5 minute read

La realidad de las mujeres

Next Article
8 de Marzo

8 de Marzo

LA REALIDAD DE LAS MujeresEN EL MUNDO LABORAL: HECHOS Y RETOS

Por: Mtra. Noelia Caro

Advertisement

Quizas aún no lo no hemos notado, pero al menos en mi experiencia, se vuelve cada vez mas común en las charlas de amigos o familiares hablar sobre los temas de equidad de género, acoso y violencia hacia las mujeres asi como su participación en la vida laboral y pública.

Estas “charlas” se estan posicionando como parte de los discusiones polémicas, en las que es díficil ponernos de acuerdo, pero a pesar de ello, es un tema del que queremos hablar, discutir y entender. Esto sin duda, representa uno de los mayores avances en el camino por la equidad de género.

Hoy, la agenda de las mujeres, no es solo una agenda de pequeños grupos, hoy, la agenda de las mujeres, es una agenda de todos, es la agenda del mundo.

Despues de los pequeños y grandes pasos que hemos dado, tratando de visibilizar la desigualdad e inequidad histórica entre hombres y mujeres, vale la pena, hacer una parada para reflexionar qué sigue, para entender la historia de injusticias hacia las mujeres que ha dado origen a las protestas y movilizaciones sociales que se han intensificado desde el año 2000.

Debemos reflexionar sobre los causas que han motivado cambios de reforma, donde por mandato de ley, la mujer debe estar representada en la vida pública del país.

Solo así, documentandonos, estudiando, escuhando opiniones de expertos, seremos capaces de formar criterios basados en el conocimiento sobre la realidad que por siglos han vivido las mujeres. Solo asi, seremos capaces de debatir con altura de miras un tema tan complejo y subjetivo que trastoca e invade lo más profundo de nuestro ser, nuestras costumbres, nuestro sistema de creencias que por miles de millones de años aprendimos y que hoy nos toca desaprender. Por lo anterior, buscando abonar a esta reflexión, donde los lectores de este artículo se estarán preguntando:

¿hacia dónde enfoco mi reflexión sobre el tema? ¿hacia dónde dirigo mis esfuerzos, para abonar a una sociedad más equitativa?

La respuesta correcta no existe y menos sobre un fenómeno que requiere una visión e intervención holistica, lo cual lo vuelve complejo y desafiente. Y aunque parezca una frase “cliche” debo decir que nuestro enfoque y esfuerzo debe estar en concordancia a nuestras posibilidades de acción e incidencia, donde cada persona, desde su trinchera, abone y aporte para lograr un verdadero equilibrio entre hombres y mujeres.

Por ello, si he dicho que debemos trabajar desde nuestras trincheras, lo que me queda de texto disponible quiero usarlo para enfocarme en un tema particular. El tema del participación de la mujer en el mercado laboral. Como Directora de un organismo empresarial, esta es mi trinchera y desde aquí, creo, podemos hacer mucho.

Esta útlima parte la divido en 2 ideas. La primera, enfocada en mostrar la situación actual y problemática que viven las mujeres dentro del mercado laboral. La segunda, desde una opinión personal, y con una perspectiva empresarial, me enfoco en los retos que como empresas debemos hacer frente, para mejorar las condiciones y oportunidades de la mujer en el mundo del trabajo.

Respecto al primer punto, la situación laboral de las mujeres aún deja mucho que desear, ¿Por qué? veamos que nos dicen los datos.

De acuerdo con datos de PNUD y ONU Mujeres, en el mundo, del total de la Población Económicamente Activa de los hombres (hombres en edad y disposición a trabajar) el 80% tiene un empleo.

Mientras que del 100% de las mujeres economicamente activas, solo el 47% tiene un trabajo. Es decir, más del 50% de las mujeres que estan en edad y disposición a trabajar, no lo pueden hacer (las razones, esas las explicaremos en otro articulo).

Ahora, revisemos a los hombres y mujeres que son parte del mercado laboral. Por un mismo trabajo, con un mismo descriptivo de puesto, una mujer gana 30% menos de lo que gana un hombre. Y si se trata de alcanzar los más altos puestos directivos, solo el 22% de las mujeres lo logra. Es decir, el mercado laboral, sigue siendo dirigido por hombres en una mayoria abrumadora.

Y un dato que ya es sabido por muchos, pero vale la pena recordarlo las veces que sea necesario, el trabajo no remunerado, recae en un 90% en las mujeres. Entonces, la cruda realidad del mundo nos dice que de las mujeres en disposición a trabajar, solo 5 de cada 10, obtendran un trabajo. A esas 5 mujeres, que logran conseguir un trabajo, les pagarán 30% menos de lo que se le pagaría a un hombre; y su probabilidad de llegar a un puesto directivo es tan solo del 22%. Agregando la cereza de pastel, de que la probabilidad de que los trabajos sin paga recaigan sobre una mujer es de 9 a 1, respecto a los hombres. Para el caso de México, los datos son un reflejo de las cifras mundiales.

Y no puedo dejar de mencionar, un dato por de más preocupante, de los 193 paises del mundo, 129 (66%) presenta al menos una diferencia legislativa que restringe las oportunidades económicas para las mujeres.

En 79 paises poseen leyes que limitan el tipo de empleo que las mujeres pueden ejercer y en 15 más, los esposos pueden oponerse a que sus esposas trabajen e impedirles que acepten un empleo. Cuando creemos que hemos avanzado, llega la realidad a golpearnos la cara. No podemos negar que hoy las mujeres están mejor que ayer. Pero en este mundo todo es relativo, y sí, estamos mejor que hace 100 años, pero nuestro referencia e ideal es estar en igualdad de condiciones que cualquier otro ser humano.

Los retos en el mercado laboral son desafiantes. Lo primero que tenemos que hacer es reconocerlos y trabajar sobre ellos.

Del lado de las empresas hay mucho por hacer. Es una realidad que el sector público ha actuado para generar las condiciones para que las mujeres pueden incorporarse sin obstáculos y con oportunidades en la vida laboral pública del país. Sin embargo, para el caso del sector privado, son contadas las empresas, que tienen reglas claras que garanticen la eliminación de la brecha salarial entre sus trabajadores, que cuenten con protocolos para evitar la violencia y el caso y que muestran evidencia de procesos que promueven el ascenso de sus colaboradores, sin importar el género. Estas son nuestras tareas, y sobre éstas debe estar nuestro enfoque.

This article is from: