RAYUELA 340
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Sábado 28 de Noviembre 2015
J.C.: ¿Qué autores leyó en su adolescencia (juventud)? A.C.: Después de mi paso por el internado salesiano, ya en mi adolescencia, comencé con mi lectura más seria de poesía y también de filosofía, ya había leído y entendido muy poco La gaya ciencia, y a los 16 años comencé mi lectura de Así habló Zarathustra, un libro que me marcó mucho. Luego de narrativa continué un largo recorrido por autores que hoy día siguen siendo de mis predilectos, por ejemplo: El castillo y El proceso de Kafka, Crimen y castigo y Los hermanos Kamarazov de Dostoaievsky, La peste, El mito de Sísifo y El extranjero de Camus (de hecho de El extranjero me aprendí el principio para una clase de francés), La náusea, El muro y A puerta cerrada de Sartre, Flaubert, Zolá, etc., algunos de la generación perdida como Faulkner y Jhon dos Pasos y El viejo y el mar y Por quién doblan las campanas de Hemingway, casi toda la obra de Borges, Ernesto Sábato con El túnel, Rayuela de Cortázar, de ahí a los clásicos como Sófocles, Eurípides y Esquilo, La Odisea de Homero, La divina comedia de Dante (aunque he de admitir que la terminé muchos años después), El quijote (que también he de admitir que nunca terminé), y uno que otro autor que se me ha de escapar, eso en cuanto a narrativa; y ahí comencé a leer en serio poesía, como a Vallejo, tenía las obras completas de Vallejo, y me parece un autor no sólo fundamental, sino fundacional de la poesía latinoamericana, sobre todo el libro de Trilce, Lorca y su Cancionero gitano, Machado, Quevedo y sus grandes poemas como el de Amor constante más allá de la muerte, Góngora, Juan Ramón Jiménez, Neruda, Mistral, Paz, Cernuda, Vicente Aleixandre, Darío, Roque Dalton, Vicente Huidobro y su Altazor, los poetas franceses, Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé, Verlaine, el Conde de Lautremont, los alemanes Hölderlin, Novalis, Rilke, Trakl, al gran poeta portugués Pessoa, poesía rusa, poesía asiática, china y japonesa sobre todo, esto en un periodo que duró hasta los 22 o 23 años, justo en la transición de la licenciatura a la maestría. A los 19 años fue publicado por primera vez en el suplemento Catedral del periódico Síntesis en Puebla. A los 22 la revista Alforja, revista que en su momento fue de las más importantes de poesía en México. J.C.: ¿Para qué sirve, desde su perspectiva, la poesía? A.C.: La poesía no sirve desde ninguna perspectiva, está muy sobrevalorada. El arte en general sirve, y sirve mucho, sirve para acercarnos al mundo, algo así como la visión que Heidegger tiene, nos devela el mundo tal cual es. Los poetas sienten que son los artistas más importantes y que la poesía es la panacea del mundo, la epítome de las artes, pero se equivocan, la poesía sirve o les sirve sólo a algunos poetas para vivir de estímulos institucionales, ya sea en las secretarías de cultura, en las universidades públicas o ganando premios, pero el sueño de todo poeta es que, justamente, la poesía le sirva para algo, para ganar dinero y poder vivir trabajando de poetas, porque evidentemente ningún poeta vive de la venta de sus libros, no así los narradores, muchos narradores viven de la venta de sus libros, muchos pintores viven de la venta de sus cuadros, muchos escultores viven de la venta de su obra, muchos músicos viven de sus recitales, muchos actores viven del teatro, el poeta es el peor fracaso económico del arte, él jamás va a vivir de la poesía.
Fotografía:Fanny Campos
J.C.: ¿Con qué autores mexicanos tuvo contacto? A.C.: Primero con los de la Facultad de Letras de la BUAP, Mario Calderón, Víctor Toledo, Renato Prada Oropeza (boliviano pero nacionalizado mexicano) que eran/son autores de segundo vuelo en México, autores de segunda mano, podríamos decir, glorias locales por así llamarlos; luego como a los 20 años comenzamos un taller de poesía con José Vicente Anaya, y ahí empezamos a tener contacto con otros autores más importantes. Anaya era fundador, director y creador de la revista de poesía Alforja, de ahí la publicación de varios de su taller; también tomé un taller con Daniel Sada, pero sólo fui como un año. Luego los escritores con que tuve contacto fueron los que posteriormente harían una gran mafia, gente como Mario Bojórquez, Eduardo Langagne o Álvaro Solís. >>>