René Serrano
Cradle to Cradle Capítulo 2 y 3
Why Being “Less Bad” Is No Good! El concepto de una industria “menos mala” se comenzó a difundir cuando los industriales y sobre todos los críticos a éstos se dieron cuenta de que estaban haciendo tan mal las cosas y estaban siendo tan contaminantes y tan irresponsables en sus procesos, que como resultado de sus actividades se estaban causando graves enfermedades y muertes.
Algunos críticos comenzaron a preocuparse de los resultados catastróficos de las actividades industriales, de la nueva sociedad mercantil. El primero en alzar la voz sin importarle las consecuencias o la falta de popularidad de sus “descabelladas” predicciones y aseveraciones, fue Thomas Malthus a principios del s.XVIII, él advirtió de la superpoblación que se avecinaba, la cual iba a requerir de una sobreproducción industrial con las consecuencias devastadoras que esto traería.
Con el paso rápido del tiempo más personas comenzaron a preocuparse por la destrucción del medio. Así fue como se fueron creando los primeros grupos de personas que estaban realmente consternadas con la situación. (Sierra Club y Wilderness Society). Los ambientalistas ya no sólo se preocupaban por la preservación si no por la gran cantidad de tóxicos que se estaban generando con la producción de algunos bienes.
Desde los años 70 ya se hablaba de las consecuencias negativas que habría con el aumento de población, problemas como la sobreexplotación de recursos, grandes cantidades de basura, contaminación y la destrucción por parte del sector industrial. Por otro lado también se sugerían formas para reducir el impacto negativo al ambiente. Son los consumidores eran los que tienen el poder para reducir el deterioro ambiental, dejando de consumir en la forma en la que se estaba haciendo.
No fue sino hasta el año de 1992 cuando se hizo la primera reunión en Rio de Janeiro en dónde por primera vez se dictaron las nuevas normas que regularían a las futuras empresas y a las actuales. Se dijo entre otras cosas que se reemplazarían las máquinas existentes por otras más limpias, menos ruidosas y más eficientes. El autor habla sobre el término de Eco Eficiencia, hacer más, utilizando la menor cantidad de recursos necesarios.
Tenemos que replantear la forma en la que se está diseñando, partir de los principios básicos de la convivencia entre la naturaleza y los seres humanos, no nos hacen falta más cosas, no necesitamos nuevos procesos industrializados y maquinizados. Requerimos como bien nos plantea el autor, diseñadores capaces de repensar los procesos creativos, he aquí una serie de ejemplos planteados en el libro:
Edificios que, como los arboles produzcan más energía que la que consumen y que purifiquen su desperdicio convirtiéndolo en algo puro.
Productos que, cuando su ciclo de vida útil termine, no se conviertan en basura inservible y que se puedan integrar en el suelo convirtiéndose en alimento para las plantas, animales y nutriente para la tierra. O también que se puedan reintroducir en los ciclos industriales para formar parte de nuevos productos.
Transportes que impulsen una buena calidad de vida en las personas.
Un mundo de abundancia. Sin límites, contaminación y basura.
El cambio de enfoque al que asistimos para desarrollar productos y servicios de manera que sean económica, ecológica y socialmente saludables podría resumirse en las palabras de William McDonough “Hay una abundancia de luz del sol, agua y niños. Así que ¿por qué no celebramos eso?