La historia de las luchas populares, no como
ingrediente sino como factor protagónico en el
devenir de una nación es un tópico relegado en
los relatos de la historia burguesa, salvo cuando
merece ser mencionado a conveniencia para reforzar o legitimar los actos a cuya cabeza figura una élite como fuerza motriz. Pero un relato en el que esta relación se invierta y en el que los pueblos y sus manifestaciones combativas a favor de sus propias causas adquieran un rol central, solo es frecuente en un proyecto de historia insurgente como el que ha venido desarrollando el Centro Nacional de Historia en los últimos años, el cual halla una visibilización constante en las páginas de Memorias de Venezuela.