Se cumplen 170 años de los alzamientos
campesinos que dieron inicio en los valles de Aragua a la insurrección que enarboló por
primera vez la consigna Tierras y hombres
libres. Habían transcurrido 25 años desde
la Batalla de Carabobo y la independencia
no se traducía en beneficios reales para
las grandes mayorías.
Las condiciones laborarles −cuando no
se mantenían bajo el régimen de esclavitud−
reproducían esquemas de explotación
y servidumbre propias de la Colonia.
La salubridad y la alimentación eran precarias,
y las posibilidades de superar la
miseria mediante el acceso a la educación
muy remotas, por no decir nulas. Esos amplios
sectores estaban, además, excluidos
del régimen de propiedad