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Un nuevo enfoque contra la pobreza

El gran potencial de la cooperación entre China y ALC

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Por LIN HUA*

LA gobernanza mundial de la pobreza enfrenta actualmente grandes desafíos, toda vez que la pandemia de COVID-19 ha dejado un impacto sin precedentes en los esfuerzos que se venían realizando a nivel global. En este contexto, fortalecer la cooperación internacional en la reducción de la pobreza se ha convertido en un cometido más necesario e importante que nunca. La cooperación entre China y América Latina y el Caribe (ALC) no solo proporcionará más soluciones de cara a la gobernanza de la pobreza, sino que también ayudará a vincular el desarrollo de ambas partes y formar una comunidad de destino común con intereses compartidos.

Condiciones y base

Ya en 2008, el primer Documento sobre la Política de China hacia Amé- rica Latina y el Caribe establecía claramente que “el Gobierno chino está dispuesto a fortalecer los intercambios y la cooperación con los países latinoamericanos en la reducción de la pobreza y la brecha entre ricos y pobres, así como promover el establecimiento de amplias relaciones cooperativas entre las instituciones de alivio de la pobreza de ambas partes, para llevar a cabo intercambios de información e investigaciones colaborativas”.

En 2016, el Gobierno chino publicó el segundo Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe, donde enfatizó aún más la importancia del fortalecimiento conjunto de capacidades para la reducción de la pobreza. El Plan de Cooperación China-Estados Latinoamericanos y

Caribeños (2015-2019) y el Plan de Acción Conjunto de Cooperación en Áreas Clave China-CELAC (20222024), formulados conjuntamente por China y ALC, también incluyen en su marco la cooperación en la reducción de la pobreza, con lo cual queda claro que el consenso y los objetivos entre ambas partes respecto a este tema se han ido profundizando con el paso del tiempo.

Tras la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, el Gobierno chino ha hecho de la prosperidad común el objetivo principal de la próxima etapa en la batalla contra la pobreza. La esencia del concepto de prosperidad común es permitir que todas las personas se beneficien de los frutos del desarrollo de alta calidad, una idea que tampoco es nueva para los países latinoamericanos. En lo que va del siglo XXI ha habido una sucesión de gobiernos de izquierda en ALC que han adoptado la erradicación de la pobreza, la reducción de la brecha entre ricos y pobres, la equidad y la justicia social como algunos de los principales objetivos del desarrollo social. Tanto China como ALC abogan por el uso de medios más específicos y científicos para reducir la pobreza y ambas partes se han comprometido con la búsqueda de la igualdad social. De este modo, es de esperar que esta unidad de propósitos abra nuevas áreas para el intercambio, así como más posibilidades de cooperación.

Dimensión y potencial

En comparación con la cooperación que China mantiene con África y Asia para la reducción de la pobreza, aquella entre China y ALC es algo relativamente nuevo, por lo que aún existe un gran espacio y potencial de desarrollo.

Si bien China y ALC han alcanzado un amplio consenso respecto a un diseño de alto nivel en el ámbito de la cooperación para combatir la pobreza, todavía hace falta una discusión más profunda sobre su implementación precisa. La región de ALC inició la cooperación en materia de reducción de la pobreza con los países occidentales de forma mucho más temprana, por lo que ha tenido un mayor grado de aceptación y adaptabilidad al modelo de ayuda Norte-Sur. Sin embargo, en el siglo XXI, el sistema de cooperación internacional en la reducción de la pobreza ha experimentado cambios profundos. Por un lado, la cooperación Sur-Sur se está convirtiendo en una fuerza tan importante como la cooperación Norte-Sur y, por otro, el modelo anterior, basado en la beneficencia, está siendo reemplazado por uno que privilegia la capacitación y el traspaso de habilidades a la población local. Todo ello ha cobrado aún más fuerza en la medida que los países receptores prestan cada vez más atención a la mejora de la capacidad de desarrollo local. Adaptarse e incorporarse a este nuevo modelo de acción conllevará un proceso por parte de los países de ALC, cuyo ritmo depende de la comunicación mutua y la ampliación de los consensos.

En segundo lugar, ya que las condiciones de China y de los países de ALC son diferentes, hay ciertos aspectos que serán difíciles de compatibilizar. Por ende, la cooperación entre ambos actores requiere de un mayor grado de innovación. Las características y las causas de la pobreza en China y los países de ALC no son exactamente iguales, toda vez que existen diferencias considerables en el sistema político, la estructura económica y la gobernabilidad. Por ello, la experiencia en el combate contra la pobreza al estilo chino no puede ser trasplantada de la misma manera en los países de ALC. Por ejemplo, la población empo- brecida en China se concentra mayoritariamente en zonas rurales y está compuesta principalmente por campesinos, por lo que la clave para erradicar la pobreza radica en resolver los problemas rurales. En contraste, debido al alto nivel de urbanización en los países de ALC, el número absoluto de personas pobres en las zonas urbanas es mucho mayor que en las zonas rurales. Por lo tanto, las ciudades son las áreas clave para la reducción de la pobreza allí. Considerando estos antecedentes, la cooperación en la reducción de la pobreza entre China y ALC requiere de un diseño más innovador, tanto en las áreas como en los medios por implementar.

Exploración de nuevas vías

La vía de la cooperación contra la pobreza entre China y ALC puede ser explorada desde diferentes perspectivas, como el intercambio de conocimientos, el comercio, la inversión y la tecnología.

Primero, es sumamente necesario crear un sistema de intercambio de conocimientos institucionalizado, heurístico y de múltiples niveles. En términos de la institucionalización, el objetivo primordial es convertir el Foro CELAC-China sobre Reducción de la Pobreza y Fomento del Desarrollo, el cual ya lleva dos ediciones, en una plataforma anual de alto nivel. Asimismo, es importante hacer hincapié en la función heurística del sistema de intercambio de conocimientos. No se pueden imponer las experiencias de desarrollo de un país en otros, sino promover a que piensen independientemente, se inspiren en las experiencias compartidas y exploren soluciones adecuadas que se ajusten a su realidad. En términos de la diversificación de niveles de cooperación, los intercambios no solo deben realizarse a nivel nacional, sino también a nivel provincial y municipal; y no solo entre funcionarios gubernamentales, responsables políticos y académicos, sino también entre organizaciones de base y sociales. En términos del contenido, los temas de intercambio entre China y ALC tampoco deben limitarse a las políticas y los medios de alivio de la pobreza, sino que también deben extenderse al sistema tributario, las microcréditos, la gestión de la economía informal urbana, el empoderamiento económico de las mujeres y la transformación de los barrios marginales, entre otras problemáticas que son clave para combatir las desigualdades sociales.

Segundo, es menester hacer que el comercio también se convierta en un instrumento que beneficie en mayor medida a los pobres. El comercio no solo puede crear empleo, aumentar salarios y mejorar el nivel de vida de las personas, sino también ampliar la brecha de ingresos y agravar la pobreza. Ambos casos tienen precedentes en ALC, por lo que tanto esta región como China tienen la responsabilidad de mejorar aún más la estructura comercial para lograr un equilibrio comercial y hacer uso de políticas comerciales es- pecíficas, como la reducción y exención de aranceles para las pequeñas, medianas y microempresas, con el fin de que el comercio desempeñe un papel más significativo en la reducción de la pobreza.

Tercero, se deben generar más beneficios sociales mediante la inversión y la asistencia. En vista del impacto positivo de la inversión, especialmente de la construcción de infraestructura, en el desarrollo económico nacional y el empleo, una de las tareas ineludibles para China y ALC debiera ser profundizar la cooperación en la reducción de la pobreza a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Finalmente, China debe aprovechar sus ventajas tecnológicas para explorar la posibilidad de cooperación digital en la reducción de la pobreza, la cual puede ponerse en marcha de dos maneras: en primer lugar, ayudando a los países de ALC a utilizar la tecnología digital para llevar a cabo una gestión más refinada y una asistencia más precisa a las personas y familias pobres, aumentando el nivel y la eficiencia de gestión, y mejorando la eficacia de las medidas y políticas para la reducción de la pobreza; en segundo lugar, promoviendo activamente el desarrollo de la economía digital, haciendo que la tecnología digital sea más inclusiva y permitiendo que más personas pobres disfruten de los dividendos digitales. En la actualidad, el comercio electrónico rural, los servicios de información agrícola, las finanzas inclusivas, las comunidades inteligentes, la alerta de desastres, y el monitoreo climático y ambiental, los cuales ya son utilizados ampliamente en China, pueden transformarse en áreas de cooperación para la reducción de la pobreza digital entre China y ALC.

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