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China marca hitos ante el cambio climático
La comunidad científica internacional tiene la vista puesta en la próxima Cumbre de Kunming
Por AUGUSTO SOTO*
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LA instauración del mercado de carbono, en su género la más importante medida acometida en el planeta y la más esperada de los últimos tiempos en el combate contra el cambio climático, ha comenzado a operar. El anuncio hecho en Beijing por el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente el 14 de julio, coincidió con la clausura del Foro Eco Global Guiyang 2021, celebrado recientemente en la provincia suroccidental de Guizhou y refuerza el plan chino de alcanzar un máximo de emisiones de CO2 en 2030 y la neutralidad de carbono en 2060. Se trata de hitos que contribuirán a reforzar la Cumbre Mundial de Diversidad Biológica (COP15), que se celebrará en octubre en la ciudad china de Kunming y será auspiciada por naciones Unidas.
El nuevo mercado de comercio de carbono
China se convertirá en el mercado de comercio de emisiones de carbono más grande del planeta. Vale decir, ha llegado la largamente esperada medida mediante la que se impondrá un precio al carbón. Según las aprobadas directrices comunicadas por Zhao Yinming, viceministro de Ecología y Medio Ambiente, los primeros participantes en el mercado nacional de comercio de carbono incluirán 2200 empresas eléctricas, con un total de emisiones de carbono de alrededor de 4000 millones de toneladas anuales.
Una vez iniciada, la arquitectura del emergente mercado deberá perfeccionarse en la práctica. De esta manera los activos de carbono han sido reconocidos por la mayoría de las instituciones financieras nacionales para convertirse en uno de sus principales objetivos. El mercado nacional de carbono no se ha abierto a otras instituciones e individuos, excepto a las empresas de control de emisiones. Según fuentes citadas por el periódico chino Global Times, el Gobierno, en vista de la insuficiente liquidez del mercado de carbono local en esta etapa temprana de la iniciativa, probablemente estime otorgar derechos de emisión de carbono para impulsar la circulación.
Ciertamente se espera que un mercado con semejantes características efectivamente estandarice y contribuya a frenar las emisiones de las empresas de uso intensivo de energía e indirectamente coadyuve a impulsar y potenciar recursos más limpios, como la energía solar y eólica. Se trata de medidas de decisión centralizada en las que el ministerio diseñará los planes de gestión, implementará regulaciones y ajustará las normas que estime pertinentes, además de ampliar las variedad y metodología de las transacciones. La medida ha sido internacionalmente destacada por su ambición y dimensiones. Porque ciertamente, un aspecto prioritario, además del impulso del sistema, será lograr que las empresas se conciencien mejor sobre los efectos del carbono y comprendan mejor cuánto emiten, en un proceso llamado a mejorar la infraestructura básica de las fuentes de emisiones.
Se trata de enfoques de alta precisión en los que, comparativamente, por ejemplo, Europa ha tenido un desempeño muy mejorable en la medición de las métricas. Esto ha sido así debido a las distorsiones causadas por la desaceleración económica del continente a partir de 2009 (como resultado de la crisis económica prolongada a lo largo de los siguientes años), que condujo a menos emisiones y a una solución artificial ante la sobreoferta de los derechos de emisión, finalmente impuesta por la Comisión Europea a fines de la pasada década. De manera que ahora, por ser uno de los principales polos industriales del mundo, los ojos están puestos en China.
Un paso gigantesco
El despliegue nacional de la arquitectura de comercio de emisiones es un paso gigantesco encaminado a abordar el meollo de la cuestión climática. Porque pese al acelerado ritmo actual de reducción de costes, las famosas energías eólica y solar por sí solas no incidirían en el cambio climático con la suficiente rapidez.
Según Prakash Sharma, analista de la consultora estadounidense de energía Wood Mackenzie, “nada de semejante escala se ha probado o implementado antes en el mundo”. En tanto, Lauri Myllyvirta, analista principal del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, un equipo de investigación internacional citado por la reconocida revista Forbes, ha destacado la “increíble” ambición de la medida. Como ya se ha señalado, un paso de tales dimensiones requerirá de un aprendizaje y de una monitorización de la administración central que llevará un tiempo de, por lo menos, un par de años. Según el Gobierno esto es posible, y también comparten semejante optimismo especialistas internacionales con larga experiencia en China. Por ejemplo, Valerie Karplus, especialista en la Universidad Carnegie Mellon de EE. UU., quien ha seguido de cerca una serie de proyectos regionales piloto sobre comercio de derechos de emisión previos a la actual medida de rango nacional adoptada por China, cree perfectamente viable reducir datos imprecisos debido a la creciente precisión en su recolección, un sistema amparado en la verificación por distintos entes controladores, además de por incentivos para minimizar errores.
En fin, el mercado chino del carbono se inicia con datos oficiales que han de interesar al mundo inversor, muy particularmente, aunque no solamente, a los de China, Asia, Europa y EE. UU. Los especialistas chinos han comparado que a finales de 2020, el precio del carbono en las áreas piloto de China variaba de 14 a 90 yuanes (el equivalente a entre 2,16 y 13,9 dólares) por tonelada, mientras que el precio en Europa se situaba en unos 50 euros (58,9 dólares) por tonelada métrica. Y estiman plausible que el precio en el mercado nacional de carbono comience en 30-50 yuanes.
Hacia la Cumbre de Kunming
Más allá del carbono, aunque en el mismo ámbito de preservación de la naturaleza, China y la comunidad científica internacional tienen la vista puesta en la 15.ª Conferencia de las naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en la ciudad china de Kunming, que se inaugurará el 15 de octubre. En la capital de la provincia de Yunnan se examinarán los logros y la ejecución del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, previéndose decisiones más contundentes en el fomento de la capacidad y la movilización de recursos para proteger la biodiversidad global de acuerdo con los acontecimientos actuales.
Así, con la acumulación de extraordinarios desastres climáticos durante estas últimas semanas en el hemisferio norte (particularmente altas temperaturas y megaincendios), además de inundaciones devastadoras (todos fenómenos alternadamente ocurriendo en el resto del mundo, según la estación), nos acercamos a un otoño en Kunming con una renovada cooperación al máximo nivel. Recuérdese que la cita viene antecedida por las dos conferencias telemáticas del 16 de abril y 5 de julio entre el presidente chino, Xi Jinping, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron. En ellas, los tres dirigentes, a nombre de China, Alemania, Francia, y Europa, se han comprometido al éxito de la Conferencia de Kunming. La ciudad, también conocida como la “Ciudad de la Primavera” (春城, en chino), posee unas condiciones climatológicas particularmente benignas durante todo el año. De manera que puede inspirar el progresivo desarrollo verde hoy extendiéndose por las demás provincias, con edificios que incipientemente concentran vegetación exuberante, asemejando “bosques verticales”. Forma parte del espíritu de las nuevas generaciones, en pleno proceso de concienciación nacional y global sobre un futuro que será, más que color carbón, verde, o no será.
*Augusto Soto es director de Dialogue with China Project.