la familia monoparental desde una perspectiva bĂblica
mujeres
jefas de familia
s. tapia c.
Certeza Certeza Argentina Argentina Buenos Aires 2015 Buenos Aires 2015
Tapia, Samuel Ricardo Mujeres jefas de familia. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Certeza Argentina, 2015. 160 pp. ; 20x14 cm. ISBN 978-950-683-212-4 1. Cristianismo. I. Título CDD 230 © 2014 Ediciones Certeza Argentina, Buenos Aires. Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723. No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446. Las citas bíblicas corresponden a la versión Reina-Valera 1960, salvo que se indique la utilización de otras traducciones. Edición: Ayelen Horwitz | Corrección: Adriana Riccomagno Diseño: Cynthia Rotta Certeza Argentina es un ministerio de la Asociación Bíblica Universitaria Argentina (abua) que tiene la visión de comunicar el plan de Dios en Cristo Jesús a estudiantes y profesionales en Argentina. Contactos: Ministerio a universitarios y secundarios: (54 11) 4331-5421 | abua.nac@gmail.com | www.abua.com.ar Editorial: certeza@certezaargentina.com.ar | www.certezaonline.com Ventas: Argentina. Tel./fax: (54 11) 4342-3835/4334-8278, pedidos@distribuidoracerteza.com Exterior. Tel./fax: (54 11) 4331-6651 | ventas@certezaargentina.com.ar Impreso en Argentina. Printed in Argentina.
CONTENIDO 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Prólogo 9 Introducción 13 Familias monoparentales: causas y efectos 17 El dolor de las heridas del alma 37 El perdón 53 Cuando los hermanos son rivales 69 Ser mamá, no papá sustituto 87 Familias resilientes 103 Madre jefa de hogar, mujer proactiva 119 Conclusión 133 Apéndice 1: El diseño original 137 Apéndice 2: Testimonios 145 Acerca del autor 151 Bibliografía y referencias 153
CAPร TULO 5
Ser mamรก, no papรก sustituto
En la década de los 80,
el cantautor chileno Fernando Ubiergo compuso una canción denominada Los ojos de Rodrigo, esta cuenta la vivencia de un chico de 7 años que presencia la separación de sus padres. La letra de la canción expone el dolor inmenso de ese pequeño en su agónico y silencioso grito del ‘¡no te vayas…!’. La canción describe cómo su vida se desploma en mil pedazos, cómo su corazón se viste de nostalgia y el mundo para él ya no vale nada. Es el resultado de un quiebre emocional que proviene del abandono y del rechazo. El desamparo de la figura paterna provoca en el niño un profundo dolor emocional que tiene sus raíces en los sentimientos de abandono, rechazo y traición. Los agentes más importantes en la promoción y reafirmación de los conceptos de identidad y destino en la vida de las personas son los padres, especialmente la figura paterna. El padre es el encargado de mostrar el mundo a los hijos, de consolidar la identidad sexual en ellos, de confirmar el valor de cada hijo como persona, de entregar afecto, protección física y emocional, de proyectarlos y acompañarlos en la realización plena de cada uno de ellos. Cuando la figura paterna no existe, la estructura familiar se ve confrontada con desafíos nuevos e inusuales, donde la madre toma un papel preponderante. Sin embargo, es importante destacar que ella siempre será la madre y no una suplente de la figura del padre.
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El afecto, el sustento protector, el cuidado y la construcción de lazos afectivos y seguros para que el niño crezca y madure son características propias de la madre. Cuando el hijo siente que su vínculo con el padre se ha quebrado y necesita ser consolado, el amor incondicional e incansable de una madre es el soporte emocional que necesita el hijo para reconstruir su vida, afectada por la ausencia de su padre.
Desafíos de la madre jefa de hogar Ser madre de una familia monoparental no es fácil. Existe la ardua tarea de sacar a los hijos adelante, generalmente con poca o ninguna ayuda, sobrellevando gran parte de la responsabilidad de la crianza. A las madres se les atribuye la responsabilidad de lo que son los hijos y de lo que serán en el futuro y, además, deben atender compromisos profesionales y familiares. ¿Qué es, entonces, lo que las madres pueden hacer desde su rol de madres jefas de familia monoparental?
Impartir valores a través del ejemplo Los hijos e hijas aprenden con el ejemplo. Por lo tanto, nuestro comportamiento es fundamental. Los hijos aprenden por imitación y las madres son una influencia muy importante en la vida de ellos. Exponer a los hijos a oportunidades de crecimiento y aprendizaje es crucial para la formación de valores. Por ejemplo, si la meta es que los hijos aprendan a llevarse bien con otros, es necesario exponerlos a s ituaciones en las cuales interactúen con otros niños, aun de diferentes rangos culturales o sociales.
Enseñar responsabilidad y respeto Para desarrollar el sentido de la responsabilidad, los hijos necesitan tener una estructura, vale decir, una organización del tiempo (para ver televisión, para estudiar, para jugar,
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etc.), del espacio que cohabitan (responsabilidad con sus dormitorios, patios, etc.) y de las colaboraciones domésticas (ayudar a mantener el orden en el hogar, barrer, limpiar el jardín, etc.). Es fundamental que tengan tareas definidas en el hogar y que aprendan el sentido del deber. Las madres tienen la importante tarea de criar hijos e hijas que sean positivamente autosuficientes e independientes. Esta responsabilidad se cultiva y comienza en el hogar. El respeto se aprende y se inculca, tanto a través del ejemplo como a través del refuerzo positivo. El refuerzo positivo es la manera en que Es fundamental destacamos los aspectos conductuales co- que los hijos rrectos de nuestros hijos, con la finalidad de tengan tareas fijar en ellos los comportamientos que en- definidas en señamos. Este refuerzo positivo puede ser el hogar y que verbal o material, por ejemplo: ‘Fuiste muy aprendan el amable con tu hermana, te felicito’, ‘Eres un sentido del buen hijo, gracias por ayudarme en cortar el deber. césped, me siento orgulloso de ti’, ‘Te regalaremos una entrada al cine, puesto que tus calificaciones en el colegio han sido excelente’, ‘Hoy tendremos una cena especial por tu logro deportivo’, etc. Es importante enseñarles a los hijos que respeten y toleren a los demás —especialmente a las personas que los rodean—, que aprecien a las autoridades y que se respeten y se amen a sí mismos.
Alentar en el proceso educativo La educación es uno de los mejores regalos que una madre puede brindar a sus hijos. La enseñanza formal es indispensable para la formación personal y profesional de los niños y de las niñas. Además, es fundamental que las madres
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articipen en las reuniones para padres de los colegios de p los hijos, así como en sus actividades extracurriculares. Mantener las vías de comunicación abiertas es otra de las claves principales para que los hijos logren desarrollarse con una actitud mental positiva y un necesario equilibrio emocional. Cuanto más conozcamos de la vida de nuestros hijos, más fácil nos será potenciar la relación con cada uno de ellos, contrarrestando eficazmente lo negativo.
Fomentar la seguridad y confianza Los hijos necesitan sentirse seguros, sin importar las circunstancias que los rodean. Necesitan saber que, sin importar cuáles sean los desafíos de la vida, las madres siempre estarán disponibles para ellos. Fomentar la confianza entre la madre y los hijos es crucial, pues esto les enseñará a tener relaciones productivas y positivas en su familia y con los demás. Los hijos deben aprender de las madres a amarse a sí mismos y a aceptarse tal como son. Ellas deben reforzar en los hijos el mensaje de que son únicos, especiales, hermosos e irrepetibles.
Demostrar el amor incondicional La labor más importante de las madres es amar a los hijos e hijas incondicionalmente. Esto no implica solamente sentirlo, sino que hay que expresárselo con hechos. Por eso, descubrir los lenguajes de amor para cada hijo será tarea crucial de cada mamá. Las demostraciones físicas afectuosas, las palabras de amor, un beso, un ‘te amo’ son infalibles para criar seres humanos seguros de sí mismos, compasivos y de provecho que, en el día de mañana, sean padres estables y amorosos.
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los lenguajes de amor A mediados de los años 90, el reconocido escritor internacional Dr.Gary Chapman impactó al mundo cristiano con la publicación de una serie de libros sobre los cinco lenguajes del amor y cómo expresar devoción sincera. Él habla de las cinco maneras básicas en las que las personas expresan y reciben amor: el contacto físico, el tiempo de calidad, los regalos, las palabras y los actos de servicio. Sus publicaciones no tan solo están destinadas a los esposos, sino también hacia las personas solteras, los jóvenes y los niños. Cada persona tiene uno o dos lenguajes con los que le resulta más cómodo expresar amor. Chapman dice que, cuando los niños son pequeños, no sabemos cuál es su lenguaje principal de amor. Por eso debemos emplear los cinco y, de acuerdo a las reacciones que ellos expresen, descubriremos cuál es. Si observamos la conducta de nuestros niños, aprenderemos su lenguaje de amor principal muy pronto.10 Ellos necesitan que les expresemos el amor en dicho lenguaje, lo ideal sería dar y recibir amor en todos los lenguajes porque así nos comunicaríamos más fácilmente con ellos. Veamos cada uno de los lenguajes: ■ El contacto físico: Es una de las formas más directas y sencillas de comunicación entre los seres vivos, porque no requiere palabras. Todos necesitamos ser palmeados, abrazados, ¡cuánto más los hijos! El abrazo paterno, la caricia materna son tremendamente importantes para demostrarles a ellos que los amamos sin condiciones. 10. Chapman, 1996.
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■ El tiempo de calidad: Es aquel que se comparte sin presiones ni obligaciones, por puro placer, sin un objetivo que cumplir. Permite conversar y escucharse sin prisas. Ayuda a crear confianza y lazos emocionales. Más importante es cuando el tiempo de calidad es destinado de manera individual con cada hijo. Por ejemplo: la mamá sale de compras con alguno de sus hijos o el papá sale de excursión con uno de ellos. El hijo o hija apreciará que ese tiempo sea destinado exclusivamente para él o ella y se sentirá tremendamente considerado/a y amado/a. ■ Los regalos: En la sociedad consumista que vivimos el regalo ha perdido parte de su sentido más noble. Sin embargo, ¿a quién no le gusta recibir un regalo? Generalmente, nuestros hijos aman recibir regalos, en especial cuando este no retrata una fecha específica sino que es inesperado o en un día cualquiera. El niño o niña se sentirá importante y valorado/a. Los regalos no tienen por qué ser ostentosos, pueden ser solo un gesto para demostrar que los amamos. ■ Las palabras: A través de ellas explicitamos nuestra aprobación o desaprobación hacia los demás. Las palabras que decimos a los niños tienen un gran poder porque ellos creen que pensamos sinceramente todo aquello que decimos. Las palabras de amor y cariño, los elogios sinceros, se dicen casi sin pensar pero dejan una huella imborrable, independientemente de la edad. ■ Los actos de servicio: Son cosas que se hacen no por necesidad u obligación sino de forma generosa, generalmente para ayudar a los otros. Los adultos
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pasamos gran parte de nuestra vida haciendo actos de servicio a los demás —lo cual resulta física y emocionalmente exigente— pero, a menudo, descuidamos servir a nuestros hijos. Por ejemplo, ayudarlos a hacer las tareas, llevarlos al médico, acompañarlos a su actividad deportiva, ir a dejarlos o buscarlos a casa de un amigo, ver juntos la película favorita de ellos, en fin… Por esta razón, es fundamental parar de vez en cuando y recuperar el espíritu de cuidado en estos actos. Los hijos sentirán el amor verdadero de los padres al vernos comprometido con sus actividades. Es de gran utilidad para el crecimiento personal leer algunas de las obras del Dr. Chapman. Recomendamos este autor puesto que ha sido de gran bendición para nuestras vidas.
Hijos, no amigos Debido a las circunstancias familiares por las que atraviesan, muchas madres jefas de hogares monoparentales han, inconscientemente, distorsionado la relación madre–hijo. Así, endosan a un hijo mayores responsabilidades hogareñas, compromisos y cargas emocionales que no corresponden. En estas situaciones, los hijos son llevados a tomar el rol de confidente o amigo de la madre. El connotado pastor, predicador y escritor estadounidense T.D. Jakes, en su libro ¡Ayúdenme! Estoy criando a mis hijos sola (una guía para padres solteros y para los que en ocasiones se sienten solos), dedica un capítulo entero a este problema: ‘Tú eres mi hijo, no mi amigo’. Él llama ‘vejación mental’ a lo que ocurre cuando una madre o un padre manipula a los hijos y viola su niñez para forzarlos a una amistad que les impide disfrutar de los padres que ellos necesitan. Esta es
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una línea delgada; cruzarla es peligroso, porque perjudica la alegría de vivir de los niños, y los deja con un concepto indefinido y vacío acerca de sí mismos. También, el autor describe la relación inadecuada de padres separados que ven en sus hijos aliados o amigos potenciales. Aunque suene fuerte, estos niños están siendo abusados. Sus padres esperan de ellos algo que ellos no deben ser. Nuestros hijos son hijos no amigos. Es muy peligroso pervertir la relación entre padres Cuando e hijos. La palabra ‘pervertir’ significa abrumamos desviarse de su uso original. Cada vez que a nuestros hijos confundimos a nuestros hijos con un con los problemas amigo, pervertimos la relación. de los adultos, Cuando abrumamos a nuestros hiles causamos un jos con los problemas de los adultos, les estrés innecesario. causamos un estrés innecesario. Debemos comprender que los niños tienen su propio estrés acorde a su etapa de vida y debemos cuidar estos preciosos momentos en su desarrollo. No dañemos sus mentes de niño con el estrés y el sufrimiento que son propios de la vida adulta. Dejemos que sean ellos los que marquen el ritmo de su desarrollo. No permitamos que los desafíos de nuestra vida apresuren a nuestros hijos a hacerse cargo de una función o responsabilidad para la cual aún no están preparados.11
Perspectiva bíblica: Hijos e hijas enseñados por el Señor La falta de la imagen paterna en el hogar, especialmente en el desarrollo de los niños, proporciona alteraciones que están fuera de toda lógica familiar. Esta situación trae 11. Jakes, 2002.
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consecuencias destructivas, tanto de alcance social como de índole individual y familiar. Dios, en su orden divino, ha establecido que el padre sea la figura y cabeza visible de toda familia. Él es la autoridad, es sinónimo de protección, cobertura, orden y seguridad. Cuando esta imagen no existe, la familia queda expuesta a fuertes problemáticas, producto de la dinámica propia de un hogar sin la dirección paterna. Sin embargo, Dios con su amor eterno, capacita y respalda a la madre jefa de hogar para afrontar diversas situaciones que rodean su existencia. No temas, pues no serás avergonzada; ni te sientas humillada, pues no serás agraviada; sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más. Porque tu esposo es tu Hacedor, el Señor de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra. Porque como a mujer abandonada y afligida de espíritu, te ha llamado el Señor, y como a esposa de la juventud que es repudiada —dice tu Dios. Por un breve momento te abandoné, pero con gran compasión te recogeré. Isaías 54.4–7, LBLA Cuando los hijos están bajo el cuidado de la madre, ella tiene la gran oportunidad de educar y moldear rectamente sus mentes, entregando valores éticos y morales que consolidarán el desarrollo integral de cada uno de ellos. Sin embargo, toda su confianza debe estar puesta en el Dios de la creación y sus promesas:
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‘… Todos tus hijos serán enseñados por el Señor, y grande será el bienestar de tus hijos’. Isaías 54.13, LBLA El libro de Proverbios, en el capítulo 31, recoge la historia de una madre que entrega consejos sabios a su hijo, L emuel. Algunos entendidos de las Escrituras plantean que él sería un símbolo del rey Salomón. Según el relato bíblico, recordemos que David, padre de Salomón, no fue uno de los mejores ejemplos de paternidad. Este tuvo razón para describir las lecciones que su madre Betsabé le enseñó y que quedaron grabadas a fuego en su corazón, instrucciones que, quizás, nunca recibió de parte de su padre. Aunque en los postreros años de su vida Salomón transitó por caminos lejos de la voluntad de Dios, los consejos de su madre quedaron impregnados en las Escrituras y podemos entender cómo esta mujer, sin la cobertura genuina de un esposo, fue capacitada para entregar nobles exhortaciones a su amado hijo: ¿Qué, hijo mío? ¿Qué, hijo de mis entrañas? ¿Qué, hijo de mis votos? No des tu vigor a las mujeres, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. No es para los reyes, oh Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los gobernantes desear bebida fuerte; no sea que beban y olviden lo que se ha decretado, y perviertan los derechos de todos los afligidos. Dad bebida fuerte al que está pereciendo, y vino a los amargados de alma. Que beba y se olvide de su pobreza, y no recuerde más su aflicción. Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desdichados. Abre tu
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boca, juzga con justicia, y defiende los d erechos del afligido y del necesitado. Proverbios 31.2–9 Terminaremos este capítulo citando la predicación ‘Madres solteras que forman líderes’. Este sermón es una de las ponencias más notables de Serafín Contreras Galeano, d octor en Estudios Bíblicos y fue escrito para el Ministerio ‘Renuevo de Plenitud’, en junio del 2008: Howard Gardner, en su libro Dirigiendo mentes12, declara que, a menudo, muchos de los líderes que han tenido gran repercusión perdieron a sus padres a temprana edad y quedaron solos con sus madres o madrastras. De acuerdo a un estudio, más del 60 % de los líderes políticos británicos perdieron a uno de sus progenitores en su niñez, y la mayoría de ellos perdieron a su padre y fueron sostenidos por sus madres. Abraham Lincoln, por ejemplo, tuvo una relación excepcional con su madrastra, pero se sintió muy lejos de su padre. Incluso, rehusó asistir al funeral de este. Recibió de su madrastra el ánimo, el apoyo y la seguridad que necesitaba. Franklin Delano Roosevelt mantuvo una relación muy firme y vital con su madre. Fue ella quien sembró en él las semillas del liderazgo. Sigmund Freud, psiquiatra y precursor del psicoanálisis, recibió atención, cuidado y dirección de su madre, aunque no experimentó lo mismo de parte de su padre. Él escribió en su libro Interpretación de los sueños: Yo he encontrado que las personas que se sintieron preferidas o favorecidas por sus madres, dieron evidencia en sus vidas 12. Gardner, 1998.
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de una autorrealización y un optimismo inconmovible, que se expresa en atributos heroicos y profundo éxito en sus vidas. Muchas veces creemos que las crisis o las circunstancias adversas nos detienen en el desarrollo de la vida. ¿ Cuántas mujeres se han detenido en su camino, creyendo que al quedar solas con sus hijos, ya no pueden levantar una generación victoriosa? Muchos líderes, hombres y mujeres, que han impactado la vidas de miles y cambiado el destino de naciones enteras, experimentaron pérdidas humanas significativas en sus vidas. Clara Schumann, una de las más grandes pianistas del siglo XIX, sufrió la separación de sus padres, la muerte prematura de varios de sus hijos y la posterior muerte de su esposo. Marie Curie, pionera en el campo de la radiactividad, vivió sus primeros años marcada por la muerte; primero de su hermana Zofia (quien falleció de tifus) y, dos años más tarde, la de su madre (quien falleció de tuberculosis). Sin embargo, llegó a ser Premio Nobel de Física (1903) y Premio Nobel de Química (1910). Golda Meir, primera ministra de Israel, fue la séptima entre ocho hijos; de condición muy humilde sufrió penurias y sufrimiento (cinco de sus hermanos mayores murieron de pequeños a causa de la pobreza y las enfermedades). Rigoberta Menchú Tum perdió a sus padres y a sus dos hermanos en la lucha por los indígenas maya quiche (Guatemala), sin embargo, eso no la detuvo en su lucha y en 1992 recibió el Premio Nobel de la Paz. Mahatma Gandhi perdió a su padre en plena adolescencia. A la edad de 9 años, Abraham Lincoln perdió a su madre natural y a los 19 su hermanita murió dando a luz un bebé. El presidente Teodoro Roosevelt perdió a su padre a los 19 y seis años más tarde, su madre y su esposa murieron
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en el mismo día. Jefferson perdió a su padre a los 14 años. El padre del marqués de Lafayette fue asesinado cuando este tenía 2 años. George Washington perdió a su padre a los 11 años. Muchos se han preguntado: ¿cómo es que en medio de estas pérdidas estos hombres y mujeres se levantaron como líderes? Sin duda, hay muchas razones, pero creo que las siguientes fueron determinantes. Las presento acá para decirles a las mujeres y madres solteras que la esperanza no se ha perdido: ■ Muchos de estos personajes que perdieron sus padres a temprana edad entendieron, por experiencia propia, que la vida es corta y que no había mucho tiempo que perder. Con la ayuda de sus madres, se vieron a sí mismos como personas que podían hacer una diferencia en la Tierra, al entender la brevedad de la vida. ■ Muchos de estos líderes recobraron, en medio de las crisis, una energía que sobrepasó a la persona promedio. Creo que esa energía la aprendieron, la vieron y les fue traspasada por sus madres, quienes no se amilanaron frente a las situaciones adversas de la vida. ■ Muchos de los líderes que han hecho impacto en la vida crecieron en hogares que tuvieron una fuerte ética del trabajo, donde aprendieron de sus madres altos valores morales. ■ Muchos de estos líderes vieron en sus madres el temor y respeto a Dios y su confianza en el Todopoderoso. A menudo, las encontraron
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de rodillas hablando con el Señor y expresándole sus dolores, sin contaminar el corazón de sus hijos por sus desventuras. ■ La mayoría de esos líderes aprendieron, a través de sus madres, el valor de la lectura de buenos libros. No tuvieron un padre que les enseñara, pero tuvieron muchos padres a través de libros que los formaron. La casa de Teodoro Roosevelt fue un lugar de continuo aprendizaje, a través de los libros. Rara vez Abraham Lincoln fue encontrado sin un libro en la mano. Harry Truman dijo que su casa nunca fue aburrida, porque era una casa llena de libros. Clara Schumann nació entre pianos y partituras de su madre. Marie Curie siempre tuvo a mano un libro, de Física o de Matemáticas que heredó de su padre y de su abuelo. Las madres solteras con visión de futuro no distraen a sus hijos e hijas entregándolos por horas a la televisión sino que cultivan en ellos el valor de la lectura. No dejan a sus hijos sin sembrarles valores, porque ellas quieren cosechar buenos frutos. No dejan a sus hijos correr solos en el vecindario, porque ellas saben que el tiempo es corto. Se invierten a sí mismas en esos pequeños para que ellos, algún día, transformen comunidades, familias, iglesias, sociedades y naciones. Levanta tu mirada, madre soltera, y entiende que no estás sola. Dios está a tu lado y Él te sostendrá con la diestra de su justicia’.13
13. Contreras, (s.f).