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Historia, Tonalรก
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Museo de cerรกmica
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Colores de vida
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onalá proviene del vocablo náhuatl Tona llan que significa: “lugar por donde nace el sol”. Es también conocida como “la cuna alfarera”, ya que su nivel de riqueza en ese aspecto es muy alta. Fundada por indígenas tecuexes, Tonalá (antes llamada Tonalla) fue el mayor de los señoríos tecuexes conocidos. A la llegada de los españoles a Tonalá gobernaba la cacica Tzapotzintli, mejor conocida como Tzuapili o Cihualpilli. Nuño de Guzmán, conquistador oficial de Tonalá, entró a tierras tonaltecas el 25 de marzo de 1530, recibido con obsequios y gran festejo. Los locales entonces se volvieron inconformes ante la posesión española e iniciaron una campaña que no tuvo éxito. Durante la dominación española, Tonallán fue nombrada Provincia del Reino de Nueva Galicia con el nombre de Santiago Tonalá. Fue hasta 1824, después de la independencia de México, que fue renombrada como Tonalá. Aquí se encuentra el Museo Nacional de la Cerámica y el Cerro de la Reina, el cual es famoso gracias a que se dice que bajo su aspecto de loma se oculta una pirámide de la antigua civilización.
Parroquia Santiago Apรณstol
Reconocida a nivel mundial, la artesanía de esta localidad ha trascendido por su belleza y precisión técnica. El talento de las manos tonaltecas se plasma en objetos de todo tipo, desde utensilios de uso cotidiano hasta decoraciones que muestran escenas de la vida indígena, su fauna y flora, y sus fiestas; todo con motivos regionales específicos.
Museo de cerámica Calle Constitución No. 104, entre las calles Morelos e Hidalgo. Horario: de martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs. Los dibujos de un jarrito guardan historia. La historia de un jarrón narra la vida de los pobladores que lo crearon, de la sabiduría de las manos que pasa de generación en generación en Tonaló. El Museo Nacional de la Cerómica nació en 1985 como el espacio dedicado al registro y la conservación de la cerómica mexicana, de esa historia en barro que aquí se comienza a contar desde el 500 a.C. hasta nuestros días. Este museo intenta rescatar la belleza de la cerómica y la labor de sus maestros creadores en Mé-
xico, con énfasis en el occidente del país. Ambiciona rescatar sus técnicas en peligro de extinción, fomentar el conocimiento de sus materiales, procesos y tradiciones y reflexionar sobre la importancia de la cerómica en la historia y en la identidad nacional. El Museo Nacional de la Cerómica erige historia de su materia prima: la cerómica, la vida de Tonaló. Historia: El Museo Nacional de la Cerómica se construyó entre
La cerámica y el barro de Tonalá son apreciados por su diversidad técnica, para la que utilizan barro natural, petatillo, barro bruñido, negro, vidriado, bandera, opaco o azteca, así como cerámica de alta temperatura. 1959 y 1960 sobre un solar que dos grandes vanguardistas de la cerómica, Jorge Wilmot + y Ken Edwards, adquirieron para instalar el primer horno para cerómica de alta temperatura de Tonaló. En 1965 el taller comenzó a exponer sus productos artesanales, y en 1985 los propietarios formaron la sociedad civil que fundó este museo. Ese año el gobierno municipal compró la finca y acordó con el Instituto Nacional Indigenista un comodato para resguardar su colección de cerómica del occidente de México, y dotar así de carócter nacional al museo. El museo ha sufrido dos transformaciones y restauraciones: en 1999 y en 2010. Las colecciones que resguarda el Museo Nacional de la Cerómica: Cerómica prehispónica del occidente de México: Mós de 230 piezas fechadas entre 500 a.C y el 500 d.C., procedentes de Jalisco, Colima, Zacatecas y Nayarit de origen zapoteco, coca, tecuex, nóhuatl y otras culturas. Cerómica de ascendencia ceremonia y religiosa, en barro bruñido y natural. Cerómica de baja y alta temperatura: La colección mós grande del museo, 850 piezas tonaltecas trabajadas en barro bruñido, betus, canelo, bandera, engretado y negro esgrafiado, y una selección de cerómica en alta temperatura, introducida en 1960 por el maestro Jorge Wilmot +. Cerómica utilitaria. Móscaras de Tastoan: Desde 1995 se organiza un concurso anual de móscaras de tastoanes, una de las tradiciones religiosas mós arraigadas y representativas de Tonaló. Cada año se integran tres móscaras nuevas creadas en vaqueta, papel maché, cerómica de alta temperatura y de barro bruñido, petatillo, engretado, canelo o betus. El museo cuenta con mós de 80 piezas que explican la fe en Santo Santiago, patrono del pueblo.
Colores de la vida Los primeros pobladores que fundaron estas tierras fueron los Nahuatlacos y Zapotecos de origen Tolteca y el dialecto que se hablaba era el coca y tecuexe. El oficio de la artesanía viene desde la época prehispánica hasta la actualidad, con la llegada de los españoles se introduce el vidriado en las piezas artesanales, el uso del torno, la combinación de nuevos colores y de igual manera el cambio de cultura y el mestizaje. Por consiguiente surgen las tradiciones y costumbre, tales como la Danza de Tastoanes, la adoración de imágenes religiosas y las tradicionales Peregrinaciones. Para el siglo XX la artesanía de Tonalá había alcanzado llegar a los mejores mercados nacionales e internacionales, así como la innovación y el surgimiento de nuevas técnicas de barro y en otras técnicas de elaboración artesanal.
“...surgen tradiciones cada día”
César E. Pavón López Araiza