Índice
• INTRODUCCIÓN ..............................................................................
• UNIDAD DIDÁCTICA 1. Caja y terminal punto de venta .................
1.1. Caja y equipos utilizados en el cobro y pago de operaciones de venta
1.1.1. Funcionamiento .............................................................................
1.1.2. Características .................................................................................
1.2. Sistemas tradicionales
1.2.1. Caja registradora .............................................................................
1.2.2. Datáfono .........................................................................................
1.3. Elementos y características del TPV .........................................................
1.4. Apertura y cierre del TPV
1.5. Escáner y lectura de la información del producto ..................................
1.6. Otras funciones auxiliares del TPV ...........................................................
1.7. Lenguajes comerciales: codificación de la mercancía, transmisión electrónica de datos (sistema EDI u otros) ..............................................
1.8. Descuentos, promociones, vales en el TPV
1.9. Utilización del TPV (terminal punto de venta) ....................................... RESUMEN ........................................................................................
AUTOEVALUACIÓN .......................................................................
MF1021_3 Participación ciudadana
• UNIDAD DIDÁCTICA 2. Procedimientos de cobro y pago de las operaciones de venta ............................................................................
datos del autor
2.1. Caracterización de los sistemas y medios de cobro y pago ...................
2.1.1. Efectivo ...........................................................................................
Silvia Gálvez Vilches es diplomada en Educación Social, con un máster en Exclusión, Integración y Ciudadanía, y varias formaciones de postgrado relacionadas con la Gestión de ONGs, empresas de inserción y Economía Social.
2.1.2. Transferencia y domiciliación bancaria
2.1.3. Tarjeta de crédito y débito ............................................................
2.1.4. Pago contra reembolso..................................................................
2.1.5. Pago mediante teléfonos móviles, u otros .................................
2.1.6. Medios de pago online y seguridad del comercio electrónico
Su experiencia profesional como educadora social durante veinte años ha estado siempre vinculada a la inserción sociolaboral de personas en situación de dificultad social, personal y laboral, basándose fundamentalmente en el empoderamiento de las mismas para generar autonomía y descubrir sus fortalezas, pasando de la dinamización y conocimiento de su potencial personal a la dinamización de la comunidad a la que pertenecen.
2.2. Los justificantes de pago .............................................................................
2.2.1. El recibo: elementos y características ..........................................
2.2.2. Justificante de trasferencias ..........................................................
2.3. Diferencias entre factura y recibo
2.3.1. Obligaciones para el comerciante y establecimiento comercial
2.4. Devoluciones y vales ...................................................................................
Ha trabajado tanto en la Administración Pública como en la empresa privada y el Tercer Sector, poniendo en marcha proyectos innovadores de atención a personas donde ellas son el centro de la intervención profesional (programas de atención a menores tutelados, personas en situación de vulnerabilidad o exclusión social, educación y formación de personas adultas). Un elemento clave de estas experiencias en los territorios donde se han llevado a cabo es el haberlas realizado siempre con el apoyo del tejido asociativo (creación de sinergias, colaboraciones conjuntas) y empresarial (mediante sus planes de responsabilidad social y la colaboración para la selección de perfiles profesionales).
2.4.1. Normativa
2.4.2. Procedimientos internos de gestión ............................................
2.5. Registro de las operaciones de cobro y pago ...........................................
Compagina su trayectoria profesional con la docencia de certificados de profesionalidad o módulos de los mismos tales como: C.P. de Dinamización Comunitaria; C.P. Docencia de la Formación Profesional para el Empleo; Módulos de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres, sensibilización medioambiental e inserción laboral.
2.6. Arqueo de caja ..............................................................................................
2.6.1. Concepto y finalidad
2.7. Recomendaciones de seguridad e higiene postural en el TPV ..............
RESUMEN ........................................................................................
Ficha
Participación ciudadana
1ª Edición
Certia Editorial, Pontevedra, 2017
Autor: Silvia Gálvez Vilches
Formato: 170 x 240 mm • 165 páginas.
ParticiPación ciudadana. ServicioS SocioculturaleS y a la comunidad
n o está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Derechos reservados 2017, respecto a la primera edición en español, por Certia Editorial.
ISBN: 978-84-16481-71-2
Editor: Cenepo Consult, SLU
Depósito legal: PO 105-2017
Impreso en España - Printed in Spain
Certia Editorial ha incorporado en la elaboración de este material didáctico citas y referencias de obras divulgadas y ha cumplido todos los requisitos establecidos por la Ley de Propiedad Intelectual. Por los posibles errores y omisiones, se excusa previamente y está dispuesta a introducir las correcciones pertinentes en próximas ediciones y reimpresiones.
Fuente fotografia portada: MorgueFile, autoriza a copiar, distribuir, comunicar publicamente la obra y adaptar el trabajo.
Familia profesional: SERVICIOS SOCIOCULTURALES Y A LA COMUNIDAD
Área profesional: Actividades culturales y recreativas
DINAMIZACIÓN COMUNITARIA (RD 721/2011, de 20 de mayo, modificado por el RD 625/2013, de 2 de agosto)
FICHA DE CERTIFICADO DE PROFESIONALIDAD (SSCB0109)
introducción
En este manual se tratará de dar a conocer los principales enfoques que sobre participación comunitaria existen, basándose en que los procesos participativos generan capacidades importantes en las personas, en su interacción con las demás y con el medio. Estas capacidades están ligadas a:
• El aprendizaje.
• El ejercicio del liderazgo.
• La mejora de las habilidades de comunicación interpersonal.
• La puesta en práctica de los valores democráticos.
La participación ciudadana está vinculada a la dinamización comunitaria. Es imposible hablar de participación sin comunidad, sin que exista un sentimiento de pertenencia e intereses comunes que facilitan el trabajo conjunto y la generación de consensos para saber qué y cómo se puede alcanzar una determinada meta.
La intervención comunitaria se caracteriza por:
• Acciones dirigidas por la voluntad de los protagonistas.
• Procesos que se producen de abajo hacia arriba.
• Utilización de metodologías participativas.
• Rechazo del asistencialismo y de los proyectos impuestos sin la participación de la comunidad.
• Intención de cambio social mediante aprendizajes cooperativos.
• Potenciación de los recursos internos y externos.
• Intervención en las causas y los efectos.
Facilitar y fomentar procesos participativos es la principal función de las personas que desarrollan su labor pofesional en el ámbito de la dinamización comunitaria. Pero, como se explica más adelante en este manual, para participar hay que querer, saber y poder. La participación tiene que ser un derecho de todas las personas, y el profesional de la dinamización comunitaria debe evitar que se produzca el «efecto Mateo»: aquellas personas que más necesitan mejorar su situación, su calidad de vida, asociarse, tener objetivos y metas comunes con otras, trazar estrategias aternativas para la búsqueda de soluciones a sus problemas, son las que más quedan relegadas de estos procesos por la dificultades que pueden presentar de carácter social, económico, de salud, formativas, culturales, etc.
Los procesos de dinamización comunitaria deben perseguir que todas las personas puedan participar en igualdad de condiciones. De ahí la importancia de saber:
• Qué se entiende por participación.
• Cómo se promueve la participación.
• Para qué se fomenta la participación.
• Qué motiva a las personas a participar.
• Cuáles son los referentes teóricos y las prácticas adecuadas según las características de las personas a las que nos dirigimos y la finalidad del proyecto.
La participación ciudadana tiene como una de sus principales dificultades la propia definición de lo que se entiende por la misma. Las definiciones que se presentan a continuación están extraídas del trabajo realizado por Guillén, Sáenz, Badii y Castilo (2009):
• Merino (1996): «la participación ciudadana significa intervenir en los centros de gobierno de una colectividad, participar en sus decisiones en la vida colectiva, de la administración de sus recursos, del modo sobre como se distribuyen sus costos y beneficios. Así, los ciudadanos, poco a poco, tomarán parte de las decisiones que tomen sus gobernantes. El propósito es lograr que la población influya sobre las políticas y decisiones públicas,
para ello se hace necesario institucionalizar mecanismos y procesos a través de una normatividad legal».
• Cunill (1991) advierte de los peligros de favorecer la participación ciudadana: «la participación ciudadana puede ser condicionada y hasta neutralizada bajo una aparente práctica democrática, y constituirse en una plataforma de fácil uso para construir artificialmente consensos y legitimar desigualdades».
• Bolos define participación (2002): «Participación y democracia»: «El concepto de participación ciudadana en sí mismo, por su imprecisión, ha corrido igual suerte que el de movimientos sociales, sociedad civil, tercer sector, organizaciones no gubernamentales: pretende abarcar todo un universo de asociaciones o agrupaciones del ámbito social que actúan sobre lo social, es decir, independientemente de que tenga o no como objetivo incidir en el espacio público estatal. En el caso de participación es empleado «para aludir a las organizaciones cooperativas, a las asociaciones civiles, a las comunidades de autoayuda, a la organización sindical, a la gestión de las empresas, a los movimientos sociales, a las movilizaciones coyunturales de la población, a la emisión del voto, a la asistencia comunitaria, a la exhortación sistemática en los medios masivos y a las revoluciones sociales entre otras formas de participación que emergen de los sectores de la sociedad, cualesquiera que éstos sean».
En definitiva, la participación ciudadana, está relacionada con procesos sociales que contribuyen al desarrollo humano.
Procesos de ParticiPación social y ciudadana
• Contenido
1.1. Evolución de los procesos de participación social y ciudadana
1.2. Dinámica de la participación social y ciudadana
1.3. Procedimientos de participación ciudadana en la Administración pública
• resuMen
• Actividades
• Evaluación
Laparticipación social y ciudadana no significa lo mismo para todas las personas, por lo que para algunas puede ser un referente positivo, y para otras algo sin valor. De las experiencias vitales que hayan tenido en sus actuaciones participativas va a depender una consideración u otra.
El inicio de la participación se origina en la mayoría de las personas con el sentimiento personal y/o colectivo de que se está produciendo una privación o injusticia que normalmente les afecta directa o indirectamente, pero también puede surgir por la necesidad de implicación en la comunidad y el deseo de mejorar la calidad de vida del territorio al que se pertenece.
Los procesos de participación pueden ser también más o menos asistencialistas o radicales, entendiendo como tales:
• Asistencialista: sus actuaciones se dirigen a intervenir en los problemas o necesidades.
• Radical: sus actuaciones se dirigen a la raíz de los problemas o necesidades.
Para desarrollar proyectos participativos de dinamización comunitaria, tenemos que tener en cuenta que:
• No todas las personas perciben como «problemática» la misma situación.
• Es necesario que la población implicada sienta que la realización de algún tipo de actuación puede solucionar el problema, y/o que las propuestas que se formulan sean las pertinentes para alcanzar el fin que se persigue.
• La participación tiene un coste. Existen diferentes grados de participación que pueden ir desde asistir a una reunión, a formar parte de los órganos directivos de una asociación, organización, etc. Los costes más frecuentes son los relacionados con el tiempo personal, laboral y familiar.
Un proceso de participación ciudadana debe tener en cuenta las necesidades reales de una población para que sea posible la implicación de la misma.
1.1. Evolución de los procesos de participación social y ciudadana
La participación ciudadana está íntimamente relacionada con la democracia y con la legitimización de la misma. Las sociedades han ido evolucionando a lo largo del tiempo, y las personas que la conforman no siempre han tenido la condición de ciudadanos. Es esa condición de ciudadanía la que permite a los individuos participar libre y responsablemente.
Pero, ¿qué es la ciudadanía? ¿Cuándo somos ciudadanos? La ciudadanía se produce a tres niveles:
• Política: hace referencia a los recursos de participación democrática que competen a la elección y a los mecanismos de representación en la legitimización de la autoridad y el poder político. Las personas adquieren su estatus político ciudadano como electoras y elegidas.
• Civil: está integrado por las capacidades para el ejercicio de las libertades individuales fundamentales relativas a la vida y al desarrollo integral de las personas, de expresión y pensamiento, y las más tangibles, de propiedad, contractuales y de sometimiento a los tribunales de justicia.
• Social: garantiza las aspiraciones a una vida digna y al bienestar social de las personas, con acceso al trabajo remunerado y a la previsión social en situaciones de riesgo. Este nivel corresponde a la consecución de unos estándares básicos legitimados por el conjunto de la ciudadanía.
El sociólogo J. Félix Tezanos (2010) habla de un nuevo concepto de ciudadanía: la ciudadanía económica, que surge de la necesidad de avanzar en democracia hacia una nueva fase de desarrollo que permita:
• Superar los riesgos de exclusión.
• La redistribución de la riqueza.
• Revisar el concepto de bienestar, vinculado casi exclusivamente en la actualidad al consumo y al poder adquisitivo, considerando que si se sigue al mismo ritmo de producción y consumo, sería inviable a no muy largo plazo la vida en nuestro planeta por la destrucción del medio.
Los nuevos modelos de integración en el ámbito de los servicios sociales apuestan por metodologías basadas en la dinamización comunitaria: fomento de la participación social mediante el asociacionismo o servicios de mediación social y comunitaria, que contribuyen a que las personas implicadas en un determinado problema sean las protagonistas de su solución.
La participación social y ciudadana evoluciona cada vez más hacia el empoderamiento comunitario como forma de solucionar problemas sociales e individuales, promoviendo en las personas la capacidad para tomar decisiones, impulsar estrategias de actuación, y utilizar las herramientas adecuadas para el ejercicio de sus derechos (humanos, económicos, sociales y culturales).
1.1.1. La participación como necesidad
Una necesidad se puede definir como un sentimiento ligado a la viviencia de una carencia, que orienta el esfuerzo a suprimir su falta, satisfacerla o corregir esta situación.
La participación se convierte en una necesidad para:
• Dar presencia social y visibilización a determinadas situaciones que pueden ser consideradas un problema social. Al ser la visibilización la única manera de convertir necesidades individuales que afectan a un número considerable de personas en realidades sociales que se pueden considerar problemáticas, el único modo de legitimarlas es a través de la
puesta en práctica de metodologías participativas en las que se consiga la implicación de la población que necesita una respuesta institucional y social.
• Ejercer los derechos y obligaciones que tiene la ciudadanía.
• Superar intervenciones sociales con la comunidad unidireccionales, sin tener en cuenta las aportaciones, visiones o necesidades reales de las personas o colectivos a las que se dirigen.
Joaquín Santos Martí (2012) define así la participación como necesidad:
La necesidad de construir la propia sociedad en la que habitamos. Ser un miembro social activo en lo económico, en lo social y en lo polítio. Esta necesidad tiene una parte de deber social, de ejercicio de una responsabilidad que va más allá de la propia vida individual […] la articulación de los servicios que favorezcan la animación comunitaria es capital para nuestra propia existencia como ciudadanos: la animación a la participación social, la organización de la comunidad, son ejes fundamentales del Estado social, pero sobre todo son ejes fundamentales del Estado Democrático que tenemos la obligación de ayudar a construir […]. Y el concepto mismo de ciudadano está inherentemente asociado a la idea de responsabilidad social. Un ciudadano es no sólo un sujeto de derechos, sino que debe ser un sujeto activo en la construcción de un espacio común de convivencia con sus conciudadanos.
Utilizando una de las más clásicas clasificaciones de las necesidades humanas, la que realiza Maslow en su pirámide de necesidades, se puede concluir que estas no se reducen solo a las básicas, sino también a las más complejas, en las que tendría cabida la necesidad de participación social para cubrir aspectos relacionados con los que se exponen en dicha pirámide:
1.1.2. La participación como derecho
No se puede hablar de dinamización comunitaria sin participación, ya que las actuaciones que se llevan a cabo desde este tipo de intervención lo que pretenden es la implicación de todos los agentes comunitarios en un ejercicio de ciudadanía.
La participación, aunque lentamente, ha sido promulgada como un derecho por diferentes leyes y regulaciones.
A nivel del Estado, en España es la Constitución Española la que formula lo siguiente:
Cada autonomía en España tiene en la acutalidad sus propias leyes de participación ciudadana, con diferentes contenidos cada una de ellas.
En Galicia, por ejemplo, en agosto de 2015 se aprobó la Ley 7/2015, de 7 de agosto, de Iniciativa Legislativa Popular y Participación Cudadana en el Parlamento de Galicia, reconocida en el Estatuto de Autonomía de Galicia, en la que además se introducen varios mecanismos de participación ciudadana en los procedimientos legislativos autonómicos tales como:
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1.2. Dinámica de la participación social y ciudadana
La participación social y ciudadana puede tener diferentes enfoques según el proceso participativo que se lleve a cabo y si este pretende incidir o no en las políticas públicas.
Se puede realizar una diferencia entre participación social y participación ciudadana:
• La participación social toma muchas formas y suponer la participación en asociaciones de diferentes tipos.
• La participación ciudadana pretende intervenir en la esfera de lo público e integrar en ella las demandas ciudadanas.
Desde la perspectiva de la dinamización comunitaria, ambos tipos de participación tienen que estar integradas y dirigidas a promover cambios.
La participación ciudadana ha aumentado considerablemente los últimos años debido, entre otros factores, a los siguientes:
• Factores estructurales:
o Aumento del tiempo libre.
o Percepción del incremento de las necesidades sociales
o Crisis de valores.
o Desencanto con los partidos políticos y sindicatos.
o Aumento de la confianza en las ONG.
• Factores coyunturales:
o Conocimiento de situaciones extremas por parte de la población (desahucios, pobreza infantil, crisis de refugiados, etc.).
Son las diferentes necesidades sociales las que van conformando diferentes formas y dinámicas de participación.
1.2.1. Niveles de participación y requisitos
Las siguientes escalas son una guía para medir el tipo y nivel de participación ciudadana en una comunidad:
• La escalera de la participación de Arnistein sostienen que la participación ciudadana, si no está manipulada, es poder ciudadano, y ese es el motivo por el que se produce discordia política sobre esa cuestión. Su escalera consta de ocho peldaños divididos en tres áreas: la no participación, la participación simbólica y el poder ciudadano.
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8 Control ciudadano PODER
7 Poder delegado
6 Co-participación
5 Apaciguamento
4 Consulta
PARTICIPACIÓN SIMBÓLICA
La ciudadanía participa en la toma de decisiones mediante mecanismos de negociación y acuerdo (6) o mediente la autentica delegación o subsidiariadad del poder (7 y 8) . Los ciudadanos que participan en esta área están dispuestos a ejercer el control, y cuentan con la capacidad de llevar a cabo programas y de encargarse de ellos en su totalidad.
3 Información
Estos mecanismos ascienden a niveles de participación en los que se le permite a la ciudadanía escuchar y tener voz e incluso ser escuchcada. Sin embargo, bajo esas condiciones, carece de poder para asegurarse de que sus ideas se tomen en cuenta. Alguno de los ejemplos de las políticas realizadas en esta sección de la escala, son los comités vecinales, los foros consultivos o las audiencias públicas. En esta sección se encuadran todo tipo de mecanismos de participación intereactiva.
2 Terapia NO PARTICIPACIÓN
1 Manipulación
Son mecanismos ideados para sustituir la genuina participación, cuyo objetivo real es no permitir que las personas participen en el diseño y gestión de los programas, sino conseguir que desde una estructura de poder se «eduque» a los participantes. En estos peldaños existe poco espacio para que las personas participantes puedan influir en alguna decisión; son utilizadas simplemente como público.
• La versión de la escalera de Arnstein de Hambleton y Hogget (1994) pretende tener en cuenta nuevas formas de participación ciudadana que se implantan desde el ámbito local. Esta escalera consta de doce peldaños y está dividida en tres áreas: la participación nula, la participación ciudadana y el control ciudadano.
12 Control independiente
CONTROL CIUDADANO
11 Control basado en la confianza
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Se trata de la participación de la sociedad civil en sus diversas formas: asociaciones, ONG, movimientos de protesta, etc. La participación en esta área es autónoma y logra tener un control y poder de decisión en su máxima expresión. No debemos olvidar que en la participación ciudadana no existe un control total ni decisiones unilaterales, ya que estas buscarán una deliberación y negociación con la autoridad competente.
10 Control delegado
9 Co-participación
8 Descentralización limitada
7 Consejos de Accesoría efectiva
6 Consulta genuína
5 Información de alta calidad
4 Ciudado ciudadanía
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Que la autoridad proporcione información de alta calidad hace posible la participación, y da una pauta a la discusión y negociación sobre la actuación gubernamental. En esta área se logra una participación ciudadana verdadera.
3 Información pobre
2 Consulta cínica
NO PARTICIPACIÓN CIUDADANA
1 Decepción ciudadana
Son procesos de información unidireccional. Las autoridades, en estas cuatro etapas, bombardean al ciudadano con campañas publicitarias que distraigan y al mismo tiempo desalienten a la ciudadanía de participar. En esta área la autoridad pretende legitimar su actuación con el establecimiento de mecanismos de seudoparticipación.
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• El continuum de la participación, diseñado por Brager y Specht (1973), es un continuum bidireccional que explica el papel que juegan el Estado y la sociedad civil en cuanto a participación, aumentando su nivel según la involucración de ambos en etapas. Va desde la nula participación o ausencia de la misma, hasta una elevada participación que busca el control de las decisiones que serán tomadas para la solución de problemas en una comunidad.
Reinterpretación del planteamiento de Brager y Specht (1973)1
1 Original consultado en la siguiente fuente: A. GUILLÉN, K. SÁENZ, M. H. BADII y J. CASTILLO (2009), «Origen, espacio y niveles de participación ciudadana», en Daena: International Journal of Good Conscience, nº 4 (1), pp. 179-193.
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En cuanto a los requisitos para la participación, si se quieren poner en práctica proyectos participativos de dinamización comunitaria hay que tener en cuenta que participar requiere de tres condiciones que deben producirse simultáneamente:
• Querer participar - motivación: para que se produzca la primera premisa de la participación, «querer», es indispensable que exista una motivación para implicarse en una tarea común. Esta motivación puede venir por diferentes vías, aunque la fundamental es la que proviene de la automotivación, del convencimiento de que colaborar e implicarse puede ser importante para alcanzar un fin.
• Poder participar - cauces: una vez que se quiere, es necesario que exista una estructura que facilite la participación. Dar a conocer los cauces para formar parte de la toma de decisiones sobre las cuestiones por las que se está motivado es fundamental, y es una labor que tiene que hacer tanto el tejido asociativo como la propia administración pública.
• Saber participar - conocimientos y habilidades: el sistema educativo no promueve una educación participativa, por lo que participar requiere de un aprendizaje de aspectos tales como trabajo en grupo o en equipo, habilidades de comunicación, negociación para la toma de decisiones, conocimiento de las nuevas tecnologías, etc., todo ello para que las personas puedan expresar en las mejores condiciones posibles sus opiniones y aportaciones.
Teniendo en cuenta que estos requisitos son imprescindibles para que se produzca la participación, desde la perspectiva de la dinamización comunitaria se pueden analizar estas condiciones a dos niveles:
• Individual: tratando de conocer qué es lo que motiva a las personas a formar parte de las movilizaciones y organizaciones de iniciativa social y ciudadana («querer»), qué factores condicionan o facilitan su acceso a las estructuras participativas («poder»), y qué conocimientos y habilidades
necesitan adquirir para que la participación sea lo más útil posible («saber»).
• Institucional: este nivel de análisis se centra en los factores que aumentan la disposición de las iniciativas públicas y sociales a colaborar en el desarrollo de la política social («querer»), el estudio de las estructuras para la participación y los procesos que se dan en ellas («poder»), y la definición de las habilidades y herramientas tecnológicas de las que deben disponer las personas con responsabilidades políticas, el personal técnico y los miembros de las organizaciones para optimizar su actividad participativa («saber»).
1.2.2. Actitudes y motivación
La actitud es una forma de actuar y de estar que marca el carácter de una persona, haciendo que sienta y reaccione de una determinada manera mediante el desarrollo de comportamientos que la llevan a conseguir un propósito. Puede ser:
• Una actitud positiva: permite afrontar una situación haciendo que la persona ponga el foco de atención de su situación en los aspectos beneficiosos, lo que ayuda a enfrentar la realidad de forma más positiva y efectiva.
• Una actitud negativa: hace que la persona no vea ningún beneficio en la situación por la que atraviesa, lo que conlleva a sentimientos de frustración que van a dificultar que alcance los objetivos que pretende.
• Una actitud crítica: lleva a la persona a realizar un análisis de la situación, intentando que el resultado de este sea lo más válido posible, para descubrir errores y qué es lo verdadero y qué lo falso.
• Una actitud filosófica: es aquella que no acepta verdades absolutas, utiliza el pensamiento crítico y entiende que el sentido común a veces puede llevar a engaños.
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La motivación es un proceso que activa, mantiene y dirige la conducta para conseguir una serie de objetivos que satisfacen una necesidad importante de una persona o colectivo. En la motivación influyen tres componentes:
• La expectativa, que está relacionada con la autoestima y con la idea de éxito o fracaso que se pueda tener de cara a aportar en los procesos participativos.
• El valor que tiene para las personas la participación, lo que se pretende conseguir con ella. Si participar se va a convertir en una motivación para aprender junto a otras personas, en un reto, en una superación personal, o si nuestra motivación se reduce a conseguir solo recompensas y juicios positivos sobre la labor que realicemos, lo cual va a impedir también que se afronten nuevos retos.
• Las emociones , que ayudan a regular la motivación, ajustándola adecuadamente.
Existen también dos clasificaciones de la motivación relacionados con los procesos participativos:
• Motivación extrínseca/motivación intrínseca:
o Extrínseca: es una conducta que se desarrolla solo para alcanzar un fin, una motivación meramente instrumental. Va a depender siempre del valor que le den los demás a nuestra conducta, de que la puedan percibir o no como positiva. Está relacionada con el valor que se le da a la participación.
o Intrínseca: es una conducta que se basta por sí misma, sin depender de la valoración externa. Esta motivación busca mejorar las competencias personales, profesionales y afectivas.
• Motivación positiva/motivación negativa:
o Positiva: las personas manifiestan una determinada conducta para obtener una recompensa que puede ser interna o externa. Si el resultado es positivo, esa conducta se refuerza.
o Negativa: se mantiene una determinada conducta motivada por la evitación de consecuencias negativas tanto internas como externas.
La actitud y la motivación son dos aspectos fundamentales para poder hablar de participación, y lo son en dos sentidos:
• Por parte del profesional de la dinamización comunitaria, que debe sentirse implicado en el proyecto que se va a realizar, ya que de su actitud y motivación van a depender en gran parte las de las personas con las que tiene que llevar a cabo un proyecto.
• Por parte de las personas a las que dirigen su actuación, ya que los procesos participativos de dinamización comunitaria tienen un recorrido largo, y los resultados no se consiguen siempre a corto plazo, lo que hace que la actitud y la motivación sean imprescindibles.
Promover la participación activa es un proceso complejo que supone tener en cuenta muchos aspectos como qué se entiende por participar, qué niveles de implicación se pueden conseguir con la población a la que nos dirigimos, cuáles son las estrategias individuales y colectivas más adecuadas para conseguir cambios de actitudes y la imprescindible motivación para alcanzar las metas que se pretenden lograr.
1.2.3. Estrategias de participación
Una estrategia de participación es aquella mediante la cual una persona o colectivo se capacita para la gestión, organización y toma de decisiones en procesos de carácter grupal y ciudadano. Se trata, por lo tanto, de un proceso de empoderamiento al que se llega mediante estrategias de carácter individual, grupal o comunitario.
El Diccionario de acción humanitaria y cooperación al desarrollo 2 define el empoderamiento como el «proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsa cambios positivos de las situaciones que viven». El empoderamiento reduce así la vulnerabilidad e incrementa las capacidades y competencias de las personas.
Friedman (1992) señala que el empoderamiento está relacionado con el acceso y control de tres tipos de poderes:
Por tanto, cuando se diseña un proyecto participativo de dinamización comunitaria hay que hacerlo a tres niveles:
• A nivel individual:
Es necesario que exista:
o Una identificación cultural.
o Una educación para la ciudadanía.
o Un tiempo de dedicación.
o Un motivo para participar.
2 C. MURGUIALDAY, K. PÉREZ DE ARMIÑO y M. EIZAGIRRE (2005), «Empoderamiento», en Diccionario de acción humanitaria y cooperación al desarrollo [Internet]. Disponible en: http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/86 [Fecha de acceso: 01/11/16].
o Un desarrollo de habilidades personales, sociales y para la resolución de problemas.
o Un favorecimiento de la autoestima y el autocontrol.
o Un cambio de actitudes.
o La asunción de una responsabilidad colectiva.
Muchas de las actuaciones de carácter participativo se inician desde una intervención individual donde se presta apoyo formal a personas que necesitan cubrir sus necesidades de información, orientación, económicas, educativas, etc. Su finalidad es mejorar las competencias (habilidades, conocimientos y actitudes) para optimizar la recepción y la prestación de apoyo social.
Los sistemas de apoyo informales son aquellos mediante los cuales las personas cubren sus necesidades utilizando sus redes sociales o sistemas de apoyo naturales, ya que:
o Estos son más accesibles y disponibles en el contexto cotidiano de la persona.
o Suelen coincidir con los valores dominantes en la comunidad, así como con las normas sobre las formas y los momentos adecuados para prestar ayuda.
o La ayuda es de diversos tipos: emocional, material, relacional, etc.
o La ayuda es estable y duradera, y suele ser recíproca.
o No implican costes económicos y psicológicos como los sistemas de apoyo formales.
Pero la eficacia de este apoyo informal que se recibe a través de la red social que tenga una persona va a depender también de diversos factores:
o Tamaño: el número de personas que conforman esa red.
o Composición: la diversidad de la red (amistades, familiares, compañeros de trabajo, etc.).
o Densidad: el número de vínculos existentes entre los miembros de la red. Si estas es densa puede ser un importante potencial de apoyo social. En cambio, si presenta una función controladora puede impedir cambios y el desarrollo de las personas.
o Reciprocidad: no todos los vínculos de la red proporcionan relaciones recíprocas. Esta reciprocidad es más común en vínculos basados en la afectividad.
o Frecuencia: la periodicidad en la que se producen los contactos.
o Multiplicidad: hace referencia a los vínculos de la red que cumplen más de una función.
o Dispersión: se trata de la dificultad o facilidad para contactar con las personas que integran la red, y de contar con los tiempos y espacios necesarios, que son diferentes según el tipo de apoyo que esperamos recibir.
Los apoyos formales se pueden materializar en:
o Apoyo individual: para lo que es necesario conocer a la persona a la que nos dirigimos.
o Intervenciones en la red natural:
- Cuando los recursos sociales son suficientes se trata de reforzar el sistema natural, optimizando el repertorio de conductas de apoyo entre las personas que conforman la red o alterando las relaciones que la persona mantiene con ellas.
- Si la red de apoyo de la persona es insuficiente, se intentan crear nuevos vínculos sociales:
• Conectándola con el voluntariado: relacionando a la persona con alguna ONG o persona voluntaria que le preste ayuda.
• Impulsando redes de ayuda mutua: consisten en relacionar a las personas con una determinada problemática o interés común con el objetivo de crear grupo, compartir recursos y reducir el aislamiento social.
• Buscando fuentes de apoyo en la comunidad: para esto es necesario identificar a las personas clave que pueden desenvolver ese papel e iniciar estrategias locales de ayuda.
• Fortaleciendo la comunidad: mediante la creación de grupos que resuelvan las necesidades de la misma mediante un trabajo de mejora de los servicios, de creación de otros nuevos y de identificación y potenciación de los recursos que ya existen.
• A nivel grupal:
La persona responsable de dinamizar los grupos de trabajo para el desarrollo de proyectos tiene que:
o Proponer la participación de forma que resulte atractiva para las personas, responda a sus necesidades y sientan que se pueden conseguir metas.
o Dar el protagonismo a las personas a las que se dirige, ayudando a implantar metodologías en función de las características del grupo y enseñando estrategias participativas. Las participantes tendrán que formar parte del proceso de planificación, ejecución y evaluación de las actuaciones que se lleven a cabo, y serán ellas las que decidan cuáles y cómo se realizarán.
o Hacer que el grupo se convierta en una fuente de desarrollo personal.
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o Reforzar los logros que se van alcanzando, dado que los procesos participativos tienen un largo recorrido.
o Mediar, ayudar y apoyar en los posibles conflictos que puedan surgir.
o Garantizar la confidencialidad, sobre todo si se está interviniendo en problemáticas de carácter personal.
• A nivel comunitario:
El objetivo es la comunidad en su conjunto, con la finalidad de incrementar sus propios recursos y mejorar la utilización de los ya existentes, dar solución a sus problemas y fomentar su empoderamiento. Para ello es necesario lo siguiente:
o Que las organizaciones sociales, políticas, etc. creen un entorno favorecedor, implementando un conjunto de medidas que favorezcan esa participación y se impliquen también en ella (cesión de espacios, recogida de diversas opiniones sobre temas de interés general, respuesta a las necesidades expresadas, etc.).
o Que se reconozca la necesidad de que existan contactos con diferentes organizaciones y que se creen sinergias, diálogo y la posibilidad de influir en las estructuras de poder.
La dinamización comunitaria debe tener en cuenta los tres niveles de intervención de la misma para fortalecer las habilidades y capacidades de las personas y colectivos.
1.3. Procedimientos de participación ciudadana en la Administración pública
Entendemos la «participación ciudadana» como toda estrategia orientada a promover o potenciar la incidencia e implicación de la ciudadanía en las políticas públicas. Esta se convierte además en España en un derecho constitucional y un mandato imperativo que la Constitución dicta a los poderes públicos en su artículo 9.2, donde establece que corresponde a los poderes públicos «facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social».
Además, el aumento de procedimientos de participación ciudadana en la administración pública tiene que ver con el término «gobernanza y buen gobierno». La Unión Europea presentó en julio de 2001 el Libro Blanco sobre la gobernanza, con la finalidad de que se puedan hacer mejores políticas, mejores regulaciones y obtener así mejores resultados.
El término «gobernanza» hace referencia a una nueva forma de gobernar que promueve una nueva gestión de lo público, y se fundamenta en la participación ciudadana a todos sus niveles: nacional, local, internacional y regional. Mediante estas nuevas formas de gobierno se pretende que el desarrollo económico, social e institucional sea duradero, y que haya un mayor equilibrio entre Estado y sociedad civil.
Cada autonomía y cada ayuntamiento tienen sus propios reglamentos o planes de participación ciudadana, y es cada vez más común en el ámbito local, una de las administraciones que más iniciativas tiene respecto a esta cuestión dada su proximidad a la ciudadanía, que se creen concejalías de participación ciudadana. Desde las instituciones públicas esta participación puede ser promovida y entendida de diferentes formas: desde el mero acceso a la información hasta la promoción de iniciativas en las que la población tiene un papel más activo y participa en el proceso de toma de decisiones, sobre todo en aquellas cuestiones que les atañen directamente.
Según la Guía práctica para la implementación de la participación ciudadana en los gobiernos locales de Andalucía publicada por la FAMP (Federación Andaluza de Municipios y Provincias), la promoción de la participación ciudadana en un gobierno local debe responder a tres aspectos básicos:
• El fomento de la participación ciudadana forma parte del propio concepto de democracia, y su promoción supone el desarrollo de un derecho ciudadano que incide en la forma de ejercer el gobierno en el marco de una democracia representantiva. Las personas con responsabilidades políticas se comprometen a tomar en consideración las opiniones de los distintos actores sociales implicados, y las ciudadanas y los ciudadanos se comprometen con su pueblo o ciudad y se responsabilizan de sus actos de manera que se constituyen como parte activa de las políticas públicas.
• La implicación ciudadana es fundamental para el éxito de cualquier actuación, de manera que es un elemento básico frente a los nuevos retos: convivencia, coherencia social, integración de nueva inmigración, cuidado del medioambiente, el uso del espacio público, etc. La nueva participación ciudadana es un factor imprescindible para hacer pueblos y ciudades más sostenibles social, económica y ambientalmente.
• La promoción de la participación ciudadana no solo se concibe como un derecho a respetar y fomentar por parte de los gobiernos locales, sino como un elemento básico de transformación social. Su impulso no sólo mejora el diseño e implementación de las políticas públicas, sino que también ejerce una función social de fomento del capital social de los pueblos y ciudades, transformando así sus agentes y sus relaciones: mejorando el modo de ejercer el gobierno y la ciudadanía. En tal caso, la participación ciudadana no solo debe ser respetada desde el punto de vista del derecho a participar, sino que debe ser promocionada para facilitar su ejercicio.
Un posible mecanismo de participación ciudadana que se puede implementar desde la Administración pública es la creación de planes municipales de participación ciudadana, que en otras propuestas pueden incluir:
• Registros de ONG y dinamización de la participación.
• Intervención en sesiones públicas de ciudadanos y asociaciones.
• Elaboración de presupuestos participativos.
• Cumplimiento de los compromisos de la Agenda 21 Local.
• Comisión Especial de Sugerencias y Consejos Sectoriales de mujer, servicios sociales, inmigración, mayores, cooperación, medio ambiente, juventud, etc.
• Creación de equipamientos de proximidad que favorezcan la dinamización social (centros cívicos, casas de cultura, centros polideportivos, etc.).
• Oficinas de atención a la ciudadanía.
• Acceso a la información y comunicación mediante televisiones municipales, páginas web, revistas, tablones de anuncios, asambleas, etc.
Además de estas, se deben promover todas aquellas medidas viables y accesibles para la población que se consideren oportunas según sus características y las del territorio en el que se interviene.
1.3.1. Marco legislativo
La normativa existente relativa al fomento de la participación ciudadana es múltiple. Algunos de los documentos más destacados son los siguientes:
• Ámbito internacional:
o Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 21.1.
o Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 25.a
o Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en sus artículos 11, 23, 25, 26 y 41. Los artículos más destacados en materia de participación ciudadana son la libertad de expresión y de información en el artículo 11, la libertad de reunión y de asociación en el artículo 12, la igualdad entre hombres y mujeres en el artículo 23, los derechos del menor en el artículo 24, los derechos de las personas mayores en el artículo 25, la integración de las personas discapacitadas en el artículo 26, y el derecho a una buena administración y el derecho de acceso a los documentos.
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• Ámbito europeo:
o Resolución del Parlamento Europeo, de 22 de abril de 2008, sobre la Función del Voluntariado como Contribución a la Cohesión Económica y Social.
o Decisión nº 1904/2006/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 12 de diciembre de 2006, por la que se establece el programa «Europa con los ciudadanos» para el período 2007-2013 a fin de promover la ciudadanía europea activa.
o Decisión nº 1719/2006/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de noviembre de 2006, por la que se establece el programa «La juventud en acción» para el período 2007-2013.
o Decisión 2006/144/CE del Consejo, de 20 de febrero de 2006, sobre las directrices estratégicas comunitarias de desarrollo rural (período de programación 2007-2013).
o Decisión 2006/702/CE del Consejo, de 6 de octubre de 2006, relativa a las directrices estratégicas comunitarias en materia de cohesión.
o Resolución del Consejo y de los Representantes de los Gobiernos de los Estados miembros, reunidos en el seno del Consejo el 13 de noviembre de 2006, sobre la aplicación de los objetivos comunes de participación e información de los jóvenes a fin de promover su ciudadanía europea activa.
o Comunicación de la Comisión titulada «Fomentar la plena participación de los jóvenes en la educación, el empleo y la sociedad».
o Recomendación 2001/613/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 10 de julio de 2001, relativa a la movilidad en la Comunidad de los estudiantes, las personas en formación, los voluntarios, los profesores y los formadores.
o Resolución, de 13 de marzo de 2007, sobre la responsabilidad social de las empresas: una nueva asociación.
o Dictamen del Comité de las Regiones sobre la contribución del voluntariado a la cohesión económica y social.
o Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre el voluntariado, su papel en la sociedad europea y su impacto.
o Dictamen del Comité de las Regiones sobre el papel de las asociaciones de voluntariado - una contribución a la sociedad europea.
• Ámbito estatal:
o Constitución Española en sus artículos 9.2, 23.1 y 105:
- Artículos 1.2 CE: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado».
- Artículo 9.2 CE: «Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social».
- Artículo 23: «Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal. Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes».
- Artículos 105: «La ley regulará: a) La audiencia de los ciudadanos, directamente o a través de las organizaciones y asociaciones reconocidas por la ley, en el procedimiento de elaboración de las disposiciones administrativas que les afecten; b) El acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos, salvo en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos y la intimidad de las personas;
c) El procedimiento a través del cual deben producirse los actos administrativos, garantizando, cuando proceda, la audiencia del interesado».
o Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local, modificada por la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. Esta ley hace referencia a la participación ciudadana en lo siguiente:
- En cuanto a las formas de participación ciudadana, en el artículo 1.1. caracteriza a los municipios, como «cauces inmediatos de participación ciudadana en los asuntos públicos». En la práctica esto puede plasmarse en reglas sobre publicidad de las sesiones del pleno, las asociaciones de vecinos, los órganos sectoriales de participación, el derecho a obtener copias y certificados de los actos de las corporaciones locales y a consultar archivos y registros, así como a presentar solicitudes de aclaraciones y propuestas de actuación, etc.
- En cuanto a asociaciones de vecinos, en el artículo 72 se dice que las corporaciones locales pueden declararlas de utilidad pública, y deben favorecer el desarrollo de asociaciones que defiendan intereses sectoriales o generales de los vecinos, que se les debe facilitar información amplia sobre sus actividades, y, en la medida que sea posible, el uso de medios públicos y acceso a ayudas económicas para que realicen sus actividades, impulsando su participación también en la gestión de la corporación.
- Consultas populares: el artículo 71 dice que los alcaldes podrán someter a consulta popular aquellos asuntos de competencia propia municipal y de carácter local especialmente relevantes para los intereses de los vecinos, con excepción de los relativos a la Hacienda local, y en conformidad con la legislación del Estado y de la comunidad autónoma, previo acuerdo por mayoría absoluta del pleno y autorización del gobierno de la nación.
o Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico
de las Entidades Locales en sus artículos 128, 129, 130, 131, 132 y 133, donde se proponen consejos de participación ciudadana y juntas municipales de distrito.
o Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de Medidas para la Modernización del Gobierno Local, que establece en cuanto a participación ciudadana unos estándares mínimos que constituyen los mecanismos necesarios para su potenciación: establecimiento de reglamentos orgánicos en todos los municipios en materia de participación ciudadana que determinen y regulen los procedimientos y mecanismos adecuados para hacerla efectiva; aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación de forma interactiva, para facilitar la participación y la comunicación con los vecinos, así como para facilitar la realización de trámites administrativos; introducción en la legislación básica sobre régimen local de las iniciativas ciudadanas, como un importante instrumento participativo; etc.
o Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación.
o Real Decreto 1497/2003, de 28 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento del Registro Nacional de Asociaciones y de sus Relaciones con los restantes Registros de Asociaciones.
o Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones.
o La Ley 11/2007, de 22 de junio, de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios Públicos, que reconoce el derecho de los ciudadanos a relacionarse con las administraciones públicas por medios electrónicos.
• Ámbito autonómico:
Cada comunidad autónoma articula sus propias leyes y reglamentos de participación ciudadana
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1.3.2. Mecanismos y herramientas
En todo proceso participativo se requiere de una pluralidad de actores:
• La ciudadanía:
o A título personal-individual.
o Asociaciones.
o Grupos de interés.
• Los políticos y gobernantes.
• El personal técnico y los profesionales de los servicios.
Pero para que esos actores puedan ejercitar su derecho a la participación se necesitan mecanismos para llevarla a cabo. En este sentido, existen dos documentos y proyectos importantes que tratan de dotar de esas herramientas a la Administración.
En abril de 2005, la Federación Española de Municipios y Provincias crea un documento sobre herramientas y mecanismos para favorecer la participación ciudadana: el Reglamento-tipo de participación ciudadana . En líneas generales propone que el ejercicio del derecho a la participación se basa en tres aspectos fundamentales:
• El derecho a la información.
• El derecho de reunión.
• El derecho de asociación.
Pero estos derechos necesitan canales y mecanismos para que los ciudadanos puedan ejercelos. Es por esto que el documento plantea la necesidad de:
• Elaborar reglamentos de participación ciudadana como norma jurídica.
• Elaborar una carta de derechos ciudadanos, entendida como «un conjunto de instrumentos, algunos con carácter de norma jurídica, otros de proyecto, programa o plan de actuación, dirigidos a favorecer el
ejercicio de los derechos ciudadanos para la participación (que incluiría además del derecho a la participación, el de información, reunión y asociación, así como el sistema de garantías para su ejercicio)». Esta carta contendría:
o Un reglamento de participación ciudadana.
o Un plan de información y comunicación.
o Un plan de promoción del asociacionismo.
o Un plan de usos de los equipamientos municipales.
o Un plan para la mejora de la convivencia y/o el civismo.
o Un reglamento de funcionamiento de los órganos territoriales.
o Un reglamento de funcionamiento de los órganos sectoriales.
o Un procedimiento de elección/selección de los representantes del Consejo de Ciudad.
o Un sistema de defensa de los derechos ciudadanos.
• Elaborar la Agenda 21 Local, que surge del «Programa Global para el Desarrollo Sostenible en el siglo XXI», dentro de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992, y que consiste en:
Un documento que desarrolla un Plan Estratégico Municipal basado en la integración, con criterios sostenibles, de las políticas ambientales, económicas y sociales del municipio, y que surge de la participación y toma de decisiones consensuadas entre los representantes políticos, personal técnico municipal, agentes implicados y ciudadanos del municipio (…).En el capítulo 28 del Programa 21 se hace un llamamiento a las autoridades locales para que elaboren una Agenda 21 Local. El principio de responsabilidad compartida y colaboración es básico para la implantación de estrategias de Desarrollo Sostenible a nivel local, por lo que se insta a las autoridades locales a la búsqueda de consenso y a iniciar un diálogo con sus ciudadanos, organizaciones
cívicas, empresariales e industriales locales y empresas privadas para aprobar la Agenda 21 Local.
El fundamento teórico del proceso de Agenda 21 Local es el principio de la sostenibilidad local, por lo que persigue integrar una justicia social, una economía sostenible y un entorno y capital natural duradero para lograr un equilibrio sostenible que se traduzca en una mejora de la calidad de vida. Por tanto, la sostenibilidad local es el resultado del equilibrio entre sostenibilidad ambiental, sostenibilidad económica y sostenibilidad social (…). Su finalidad se basa en el principio de sostenibilidad local, basado en integrar una justicia social, una economía sostenible y un entorno y capital natural duradero que mejore la calidad de vida, bajo la idea de: «pensar globalmente y actuar localmente.
Esta información se puede consultar en Geoscopio (plataforma de servicios relativa a la industria y el medio ambiente), en su Biblioteca medioambiental en el siguiente enlace: http://www.geoscopio.com/medioambiente/temas/agenda_ local_21/agencia.php.
A lo largo de este tema hemos visto en primer lugar qué es un proceso de participación ciudadana, así como los aspectos que se deben tener en cuenta para desarrollarlo y promoverlo desde una perspectiva profesional y de dinamización de la comunidad, entendiendo la participación como una necesidad y un derecho ciudadano.
A continuación hemos hecho hincapié en cómo la verdadera participación de la población, regulada por leyes, y en el caso de España por la Constitución, surge desde el momento en el que las personas tenemos la condición de ciudadanía y la podemos ejercer a nivel político, civil y social.
Hemos expuesto diferentes escalas para medir los niveles de participación en una comunidad, y hemos explicado el proceso que se debe seguir para conseguir la participación ciudadana, su empoderamiento, y los factores que afectan a los mismos (querer, poder y saber). En ese proceso es fundamental incidir en los cambios de actitud, y trabajar o descubrir las motivaciones de las personas y comunidades a las que se dirigen las intervenciones.
Finalmente, hemos expuesto las leyes de carácter internacional, europeo, nacional y estatal, y algunos referentes para ir construyendo desde el ámbito local procesos de participación ciudadana.