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Hancheng: la puerta del dragón

Pasear por sus calles es sumergirse en una civilización que ha superado la prueba del tiempo

Ubicada en la provincia de Shaanxi y con más de mil años de historia, Hancheng era llamada la “puerta del dragón” en la antigüedad. En estas tierras nació Sima Qian, famoso historiador de la dinastía Han (202 a. C.-220 d. C.). Construida durante la dinastía Zhou del Oeste (1046 a. C.-771 a. C.), Hancheng forma parte del grupo de ciudades ubicadas en la planicie de Guanzhong al lado del río Amarillo, y del monte Liangshan por el oeste. El lugar ha afrontado diversas guerras, pero sus habitantes se han puesto de pie una y otra vez, y en 1986 fue designada por el Gobierno como ciudad histórica y cultural.

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Hay varias leyendas que circulan sobre Hancheng, desde aquella que cuenta la historia de una carpa que habría saltado por la puerta del dragón o una sobre las labores de Yu el Grande para frenar una gran inundación, hasta otras sobre el huérfano de Zhao o el gran historiador Sima Qian, quien durante miles de años tuvo una gran influencia en China. Aquí también se encuentran las ruinas de los Tres Reinos de Hanhou, Liangbo y Guirui, así como una pintura mural de la dinastía Song (960-1279), todo lo cual le ha impregnado un fuerte carácter histórico y cultural a la ciudad. pueblos antiguos como Wuzhen, Zhouzhuang, Furong o Pingyao, Hancheng posee una serie de características únicas, tales como el estilo arquitectónico de la dinastía Yuan (1206- 1368), que se conserva en perfecto estado hasta la actualidad. La antigua ciudad de color gris se encuentra al costado de uno de los brazos del río Amarillo, revelando su majestuoso encanto y su rica historia milenaria.

La avenida Jincheng, que atraviesa Hancheng de norte a sur, es la principal vía con un kilómetro de longitud. A ambos lados se levantan tiendas que siguen el estilo arquitectónico de características únicas

En comparación con ciudades y dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), caracterizado por sus estructuras de dos pisos. En el piso de arriba se encuentra el almacén y en el de abajo está la tienda para atender al público, mientras que detrás del negocio se ubica la residencia. Los ladrillos verdes y los techos grises revelan un estilo característico del norte de China, toda vez que los numerosos detalles en las esculturas en ladrillo, madera o roca, los dinteles sobre las puertas, los recovecos y los callejones relatan una historia en particular.

Al final de la avenida se levanta la Pagoda Dorada, mientras que a sus pies hay tres templos –Wenmiao, Dongying y Chenghuang– y residencias autóctonas. El Museo de la Municipalidad de Hancheng se localiza en el primero de estos templos y cuenta con una rica colección de artefactos culturales e históricos representativos de la ciudad. Además, debido a sus bien conservados siheyuan (tradicionales residencias en torno a patios interiores), Hancheng es conocida también como la “pequeña Beijing”.

El valor artístico de Dangjia

La aldea de Dangjia, situada en el noreste de Hancheng, fue construida en 1331 durante la dinastía Yuan (1271- 1368). Las viviendas aquí son representativas de las residencias antiguas de las provincias de Shanxi y Shaanxi.

Al entrar en Dangjia, uno puede apreciar sus callejones adoquinados y altas puertas, cuyas distintas formas dan cuenta de la antigua prosperidad de la aldea. Entre las estructuras arquitectónicas se encuentran caminos con piedras verdes, castillos, templos, pagodas, pabellones, pórticos, escuelas y templos ancestrales. Entre todos ellos resaltan 125 siheyuan, con un total de más de mil habitaciones, que no solo remiten a las personas al pasado y revelan la animada vida al interior de sus muros, sino que poseen, además, un alto valor artístico.

Huellas en la historia

El Templo de Sima Qian se construyó en el año 310 durante la dinastía Jin del Oeste (265-316). Situado en una montaña al sur de Hancheng, el templo fue incluido en 1982 en la lista de reliquias culturales bajo protección a nivel nacional por el Consejo de Estado y fue catalogado como zona turística de categoría 4A en 2014.

Al entrar al templo hay un pórtico de madera que fue reconstruido en la dinastía Qing (1644-1911) con la inscripción “templo del gran historiador Sima”. Al subir por un costado se encuentra el Templo del Rey Yu el Grande, el Templo Zhangyao y el Templo Sansheng. Siguiendo ese camino se ve otro pórtico construido durante las dinastías Yuan y Ming donde se lee “gran admiración a la alta montaña”, el cual simboliza la virtud del historiador Sima Qian. Luego hay otro pórtico y 99 escalones antes de llegar al Templo de Sima Qian. Al este se encuentra el río Amarillo, al oeste se alza la montaña Liangshan, mientras que al sur se observa una gran muralla que se remonta a la época Wei (403-225 a. C.) y al norte, un río.

Durante los últimos años, la ceremonia para rendir culto al gran historiador Sima Qian se ha convertido en un importante acontecimiento cargado de simbolismo cultural e histórico que ha atraído a un creciente número de turistas.

El paso Longmen (“Puerta del Dragón”, en español), situado a 30 km al norte del poblado de Longmen, es otro lugar de gran interés turístico en Hancheng. Los dos precipicios a ambas orillas se encuentran frente a frente como una puerta. Según la leyenda, solo un dragón divino podía atravesarlo, por lo que se le dio el nombre de “Puerta del Dragón”, aunque se dice que también se le habría llamado “Puerta de Yu” en la época en que Yu el Grande, de la dinastía Xia (siglo XXI a. C.-siglo XVII a. C.), logró poner fin a la inundación que azotaba la zona.

Desde la antigüedad, el paso Longmen ha sido un camino vital para conectar las provincias de Shanxi y Shaanxi. Tras conducir cuatro kilómetros río arriba en coche desde Longmen, los visitantes llegan hasta Shimen, o la “Puerta de Piedra”, donde se ubica el punto más estrecho del río Amarillo, con apenas 60 metros de ancho. Luego, otros 38 kilómetros río arriba por el mismo camino, se encuentran las impresionantes cataratas de Hukou.

Un encanto particular

“Hancheng cuenta con muchas historias, desde sus tambores tradicionales hasta sus bocadillos típicos, como los panecillos coloridos y los tallarines con cordero, todo lo cual refleja el encanto de los habitantes locales, mientras se escucha por las calles la tradicional ópera de Shaanxi”, dijo alguna vez el famoso escritor Ye Linzhi.

De esta forma, un recorrido por la zona reconstruida o por el casco antiguo, donde se observan calles, aldeas, pagodas y puentes de antaño, nos sumerge en el pasado y, a la vez, revela todo el encanto que Hancheng ofrece a sus visitantes.

Más allá de contemplar los edificios de estilo Ming y Qing, no se puede dejar de probar algunos de los platos más típicos, tales como hundun (ravioles con forma de mariposa), tallarines con cordero, pasteles rellenos de sésamo, xianglahubu (tallarines gruesos picantes con trozos de carne) o pasteles hechos con arroz glutinoso, todos los cuales son tan deliciosos que se hace agua la boca.

Durante los últimos años, sus habitantes han desarrollado la industria de la cayutana china, con una serie de productos como cerveza, yogur, e incluso cosméticos de cayutana, entre otros. También vale la pena mencionar el pastelillo dulce de Hancheng, que además de harina tiene nueces, dátiles, sésamo y cacahuates.

Al mismo tiempo, las autoridades locales han hecho grandes esfuerzos para convertir a Hancheng en un lugar de gran interés turístico, a través de nuevas instalaciones y servicios, y sobre todo mejorando la red vial con el fin de facilitar el transporte y desplazamiento de los visitantes. En esa línea, el 11 de octubre pasado, el tren de alta velocidad –de 160 km por hora– hizo su primer viaje entre Xi’an y Hancheng, acortando así la ida a menos de dos horas. De esta forma, se espera que el tren facilite el transporte entre las dos ciudades, además de los intercambios con las áreas aledañas.

Durante siglos, diversos reinos y dinastías han florecido, mientras otros han sucumbido, pero la civilización siempre ha perdurado. Hancheng es un testimonio vivo de esta historia, donde un paseo por sus antiguas calles y recovecos nos invita a sumergirnos en una civilización que ha superado la prueba del tiempo.

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