La mañana del 5 de julio de 1811, el presidente del Congreso comunicaba en sesión pública la posición del Ejecutivo, a quien se había hecho consulta al respecto el día anterior, a favor de la Independencia. En pocas horas, efectuadas las votaciones, y teniendo al presbítero Maya como único opositor, el Supremo Congreso declararía, a las tres horas de la tarde, la absoluta Independencia
de Venezuela.