44 running REPORTAJE
La invisible labor de los Jueces de Atletismo En el mundo del atletismo los jueces son un estamento anónimo y genérico. Como ellos mismos reconocen, cuando se equivoca un juez se equivocan todos; para lo bueno y para lo malo. Texto: Gerardo Vázquez. Fotos y agradecimientos: Comité Gallego de Jueces, Dolores Rojo y Jorge Blanco.
“A
quí no es como en el fútbol, donde los árbitros tienen nombre y apellidos y se va a sangre con ellos cuando se equivocan”, comenta el Juez Árbitro Nacional Jorge Blanco, “En el fútbol todo el mundo es árbitro, pero aquí no tanto por la dificultad que conlleva el reglamento”. Y no le falta razón, pues un deporte antiguo como es el atletismo, basado en los ejercicios físicos más comunes al ser humano (correr, lanzar y saltar), cuenta con una exhaustiva, cambiante y complicada reglamentación que hace muy meritoria la labor que desempeñan los jueces en este deporte. Son invisibles en la competición, o como mucho los vemos levantando una banderita para dar o no validez a un salto, pero sus decisiones, a veces controvertidas, les colocan en la primera línea de la actualidad atlética
en pocos segundos por algo tan sencillo, y tan complicado al mismo tiempo, como llevar a la práctica las reglas. Ejemplos hay muchos: ¿Quién no recuerda la eliminación por salida nula de Usain Bolt en la final de los 100 metros en el Mundial de Daegu de 2011? ¿o la anulación del récord del mundo de longitud de Iván Pedroso? En aquella ocasión, en 1995 el cubano saltó 8,96 metros, pero luego se demostraría que un juez colocado involuntariamente delante del anemómetro frenó la velocidad del viento que éste marcaba a favor, y que era superior al permitido para darle validez. Controvertidas son también siempre las difíciles decisiones en una disciplina como la marcha, en la que muchas veces todos creemos ver auténticas galopadas que suelen suponer la descalificación de sus protagonistas.
Como bien reconocen los jueces, una cosa es saberse el reglamento y otra muy distinta es aplicarlo correctamente. En este último caso que citábamos, el de la marcha; se arbitra a pie de circuito, a ras de suelo y sin ayuda alguna de cámaras de televisión. Jorge Blanco, Juez Árbitro Nacional cuyas palabras ya os citábamos arriba, cuenta con 30 años de licencia y nos reconocía que no es tan fácil apreciar las irregularidades de los marchadores, pero que en los apercibimientos y en las descalificaciones, cuando hasta tres jueces coinciden en la infracción es difícil pensar que los tres puedan estar equivocados. En cualquier caso, y no es por cargar las tintas contra los atletas de esta disciplina, que tantas alegrías ha proporcionado además al atletismo español, el marchador suele ser consciente de su “trampa” y no suele responder