del deber. Todo lo anterior esperando que sus enemigos actúen de igual manera, pero ¿qué ocurre cuando esto no sucede, cuando nuestros héroes son heridos, afectados o incluso asesinados como resultado a tajantes violaciones de los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario? Son personas como tú, como tú vecino, como tú familia, como cualquier colombiano, con la diferencia de que ellos escogieron como su labor defender y servir a su patria, y en medio del conflicto, en el desarrollo de sus actividades, de sus misiones, pueden llegar a ser afectados en su integridad física, mental y emocional, pueden incluso morir. Es aquí donde estos héroes lejos de tener súper poderes para salir avante de tan terribles eventos, solo tienen su humanidad para enfrentarlos, lo que conlleva que en gran número de ocasiones tengan que sufrir lesiones y mutilaciones, viendo desvanecer sus sueños, sus esperanzas, su salud tanto física como mental, enfrentándose a un dolor y recuperación para la que nadie está preparado. Como consecuencia de sus heridas, su familia y seres queridos viven junto a ellos un calvario y no es raro que dicha familia sea expuesta a tanto estrés que pueda llegar a desmoronarse. En los casos más extremos nuestros héroes ofrendan su vida, con el ideal de un mundo mejor, por su patria, por ti, por mí, sin siquiera conocernos, pero en este lúgubre escenario la familia y seres queridos se vean obligados a sobrellevar un luto impuesto que no esperaban y del que nunca llegan a recuperarse por completo. Nuestros héroes son personas que lo dieron todo, esperando aportar su grano de arena para construir una Colombia mejor, son indudablemente héroes en todo el sentido de la palabra, pero ¿por qué no cobijarlos y aceptar que en su humanidad también pueden ser víctimas? Víctimas de un conflicto que violó las normas que lo regulaban, víctimas de nuestra indiferencia, de nuestro olvido; víctimas de una sociedad que los idealiza y que quizá olvida que son hijos, padres, hermanos, amigos, colombianos, seres de carne y hueso que viven y sienten, que se alegran, sueñan, se emocionan, se entusiasman, pero también temen, les duele, lloran, se deprimen, dudan, se equivocan, como tú, como todos. Este es el caso de nuestras 4 heroínas. Una de ellas entregó su vida dejando un vacío imposible de llenar, 3 de ellas sobrevivieron y tuvieron la oportunidad como muchos otros de salir adelante, decidieron hacerlo y con determinación pura lograron sobreponerse y en ese proceso además de ser heroínas, como víctimas se convierten en ejemplos de vida, de superación personal. - 94 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Como relator, estoy totalmente de acuerdo con aquellos que opinan que la mujer no tiene nada que envidiarle al hombre, pues son seres capaces de transformar el mundo con su bondad y amor, por algo ellas son las poseedoras del don de dar vida, nadie es inmune al amor de una madre, tal vez, por esta razón las mujeres son protegidas con especial ahínco por todas las normas, reglas y tratados existentes. Debo decir, que para mí ha sido un completo honor ser el portavoz de sus historias, estar a su lado, compartir con ellas, sentir esa luz que emanan y que es capaz de transformar su entorno, es algo que jamás olvidaré. Mi misión es relatar sus historias en este libro, contarles sus relatos de vida y este sin duda es un buen punto de partida; así que sería injusto si no comenzara con aquella que literalmente lo dio todo por su país: la Teniente de Fragata Laura Rocío Prieto Forero, la única mujer de las Fuerzas Militares muerta por acción directa del enemigo, en medio de violaciones flagrantes al DIH, les confieso que en especial su relato fue un reto para mí, revelándome lo indolente y olvidadizos que podemos ser, ¿qué le espera a una sociedad que no defiende y enaltece a quienes lo han sacrificado todo por ella? La información sobre la teniente Prieto es mínima, su familia no dio respuesta o información alguna, y es entendible porque refleja el dolor de las heridas que aún no sanan y que les causó su partida. No dudo que fueran reparados económicamente, pero qué respondería un padre a la pregunta, sobre ¿cuánto dinero vale un hijo? En ese momento empezamos a entender que no todo en la vida es material, no todo en la vida se puede medir con billetes y valoramos en especial, aquellos placeres sencillos que podemos disfrutar carentes de valor monetario, ¿cuánto darían don Alonso y doña Rosa Eliana por volver a ver la sonrisa encantadora de su niña Laura Rocío, sentir el cariño de sus besos, el calor de sus abrazos? No tengo que saber la respuesta para decirles sin temor a equivocarme que ¡lo darían todo!, todo lo que tienen y lo que esperan tener, no lo dudarían un solo segundo. Ahora bien, esto deja claro que no solo una reparación económica es la respuesta, -es importante claro-, pero no podemos quedarnos ahí como sociedad, en el facilismo de decir que el dinero es la solución, nuestras víctimas y familiares merecen más. Este libro es un intento para repararlos a ellos, a nuestras víctimas y a sus familias, se quiere convertir en un clamor para que las recordemos, las exaltemos y les demos todo el respaldo como sociedad, es algo que ellos se han ganado por derecho, y nosotros descaradamente, les estamos negando. Don Julio, doña Rosa Eliana, ahora me dirijo a ustedes con especial cariño. Quiero decirles, que soy consciente que con mis letras no les voy a devolver a su niña y aunque no los conozco y ustedes no me conocen, - 95 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
nos une una mujer maravillosa y excepcional, una mujer que siguiendo sus convicciones, lo entregó todo por su nación y aunque no pueda experimentar el dolor que sienten como padres, me esfuerzo por entenderlos. Hoy como colombiano, me duele su dolor; como militar, les rindo honores, y como oficial comparto la culpa por no haber estado a la altura del sacrificio de su hija. Este es el primer acto de reparación no económico que se hace para tan magna heroína, es por ello que cambiando mi fusil por mi pluma como arma, y con la poca información obtenida, quiero plasmar en las páginas de la memoria histórica institucional, el breve relato del sacrificio de su niña, para inmortalizarla. Esto dejará su legado en nuestra mente y será la herencia para la memoria de las generaciones venideras. Esperamos de corazón, que este relato sea considerado por ustedes, como un digno homenaje. Santandereana de nacimiento, llegó a este mundo un 09 de diciembre de 1976, creció en medio de la ciudad bonita, la ciudad de los parques, orgullo de sus padres, decidió ser abogada y a sus 27 años quiso ser marina. El militar tiene vocación por definición, pero en el mundo de las Fuerzas Militares, siempre he visto que el marino siente por su Naval un romanticismo especial. Quizá es el mar y su encanto que los cautiva y les hace promulgar ese sentimiento por su institución. Deseo pensar que Laura tuvo esa misma impresión y que en su caso, también sintió ese no sé qué; ese vínculo que une a los marinos con las aguas cuyo trabajo es surcar, ingresó a la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla (ENAP) el 02 de septiembre de 2004, luego de aprobar toda clase de exámenes y pruebas, aplicando el refrán popular de que son muchos los llamados y pocos los elegidos. Laura Rocío fue seleccionada para ser parte de ese grupo selecto, hombres y mujeres elegidos para servir a la patria como oficiales de la Fuerza Naval de Colombia, durante su estadía en la ENAP fue instruida en la doctrina y tradiciones navales necesarias para desarrollar la que se proyectaba como una carrera prometedora y llena de triunfos personales y profesionales. Se graduó de la ENAP y ascendió a Teniente de Corbeta el 15 de diciembre del 2004 con 28 años de edad recién cumplidos. Se le destina como juez 104 de Instrucción Penal Militar perteneciente a la Fuerza Naval del Sur, para que tome posesión del juzgado Penal Militar 104 ubicado en Puerto Leguízamo en Putumayo, un punto de Colombia que para la época se encontraba sufriendo los embates más crudos de la guerra contra las FARC. Una vez en Puerto Leguízamo, asumió su rol de juez y se distinguió por el cumplimiento de la misión asignada con total profesionalismo. - 96 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Se destacó por sus principios y valores reflejados en su labor al impartir justicia. Fue una mujer de intachable comportamiento, abogada capaz y comprometida, militar disciplinada y mística, una oficial que estaba a la altura de los retos impuestos. Desde el primer instante demostró que la Armada Nacional no se equivocó al seleccionarla. Tan solo 3 meses después de su llegada a Puerto Leguízamo el 23 de marzo de 2005, atendiendo una solicitud del comando del Batallón de Selva No. 49 “Soldado Juan Bautista Solarte Obando” con sede en La Tagua Putumayo, -que para la fecha no contaba con un Juez de Instrucción Penal Militar y del que requerían con urgencia-, la Teniente de Corbeta Prieto inició el desplazamiento hacia La Tagua en una compañía del comandante del Batallón Fluvial de Infantería de Marina No.30, y varios militares más del Ejército e Infantería de Marina. La caravana militar en la que se desplazaban fue víctima de una cruenta emboscada con 5 artefactos explosivos de alto poder, acompañada de fuego nutrido de fusil y ametralladora, desde los dos puntos más dominantes. Esta acción llevó a la muerte de casi todo el personal que se movilizaba en dicha caravana, aquellos que murieron ese fatídico día fueron encontrados en su mayoría con un tiro de gracia en sus cabezas, la Teniente de Fragata Laura Rocío Prieto Forero, recibió 7 impactos en su cuerpo, ella falleció junto a sus compañeros de armas, en medio de un ataque despiadado, donde utilizaron armas y métodos duramente castigados por todas las normas existentes. Ese día, en el cumplimiento de su deber después de sufrir múltiples ataques que violaban claramente el DIH, Laura Rocío, Oficial Naval, nos dejó de acompañar, murieron con ella sus sueños, sus proyectos y su sonrisa. Recibió por su sacrificio una condecoración y su ascenso póstumo a Teniente de Fragata. Lo entregó todo por nosotros, dejó en alto su título de heroína, pero también claramente se convirtió en una víctima más de este conflicto. Su familia, sus padres y hermanos padecieron y padecen el dolor que nadie quiere sentir. Laura Rocío partió, no pudo culminar sus sueños, no pudo tener una familia, no pudo seguir llenando de alegrías a los suyos, no pudo vivir, lo entregó todo, partió con un legado inmenso que no podemos dejar morir, como sociedad y nación siempre debemos estar agradecidos con ella y con todos nuestros héroes. Don Julio y doña Rosa Eliana, sé que estas letras son poco para expresar el agradecimiento que siento hacia su hija y son realmente insignificante ante todos los honores y tributos a los que ella se hizo merecedora; pero quiero decirles -si de algo sirve-, que mientras yo viva y/o estas letras se lean, su hija y su legado VIVIRÁN. - 97 -
CUANDO HIEREN A UN ÁNGEL Teniente Coronel Nubia Fabiola Nieto
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Fotos: Archivo personal Teniente Coronel Nubia Fabiola Nieto
- 100 -
- 101 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
El 22 de octubre de 2004, el helicóptero UH-60 BLACK HAWK con número de identificación 151, acondicionado como ambulancia aérea, se desplazaba con apremiante afán, sus pilotos conscientes que cada minuto contaba, no escatimaban esfuerzos por llegar a las coordenadas indicadas en la vereda el Rubí zona rural de San Vicente del Caguán, en el interior de la aeronave junto con el equipo médico y el soldado enfermero Pedro Antonio Camacho Almeida, se encontraba nuestra protagonista, la Capitán Médico Nubia Fabiola Nieto Bogotá, quien observaba por costumbre su reloj, marcaba las 12:45; consciente de su misión y su vocación, ostentaba en su mirada determinación pura por el cumplimiento de su labor, a pesar del riesgo, al que sabía se estaba enfrentando. Por ello en silencio sumida en sus pensamientos, hablando de la forma más íntima en que una persona puede comunicarse con Dios, desde su corazón, le pedía protección, fortaleza y sabiduría para que guiara sus acciones, sus manos y sus decisiones, le pedía que la convirtiera en su instrumento para salvar las vidas que estaban en riesgo, para las que ella era su última esperanza. El suboficial artillero, encargado de operar una de las armas que se encuentran a los lados de la aeronave, toca su hombro sacándola de su ensimismamiento y le acerca el micro teléfono que está ubicado en la parte superior del helicóptero (una especie de bocina de teléfono antiguo que permite la comunicación con la tripulación), ella lo recibe con su mano derecha y lo ubica con firmeza en su oído, mientras con su mano izquierda cubre su otra oreja en un intento por apaciguar el estruendoso ruido del motor y las hélices en movimiento y así poder entender lo que le decían, presiona el PTT (es el botón que deben accionar para que el micrófono se active) y de forma seguida dice fuerte y sin vacilación -Capitán Nieto al medio-, como respuesta le llegó la voz del Capitán Cabrera el piloto, quien le informa que se preparen, que se encuentran a 10 minutos del punto. Devuelve el micro teléfono a su lugar y la adrenalina empieza a fluir por su cuerpo, la invade un sudor frío, empieza a sentir en sus oídos la taquicardia que se dispara en su pecho, pero no se alarma, ella sabe por su conocimiento médico, que es la - 103 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
reacción humana más normal cuando alguien se enfrenta irremediablemente de frente al peligro, dicen que valiente no es quien no teme, sino quien recibe ese temor como un viejo amigo y lo domina a su antojo. Ese día Fabiola, mujer de cuerpo esbelto, silueta aparentemente frágil, rostro delicado y alma luchadora, impuso sin vacilación su osadía ante la situación, observó la hora 01:05 marcaba su reloj, le hizo una seña al soldado Camacho indicándole el tiempo restante y observó con fría determinación, el horizonte fundirse con la espesa selva colombiana; el momento decisivo se acercaba mientras ella surcaba el firmamento a toda velocidad, lista para afrontar sin saberlo el reto de su vida, para el cual se había empezado a preparar desde hacía más de tres décadas. Nubia Fabiola nació el sábado santo del 13 de abril de 1968 en la ciudad de Bogotá; hija de don José Fulvio Nieto Sánchez, y Doña Eloísa Bogotá Amaya. Llegó al mundo como parte de una típica familia de clase media colombiana, católica y muy trabajadora, siendo la quinta hija de 8 hermanos, 3 hombres y 5 mujeres, tan diferentes entre sí, pero tan similares en su amor filial. Cuando Fabiola tenía 5 años, don Fulvio y Doña Eloísa deciden llevar a su familia a la ciudad de Cúcuta y radicarse allá. Para ese entonces la economía y desarrollo en esta ciudad fronteriza brindaba grandes oportunidades y don José un empresario visionario, honrado y trabajador, tenía la certeza que estas tierras lejanas compensarían sus esfuerzos y Doña Eloísa, el apoyo incondicional de su esposo, atendió el refrán “para donde va el mar van sus arenas”.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
quirófano, en el que se guardaba ropa pero también podía ser el escenario de increíbles operaciones con las cuales les salvaba la vida a sus amiguitos antes de la merienda; convirtiéndose estos juegos infantiles en ese tipo de recuerdos que se atesoran con tal cariño, que al revivirlos tienen el poder de cambiarle la voz y dar brillo a la mirada de nuestra protagonista. Extracurricularmente era una niña muy activa, deportista consumada que alcanzó varios títulos inter-clubs e interdepartamentales, a la par siguiendo su vocación de servicio le dio espacio en su diario vivir a actividades de catequismo, todo esto lo alcanzaba a hacer gracias a su disciplina. Sin que Fabiola notara el momento, llegó la adolescencia y con ella la necesidad de preguntarse qué quería ser en su vida, siempre fue consciente que servir era su esencia y ayudar a los demás su propósito; pero, ¿cómo ser fiel a ella y a sus sueños?, ¿qué camino debía tomar? Durante toda su experiencia escolar muchas veces se maravillaba con la labor e ideología de la congregación encargada de su formación, naciendo en ella el deseo de ser religiosa y por otro lado ese sueño infantil que ya había madurado, y se había convertido en la necesidad de ser médico y salvar vidas. Así que su primera opción fue ser religiosa y médico a la vez, pero por normas internas de la congregación no le era permitido, razón por la cual sin demasiada dificultad dejó a un lado su deseo de ser monja y se inclinó totalmente por la medicina.
Es así como la familia Nieto-Bogotá llega a Cúcuta, al barrio Restrepo. Para ese entonces nuestra protagonista no entendía muy bien por qué tantos cambios, pero recuerda que el calor le agradaba más que el frío. De igual manera rememora que lograron convertir su hogar en una embajada de la capital colombiana, manteniendo allí las costumbres y acento del interior.
Fue así como Fabiola llegó a “la Arenosa” a estudiar en la Universidad Metropolitana de Barranquilla, allí terminó sus materias y ya era hora de empezar su internado, gracias a un convenio con la Universidad del Rosario, pudo llevar a cabo este requisito en el interior del país en hospitales como el de Kennedy, San José y el hospital de Zipaquirá. Con cada turno realizado, cada paciente atendido, cada experiencia vivida, su vocación se reafirmaba, estaba curando, estaba sirviendo, se estaba sintiendo viva y feliz con su labor, su profesión sencillamente la apasionaba.
Su niñez transcurrió acompañada por el cariño consentidor de mamá y direccionado por la disciplina férrea de papá, que adquirió durante su servicio militar en antaño cuando fue secretario del General Rojas Pinilla en su presidencia. Fue una niñez tranquila y feliz por la que siempre le estará agradecida a sus padres, llena de diversión inocente con sus hermanos, amigos del colegio y del barrio, se destacaban los juegos donde se imaginaba como una médico consumada, su armario como el más moderno
Todo transcurría de maravilla cuando muy lejos de ella, en su casa paterna, su padre es secuestrado por el ELN, solicitando una fuerte suma de dinero para su rescate, fueron días muy difíciles que se convirtieron en meses, durante los cuales muchas veces pensó desfallecer, dejar a un lado su carrera y salir corriendo a apoyar a su mamá, pero su familia no se lo permitió, ella entendió que en nada ayudaría su presencia en Cúcuta, al contrario traería más estrés a su casa, así que sacando fuerzas de donde no sabía.
- 104 -
- 105 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Continuó con sus actividades, de modo tal que cuando su papá regresara, se sintiera orgulloso de ella. El tiempo pasó y luego de pagar el rescate, afortunadamente don Fulvio retornó a su hogar, volviendo todo a la normalidad, aunque las cosas nunca fueron como antes, un secuestro es tan intenso y ejerce un efecto tan drástico en la vida de las personas, que es capaz de dejar marcas y huellas difíciles de borrar, tal vez imperceptibles para el resto del mundo, pero demasiado profundas y dolorosas para quiénes lo sufrieron. Como se lo propuso, sin dejarse derrotar por ningún obstáculo, terminó con lujo de detalles su época de universidad y llegó el día de su grado, donde junto a sus orgullosos padres y su familia celebró el triunfo alcanzado. La celebración no podía extenderse demasiado, a la ahora Doctora Fabiola Nieto, le espera un buen tramo de camino por recorrer para conquistar el sueño de ejercer la medicina y ser una doctora en todo el sentido de la palabra, y precisamente en esta parte de su historia fue donde el destino enlazó su vocación para salvar vidas con el servicio a su patria. Transcurría 1996, cuando fue destinada para cumplir su rural en Puli, Cundinamarca, municipio pequeño y acogedor al occidente de la Mesa y al suroccidente de San Juan de Río seco, en límites con el Tolima, ubicación que para la época lo convertía en una zona donde el orden público era complicado por la presencia del frente 42 de las FARC. El rural es un servicio que todo médico debe afrontar en Colombia en las zonas más alejadas y/o desfavorecidas del país, atendiendo población vulnerable y de bajos recursos, que de otra forma no podrían tener acceso a salud, un desafío laboral que la doctora Nieto tomó como personal, con la certeza absoluta que su labor superaría las expectativas. A su llegada, la comunidad la recibió con mucho cariño y amabilidad, ella en contraprestación, desde el primer día se entregó completamente para brindarles todo su conocimiento y experiencia al servicio de la población sin hacer distinciones, el resultado no podía ser otro que el agradecimiento y aprecio de todo el pueblo hacia ella creciendo día a día. En su rural y en el desarrollo de su servicio se vio obligada a interactuar con personal del frente 42 de las FARC, con quienes nunca compartió su ideología o métodos, en ellos veía el mismo mal que secuestró a su papá y estuvo tan cerca de arrebatárselo. A la par, sus principios y respeto por - 106 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
las normas y leyes la llevaron a acercarse al Ejército Nacional, allí fue su primer contacto directo con la institución, lo que le permitió conocerla, haciendo amigos y ayudándolos con especial esmero siempre que alguno de sus miembros presentaba un quebranto de salud. La Doctora Nieto observaba a diario el temor en los rostros de sus pacientes producido por las injusticias, extorsiones, desplazamientos, asesinatos y demás atrocidades de las que ella también era testigo, hechos ante los cuales ella quería hacer algo, necesitaba actuar de alguna forma para evitar que esto siguiera pasando, sus principios morales y éticos se lo exigían. Pasaron los días y la cercanía y empatía con el ejército fue aumentando, en este proceso conoció al teniente coronel Salazar Echeverri comandante del Batallón Colombia, en quien encontró esa persona que le podría ayudar a hacer algo por esa región. La doctora Nieto por su calidad de médico rural del municipio tenía acceso a mucha información, se daba cuenta o enteraba de lo que pasaba en el municipio y sus cercanías, sabía que era arriesgado y peligroso para ella, pero aun así empezó a suministrar esa información al coronel Salazar, logrando de esta forma acertar varios golpes contundentes al frente 42, su actuar siempre fue desinteresado, sin pedir nada a cambio más que, la satisfacción de haber ayudado a construir una región más segura y tranquila para sus habitantes y tal vez en el fondo, buscaba un poco de justicia para todos aquellos que habían sido afectados por esos grupos guerrilleros; justicia para con ella, su familia y su padre que había tenido la desgracia de padecer el secuestro en carne propia. El viernes 30 de agosto de 1996, la guerrilla realiza un ataque simultáneo a Jerusalén y Viotá (Cundinamarca), hecho por el cual el día sábado la Doctora Nieto fue amenazada y secuestrada por guerrilleros del Frente 42 de las FARC al mando del Negro Acacio; la llevaron a una cabaña en las montañas cercanas para que les brindara todos los servicios médicos al personal de guerrilleros heridos en esos ataques, pasaron varios días en los cuales los estabilizó y atendió hasta donde le fue humanamente posible, con las condiciones sanitarias y medios con que contaba, cuando terminó su labor los mismos guerrilleros que la raptaron, la condujeron de vuelta a Puli. Al llegar, descubrieron una fuerte presencia de Fuerza Pública (más tarde se enteraría que ese despliegue de fuerza, era en razón de la búsqueda - 107 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
iniciada a causa de su secuestro), cuando el vehículo en que se movilizaban llegó al parque del pueblo donde se mantenía un retén, dio inicio a un combate entre guerrilla y ejército, del cual la Doctora Nieto salió ilesa, se podría pensar que esta experiencia sacaría corriendo a cualquiera, pero a nuestra doctora, solo le dio más motivos para seguir apoyando con su trabajo a la región. Pero todo tiene sus límites y el de ella llegó 3 meses después de su secuestro, cuando su nombre apareció junto al de otros pobladores de la región en un panfleto que promulgada una amenaza directa y clara a su vida, luego de poner en conocimiento las amenazas a sus superiores ese mismo día en la noche para salvaguardar su vida, ella salió en la ambulancia que tantas veces utilizó para salvar vidas de conocidos, amigos y extraños. Al llegar a Bogotá expuso su caso y fue trasladada inmediatamente a san Antonio de Tequendama; al poco tiempo el cariño que había sembrado en la población de Puli hizo que estos la reclamaran con fervor a la guerrilla, quienes después de recibir esta presión del pueblo la volvieron a amenazar, pero en esta ocasión, obligándola a volver. Al llegar todas las personas de Puli se convirtieron en el escudo que la custodiaba día y noche. En sus últimos días como médico rural, el Teniente Coronel Salazar se entrevista con ella y le agradece por todo lo que había hecho, por su servicio a la patria y al Ejército Nacional y pensando en su seguridad, le propone presentarse a la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdoba”, para realizar el curso administrativo, ya que se había dado apertura a la convocatoria que requería médicos y le dice que él no dudaría en darle su recomendación y hablar con sus superiores para que sus servicios fueran tenidos en cuenta a la hora del proceso de selección. La doctora Nieto nunca había contemplado esa posibilidad, pero no le fue indiferente; esa puerta que el coronel le abría para su futuro. Empezó a ver en ser Oficial médico, la mejor forma de luchar contra las injusticias y atrocidades que había tenido que ver y sentir en carne propia con el secuestro de su padre y en el desarrollo de su práctica rural. La idea tomó fuerza en su interior, fue como una semilla que sembró el coronel en ella y no había dejado de crecer ni un instante, cada día encontraba más motivos y razones para ser militar. Luego de los exámenes, requisitos y entrevistas de ley, la doctora Nieto fue aceptada en la escuela militar. Llegó junto a su hermana Mónica - 108 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
a la guardia de la escuela, donde se despidieron con una bendición y un beso en la mejilla. Ahora, solitaria frente a esa entrada inmensa con muchos sueños en su corazón y su maleta en la mano, con paso decidido y mirada altiva, ingresó a través del arco del triunfo al alma mater del Ejército el 1º de septiembre de 1997, lista para afrontar las pruebas y retos que se le avecinaban, estaba emocionada porque sabía lo que podría lograr y con ello aportar en la construcción de una nación grande, respetada y libre como tantas veces lo había rezado en la oración patria. La teniente Nieto culminó el curso sin mayores inconvenientes, pero con varias consecuencias en su vida personal, la primera: les robó lágrimas de orgullo a su familia, pero en especial a su padre, imposibles de evitar al observar a su niña convertida en toda una oficial, con su uniforme radiante y en su mirada, la mística que solo brilla en los ojos de quienes están en la institución por amor y vocación. Pero también hubo temor por su bienestar y la vida que ahora debería afrontar. Y lo segundo: tener que dejar ir al único amor que hasta entonces conocía, quien no estaba dispuesto asumir todo lo que implica ser la pareja de un militar. La primera unidad de la Teniente Nieto fue el Batallón de Infantería Nº. 19 General Joaquín París, en el Municipio de San José de Guaviare, donde sirvió por 2 años, tiempo en el cual dio asistencia primaria y atendió a los heridos en las tomas de Miraflores, El Capricho y Mitú, de ahí fue trasladada al Grupo de Caballería Montado Nº 16 Guías de Casanare, ubicado en la ciudad de Yopal que para la época sufría toda la intensidad del conflicto, enfrentándola a 2 años más de experiencias en el frente de batalla tras los cuales la Dirección de Sanidad la destina a la Brigada de Fuerzas Especiales donde con orgullo fue la primera mujer en ganarse el derecho de portar la característica boina terracota que identifican a los integrantes de esta unidad de elite del Ejército. Durante estos años ascendió a su grado inmediatamente superior y en cada uno de estos traslados tuvo contacto directo con el conflicto armado y los rigores que un médico militar debe soportar, convirtiéndose en una Capitán médico experimentada y fogueada en asistencia médica en combate, lo que hacía de ella la candidata ideal para el “grupo avanzado de trauma en combate” que se identificaba con la sigla “GATRA”, esta Unidad fue creada gracias al apoyo del plan patriota con el fin de acompañar y brindar asistencia médica de alta calidad a los hombres que estaban comprometidos con la retoma de la extinta zona de distensión. - 109 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Para ese entonces el GATRA estaba conformado por las 3 fuerzas armadas (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) y contaba con 3 grupos ubicados en Villavicencio, San Vicente del Caguán y San José del Guaviare, cada grupo estaba compuesto por: un médico, un enfermero, el ortopedista, anestesiólogo y traumatólogo. Quienes tenían como misión principal, brindar la mejor atención médica que las circunstancias y condiciones permitieran, a los heridos en combate en el desarrollo de las diferentes operaciones militares. La Capitán Fabiola Nieto llegó a ser parte del GATRA ese octubre de 2004 y fue asignada al grupo ubicado en San José del Guaviare, en su corta pero experimentada carrera era la segunda vez que estaba en esta unidad, ya la conocía bien y tenía clara la actividad y el ambiente operacional que diariamente se vivía allí, así que al llegar de forma casi inmediata se puso trabajar, a la par con su misión principal que le exigía disponibilidad total las 24 horas del día los 7 días de la semana, apoyaba el dispensario de la unidad cumpliendo en funciones de médico general. El lunes 18 de octubre el suboficial enfermero de su grupo GATRA salió de permiso y para su relevo llegó el Soldado Profesional Pedro Antonio Camacho Almeida quien era enfermero de combate y Auxiliar de Enfermería, ese mismo día le presentaron a todos los miembros del GATRA, la capitán Nieto lo observó como un muchacho vivaz y proactivo, apasionado por su especialidad, se notaba como disfrutaba de ella y era evidente lo feliz que estaba de tener la oportunidad de pertenecer a esta unidad especializada. Ella misma se encargó de mostrarle las instalaciones, orientarlo en sus funciones y obligaciones. Rememorando la facilidad con que asumió su rol; al finalizar de aquel día, cualquiera podría decir que el Soldado Camacho era un experimentado miembro del grupo que llevaba sirviendo en él, varios meses. Esto permitió que esa semana transcurriera sin ningún traumatismo en medio de la rutina normal de la unidad. El viernes 22 de octubre suena la alarma como en cualquier otro día de trabajo para la capitán Nieto. Se despertó en medio de la oscuridad de su habitación, eran las 4:45 de la madrugada y es momento de dar inicio a un nuevo día, apaga la alarma en el reloj de su mesa de noche y hace un rápido repaso de su jornada, cierra los ojos, le ofrece su día a Dios y sin pensarlo más se levanta. Sigue el régimen interno de la Unidad, viste su uniforme - 110 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
de deportes y sale a trotar, regresando una hora más tarde a su habitación para asearse y prepararse para una jornada de trabajo en el dispensario con su agenda llena de citas médicas por atender y pequeños procedimientos quirúrgicos a realizar, razón por la cual deja a un lado su camuflado y usa su uniforme médico. Son casi las 07:00 de la mañana y al salir se encuentra con un hermoso día, con el firmamento tan profundo como azul; un clima en los 28 grados centígrados y esa magia que solo se siente en la Orinoquia colombiana acompañada por sus sonidos y aromas, lo que como todas las mañanas la obligaba a elevar su mirada al infinito cerrando los ojos, despejando su mente, abriendo su olfato para su deleite y afinando su oído para el disfrute; le agradecía a Dios permitirle por unos instantes, contemplar en todo su esplendor de esa maravilla natural. Luego continúa su andar hacia el dispensario médico de la Vigésimo Segunda Brigada de Selva, la mañana transcurrió en el dispensario entre citas, pacientes, revisiones y fórmulas médicas, una rutinaria jornada que la Capitán Nieto interrumpía, para salir a almorzar junto con sus compañeros de trabajo. Su andar hacia el casino en medio de una charla amena y risas por una que otra broma, se vio interrumpido por el sonido de la voz del Teniente Coronel Carlos Arturo Franco Corredor, comandante del GATRA de San José que emergía de su radio diciendo “chinita, vengase urgente para el comando”. La capitán Nieto sabía lo que eso significaba. Le ordenó a un soldado que buscara al soldado Camacho, le indicó que fuera a su habitación ya que él había terminado su guardia en el dispensario y que una vez lo encontrara, lo alertara para que estuviera pendiente de su radio, en caso de que emitieran una orden especial. Hecho esto, se dirigió rápidamente hacia el comando, mientras en su mente se preguntaba ¿cuántos heridos serían?, ¿en qué estado estarían?, sabía que en estas situaciones el tiempo siempre corre en contra, no tardó en llegar ante la presencia del Coronel, quien se encontraba junto con el comandante de la Brigada móvil 9 y el estado mayor de esa unidad, encargados de las operaciones y los abastecimientos, frente a una carta operacional (manera en que los militares llaman a un mapa) de grandes dimensiones, que ocupaba prácticamente la totalidad de la pared y en el cual estaba representada toda la jurisdicción que el Coronel tenía bajo su cargo. - 111 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Al verla inmediatamente el teniente Coronel Franco le dice “Siga chinita, necesitamos tu apoyo”, una vez a su lado todos miraban la carta sobre la cual diariamente se lleva el seguimiento a la batalla y se planean las estrategias que las unidades desarrollan en el área de operaciones, ella sabía que estaba en el cerebro y corazón de la Brigada y empezó a escuchar atenta, mientras el Coronel le señalaba puntos en la carta a la par que le explicaba, “Hay una operación en este instante a media hora de aquí en este punto y varios hombres de nuestra mejor unidad han sido emboscados por las FARC, están aguantando todo lo que pueden, ya están recibiendo el apoyo aéreo correspondiente, pero necesitamos sacar los heridos que tienen, no podemos permitir que ninguno de los soldados muera, el punto más cercano para sacarlos es San Vicente del Caguán pero ellos no tienen la disponibilidad de aeronaves que nosotros tenemos acá, así que necesito que ingrese para hacer esa evacuación”. La capitán Nieto haciendo un análisis rápido de toda la información que estaba recibiendo le pregunta al Teniente Coronel por la cantidad de heridos y su situación según el reporte de la unidad. “La unidad reporta dos heridos, uno tiene una herida en la cabeza y el otro en el pecho; requieren de una evacuación urgente, se encuentran en la retaguardia del combate en un punto que la unidad ya ha asegurado” respondió el Teniente Coronel, mientras la observaba atento. La Capitán Nieto seguía viendo la carta, mientras repasaba todos los datos que tenía, la evacuación no sería problema si las heridas de los soldados fueran en otra parte del cuerpo, pero con las heridas descritas las cosas podrían complicarse. Sin vacilación mira al Coronel y le responde “como ordene mi Coronel, permítame voy a mi habitación en el casino para sacar un material que tengo allá y procedo al helipuerto a embarcarme”, el Teniente Coronel Franco con quien existía una muy buena amistad le responde con una sonrisa al escuchar su respuesta y acto seguido le dice, “Tranquila chinita, vaya que el helicóptero la va estar esperando, ya está listo para salir”. Sin esperar más pide permiso para irse, da media vuelta y apremiada con el reloj en contra, en el camino toma su radio e imparte todas las órdenes al soldado Camacho indicándole que se encontraran en el Helipuerto, al llegar a su habitación tenía puesto su uniforme médico conocido como traje de mayo, pero no había tiempo para cambiarse y colocarse el camuflado, llevaba puesto su brazalete con la Cruz Roja que la identificaba como - 112 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
personal de Sanidad, pensó que para la ocasión sería más que suficiente, tomó el canguro que mantenía con los implementos básicos para estas ocasiones y salió rápido. Al llegar al helipuerto encontró al soldado Camacho esperándola, tenía todo el equipamiento con el que contaba el GATRA para adecuar una aeronave para una evacuación, además del botiquín y utensilios que podían llegar a necesitar, ella lo contextualizó sobre la situación y lo que debían hacer. Junto a la aeronave, los dos suboficiales técnicos que una vez en el aire cumplen la función de artilleros, revisaban frenéticamente todo el helicóptero antes de poner en marcha el motor del mismo. Ellos son los encargados de su mantenimiento y revisión para que los pilotos cuenten con una máquina en óptimas condiciones para el desarrollo de las diferentes misiones, mientras tanto los pilotos terminan de colocarse toda su indumentaria y revisan la carta que indicaba el lugar a donde debían llegar. La capitán Nieto junto con el soldado Camacho saludan a los pilotos quienes eran el capitán Edwin Cabrera y el teniente Nelson Herrera y a la tripulación. La capitán y el soldado entienden que gran parte del éxito de esta operación está en sus manos y en la agilidad que tengan para llevar a cabo los procedimientos que deben ejecutar. Empiezan a equipar el helicóptero adaptándolo con los equipos que cuentan para la evacuación, la Capitán Nieto prepara y marca con cinta varias jeringas con los medicamentos que gracias a su experiencia sabe, son los más necesarios en estas situaciones, dejándolas listas para su aplicación en uno de los bolsillos de la camisa del uniforme. El helicóptero enciende sus motores, mientras el ensordecedor ruido de las turbinas invade el ambiente, los pilotos y técnicos hacen las últimas revisiones de la aeronave, de forma tal, que les permite estar seguros de que todo funciona correctamente, una vez terminan y sin más demora, despegan. Así, dan inicio a la misión encomendada que por su naturaleza despierta gran expectativa y esperanza de que todo salga bien, es el deseo dentro de todos los corazones que están comprometidos de una u otra forma en ella. Después de algo más de 20 minutos nos encontramos en el comienzo de nuestra historia, junto a la Capitán Nieto, quien se encuentra saturada a más no dar de adrenalina, fluyendo por cada una de sus venas, con sudor frío en todo su cuerpo, mientras la taquicardia nace en su pecho y retumba en sus - 113 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
oídos haciéndole olvidar el estruendo producido por la aeronave, mantiene la mirada fija en el horizonte donde todo se funde con la selva; tratando de contagiarse un poco de la paz y tranquilidad que el paisaje transmitía. Mira su reloj 1:10 de la tarde faltan cinco minutos y todo el tiempo reduce su andar, empieza a percibir todo en cámara lenta, cinco minutos que parecen una eternidad, familia, padres, hermanos, sobrinos, amigos, sueños, proyectos en todos alcanzó a pensar cuando el reloj arrastraba el tiempo tan lentamente, mira al técnico que con los dedos de su mano le indica que solo faltaban 3 minutos, mira al soldado Camacho y entiende que él está pasando por algo muy similar, él responde la mirada con un simple movimiento de cabeza indicando que había comprendido y estaba listo. El suboficial técnico le indica con su dedo índice apuntando al techo del aeronave que tan solo faltaba un minuto, el piloto empieza a hacer una maniobra de descenso en espiral, durante el cual la Capitán Nieto observa por la ventanilla mientras la aeronave da vueltas sobre el punto en su acercamiento al suelo y se encuentra con una escena, donde lo que parecían pequeños muñecos, ahora corren por una carretera y se esconden en sus costados, al sentir la cercanía de la aeronave, ella deduce que son guerrilleros y que están buscando refugio para no ser impactados por la aeronave, aunque la altura en que se encuentran aún les presenta una imagen distante, la intensidad del combate que se estaba viviendo allá abajo era clara. De repente, el helicóptero se lanzó en picada y ella experimentó una falta total de gravedad. Logró flotar por unos instantes en el interior de la aeronave, sintió como todos sus órganos subían hasta su garganta, ella recuerda con claridad cada uno de esos segundos en ingravidez, el rostro de Camacho que no le permitía ocultar su sorpresa y terror mezcladas en un sentimiento difícil de manejar, los objetos preparados para la evacuación intentando salir flotando, solo detenidos por los amarres que con anterioridad Camacho había hecho para asegurarlos y por último la imagen de la tierra acercándose a una velocidad escandalosa, por un instante pensó que se iban a estrellar, pero todo era parte de la maniobra que el Capitán Cabrera estaba realizando para aterrizar gracias a su pericia como piloto obtenida a través de las miles de horas de vuelo que ostentaba en su historial, de pronto la gravedad volvió pero con una intensidad difícilmente manejable, la Capitán Nieto sintió que pesaba varias veces su peso real, como si una fuerza descomunal la aferrara contra el piso de - 114 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
la aeronave, solo un piloto muy experimentado podía hacer ese tipo de entrada y frenar de esa forma el helicóptero. Cuando pudo volver a respirar se dio cuenta que ya estaban a escasos metros del suelo y ahora era su turno de demostrar sus habilidades y destrezas. Durante los últimos centímetros del descenso, la Capitán Nieto y el Soldado Camacho ya recuperados de la maniobra de ingreso que acababan de soportar, tomaron posición para el desarrollo del procedimiento, la capitán era encargada de abrir la compuerta, hablar con los enfermeros de combate y recibir los heridos, mientras el soldado Camacho se encargaba de ubicarlos dentro de la aeronave y una vez ya despegaran, brindarle a ella, todo su apoyo. Se ubicó junto a la puerta de la aeronave viendo como los soldados de la unidad en tierra brindaban la seguridad del helipuerto y terminaban de ayudar a orientar la aeronave en su aterrizaje. La capitán Nieto a la señal del Suboficial técnico que le indicaba que habían aterrizado sin problema abrió con firmeza la compuerta derecha del aeronave, acto seguido es golpeada por la ráfaga de viento que crean las hélices en plena rotación lo que la obliga a proteger sus ojos de todas partículas que volaban violentamente por el ambiente, inmediatamente llegan dos soldados uno de ellos debía ser el enfermero de combate pues trataba de explicarle la situación de los heridos y le dio un papel donde estaban claramente descritos los procedimientos realizados y los medicamentos suministrados; información de vital importancia para la atención de cada uno de los heridos. Al levantar la mirada observa una camilla aproximándose con un hombre en ella, con la cabeza vendada y en el fondo un árbol frondoso y de inmenso tronco donde se observan un par de fogonazos. La capitán Nieto desciende su mirada y observa mucha sangre y tejido adiposo en el piso del helicóptero junto a donde ella estaba arrodillada, mira a la tripulación, a Camacho y no los ve heridos, deduce entonces que esa sangre era suya, aunque no siente dolor alguno, revisa su traje de mayo y encuentra que está manchado de mucha sangre al lado derecho a la altura de su cadera, toma entonces el resorte de su pantalón estirándolo y lo estira para ver debajo de la tela, descubriendo una profunda herida en su cadera, todo era muy confuso, todo fue rápido y lento a la vez, teniendo su brazo estirado horizontalmente mientras hacia un ángulo recto que le permitía estirar al máximo el resorte de su pantalón, escucha el silbido de una ojiva y siente un fuerte impacto en su brazo que por la fuerza del proyectil es - 115 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
arrojado hacia atrás; en acto reflejo la Capitán Nieto se arroja hacia atrás en posición fetal protegiendo su extremidad herida y los pilotos del aeronave al ver que estaban bajo el fuego de un francotirador decolan sin demora. Nuevamente en el aire, el suboficial artillero cierra la compuerta. La tripulación estaba consternada, nadie esperaba que se desarrollara de tal manera la situación, la aeronave impactada se desplazaba en un vuelo en dirección a san Vicente del Caguán donde se encontraba la base militar más cercana y donde estaban esperando los soldados heridos que no pudieron evacuar. Cosa contraria sucede con la Capitán Nieto quien a pesar de la gravedad de sus heridas conservaba una increíble calma, intercambian miradas con Camacho, este se examina revisándose los puntos de su cuerpo donde está sintiendo dolor, encuentra dos impactos, uno en su nalga y el otro en su rodilla, siendo este último el más delicado, sigue las indicaciones que le da la Capitán Nieto y se hace un torniquete centímetros arriba de la rodilla, para controlar la hemorragia. Una vez que se atiende sus heridas, se acerca a la Capitán, quien ya empezaba a sentir los síntomas de una deshidratación causada por la pérdida de sangre que presentaba; con la impresionante calma que la domina, la capitán Nieto le pide a Camacho que le saque del bolsillo de su camisa un yelco calibre 18 de los más gruesos que existen para tratamiento humano, para buscar que ingrese la mayor cantidad de líquido a su torrente sanguíneo. Ya canalizada y teniendo pleno conocimiento de sus condiciones y tratamiento a seguir, le ordena a Camacho que saque las inyecciones preparadas que tiene en su bolsillo y le pide que primero le aplique ranitidina, porque no había almorzado y podía atacarla la gastritis, luego le dice que continúe con metoclopramida para evitar el mareo y vómito, continúa con tramal para el dolor y finalmente cefalexina para contrarrestar cualquier infección presente. Cada uno de los heridos se recuesta en el piso de la aeronave, saben que nada más se puede hacer por ahora, tan solo hay que esperar llegar a una base para recibir atención más especializada. Para la capitán Nieto todo se silencia, por unos escasos minutos siente que está sola en el mundo, piensa en el soldado herido que dejaron atrás, se preocupa por su vida, se pregunta por su estado, le falló; observa su brazo y comprende la gravedad de la herida, ella es médico y tiene la certeza con solo - 116 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
ver su brazo que existe una muy alta probabilidad de que lo pueda perder, es tan consciente de ello como de su mismo nombre, empieza a imaginar su futuro sin un brazo, profesionalmente se truncarían muchos caminos que anhelaba recorrer, como mujer aunque ella nunca había sido vanidosa no se quería imaginar su figura con un solo brazo, cuantos apodos recibiría, como la recordarían de ahora en adelante? la capitán mocha tal vez, la doctora de una manito quizás. Recuerda a sus padres, su familia, se preocupa por ellos, sabe cuánto van a sufrir por su causa y con todo su ser desea que lo que está viviendo sea un sueño y poder despertar en cualquier momento. El helicóptero aterrizó en el Batallón de Infantería Nº 36 Cazadores, ubicado a escasos kilómetros del casco urbano de San Vicente del Caguán; todo el personal estaba preparado para recibir dos soldados heridos, dos camillas con sus respectivos camilleros prestos para transportar a los heridos a las instalaciones donde se encontraba el personal del GATRA quien a su vez también tenía ya todo preparado en caso de tener que realizar alguna intervención o procedimiento de mayor complejidad o en caso de ser necesario estabilizar los heridos para remitirlos a un centro de salud con el nivel que los heridos requirieran. Pero en el momento que la aeronave abrió su compuerta todo el mundo entró en confusión, ¿por qué hay una mujer herida?, allá jamás se había visto una mujer militar herida en combate, por ende los soldados camilleros la confundieron con una guerrillera, las personas que la veían pasar no comprendían quién podía ser esa mujer herida y tan ensangrentada, al llegar ante el GATRA el desconcierto fue aún mayor, inmediatamente todo el personal la reconoció, es Fabiolita, nos hirieron a Fabiolita escuchaba decir a sus compañeros, la atención fue pronta, aunque nada agradable, rasgaron su ropa dejándola en ropa interior para examinarla completamente y recuerda que su pudor fue su tortura. Por la gravedad de sus heridas, esa misma tarde fue remitida en el avión ambulancia hacia Bogotá. Su familia fue informada sobre las tres de la tarde, sus padres y hermanos, viajaron desde Cúcuta y Barranquilla a Bogotá, el tipo de sangre de la Capitán Nieto es O negativo y no existían mayores reservas de su sangre en el hospital, así que era de vital importancia que su familia donara. Ella llegó cuando empezaba la noche. Pronto la ubicaron dentro de la ambulancia que la llevó al hospital, al llegar alcanzó a ver de lejos a su - 117 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
familia antes de entrar en el hospital, ya en la sala de urgencias dejaron entrar uno a uno de sus familiares, todos lloraron y a todos ella aún muy calmada los consoló e intentó tranquilizar, la pasaron al quirófano y la recibió un grupo de especialistas para su valoración, la anestesiaron, lavaron e hicieron la curación de la herida de su cadera y limpiaron y tan solo cubrieron la herida de su brazo. Al despertar ya se encontraba en la oscuridad de una habitación en el silencio propio de un hospital y con una vista cautivadora de las luces nocturnas bogotanas. En la mañana en un salón del hospital militar se reúne el grupo quirúrgico de ortopedia, encabezado por el coronel Fabio Suárez especialista en ortopedia en miembro superior, luego de la cual se dirige a la habitación de la capitán sin las mejores conclusiones acompañándolo, al llegar le dice “Fabis te tengo malas noticias, porque en este punto no sé qué más hacer, tienes graves daños en el hueso de tu brazo y posiblemente debemos amputarlo, la última esperanza que te puedo brindar si tú lo deseas, es que me tengas un poco de paciencia, yo mañana viajo a un congreso mundial de ortopedia y si quieres puedo llevar tu caso para analizarlo y tal vez me brinden una solución que no incluya la amputación”, nuestra protagonista sin muchas opciones acepta esperar. Los días en el hospital trascurrían madrugando a curaciones donde era anestesiada para evitarle el dolor del procedimiento, a eso de las 8 de la mañana estaba de nuevo en su habitación donde esperaba el regreso del Coronel Suárez. Mientras, compartía con su familia y recibía las visitas de importantes miembros de la institución y la vida civil, en estos días se enteró que el ejército para prevenir más incidentes como el que le ocurrió a ella, prohibió a todas sus unidades la utilización de personal médico para las evacuaciones de los heridos, solo los enfermeros de combate deberían realizar este tipo de procedimientos. Los días eran sencillos por decirlo de alguna forma porque siempre estaba acompañada y ocupada, pero las noches eran diferentes en la soledad de su habitación, miles de pensamientos llegaban a atormentarla, las lágrimas brotaban y surcaban sus mejillas y su más creciente temor era una amputación, su futuro, su vida, su familia, que hombre se va a fijar en mí ahora?, ¿cómo voy a ejercer mi profesión? tantas cosas que tenía en mente y estaba sacrificando, ¿todo esto valió la pena?, el llanto de sus padres le partía el alma, revivía el instante en que había sido herida, buscaba otras opciones y siempre llegaba a ese callejón sin salida en el que se encontraba. Los días y las noches pasaron lentamente. - 118 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
La mañana era particularmente soleada existía un ambiente alegre en su habitación, la conversación en que estaba le había sembrado una sonrisa, cuando entró el coronel Suárez muy animado diciéndole “Buenos días Fabiolita, ¿cómo estás?”, bien mi coronel le responde ella, esperándolo y algo ansiosa. Yo te traigo una buena noticia, continúa el Coronel, tenemos esperanzas, luego de exponer tu caso en el congreso regreso con una nueva técnica que podría salvar tu brazo, nunca la he realizado, pero pondré todo de mi parte, para que todo salga bien y estoy seguro que tendremos muy buenos resultados. Una luz de esperanza brilla en los ojos de la Capitán, que sea lo que Dios quiera mi Coronel atina a decir. Luego de la intervención quirúrgica que dura varias horas, regresa a su habitación, allí al despertar conoció el dolor que no había sentido en todos esos días, el implante de platino que le colocaron en su brazo aferrado con tornillos a su hueso le hacían padecer una verdadera tortura, a tal punto que debieron aplicarle la máxima dosis de morfina permitida para apaciguar el tormento. En ese momento empezó una lenta recuperación, a las pocas semanas le dieron de alta y dejaron que se fuera a su casa, allí continuó en reposo y un mes después de la cirugía, inicia las terapias físicas para recuperar la funcionalidad de su brazo. Diariamente cumplía su cita a la dolorosa terapia, asistía sin observar mayores avances en su recuperación, su brazo seguía siendo una parte de su cuerpo prácticamente inerte sin movimiento colgando de su hombro, tan lenta mejoría solo conseguía aminorar su estado de ánimo. Así transcurrieron 4 meses tras los cuales le dieron autorización para que descansara y fuera a visitar a su familia en Cúcuta. Una vez en su hogar, junto a su familia, su ánimo mejoró un poco, para esos días se encontró con una amiga de infancia, eran vecinas en el barrio, su amiga iba a pagar una misa en la iglesia de un sacerdote muy nombrado de la región por su don de sanación y la invitó para que fuera con ella y aprovechara conocer a este padre y pedirle que orara por su sanación, la Capitán Nieto sin nada que perder la acompañó, fueron hasta la parroquia donde tuvieron que esperar un poco la llegada del padre Pedro Alejandrino Botello, quien se encontraba visitando una apartada región. Mucha gente lo esperaba y las personas una a una fueron pasando frente a él; cuando fue su turno ella lo relata como un momento muy íntimo - 119 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
donde su alma encontró paz y tranquilidad, donde el sacerdote encontró las palabras para llegar a su corazón, le impuso las manos, los santos óleos en puntos muy precisos de su cuerpo y empezó a orar en una lengua que jamás había escuchado, sintió que fueron cientos de horas desmayándose en medio de tanta paz. Al despertar su amiga estaba a su lado y el padre se despidió de ella diciéndole que no se preocupara que Dios estaba con ella, esto fue lo que sucedió según su relato: llegó a la parroquia con cabestrillo y salió de allí sin él y con un brazo que había recuperado el 90 por ciento de su funcionalidad. Al regresar a Bogotá al ver el gran avance en su recuperación, las terapias pasan a día de por medio y le asignan un trabajo administrativo, en este tiempo recuperó un poco más de su movilidad, aunque nunca logró una recuperación total de movimiento y sensibilidad, pero sí consiguió gran funcionalidad de su brazo y mano. A partir de este momento continuó con su carrera, solicitó regresar a San José del Guaviare en contra de toda recomendación o comentario por parte de su familia y compañeros, pero allá ella se sentía bien, conocía esa plaza y le había tomado cariño y tal vez se quería demostrar a sí misma de su talante y fortaleza. Tras un año en San José, fue asignada a una unidad en Bogotá donde sufre un fuerte episodio de estrés postraumático. Llegó la orden a las unidades para que las mujeres militares se presentaran en la Escuela de Caballería para realizar un polígono de revitalización, una vez allá, en la línea de tiro junto a sus compañeras luego de recibir la orden de fuego para que empezaran a disparar, ella evocó el momento en que fue herida y no logró diferenciar la realidad de los recuerdos; aterrorizada salió corriendo desde el polígono que queda en los cerros orientales y llegó hasta el comando de la Escuela de Caballería que está ubicado sobre la carrera séptima, allí se sentó en un andén a llorar.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
camino sin retorno, fue una batalla dura pero junto a su familia y gracias a su voluntad sobrellevó esta crisis. Fue llamada a calificar servicio en el grado de Teniente Coronel, luego de una intachable carrera llena de sacrificios y triunfos, con múltiples distinciones y condecoraciones con metas cumplidas y, sin embargo, muchos sueños por concretar. En la actualidad solo desea viajar, conocer y vivir al máximo. Esta es ahora su doctrina. Debido al accidente no pudo realizarse como cirujana, así que se especializó en dermatología. No se arrepiente de lo vivido, su agradecimiento por el Ejército es grande, aunque no deja de reprocharle la escasa atención y apoyo psicológico que ella y su familia recibieron; pero acepta que esta es un área que no se consideraba tanto antes y hasta ahora se está comprendiendo su importancia. Anhela que su caso sea una lección aprendida y otros casos como el suyo sean tratados de mejor forma, que su vivencia no se olvide y pueda ser usada para corregir este tipo de fallas. La Teniente Coronel Nieto no ha sido la primera militar herida, pero si fue la primera en ser reconocida como víctima por el gobierno nacional. Este reconocimiento no soluciona las cosas, pero si es un avance importante en el camino, para que las víctimas militares producto de la evidente violación del Derecho Internacional Humanitario sean reconocidas.
Sus compañeras y los instructores del polígono la encontraron totalmente confundida y aterrorizada. Inmediatamente fue remitida a Psiquiatría, donde le diagnosticaron estrés postraumático tardío. Los ruidos fuertes o repentinos la alteraban mucho, su estado de ánimo era muy tornadizo, a veces se sentía molesta sin razón, empezó a tener depresiones y otros síntomas, que le tomaron un año de terapia psicológica y psiquiátrica. Ella temía que la locura la dominara y la llevara por un - 120 -
- 121 -
LA NIÑA DE CECILIA Teniente Coronel Elizabeth Vélez
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Fotos: Archivo personal Teniente Coronel Elizabeth Vélez
- 124 -
- 125 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Camino expectante en medio de un típico barrio bogotano de clase media que tuvo su auge unas décadas atrás y hoy se resiste impávido al paso del tiempo, voy algo retardado a la cita y acelero el paso, cuando llego a mi destino, me encuentro ante una vivienda humilde que pasa desapercibida en la calle, sin nada que la haga destacar, con una fachada algo deteriorada, puerta metálica y no tiene timbre, lo que me obliga a golpear con fuerza aquella puerta para avisar mi llegada. Allí es donde habita doña Cecilia Salazar, a quien deseo conocer para entrevistarla, pues, aunque no es exactamente la protagonista de esta historia, si es la mujer que merece llevarse todos los méritos que pueda recibir. Al abrirse la puerta me encuentro con una mujer alegre, amable, de voz fuerte, emocionada por mi llegada, no todos los días se puede contar la historia de su niña para perpetuarla en las páginas de la historia. Su figura robusta por el paso de los años le quita agilidad, pero no esa gracia maternal en sus movimientos, su tez envejecida adornada por su cabello canoso le impregna un aura de aquella sabiduría que se adquiere tras una vida de sacrificios y luchas. Amablemente me invita a seguir al segundo piso donde ella vive, y al recorrer esa casa en mi mente, imagino lo que en otros tiempos fuera un hogar lleno de actividad y personas que iban y venían. Ahora, como detenida en el tiempo, la soledad del primer piso invita solo a imaginar esos días de concurrido trajín. Una vez en la sala de la casa, conocí a Carlos, el segundo hijo de Cecilia, quien es abogado y un apasionado por las motocicletas, teniendo en sus palmares varios trofeos, así como también huesos rotos y cicatrices, vale la pena decirlo, porque adolorido se recupera de su último accidente. Nos sentamos en el sofá con Doña Cecilia, quien expectante no deja de mirarme. Podría asegurar que es la primera vez que será entrevistada en su vida, cuando enciendo la grabadora son notorios sus nervios, pero cuando empezamos a charlar y ella se relaja, tuve la oportunidad de conocer a una mujer maravillosa, en la que vi representada a cada una de las madres y abuelas que lo dan todo por sus hijos, en una labor silenciosa donde se puede encontrar amor, comprensión, consejo y también una palabra - 127 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
fuerte para impulsar o corregir nuestro camino. Ha entregado su juventud, cuidando a los suyos de sol a sol, viéndolos crecer y acompañándolos en todo cuanto pueda, sin dejarlos de ver siempre como sus niños. Ya entrados en confianza, supe que doña Cecilia nació en Puerto Salgar Tolima en el año de 1945, tres años antes del bogotazo, en una época en la que el estudio para las mujeres no era una prioridad, sus padres le dieron lo que pudieron en el pueblo y en pro de una mejor educación llegaron a la capital. Ya en Bogotá, sin terminar su secretariado técnico que ahora vendría siendo como el bachillerato, regresa a su tierra natal, donde al corto tiempo empieza a trabajar. Allí conoció el amor y también el desamor. Así, escapando de las penas y el dolor y también buscando nuevos horizontes, viajó de nuevo a Bogotá, donde empezó a trabajar ayudando en el restaurante de su mamá. En esos días conoció al que sería el papá de su niña; después de estar en embarazo viajó con él a Granada (Meta), donde empezaron a vivir juntos; allí él tenía trabajo y familia. Su prima, era una reconocida enfermera de la región, y fue ella quien le ayudó a dar a luz a su niña el 11 de septiembre. Transcurría el año de 1976, y poco tiempo después del nacimiento de la niña, regresaron a Bogotá, donde doña Cecilia llegó a comprender que jamás se entendería ni sería feliz con este hombre, con el que hasta entonces intentó vivir. Por decisión propia, inició su camino hacia el Huila, con una fuerte determinación -que aun hoy transmite-, llegó a la casa en la que hoy nos encontramos, que es herencia de su papá. Se propuso sacar adelante a su niña, hacer de ella una mujer digna de admirar. Esta vivienda, su hogar, fue su resguardo y además el sustento que le permitió sin excesos, pero tampoco con falencias darle todo cuanto pudo a sus hijos. Transcurridos los años, mejoró la relación con el que fuera el papá de su niña, quien, aunque no las olvidó, tampoco les dio el mayor apoyo. Toda la responsabilidad de la niña recayó sobre los hombros de doña Cecilia, quien viendo a su hija con esos ojitos brillantes que la enamoraron desde el primer instante, no vaciló y empezó a echar pá lante, toda la fuerza que necesitaba, la encontraba en ese ser diminuto y hermoso que ahora la acompañaba, sentía que juntas eran un dúo invencible, sabía que todo lo podrían.
- 128 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Acá en este punto, comienzo la historia de nuestra protagonista. Doña Cecilia se dedicó en cuerpo y alma a su niña, toda su vida giraba en torno a ella, empezó a alquilar los cuartos de la casa, y con ese alquiler cubría sin inconvenientes los pocos gastos que ella y su niña tenían, esos primeros años en los que eran solo ella y su niña surcando este mundo, se destacaron por sus viajes a su tierra natal, visitas a la familia, visitas a su mamá quien también vivía en Bogotá. Sin mayores compromisos podían darse el lujo de una vida tranquila, pasear, conocer, vivir felices, doña Cecilia con su niña al lado, no necesitaba nada más, sentía que nada le era imposible, que esta vida tenía sentido y que Dios realmente la había bendecido. Su niña era su vida, le encantaba vestirla con esos vestidos anchos, llenos de encajes y adornos, como lo atestiguan esas fotos que guarda con tan celoso cuidado, recuerda que en esa época su niña ya soñaba y decía “yo voy a ser picia”, no sabe de dónde exactamente le nació la vocación, pero tiene claro que el deseo de servir a su patria y ser policía siempre la acompañaron. La dinámica familiar cambió bastante cuando a los cuatro años Cecilia inscribió a su niña a un pequeño colegio, que dirigía una señora llamada María Luisa, a media cuadra en esta misma calle, terminaron las mañanas de pereza y levantarse tarde, ahora la jornada de doña Cecilia daba comienzo a las 5:30 de la mañana, para alistarle el uniforme, bañar a su niña, vestirla, servirle sus huevos tibios, café con leche y pan, ese desayuno que tanto le gustaba, la llevaba de la mano al colegio y la recogía a la 1:00 de la tarde, para regresar a la casa a almorzar y después descansar y hacer tareas. Su niña fue creciendo ante sus ojos, y no se dio cuenta cuando cursó kínder y primero, y ya necesitaba otro colegio, más grande, que le permitiera continuar sus estudios. Fue así como la inscribió en el colegio Santa Teresita, tampoco lejos de la casa, donde su niña continuó su formación. Aunque nunca se destacó por su espíritu deportivo o sus deseos de participar en alguna actividad extracurricular, con orgullo recuerda que siempre fue una excelente estudiante, aplicada, tranquila y juiciosa. La luz de sus ojos, esa personita maravillosa de la cual vivía enamorada y por la que daría todo, pero ese ser estaba aumentando de tamaño, así como sus gastos; el colegio donde su niña estudiaba ahora era privado, el transporte, los útiles escolares, los uniformes, las loncheras de todos los - 129 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
días, las tareas etc., etc., etc. todo sumaba y ella no podía decirle que no a su niña. Esto la llevó a darse cuenta que necesitaba otro ingreso, ya solo los arriendos de su casa no le bastaban, necesitaba con urgencia pensar en algo, así que empezó a vender almuerzos y comidas que preparaba en su casa, tenía un contrato de 6 almuerzos y 5 comidas todos los días, lo que le aportaba un nuevo ingreso. No era la gran cosa, pero sí le ayudaba; aunque le representaba un sacrificio más, pero eso le era indiferente. Cuando se trataba de su niña todos los esfuerzos los hacía con amor, ella deseaba darle todo lo mejor, si pudiera le entregaría el mundo a sus pies, la cuidaría todo el tiempo que Dios le regalara en este mundo, pero sabía que eso era imposible, así que se esforzaba a diario en prepararla para la vida. Era muy estricta con su niña, era consciente de sus errores y no quería que su niña los cometiera también, para empezar, debía terminar su educación y ella se partiría el lomo si era necesario para que ella lo consiguiera. Su niña seguía creciendo, ya casi la alcanzaba en estatura, ella era su mundo, su completa felicidad, en sus ojitos encontraba su motor, esa motivación para continuar en la lucha diaria. Y es que Diosito le había obsequiado una hija a la cual le gustaba su hogar, disfrutaba de las tardes y las noches en su casa, junto a su mamá, en medio de lo poco que poseían, y lo mucho que se amaban, eran una familia feliz. A la par en esos días, doña Cecilia empezó a ser amiga de un suboficial de policía que trabajaba en la estación cercana, Luis Reyes era su nombre y poco a poco fue sintiendo esa casa como su hogar y esa niña como una hija, aunque doña Cecilia siempre tuvo claro que él no era el papá de su niña, le agradó sentir que ese espacio lo empezaba llenar él; a su hogar llegó un hombre y aunque no sentía que le hiciera falta, si le daba un cierto respeto en medio de una sociedad tan machista, él sin que ella lo notara, se convirtió en su respaldo, su apoyo, su confidente, su amigo, su pareja. La niña terminó la primaria y era hora de pensar en el bachillerato, haría lo que fuera por ella, pero si pudiera estudiar en un colegio público, eso ayudaría bastante a su economía, tan apretada por esos días. Así que la inscribió para las pruebas que hacía el distrito, las cuales gracias al puntaje obtenido le abrieron las puertas del colegio público femenino La Merced, que le daba la tranquilidad de que su niña estaría estudiando en buen colegio y ella podría pagarlo sin mayores inconvenientes. Recuerda que su niña tuvo una época en la que quiso ser monja, pero fue un deseo que, así como llegó se fue, ella solo quería que su niña fuera lo que ella deseara, que pudiera cumplir todos sus sueños y ella - 130 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
sería ese pilar que le daría las herramientas para que pudiera conquistar las metas soñadas. En unas vacaciones fueron a visitar unos compadres que cuidaban la finca de un coronel de la policía de apellido Guerrero y allí conocieron a otro coronel, pero del ejército que era radiólogo e iba continuamente a la finca de su compañero y amigo a hacer la visita mientras se tomaba el tinto reglamentario. Su nombre era coronel Isaías Ramón, con quien desde entonces cultivaron una bella amistad, para ese entonces su niña en una de sus acostumbradas visitas le preguntó, sobre lo que debía hacer para ingresar al ejército, él se limitó a contestarle que terminara primero su bachillerato, estudiara una carrera universitaria y una vez obtuviera su título, volverían a hablar. Él, en ese momento le dio un rumbo a seguir a su niña, le alimentó ese deseo que desde muy bebé la acompañaba, sabía que la carrera de las armas era lo que a su hija le gustaba y si era lo que la haría feliz, ella estaría ahí dándole todo lo que estuviera a su alcance para que pudiera llegar a cumplir su sueño. Ya cuando su niña contaba con trece años, ella quedó embarazada de Reyes como le llamaban con cariño, y llegó a su hogar un hijo más, Carlos, quien se convirtió en la adoración de su niña, quien desde el primer momento lo amó, lo cuidaba, lo mimaba, jugaba con él, disfrutaba durmiéndolo, y ella se deleitaba viendo como sus dos hijos se profesaban tanto amor, amor que se mantiene intacto hasta el día de hoy. Sin que lo notara llegó la época de las fiestas, su niña ya era una adolescente y aunque ella no era muy amiga de darle permisos, descubrió que su niña encontró en Reyes el aliado perfecto cuando de convencerla para un permiso se trataba, se ofrecía de voluntario para llevarla y recogerla si era necesario. Cada vez que salía en la noche, no podía estar tranquila hasta que su niña volvía a casa, la preocupación de todos los peligros a los que estaba expuesta no la dejaban estar tranquila, fueron noches largas casi eternas, no podría imaginar qué haría si a su niña le llegaba a pasar algo. Su niña le obsequió entonces, su primer gran triunfo, culminó su bachillerato, y aunque ella lo deseara, no podía brindarle educación en una universidad privada, era un tema que en ocasiones, la hizo sentir impotente, un tanto frustrada, pero eran sus condiciones, así que su niña siguiendo su consejo y escogiendo una profesión muy afín a la vida militar decidió presentarse a la Universidad Nacional al programa de enfermería superior. - 131 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Es bien conocido que los exámenes de la Universidad Nacional son de un muy alto nivel y el ingreso a esta es algo difícil de obtener, así que, como opción paralela, su niña compró la carpeta e inició el proceso para ingresar como suboficial a la Policía Nacional. Con tal suerte que el día que publicaron los resultados del examen de la Universidad Nacional en el periódico, donde anunciaban que su niña había obtenido un cupo al alma mater de Colombia, también la llamaron de la Policía para anunciarle que había sido aceptada para ingresar a la Escuela de Suboficiales, llamada que su niña atendió dando como respuesta una negativa, tal vez gracias a sus consejos o tal vez a raíz de las charlas que tuvo con el coronel Isaías, veía en su preparación académica y profesional, una mejor forma de servirle a su país más adelante, y también siendo consciente que esto le permitiría llevar una mejor calidad de vida en un futuro. Luego de 8 semestres su niña le regala su segundo gran triunfo, obtiene el título en Enfermería, para su orgullo y felicidad. Todos en la casa lo celebraron y se emocionaron con el logro alcanzado, pero a los 15 días y después de escuchar a su niña como la citaba diciendo “mami como sumercé dice 15 días ya son vacaciones, así que voy a empezar a buscar mi rural”, su niña empezó a llamar a diferentes lugares, encontrando la respuesta positiva que buscaba en Puerto Carreño en Vichada. Su niña estaba feliz, motivada y emocionada por empezar a trabajar, pero a doña Cecilia se le partía el corazón tan solo de imaginarla saliendo de su casa para irse a trabajar tan lejos de sus cuidados, fue así como el día llegó y ella partió. Ella, doña Cecilia, entre lágrimas de tristeza vio como despegaba el avión que llevaba en su interior su tesoro más sagrado. A los 8 días para su sorpresa regresó después de una inducción, con pasajes para Güerima (Vichada), donde finalmente fue destinada a hacer su rural, fue por tierra hasta Villavicencio y en avión el resto del trayecto. El tiempo pasó, entre llamadas y suspiros, y cuando menos se dieron cuenta, después de una espera eterna su niña termino su rural y retornó al hogar. Gracias al coronel Isaías con quien conservaban una muy buena amistad, su niña ya en Bogotá, empezó a trabajar en la clínica San Diego y en una IPS llamada Videlmédicas y más adelante pudo trabajar en el Hospital Meissen, lo que le representó mejores ingresos a su niña, permitiéndole empezar a comprar sus cositas y a ayudar en la casa, cosa que doña Cecilia aceptaba gustosa aunque dejándole claro que no era su obligación, lo que la hacía más feliz, pues su niña ayudaba en la casa de corazón, lo que significaba que había hecho un buen trabajo en su educación, su niña ya - 132 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
era una mujer, una muy buena mujer, como profesional, como persona y sobre todo como hija. Un día cualquiera su niña se enteró que la Escuela Militar había abierto inscripciones para oficiales del cuerpo administrativo y dentro de las profesiones convocadas se encontraba la enfermería, acto seguido su niña sin dudarlo compró la carpeta e inició el proceso de incorporación, la oportunidad de cumplir su sueño se había abierto, doña Cecilia veía la ilusión con que su hija realizó todo el proceso, la fe que le puso a que todo iba a salir bien, y en unos meses podría por fin ser oficial del Ejército Nacional, el costo del curso y los gastos del mismo ya no le preocupaban tanto, sabía que su niña había estado ahorrando de los salarios que había recibido, detalle que a ella le enorgullecía mucho, observaba como su niña con lo poco que ella le había podido brindar, lentamente se había hecho de las herramientas necesarias para enfrentar la vida y salir adelante por sí sola, siendo toda una mujer de bien. El resultado del proceso de incorporación se publicó y el código de su niña no estaba en las listas, la tristeza y decepción en los ojos de su niña le partían el corazón, si de ella dependiera le daría todo cuanto ella anhelara, pero así era la vida, no siempre se podía ganar, aunque ella siempre podría contar con su mamá para apoyarla y consolarla, habló con ella, la motivó y la vida continuó. Su niña era demasiado fuerte y sabía que más adelante encontraría la manera de cumplir sus sueños. Un mes más tarde su niña recibió una llamada, le hablaban de la Escuela Militar, diciéndole que para este curso solo se abrieron dos cupos para enfermería, con tal suerte de que una de las seleccionadas había desistido el proceso de incorporación para tomar una beca en el exterior, y que en razón a que ella fue enfermera jefe con el tercer mejor puntaje en el proceso de selección, la llamaban para consultarle si era de su interés tomar ese cupo e ingresar a realizar el curso de oficial administrativo a la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova”. Pocas veces había visto a su niña tan feliz, emocionada y excitada a la vez. Sin dudarlo, aceptó. Ahora, la carrera era contra el reloj, lo que los demás aspirantes hicieron en un mes, ella lo debía realizar en un día, afortunadamente su niña tenía el dinero de la matrícula y el equipo en su cuenta, gracias a los ahorros de esos últimos meses de trabajo, tuvo que ir hasta el norte de la ciudad en busca de un banco con horario extendido que le permitiera realizar el pago pertinente, mientras doña Cecilia en la casa adelantaba ayudándole a empacar la maleta que debía llevar. - 133 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Después de la vuelta del banco, debía ir a reclamar el equipo y material, llegar a la casa a alistarse para realizar su último turno en el Hospital Meissen, pues no pudo encontrar quién la reemplazara y su niña era responsable. No podía dejar tirado el puesto de trabajo, que le permitió ahorrar lo necesario para empezar a construir su proyecto de vida. Ya en la Escuela Militar, doña Cecilia recibía la visita de su niña cada fin de semana. Verla de uniforme cumpliendo su sueño la llenaba de emoción, era el orgullo de la familia, la heroína de su hermanito, la bendición que Dios le dio. La estadía de su niña en la ESMIC fue corta, tan solo fueron 3 meses que pasaron rápidamente. Su niña la llamó y le dijo que había sido trasladada para el Batallón Patriotas en el municipio de Honda (Tolima), noticia que la llenó de emoción, a diferencia de la última vez que se fue de Bogotá, a cumplir su rural, en esta oportunidad tendría a su niña a unas pocas horas de camino y podría ir a visitarla continuamente. Pocos días después, el 01 de diciembre 2000, en ceremonia militar realizada en la Escuela Militar de Cadetes “General José María Córdova”, su niña era proclamada como la teniente Elizabeth Vélez Salazar, verla allí con su uniforme, en medio de personas tan importantes, cumpliendo lo que decía desde bebé, que quería ser “picia” no soñó, poder estar ahí junto a ella viéndola, acompañándola, era el mejor pago que jamás pudo recibir a tanto sacrificio y abnegación, se sentía orgullosa, feliz. Su niña ya era toda una oficial y era gracias a ella, a todo lo enseñado y a sus consejos, y lo estricta que había sido, pero siempre pensando en su bien, en su futuro, en este día y en muchos más. Me sentía en las nubes, al verme en medio de mis compañeros en mi ceremonia de ascenso, era una sensación indescriptible, ya era toda una oficial de mi Ejército Nacional y ver en el público a mi familia, mi mami, mi hermanito y a Reyes que se ha convertido en lo más cercano a un papá, complementan ese día tan perfecto, todo se lo debía a esa mujer que con ojos llorosos de felicidad no podía dejar de verme sonriendo sin parar, ¿qué habría sido de mí, sin sus enseñanzas, cuidados y consejos?, ese logro y todos los que he conquistado y conquistaré serán siempre dedicados a ella, a la mujer que amo, que lo ha dado todo por mí, la cual ha estado incondicionalmente a mi lado, son dedicados a ti, mamá. Mi primera Unidad fue el Batallón de Infantería Nº 16 Patriotas en Honda (Tolima), allí mi familia me visitaba constantemente, mi hermanito me acompañaba en sus vacaciones, feliz por el batallón mientras era - 134 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
cuidado por todos mis compañeros oficiales. Fue una buena época y una hermosa unidad para comenzar mi vida militar. Posteriormente fui trasladada al Batallón de Ingenieros Nº 4 General Pedro Nel Ospina ubicado en Bello (Antioquia), donde era la directora del Dispensario, el ambiente laboral que se vivía allí era muy agradable, la unión con el personal de sanidad de todas las unidades de la Cuarta Brigada era algo asombroso, se veía la camaradería y el deseo de colaborarse mutuamente como una constante, claro que también se vivía un ambiente operacional bastante complicado, era habitual hacer evacuaciones o traslados, en los que yo era la encargada como Oficial de Sanidad de la Unidad. El 10 de junio del 2004 cuando ya tenía conocimiento que mi siguiente unidad de traslado estaba en la Guajira, el comandante del batallón Pedro Nel Ospina me informó que un personal nuestro que estaba agregado a otra brigada y había sufrido un accidente, estaba retornando a la Unidad, al parecer el camión en el que transportaban había caído a un río, dejando como resultado varios heridos y lesionados, los cuales estaban necesitando urgente apoyo, el accidente había ocurrido en la vía que comunica Medellín con la parte norte del departamento, y según se había informado los heridos habían sido evacuados al municipio de Barbosa. Yo fui la primera en salir a realizar ese apoyo a eso de las 08:00 de la noche, esto debido a la ubicación geográfica de mi unidad, era la que se encontraba más al norte del Área Metropolitana del Aburrá, como desconocíamos el número exacto de lesionados y heridos y su estado; me acompañó el médico rural de la unidad, en ese entonces la situación de orden público era muy crítica, razón por la cual siempre salíamos a hacer este tipo de procedimientos en civil y esta no fue la excepción, los tres, el conductor, el médico y yo, salimos en la ambulancia, con nuestros trajes de mayo, uniforme del personal de sanidad, sin portar prenda militar alguna, aunque yo en medio de mi misticismo y gusto por mi vida militar si llevaba conmigo, mis placas de identificación, mi cédula militar y mi pistola Prietro Beretta de dotación. Una vez en Barbosa, nos informaron que los pacientes más estables fueron los que llegaron allí, que los más críticos los habían llevado a atenderlos a Yolombó, al informar esta situación el comando de la unidad nos dio la orden de ir hasta ese municipio, a recoger esos soldados y traerlos a la ciudad de Medellín. Cuando mi coronel me da la orden también me estipula la ruta que debemos seguir para llegar hasta Yolombó, en razón de que esa ruta, era la que estaba siendo asegurada por la tropa. - 135 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Al iniciar el trayecto el soldado Profesional conductor de la ambulancia, que conocía la zona y tenía gran experiencia en el área, me recomienda tomar una ruta alterna que, a pesar de ser un poco más larga, era más segura. Siguiendo su recomendación, llegamos sin inconvenientes a Yolombó a eso de la media noche. Al llegar a nuestro destino y hacer el reporte al comando de la unidad, me percato de la crisis que había generado, pues nos daban por desaparecidos, ya que en la ruta que debíamos seguir estaban ubicados unos puestos de control que obviamente nunca nos vieron pasar, así que después de recibir el respectivo regaño de mi coronel, me recalcaron la orden de desplazarme por la ruta ordenada y asegurada. Ya en el puesto de salud encontramos que estaba un camión con tropa y dentro del personal herido tres soldados con prioridad de traslado, atendimos a los tres soldados y ubicamos dos en la ambulancia y el tercero, en el camión inmovilizado en una camilla. Fue así como iniciamos el recorrido con la ambulancia encabezando el movimiento, donde íbamos en la cabina el soldado y yo, en la parte de atrás el médico rural con los dos soldados heridos y nos seguía el camión con el resto de la tropa y otro soldado herido. Entre la una y dos de la mañana el sueño ya me estaba venciendo, cuando repentinamente el soldado me alerta diciéndome “Mi teniente, mi teniente la guerrilla”, cuando yo reaccioné, ya teníamos a cuatro personas alumbrándonos y apuntándonos, dos al frente y uno en cada ventana, el soldado me pregunta ¿qué hacemos mi teniente?, era claro para ambos que ya no había mucho por hacer, más que buscar la forma de afrontar la situación de la mejor manera posible, sin que se enteraran de quienes éramos realmente, “No vaya a hablar déjeme yo hablo” le respondí. Ese punto en específico fue pensado estratégicamente por la guerrilla para hacer el retén, estaba totalmente oscuro, no tenía señal de radio o celular, y estaba lo suficientemente lejos de cualquier vivienda, para darle el control total de la situación; en frente de nosotros, estaba un bus lleno de gente que había sido detenido. Por lo visto le habíamos sacado una buena distancia al camión con la tropa por que no veía indicios de él, aunque seguro no tardaría en alcanzarnos, nos bajaron al soldado y a mí de la ambulancia, y empezaron a interrogarnos. Aún hoy, no entiendo de donde saqué la tranquilidad y calma para hablarles y manejar esa situación. - 136 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Yo soy una convencida de que mi Diosito me iluminó y bendijo esa noche, a las preguntas de quienes éramos, de donde veníamos y para dónde íbamos, les respondí que éramos personal del Hospital General de Medellín, habíamos sido enviados al centro de regulación para recoger y evacuar dos muchachos que se habían accidentado en una moto, que ya los habíamos estabilizado y en este momento íbamos de regreso para que los atendieran Medellín, tras mi explicación los guerrilleros empezaron a requisarnos y hay como se dice coloquialmente, “empezó Cristo a padecer”, en ese vehículo existían todos los indicios y pruebas que cualquiera necesitaría para descubrir nuestra verdadera identidad y si eso llegaba a pasar, para esa época solo podríamos terminar de dos maneras: muertos o secuestrados, y no sé para los demás pero en mi condición de mujer militar, sin duda escogería la primera opción, en la segunda no imaginaba que más me hubieran hecho. Uno de los guerrilleros vio al médico que se encontraba en la parte de atrás de la ambulancia, e inmediatamente tuvo la intención de hacerlo bajar, ahí intervine exponiendo la situación de los muchachos que por suerte estaban cubiertos por sabanas ocultando cualquier prenda que los delatara-, le dije al guerrillero que el médico no se podía bajar por que debía mantener un seguimiento constante a los pacientes, porque en cuestión de segundos podían entrar en un shock o en una crisis, que no daría espera para atenderlos, mi calma y seguridad debieron por terminar de convencerlo, porque centró su atención en mí. Empezaron a requisarme y recordé mis placas, el guerrillero se fijó en mi cuello y pensé que las había visto pero no, lo que vio fue una cadenita de oro que yo tenía, al percatarme de ello inmediatamente me la quité y se la di, le dije “no me importa, tome la cadena pero déjenos seguir, esos muchachos se nos pueden morir”, siguieron requisándome y cuando me fueron a meter la mano en el bolsillo del uniforme donde yo tenía mi cédula militar, salté de una y reaccioné diciéndole que no tenía nada, que por qué no me creía, que si quería tocara, claro por encima de la tela, al ser la cédula de un material tan suave y flexible, el guerrillero no se percató de su existencia, ese día nuestro ángel de la guarda, estaba trabajando a doble máquina. Cuando entraron a la cabina intentaron abrir la guantera (donde estaba mi pistola 9 mm Prietro Beretta, arma de uso exclusivamente oficial que lógicamente no podría explicar su existencia, menos dentro de una ambulancia) pero por alguna extraña razón no la pudieron abrir, se - 137 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
atascó la cerradura, con cada intento y forcejeo de esa cerradura yo sudaba frío, era consciente que de ser encontrada esa pistola nuestras vidas muy probablemente llegarían a su fin, en esa noche fría. Uno a uno, los halonazos del guerrillero a la guantera literalmente me dolían a mí, hasta que se dio por vencido y sin luchar más, pasó a revisar el resto de la cabina, donde encontró los 3 radios que llevábamos en la ambulancia, entre los que estaban el del batallón y el de la brigada, por suerte en ese punto no salía señal, pero tampoco llegaba; entonces los radios estaban en completo silencio, al verlos se alertó y gritó “esta ambulancia tiene varios radios de comunicación”, sentí que el mundo se me derrumbaba, perdí el aliento y no dude en pensar que nos habían descubierto, pero esa noche sin duda Diosito nos acompañaba, así que alguien le respondió también gritando “tranquilo camarada es normal que las ambulancias tengan muchos radios para poderse comunicar”, volví a respirar, “quítelos”, acto seguido el guerrillero los arrancó y los arrojó con fuerza a un lado de la carretera. En medio de la oscuridad de la noche, siguió revisando la cabina de la ambulancia, donde estaba la tabla de control, que todos los vehículos oficiales tienen con la foto de la ambulancia y el encabezado en letras mayúsculas Batallón de Ingenieros Pedro Nel Ospina, el guerrillero no se fijó en ella y la movía de lado a lado, mientras a mí me dolía el alma, hasta que se cayó en el piso de la cabina y no la volvieron a mover, una más de la que nos volvimos a salvar. Yo tenía dos celulares, de ellos encontraron solamente uno, cuando vi que lo cogieron inmediatamente recordé todos los números que tenía ese celular, donde como la gran mayoría de militares registraba a todos los contactos del trabajo con el grado por delante, ese celular estaba lleno de coroneles, mayores, capitanes, tenientes, sargentos, cabos, soldados, etc., la oscuridad en definitiva esa noche era mi aliada, porque gracias a ella los guerrilleros no podían ver como cambiaba mi cara de color cada ocasión en que estaban por descubrirnos, y no fueron pocas. En medio de mi miedo por ver lo que pasaría cuando prendieran ese celular y lo revisaran percatándose de su contenido, me sorprendieron cuando vi que le quitaron la batería y lo arrojaron hacia el mismo lugar oscuro, donde antes habían arrojado los radios, claramente su principal intención era la de incomunicarnos a toda costa, fue así como la requisa terminó y salimos avante. - 138 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Ya más tranquila y sin la presión de un guerrillero hurgándolo todo en la cabina, empecé a presionarlos, pidiéndoles que nos dejaran seguir, ya que los muchachos estaban muy graves. Todos los guerrilleros estaban encapuchados y fuertemente armados, y en la oscuridad no tenía la certeza de cuántos eran. Al principio vi a los cuatro que nos abordaron, pero después vi a varios más ir y venir, luego de la requisa hicieron mover la ambulancia adelante del bus, para que se estacionara allí; yo seguía hablándoles y pidiéndoles que nos dejaran ir, preguntándoles con quien debía hablar, recalcándoles el grave estado de los pacientes que estaban dentro de la ambulancia, en medio de todo esto me percaté que uno de los guerrilleros se mostró algo asequible tratando de explicarme y justificarse, entonces en él volqué todas mis quejas y peticiones, a lo que él me respondía que esa decisión era del comandante, por mi insistencia fue varias veces a buscar al comandante regresando siempre con una negativa diciéndonos que debíamos seguir esperando, hasta que al fin regresó y lo hizo en compañía de él, notablemente molesto por mi insistencia. Al llegar, se me enfrentó alegando que cual era el verraco afán, la joda y la maricada, que era lo que pasaba, a lo que yo le respondí, “Mire, es que no es justo, esos muchachos que tengo ahí se me pueden morir, podría ser un hijo suyo, podría ser un hermano suyo, podría ser usted, y que los intereses que ustedes tienen a mí no me importan, me los va a dejar morir mientras seguimos esperando acá, eso no es justo”, ante lo que él me respondió de una forma muy soberbia, “¿Y es que usted cree que el gobierno es justo, que los políticos son justos, que el estado es justo?”, yo a costa de mi vida y sin saber de dónde me salía valor para responderle a ese guerrillero tan altanero, le dije “entonces si ellos son una parranda de animales y bestias y se comportan así, usted se va poner a la par con ellos, va actuar también como un animal”, sorpresivamente ese comandante sacó el arma que tenía en la funda de su cintura y me la puso en la cabeza diciéndome “usted sabe que si quiero la mato acá”, sin quitarle la mirada le respondí “si, yo sé que si quiere se comporta como un animal igual a ellos y lo hace, me mata acá”, no le desvié la mirada un instante por fuera era un roble que exigía justicia y una solución pronta inquebrantable, pero interiormente ya me estaba dando por muerta, literalmente estaba “sudando petróleo”, aun hoy no comprendo de dónde tuve tanta calma y cabeza fría en esos momentos estresantes. Ante mi seguridad el tipo se quedó pensando un momento y bajó el arma diciendo, “ah, ya no joda más, ustedes lo que quieren es llegar a - 139 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Porce para avisarle a los paracos que nosotros estamos acá”, yo viendo que había flaqueado y podía ganar esa discusión de una vez le respondí, “no, usted está muy equivocado, si quiere, suba uno de sus muchachos en la ambulancia y después de que pasemos Porce lo dejamos, por mí no hay problema; a mí no me interesa hacer parte de su conflicto, yo solo quiero salvar la vida de esos dos jóvenes que agonizan en mi ambulancia”, ya después, más calmado me dijo, “No. Mire, esperemos 5 minutos más si no llega lo que estamos esperando la dejo ir y ya no moleste más”, ¡uf! escuchar eso fue un descanso grandísimo para mí, primero no me mató y segundo dijo que ya nos iba a dejar ir. Esos momentos en los que estuvimos en ese retén y donde el soldado profesional Torres, conductor de la ambulancia siempre estuvo a mi lado, fueron eternos, pero si los analizamos bien no debieron ser más de unos 15 minutos, no podíamos haberle sacado mucho más tiempo al camión que traía la tropa y el tercer soldado herido, una vez ya solos, en susurro Torres me dice: “mi teniente que hacemos”, yo le respondo: “nada, esperemos, esperemos”. Repentinamente algo causó conmoción y empezaron a decir que todo el mundo se subiera al bus, orden que yo no iba a cumplir por ningún motivo, pues para la época era muy conocido un modus operandi de la guerrilla que consistía en subir a un grupo de personas a un solo vehículo para rematarlos a todos sin que pudieran escapar, así que me opuse rotundamente a subirme a ese bus. El soldado se me acercó al oído y me dijo, “Mi teniente es la tropa”, yo solo atiné a responder “No, no puede ser”, pero al voltear a mirar indiscutiblemente el camión de la tropa que nos seguía se aproximaba de manera inminentemente. Como estábamos en medio de una carretera que cruzaba una montaña, busqué hacia abajo pero la oscuridad era absoluta, temí que fuera un peñasco y terminara cayendo en él, y hacia arriba era imposible la montaña se levantaba infranqueable, así que en busca de otro sitio para protegerme terminé debajo del bus, el problema era que esa tropa venía cansada y buena parte lesionada por el accidente, además del soldado que estaba herido, la ventaja era que ellos no eran lo que la guerrilla estaba esperando porque, los detuvieron de la misma forma que hicieron con nosotros y cuando los alumbraron y vieron los camuflados apenas alcanzaron a gritar, ¡pilas, son chulos, son chulos, son chulos!, obvio los tomaron por sorpresa y por supuesto de inmediato se prendió el combate, sin poder correr a los lados, la guerrilla se resguardó detrás de la ambulancia y la tropa detrás del camión, dejando en el medio del fuego cruzado al bus, debajo del cual - 140 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
nos encontrábamos con el soldado y el interior en el que estaba casi todo el personal civil que habían detenido en ese retén. En medio del furor del combate mientras yo estaba debajo de ese bus sentí un quemón que me atravesó de lado a lado el abdomen, inmediatamente pensé “me dieron” y es que era así, porque yo veía las trazadoras pasando junto a mí a ras del piso, me levanté un poco para presionar con mi mano la herida y controlar la hemorragia y le dije al soldado, “Torres, me dieron, me dieron”, como veía las trazadoras tan a ras, intenté levantarme un poco del suelo, tratando de alejar el torso y la cabeza del piso lo más que pudiera, pensé que un impacto en esas áreas podría llegar a ser mortal, pero al realizar ese movimiento el soldado debió pensar que mi deseo era el de salir corriendo fuera de la poca protección que nos brindaba el bus y me jaló la pierna, al hacerlo sentí el segundo impacto en abdomen, en ese instante me di por muerta, sentí que de esa no iba a salir viva. Me limité a tenderme en el suelo hablar con Diosito, a orar pidiéndole que me perdonara por todo lo malo que había hecho, que me permitiera llegar junto a Él, aparte de eso, le pedí para que le diera la fortaleza que mi mamita iba a necesitar, para afrontar mi pérdida; mi hermano y yo somos su orgullo y su vida y sabía que mi muerte tan joven la destrozaría. En medio de esa oración con Dios, encontré la fortaleza para levantarme, gatear y esconderme detrás de una llanta; en ese movimiento, sentí que me jalonaban, no tengo claro si fue el soldado jalándome o más impactos de ojivas que me alcanzaban. Cuando bajó el nivel del combate, el soldado Torres empezó a gritar, “le dieron a mi teniente, le dieron a mi teniente”, yo llena de sangre y muy asustada, le empiezo a decir “No diga eso que me rematan”, pero lo que ocurría era que él ya estaba más tranquilo. Gracias a su experiencia, se percató que el combate había terminado y la guerrilla ya se había replegado. Cuando me fue a levantar y yo apoyé la pierna derecha, esa pierna no me respondió, ese día odié ser de Sanidad, porque tenía pleno conocimiento y era consciente de todas las complicaciones que ese tipo de heridas podía presentar. Cuando me subí a la ambulancia entendí que el panorama hubiera podido ser terrible, recordé que el médico y los soldados se quedaron encerrados en ella y no se habían podido mover para ningún lado, a la ambulancia ingresaron varias ojivas pero gracias a Dios, ninguna impactó a quienes estaban ahí. Una vez adentro de la ambulancia, Torres le dijo al - 141 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
médico, “le dieron a mi teniente” y el médico inmediatamente me ayudó a subir. Resulta que mientras todo el mundo se fijaba en mí y en mis protestas; Torres, que también se había dado cuenta que casi descubren la pistola, la había sacado de la guantera y la escondió debajo de la ambulancia, así que se agachó, la recogió y emprendimos camino a toda velocidad. Ya en marcha, Torres vio que no habían arrancado todos los radios, nos habían dejado el del batallón, en cuanto cogió señal, Torres informó al batallón que nos habían levantado como se suele decir en el argot militar y que yo estaba herida con dos impactos en el abdomen. Según me contaron después, tras ese reporte se vivió un momento crítico, colapsó la brigada y la división, porque nunca había ocurrido que una mujer militar fuera herida en combate, tengo entendido -si no estoy mal- que fui la primera oficial herida en acción. Sumado a esto, yo estaba en un área alejada de Medellín, como a dos horas del centro de salud más cercano, en el municipio de Barbosa que era de Nivel Uno; donde no podrían hacer nada por mí, solo limpiarme las heridas y contener la hemorragia, reportaron dos impactos de bala en abdomen que hacían temer por mi vida e integridad, para rematar fui herida yendo por la vía que me ordenaron tomar porque supuestamente estaba asegurada.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
me hicieron curación y también el brazo izquierdo que era con el que yo estaba haciendo presión para contener la hemorragia y encontraron otro impacto en el antebrazo izquierdo, quemado el dorso de la mano, dejamos a los soldados que en ese centro asistencial donde me atendieron, pues ellos ya no presentaban mayor peligro y ahí los podían tratar sin mayores inconvenientes, lo que yo sabía que no podrían hacer conmigo debido a la gravedad de mis heridas, necesitaba un hospital de alto nivel, debía llegar como fuera a Medellín y entre más tardara sería peor para mí. Salimos de ahí después de que me canalizaron, con un nuevo reporte para Medellín, donde se reportaba que ahora tenía dos impactos en el abdomen, un impacto en el muslo derecho y un impacto en antebrazo izquierdo, lo que seguía desconcertando al personal de Medellín, quienes no entendían como era posible aquello. Así se habían venido dando las cosas, porque yo nunca sentí esos impactos y como estaba bañada en sangre, tampoco eran fáciles de ver. La orden era que debíamos llegar directamente al Hospital Pablo Tobón Uribe, en el camino el soldado intentó prender la sirena y yo no lo permití, le dije que la sirena se debía usar para cuando alguien se estaba muriendo, y yo estaba bien y no me pensaba morir, así que por más que insistió no lo dejé encenderla.
Mientras el médico rural me intentaba canalizar infructuosamente, me queje del dolor en el muslo y al hacerme una revisión de mi extremidad encontró un impacto más, así que cuando pasamos por el puesto de control de la tropa que ya estaba informada de la situación y nos estaban esperando, Torres les informó, vamos con mi teniente que va con dos impactos de bala en abdomen y uno en un muslo, lo que desconcertó y alertó más al personal de Medellín, este era un impacto que no entendían cuando me lo habían dado, luego de pasar por el retén, el médico definitivamente no pudo canalizarme, el susto acababa de experimentar unido a su inexperiencia y los nervios que le había causado la situación y el complemento de mis venas delgadas, impidieron que lo lograra.
Llegamos a eso de las 6 de la mañana al hospital, sin que yo magnificara la situación y los eventos que me habían acabado de ocurrir, hasta que abrieron la puerta de la ambulancia y vi totalmente militarizado el Pablo Tobón Uribe, se veía solamente verde camuflado para donde tu miraras, en ese momento fue cuando me dije ¡oh por Dios, esto es grave!, esto es delicado, esto no es normal, porque en todas las evacuaciones que habíamos hecho -y no eran pocas- nunca había visto nada así.
Como contraparte, yo siempre me mantuve estable, jamás perdí el estado de conciencia, aunque sangraba mucho, por esa razón y la insistencia del médico que entráramos a Barbosa, él estaba preocupado por mi pérdida de sangre y le urgía canalizarme, cuando yo ingresé a Barbosa y me hicieron la valoración inicial para vendarme la herida de abdomen, pues no me la dejé manejar, solamente permití que me hicieran el control de hemorragia,
Allí, me revisaron y encontraron el quinto impacto este también en muslo derecho, así que finalmente recibí dos impactos en el abdomen, uno en el antebrazo izquierdo y dos en el muslo derecho. Por bendición de Dios, ninguna de esa quinteta de ojivas que atravesó mi humanidad toco alguno de mis órganos vitales, gracias a lo cual mi vida después de recibir la atención médica idónea no estuvo en riesgo.
- 142 -
Una vez entré al hospital, mis oficiales de sanidad estaban esperándome en primera fila, como les había contado, éramos muy unidos; en esa época prácticamente habíamos formado una familia entre nosotros y estaban atentos a mi llegada e ingresaron conmigo a urgencias.
- 143 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Para esos días mi mami estaba algo molesta conmigo y yo con ella, ya no recuerdo por qué, pero no estaba segura de llamarla para contarle todo lo ocurrido, pero, la esposa de un Coronel que siempre estuvo muy pendiente de mí al tal punto de convertirse en mi madre putativa en tierras paisas, insistió, me dijo que era mejor que yo la llamara para que estuviera más tranquila y supiera que estaba bien, porque si la llamaban de la Brigada ella se podría preocupar mucho y tal vez hasta enfermar, conociéndola y sabiendo cuanto significaba para ella, entendí que mi segunda madre tenía razón, pero pensé que sería mejor llamar al teléfono fijo de la casa, eran cerca de las 8 de la mañana y seguramente me contestaría Reyes, el aceptaría mejor la noticia y podría explicársela a mi mamá. Doña Cecilia se levantaba a las 5:30 de la mañana, para alistar y enviar a Carlos al colegio, luego de lo cual se volvía a acostar otro rato, antes de levantarse de nuevo a dedicarse a las labores de su hogar; a eso de las 8 sonó el teléfono de la casa que estaba junto al comedor, Reyes que le gustaba despertarse temprano lo contestó, era Elizabeth, habló con ella, escuchó todo lo que le había pasado mientras preguntaba como estaba, ella lo tranquilizó y le explicó que ya estaba bien. Le pidió especialmente, que le dijera a su mamá que si la llamaban de la Brigada, que no se preocupara que ella estaba en el hospital de Medellín curándose unos raspones que se hizo en una pierna, pero que estaba bien. La llamada duro varios minutos tras los cuales, Reyes abrió la puerta de la habitación y despertó a doña Cecilia, diciéndole: - Ceci toca irnos pá Medellín- entre somnolienta y confundida doña Cecilia le pidió una explicación; - Es que la niña se rasguñó una pierna y la sacaron para Medellín al hospital. Cualquier indicio de sueño abandonó su cuerpo, sintió que el mundo se derrumbó bajo ella, un escalofrió horrible la recorrió y a su mente la invadió la idea clara de que a su niña se la habían matado, entrando en medio del desespero le dijo a Reyes, - Me mataron a mi hija, dígame la verdad Reyes, ¿me mataron a la niña, cierto?- Que no, deje de ser tan exagerada. - Ay Reyes, pero es que ella es la Directora de Sanidad de su batallón, como así que me la van a sacar a otro lado a hacerle unas curaciones, a ella algo grave me le pasó anoche, porque yo anoche no pude dormir. - 144 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
- Si, anoche pasó algo por allá, pero no es nada grave, yo acabé de hablar con ella, está bien, pero vamos a acompañarla. - Reyes no me crea boba, los dos vamos a hablar y me va a decir que fue lo que pasó. Intentó levantarse de la cama, pero después de recibir esa noticia y padecer ese susto tan grande, la parte inferior de su cuerpo se paralizó, no la podía mover y no quería que Reyes se diera cuenta porque le podría poner problema para ir a ver a su niña y eso ella no lo iba a permitir. - El niño, hay que ir por el niño para podernos ir, alcánceme el teléfono yo llamo a la directora del colegio y mientras usted lo recoge yo alisto todo para salir. Doña Cecilia llamó y en cuanto Reyes salió, respiró profundo, se tranquilizó y poco a poco sus piernas se movieron. Se levantó, alistó todo y antes de las 10 de la mañana la familia estaba saliendo en bus, rumbo a Medellín. Al llegar a eso de las 06:00 de la tarde, después de un largo viaje donde Reyes no tuvo otra opción que contarle todo cuanto sabía, con la ansiedad de ver a su niña, percatarse con sus propios ojos de que ella estaba bien, para después poder cuidarla y mimarla mientras se recuperaba de lo que fuera que le hubiera pasado, la llamó a preguntarle en qué hospital era que estaba, la teniente Vélez que la conocía bien, solamente escuchando esa pregunta, entendió inmediatamente que su familia estaba en Medellín, les indicó como llegar y paciente los esperó. Al llegar al hospital preguntó por su hija sin que le dieran razón, según la niña de información nadie con ese nombre estaba en ese hospital, doña Cecilia demasiado impaciente, con esa voz fuerte y sinceridad en sus palabras que la caracteriza le respondió “Como me va a decir que mi niña no está acá, la militar medio muerta que trajeron esta mañana”, con esa referencia inmediatamente le informaron donde la podía encontrar. Cuando subieron y la vieron en esa camilla, su corazón se le rompió, los ojos se llenaron de lágrimas, sus manos le temblaban y su voz se le entrecortó, su niña, su compañera de vida y batallas, aquella por la que había realizado tantos sacrificios y soportado tantas angustias, la dueña de esos ojitos que desde el primer día le robaron el corazón; ella, la que sería eternamente su niña, estaba tendida en una camilla, llena de vendajes que estaban claramente teñidos de rojo por la sangre, al verla entendió lo cerca que estuvo de perderla, temió más que nunca llegar a conocer la vida sin su existencia, sin su presencia en este mundo, para hacerla feliz. - 145 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Se acercó lentamente sin ver a todos los militares que rodeaban a su niña, pues en el mundo, para ella, en ese instante, solo existía el brillo de los ojos de su niña, no quería ver nada más, cuando estuvo junto a ella, la besó, acarició sus cabellos entre sus ya arrugadas manos, se limpió las lágrimas y le agradeció a Dios porque la bendijo con una hija maravillosa a la que milagrosamente, ella lo sabía, Él la protegió. Después de eso la teniente Vélez se sintió mucho mejor, contó con su mamá en todo su proceso de recuperación, por lo menos en Medellín y Bogotá, pues cumpliendo su traslado, llegó todavía con vendas a su nueva unidad. De allí debió empezar a someterse a múltiples operaciones, siete en total. En su gran mayoría por motivos estéticos, milagrosamente ninguna de sus heridas le afectó gravemente, o le dejó secuelas que le afectaran a mediano o largo plazo, su salud. De las mujeres que han dejado su relato en este libro es la única que aún es militar activa al momento de la publicación de este libro, dueña de una carrera ejemplar, adornada con múltiples condecoraciones entre las que se cuentan la medalla Francisco José de Caldas y la medalla “Herido en Acción” entre otras, ostenta el grado de Teniente Coronel, está felizmente casada, es madre de dos hijos y sigue con una relación inmejorable con doña Cecilia, su mami, quien aún es su consejera y confidente de cabecera, para quien dice ella-, ya pasó a segundo lugar, su nuevo consentido es su nieto, el amor es mutuo y lo mejor de todo: el amor en la familia es el más fuerte.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
relato de doña Cecilia, sintiendo su dolor al solo recordar la idea de haber perdido a su niña, -como aun la llama- es algo que difícilmente se puede llegar a plasmar en un relato, no se pueden encontrar las palabras que lo expresen a plenitud. Doña Cecilia es una mujer orgullosa de su hija, le brillan los ojos, se le humedecen de felicidad al hablar de ella y el ver hasta donde ha llegado gracias a sus esfuerzos y sacrificios, sigue en el anonimato disfrutando de las victorias de su niña. Doña Cecilia Salazar es el por qué este relato es diferente. Al conocerla, me recordó a mi mami Rosita, a mi abuela la vieja Susana y a las muchas madres de soldados, suboficiales y oficiales que he conocido y comparten en común un amor inconmensurable para sus eternos niños. Nuestras familias, pero en especial ellas también merecen ser reconocidas; y ellas, a la par de nuestras víctimas, deben ser tenidas en cuenta. Esta historia es diferente, porque no solo se centra en nuestra víctima la TC. Elizabeth Vélez Salazar. Con ella comparte el protagonismo, su madre doña Cecilia. Quería recordarles cuanto brinda una madre por sus hijos, y aunque solo otra madre lo pueda entender, por lo menos si no lo son, intenten imaginar cuanto sufren ellas y cuanto les duele que sus retoños se conviertan en víctimas o en el peor de los casos, que sus hijos ofrenden su vida por la patria.
Este relato fue algo diferente, y quiero explicarles el por qué. Esta investigación, expuso ante mí una historia que me recordó lo importante que es la familia para cualquier militar. Puedo decir sin temor a equivocarme, que nadie puede sobrevivir en este mundo sin un apoyo que lo aliente y espere en el mundo civil. En la gran mayoría de los casos, esa función la cumplen nuestras familias, nuestros seres queridos y por excelencia nuestras madres quienes nos sustentan, mientras tenemos la bendición de tenerlas vivas. Antes de sobrevivir en la vida castrense hay que llegar a ella, muchas veces celebramos nuestros triunfos, la alegría de portar un uniforme y olvidamos todos los esfuerzos que nuestras familias hicieron por nosotros, para permitirnos estar allí. Ellos merecen parte de ese reconocimiento. Más allá de todo esto, es de vital importancia que tan bien recordemos y aceptemos que cuando un militar es víctima del conflicto, su familia, y sus seres queridos también los son; lo que yo experimenté escuchando el - 146 -
- 147 -
ALMA DE FÉNIX Soldado Bachiller Shirley María Laurens
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Fotos: Archivo personal Soldado Bachiller Shirley María Laurens
- 150 -
- 151 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Después de escribir estos relatos entendí que, aunque el poder de la guerra es monstruosamente destructivo y devastador, no es comparable con el extraordinario poder que ostenta el alma humana en su bondad y en el amor como don de sanación. También comprendí que, al tener a Dios como guía y motor de nuestras vidas, le permitimos que cree obras de inesperada belleza. Por ende, es difícil, -imposible diría yo- acercarse a estas heroínas y sus familias, escucharlas, interactuar con ellas, conocerlas y no sentirse tocado con sus historias de vida, de verraquera, de empuje, de ganas de salir adelante; de no dejarse vencer ni ganar, por las circunstancias que injustamente el destino les impuso. La experiencia vivida en la construcción de este relato final, logró llegarme al corazón especialmente. Quizá, porque refleja la situación de la gran mayoría de víctimas, quizás porque entendí lo desagradecida que es una sociedad llena de prejuicios, que invisibiliza a sus víctimas haciéndolas a un lado. Probablemente, porque en verdad es inspirador conocer a una persona que inexplicablemente y a pesar de las circunstancias, sobrevivió, a un evento del cual, no existía la posibilidad de sobrevivir. Cayó tan drásticamente como se puede caer, se sintió morir, quiso desfallecer, no encontraba salidas, no veía futuro… pero sobre todo pronóstico, se levantó, logró alzarse, y vive airosamente en un proceso de constante de sanación; de heridas que no terminarán de cicatrizar. Puede tener la frente en alto, porque eso se lo da el deber cumplido, con un amor a su institución y a su patria, que puede inspirar a cualquiera. Siguiendo sus palabras “volvió a nacer”, como aquella mítica ave, creó de sus cenizas una mejor persona. Una persona a la que Dios sin duda le dio un propósito. Quiero creer que ese propósito es demostrar que se puede inspirar a todos aquellos que se acercan a su luz, ayudando con ello a cambiarlos para tener un mejor país.
- 153 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Hoy anhelo convertirme en una herramienta que amplificará su luz, que logrará que su historia toque más corazones, haciendo de mi Colombia un lugar un poquito mejor para vivir. Sin más preámbulos, les presento la historia de la Soldado Bachiller Shirley María Laurens. De madre paisa y padre de descendencia alemana por el año de 1981 nació en Barranquilla. Por cosas de la vida, su familia se separó. Sin embargo, el destino también le dio la fortuna de conocer el amor de un segundo papá, quien la llevó a ser guajira de crianza, vio correr su niñez por las calles de Riohacha y conoció el nacimiento de su adolescencia contemplando la belleza del mar desde su puerto. A sus 15 años viajó junto a su familia a Envigado, llegó al Valle de Aburrá con sus padres, su hermano mayor y sus dos hermanas menores. Allí terminó a sus 15 años el bachillerato y siguiendo los deseos de su padre, quien trabajaba en la banca, empezó a estudiar en la universidad y por sugerencia de su madre ingresó a una academia de modelaje, donde gracias a su belleza alcanzó a realizar varias sesiones fotográficas, pero los deseos de su alma y corazón eran otros. Shirley era una mujer de retos, de alma aventurera y libre que no concebía su vida en una oficina o en el glamour del modelaje, ella anhelaba horizontes muy diferentes. Sus sueños la llevaban a trabajos del tipo policíaco, con armas, de campo, de investigación, en su condición de mujer según lo que ella sabía la policía, el DAS o el CTI eran su mejor opción. Sin más alternativa por ese entonces, seguía su rutina diaria entre la universidad y el modelaje, entre clases y sesiones de fotografía, viviendo los sueños de sus padres, pero sin perder de vista los suyos, atenta a cualquier información que le pudiera servir. Fue así como un día cualquiera de 1998 se enteró de la convocatoria que estaba haciendo el Ejército Nacional para jóvenes mujeres que quisieran prestar el servicio militar. Una llama se encendió en ella, sus ojos se iluminaron, había encontrado por fin un camino para cumplir sus sueños, sin demora averiguó todo cuanto pudo de aquella convocatoria, leyó el perfil que buscaban sintiendo que ella encajaba perfectamente, motivo por el cual se sintió más motivada. Sin dudarlo, se inscribió e inició el proceso de selección. Decidió que era mejor no contar nada en la casa hasta no tener algo seguro. Ella sabía que su decisión no sería del agrado de sus padres. Al llegar el primer día de inscripción, se encontró con la sorpresa de más de mil mujeres que buscaban uno de los diez cupos disponibles; así fue como empezó su sueño, saliendo de casa con el pretexto de ir a - 154 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
clases o trabajos para asistir a los exámenes y entrevistas. Una a una, ella fue superando cada prueba que le exigió el proceso de selección, día a día miraba como el grupo de mujeres seguía reduciéndose, cada jornada se sentía más optimista. Se empezó a imaginar con uniforme, en medio de una vida castrense, realizando sus sueños. Las expectativas eran elevadas, los rumores muchos, uno de tantos fue que buscaban mujeres altas, espigadas y elegantes, Shirley al oírlo, -mientras solo quedaban 20 mujeres- en medio de la última entrevista, se desanimó un poco: “elegante tal vez” pensaba, “pero ¿alta y espigada… ¿de dónde? si bien chaparrita que soy”, se fue para su casa con eso en mente, y la voz del capitán que las despidió diciéndoles: “mañana llamamos a las 10 seleccionadas”. Se despertó temprano atenta al teléfono de la casa, toda la mañana se mantuvo cerca para contestar la tan anhelada llamada, pero llegó el medio día y nada, las horas transcurrían eternas. El reloj marcó las dos, las tres. Cada minuto que pasaba, sus esperanzas se iban desvaneciendo. Las cuatro, las cinco, las seis. “Eso fijo fue mi estatura” pensó ya sin esperanzas y se fue para su cuarto. En esta ocasión no fue, se dijo. Pero más adelante volvería a probar suerte eso si lo tenía seguro. A eso de las ocho sonó el teléfono y contestó su mamá, quien escuchó la voz de un hombre muy serio que le decía, -Shirley Laurens por favor- sin demora imaginando que era de la academia de modelaje, llamó a su hija para que contestara al teléfono, Shirley tomó el teléfono diciendo – buenas noches, ¿con quién? Acto seguido recibió la respuesta que hoy recuerda cambió su vida y convirtió ese día, en el más feliz que haya tenido hasta entonces. –Bienvenida al Ejército Nacional, la esperamos mañana a las 4:30 de la mañana, traiga puesta solo una sudadera y camiseta. En un maletín que vengan sus útiles de aseo, acá le daremos el resto. Ella, sin saber que responder mientras tenía a sus padres en frente, solo atinó a responder con un sencillo, -Bueno señor, Muchas gracias-. Con un rostro que no demostraba mucho, se fue hacia su habitación donde al cerrar la puerta estalló en felicidad, saltó, brincó, fue inmensamente feliz. Su familia no sabía nada al respecto, sus padres le habían pagado la libreta de segunda clase a su hermano para que este no tuviera que prestar servicio militar, ahora como ella, les iba a explicar, que su niña, -la cual no tenía ninguna obligación- quería prestar servicio militar; más que eso, que ella había hecho todo un proceso de selección a sus espaldas, el cual había - 155 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
pasado en su totalidad y en unas cuantas horas debía estar presentándose para iniciar su servicio. Sin tener más opción, pues necesitaba la firma de sus padres, sencillamente les contó, les dijo que ese era su sueño, su deseo y decisión, les pidió que por favor se la respetaran, como lo presentía, su respuesta no fue la deseada, se negaron rotundamente a dejar ir a su niña a tal locura y se encerraron en su pieza. Shirley les tocó, les lloró, les imploró sin respuesta alguna y por último se retiró a su habitación a derramar impotente sus lágrimas, mientras pensaba en tantas mujeres a las cuales no escogieron. En todas las pruebas superadas, las entrevistas realizadas… para terminar así, con todo truncado por la falta de una firma. No le parecía justo, ni con ella, ni con la niña a la cual le quitaba el cupo. En medio de sus divagaciones y lágrimas, a eso de la media noche, su madre llegó a su habitación, seguramente impulsada por el deseo que vio en los ojos de su hija, en esa pasión que no le conocía, pero que le imploraba. Le dijo que, aunque no compartía su decisión y que tampoco la hacía feliz, la iba a apoyar y la acompañaría a cumplir su cita a las 4:30 en la Cuarta Brigada. Su rostro se iluminó, sus lágrimas de tristeza le abrieron paso a lágrimas de felicidad, esa noche la ansiedad no le permitió dormir. Muy a las 4:30 de la mañana estaba junto a su madre y las demás jóvenes que seleccionaron en la entrada de la Cuarta Brigada, en ese grupo de personas se veían contrastes muy marcados, expectativa, alegría y emoción en los ojos de las nuevas soldados y llanto, preocupación e incertidumbre en los ojos de los padres. Salió a recibirlas el capitán dueño de aquella voz que le anunció que ya era parte del Ejército Nacional, las invitó a seguir dejando a sus espaldas a sus progenitores y familiares que las despedían como aventureras que partían de la seguridad del puerto de sus hogares y emprendían la empresa de sus vidas en medio de un océano desconocido y emocionante para ellas, ávidas de explorarlo, de surcarlo, de hacerlo suyo y de vivir a plenitud esa experiencia. Los primeros minutos fueron algo impresionante para ellas, adentrándose en medio de un mar de hombres, más de mil soldados que centraron toda su atención en las nuevas reclutas (término empleado en la vida castrense para referirse a una persona nueva en un grado), los halagos y piropos no se hicieron esperar, más de uno pasado de tono, lo que obligó a su nuevo comandante a tomar cartas en el asunto y llamar al orden a sus hombres, algo que les sorprendió mucho por la forma en que lo hizo, llamó a uno de los soldados que se había sobrepasado en sus comentarios, lo paró - 156 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
frente a ellas y ante sus sorprendidas miradas le propinó un calvazo (golpe fuerte y seco que se da con la palma de la mano en la nuca propiciando un sonido muy característico) que seguramente el soldado en la vida iba a olvidar, posteriormente le ordenó pedir disculpas a las señoritas, orden que el soldado al entender su error hizo sin reparación, ante tal ejemplo los demás espectadores de esta escena silenciaron sus comentarios, aprendiendo la lección y tan solo continuaron admirando en silencio las hermosas mujeres que llegaban para embellecer la unidad militar. Les dieron un alojamiento con baño solo para ellas, esa fue la única consideración especial que tuvieron por su condición de mujeres, cuando llegaron a sus catres, sobre ellos estaban todos sus elementos entre los que Shirley encontró su camuflado nuevo, brillante, hermoso ante sus ojos, tela que se convertiría en su nueva piel, lo observó contemplándolo como un regalo anhelado, lo tocó rozándolo con las yemas de sus dedos sintiendo todo lo que este simbolizaba, se enamoró al instante experimentando en carne propia lo que un soldado siente cuando lo viste por primera vez, nunca dejaría de llevarlo con honor, aunque no pudieran verle, su alma siempre portaría con orgullo esa piel, pues un soldado nunca deja de serlo, y esa señores y señoras es una realidad que no distingue entre géneros. Su entrenamiento inició casi inmediatamente, las repartieron entre los diferentes pelotones de las diversas unidades que se encontraban realizando su instrucción básica, Shirley quien gracias al acento que aún hoy conserva recibió el apelativo cariñoso de “la costeña”, para su instrucción diaria era asignada casi todos los días al pelotón del batallón de servicios, aunque rememora que el pelotón que más sufría era el de la PM (Policía Militar) y ahí era donde terminaban las jóvenes que eran castigadas por alguna falta cometida. No fue fácil recuerda, se enfrentaban a un mundo totalmente machista, donde aunque jamás las maltrataron si fueron en exceso estrictos, muchos de sus comandantes no estaban de acuerdo con su existencia dentro de las filas del Ejército, no concebían una vida castrense llena de mujeres y se los hacían sentir en cada uno de los ejercicios que debían hacer, retándolas, exigiéndoles, presionándolas, a lo que ellas airosas sin queja avanzaban, entendiendo como cierto aquella frase que reza “ lo que no te destruye te hará más fuerte”. Culminaron su fase de instrucción donde conocieron el volteo, el orden cerrado, formaciones, entrenamiento físico, armas, polígonos, grados y distintivos, cortesía militar, supervivencia; entre muchas otras cosas más, que hacían que Shirley cada día se enamorara más y más de su Institución - 157 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
(si, suya, porque ya se había apropiado de ella, de tal forma, que aún hoy que después de tantos años, de tantas desgracias, de tanto olvido, en sus palabras, en la forma como le brillan los ojos cuando la recuerda y en sus gestos solo transmite que sin duda aún es suya), era feliz, dichosa, estaba haciendo lo que la hacía sentir plena, estaba viviendo la vida que ella había soñado y había llegado la hora de comprometerse solemnemente ante la bandera por la cual estaría dispuesta a ofrendar su vida si fuese necesario. El día de su juramento de bandera toda su familia la acompañó, ella con su uniforme inmaculado, aferrada a aquel fusil que se había convertido en su compañero fiel, a pesar de sus 1,60 de estatura se sentía inmensa, imponente, elegante, satisfecha, feliz, se gozó su ceremonia militar y cuando se encontró con su familia, la costeña encontró en sus miradas solamente un orgullo inconmensurable por ella. Ya como toda una soldado bachiller en cumplimiento de su servicio militar, su rutina diaria transcurría entre servicios de centinela en el alojamiento, en la guardia prestando seguridad en las garitas, en las noches apoyando los operativos de la brigada requisando el personal femenino o en las oficinas ayudando en la parte administrativa, todo el mundo en el cantón militar la conocía; pues no se le dificultaba mucho ganarse el cariño de los demás con su carisma y ese acento alegre característico de la costa colombiana que la distinguía, era normal verla hablando en exceso con quien le daba la oportunidad y es que en verdad se gozaba la vida castrense, nació para ella, “estaba en su salsa” como se suele decir, era inmensamente feliz y no podía más que transmitir esa felicidad a todos los que se le acercaban, aunque no era “monedita de oro” para caerle bien a todo el mundo, al poco tiempo gracias a una rivalidad creciente con una de sus compañeras fue protagonista de un fuerte altercado, tras el cual se inició una investigación por parte del comando de la Brigada que la exoneró de responsabilidad y encontró culpable a quien fuera hasta entonces su compañera, lo que le acarreó a esa joven como castigo una baja deshonrosa de su servicio militar. Una de las fortalezas del militar son las armas, pues hacen parte de su esencia, así que es común organizar competencias de tiro entre unidades militares; para esa época la cuarta brigada organizó una entre sus unidades. Esta brigada es una de las más grandes e importantes del país, cuenta entre sus filas con soldados de gran experiencia y pericia en el arte de las armas, por eso para Shirley fue una sorpresa cuando la escogieron a ella como la persona que representaría el comando de la Cuarta Brigada, siempre se había destacado en los polígonos lo sabía, pero no estaba segura de estar - 158 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
a la altura del reto, pero sus comandantes que habían tenido la fortuna de conocer de cerca sus habilidades en tiro, no dudaron que realizaría una representación a la altura de las expectativas. Se llegó el día y disparo a disparo fue sumando puntos sobre sus contendores quienes en su totalidad eran hombres, incapaces de igualar sus habilidades se fueron rezagando, ella no pensaba en ganar, tan solo lo disfrutaba sumergiéndose en esa danza lenta, romántica, en esa complicidad que nace de la charla silenciosa entre el tirador y su arma, dejándose llevar, consintiendo lentamente el gatillo, para que su arma hablara por ella, elevando su voz de tal forma que sin rival cercano luego de dos certeras dianas la proclamara con vítores como gran triunfadora del concurso. No lo podía creer, estaba feliz, sus comandantes encantados se llevaban el triunfo para la casa, la costeña no los había decepcionado, los comandantes de sus contendores por otro lado, estaban enfurecidos; ¿cómo era posible que los mejores tiradores de sus unidades sucumbieran en el arte esencial de la milicia ante una mujer?, se escuchaban reproches despectivos por todas partes, sus mentes aún no estaban preparadas para tal impacto, mientras tanto la comitiva de la cuarta Brigada encabezada por Shirley se retiraba victoriosa del polígono. Al regresar a la brigada gracias a su desempeño, comportamiento y como premio a tan extraordinaria actuación en la competencia de tiro, fue asignada para trabajar en el Gaula rural de Antioquia que para entonces operaba conjuntamente con CTI y el extinto DAS y tenía sus instalaciones en un barrio a escasas dos cuadras de la brigada. Shirley no cabía en su dicha, la habían asignado sin saberlo a su unidad soñada, trabajando de la mano con CTI y DAS conoció más de cerca las labores investigativas y de campo que tanto le apasionaban, fueron meses de ensueño donde sus compañeros de trabajo se convirtieron en su nueva familia, se levantaba temprano todos los días, se aseaba, se vestía con ese uniforme que tanto amaba, cumplía sus labores asignadas, tomaba su fusil y salía de la brigada para caminar esas dos cuadras que la separaban del que sentía como su segundo hogar, allí todos los días aprendía un poco más, sus compañeros la protegían y cuidaban con mucho cariño, era la niña de la casa, ella siempre les expresó su deseo de hacer de la milicia su proyecto de vida, portar el uniforme hasta cuando le fuera permitido, y ellos en su intención por prepararla para cumplir sus sueños, le transmitían todo el conocimiento que les permitía el tiempo y las circunstancias. Cuando las misiones no - 159 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
eran de riesgo la llevaban consigo para que siguiera aprendiendo, fueron días gloriosos que Shirley siempre llevará en su corazón. El 30 de julio de 1999, Shirley como de costumbre salió muy temprano de la brigada hacia la casa donde el Gaula tenía su sede, saludando a todo el que encontraba en su camino. Llegó y se encontró a todo el personal civil y militar alistándose para una operación de rescate de la hija de un ganadero quien había sido secuestrada por las FARC, organización terrorista que para la época a pesar de encontrarse en un proceso de paz con el gobierno, -en la zona de distensión del Caguán-; en el resto del país continuaban en la lucha sin cuartel contra el gobierno y sus instituciones. La operación dio inicio mientras todo el personal comenzaba a movilizarse en los vehículos del Gaula en dirección a una de las comunas de Medellín, donde tenían claro por inteligencia que se encontraba la niña secuestrada. Al verlos partir Shirley ingresó a la casa dirigiéndose hasta el patio donde existía un altar a la virgen María que ella cuidaba y limpiaba a diario con esmero, le encendió una veladora y le pidió para que cuidara y protegiera a su familia, para que encontraran a la niña y la pudieran traer de regreso a los brazos de sus padres, mientras todos retornaban sanos y salvos, acompañó su plegaria junto a un ave maría y un padrenuestro y se fue a su lugar de trabajo a adelantar las labores del día, tenía muchos oficios por hacer y debía adelantarlos porque estaba segura que en la tarde no le quedaría tiempo debido a la celebración del éxito obtenido. Pasado el mediodía, su gente retornó en medio de una eufórica celebración, todo había sido un éxito, todos sonreían, gritaban, vitoreaban, realmente se vivía un ambiente festivo, que mejor forma de iniciar la tradicional Feria de la Flores, que esa noche se inauguraba. Entre todos y para consentir aún más a su niña, le compraron ropa y zapatos a la costeñita para que saliera con ellos y los acompañara en la celebración esa noche. En medio de la celebración, el Mayor Mora comandante del Gaula rural de Antioquia se fue para su oficina a dejar lista toda la parte administrativa y documental de la operación y así poder celebrar tranquilo en la noche con sus subalternos y compañeros de trabajo, el reloj marcaba las 03:30 de la tarde. Mientras todos en la sala de la casa continuaban planeando todo para la noche, invitarían esposas, novias y amigas, querían una celebración por lo alto, sin duda se lo merecían. De repente Chica, el soldado que cumplía su turno de centinela y estaba parado en la puerta para escuchar el planeamiento sin perder detalle, aportando algo cada vez que lo creía - 160 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
conveniente, mira sorprendido a Shirley y le grita “COSTEÑA” ella como en cámara lenta observó la aterradora escena que aún hoy la acompaña, una camioneta blanca cargada con un cajón muy grande de madera embistió la humanidad de su compañero, amigo y hermano, presionándolo contra la fachada de la casa mientras la atravesaba partiéndolo instantáneamente en dos, en un acto reflejo se arrojó a tomar su fusil para reaccionar como le habían enseñado en la instrucción pero sin alcanzar a llegar siquiera a tocarlo siente un estruendo sin precedentes que la golpea y le hace perder el conocimiento. - ¿Dónde estoy?, ¿qué pasó?, me pregunté. Sentía mi cuerpo entumecido, lentamente abrí mis ojos y me descubrí en un lugar oscuro a causa del polvo, con llamas por doquier creando sombras danzantes e irreales, tardé unos segundos y recuerdo la mirada de Chica mientras con un grito intentaba alertarme de algo grave, recuerdo aterrada la imagen de la mitad de su cuerpo contra el panorámico de la camioneta mientras aún tenía su mirada fija en mí, me siento aturdida, aun no puedo comprender qué está pasando, estaba en las instalaciones del Gaula junto con todos mis compañeros… ¿o lo soñé?, ¿dónde estoy?, ¿qué está pasando?. Dios mío una bomba, nos colocaron una bomba, siento algo sobre mi hombro, miro y me doy cuenta que alguien tiene su mano en mi hombro, poco a poco el polvo se va disipando, intento preguntarle a quien está junto a mí si está bien, pero al buscarlo detallo aquella mano que se posa sobre mí y me percato que esa extremidad no tiene cuerpo, es solo un fragmento, lo retiro lentamente aunque tan rápido como mi cuerpo entumido me lo permite, con esfuerzo levanto mi tronco y veo mis piernas enterradas en escombros y mi brazo derecho en un extraña posición girado hacia atrás, descubro que está unido a mí por tan solo un pedazo de carne, con mi brazo izquierdo lo tomo y acomodo en mi regazo, veo expuesta la carne viva de mi antebrazo izquierdo, ¿qué es esto? ¿Lo estoy soñando? ¿Fue una bomba? ¿Por qué no siento dolor? Algo me molesta en el cuello y no me deja girar mi cabeza a la derecha, toco con mi mano izquierda mi cuello, es algo metálico de gran tamaño que se me incrustó, me está molestando mucho, así que con esfuerzo lo arranco de mi carne, este zumbido en mis oídos es latente y no se acalla, ya con casi todo el polvo disipado y pudiendo girar mi cabeza en todas direcciones, se abre ante mí una escena dantesca en todo sentido de la palabra, fragmentos de los que debieron ser mis compañeros esparcidos por todo el lugar, que - 161 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
aún no podía reconocer pero debía ser la sala de la casa donde funcionaban las instalaciones Gaula, porque allí estábamos o ¿lo había imaginado y esta era una pesadilla?, Virgencita qué está pasando ayúdame, empiezan a caer pequeños escombros que me golpean, ¡Dios mío, el techo se me viene encima!… No me puedo mover, todo mi cuerpo está aprisionado, me estoy ahogando, no puedo respirar, siento que mi rostro sangra sin parar y esa sangre entra por mi nariz, siento que el aire me abandona y regresa a mí como un veneno para mis pulmones, es algo que busca acelerar mi destino, ya no hay nada que hacer, estoy cansada, quiero descansar, quiero que toda esta pesadilla termine, siento mi vida escapando de mis manos como agua clara que retorna a su fuente, una tranquilidad me invade, mamá, papá, los quiero, perdón, Diosito cuídalos, protégelos, dales la fortaleza que van a necesitar, ellos no merecen sufrir todo esto, todo se torna en paz, una tranquilidad maravillosa me envuelve. Repentinamente la plancha que me estaba presionando se levanta y cae al otro lado, el aire vuelve a entrar a mis pulmones inyectándome energía y ganas de vivir, pero estoy tan cansada, me siento realmente exhausta, me rindo, no puedo más. De repente el zumbido de mis oídos cesa y escucho que alguien me habla – Tú tienes que salir de aquí. – Yo no puedo. – Yo siempre he estado contigo y tú si puedes. ¡Qué hermosa voz, que tranquilidad me transmite!, pienso ¿cómo puede darme tanta paz? – Me siento muy débil, yo no puedo. – Yo siempre he estado contigo y tú si puedes Vuelvo a levantar mi tronco, mis piernas están enterradas, mi brazo derecho esta inservible, el izquierdo apenas lo puedo mover, ¿cómo voy a salir? le pregunto gritando a quien sea que me está hablando. –Yo siempre he estado contigo y tú si puedes salir. Siento que alguien me ayuda a levantar, que alguien me está apoyando aunque no logro verlo. Él me ayudó a desenterrar mis piernas de los escombros, me dio la fuerza para levantarme, comienzo a caminar lentamente con mi brazo izquierdo sujetando lo que queda de mi brazo - 162 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
derecho, paso a paso voy haciendo a un lado las partes de los cuerpos de mis compañeros que aún se movían, de los que fuesen mis compañeros, mi familia, veo brazos, piernas, partes de sus cabezas, todo es tan horrible, tan irreal que comienzo a gritar de la desesperación. No puedo me repetía, pero aquella voz tan sublime, me sigue motivando, apoyando, dando las fuerzas para continuar, “tú si puedes yo siempre he estado contigo” me repetía. Empiezo a escuchar voces de más personas diciendo: “ahí viene algo” la luz del sol llega a mis ojos, siento la mano de alguien que me recibe, me desplomo ya no puedo más. Esa tarde del 30 de Julio de 1999, las FARC detonaron una camioneta con 100 kilos de explosivos en la sede del Gaula rural de Antioquia, ubicado en la carrera 78B con calle 49B de la ciudad de Medellín, a escasas 2 cuadras de las instalaciones de la Cuarta Brigada, causando la muerte de 10 personas entre militares, personal del CTI, del DAS y civiles; dejando más de 30 personas heridas sin diferenciar entre civiles y militares. Destruyeron en su totalidad las instalaciones del Gaula y causaron incalculables daños en las estructuras y viviendas de la zona. Al iniciar la investigación de este relato, Shirley era una víctima más, pero conforme avanzaba fui conociendo los hechos y la conocí a ella, escuché su relato, visité la zona, consulté los diarios de la época, vi en imágenes la magnitud de los daños causados, entendí que además de ser una víctima, esta mujer que contagia con su alegría y optimismo es un milagro viviente, por más que busqué, no encontré otra solución a los hechos, ¿cómo explicar que sobreviviera a 100 kilos de explosivos que detonaron a menos de 20 metros de su humanidad?, que saliera caminando de las ruinas del Gaula con lesiones tan graves en su cuerpo, y que hoy esté en una pieza, mientras sus compañeros literalmente se fragmentaron a su alrededor, que lograra continuar con su vida y tuviera la bendición de dar vida a sus hijas luego de tan traumático evento en todos sentidos, tanto físico como mental, que conserve su sonrisa y ese amor inspirador por SU Ejército Nacional como ella lo llama, ¿cómo explicarlo?, ¿cómo?. Yo no soy un religioso devoto, pero me rendí y sucumbí ante su relato, ante la idea de que ella es un milagro viviente y la certeza de que la voz que la motivó y la sacó de esas ruinas no es otra que la del mismo Dios, pero cada quien puede sacar sus propias conclusiones, después de esta pequeña reflexión que no podía dejar de hacer, tengo el gusto de seguirles contando su historia y relatarles cómo la soldado bachiller Shirley María Laurens se levantó entre las cenizas. - 163 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
La soldado bachiller Shirley Laurens despertó en una camilla del hospital Pablo Tobón Uribe, rodeada de una gran cantidad de personal médico corriendo de un lado a otro a su alrededor, mientras ella observaba las cenizas que quedaban de lo que antes era un bellísimo cuerpo, ese día comenzó su calvario. Cuando su madre llego al hospital al verla entró en shock. Cuando le lavaron las heridas, sus aullidos de dolor invadieron la totalidad del hospital a pesar de su gran tamaño y es que no era para menos, estaba más muerta que viva, los médicos le pronosticaron que quedaría ciega por los vidrios en sus ojos, que perdería su brazo derecho, que quedaría parapléjica, que quedaría estéril, su rostro, lleno de raspaduras, sin nariz e hinchado por los hematomas era irreconocible, todas las probabilidades estaban en su contra y así con todo en contra, comenzó su lucha, empezó a levantarse. Cirugía tras cirugía Shirley evolucionaba, pero a los pocos días de empezar este proceso recibió una visita inesperada. Ella no podía hablar debido a unos tubos que tenía en su tráquea, así que se comunicaba por medio de notas que escribía arduamente con su mano derecha que se encontraba casi en su totalidad vendada, de esta forma le pidió a su mamá quien era su compañera permanente, que le trajera algo de tomar por que tenía mucha sed, su progenitora salió inmediatamente dejándola sola en la habitación. En ese instante ingresó un tipo grotesco, de facciones terroríficas en su rostro, acentuadas por una cicatriz que atravesaba su mejilla, de mirada ruin y llena de odio, se acercó a ella como una sombra tenebrosa que se le levantaba en frente, le envolvió el cuello con sus largas manos, empezando a reclamarle con lenguaje muy soez por no haber muerto en el atentado, Shirley sentía como la presión en su cuello aumentaba y la sangre le llenaba los ojos, el sujeto seguía presionando su cuello, amenazándola, le describía con escalofriante detalle que le iba a hacer a su cuerpo después de ahogar su último aliento. Shirley aterrada, inmóvil en parte por el miedo, en parte por el dolor y en parte por los vendajes, no podía gritar por los tubos que tenía en su boca, volvió a sentir que llegaría su fin, pero la adrenalina que estaba fluyendo por su cuerpo debido al estrés de la situación, elevó su ritmo cardíaco de tal manera que se activó la alarma de su monitor de signos vitales, alertando al equipo médico, lo que asustó al agresor quien escapó despavorido de la habitación, en shock, llena de lágrimas y con el pulso muy tembloroso logró contar lo sucedido, desde ese momento fue instalado un fuerte dispositivo de seguridad en el hospital, en la entrada principal, en el piso y en su habitación. - 164 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Los días transcurrían, Shirley entraba y salía de la sala de cirugía, cuando la visitaban era imposible no percatarse de la sorpresa en las personas, como volteaban su mirada, como salían de la habitación consternados con llanto en sus ojos, los doctores aun no le permitían verse a un espejo, ella le preguntaba a su madre constantemente; “¿mami como quedé?, ¿estoy muy fea?, ¿por qué no me traes un espejo? yo quiero verme”, su mamá le respondía con todo su amor de madre, que ella siempre se veía hermosa y que para qué espejos si estaba igual de bella que siempre, ella intentaba creerle pero en el fondo sabía que su rostro no estaba nada bien. Shirley tenía días buenos, malos y los peores, estos últimos llegaban cuando ella veía a todos sus compañeros muertos, a aquella familia que dejo atrás ese fatídico 30 de julio, junto a su cama, la llamaban, le reclamaban por qué no los estaba acompañando, le insistían que su lugar era junto a ellos, constantemente revivía los hechos, recordaba las partes de cuerpos moviéndose a su alrededor, se podría decir sin temor a equivocarse que su batalla interna con sus demonios era aún mayor que su batalla externa con su cuerpo, por lo menos para esta última tenía medicinas, médicos, operaciones que le ayudaban y orientaban en su sanación, pero en la interna estaba prácticamente sola. Nadie la entendía o lograba consolarla, sentía que su alma y corazón habían muerto con sus compañeros. Ya se le veía mejor, los soldados que estaban encargados de su seguridad, la cuidaban en exceso y estaban muy pendientes de ella, por eso un día la convencieron de salir en una silla de ruedas a dar una vuelta por el hospital para que cambiara un poquito de ambiente y se motivara un poco. Tanta fue su insistencia que ella finalmente aceptó aunque la idea no le hubiera llamado la atención en un principio, así fue como salieron a recorrer el hospital, ante la mirada y sorpresa de muchos, pero cuando pidieron el ascensor los soldados olvidaron por completo que el interior del mismo estaba cubierto de espejos. Fue así como cuando se abrió la puerta del ascensor Shirley pudo ver la magnitud de sus heridas y el daño que había recibido su rostro reflejado en el vidrio que se lo estaba revelando y estaba frente a ella, aun hoy no encuentra otro calificativo para esa imagen que la de monstruo, como era de esperarse ella entró nuevamente en shock y desde ese momento no dejó que nadie la visitase, a su habitación solo entraba el personal médico estrictamente necesario y los miembros de su núcleo familiar. Eso fue lo que ella ordenó y exigió, casi todos respetaron sus deseos, menos sus compañeros fallecidos, quienes por el contrario incrementaron - 165 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
sus visitas, constantemente, los veía parados junto a ella, tuvieron muchas conversaciones pero en todas era recurrente el reclamo de ellos por no haberlos acompañado. Así transcurrieron 11 meses entre paredes blancas, quirófanos, galenos, terapias, cirugías reconstructivas, cirugías plásticas, tratamientos, medicamentos, su rostro después de múltiples operaciones se veía muchísimo mejor, así que ella quería volver a trabajar, volver a uniformarse, volver a las filas de SU ejército, fue entonces cuando en una visita que le hizo el comandante de la Cuarta Brigada se lo hizo saber, este motivado por el entusiasmo y vitalidad de la soldado Laurens aceptó su solicitud y la designó a su despacho personal como su secretaria para colaborar con todas las labores administrativas que se presentaban diariamente. Así fue como la soldado bachiller Shirley Laurens regresó en muletas a las instalaciones de la cuarta brigada para terminar su servicio militar, la alegría entre sus compañeras ya no se veía, todo era silencio y tristeza, nadie había asimilado completamente lo que le había pasado a la costeña. Ahora bien, si eso era el personal que la veía, es difícil llegar a imaginar lo que ella podría sentir, debió ser muy difícil. Cada día era una prueba superada, cada noche un averno lleno de recuerdos y visitas de sus compañeros. A los pocos días de estar en la Brigada esta recibe un nuevo ataque, en esta ocasión con varios cilindros arrojados a su interior, Shirley que se encontraba en su alojamiento cuando detonaron, salió volando y se golpeó contra una pared, tuvo que volver a ser atendida y llevada al hospital para tratarle las heridas, ella entró en un estado de shock, revivió el instante de la bomba, se volvió muy sensible a los ruidos fuertes, a todos; la hacían reaccionar instintivamente, sufrió varios ataques de estrés postraumático, todo esto obligó a internarla en el hospital mental de Antioquia, donde inició un tratamiento psiquiátrico para controlar los ataques. En el hospital su vida no era la mejor, sufría mucho y sentía que si no salía rápido de ese lugar ella de verdad se iba a enloquecer. Luego de que un soldado también en tratamiento, la confundiera con una guerrillera y posteriormente tratara de matarla, logró convencer a su madre, que lo mejor para su salud era salir de ese hospital. Ella fue dada de alta con varios compromisos: primero tenía que irse de Medellín, porque los que pusieron la bomba, la tenían a ella como un objetivo miliar, debía irse a donde no la pudieran encontrar y segundo, que fuera constante y disciplinada con la toma de sus medicamentos. - 166 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Toda su familia fue desplazada fuera de Medellín en pro de la seguridad de Shirley. Llegaron a Planeta Rica en el departamento de Córdoba, allí poco apoco con el apoyo de su familia, continuó con su recuperación, aunque los comentarios de la gente nunca cesaban y sus miradas siempre la buscaban. A ella no le gustaba salir, se sentía fea, observada, juzgada, su autoestima había desaparecido. Después de menos de un año de su llegada al pueblo, un joven tocó a su puerta para evangelizar la religión profesada por su fe cristiana, él ese día le habló de Dios, y luego volvió, y volvió y siguió volviendo, poco a poco se enamoró de ella, le subió su autoestima, le recordó que ella era una mujer hermosa, la conquistó y le dio el regalo más grande y la que ha sido su mejor medicina: dos hermosas hijas, que se convirtieron en su motor y combustible, con ese joven ella vivió unos años. Por varias razones las cosas no siguieron funcionando. Así regresó a Medellín, con muchas expectativas y esperanzas. Veía a sus hijas y encontraba todos los motivos para luchar que necesitaba, acudió a SU ejército, a la Cuarta Brigada, pero los comandantes que conoció ya no estaban y por su condición de discapacidad no le dieron trabajo alguno, atendió muchas ofertas laborales, envió hojas de vida, acudió a muchas entrevistas, en donde tristemente -y más de una vez- fue estigmatizada por sus cicatrices, por su forma de caminar, no se le pedía explicación tan solo era juzgada por el morboso imaginario de las personas, que la rechazaban sin conocer su grandeza, el sacrificio ofrendado a su patria en sacrificio de su bienestar. Olvidada, rechazada, utilizada… así se llegó a sentir, ¿para qué haber dado tanto si la respuesta iba a ser tanta indiferencia?, duele el alma cuando se escucha su historia, se despliega el sentimiento patrio para entender cómo podemos llegar a ser tan crueles con nuestras víctimas, con aquellos que ofrendaron tanto por nosotros. Shirley actualmente es una mujer hermosa, cual ave Fénix reluciente. Quien no conozca su historia no podrá siquiera imaginar las heridas que sufrió, que sobrevivió a cuatro atentados contra su vida y un desplazamiento forzado, pues su porte es elegante y altivo y en contra de los pronósticos de los médicos; no quedó ciega, no perdió el brazo, no es estéril, no es parapléjica. Al contrario, las pruebas superadas solo le han templado su espíritu y han fortalecido su tesón, aún conserva su acento costeño, tiene 3 hijas, María Camila, Nicol y Celeste, es madre cabeza de familia y lucha a - 167 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
diario para sacarlas adelante, cualquiera creería que lo hace contra sus limitaciones, pero su batalla es contra nosotros; una sociedad que olvida a sus víctimas, que rechaza a sus héroes como leprosos porque ya no nos pueden brindar nada o eso es lo que erróneamente pensamos, sin trabajo estable se ve obligada a trabajar por turnos cuidando niños o ancianos, a vender arepas frente a su casa, cerámicas o ropas y accesorios por catálogo, lo que sea necesario para darles el mejor ejemplo y brindarle un mejor futuro a sus hijas. Actualmente sus secuelas más grandes son psicológicas, aunque sus cicatrices y su cojera son notorias, no ha pasado un día en el que no recuerde ese 30 de julio, en el que los rostros de sus compañeros no la visiten, en el que no sienta temor de que todo vuelva a suceder, ha aprendido a conocer su cuerpo y emociones y toma la medicina para controlar sus ataques de estrés, solo cuando siente que es necesario. Aunque sea difícil de creer y tenga una incapacidad medica de 89,9% aun sueña con volver a trabajar en SU ejército nacional, se emociona solo de pensarlo, también anhela una casa para sus hijas. Es una mujer llena de alegría y esperanza, con un mundo por conquistar. Tenemos todo por aprender de este Fénix hecha mujer.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Como evidenciamos en estos relatos que recopilamos, somos personas que tenemos hijos, hermanos, padres, amigos; tenemos sueños, proyectos, esperanzas y hemos ofrendado todo por nuestra patria, pero eso no deja a un lado nuestra calidad de seres humanos. Para mí, ha sido un honor relatar las historias de estas 4 mujeres, heroínas y víctimas. A ellas muchas gracias por su paciencia y valor al revivir sus historias para mí; aunque esto les significara recordar lo que tanto han querido olvidar. Ellas, tienen mi eterna gratitud y toda mi admiración por su sacrificio en pos de construir una Colombia mejor.
En medio de ese olvido la encontró el Departamento de Memoria Histórica de la Cuarta Brigada, en cabeza del SMC (RA) Néstor Alfredo Rincón Morales. Allí rescataron su historia y están trabajando por su visualización y reparación, Shirley ya fue reconocida como víctima por la nación, aunque le espera una larga batalla jurídica, para hacer valer los beneficios a los que tiene derecho, todo esto por algunos vacíos en la norma, que ahora no viene al caso mencionar. Es así como llegamos al final de estos relatos. Son muchas las cosas por cambiar en nuestra sociedad, quedan muchas leyes por mejorar; aunque lo trascendental acá y ahora es despertar la conciencia en nuestra sociedad e instituciones de lo importante de cubrir y proteger a nuestras víctimas, de devolverles un poco de todo lo que nos han brindado, de darles un acompañamiento en todas las áreas que necesitan, física, mental, familiar, profesional entre otras. Es hora de que nos empiece a doler todas estas personas como propias, porque además se lo merecen. Este es el primer paso para la reconstrucción de nuestro tejido social, además de la recuperación de nuestra memoria histórica institucional. Nosotros los militares, evidentemente somos héroes. - 168 -
- 169 -
Foto: Archivo Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar Escuela Superior de Guerra “General Rafael Reyes Prieto”
CAPÍTULO 3
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
SANAR LAS HERIDAS: APROXIMACIÓN A UNA RUTA DE REPARACIÓN INTEGRAL PARA MUJERES MIEMBROS DE LAS FUERZAS MILITARES VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO*1 Isabel Cristina Álzate Henao**2
Introducción La reparación de las víctimas del conflicto armado cobra importancia en la agenda pública y gubernamental a partir de la promulgación de la Ley de Víctimas y restitución de tierras en 2011. El interés en el tema se ha incrementado en el contexto de negociación con actores armados, en donde las víctimas han tenido la oportunidad de interlocución con sus victimarios y así se han planteado los caminos hacia una reparación integral, considerando el marco de un escenario de postconflicto. Uno de los temas que requiere mayor atención y desarrollo, es la reparación integral a los miembros de las Fuerzas Militares. Dado que el artículo tercero de la Ley permite el reconocimiento frente a las graves infracciones al DIH -en el marco del escenario del conflicto o fuera de *1
**2
Capítulo de libro que expone resultados del proyecto de Investigación <<Construcción de Paz por medio de la Memoria Histórica Militar>>, que hace parte de la línea de Investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>> del grupo de investigación <<Memoria Histórica, Construcción de Paz, Derechos Humanos, DICA y Justicia>>, reconocido y categorizado en (B) por COLCIENCIAS registrado con el código COL0141423 vinculado al Centro de Investigación en Memoria Histórica Militar (CIMHM) y a la Maestría en Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho Internacional de los Conflictos Armados (DICA), adscritos y financiados por la Escuela Superior de Guerra “ General Rafael Reyes Prieto” de la República de Colombia. Politóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Asesora en gestión interinstitucional en la Unidad para la Atención y Reparación integral a las Víctimas. Fue investigadora de la Fundación José Ortega y Gasset en Colombia y el Centro Internacional de Toledo para la Paz.
- 175 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
él- es necesario avanzar hacia la generación de medidas con enfoque diferencial y reparador que permita la atención y reparación de este universo de ciudadanos. El presente capítulo pretende analizar conceptualmente -desde el enfoque de justicia transicional y las disposiciones internacionales en la materia- posibles acciones que favorezcan la construcción y el diseño de la ruta de reparación integral en favor de los miembros de las Fuerzas Militares con la oferta provista por el Sector Defensa, especialmente en la atención de vulneraciones físicas, psicológicas, económicas a mujeres pertenecientes a las fuerzas que en el marco de sus actividades y en el ejercicio de sus labores, hayan sufrido infracciones al DIH y violaciones a sus Derechos Humanos. Así mismo, busca orientar la identificación de mecanismos que permitan visibilizar las necesidades de las mujeres en el componente de reparación integral (exceptuando el componente de indemnización integral), caracterizando a partir de los bienes y servicios provistos por las entidades adscritas y vinculadas, bienes y servicios cuya competencia o vocación pueda flexibilizarse para atender las vulneraciones y por ende transformarse en medidas de reparación integral. Por último, se propende por la formulación de recomendaciones para el mejoramiento de acciones institucionales frente a las competencias delimitadas en la Ley 1448 de 2011 y la construcción de paz en favor de medidas reparadoras para los miembros de las Fuerzas Militares. Para el desarrollo de este artículo se desarrolla un esquema cualitativo, que parte de un reconocimiento teórico del contexto en el que se encuentra el país a partir del desarrollo del concepto de justicia de transición y de la aplicación de las obligaciones adquiridas (traducida en convenios y tratados internacionales suscritos por Colombia) a través del bloque de constitucionalidad, especialmente desde el sistema universal e interamericano. Luego se profundiza en la conceptualización de miembro de las Fuerzas Militares como víctima de graves infracciones al DIH y por ende sujeto de derechos en el marco de la Ley de Víctimas, a través de la generación de un proceso de reparación administrativa. Así mismo, la voluntad para la ampliación de la política pública y la disposición de bienes y servicios para la atención de las vulneraciones generadas por el conflicto armado, son analizadas como alternativas de atención con un enfoque reparador. Cuantitativamente, se utilizarán cifras que logran describir de manera comparativa y prospectiva, los universos de atención al interior de - 176 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
las Fuerzas Militares para analizar la pertinencia de la flexibilización de acciones institucionales en favor de una ruta de atención para la población potencial sujeto de derechos en el marco de la Ley 1448 de 2011.
El contexto de Justicia de Transición para la atención de graves infracciones al DIH La Ley de Víctimas y restitución de tierras fue el mecanismo seleccionado por el legislativo y el ejecutivo para reconocer de manera oficial la existencia de un conflicto armado en Colombia. Bajo esta perspectiva la Ley hace visible la existencia de ciudadanos cuyos derechos se habían visto vulnerados a través de graves infracciones al derecho de Ginebra en lo que tiene que ver con los protocolos aplicables para conflictos armados de carácter no internacional. Así mismo, la concepción de la Ley se adhiere al modelo de justicia transicional que en términos de De Greiff se define como una “herramienta universal” que resuelve una lista aparentemente sinfín de problemas, sin importar el contexto, un campo que nació de la práctica, y por supuesto, con el fin de resolver problemas específicos (De Greiff, 2011). Dentro de la exposición de motivos, el Congreso de la República reitera la aspiración de justicia de transición, cuyo propósito principal es la reconciliación nacional. Con ello se pretende resolver problemáticas sociales derivadas de un periodo prolongado de violencia sistemática y generalizada causada por diferentes actores, tales como los grupos armados organizados al margen de la ley, así como los grupos criminales organizados con una fuerte estructura de poder y presencia en diferentes partes del Territorio Nacional (Congreso de la República de Colombia, 2011). El artículo primero -de la mencionada Ley- establece el objeto de aplicación en donde se dispone de un conjunto de medidas judiciales, administrativas, sociales y económicas, individuales y colectivas, en beneficio de las víctimas de las violaciones contempladas en el artículo 3º de la presente ley, dentro de un marco de justicia transicional, que posibiliten hacer efectivo el goce de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación con garantía de no repetición, de modo que se reconozca su condición de víctimas y se dignifique a través de la materialización de sus derechos constitucionales. - 177 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Acogidos en la implementación de medidas coherentes con los tratados y normas internacionales suscritas por Colombia, el país avanza en la implementación de su propio paradigma de justicia transicional, procurando guardar coherencia con la dinámica de su conflicto armado, y tomando de las experiencias internacionales de atención y reparación elementos diferenciadores. En este sentido, la justicia transicional adopta una serie de medidas que fuera de la judicialización, incluían también el esclarecimiento de la verdad, la reparación a las víctimas y algunos aspectos de la reforma institucional (De Greiff, 2011).
ayudado a la dinamización de la respuesta del Estado en términos de verdad, justicia y reparación. En este sentido es pertinente señalar que, si bien el modelo tiene un sentido claro, siempre debe aplicarse de acuerdo con las particularidades y necesidades que tiene la sociedad que lo ha de implementar. Muchos de esos mecanismos se han creado con un mandato y por un período de tiempo específicos. Pero la experiencia demuestra que, en el marco de las actividades encaminadas a hacer frente a los abusos pasados y a prevenir su repetición, pueden coexistir mecanismos temporales y permanentes (De Greiff, 2011).
Naciones Unidas ha definido la justicia transicional como “toda la variedad de procesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación” (Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas, 2014). Para la Organización de Naciones Unidas, la justicia transicional se fundamenta en cuatro principios derivados de las normas internacionales de Derechos Humanos: a) la obligación del Estado de investigar y procesar a los presuntos autores de violaciones graves de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, incluida la violencia sexual, y de castigar a los culpables; b) el derecho a conocer la verdad sobre los abusos del pasado y la suerte que han corrido las personas desaparecidas; c) el derecho de las víctimas de violaciones graves de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario a obtener reparación; y d) la obligación del Estado de impedir, mediante la adopción de distintas medidas, que tales atrocidades vuelvan a producirse en el futuro. (Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas, 2014).
Para ello, es importante entender que el conflicto en Colombia tiene distintas causas que lo separan de otros conflictos armados de carácter no internacional no solo por su carácter prolongado, sino porque, a diferencia de conflictos armados y guerras en otros países, en el caso colombiano emergen y se entrecruzan diversos factores que alientan la guerra. Por un lado, están los factores económicos, por ejemplo, aquellos vinculados con la tenencia y el uso de la tierra; con los beneficios derivados de la explotación agrícola, minera y energética, o con la captura de rentas vinculadas con actividades ilegales como el contrabando y el narcotráfico. También, están los factores políticos: el cierre de los espacios de participación; el persistente rechazo, instrumentalización, asedio y ataque a las formas legítimas de organización social, de oposición y de reclamo, o la cooptación e instrumentalización de la institucionalidad pública en función de intereses privados, o para amparar la ilegalidad (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2013)
Cabe recordar que la Justicia transicional, persigue un objetivo primordial: la paz como valor político supremo, prejudicial a cualquier otro, en un tipo de justicia dirigida a una finalidad que es el cese de la guerra interna y la pacificación entre todos los diferentes combatientes, sobre la base de una efectiva reconciliación nacional que no deje sentido de la injusticia padecida, deseos de venganza y por tanto el peligro de una reapertura de la guerra. Tiene que además concernir a todas las partes de un conflicto que ha durado, en Colombia, más de cincuenta años: las formaciones guerrilleras, las organizaciones paramilitares, aquellas neoparamilitares de los “grupos emergentes” y sectores, en fin, del mismo Ejército regular (Ferrajoli, 2016). La implementación de este modelo de justicia, ha coadyuvado a la consolidación de escenarios hacia la democracia o postconflicto y ha - 178 -
En este sentido, existen tres actores en el desarrollo del conflicto armado dados los medios y métodos de guerra empleados: grupos armados organizados al margen de la ley, población civil y miembros de las Fuerzas Militares y de Policía. Estos últimos adquieren un doble estatus en el marco del conflicto armado: por una parte, son actores activos en el marco de las hostilidades, pero fuera del escenario hostil, si bien gozan de la posición de garante, también son personas protegidas y, por lo tanto, sujeto de reconocimiento sobre las infracciones al Derecho Internacional Humanitario que en contra de su humanidad se lleven a cabo1. En este sentido, dado que este actor tiene una misión constitucional que le delega una acción concreta en el marco de la acción preventiva, coactiva y coercitiva de las Fuerzas Militares, dándole un estatus de actor legal y reconocido en el conflicto. 1
Análisis desarrollado a partir del desarrollo jurisprudencial de las sentencias de constitucionalidad 456 de 1997 de y 575 de 2006 proferidas por la Honorable Corte Constitucional de Colombia.
- 179 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Es claro que en el marco del conflicto armado no internacional -reconocido por Colombia- ocurren graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario que se desarrollan en el marco de las hostilidades entre grupos armados legales e ilegales, pero basados en la clasificación dada por Lesmes y Rodríguez frente al análisis de las tipologías del conflicto en Colombia, la misionalidad del uso de las armas y la fuerza y la tipología de la guerra que Colombia ha desarrollado y considerando el carácter legal que tiene la Fuerza Pública, y la sistematicidad de prácticas propias de una guerra asimétrica basada en el uso de técnicas no convencionales (Lesmes Orjuela & Rodríguez Castellanos, 2015), la cual opera por fuera de los límites del Derecho Internacional Humanitario, al ser perpetradores en un altísimo porcentaje, los grupos armados al margen de la Ley, no podrían ser sujeto de reconocimiento a través de mecanismos excepcionales de reparación integral, en el resarcimiento de graves violaciones al derecho de Ginebra. Bajo esta perspectiva, es coherente que los miembros de la Fuerza Pública, que se encuentren fuera de las hostilidades, entendida esta cuando el individuo no se encuentra en desarrollo de sus actividades u operaciones como miembro de las Fuerzas Militares o cuando, estando en el marco de las hostilidades no se respetan los principios del Derecho Internacional Humanitario (armas prohibidas o no convencionales, se encontraba en estado de indefensión, herido o en rendición), este será considerado como víctima en el marco de una política de justicia transicional, que se ha trazado la atención de las víctimas del conflicto generado por grupos organizados armados al margen de la Ley (Corte Constitucional, 2006) (Corte Constitucional, 1997). Específicamente el derecho de las víctimas a la obtención de la reparación, que como lo afirma Boer Cueva, se implementa al identificar los procesos y mecanismos a corto plazo y a menudo temporales, judiciales y no judiciales, que afrontan el legado de abusos a los derechos humanos y de violencia durante la transición de una sociedad que sale de un conflicto. (Boer Cueva, 2015). Solo que el sujeto observable en este artículo, serán las mujeres miembros de las Fuerzas Militares, que, bajo la óptica del Derecho Internacional Humanitario, son personas protegidas ejerciendo labores en el marco de la institución militar. Bajo esta perspectiva, es necesario identificar las rutas y mecanismos que puedan evidenciar acciones institucionales puntuales, favoreciendo el establecimiento de rutas y procesos de atención y reparación al universo del cual hacen parte las mujeres víctimas miembros de las Fuerzas Militares. - 180 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Concepto de Víctima como sujeto de atención de la reparación integral Profundizando en el concepto de víctima, es preciso identificar su significado en el marco del Sistema Universal de Derechos humanos: Toda persona que haya sufrido daños individual o colectivamente, incluidas lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que constituyen una violación manifiesta de las normas internacionales de Derechos Humanos o una violación grave del Derecho Internacional Humanitario. Cuando corresponda y de conformidad con el derecho interno, el término víctima también comprenderá a la familia inmediata o las personas a cargo de la víctima directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para prestar asistencia a víctimas en peligro o para impedir la victimización. Una persona será considerada víctima con independencia de si el autor de la violación ha sido identificado, aprehendido, juzgado o condenado y de la relación familiar que pueda existir entre el autor y la víctima (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2005) Dentro del Derecho de Ginebra este concepto adquiere mayor especificidad en la regulación de los medios, métodos y disposiciones en el desarrollo del conflicto, las cuales permiten dilucidar, que sujeto se convierte en víctima de forma automática, ante la vulneración de las reglas establecidas. Para el Derecho Internacional Humanitario, la población civil y los bienes de carácter civil gozan de especial protección en el desarrollo de las hostilidades. En este sentido, las personas y bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario, de acuerdo con lo establecido por Protocolo II Adicional y el artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra 2. 2
Las personas que no participan directamente en las hostilidades, Miembros de las Fuerzas Armadas que hayan depuesto las armas, personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, miembros de las fuerzas o grupos o grupos armados que formen parte del personal sanitario o religioso y están dedicados exclusivamente a esa ocupación, civiles que acompañen a las fuerzas, sin formar parte integrante de ellas: personas civiles que tan solo apoyan el esfuerzo militar no pueden ser objeto de ataque, civiles que participan indirectamente en las hostilidades: Las personas civiles pierden su protección al momento de participar directamente en las hostilidades, es decir cuando realizan aquellos esfuerzos (positivos o negativos) que una persona, en cumplimiento a un mandato superior, acomete mediante el empleo de la fuerza, para contener, o desviar o a causar daños concretos, a los recursos o propósitos militares (u hostiles) del adversario, periodistas en misiones profesionales peligrosas en las zonas de conflicto armado y Población civil. Esta inmunidad que tiene la población civil tiene las siguientes implicaciones: a) Prohibición de ataques contra personas civiles. b) Limitar los efectos de las operaciones militares que puedan afectar a las personas protegidas, c) los medios y los métodos de combate no son ilimitados, no han de causar males superfluos o sufrimientos innecesarios y d) prohibición de los ataques masivos e indiscriminados. (Comité Internacional de la Cruz Roja, 1949)
- 181 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Actualmente la disposición normativa que recoge estas disposiciones es la Ley 1448 de 2011 –conocida como Ley de Víctimas y Restitución de tierras- la cual en su artículo tercero establece: Se consideran víctimas, para los efectos de esta ley, aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno. También son víctimas el cónyuge, compañero o compañera permanente, parejas del mismo sexo y familiar en primer grado de consanguinidad, primero civil de la víctima directa, cuando a esta se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida. A falta de estas, lo serán los que se encuentren en el segundo grado de consanguinidad ascendente. De la misma forma, se consideran víctimas las personas que hayan sufrido un daño al intervenir para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la victimización. La condición de víctima se adquiere con independencia de que se individualice, aprehenda, procese o condene al autor de la conducta punible y de la relación familiar que pueda existir entre el autor y la víctima (Congreso de la República de Colombia, 2011). En este sentido, la normatividad colombiana, la cual es coherente con sus compromisos internacionales, establece unos marcos de acción para la atención de las víctimas reconocidas. La Ley 1448 de 2011 en su artículo 25 consagra expresamente que las víctimas “tienen derecho a ser reparadas de manera adecuada, diferenciada, transformadora y efectiva por el daño que han sufrido, es decir que, en todo caso la reparación debe ser integral”. Con la Ley de Víctimas, el Estado Colombiano recoge juiciosamente dichos estándares y los incorpora dentro de la norma y sus decretos reglamentarios. Para efectos de la investigación es el parágrafo primero del artículo 3, el que resulta relevante toda vez establece que: Cuando los miembros de la Fuerza Pública sean víctimas en los términos del presente artículo, su reparación económica corresponderá por todo concepto a la que tengan derecho de acuerdo con el régimen especial que les sea aplicable. De la misma forma, tendrán derecho a - 182 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
las medidas de satisfacción y garantías de no repetición señaladas en la presente ley (Congreso de la República de Colombia, 2011). Inclusive, previo a la promulgación de la Ley de Víctimas, disposiciones normativas anteriores reconocieron la calidad de víctima que adquiere la Fuerza Pública en el marco del conflicto. Lo reconoce en sentido amplio la Corte Constitucional en la Sentencia de Constitucionalidad 456 de 1997, en donde establece: Los miembros de las Fuerza Pública, no sobra recordarlo, no agotan como servidores públicos su dimensión existencial. Ante todo, se trata de personas, y, como tales, salvo los derechos que la Constitución expresamente no les otorga, gozan de los restantes. El aparato estatal requiere del esfuerzo y concurso de los militares y policías, con el objeto de cumplir misiones tan esenciales como las referidas a la defensa del territorio, la independencia nacional, la democracia y los derechos fundamentales. No obstante, el miembro de la fuerza pública no termina absorbido por el aparato estatal, como lo pretende una visión deshumanizadora y contraria a la dignidad de la persona humana. En este orden de ideas, atentar contra la vida de un miembro de la Fuerza Pública, no se concreta en la simple lesión de un valor institucional. Los militares y policías no son entelequias y, por tanto, el más elemental entendimiento de la dignidad humana no puede negarles el carácter de sujetos pasivos autónomos de los agravios que desconozcan su personalidad y su vida (Corte Constitucional, 1997) Así mismo la Ley 975 de 2005 –conocida como la Ley de Justicia y Paz- cuyo artículo quinto fue modificado por la Ley 1592 de 2012 expresa lo siguiente: Se considerarán como víctimas a los miembros de la Fuerza Pública que hayan sufrido lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual o auditiva), o menoscabo de sus derechos fundamentales, como consecuencia de las acciones de algún miembro de los grupos armados organizados al margen de la ley. Así mismo, se tendrán como víctimas al cónyuge, compañero o compañera permanente y familiares en primer grado de consanguinidad, de los miembros de la fuerza pública que hayan perdido la vida en desarrollo de actos del servicio, en relación con el mismo, o fuera de él, como consecuencia de los actos ejecutados por - 183 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
algún miembro de los grupos armados organizados al margen de la ley (Congreso de la República de Colombia, 2012). La sentencia C-575 de 2006, la cual efectúa el control de constitucionalidad a la Ley 975 de 2005, recalcaba sobre el reconocimiento de los miembros de la Fuerza Pública; “El concepto de víctima dentro de una situación de confrontación armada debe ajustarse a la filosofía que alienta el derecho internacional de los conflictos armados, conforme a la cual tienen la condición de víctima las personas que no participan directamente en las hostilidades o que ha dejado de participar en ellas. Este concepto incluye por supuesto a los miembros de la Fuerza Pública que hubieren dejado de participar en las hostilidades, ya sea porque hubiesen depuesto las armas, o hayan sido puestos fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa. Lo que no resulta admisible frente a la estructura conceptual del derecho internacional humanitario es que se considere víctima a los combatientes (de cualquiera de las fuerzas enfrentadas) que participen directamente en las hostilidades y que como consecuencia de esa participación activa recibieren alguna lesión en su integridad física. Su condición de víctima, a la luz de esa normatividad, surge en virtud de la transgresión (por el contendor) de las reglas del derecho internacional humanitario, concretamente por hacerlo objeto de ataques, no obstante haber depuesto las armas, o haber sido puesto fuera de combate a consecuencia de enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, circunstancias éstas que proveen el estatus de persona protegida. Los miembros de la Fuerza Pública adquieren el estatus de personas protegidas por el Derecho Internacional Humanitario y en consecuencia de potenciales víctimas de los delitos contra esa normatividad, cuando se encuentren en las situaciones previstas en el artículo 3° común a los Convenios de Ginebra de 1949, o en el artículo 4° del Protocolo II Adicional, a que se ha hecho referencia” (Corte Constitucional, 2006) En este sentido sentencia de control de constitucionalidad 161 de 2016 efectuada al artículo 3 de la Ley 1448 de 2011, refrenda lo expresado en la sentencia C-575 de 2006 y resalta lo siguiente: (…) tanto los miembros de la Fuerza Pública que han sufrido un daño en sus derechos esenciales como consecuencia del conflicto - 184 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
armado, como las otras personas perjudicadas no vinculadas a la Fuerza Pública, pertenecen a la categoría de víctimas y, por ende, unas y otras, convocan la protección y la respuesta resarcitoria del Estado. No obstante, entre estos dos grupos de víctimas existen diferencias relevantes que justifican una respuesta adecuada, diferenciada, transformadora y efectiva para el resarcimiento del daño sufrido. En efecto, las funciones que desempeñan los miembros de la Fuerza Pública se encuentran intrínsecamente vinculadas al conflicto armado, mientras que las demás víctimas son civiles o servidores públicos en quienes no concurre ésta especificidad funcional. (Corte Constitucional, 2016) Así mismo en la Jurisprudencia colombiana, se fortalece este concepto, dirigido especialmente a lo referente a la fuerza pública. Este pronunciamiento se da en concreto por el Consejo de Estado, con referencia a la toma del Cerro de Patascoy en diciembre de 1997, en donde se cometieron graves infracciones al DIH: Concepto de víctima permite extraer las siguientes conclusiones elementales: (1) indiferencia de las calidades personales y/o subjetivas de la víctima. A los ojos de esta definición universal, el concepto de víctima no requiere, para su estructuración, que se cuente con ciertas calidades particulares por parte del sujeto afectado o dañado con la actuación, así mismo, también es claro que si concurren ciertas condiciones particulares de cualquier índole (miembro de población civil, miembro de la Fuerza Pública, etc.) ello no tiene ninguna virtud de afectar la calidad de víctima; (2) indiferencia de las calidades personales y/o subjetivas del victimario. Igualmente, la estructuración del concepto de víctima no pende, en modo alguno, de las calidades del perpetrador y/o responsables de los actos dañosos, en este sentido; (3) cualificación de los actos constitutivos del daño. (Consejo de Estado, 2014) A diferencia de los dos criterios expuestos, el concepto de víctima descansa, en esencia, sobre el tipo de acciones u omisiones llevadas a cabo. Sobre este punto, es preciso señalar que las acciones ejecutadas en contra de la víctima demandan una cualificación jurídica (normativa) particular, deben corresponderse con violaciones manifiestas o graves del cuerpo normativo que reconoce el derecho internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario, y el derecho de gentes (Consejo de Estado, 2014b) - 185 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Reconociendo la calidad de víctima de los miembros de la Fuerza Pública en múltiples instancias nacionales e internacionales, resulta pertinente establecer los componentes o medidas de reparación integral. La reparación, de acuerdo con la Ley 1448 de 2011, con la jurisprudencia desarrollada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y por el mismo derecho internacional, debe desarrollarse en cinco estrategias o procesos: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición (Sikkink, Marchesi, Dixon, & D’Alessandra, 2014), todos ellos desarrollados en sentido amplio en la Resolución 60/147 de la Asamblea General de las Naciones Unidas llevada a cabo el 16 de diciembre de 2005. La mencionada resolución en el noveno punto, establece las condiciones de la reparación de los daños (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2005), los cuales se resumen en la tabla a continuación. Tabla 1. Componentes y acciones identificadas por Naciones Unidas para la reparación de los daños sufridos en el marco de un conflicto armado. Resolución 60/147 - Reparación de los daños sufridos. La reparación ha de ser proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño sufrido Los Estados han de procurar establecer programas nacionales de reparación y otra asistencia a las víctimas cuando el responsable de los daños sufridos no pueda o no quiera cumplir sus obligaciones Reparación La restitución, siempre que sea posible, ha de devolver a la víctima a la situación anterior a la violación manifiesta plena y de las normas internacionales de Derechos Humanos o la efectiva violación grave del Derecho Internacional Humanitario. La restitución comprende, según corresponda, el restablecimiento de la libertad, el disfrute de los Derechos Humanos, la identidad, la vida familiar y la ciudadanía, el regreso a su lugar de residencia, la reintegración en su empleo y la devolución de sus bienes. La rehabilitación ha de incluir la atención médica y psicológica, así como servicios jurídicos y sociales - 186 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Reparación La satisfacción ha de incluir, cuando sea pertinente y procedente, la totalidad o parte de las medidas siguientes: plena y efectiva a) Medidas eficaces para conseguir que no continúen las violaciones; b) La verificación de los hechos y la revelación pública y completa de la verdad, en la medida en que esa revelación no provoque más daños o amenace la seguridad y los intereses de la víctima, de sus familiares, de los testigos o de personas que han intervenido para ayudar a la víctima o impedir que se produzcan nuevas violaciones; c)
La búsqueda de las personas desaparecidas, de las identidades de los niños secuestrados y de los cadáveres de las personas asesinadas, y la ayuda para recuperarlos, identificarlos y volver a inhumarlos según el deseo explícito o presunto de la víctima o las prácticas culturales de su familia y comunidad;
d) Una declaración oficial o decisión judicial que restablezca la dignidad, la reputación y los derechos de la víctima y de las personas estrechamente vinculadas a ella; e)
Una disculpa pública que incluya el reconocimiento de los hechos y la aceptación de responsabilidades;
f)
La aplicación de sanciones judiciales o administrativas a los responsables de las violaciones;
g) Conmemoraciones y homenajes a las víctimas; h) La inclusión de una exposición precisa de las violaciones ocurridas en la enseñanza de las normas internacionales de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, así como en el material didáctico a todos los niveles. Las garantías de no repetición han de incluir, según proceda, la totalidad o parte de las medidas siguientes, que también contribuirán a la prevención: a) El ejercicio de un control efectivo por las autoridades civiles sobre las Fuerzas Armadas y de seguridad; - 187 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Reparación b) La garantía de que todos los procedimientos civiles plena y y militares se ajustan a las normas internacionales efectiva relativas a las garantías procesales, la equidad y la imparcialidad; c) El fortalecimiento de la independencia del poder judicial; d)
La protección de los profesionales del derecho, la salud y la asistencia sanitaria, la información y otros sectores conexos, así como de los defensores de los derechos humanos;
e)
La educación, de modo prioritario y permanente, de todos los sectores de la sociedad respecto de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario y la capacitación en esta materia de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, así como de las Fuerzas Armadas y de seguridad;
f)
La promoción de la observancia de los códigos de conducta y de las normas éticas, en particular las normas internacionales, por los funcionarios públicos, inclusive el personal de las fuerzas de seguridad, los establecimientos penitenciarios, los medios de información, el personal de servicios médicos, psicológicos, sociales y de las Fuerzas Armadas, además del personal de empresas comerciales;
g) La promoción de mecanismos destinados a prevenir, vigilar y resolver los conflictos sociales; h) La revisión y reforma de las leyes que contribuyan a las violaciones manifiestas de las normas internacionales de Derechos Humanos y a las violaciones graves del Derecho Humanitario o las permitan
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Reparación La indemnización ha de concederse, de forma apropiada plena y y proporcional a la gravedad de la violación y a las efectiva circunstancias de cada caso, por todos los perjuicios económicamente evaluables que sean consecuencia de violaciones manifiestas de las normas internacionales de Derechos Humanos o de violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario, tales como los siguientes: a) El daño físico o mental; b) La pérdida de oportunidades, en particular las de empleo, educación y prestaciones sociales; c)
Los daños materiales y la pérdida de ingresos, incluido el lucro cesante; d) Los perjuicios morales;
e)
Los gastos de asistencia jurídica o de expertos, medicamentos y servicios médicos y servicios psicológicos y sociales.
Tabla 1. Elaboración Propia. Conceptos traídos en su totalidad de la Resolución 60/147 del 16 de diciembre de 2005 de la Asamblea de Naciones Unidas.
Coherente con el Sistema Universal, el Sistema Interamericano ha desarrollado estos criterios en materia de reparación en distintos fallos. Desde la primera sentencia proferida por la Corte Interamericana se estableció un nuevo paradigma legal de justicia en aquellas violaciones a los derechos humanos, mediante la interacción entre recursos penales y civiles, así como con la necesidad de adecuar las instituciones estatales para prevenir violaciones de los Derechos Humanos. No obstante, la Corte Interamericana no estaría en la capacidad de evaluar el conjunto y la efectividad global de las medidas de justicia transicional, debido a que su competencia contenciosa solo le permite conocer casos individuales que, pese a poder involucrar un número significativo de víctimas, tan solo representaría un porcentaje reducido en contextos de violaciones masivas y sistemáticas de Derechos Humanos característicos de la justicia transicional (Pérez Niño, Zambrano Salazar, & Cepeda Rodríguez, 2016). La noción de reparación que ha inspirado los paradigmas de justicia transicional ha sido elaborada para hechos aislados y en sentido amplio, tesis defendida por Pablo De Greiff, se ha materializado en Colombia a través de la incorporación de un portafolio de medidas de atención y asistencia sin considerar la particularidad de la atención de los hechos victimizantes
- 188 -
- 189 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
reconocidos. Este punto, sumado a la masividad del fenómeno (al 1 de marzo de 2018 individualmente se reconocen 8.650.169 víctimas), los desafíos de la reparación se mezclan con condiciones de pobreza histórica o vulnerabilidad estructural. De esta forma, la reparación debe encontrar soluciones que permitan el disfrute de los derechos humanos, a pesar de que se enfrente a obstáculos o mitos presupuestales falsamente motivados (González Posso, 2006).
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Gráfico 1. Distribución por género de miembros de la Fuerza Pública incluidos en el Registro Único de Víctimas.
Las pretensiones de la Ley 1448 de 2011 que equipara los “derechos fundamentales” como una categoría de daño, se denominan a sí mismas como “reparaciones transformadoras” porque se enfocan no sólo en reparar los daños tangibles sino también en restaurar la ciudadanía plena a las víctimas. Por admirables que sean estas aspiraciones en principio, en la práctica pueden introducir incertidumbre, y la posibilidad de una constante expansión de la tarea en un desafío de reparaciones que en sí misma ya es enorme (Sikkink, Marchesi, Dixon, & D’Alessandra, 2014).
Universos de atención potenciales de atención Con datos provistos por la Unidad de Atención y Reparación integral a las Víctimas mediante el convenio de intercambio de información vigente con el Centro de Investigación en Conflicto y Memoria Histórica Militar, adscrito a la Escuela Superior de Guerra se encuentran incluidas en el Registro Único de Víctimas 17.413 donde se les puede relacionar como miembros de la Fuerza Pública (sin distinción de su pertenencia a Fuerza Militar o de Policía), con corte al 30 de junio de 2017. Dentro del universo enunciado 3.185 son mujeres y 13.969 son hombres sin distinción de su pertenencia en servicio activo o en retiro de la Fuerza Pública. Es relevante manifestar que la información intercambiada no permite visibilizar cuales son los hechos o infracciones al DIH que sufrieron las mujeres. Se logra evidenciar sin embargo, que los miembros de la fuerza pública son coincidentes con la tendencia nacional, en donde el desplazamiento forzado tiene una mayor preponderancia, como el hecho victimizante con mayor ocurrencia.
Ilustración 1. Elaboración propia a partir de datos suministrados por la Unidad para las Víctimas. Distribución por género de las víctimas oficialmente incluidas en el Registro Único de Víctimas.
Los datos suministrados por la Unidad para las Víctimas podrían presentar inconsistencias, dado que la información no se produce en tiempo real y no evidencia la pertenencia a la institución militar o en uso de buen retiro, este dato tiene relevancia para emprender la atención diferenciada de los universos. Identificar estas situaciones, resulta complejo para un Registro Único de Víctimas que tiene como punto de partida la declaración de los hechos ocurridos en el marco del conflicto y con los cuales se determinan las graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Este registro administrativo no resulta dinámico, ni es actualizable en tiempo real, pues se sirve de otros servicios de información que producen entidades que inter operan en la Red Nacional de Información, la cual administra en calidad de coordinador del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integra a las Víctimas (SNARIV), la Unidad para la Atención y Reparación Integral para las Víctimas. Otro factor que resulta determinante establecer, es el tiempo, modo y circunstancia en los que se llevaron a cabo las infracciones, dado que
- 190 -
- 191 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
establecer la fecha de ingreso y pertenencia a la fuerza con el propósito de ver (teniendo en cuenta el hecho ocurrido) las entidades que pueden atender las vulneraciones mediante los bienes y servicios flexibilizables para la reparación, provistos por el Sector Defensa. Gráfico 2. Hechos Victimizantes declarados por miembros de la Fuerza Pública al Ministerio Público oficialmente reconocidos en el Registro Único de Víctimas Suma de PERSONAS Abandono o Despojo Forzado de Tierras
1
Vinculación de Niños Niñas y Adolescentes a Ac vidades Relacionadas con grupos armados
10
Delitos contra la libertad y la integridad sexual en desarrollo del conflicto armado
60
Tortura
110
Pérdida de Bienes Muebles o Inmuebles
153
Desaparición forzada HECHO
465
Amenaza
1400
Acto terrorista / Atentados / Combates / Enfrentamientos / Hostigamientos
1823 2462
Homicidio Minas An personal, Munición sin Explotar y Artefacto Explosivo improvisado
5719
Desplazamiento forzado
7671 0
1000
2000
3000
4000
5000
6000
7000
8000
9000
Ilustración 2. Elaboración propia a partir de datos suministrados por la Unidad para las Víctimas.
Dentro de los diversos grupos en los cuales se pueden focalizar las intervenciones se logran identificar miembros de la Fuerza Pública en servicio activo (oficiales, suboficiales, soldados profesionales), en uso de buen retiro y ciudadanos vinculados a la Fuerza Pública mediante la integralmente a las víctimas del conflicto armado. (Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas., 2018a). Prestación de su servicio militar obligatorio como soldados bachilleres, regulares o campesinos. Reconocer estas dificultades, es relevante para la toma de decisiones en materia de política pública, reconocer estas variables, tendrá impacto en el resultado final de las acciones institucionales. Pero conocer esta información, no determina en sentido amplio el sentido de la acción institucional. Es por ello que se deben acudir a otro tipo de herramientas e interacciones, las cuales podrán ser la realización de - 192 -
Factores como la alta rotación de los miembros de las fuerzas, diversidad en los proyectos de vida (continuidad o no en la fuerza, adquisición de una discapacidad o habilidad diversa), diversificación de los núcleos familiares o sujetos de especial protección constitucional3 en donde a cada uno de estos grupos deben realizarse ejercicios particulares en la aplicación del reconocimiento de enfoques diferenciales (mujeres, indígenas, afrodescendientes).
Valoración e Inclusión en el Registro Único de Víctimas:
274
Secuestro
encuestas o entrevistas que logren el levantamiento de una línea base que establezca una situación inicial y proyecten un escenario de salida, la cual no se entiende como la pérdida de la condición de víctima, sino la salida como sujeto de atención de los beneficios que entrega la Ley.
La Ley 1448 de 2011 y sus decretos reglamentarios -coherente con los criterios que desde la legislación nacional, la jurisprudencia y los tratados internacionales incorporados a través del bloque de constitucionalidadreconoce los hechos victimizantes de: a) Desplazamiento forzado, b) Amenaza a la vida, integridad y seguridad, acto terrorista, c) Delitos contra la libertad e integridad sexual, d) Desaparición forzada, e) Homicidio, f) Masacre, g) Mina antipersonal (munición sin explotar y artefacto explosivo improvisado), h) Secuestro, i) Tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes, j) Reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes y k) Despojo, pérdida o abandono de tierras. (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas., 2016) Los mecanismos para realizar dicha tarea oficialmente están dispuestos mediante el manual de valoración diseñado por la Unidad Administrativa Especial para la atención y reparación a las víctimas, entidad con competencia para la administración del RUV4. La inclusión efectiva en el Registro se configura en la puerta de entrada, no solo para el reconocimiento como víctima, sino para la configuración de los sujetos de atención objeto de la Ley. El proceso de declaración y posterior valoración 3
4
Para la Honorable Corte Constitucional son sujetos de especial protección: los niños y niñas, a las madres cabeza de familia, a las personas en situación de discapacidad, a la población desplazada, a los adultos mayores, y todas aquellas personas que por su situación de debilidad manifiesta los ubican en una posición de desigualdad material con respecto al resto de la población (Corte Constitucional, 2013) Artículo 154. Registro Único De Víctimas. La Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, será la responsable del funcionamiento del Registro Único de Víctimas. Este Registro se soportará en el Registro Único de Población Desplazada que actualmente maneja la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional para la atención a la población en situación de desplazamiento, y que será trasladado a la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas dentro de un (1) año contado a partir de la promulgación de la presente Ley. (Congreso de la República de Colombia, 2011)
- 193 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
de los hechos relatados está divido por competencia. El primer paso es ejecutado por el ministerio público y el segundo se lleva a cabo por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. El artículo 155 de la mencionada Ley, indica que se debe respetar los principios constitucionales de dignidad, buena fe, confianza legítima y prevalencia del derecho sustancial, en el momento de la valoración, lo cual está enfocado a liberar a las víctimas de la carga de probar su condición. En la medida en que se dará especial peso a la declaración de la víctima, y se presumirá que lo que ésta aduce es verdad, de forma que en caso de duda será el Estado quien tendrá la obligación de demostrar lo contrario. En consecuencia, bastará a la víctima probar de manera sumaria el daño sufrido ante la autoridad administrativa, para que esta proceda a relevarla de la carga de la prueba (Corte Constitucional, 2012) Actualmente la Unidad para las víctimas a través de una mesa interinstitucional de trabajo en conjunto con el Ministerio de Defensa y cada una de las fuerzas, se encuentra en el mejoramiento y perfeccionamiento de los criterios de valoración con especial énfasis en miembros de la Fuerza Pública (militares y policías). Este trabajo se encuentra condensado en el manual de valoración de los hechos de violencia basado en los principios del Derecho Internacional Humanitario (Distinción5, proporcionalidad6, limitación7), derecho consuetudinario, actores en el marco de las hostilidades entre otros, los instrumentos para la valoración y posterior inclusión (según sea el caso) de la persona victimizada. Para el ejercicio de valoración se parte de analizar caso por caso la situación: lo primero que se debe establecer es si este militar o policía se encontraba en el marco de las hostilidades o por fuera de ellas. (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas., 2016) 5
6
7
Dado que las normas consuetudinarias sobre la conducción de hostilidades se aplican a todos los conflictos armados, internacionales y no internacionales, el principio de distinción se entiende como: La práctica de los Estados establece esta regla como una norma de derecho internacional consuetudinario aplicable tanto en los conflictos armados internacionales como en los no internacionales. Los tres componentes de esta norma están interrelacionados y la práctica correspondiente a cada uno de ellos refuerza la validez de los otros. El término combatiente se usa en esta norma en su acepción general y designa a las personas que no gozan de la protección contra los ataques otorgada a los civiles, lo que no implica, sin embargo, un derecho al estatuto de combatiente o de prisionero de guerra. (Henckaerts & Doswald Beck, 2007) Aunque el Protocolo adicional II no contiene ninguna referencia explícita al principio de proporcionalidad en el ataque, se ha sostenido que es inherente al principio de humanidad, el cual se hizo explícitamente aplicable al Protocolo en su preámbulo y que, por ello, no puede ignorarse el principio de proporcionalidad en la aplicación del Protocolo. Este principio se ha incluido en un instrumento de derecho convencional más reciente aplicable en los conflictos armados no internacionales, concretamente en el Protocolo II enmendado de la Convención sobre ciertas armas convencionales. (Henckaerts & Doswald Beck, 2007) No es ilimitado el derecho de las partes en conflicto a elegir los medios y modos de combatir contra la aparte adversa. De manera que existen medios (armas) lícitos e ilícitos y formas de emplearlos (modos) permitidos o contrarios al DIH. (Henckaerts & Doswald Beck, 2007)
- 194 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
En el caso que no participe directamente dentro de las hostilidades8, la institucionalidad entra a verificar si los hechos se dan: a) en el marco del conflicto, b) es perpetrado por grupos armados organizados al margen de la Ley y c) Hechos de violencia generalizada. Cuando la victimización se da en el marco de las hostilidades, la institucionalidad entra a verificar: a) si en el hecho no se respetaron los principios del DIH b) Se utilizaron armas no convencionales (Mina antipersonal/munición sin explotar) y c) cuando el militar o policía se encontraba en estado de indefensión, herido o rendido. No serán incluidos como beneficiarios de la Ley de Víctimas cuando: a) el hecho de violencia no se asocia con el conflicto armado, b) los hechos ocurren con respeto al DIH, c) si participo en alguna oportunidad en violaciones al DIH y d) si los perpetradores no son reconocidos como parte en el conflicto armado interno (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas., 2016) Resulta preocupante a la luz de los relatos de las heroínas, evidenciar las graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario, sin embargo, a pesar de declarar los hechos, dos de las cuatro relatantes, no se encuentran incluidas en el Registro Único de Víctimas. Las dos heroínas que lograron su inclusión a partir de la apelación a los actos administrativos de notificación de no inclusión en el Registro Único de Víctimas. A la fecha, la Ley se encuentra en su séptimo año de implementación y aún persisten dificultades como el cierre de los plazos de declaración de los hechos (exceptuando casos de fuerza mayor, la ocurrencia de nuevos hechos de violencia y personas que se encuentran en exilio o en condición de refugio en otros países) dado que el plazo inicial indicado por la Ley fue hasta el 10 de junio de 2015 y ampliado por la Unidad un año adicional, es decir 10 de junio de 20169. Lo acontecido por las heroínas en términos del cumplimiento de la ruta trazada por la Ley 1448 devela dificultades a la hora de la valoración de los hechos de violencia, al no existir procedimientos claros y validados para analizar sobre la multiplicidad de hechos declarados. Esto resulta problemático, toda vez se traduce en una barrera de acceso a la población víctima perteneciente a las Fuerzas Militares, cuya valoración y posterior exclusión les limita el acceso a los beneficios delimitados por la Ley. 8 9
No participa en las hostilidades cuando no se encuentra en desarrollo de sus actividades u operaciones como miembros de las Fuerzas Militares y de policía. Se destaca nota de prensa del Diario El Tiempo del 10 de abril 2015 titulado “60 días para que 1 millón de víctimas pidan reparación”: Otras víctimas que se verían afectadas, según la Procuraduría, son los miembros de las Fuerzas Militares y de Policía, que “desconocen cómo reclamar sus derechos”. Según el director de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, coronel Carlos Javier Soler, en la Unidad de Víctimas están inscritos 13.393 uniformados. Están en revisión otras 1.663 solicitudes. La mayoría de casos tiene que ver con minas antipersonales. (Diario el Tiempo, 2015)
- 195 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Otra de las dificultades detectadas se configura en la identificación de potenciales beneficiarios de la Ley que hacen uso de buen retiro o incluso fueron victimizados en el marco de la prestación de su servicio militar obligatorio. En este sentido la institucionalidad se ha centrado en debates que el legislador dejó abiertos en la Ley tales como la existencia de un régimen especial aplicable a las víctimas de la Fuerza Pública. Sobre el mismo, la sentencia C-161 de 2016 procuró indagar sobre la existencia del mismo a través de la aplicación del test de igualdad intermedio, dado que la norma demandaba por una afectación al derecho a la igualdad (entre la aplicación de las normas para víctimas “civiles” y militares). En este sentido, la Corte Constitucional hizo la siguiente observación: “Obviamente dicho reconocimiento, no comporta la posibilidad de que en estos casos se reciba una doble indemnización, sino que necesariamente alude a una protección que complementa la prevista en el régimen de seguridad social y se refiere solamente a los riesgos que no están cubiertos por el régimen de seguridad social de la Fuerza Pública” (Corte Constitucional, 2016) Bajo esta perspectiva, Mejía Azuero realizando un diagnóstico de la Implementación de la Ley de Víctimas para los miembros de la Policía Nacional resalta: En una primera etapa que transita entre el año 2005 (Ley 975) y hasta el 2011, se encontró un desconocimiento casi total respecto a las víctimas al interior de la Fuerza Pública (Sentencia C-370; Sentencia C-575); a esta etapa se le puede denominar de indiferencia. Posteriormente se halló una segunda etapa que comienza con la promulgación de la Ley 1448 (2011) y va hasta el año 2015, en plena negociación para la discusión del punto quinto sobre las víctimas; etapa que se puede denominar como el despertar de una consciencia sobre la temática. Finalmente, existe una fase en relación con las víctimas de las FF. AA. que comienza en el año 2016, una vez se aprueba el punto de víctimas en La Habana y se surten cambios al interior del gobierno en relación con su posición sobre las víctimas de la Fuerza Pública; etapa a la que se le puede definir como de reconocimiento restringido de la condición de víctima militar y policial. (Mejía Azuero, 2017)
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
programas y proyectos que existen al interior del sector defensa, para implementar una ruta de reparación integral en favor de los miembros de la Fuerza Pública que sea equiparable con las medidas contempladas por la Ley con enfoque reparador. A continuación, se desarrollará una propuesta para abordar dicha necesidad.
Ruta de Reparación Integral para miembros de las Fuerzas Militares Inspirada en la teoría de los sistemas políticos del politólogo David Easton, quien desarrolló “un conjunto lógicamente integrado de categorías, que haga posible el análisis de la vida política como sistema de comportamiento” (Arnoletto, 2007), constituye como propósito de este artículo la generación de una ruta, teniendo en cuenta aspectos estructurales y operativos. El modelo de Easton identifica la existencia de un entorno (el ambiente intra y extrasocietal), en donde existen unos insumos tales como las demandas o necesidades y unas salidas traducidas como las decisiones y acciones de política. Durante este proceso se espera que el Estado efectúe una respuesta institucional o “feedback” por medio de interacciones de los miembros del sistema interconectado por un lazo que conecta a las autoridades del sistema político con los miembros del sistema social. (Arnoletto, 2007). Para el caso de los miembros de las Fuerzas Militares víctimas del conflicto, este modelo se aplica teniendo en cuenta los ambientes intrasocietales y extrasocietales como el contexto y los avances jurídicos y políticos relativos a los acuerdos de paz de La Habana, el marco jurídico para la paz y las leyes de verdad, justicia y reparación (con enfoque de justicia transicional) y en palabras de Mejía Azuero, el reconocimiento restringido al interior de los actores con toma de decisión (Mejía Azuero, 2017).
En coherencia con lo anterior, es pertinente la generación de conocimiento y propuestas tendientes a la identificación de planes, - 196 -
- 197 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Grafico 3. Modelo de la Teoría de los Sistemas Políticos de David Easton aplicado a las variables identificadas para la reparación de los miembros de las Fuerzas Militares Miembro de la fuerza publica reconocido como víctima del conflicto armado. Atenciones diferenciales en el marco de las graves violaciones al DIH.
Víctimas atendidas y reparadas con oferta propia y complementaria
Generación actos administrativos que formalicen la voluntad política.
Caracterización de la población beneficiaria. Identificación de oferta existente.
Identificación y diseño de rutas de atención.
Respuesta institucional.
Demandas
Resultado.
Ley 1592 de 2012. Ley 1448 de 2011. Acuerdo de Paz, Punto 5 (Víctimas) Marco Jurídico para la Paz. Cumplimiento de compromisos internacionales – Tratados en DDHH.
Víctimas del conflicto miembros de la fuerza publica. Ministro de Defensa y Fuerzas Armadas y de Policía. Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
Compromisos.
Actores.
Ilustración 3. Elaboración Propia.
En este sentido, es menester de la institucionalidad relacionada con la atención de las víctimas de la fuerza pública atender el componente de respuesta institucional referente a la caracterización de la población (identificación de necesidades), identificación de oferta institucional y generación de posibles rutas o decisiones institucionales que modifiquen el curso de algunos procesos y tengan vocación reparadora. En primera instancia, el despliegue institucional posterior a la formalización de unos universos de atención y la materialización de una voluntad de atención a estos grupos poblacionales, parte con delimitar el alcance de la acción institucional. Un primer esbozo, consiste en establecer las metas en alcanzar que, para el caso del componente de reparación, se logra delimitar en el siguiente cuadro:
- 198 -
Tabla 2. Medidas de Reparación Integral COMPONENTES DE REPARACIÓN INTEGRAL.
Restitución. Corresponde al restablecimiento de la situación existente de las víctimas, antes de las violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia. Según lo contenido en la ley 1448 de 2011, el decreto 4800 y Plan Nacional de Atención y Reparación Integral a Víctimas, en el marco de la restitución se contemplan varias medidas Rehabilitación. Consiste en el conjunto de estrategias, planes, programas y acciones de carácter jurídico, médico, psicológico y social dirigidos al restablecimiento de las condiciones físicas y psicosociales de las víctimas. Medidas de Satisfacción. Restablecimiento de la dignidad de las víctimas y difundir la verdad sobre lo sucedido, con el fin de proporcionar bienestar y contribuir a mitigar su dolor. Prevención y protección
MEDIDAS MATERIALES PARA EL ACCESO.
Restitución de tierras Restitución de vivienda Medidas para la promoción del empleo rural y urbano Recuperación de su capacidad productiva Retornos y reubicaciones Rehabilitación física y mental. Rehabilitación psicosocial Rehabilitación comunitaria.
social
y
Reparación simbólica
Garantías de no repetición
Tabla 2. Elaboración propia a partir del Mapa conceptual de política pública construido por la Unidad para las Víctimas (Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas, 2018b).
Actualmente la Unidad para la Atención para las víctimas, ha desarrollado a través labores de asistencia técnica a las entidades territoriales, la estrategia de caracterización a la población víctima del conflicto armado, teniendo como referente, los indicadores de goce efectivo de derechos. Puntualmente la estrategia se guía bajo los siguientes objetivos: a) Obtener información cuantitativa, que permita caracterizar a la población víctima del conflicto armado, b) Conocer la situación actual de la población objeto con respecto al goce efectivo de sus derechos y c) Generar insumos para el diseño y evaluación de planes de desarrollo y acción territorial con enfoque diferencial. (Unidad para la Atención y Reparación Integral a las víctimas, 2015a). - 199 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Con el fin de asegurar diagnósticos integrales que tengan en cuenta que: (i) la discriminación contra las mujeres es un problema estructural que se profundiza con las dinámicas del conflicto armado y (ii) que la falta de información imposibilita la toma de decisiones y el direccionamiento de recursos para llevar a cabo acciones que permitan superar el estado actual de discriminación hacia las mujeres y la situación de vulnerabilidad que se ha empeorado a causa del conflicto armado (Castrellón & Romero Cristancho, 2016) se sugiere tener en cuenta los siguientes elementos a determinar para direccionar la acción y la voluntad institucional: Tabla 3: Elementos y aspectos a determinar posterior a la inclusión en el registro único de víctimas en el componente de Reparación Integral. MEDIDAS MATERIALES PARA EL ACCESO.
ELEMENTOS POR DETERMINAR EN LA CARACTERIZACIÓN
Recolección de datos generales de la víctima, contractibilidad, ubicación, composición del hogar, autor reconocimiento étnico o cultural. Restitución de tierras Algún miembro del hogar tenía un predio que debido a la violencia causada por un grupo armado fue despojado. Protección y/o restitución de sus bienes inmuebles Restitución de vivienda Cuenta con una solución de vivienda digna de manera definitiva. Medidas para la promoción Vinculación mercado laboral, (asalariado del empleo rural y urbano o independiente) y nivel de ingresos. Recuperación de su capacidad Ingresos ajenos a la actividad laboral. productiva Fortalecimiento a las capacidades productivas (formación formal y no formal) Retornos y reubicaciones Víctimas que desean retornar al lugar donde residían antes del hecho victimizante o se han reubicado en algún otro lugar (solo desplazamiento forzado) Rehabilitación física y Percepción que tiene la víctima sobre mental. su estado de salud en términos físicos y mentales. - 200 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
MEDIDAS MATERIALES PARA EL ACCESO.
Rehabilitación psicosocial
ELEMENTOS POR DETERMINAR EN LA CARACTERIZACIÓN
Reparación simbólica
Develar si a causa de los hechos sufridos por el conflicto armado, su salud mental se ha visto afectada. Difusión pública y completa del relato de las víctimas sobre el hecho que la victimizó, siempre que no provoque más daños innecesarios ni genere peligros de seguridad.
Garantías de no repetición
Acciones de dignificación. Medidas de protección si ha sufrido o no acciones contra su seguridad personal.
Tabla 3. Elaboración Propia con datos del Manual Integrado de Conceptos, Codificación y Recolección de Datos de la Unidad para las Víctimas.
Resulta de especial relevancia para esta etapa de la ruta la identificación del enfoque diferencial de género. Tal como lo mencionan Castrellón y Romero se sugiere que debe ser incluido en las diferentes herramientas de caracterización, gestión, planeación, implementación y seguimiento de la Ley de Víctimas, con el propósito de construir diagnósticos y ofertas de servicios de atención, asistencia y reparación capaces de enfrentar y superar los índices de discriminación y violencia que viven mujeres (Castrellón & Romero Cristancho, 2016). Una aproximación con enfoque de género no solo supone reconocer el efecto desproporcionado de la guerra en los cuerpos de las mujeres, evidente en la violencia sexual, sino porque las mujeres, cuando sufren otros daños, incluso los mismos que los hombres, tienen una experiencia particular marcada por su género (Castrellón & Romero Cristancho, 2016) En la sentencia de constitucionalidad C-161 de 2016, la Honorable Corte Constitucional mencionaba que es en las medidas de reparación, en donde se generan tratamientos diferenciados insertados en una política pública de justicia transicional, cuyo objetivo central es el de articular medidas judiciales, administrativas, sociales, económicas, individuales y colectivas que posibiliten hacer efectivo el goce de los derechos a la verdad la justicia y la reparación, con garantía de no repetición, al mayor número de víctimas posible, atendidos los límites personales, temporales y materiales previstos en la Ley (Corte Constitucional, 2016). - 201 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
En el caso particular de las mujeres, la Corte Constitucional identificó 10 riesgos de género en el marco del conflicto armado colombiano, es decir, diez factores de vulnerabilidad específicos a los que están expuestas las mujeres por causa de su condición femenina en el marco de la confrontación armada interna colombiana, factores que no son compartidos por los hombres, y que explican en su conjunto el impacto desproporcionado del desplazamiento forzoso sobre las mujeres, lo que para el caso de las mujeres que son miembros de las Fuerzas Militares es especialmente visible: a) riesgos derivados del contacto o de las relaciones familiares o personales -voluntarias, accidentales o presuntas- con los integrantes de alguno de los grupos armados ilegales que operan en el país o con miembros de la Fuerza Pública y b) el riesgo de persecución y asesinato por las estrategias de control coercitivo del comportamiento público y privado de las personas que implementan los grupos armados ilegales en extensas áreas del territorio nacional (Unidad para la atención
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
va mucho más allá de la reiteración de las medidas indemnizatorias tradicionales (Rousset Siri, 2011) Gráfico 4. Diagrama de ruta de atención en medidas de reparación integral para mujeres víctimas pertenecientes a las Fuerzas Militares Miembro de la fuerza pública valorado e incluido e el Registro Único de Victimas
Medida de restitución
y Reparación Integral a las Víctimas, 2015b).
En el marco de las medidas de reparación, se puede interpretar que las de mayor impacto son las medidas de restitución e indemnización al considerar la capacidad de transformar condiciones materiales. Respecto de las medidas de restitución, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha alertado que la discriminación contra las mujeres se sigue reflejando en el mercado de trabajo y su acceso limitado a la seguridad social. Para este organismo, la garantía de la autonomía económica es un componente clave para erradicar la pobreza y la marginalización, con repercusiones concretas en el ejercicio de otros derechos esenciales de las mujeres (Castrellón & Romero Cristancho, 2016) Ahora bien, dadas las dificultades y las competencias en la medida de indemnización10, esta no será contemplada en el marco de la ruta de atención, por lo cual se analiza la naturaleza de la reparación no sólo como una cuestión económica, sino como un proyecto integral y articulado a la exigencia de verdad, el juzgamiento de responsables y reformas estatales que impidan que se repitan los hechos. En este sentido, la reparación 10
La Ley 1448 de 2011 entrega esta competencia a la Unidad para las víctimas, sin embargo el artículo tercero, en el parágrafo primero, frente al reconocimiento como víctimas a los miembros de la Fuerza Pública delimita que “su reparación económica corresponderá por todo concepto a la que tengan derecho de acuerdo al régimen especial que les sea aplicable” (Congreso de la República de Colombia, 2011) y sobre la cual la Corte Constitucional se pronuncia a través de la sentencia de constitucionalidad 161 de 2016, manifestando que dicho reconocimiento va asociado a un tratamiento especial en materia indemnizatoria, derivado de la existencia de una relación laboral con el Estado voluntariamente asumida, de los riesgos previamente valorados que entraña la actividad adscrita a ese vínculo laboral, y de los derechos legales y reglamentarios que se concretan cuando ocurre un daño vinculado a esa actividad ordinaria de riesgo, propio de su labor (Corte Constitucional, 2016).
- 202 -
Indagar sobre las medidas de Asistencia. Superación la situación de vulnerabilidad ocasionada por el Desplazamiento.
si
Caracterización de necesidades conforme a su hecho victimizante y enfoque diferencial.
Hecho Victimizante de Desplazamiento Forzado. si
Supera SSV
no
Activar medidas de asistencia pertinentes
no
Medida de Rehabilitación
Medida de Satisfacción.
Garantía de no repetición
Restitución de Tierras
Física
Dignificación y Verdad.
Medidas de protección
Empleo/ Emprendimiento
Mental
Vivienda Reubicación o Retorno.
Necesidades Identificadas
Ilustración 4. Elaboración Propia basada en las medidas de reparación contenidas en la Ley 1448 de 2011.
Teniendo en cuenta la información presentada en la Ilustración dos11, es relevante la cantidad de personas al interior de las fuerzas militares cuyas infracciones al Derecho Internacional Humanitario se dan por desplazamiento forzado. Por lo que se hace pertinente establecer si la situación de desplazamiento se da por razón a su pertenencia a la fuerza o si el mismo es ajeno a esta relación laboral y su ocurrencia se presenta previo a su pertenencia a la institución militar. En este sentido, resulta oportuno realizar esta acotación pues la Ley de víctimas, traza sus márgenes de cumplimiento, específicamente en un marco de goce efectivo de derechos, toda vez sobre este hecho en particular recae el reconocimiento de un Estado de Cosas Inconstitucional (ECI) frente al desplazamiento forzado declarado por la Honorable Corte Constitucional, a través de la Sentencia de Tutela 025 de 2004. Mediante la sentencia y diversos autos de seguimientos proferidos por la corte, se configura la necesidad de establecer la superación de la situación 11
Ilustración ¡Error! solo el documento principal. Hechos victimizantes declarados por miembros de la Fuerza Pública al Ministerio Publico oficialmente reconocidos en el Registro Único de Víctimas. Elaboración propia a partir de datos suministrados por la Unidad para las Víctimas.
- 203 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
de vulnerabilidad asociado al desplazamiento forzado, la cual supone el cumplimiento de derechos de subsistencia mínima (salud, alojamiento y alimentación), así como derechos del componente asistencial como el acceso a educación (para los menores de edad en el marco del núcleo familiar), generación de ingresos y vivienda, en donde los escenarios de superación son: a) cumplimiento de todos los derechos, b) Superación por Ingresos suficientes y c) la victima manifiesta voluntariamente que ha superado la vulnerabilidad asociada al desplazamiento (Departamento Nacional de Planeación, Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, 2015). Sin embargo, al realizar un análisis generalizado de la situación en particular de los miembros de las Fuerzas Militares frente a una medición de superación de situación de vulnerabilidad y dado el régimen prestacional y laboral en el que se encuentran vinculados, a través de servicio activo superarían dicha vulnerabilidad por ingresos y solo quedaría pendiente establecer la situación a aquellos que se encuentren en uso de buen retiro. Como se ha mencionado en acápites anteriores, es menester de los tomadores de decisión al interior del sector defensa la selección de los universos de atención, teniendo en cuenta la multiplicidad de factores a tener en cuenta. En todo caso, las medidas de orden asistencial podrán ser asumidas por el propio sector defensa, mediante su oferta tales como el subsistema de salud militar, la correspondiente al Comando de personal y sus jefaturas, alianzas estratégicas, entre otros. Gráfico 5. Rutas de atención para la atención de la medida de restitución – Componente de reparación integral Demanda de necesidades. Presentación de solicitud ante la Unidad de restitución de tierras.
Medida de restitución
Formación
si
Restitución de Tierras
Reubicación laboral al interior de la Fuerza.
Desea continuar en servicio activo
Empleo/Empren dimiento
Continuidad en la Carrera militar. Formación
Nueva vocación productiva.
Vivienda
Empleo
no
Reubicación o Retorno.
Solución de vivienda digna.
Emprendimiento.
Flexibilización del modelo de la entrega de vivienda. Intermediación para mejoramientos de vivienda si Desea continuar en servicio activo
Soluciones de vivienda temporal mediante vivienda Fiscal. Solicitar acompañamiento a las entidades competentes
Ilustración 5. Elaboración propia
- 204 -
La anterior ilustración (5), permite evidenciar una propuesta de ruta de atención en el marco de las medidas restitutivas contempladas en el marco de la Ley 1448. Medidas como la restitución de tierras y el retorno y la reubicación, son medidas cuya competencia en la Ley corresponden a entidades como la Unidad de Restitución de Tierras despojadas y en el caso del retorno y la reubicación, el sector defensa podrá acompañar con bienes o servicios como ejecutora de política (determinar condiciones de seguridad para el retorno, oferta propia de alojamiento temporal), pero es deber de la Unidad para la Atención y Reparación integral a las Víctimas acompañar el proceso de retorno o reubicación, donde eventualmente podrá beneficiarse de la oferta provista por el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV) para tal fin. Para el caso de las medidas de restitución de empleo o autoempleo y restitución de vivienda, la situación es diferente, pues actualmente el Sector Defensa cuenta con distintos mecanismos que pueden atender integralmente la medida. En los subtemas de empleo y autoempleo se identifica que el sector y sus fuerzas han adelantado diversos esfuerzos en términos del acompañamiento en términos de formación continua y capacitación para el trabajo, a través del desarrollo de módulos propios o alianzas estratégicas con entidades públicas como el SENA, así como en intermediación laboral para personal en uso de buen retiro o sus familias a través de los prestadores del Servicio Público de empleo del sector trabajo. En el marco del diseño de la presente ruta se analizaron las múltiples posibilidades de generación de medidas reparadoras, las cuales no se encontrarán en una bolsa de bienes y servicios y que por el contrario se basara en decisiones de carácter administrativo con vocación reparadora. En este sentido se identifica las posibilidades que tiene el Sector Defensa como empleador, bajo la orientación de permitir la continuidad del ciudadano victimizado en su carrera militar y la posibilidad de desarrollarse profesionalmente mediante procesos de ascenso en el servicio activo. La propuesta es la introducción de un direccionamiento estratégico en los manuales y escenarios de evaluación y calificación de ascensos a los diversos grados militares, donde su inclusión en el RUV se considere en los ponderadores que son calificadores del ascenso, para que cumpla con su efecto reparador en lo que tiene que ver con la restitución de sus derechos y permita la continuidad de la ruta de reparación integral, sin perjuicio de sus avances o dificultades en su historial laboral, al considerar el proyecto de vida de la víctima. Es importante mencionar que existe una limitada oferta de programas de generación de emprendimientos o fortalecimiento - 205 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
a emprendimientos la cual se gestione o movilice a través de recursos propios del Sector Defensa, o a través de alianzas estratégicas a miembros de las Fuerzas Militares. Producto de los procesos de caracterización y de la identificación de los proyectos de vida, es que se podrán conocer los ámbitos y las expectativas en términos de emprendimiento, los cuales serán susceptibles de ser gestionados y agrupadas las necesidades y los territorios a abordar. En la implementación de la medida de vivienda, actualmente se desarrollan modelos especiales y flexibles para la adquisición de vivienda en condiciones dignas a personas que califican como heridas en combate a través de la Caja de Vivienda Militar, mejor conocida como Caja Honor. Pero la condición de víctima en el marco del RUV, no necesariamente configura en la afectación de sus condiciones de integridad en términos de salud física, por lo cual se recomienda estudiar su flexibilización a todo el universo sujeto de atención, que tuviese su inclusión formal al registro único de víctimas. Igualmente propender por la flexibilización de acceso a crédito con tasas preferentes y a recursos para el mejoramiento de las viviendas asignadas propendería por la optimización de las condiciones de vida de los miembros de las fuerzas militares y sus núcleos familiares. Vale la pena resaltar que las soluciones de vivienda en todos los casos no se podrían reducir a la asignación en zonas urbanas, debido a que la orientación de la atención debe dirigirse a restablecer y mejorar las condiciones de vida proyectadas por los miembros de las Fuerzas Militares. Por ende, se sugiere que para las caracterizaciones de los procesos restitutivos (sobre todo si se encuentran inmersas en un proceso de restitución de bienes inmuebles rurales), se realice una gestión interinstitucional en el marco de la Comisión Intersectorial de Vivienda Rural, liderada por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural; la gestión de bolsas específicas para el Sector Defensa y en particular en beneficio de víctimas, cuya intención de solución de vivienda se encuentre en zona rural.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Gráfico 6. Continuidad de la ruta de atención en las medidas de rehabilitación, medidas de satisfacción y garantías de no repetición.
Demanda de necesidades.
Medida de Rehabilitación
Rehabilitación física mediante acceso a deporte de alto rendimiento.
Física
Rehabilitación mediante actividad física recreativa. Rehabilitación física en ambiente clínico.
Mental.
Atención psicosocial grupal o familiar.
Garantía de no repetición
Medida de Satisfacción.
Medidas de protección
Dignificación y Verdad.
Presentación de solicitud ante la Unidad Nacional de Protección.
Atención psicosocial individual.
Acciones de dignificación tendientes a la difusión de la verdad y la reparación simbólica.
Fin ruta de atención
Ilustración 6. Elaboración propia.
El componente de rehabilitación de acuerdo con la Ley 1448 de 2011 en sus artículos 135 y 137 obedece al conjunto de estrategias, planes, programas y acciones de carácter jurídico, médico, psicológico y social, dirigidos al restablecimiento de las condiciones físicas y psicosociales de las víctimas (Congreso de la República de Colombia, 2011). En este sentido, la rehabilitación física y mental se podría considerar como uno de los componentes con mayor desarrollo al interior del Sector Defensa y sus fuerzas. La curva de aprendizaje marcada por la interacción permanente con los escenarios de combate y conflicto permanente, hace que este componente se encuentre desarrollado y se despliegue al interior de la fuerza. Su mayor debilidad: mantener el acompañamiento a través del tiempo y la territorialización de las medidas y los esfuerzos institucionales. No obstante, para que la oferta identificada provista por el Sector Defensa se articule con la ruta de atención con enfoque reparador, debe direccionarse al subsistema de sanidad militar de las Fuerzas Militares y a todas las entidades adscritas -que actualmente brindan atención en salud mental- la adopción del enfoque técnico y clínico desarrollado por el
- 206 -
- 207 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Ministerio de Salud y Protección Social12 para la atención de este tipo de vulneraciones, generadas por los escenarios de guerra del conflicto armado. Dentro de los bienes y servicios detectados están los acompañamientos desarrollados por la Dirección del Centro de Rehabilitación Inclusiva – DCRI, el Hospital Militar y el subsistema de sanidad militar, en donde se unen esfuerzos por atender los perjuicios físicos y mentales. Debe anotarse, que el sector cuenta con una oferta dirigida a la dignificación y rehabilitación a través del deporte donde el DCRI, la Corporación Matamoros del Grupo Empresarial del Sector Defensa y FECODEMIL, suman a través del incentivo a la práctica deportiva recreativa y de alto rendimiento, lo que genera valores agregados en el proceso de rehabilitación física de los miembros de las Fuerzas Militares. Por otra parte las medidas de satisfacción, la Corte Interamericana las concibe como medidas que den reconocimiento público a los hechos y a la víctima de la violación por parte del Estado responsable (Cantor, 2011). La Ley de Víctimas establece como medidas de satisfacción en su artículo 139 acciones tendientes a restablecer la dignidad de la víctima y difundir la verdad sobre lo sucedido y proporcionan bienestar y contribuyen a mitigar el dolor de la víctima13. En este componente de 12
13
Actualmente el Ministerio de Salud y Protección Social diseñó e implementó el Programa de Atención Psicosocial y Salud Integral a las Víctimas PAPSIVI cuyo propósito central es garantizar la medida de asistencia en salud y la rehabilitación física, mental y psicosocial a las víctimas de graves violaciones a los DDHH e infracciones al DIH, su formulación se ha basado en el daño a la salud física, mental y psicosocial que el conflicto armado en Colombia ha generado en las víctimas, sus familias, comunidades y colectivos étnicos. Para ello, ha retomado la sentencia que al respecto ha sido formulada por el Consejo de Estado al considerar el daño a la salud como una categoría autónoma que permite determinar “la afectación corporal o psicofísica relativa a los aspectos o componentes funcionales, biológicos y psíquicos del ser humano”. el PAPSIVI responde a la medida de asistencia en salud y rehabilitación física, mental y psicosocial, en el marco de la reparación integral. Se implementa de conformidad con los lineamientos expedidos por el Ministerio de Salud y Protección Social de acuerdo con las disposiciones que regulan el Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS). Consta de dos componentes: la Atención Psicosocial y la Atención Integral en Salud con enfoque psicosocial y enfoque diferencial, para lo cual, el Ministerio ha diseñado respectivamente la Estrategia de Atención Psicosocial y el Protocolo de Atención Integral en Salud con Enfoque Psicosocial. Resulta relevante resaltar que las disposiciones del PAPSIVI son de obligatorio cumplimiento y deberán ser aplicadas por parte de las Entidades Territoriales, las Entidades Administradoras de Planes de Beneficios de Salud – EAPB o las que hagan sus veces entendidas estas como las enunciadas en el numeral 121.1 del artículo 121 de la ley 1438 de 2011 o la norma que la modifique o sustituya, y por las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud – IPS. (Ministerio de Salud y Protección Social, 2017). El artículo 139 de la Ley 1448 de 2011 también establece como medidas de satisfacción: a. Reconocimiento público del carácter de víctima, de su dignidad, nombre y honor, ante la comunidad y el ofensor; b. Efectuar las publicaciones a que haya lugar relacionadas con el literal anterior, c. Realización de actos conmemorativos, d. Realización de reconocimientos públicos, e. Realización de homenajes públicos, f. Construcción de monumentos públicos en perspectiva de reparación y reconciliación, g. Apoyo para la reconstrucción del movimiento y tejido social de las comunidades campesinas, especialmente de las mujeres, h. Difusión pública y completa del relato de las víctimas sobre el hecho que la victimizó, siempre que no provoque más daños innecesarios ni genere peligros de seguridad, i. Contribuir en la búsqueda de los desaparecidos y colaborar para la identificación de cadáveres y su inhumación posterior, según las tradiciones familiares y comunitarias, a través de las entidades competentes para tal fin, j. Difusión de las disculpas y aceptaciones de responsabilidad hechas por los victimarios, k. Investigación, juzgamiento y sanción de los responsables de las violaciones de Derechos Humanos y l. Reconocimiento público de la responsabilidad de los autores de las violaciones de Derechos Humanos. (Congreso de la República de Colombia, 2011)
- 208 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
la reparación, el sector defensa también ha generado espacios relevantes para el esclarecimiento de la verdad y de la dignificación de las víctimas del conflicto, miembros de las fuerzas militares. Este esfuerzo nace con el propósito de investigar, analizar, documentar, articular y difundir la memoria histórica institucional, los contextos de las Fuerzas Militares y su historia, enfocándose en el reconocimiento de sus miembros como seres sociales, a través de la dignificación, enaltecimiento de las víctimas y sus familias; así como visibilizando sus aportes en materia de seguridad, desarrollo económico y social, la defensa del Estado y la Nación, realizados bajo los lineamientos constitucionales, legales, acuerdos internacionales (DDHH, DIH) (CICMHM, 2018). Las Garantías de No Repetición son consideradas tanto una de las formas de reparación a las víctimas como uno de los principios generales de responsabilidad internacional de los Estados. Se encuentran dirigidas a la sociedad con el propósito que no se repitan la vulneración de los derechos de las víctimas, así como eliminar y superar las causas estructurales. Las garantías de no repetición comprenden dos dimensiones: una preventiva y otra reparadora (Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas, 2018c). Finalmente, sobre el componente de garantías de no repetición el Sector Defensa desarrolla un rol de ejecutor y coordinador, pues es el encargado de las políticas defensivas y preventivas en el marco de escenarios de confrontación o conflicto o del restablecimiento de las condiciones de paz. Pese a esto, se sugiere generar en la ruta una conexión con las entidades cuya competencia es evaluar el riesgo a la integridad personal ante amenazas externas; con el propósito de lograr seguridad personal, como es el caso de la Unidad Nacional de Protección, lo cual tendría un enfoque de carácter preventivo en la atención de necesidades individuales.
Conclusiones El presente capítulo realizó un abordaje a la dicotomía generada por el legislador en el momento de conceptualizar la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, frente al miembro de la Fuerza Pública como víctima del conflicto. Pero realizado el ejercicio de análisis desde el Derecho Internacional Humanitario Consuetudinario y al examinar la jurisprudencia nacional e internacional se consideró ubicar al miembro de la Fuerza Pública, no sólo como actor activo en el conflicto, sino como un actor con atributos particulares que en el marco del ejercicio de sus funciones también es afectado por infracciones al DIH y por tanto adquiere estatus de persona protegida en el marco del derecho de Ginebra. - 209 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
El problema alcanza otra dimensión, cuando el reto trasciende de su reconocimiento al despliegue de acciones institucionales en favor de una ruta de reparación que se puede implementar en un grupo de ciudadanos, cuyas cifras oficiales demarca la atención creciente de más de 17.000 personas, cuyos derechos fueron reconocidos al ser valorados e incluidos en el Registro Único de Víctimas RUV. Se puede concluir que después de siete años de implementación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, no se visualizan resultados concretos individuales que denoten acciones reparadoras. Las discusiones interinstitucionales han tenido distintos avances y retrocesos. La pregunta central de las discusiones es ¿Quién es el responsable de atender estas necesidades? En genérico, esta pregunta se respondería: es el Estado. Pero a la fecha no existe o se reconoce un acto administrativo puntual comprometido con la atención de este grupo de ciudadanos. El propósito es entonces investigar la existencia de bienes y servicios que logren tener esta vocación reparadora y diferencial para atender dichas vulneraciones. Para ello se realizó un proceso de identificación de oferta exclusiva del Sector Defensa y la misma se adaptó a los momentos de la ruta de reparación – de acuerdo con los criterios construidos por la entidad que ejerce la coordinación del SNARIV- excluyendo el componente de indemnización administrativa. Los resultados demuestran la existencia de bienes y servicios que, flexibilizados, ampliados y articulados entre sí, lograrían efectos reparadores en una lógica transformadora, de acuerdo con los objetivos de la Ley de Víctimas, si estas logran ejecutarse en la ruta de atención y se reconocen de manera previa las necesidades de atención y la aplicación de enfoques diferenciales (estrategias como la generación de criterios de focalización y priorización con enfoque de género, atención y acompañamiento psicosocial diferenciado, entre otros). Aunque este es un esfuerzo en términos de aproximación, se espera que como primer intento, sirva para dar continuidad al ejercicio y se identifique una mayor cantidad de bienes y servicios logre responder a esta lógica reparadora. Con todo, la identificación de los bienes y servicios tuvo distintas falencias como identificar la territorialización de los servicios y la multiplicidad de instancias que coordinan o manejan el tema al interior del sector y sus fuerzas.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
reparadora, pero no permite visibilizar esfuerzos articulados que permita evidenciar un impacto en la implementación y ejecución, lo cual se traduce para las víctimas en incertidumbre. En términos organizacionales, la multiplicidad de áreas, grupos de trabajo dedicados a la atención y ejecución de los componentes del tema de víctimas al interior del Ministerio, el Comando General y las Fuerzas, traducen ambigüedad, pues no refleja el trabajo por un objetivo en particular, con metas y propósitos establecidos. Las recomendaciones de este capítulo se dirigen hacia la integración institucional y la creación de un grupo de trabajo que actúe como articulador al interior de las fuerzas, para liderar la salida y entrada de los lineamientos estratégicos y operativos que permitan la implementación de acciones en favor de la población identificada. Para ello la construcción de criterios de entrada y salida en la ruta de reparación integral serán fundamentales para evidenciar los alcances y logros en la implementación de acciones institucionales a mediano plazo, lo que en unión con entidades que tienen experiencia en planeación, formulación y ejecución de políticas como lo son el Departamento Nacional de Planeación y la Unidad para las Víctimas, pueden visibilizarse y, sobre todo, concretarse. Finalmente, en términos estructurales y asociados a los avances del Estado colombiano con la firma del acuerdo de paz, Ayala y Abella en su libro reconocen que “la ejecución de la Ley y el alcance parece quedarse corto en el reconocimiento de derechos y aplicación de los elementos de verdad, justicia y, principalmente, reparación. Estos aspectos deben ser abordados por el Estado para garantizar el principio de igualdad para todas las víctimas, sin importar su condición. El mejor medio para resarcir esta falencia es la justicia transicional. Se propone que se usen los vacíos jurídicos del mecanismo de justicia alternativa, para solventar los problemas actuales y presentes, para la no reparación integral de las víctimas militares y de policía del conflicto. Esta sería una forma de evitar altos grados de impunidad y de no producir una revictimización de quienes sufrieron por razón de su labor armada; un aspecto sine qua non, así se podrá llegar a un verdadero escenario de paz”. (Ayala Amaya & Abella Abella, 2018)
Este ejercicio permitió verificar que el Sector Defensa ha realizado esfuerzos diversos por atender y generar insumos para asumir la tarea - 210 -
- 211 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Referencias Arnoletto, E. J. (2007). Curso de teoria política. Edicion Electronica: Eumed. Asamblea General de las Naciones Unidas. (16 de Diciembre de 2005). Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones. Resolución 60/147. Nueva York, Estados Unidos: Naciones Unidas. Obtenido de http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/ RemedyAndReparatio.aspx Ayala Amaya, J., & Abella Abella, L. (2018). Los miembros de la fuerza pública víctimas del conflicto armado en Colombia. Bogotá D.C.: Ibañez. Boer Cueva, A. (2015). En busca de la justicia transicional mediante el mantenimiento de la paz. Relaciones Internacionales(28). Cantor, D. J. (2011). Nuevos temas en la investigacion sobre refugiados. Ginebra: Agencia de la ONU para los refugiados. Obtenido de http://www.refworld.org/cgibin/texis/vtx/rwmain/opendocpdf. pdf?reldoc=y&docid=51751f1f4 Castrellón, M., & Romero Cristancho, C. (2016). Enfoque de género en la implementación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras: una propuesta para la caracterización y Restitución de Tierras: una propuesta para la caracterización de las mujeres y niñas víctimas del conflicto armado en Colombia. Revista CS(19), 69-113. Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). Basta ya. Bogotá.: Imprenta Nacional de Colombia. CICMHM. (2018). Centro de investigación en conflicto y memoria histórica militar. Obtenido de http://www.memoriahistoricamilitar. mil.co/mision-y-vision/ Comité Internacional de la Cruz Roja. (1949). Comité Internacional de la Cruz Roja. Obtenido de Artículo 3 Comun a los Convenios de Ginebra: www.icrc.org/spa/resources/documents/misc/treaty-gc-0art3-5tdlrm.htm - 212 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Congreso de la República de Colombia. (10 de Julio de 2011). Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Bogotá: Imprenta Nacional. Congreso de la República de Colombia. (2012). Ley 1592 de 2012. Bogotá.: Imprenta nacional de Colombia. Consejo de Estado. (2014a). Acción de Reparación Directa (Sentencia) Expediente 31250. Bogotá. Consejo de Estado. (2014b). Auto de 17 de septiembre de 2014, exp. 45092. Bogotá. Corte Constitucional. (1997). Sentencia de Constitucionalidad 456 de 1997. Bogotá. Corte Constitucional. (2006). Sentencia de constitucionalidad 575 de 2006. Bogotá. Corte Constitucional. (2012). Sentencia de Constitucionalidad 253a de 2012. Bogotá D.C. Corte Constitucional. (2013). Sentencia de Tutela 736 de 2013. Bogotá D.C. Corte Constitucional. (2016). Sentencia de Constitucionalidad 161 de 2016. Bogotá. De Greiff, P. (2011). Algunas reflexiones acerca del desarrollo de la Justicia Transicional. Anuario de Derechos Humanos, 17-39. Departamento Nacional de Planeación, Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. (2015). Resolucion 1126. Bogotá D.C. Obtenido de https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Poltica%20 de%20Vctimas/Resolucion%2001126% 20de%202015%20-%20 SSV.pdf Diario el Tiempo. (10 de Abril de 2015). 60 días para que 1 millón de víctimas pidan reparación. Diario el Tiempo. Obtenido de http:// www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS15550816 Ferrajoli, L. (2016). La justicia penal transicional para la Colombia del posconflicto y las garantías para la paz interna. Revista Crítica Penal y Poder, 146-161. González Posso, C. (2006). El mito de la quiebra del Estado por la reparación. Revista Punto de Encuentro Indepaz, 1-7. - 213 -
ESCUELA SUPERIOR DE GUERRA “GENERAL RAFAEL REYES PRIETO”
Henckaerts, J., & Doswald Beck, L. (2007). El derecho internacional humanitario consuetudinario . Buenos Aires, Argentina: Comité Internacional de la Cruz Roja. Lesmes Orjuela, D., & Rodríguez Castellanos, J. (2015). Guerra Asimétrica y conflicto armado colombiano. Bogotá: Universidad Militar Nueva Granada. Mejía Azuero, J. C. (2017). Caracterización de las víctimas policiales en el contexto del conflicto armado en Colombia. Analecta política, 117138. Ministerio de Salud y Protección Social. (2017). Programa de Atencion Psicosocial y Salud Integral a las víctimas del Conflicto Armado. Bogotá D.C. Obtenido de https://www.minsalud.gov.co/sites/ rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/DE/PS/DocumentoMarcopapsivi-2017.pdf Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas. (2014). Justicia Transicional y Derechos economicos, sociales y culturales. Nueva York: Publicacion de las Naciones Unidas. Obtenido de https://www.ohchr.org/Documents/Publications/HRPUB-13-05_sp.pdf Pérez Niño, W., Zambrano Salazar, L., & Cepeda Rodríguez, E. (2016). El impacto del control de convencionalidad en la jurisprudencia del Consejo de Estado colombiano en la reparación a víctimas de graves violaciones a derechos humanos. Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad, 161-177.
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Unidad para la Atención y Reparación Integral a las víctimas. (2015a). Manual integrado de conceptos, codificacion y recolección de datos. Bogotá D.C. Obtenido de https://rni.unidadvictimas.gov.co/sites/ default/files/Documentos/MANUAL%20INTEGRADO%20DE%20 CONCEPTOS.pdf Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. (2015b). Enfoque diferencial para las Mujeres Víctimas del Conflicto Armado. Bogotá D.C. Obtenido de http://repository.oim.org.co/ bitstream/handle/20.500.11788/975/Capitulo%2017.pdf?sequ ence=20&isAllowed=y Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas. (2018b). Unidad para las Víctimas. Obtenido de https://www.unidadvictimas. gov.co/sites/default/files/documentosbiblioteca/mapadepolitica2015. pdf Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas. (2018c). Garantías de no repetición. Obtenido de http://www.unidadvictimas. gov.co/es/garantias-de-norepetici%C3%B3n/173 Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. (2016). Manual Criterios de Valoración - version dos. Bogotá. Obtenido de https://www.unidadvictimas.gov.co/sites/default/files/ documentosbiblioteca/manualdeval oracionv2.pdf Unidad para la atención y reparacion integral a las víctimas. (2018a). Red Nacional de Información. Obtenido de http://www.unidadvictimas. gov.co/es/direccion-de-registro-ygestion-de-la-informacion/rednacional-de-informacion-rni/37825
Rousset Siri, A. (2011). El concepto de reparación integral en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos humanos. Revista Internacional de Derechos humanos, 5979. Sanchez Lucumí, C., & Oliveros Ortiz, S. (2014). La reparacion integral a las víctimas mujeres: Una aproximación a la aplicación del enfoque diferencial de género en el contexto del conflicto armado colombiano. Universitas Estudiantes(11), 163-185. Sikkink, K., Marchesi, B., Dixon, P., & D’Alessandra, F. (2014). Reparaciones Integrales en Colombia: Logros y Desafios. Harvard Kennedy School Carr Center for Human Rights Policy. - 214 -
- 215 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Índice de Tablas Página
• Tabla 1. Conceptos traídos en su totalidad de la Resolución 60/147 del 16 de diciembre de 2005 de la Asamblea de Naciones Unidas. Elaboración Propia.
186
• Tabla 2. Medidas de Reparación integral. Elaboración propia a partir del Mapa conceptual de política pública construido por la Unidad para las Víctimas.
199
• Tabla 3. Elementos/Aspectos a determinar posterior a la inclusión en el registro único de víctimas en el componente de reparación integral. Elaboración Propia con datos del Manual Integrado de Conceptos, Codificación y Recolección de Datos de la Unidad para las Víctimas.
200
- 217 -
EN LAS BOTAS DE UNA HEROÍNA: Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano
Índice de Ilustraciones Página
• Ilustración 1“Título al valor”, otorgado a Clara Elisa Narváez Arteaga, cabo primero del Ejército colombiano, por el comité de Excombatientes del Conflicto ColomboPeruano. Past, 20 de julio de 1968: Fuente: Archivo familia Fernández Narváez Popayán. (Dirección de Historia Militar, 2015)
191
• Ilustración 2. Elaboración propia a partir de datos suministrados por la Unidad para las Víctimas. Distribución por género de las víctimas oficialmente incluidas en el Registro Único de Víctimas.
192
• Ilustración 3. Elaboración propia a partir de datos suministrados por la Unidad para las Víctimas. Hechos Victimizantes declarados por miembros de la Fuerza Pública al Ministerio Publico oficialmente reconocidos en el Registro Único de Víctimas.
198
• Ilustración 4. Elaboración Propia. Modelo de la Teoría de los Sistemas Políticos de David Easton aplicado a las variables identificadas para la reparación de los miembros de las Fuerzas Militares.
203
• Ilustración 5. Diagrama de ruta de atención en medidas de reparación integral para mujeres víctimas pertenecientes a las Fuerzas Militares.
204
• Ilustración 6. Rutas de atención para la atención de la medida de restitución – Componente de reparación integral.
207
- 219 -
“En las Botas de una Heroína” Mujeres Militares Víctimas del Conflicto Armado Colombiano