Bicentenario de la Batalla de El Yagual 8 de octubre de 1816 Ministerio del Poder Popular para la Cultura/ Fundación Centro Nacional de Historia / RIF. G2000-8479-0 www.cnh.gob.ve www.agn.gob.ve www.archivodellibertador.gob.ve En el marco del Ciclo Bicentenario la Fundación Centro Nacional de la Historia se honra en conmemorar los 200 años de la Batalla de El Yagual, acaecida en las sabanas apureñas, a orillas del río Arauca el 8 de octubre de 1816, cuando los valientes llaneros con José Antonio Páez a la cabeza, infringieron una dura derrota a los realistas comandados por el jefe español Francisco López. Este triunfo hizo comprender rápidamente al ejército español que aquellos valientes no eran unos simples cuatreros, ni unos bandidos que se pusieron a las armas como al principio creían. Por el contrario, se trataba de un ejército organizado, especializado en las tácticas guerrilleras y que sabía muy bien sacar provecho del teatro de operaciones donde se desarrollaba la guerra. Con menores recursos militares que el enemigo y un ejército semidesnudo, Páez logró aventajar a los españoles con sus tácticas novedosas, con el valor y la intrepidez de sus tropas, y con la lanza y el caballo como armas. Hoy, a 200 años de aquel episodio histórico, la victoria de El Yagual sigue demostrando que no siempre el más fuerte gana, y que el valor y la constancia pueden ser mejores armas que la artillería y el fusil. Sigamos siempre el ejemplo de El Yagual para vencer sobre enemigos más poderosos. Pedro Castillo, Acción del Yagual el 8 de octubre de 1816, hacia 1830. Colección Casa Páez de Valencia.
La Batalla de El Yagual y la furia llanera
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ara 1816, la monarquía española había logrado restablecer el control político y militar en buena parte de Venezuela. No así en los Llanos, en donde José Antonio Páez mandaba un ejército de llaneros que todavía hoy, infunden respeto por su fama de aguerridos y temerarios. Y lo eran. Quienes por aquellos años nos dejaron sus testimonios sobre esos eventos lo confirman. En tiempos críticos para los patriotas apureños, los llaneros hicieron gala de esa bravura el 8 de octubre de 1816, cuando en la batalla de El Yagual, en Apure, propinaron una seria derrota a los realistas mandados por el jefe español Francisco López. Si bien este triunfo no expulsó a los enemigos de aquel territorio, al menos aseguró a los patriotas el control en buena parte del río Arauca y afianzó aún más el liderazgo de Páez entre los llaneros. Tiempos difíciles para la patria La guerra siempre es un hecho atroz. Y los años que van desde 1814 hasta 1819 fueron los más difíciles para los republicanos en toda la guerra de Independencia. Este período arranca con el recrudecimiento de la guerra a muerte, dictada por Bolívar el año anterior y llevada a su máxima expresión por Boves; así como la llegada de los realistas al poder en Venezuela. Luego vinieron las fuertes arremetidas contra los insurgentes por parte del jefe español Pablo Morillo. La corona española intentaba aplacar la revolución. Morillo prosiguió a la Nueva Granada y arrasó con los patriotas. Ya para 1816, en Venezuela persisten pequeños brotes revolucionarios que hacen regresar a Morillo al país. Más adelante, la provincia de Guayana obtuvo su liberación. Y para 1819, la patria se enrumba hacia un destino favorable.
En la duración de este ciclo, los llaneros, Páez y el Apure, pasarían a convertirse en importantes protagonistas de nuestra historia. Páez el Jefe Supremo de Ejército de los Llanos Volviendo a 1816, mientras en el oriente venezolano algunas partidas guerrillas maniobraban contra los realistas, acontecía lo propio en tierras apureñas. Al grupo de llaneros a las órdenes de Páez se le sumaron algunos refuerzos llegados de la Nueva Granada, que escapaban de la espada de Morillo. De estos escapados, un pequeño grupo instauró un gobierno provisorio a su paso por Guasdualito, que contaba entre sus miembros a varios neogranadinos, entre ellos a Francisco de Paula Santander. A pocos días de instaurado el nuevo gobierno un motín vino a derrumbarlo. En la población de Trinidad de Arichuna, el 16 de septiembre de 1816, un grupo de oficiales se rebeló contra el gobierno alegando que ante el peligro de verse atrapados por las tropas de Morillo, requerían de un líder militar extraordinario que los llevase al triunfo. Ese líder era Páez. Elegido y reconocido así por las tropas. Por ello, los miembros del gobierno no tuvieron otra opción que reconocer a Páez como el jefe supremo de las operaciones militares en los Llanos. La batalla de El Yagual Una vez asumida la jefatura suprema, Páez reorganizó al ejército y dirigió las acciones militares en el Apure. Los primeros pasos consistían asegurar Achaguas y neutralizar las tropas de Francisco López. Al tener noticias de la presencia de López en el hato El Yagual, los apureños marcharon en esa dirección. Durante la movilización vencieron, en el hato Los Cocos, a un regimiento de caballería realista a las órdenes de Facundo Mirabal, quien llevaba consigo 100 caballos. Este triunfo proveyó de caballos a Páez y fortaleció la moral de sus hombres.
Al siguiente día los republicanos están en Las Aguaditas. Pero en la oscuridad de la noche reanudaron la marcha por un terreno muy pantanoso, a fin de sorprender al enemigo por la espalda. El padre Blanco, uno de los curas que tomó parte en la batalla, afirmó en su obra Bosquejo histórico de la Revolución de Venezuela, que a las 10 de la mañana del 8 de octubre de 1816, los ejércitos se dispusieron para entablar la acción. Páez, contando 700 combatientes había ordenado sus tropas en tres columnas: Rafael Urdaneta a la derecha, Manuel Serviez en el centro, y Santander en la izquierda. Por su parte, López tenía 1.700 jinetes y 600 infantes. Páez ordenó un ataque por la derecha del enemigo, mientras 200 carabineros realistas hicieron frente a este avance. Santander logró rechazar a los carabineros, pero reforzados con dos escuadrones, empezaron a causar estragos en su columna. Serviez salió en auxilio de Santander, cuando en plena refriega salieron de la derecha realista 200 hombres con la intención de bordear la izquierda patriota y atacar por su retaguardia. Páez pudo reconocer la maniobra y junto a Urdaneta detuvo la táctica española, asegurando la victoria para los llaneros. López logró ponerse a salvo fuera del campo de batalla, pero no muy distante de las tropas patriotas, que se contuvieron de hacer un nuevo ataque por el cansancio de los caballos. Esa misma noche el jefe realista abandonó El Yagual, todavía con 1.000 jinetes, rumbo a San Fernando de Apure. La victoria era para los republicanos, que ahora controlaban gran parte del río Arauca. La derrota significó el drama final de López, quien unos días después sería capturado y ejecutado por órdenes de Páez, el nuevo caudillo llanero que conduciría a sus tropas directo al triunfo en los Llanos de Venezuela.