“Los perdedores no escriben la historia oficial, y entonces vie- ne impregnada de la visión de quien la escribe, de la sub- jetividad de quien la escribe; y a Zamora, por supuesto, lo maltrató la oligarquía”, con esta advertencia –el 1° de febrero
de 2001– el comandante Chávez llamó a revisitar la casa del General del Pueblo Soberano, de cuyo nacimiento hoy se cumplen 200 años.
La casa de Zamora, en la visión del Comandante, no era la vivien- da que le brindó cobijo en Cúa; su casa era la otra historia, la historia insurgente que estaba por contarse. En ese sentido, llamaba a una recuperación de la memoria colectiva a través de la re-lectura de las luchas populares. En otras palabras, el reencuentro con Zamora era el reencuentro con el pueblo que había sido desalojado de esa gran casa que es la historia. Pensaba Chávez que, desde esa perspectiva, la his- toria dejaría de ser relato para convertirse en lucha real por lograr hoy la victoria que no se pudo concretar ayer.