paz
Agenciadoras de Puentes de lo local a lo global
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Puentes de lo local a lo global
Corporación de Investigación y Acción Social y Económica –CIASE– Diagonal 40A No. 14-75 Teléfono (57-1) 3381615–3382317 Bogotá, Colombia ciase@ciase.org www.ciase.org Investigación Internacional: Nerea Balbitua Diana García S. Investigación Nacional: Ana Paola Tinoco
Diana García S. Retroalimentación Colectivo de Pensamiento y Acción Mujeres, Paz y Seguridad Aportes conceptuales Rosa Emilia Salamanca Carolina Dávila Coordinación Editorial María del Pilar López Patiño Todos los contenidos están bajo licencia creative commons. Reconocimiento no comercial – Compartir bajo la misma licencia 2.5 Colombia License Bogotá, Colombia Abril, 2015
Contenido 5
Agenciadoras de Paz - Puentes de lo local a lo global
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Principales retos para la revisión documental
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Metodología
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Integración documental
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1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
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2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
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3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
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Conclusiones
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Perspectivas de investigación y debates pendientes
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Campos para el pensamiento
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Bibliografía
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Bases de datos
Agenciadoras de paz Puentes de lo local a lo global Colectivo de pensamiento y acción mujeres, paz y seguridad
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multiplicidad, y diversidad social, cuyo punto común es su pensamiento y trabajo para y por la construcción de la paz duradera.
que el Colectivo pueda reconocer sus aportes y los caminos más innovadores en el contexto glocal, con un énfasis en Colombia. Esta documentación hace parte de un proceso más amplio, liderado por el Colectivo de Pensamiento y Acción Mujer Paz y Seguridad, como- un espacio de pensamiento y acción de mujeres, de diversos sectores sociales, que buscan edificar apuestas conjuntas para construir paz y transformar las formas de gestionar y tramitar los conflictos en Colombia. El Colectivo, en julio de 2012, identificó la necesidad de llevar a cabo un proceso de documentación del estado de las discusiones, argumentos y enfoques en relación con las apuestas y discursos en torno un paso previo a una investigación más amplia que se construirá partiendo de las conclusiones de esta
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a construcción de paz y la transformación de los conflictos –en escenarios de conflicto interno armado, guerra y en los escenarios cotidianos– es un desafío para las sociedades. Existen múltiples acercamientos y propuestas que buscan encontrar otros caminos, para resolver estos retos, sin recurrir a la eliminación física o simbólica de la otredad, que en muchas ocasiones parten de las acciones y propuestas de mujeres. En espacios formales de debate, de construcción de agendas, de definiciones políticas y de política en torno a cómo transformar estos conflictos, las voces de las mujeres son invisibles (ámbitos globales, nacionales y locales), a pesar de ser protagónicas en espacios cotidianos. Se busca trascender este naturalizado silencio. Este es un acercamiento en el que se identifican aportes, concepciones, prácticas y motivaciones
hallado que hacer visibles las afectaciones y los dolores suele convertirse en la prioridad en sociedades atravesadas por las violencias y los conflictos bélicos; sin embargo, desde el Colectivo de Pensamiento y Acción: Mujer, Paz y Seguridad nos hemos puesto a la tarea de presentar los esfuerzos de sistematización, recopilación y análisis de los caminos y haceres de las mujeres en el mundo y, en especial, de las colombianas, hacia la construcción de paz. Resulta, entonces, una “fotografía” en algunos aspectos borrosa e inacabada del momento actual, en cuanto a los avances y propuestas que las mujeres y sus organizaciones, crean en torno a la construcción de la paz y la transformación
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fase de documentación en el escenario internacional y en el ámbito nacional (Colombia). Somos conscientes de que escribir sobre las mujeres como constructoras de paz es un aporte en la edificación de memoria histórica plural y diversa que incluya las voces, las ideas y los haceres que suelen oírse menos. Además, estamos convencidas de que al visibilizar los caminos, lenguajes y estéticas que han creado se contribuye a reforzar los procesos de autonomía y participación política y social de mujeres de diferentes edades, orígenes étnicos, pertenencias religiosas, orientaciones sexuales, identidades de género, capacidades, ideales e idearios políticos y condiciones socio-económicas. Se debe reafirmar que el camino para construir paz ha sido, y será, un largo proceso en el que siempre han participado mujeres, porque la paz duradera sin mujeres, no existe. Es importante caminar esta ruta desde el reconocimiento de la existencia de la pluralidad de las mujeres. No se aborda el análisis desde una posición esencialista o uniformadora que asume la existencia de un colectivo homogéneo, en el cual las mujeres hablan con una sola voz, desde una posición única. Las mujeres somos diferentes y, por lo tanto, nuestras motivaciones, metodologías y visiones de la paz también lo son. Algunos de los textos analizados parten de la siguiente premisa:
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Las mujeres no constituyen un grupo separado y homogéneo. Ellas son esposas, madres e hijas de hombres (y mujeres) que participan en la guerra (make war), y sus vidas son inseparables de las de sus parientes y vecinos […] Asimismo, las experiencias de las mujeres no son universales y varían de acuerdo a su posición social. Las experiencias de las mujeres mayores difieren de las experiencias de las más jóvenes, las de las mujeres más ricas de las experiencias de las más pobres, las experiencias de las que pertenecen a un clan o a una etnia de las que pertenecen a otro […] Registrar las experiencias y el activismo político de las mujeres resalta un conjunto de debates que son relevantes para la comprensión del cambio político y social, que van desde la naturaleza y el impacto social de la violencia, hasta la globalización y el papel que juega la solidaridad internacional.
Sin embargo, a pesar de la gran importancia de reconocer la diferencia de las experiencias de las mujeres –sus diversos orígenes, posiciones sociales y económicas, vivencias del conflicto, etc.–, también es fundamental hacer la pregunta por la existencia de elementos comunes en los haceres y pensamientos de las mujeres sobre la paz y el camino para construirla. ¿Existen elementos comunes dentro de esta diferencia? En caso afirmativo, ¿cuáles son estos? Al ser una pregunta amplia, desde el Colectivo se construyeron tres preguntas que hicieran posible entender en qué medida existe un camino común o caminos comunes para construir paz desde las mujeres. La pregunta inicial fue: ¿qué motiva a las mujeres a trabajar por la paz? También se exploró sobre cuáles son los pensamientos que cimientan las concepciones de paz de estos caminos: ¿tienen las mujeres una visión Para finalmente preguntar por los haceres, las múltiples maneras en que los pasos en estos andares se han edificado: ¿qué metodologías y conceptos utilizan las mujeres en la construcción de la paz? Se cambió la primera pregunta, que inicialmente era: ¿qué mujeres construyen paz? Nos habíamos puesto en una encrucijada esencialista, ya que buscábamos generar grupos más o menos homogéneos de mujeres, cuyas prácticas y apuestas de construcción de paz, rompían nuestra lógica de los múltiples encuentros en la diferencia. Por ello, cambiamos la pregunta hacia la motivación, buscando entrever cuáles son los impulsores y las razones, que llevan a que las mujeres, en su multiplicidad, se encuentren en el camino común de construir una paz duradera y cotidiana. Durante este proceso, como un susurro, hemos sentido una voz constante que nos convida a pensar y a optar por maneras de incidencia y acción, en tiene la construcción de paz en Colombia, pero a su vez nos-reconozcamos en los discursos más amplios de las mujeres en el mundo, buscando puentes con
otras latitudes; en las que las vivencias sorprenden por las semejanzas en los caminos hacia la paz y entristecen por las similitudes en los dolores, pasados y presentes violentos.
Colombia, nombrada como: Mujeres, autoras y actoras de paz en Colombia; seguido por las conclusiones del proceso y caminos para continuar profundizando en los pensamiento y las acciones.
Para llegar a esta conclusión, hemos recorrido un proceso que se ve reflejado en este documento, el cual está compuesto por: la explicación de la metodología utilizada para la revisión documental, un aparte sobre los desafíos y retos presentes en el proceso; una sección que recoge los discursos recurrentes sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS); seguido por lo hallado en el ámbito internacional, denominado: Mujeres construyendo paz en lo glocal; a continuación la documentación sobre
Esperamos que esta documentación contribuya a la visibilidad de las motivaciones, acciones, concepciones y propuestas de las mujeres como constructoras de paz tanto en Colombia, como en el mundo. Además, que motive a las mujeres, desde los múltiples ámbitos de acción y pensamiento para la construcción de paz, a sistematizar, escribir y buscar métodos de documentación de todo aquello creado desde lenguajes paralelos: lo que vemos, sentimos, cantamos, sonamos, soñamos.
Principales retos para la revisión documental No podríamos decir que esta fue una tarea sencilla, nos ha llevado más tiempo de lo planeado y hemos aprendido de las multiplicidad de retos presentes en los procesos para visibilizar lo dicho y hecho por las mujeres en los caminos hacia resaltar los más importantes, tanto para el proceso nacional como internacional. Un primer reto ha sido el tiempo limitado para llevar a cabo la revisión documental (internacional y en Colombia), que se extendió y
Se contó con un equipo pequeño para la magnitud de los retos y las preguntas construidas. Tres personas estuvieron de manera directa en el proceso, desde Bogotá, Barcelona y Londres. La magnitud de
la búsqueda dejó la enseñanza de que en el futuro se debe avanzar hacia temas más específicos en el marco de la construcción de paz desde las mujeres en el mundo y en Colombia. Uno de los desafíos que tomó más tiempo y que implicó generar diversas rutas metodológicas, fue establecer qué documentos elegir y cuáles debían ser los criterios para su selección. Este documento no incluye todo lo escrito, siendo un insumo, más que un relato cerrado, para un largo camino que se tiene como sociedad:
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y la necesidad de crear un documento más robusto y articulado. Siendo conscientes de que es necesario contar con más tiempo para generar un proceso de investigación que trascienda la revisión de lo ya dicho, para documentar vivencias y procesos de construcción de las mujeres actualmente en el ámbito glocal.
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Visibilizar y reconocer los papeles, aportes y propuestas de las mujeres para construir una paz duradera. La mayoría de los recursos analizados en el ámbito internacional están escritos en inglés, mientras que el documento de análisis se ha construido en español; esto ha supuesto tener que dedicar parte del tiempo disponible a la traducción de contenidos. Este reto ha llevado a la reflexión en torno a la necesidad de generar acciones que diversifiquen la disponibilidad de materiales en múltiples idiomas, que permitan visibilizar las propuestas en múltiples escenarios y no perpetuar las brechas idiomáticas presentes en muchas sociedades, donde quienes tienen más recursos tienen mayor acceso a la información y a los conocimiento múltiples; sin perder de vista la necesidad de construir los materiales y propuesta del Colectivo al menos en inglés y español para que se difundan en los escenarios globales de diálogo en torno a la construcción de paz. Un hecho que sabíamos desde el momento en que construimos las preguntas –pero que a su vez no éramos conscientes del impacto práctico que tendría en el proceso de análisis y de construcción de categorías– fue que: los recursos analizados no ofrecen respuestas explícitas a las preguntas planteadas como eje de la documentación, sino que responden a distintos objetivos para los que han sido creados, por lo que ha sido necesario extraer la información relevante que nos permitiera contestar las preguntas formuladas. Eso nos ha implicado “tensionar” los textos hasta cierto punto; situación que se ha menguado con los criterios de selección de textos. La amplitud de lo encontrado y de las emociones que nos ha producido encontrar tantos haceres y
Metodología
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Este proceso ha tenido aspectos comunes en el desarrollo de la documentación en el ámbito nacional e internacional, pero a su vez algunas diferencias debido a la magnitud diferencial de los procesos y de los recursos bibliográficos disponibles.
concepciones de las mujeres sobre las maneras de construir paz, ha hecho que sea difícil no usar tiempo para seguir profundizando o seguir explorando los relatos y vivencias. La sensación de “inacabado” se profundizó a medida que el camino se adentrabas en en su diferencia, generan mecanismos y lugares de análisis cada vez más robustos y complejos.
relevante para un proceso ampliado de investigación, ha partido de un reto constante en este camino: no se escribe y documenta todo lo que hacen y piensan las mujeres en sus apuestas por construir paz, incluso se podría decir que se escribe poco sobre las acciones y pensamientos de las mujeres, en su multiplicidad, por habitar sociedades en paz. Existe un sub-registro significativo de las acciones y apuestas de las mujeres para construir paz; existiendo escasa bibliografía que estudie y visibilice –de manera directa–, el papel que han tenido las mujeres y sus organizaciones en la
Es importante resaltar que las investigadoras vivimos sucesos vitales ligados estrechamente a la apuesta de análisis. La vivencia personal de hechos ligados a las violencias, y en especial a aquellas en el marco del conflicto armado, ha enriquecido el documento e implicó que la construcción tuviera momentos más lentos porque ha sido parte de un proceso complejo de elaboración de hechos violentos y dolorosos. Esta situación vital, junto a lo encontrado, nos ha hecho conscientes de que un gran número de mujeres que trabajan en torno a la paz, en la vida cotidiana, desde el activismo, desde la institucionalidad o desde la academia, todas atravesadas por la guerra y las violencias.
Este proceso parte de las preguntas construidas conjuntamente por el Colectivo de Pensamiento y Acción Mujeres, Paz y Seguridad, las cuales buscaban ser una puerta para robustecer las acciones y construcción conceptual del grupo, y para generar escenarios de investigación poste-
buscaba dar insumos para identificar aquellos aspectos novedosos las acciones y pensamientos del Colectivo. A partir de las experiencias vividas por quienes integran el Colectivo, se generó una pregunta general de este proceso, que fue la guía para hacer una documentación: ¿Qué se ha escrito sobre Mujeres y Paz? en el ámbito internacional y en Colombia. Con el fin de generar varias rutas de entrada a estar pregunta, se
¿Qué motiva a las mujeres a trabajar por la paz? ¿Tienen las mujeres una visión específica (y diferente) de lo que significa Paz? esta pregunta nos dimos a la tarea de explorar qué pensamientos son los que cimientan las concepciones de paz de estos caminos: ¿Qué metodologías y conceptos utilizan las mujeres en la construcción de la paz? El haceres, las múltiples maneras en que se han edificado los pasos en estos andares: Ruta de desarrollo del proceso de documentación.
En el ámbito internacional:
Figura 1. Descripción ruta de revisión documental.
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Identificación de recursos disponibles, con el fin de analizar las maneras más recurrentes en las que se presenta y ¿Cuáles son las potencialidades y dificultades que existen en estos recursos?
Se ha buscado diversificar el tipo de documentos revisados. Con este fin se han analizado libros, informes de proyectos, estudios de caso, historias de vida y documentos temáticos. Temporalmente el texto más antiguo es el de 1998 y los más recientes de 2012. Se tomaron elementos previos para analizar los antecedentes históricos de la construcción de paz, desde la mujer en el mundo. Los textos revisados han sido escritos por: organizaciones e individuos, del ámbito de la sociedad civil, del Sistema de Naciones Unidas y algunos entes gubernamentales.
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Análisis de bases de datos
Análisis de 16 bases de datos en diferentes ámbitos (universidades, centros de investigación, organizaciones de la sociedad civil y entidades pertenecientes a las Naciones Unidas), en distintas localizaciones geográficas y se hizo la búsqueda en varios idiomas: Inglés, Francés y Castellano.
Figura 2. Descripción análisis de datos.
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Selección de documentos a partir de los criterios establecidos.
Análisis de 16 bases de datos en diferentes ámbitos (universidades, centros de investigación, organizaciones de la sociedad civil y entidades pertenecientes a las Naciones Unidas), en distintas localizaciones geográficas y se hizo la búsqueda en varios idiomas: Inglés, Francés y Castellano.
Figura 3. Definición selección de textos.
Los criterios de selección establecidos fueron: Textos representativos de autoras que trabajan sobre mujeres y paz, dándole forma a los argumentos relativos a estos temas. Variedad geográfica, para hacer que las respuestas a las preguntas, sean lo más globales posibles. Variedad de experiencias, con el fin de robustecer los análisis. Variedad de fuentes que producen textos, tanto institucionales como no institucionales.
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Análisis de bibliografía relevante.
La cuarta fase del proceso de documentación internacional se ha centrado en el análisis de bibliografía relevante. Ésta ha incluido libros, artículos, informes y entrevistas. Se han realizado reseñas sobre textos significativos que han servido de base al análisis de las motivaciones, concepciones y haceres de las mujeres hacia la construcción de paz.
Figura 4. Descripción análisis de documentos.
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Descripción asistencia a eventos.
Análisis de 16 bases de datos en diferentes ámbitos (universidades, centros de investigación, organizaciones de la sociedad civil y entidades pertenecientes a las Naciones Unidas), en distintas localizaciones geográficas y se hizo la búsqueda en varios idiomas: Inglés, Francés y Castellano.
Figura 5. Descripción asistencia a eventos.
Los eventos especializados a los que asistieron fueron: Una conferencia que la organización sueca Kvinna till Kvinna, llevó a cabo en Bruselas para presentar la publicación “Equal Women-Lasting Peace”, en la que se analiza la participación de las mujeres en los procesos de paz –con énfasis en procesos de negociación– y aportes a éstas. También se participó en el lanzamiento del último Informe sobre Seguridad Humana, en Londres. El Informe analiza de manera crítica, las narrativas dominantes en torno a violencia sexual contra las mujeres, asociadas a los conflictos armados. A estos, se suma el seminario organizado en Londres, en octubre de 2012, por Conciliation Resources (CR), cuyo objetivo fue analizar el común e intercambio de experiencias sobre mujeres construyendo la paz. Este seminario sirvió para compartir experiencias entre el staff de CR, algunas personas externas a la organización (Diana Francis –Consultora con larga trayectoria en este tema– y Lee Webster, de WomanKind Worldwide) y un grupo de personas de organizaciones con las que CR trabaja en Fiji, India y Pakistán, para quienes MPS es un enfoque prioritario en su trabajo. Este seminario se articuló en torno a cuatro temas de discusión: metodologías para la identificación, apoyo y consolidación de los roles de las mujeres en la construcción de la paz; integración de las diferencias internas entre las mujeres en el trabajo con éstas; creación de alianzas estratégicas en el área de MPS; e integración –o no– de los hombres en el trabajo de MPS. En el seminario participaron 27 personas con experiencia en distintos países y regiones: Sur del Cáucaso, India, Pakistán, Colombia y Filipinas). Este seminario fue seguido de la presentación del último informe de organizaciones WomanKind, ActionAid y la Universidad de Sussex (Reino Unido), sobre iniciativas locales de paz de mujeres en Afganistán, Liberia, Nepal, Sierra Leona y Pakistán. Las discusiones que tuvieron lugar en el marco de esta presentación también se han incluido como aporte en este proceso de documentación.
Figura 6. Descripción fase de conversatorios.
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Conversaciones con mujeres agenciadoras de paz, en diversos ámbitos.
También se tuvieron una serie de conversaciones con mujeres que trabajan sobre los aportes, prácticas y propuestas de las mujeres en escenarios de construcción de paz, en especial aquellas que han estado involucradas en acciones globales de promoción de la participación de mujeres en escenarios de conflicto y post-acuerdos.
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Construcción de mapeo global de organizaciones de trabajan sobre mujeres y paz.
El maleo tenía como fin visibilizar. Se construyó un mapeo (Ver anexo) de iniciativas globales y locales (de mujeres constructoras de paz en todos los países del mundo), el cual buscaba identificar algunas dinámicas nacionales, regionales, continentales y globales con respecto a los temas de mujeres, paz y seguridad.
Figura 7. Mapeo global de mujeres constructoras de paz.
En el ámbito nacional (Colombia)
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Revisión y clasificación de la producción documental.
Revisión y clasificación de la producción documental de organizaciones de mujeres, organizaciones que trabajan por la paz, universidades y centros de investigación; que incluyó el registro de fuentes primarias (sistematizaciones de acciones e iniciativas) y de fuentes secundarias (análisis externo de las mujeres como actoras de paz). ¿Qué se ha escrito sobre mujer y paz en Colombia?
Figura 8. Descripción metodología revisión documental.
Se revisaron libros, revistas, informes y memorias de encuentros, congresos y seminarios disponibles tanto en medios físicos como digitales. Entre éstos, se tuvieron en cuenta: Producción bibliográfica y documental de… … organizaciones no gubernamentales de mujeres que trabajan sobre mujeres y paz en Colombia. … de centros de investigación relacionados con los estudios de paz en el país y sus aproximaciones y acciones relacionadas con la visibilización de las mujeres como actoras de paz. Los títulos, autores y autoras relevantes disponibles en las bases de datos de bibliotecas en Colombia, como Biblioteca Luis Ángel Arango, Biblioteca Nacional, Biblioteca Pontificia Universidad Javeriana, Biblioteca Universidad Nacional de Colombia, Biblioteca Universidad del Valle, entre otras.
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Análisis de documentos seleccionados.
Cabe resaltar que en este proceso de documentación se revisaron y analizaron 180 títulos, siendo un significativo barrido de los existentes sobre el tema de mujeres y paz en Colombia. Elaboración de más de 100 reseñas que resumen cada documento e identifican si responde a las preguntas sobre ¿Qué paz construyen las mujeres? ¿Qué las motiva? y ¿Cuáles métodos utilizan para la construcción de paz?
Figura 9. Descripción análisis de documentos.
Criterios de selección: Analizar si las mujeres que escribían sus experiencias se asumían como constructoras de paz; en la mayoría de documentos que se registran, es clara esta característica. Se puede identificar un hablar como mujer y, desde el hecho de asumirse mujer: yo mujer escribo, nosotras mujeres escribimos, yo mujer hago, nosotras mujeres hacemos, yo mujer pienso que…, nosotras mujeres pensamos que… A partir de este criterio, se identificó la existencia de apuestas colectivas y experiencias individuales: el primer grupo comprende las acciones y documentos que surgen de grupos, organizaciones y colectivos de mujeres; el segundo, incluye a autoras y lideresas, que en sus acciones y libros, aportan directamente –en la práctica o en la teoría– a la paz en Colombia. La consciencia que se está y estaba trabajando para aportar en la construcción de paz; siendo necesario que en los documentos registrados, se evidencia –tanto en las acciones, como en iniciativas– una intencionalidad explícita por construir, aportar y/o trabajar hacia la paz.
Figura 10. Mapeo nacional mujeres constructoras de paz.
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Análisis de documentos seleccionados.
Cabe resaltar que en este proceso de documentación se revisaron y analizaron 180 títulos, siendo un significativo barrido de los existentes sobre el tema de mujeres y paz en Colombia. Elaboración de más de 100 reseñas que resumen cada documento e identifican si responde a las preguntas sobre ¿Qué paz construyen las mujeres? ¿Qué las motiva? y ¿Cuáles métodos utilizan para la construcción de paz?
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Integración documental Inicialmente cada ámbito (nacional e internacional) tenía un documento de análisis diferente, sin embargo, se consideró necesario construir un documento unificado que permitiera enriquecer el diálogo entre los dos procesos. Ya que una de las grandes conclusiones de este camino ha sido que lo
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global es más glocal que simplemente internacional y que la posibilidad de ver la experiencia colombiana como un relato con diferencias y semejanzas a otras localidades y al discurso internacional es fundamental para potenciar acciones conjuntas y visibilizar las voces, haceres, pensamientos y propuestas de las mujeres en los ámbitos institucionales y cotidianos de construcción de paz.
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz – Imaginarios y Realidades– Our function is to establish new values, to create an overpowering sense of the sacredness of life, so that war will be unthinkable; so that when international disputes arise, even of the most grave character-when lives have been lost, when our rights have been clearly invaded-we shall not turn to wholesale, deliberate destruction of life as the means of settling those disputes, of avenging those deaths, of asserting those rights (Eastman, julio 24, 1915).
que pretenden ser más neutrales, pero que se toman menos tiempo en entender las dinámicas de construcción cultural del “ser mujer” en las distintas sociedades que se enfrentan al reto de construir paz. Sobre todo porque estos intentos se dan en contextos de conflicto, guerra o disputa armada, en escenarios urbanos y rurales donde se define que existe paz como noción negativa de
Uno de los argumentos más frecuentes que se sustentan en los supuestos culturales que dan pie a las divisiones simbólicas entre los masculino y los femenino, y su asignación sexuada, con base en el sistema sexo-género, es: las mujeres son hombres. Esta idea se basa en una noción, que parte de acercamientos antropológicos y sociológicos tradicionales, que asumen que la imagen primaria de los hombres es que han construido su rol social como “guerreros”–aquellos que tienen la capacidad de decidir sobre la muerte de otros y de otras–, en contraposición con el deber ser social de las mujeres,
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
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s indispensable tener en cuenta que los argumentos más recurrentes sobre mujeres, paz y seguridad (MPS), suelen tener dos fuentes principales: las mujeres y quienes hablan de ellas; esto hace que existan diferentes ópticas que muestran experiencias y propuestas. Muchas de estas perceptivas, aunque intentan ser objetivas, están influenciadas por los supuestos culturales que sustentan los binomios: mujer/hombre= femenino/ masculino; y el gran listado de atributos naturalizados a estos binomios, lo cual contribuye a que sea necesario acercarse a las experiencias concretas y tomar una breve distancia de algunos acercamientos,
cuales hay dinámicas sustentadas en las violencias culturales, simbólicas, físicas y psicológicas.
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vistas como “las madres”, es decir: “naturalmente cuidadoras y protectoras de la comunidad y de la vida”.
posteriores: 1820, 1888, 1889, y 1960, han servido para hacer visibles las consecuencias diferenciales
La construcción simbólica de muchas culturas personifica a los hombres con las deidades de la guerra yel conflicto, mientras que las de la abundancia y la paz suelen son mujeres, contribuyendo a la perpetuación de estereotipos de sexo-género. Aunque la antigua Grecia es una referencia que parte de una cosmovisión del mundo, la occidental tradicional,
(incluyendo la violencia sexual y de género, así como otros impactos a niveles político, social y económico), así como los papeles y contribuciones específicas de las mujeres a la construcción de la paz. Igualmente reconocieron que los aportes de las mujeres no están representados, incluidos y valorados. Resaltaron la importancia de una participación robusta e igualitaria de las mujeres en la construcción de la paz (con un
La paz ha sido representada a lo largo de nuestra historia occidental como mujer. La paz nació con cuerpo y atributos femeninos en la antigua Grecia, encarnada en la diosa Eirene, y su figura, relacionada siempre con la prosperidad y el bienestar, ha perdurado bajo formas y abstracciones diversas a lo largo de los siglos. (Martínez, 2000, p. 255).
Esta Resolución ha sido instrumental a la hora de poner estos temas en la agenda global y, hasta cierto punto, nacional y local. El marco creado por la Resolución 1325 presenta como incuestionables argumentos como: la mayor vulnerabilidad de las mujeres, su discriminación en los ámbitos de decisión o el aporte diferencial de las mujeres en las mesas de negociación. Al mismo tiempo, existe un acuerdo generalizado sobre la falta de aplicación de estas Resoluciones. Por ejemplo, la participación de las mujeres en las negociaciones de paz sigue siendo ad hoc (una media de 8% en 11 procesos de negociación analizados). Menos del 3% de los signatarios de acuerdos de paz son mujeres. Ninguna mujer ha sido jamás nombrada jefe mediadora, o mediadora líder en diálogos de paz auspiciados por las Naciones Unidas. De los 300 acuerdos de paz, tras el fin de la guerra fría, sólo 18 han incluido referencias a la violencia sexual en 10 conflictos (Burundi, Aceh, DRC, Sudan/Nuba, Sudan/Darfur, Filipinas, Nepal, Uganda, Guatemala, y Chiapas).
Además, estas nociones se profundizan con la forma como se cuenta la Historia, donde se prioriza la guerra y sus protagonista, por medio quien construye los sucesos que labran el destino de las sociedades. Las acciones cotidianas de cuidado, se presentan como realizadas por mujeres, como consecuencia de una construcción cultural que las enclaustra en el ámbito de lo doméstico, aunque sacralizadas en los escenarios de los discursivo. Ellas no hacen parte de lo tenido en cuenta para contar La Historia (Barreto, 2013). Estas construcciones culturales y el análisis de las organizaciones que trabajan por la paz en Colombia evidencian la ausencia de la mirada de las mujeres sobre el conflicto, así como sobre su papel diferencial como generadora de paz; esta revisión documental internacional se ha centrado precisamente en profundizar y abrir caminos de
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Para hablar de mujeres, paz y seguridad, es fundamental tener en cuenta las instancias y desarrollos institucionales que han dado pie al debate, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del 2000, y las Resoluciones
Existe pues, una experiencia limitada en relación con la participación (y por lo tanto los aportes) de las mujeres en las mesas de negociación, ya sea como negociadoras o como mediadoras. Al mismo tiempo, el ámbito local (el hogar, la comunidad) ha sido reconocido como el ámbito en el que las mujeres tienen un mayor espacio de actuación y protagonismo. La existencia de ‘dos universos paralelos (Anderlini, 2007): en uno de ellos (el hogar, la comunidad, el ámbito local, la sociedad civil) las mujeres son activas protagonistas en todas las esferas de la construcción de paz, en el otro (en los espacios de toma de decisiones a nivel nacional e internacional así como en las mesas de negociación) sus roles son invisibles, y su presencia extremadamente limitada.
El análisis de la documentación internacional nos ha permitido identificar una serie de argumentos que se repiten a la hora de resaltar el rol de las mujeres en la construcción de la paz. Hemos clasificado
estos argumentos en relación con las tres preguntas centrales de la documentación de forma que arrojen indicios de las respuestas que desglosamos en los
¿Qué motiva a las mujeres a trabajar por la paz? Las mujeres son intrínsecamente más pacíficas/ pacifistas que los hombres, Los conflictos afectan de forma diferente a las mujeres y a los hombres, el goce efectivo y realización de sus derechos. Diversas formas de violencia, entre las que se destacan las violencias basadas en el género y la violencia sexual, contribuyen a la inexistencia de paz duradera, y estas formas de violencia tienen un impacto diferencial a largo y corto plazo. Como respuesta a las afectaciones que el conflicto a tenido en sus vidas, sobre todo en sus familias las mujeres deciden involucrarse en las dinámicas de construcción de paz, muchas veces bajo la figura simbólica de la víctimas, la cual si les permitido e incluso obligado Por un compromiso político por la protección de los derechos humanos, los derechos de las mujeres y la construcción de sociedades diferentes. Porque en algún momento estuvieron involucradas
Las mujeres adoptan una definición más amplia de “Paz” que los hombres (más reducido a la ausencia de lucha), asumiéndola como un estado dinámico de transformación cotidiana de conflictos y gestión del poder a través de formas que no se sustentan en la eliminación de la otredad.
Las mujeres consideran que el bienestar en la cotidianidad debe ser incluido como parte de la noción de construcción de paz. Las mujeres proponen escenarios más participativos e incluyentes de construcción de paz. Las mujeres hace propuestas concretas sobre sus necesidades y afectaciones articulares en los procesos de construcción de paz.
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
¿Qué paz proponen las mujeres?
en los grupos armados y se consideran actoras de la generación de otras sociedades y posteriormente de la construcción de paz. Por terquedad, ya que muchas mujeres se han construido con un alto compromiso por sus comunidades o por la transformación de dinámicas en sus sociedades.
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Las mujeres crean y fomentan escenarios menos institucionalizados y más cotidianos para la paz y la Resolución no violenta de los conflictos. Las mujeres se reconocen diferentes y no consideran que el ser mujer- aunque es una excusa útil- sea suficiente para trabajar colectivamente hacia la construcción de paz. La paz pasa por encontrar puentes comunes más complejos, para que no sea sólo un instante de no violencia sino una apuesta de construcción cotidiana de bien-estar.
¿Qué conceptos y prácticas proponen las mujeres? (Métodos) Las mujeres aportan un elemento diferencial a las mesas de negociación (por el mero hecho de ser mujeres). Las mujeres actúan como mediadoras naturales a nivel local y comunitario. Un nexo “natural” existe entre las mujeres por el mero hecho de serlo. Las mujeres tienen un rol activo (pero desconocido, e invisible) en la construcción de la paz que se enmarca fundamentalmente en el ámbito familiar, local y comunitario. La Resolución 1325 ha visibilizado las barreras a la participación de las mujeres y, por lo tanto, ha potenciado el papel de las mujeres como actoras de paz. La presencia de las mujeres es vital para prevenir la violencia, parar la guerra y restaurar comunidades después del conflicto. Las mujeres en el ámbito local contribuyen a la reparación en el post-acuerdo y manteniendo de los lazos sociales durante el conflicto, por medio
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¿Quién y qué se escribe sobre Mujeres y Paz? Al analizar lo que se escribe sobre mujeres y paz en Colombia, se ha evidenciado la presencia de temáticas predominantes, entre las que vale destacar (iniciando con la de mayor frecuencia):
de los cuidados. Las mujeres no sólo son víctimas de la guerra, sino que subsidian su costo por medio de trabajo no remunerado (los cuidados del núcleo de las vidas) y “naturalizado” (relación paz y economía feminista). El tiene un doble efecto sobre las mujeres: abre una ventana de oportunidad para su participación en la construcción del nuevo escenario o puede suponer un retroceso en los derechos de las mujeres. Las mujeres proponen formas cotidianas para visibilizar el impactos del conflicto armado en sus vidas y comunidades. Las mujeres proponen medio creativos para transmitir los mensajes sobre impactos del conflicto, construcción de paz y transformación de conflictos. Las mujeres realizan procesos de incidencia conjuntos y organizados para visibilizar los impactos del conflicto, sus propuestas de construcción de paz y transformación de conflictos. Las mujeres generan escenarios articulados que mezclan lo cotidiano, lo político y el arte para la construcción de paz.
Construcción de paz. Historia de las organizaciones de mujeres y de las mujeres en el conflicto; Testimonios y experiencia de las organizaciones y movimientos de mujeres en Colombia. La paz y las propuestas de paz desde el feminismo. Memoria histórica desde las mujeres.
Pedagogía y educación para la paz. Participación política y empoderamiento de las mujeres. Cultura para la paz. El cuerpo como territorio de paz y campo de resistencia. La paz desde las víctimas del conflicto- Verdad, Justicia y Reparación. Resistencia civil y No Violencia. Implementación de la Resolución 1325. Afectación e impacto del conflicto en las mujeres. Tierra y territorio. Derechos humanos. Agendas para la paz. Madres y paz. Mujeres en los procesos de paz. Mujeres rurales. Paz integral. Vida libre de violencias como requisito para conseguir la paz. También se evidencia que la mayoría de documentos disponibles hacen referencia a las acciones nacionales, en contraposición a la escasa referencia al ámbito regional o local; las regiones con alguna presencia en la documentación son: el Caribe colombiano, el Magdalena Medio, Chocó, Cauca, Putumayo, Nariño, el Oriente Antioqueño, Medellín, Ciudad Bolívar- Bogotá, Montería, El Salado y Montes de María. En cuanto a las perspectivas desde las que se entiende la paz, los documentos disponibles pueden catalogarse como: Paz desde una perspectiva general. Paz con enfoque de género. Construcción de paz desde lo local. Participación directa en negociaciones de la paz. Paz y participación política de las mujeres.
Organizaciones de mujeres. El proceso de documentación incluyó documentos construidos por organizaciones y redes de mujeres del orden
En los textos se evidenciaban distintos enfoques relacionados a los derechos humanos de las mujeres y la construcción de paz; entre los que cabe destacar: Salud y derechos sexuales y reproductivos. Afectación del conflicto en las mujeres y acceso a la justicia de las mujeres víctimas del conflicto. Participación política de las mujeres. Acciones de paz protagonizados por mujeres. Reparación a las víctimas desde un enfoque de género. Siendo fundamental para estas organizaciones la visibilización de las violaciones y vulneraciones de los derechos humanos de las mujeres, tanto en el marco del conflicto como en los escenarios de la cotidianidad nacional (violencias de pareja, violencias urbanas, discriminación por el “hecho de ser mujer”, etc.). También se constató un esfuerzo por consolidar la participación política de las mujeres y el reconocimiento pleno de sus derechos. Cabe resaltar que sus aportes teóricos y metodológicos, e incluso de sus posiciones y posicionamientos sobre la paz, se desprenden de manera integral de sus acciones, iniciativas y esfuerzos, más que de una sistematización/enunciación explícita de los mismos. Organizaciones de paz. La mayoría de organizaciones hacen un abordaje genérico de la paz y no se identificaron documentos que explícitamente estudien el aporte de las mujeres a la construcción de paz; un escaso número de estudios tienen algunos acercamientos tangenciales. Cabe resaltar el reciente trabajo de Planeta Paz, que le da visibilidad a los aportes de las mujeres a la construcción de paz en el país. Universidades y Centros de Investigación. Se evidencia que la perspectiva de los centros y
1. Argumentos recurrentes sobre mujeres y paz
En cuanto a quiénes y qué escriben sobre mujeres y paz en Colombia, se quieren destacar algunas temáticas y posturas recurrentes, expuestas por organizaciones de mujeres, organizaciones de paz, centros de investigación y universidades.
nacional: Iniciativa de las Mujeres colombianas por la Paz (IMP), Fundación Sí Mujer, Ruta Pacífica de las Mujeres, Red Nacional de Mujeres, Sisma Mujer, Corporación Humanas, Casa de la Mujer y Corporación de Investigación y Acción Social y Económica (CIASE).
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grupos de investigación es más teórica que la de las organizaciones y gran parte de los aportes se enmarcan en la reflexión sobre el género. Se resaltan
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los aportes bibliográficos de la Universidad del Valle, un enfoque de género ha sido una prioridad.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal –Documentación en el ámbito internacional–
E
sta sección presenta las conclusiones con base en la lectura y análisis de una selección de la documentación existente sobre Mujeres y Paz en el ámbito internacional. En el ámbito internacional se hace referencia a publicaciones que recogen experiencias en distintos países y regiones, sin incluir a Colombia, puesto que existe un documento paralelo que lleva a cabo este análisis; siendo importante resaltar que en la mayor parte del documento. Se usa el término glocal, ya que… Busca dar respuesta a tres preguntas clave identificadas por el Colectivo de Pensamiento
¿Qué motiva a las mujeres a trabajar por la paz?
su rol vital en la edificación de la paz, entendida desde una noción de paz compleja y duradera. Este apartado describe las múltiples motivaciones
que llevan a las mujeres a realizar acciones, generar propuestas y promover procesos que hagan de la paz una noción política y vital fundamental en el trabajo colectivo e individual.
revisados se pueden agrupar en las siguientes categorías: Una experiencia personal en el conflicto. Cuando la vida familiar se ve atravesada por un suceso doloroso causado por violencias socio-políticas, ya
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Con la finalidad de entender cuáles eran y son los caminos que llevaban a las mujeres a trabajar por la paz y a promover procesos que contribuyan a la construcción de paz en sus sociedades y deconstruir el imaginario de que las mujeres son pacifistas y pacíficas
MPS: ¿Qué motiva a las mujeres a trabajar por la paz? ¿Tienen las mujeres una visión específica (y diferente) de lo que significa Paz? ¿Qué metodologías y conceptos utilizan las mujeres en la construcción de la paz? Permitiendo dar una mirada a la multiplicidad de formas de entender la paz y generar acciones para construirla, también rompe la visión única de las mujeres “pacifistas”, dando una visión sobre la multiplicidad de tonalidades, propuestas y apuestas que hay detrás de los procesos de edificación de paz y transformación de conflicto promovidas por las mujeres en el mundo.
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sean ligadas a una guerra, un conflicto armado o un conflicto urbano (entre otras formas de violencias) hace que las mujeres se involucren en procesos que reivindican la paz como una situación, un derecho y un futuro deseable. A menudo la necesidad de ‘hacer algo’ frente a la pérdida de un hijo o hija, o del marido o compañero como consecuencia del conflicto, empuja a las mujeres a tener un rol protagónico en la búsqueda de la paz. Los casos de mujeres que han jugado un papel esencial en países como Sri Lanka y Uganda testimonian, entre muchos otros, estas
En el seminario organizado por Conciliation Resources en octubre de 2012, participantes de la parte paquistaní de Cachemira explicaron cómo las mujeres cuyos maridos han desaparecido a consecuencia del conflicto (llamadas o ‘mitad viudas’), participan en la búsqueda de la paz asumiendo una visibilidad que posiblemente no hubieran tenido si sus estuvieran maridos vivos. Igualmente, el libro de Sanam-Anderlini apunta a esta hipótesis: los ejemplos de mujeres construyendo la paz que aparecen se refieren en su inmensa mayoría a mujeres atravesadas por el conflicto; muchas de ellas como madres que han perdido a sus hijas e hijos, como esposas que han perdido a sus esposos, como hijas... las mujeres llegan a la paz al identificar que su “rol tradicional” de mujer-esposa-madre puede ser asumido desde un rol activo en la sociedad, en la cual sus vivencias cotidianas, ligadas a las labores del cuidado que les han sido tradicionalmente asignadas, son un escenario propicio para la modificación de la dinámica de violencia existente.
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Aunque el imaginario de las mujeres en la guerra suele estar ligadas a considerarlas siempre víctimas o siempre pacifistas, es importante resaltar que algunos poco documentos, en su mayoría no formales (publicaciones digitales, pequeños apartados en documentos de divulgación) muestran como las mujeres que han participado en la guerra, siendo parte de uno de los actores armados involucrados, se han comprometido a construir paz en los procesos posteriores. Un ejemplo de ello son las excombatientes en Ruanda, que solicitaron en los procesos de paz poder ser parte de los cuerpos de paz de Naciones Unidas; además como se refleja en los pocos documentos sobre MPS en Centroamérica, Morena Herrera –excombatiente del Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional–, se convirtió en lideresa en los escenarios de construcción de paz, generando procesos comunitarios desde la sociedad civil organizada. Cuando el cuerpo de las mujeres ha sido campo de batalla en el marco del conflicto, como ha sido el caso en todas la guerras internas, externas y en los conflictos urbanos; las mujeres se han dedicado a denunciar el uso de la violencia sexual y las violencias contra las mujeres como arma de guerra, a través de múltiples medios, dejando de lado la posición de víctima pasiva, que socialmente se le pretende asignar. Los documentos institucionales, de la sociedad civil y de la academia, muestran partes de esta dinámica compleja, de dejar de asumirse sólo víctima, con una profunda vergüenza de los hechos que la afectaron, para asumirse como agenciadoras de paz. Las mujeres a las que el conflicto les ha cruzado la vida con hechos de victimización o de participación activa en los grupos armados comienzan a darse cuenta de la “utilidad” colectiva de sus historias; aunque en las lógicas más académicas o políticas formales se busca “objetivizar” estas experiencias a través de la lógica del “testimonio”. Algunas propuestas de documentación de historias de vida muestran una perspectiva más amplia de las mujeres como sujetas complejas y multidimensionales en los proceso de construcción de paz. Aún se muestra en muchas ocasiones a las mujeres como víctimas silenciosas de la guerra, por ello es necesario hacer más esfuerzos por visibilizar a las sujetas complejas, con múltiples voces interiores, que construyen paz. Es importante resaltar que las afectaciones y formas en el que el conflicto atraviesa las vidas de las mujeres es múltiple y que no hay una entrada única, las mujeres pueden comenzar su búsqueda de la paz como resultado de una situación dolorosa, de una decisión política de tomar las armas o resultar involucradas y afectadas por dinámicas de la guerra, como consecuencia de haber emprendido un camino por reivindicar la paz. Es necesario seguir explorando las dinámicas multidimensionales en la que las guerra y las violencias se entrecruzan en la vida de las mujeres, para encontrar los mecanismos más efectivos para que sus voces sean escuchadas, ya sea cuando reivindican la paz negativa como el silenciamiento de los fusiles y que sus territorios
dejen de estar habitados por uniformes, a través de la denuncia de los hechos victimizantes o cuando optan por seguir la senda del camino hacia una paz duradera, que cuestiona las lógicas de las violencias estructurales, encontrando en las historias de vida, caminos hacia la reconciliación y la reconstrucción del tejido social. La búsqueda de ‘algo común’ con otras mujeres en líneas divisorias opuestas. La experiencia de una búsqueda más allá de la división, la exploración de lo común aparece a menudo referida a la hora de explicar por qué las mujeres se involucran en la construcción de la paz. A veces esta búsqueda se basa en la maternidad (‘todas somos madres’, ‘todos nuestros hijos mueren en el conflicto’). Otras, en la idea idealizada y erróneamente naturalizada que todas hemos nacido mujeres–con órganos reproductivos comunes, los usemos o no para la procreación– y que nos encontramos en el lugar de nuestro origen biológico. A veces es la religión o la búsqueda misma del diálogo entre religiosidades y espirituales diferentes la que hace que las mujeres trabajen hacia los «comunes». También la existencia de historia colectiva o el compartir un territorio (en muchas ocasiones en disputa), contribuye a que las mujeres construyan puentes entre sus diferencias para edificar paz. No se puede ignorar a las mujeres, que partiendo de visiones políticas diferentes e incluso distantes, encuentran en la paz una opción común que posibilita el diálogo en escenarios de decisión y participación y edificación política. Aunque el premio Nobel de paz puede tener objeciones, también ha reconocido a mujeres que han visibilizado la necesidad y llevado a cabo acciones, para buscar aquello común que permite transitar hacia la paz, trasgrediendo las líneas divisorias, ya sean geográficas, políticas, religiosas, etc.
su fe católica o protestante, contra la violencia y la
Es importante resaltar que la mayoría de documentación nombra a las mismas mujeres o los mismos procesos o conflictos, aunque esto muestra una debilidad global en la documentación y visibilización de las motivaciones, apuestas y propuestas de la amplia diversidad de mujeres que trabajan por la paz en el mundo; esto no hace que los caso ampliamente difundidos no tengan profundas enseñanzas y reflexiones. Uno de estos casos, que está siempre visible en las publicaciones y en los medios de comunicaciones es el conflicto Israel/Palestina, este es un gran ejemplo de cómo las mujeres buscan mecanismos para quebrar los muros físicos y simbólicos, que buscan dividirlas. En este proceso las mujeres han encontrado a través de la política, de acciones de humanitarias, de la música (…) maneras de hacer visible su desacuerdo con las lógicas de la división, con los imaginarios del amigo-enemigo, del bueno-el malo. Existen múltiples experiencias documentadas, pero es necesario seguir documentando, las maneras- cada vez más innovadoras- que las mujeres encuentran para romper con las lógicas binomiales y divisorias, porque uno de los grandes aporte de las mujeres a la construcción de paz, es la de reconocerse en la otredad y buscar con ella caminos hacia la reconciliación y la construcción de apuestas comunes, en la diferencia. Por el rol de ser “mujer” en la sociedad. Aunque existan posiciones críticas sobre la naturalización del rol de las mujeres como pacifistas, este ha sido asumido de esta manera por mujeres de carne y hueso, al igual que muchos de los otros roles socialmente construidos. Por ello, una de las motivaciones recurrentes a las que se hace referencia es el hecho de ser mujeres y lo que continuidad de su rol como cuidadoras, proveedoras a pesar del conflicto es motivación de las mujeres (por ejemplo, la necesidad de lograr asistencia médica para los enfermos, comida para las familias, etc. para construir y reivindicar la necesidad de paz. Es desde las dinámicas cotidianas del cuidado que las mujeres generan dinámicas de protección en escenarios de guerra y contribuyen
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Un caso ampliamente documentado es el de Rigoberta Menchú, lideresa indígena, que ha basado su trabajo en la noción de reconciliación etno-cultural basada en el respeto de los derechos humanos de los pueblos indígenas. Otro ejemplo, ampliamente nombrado es el de Betty Williams y Mairead Corrigan, fundadoras del Movimiento de Paz de Irlanda del Norte, quienes asumieron el reto de dialogar y buscar
guerra que afectaba un territorio común, habitado por ambos credos.
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La ampliación hacia el conflicto del rol tradicional como mediadoras de las mujeres en la comunidad (por ejemplo, el caso de las mujeres de la comunidad Naga, en India). Un elemento supuestamente ‘biológico’: las mujeres afrontan el conflicto de manera diferente a los hombres: se centran en las semejanzas más que en enfatizar las diferencias (investigaciones del psicólogo Simon Baron-Cohen). Aunque en el contexto de negociaciones de paz no hay pruebas concluyentes, este argumento aparece mencionado entre participantes en negociaciones en Sudáfrica, Naga, Irlanda del Norte y Georgia (Anderline, 2007). Las mujeres también construyen paz generando acciones consientes para subvertir los roles tradicionales que las sociedades les han asignado, un ejemplo claro de esto es el proceso de incidencia que ha devenido en la Resolución 1325 y conexas. lograrla, es una oportunidad para edificar cambios en su posición en la sociedad: las mujeres ven su aportación a la paz como un trabajo para transformar actitudes y prácticas, estructuras y competencias, preparar el terreno para los cambios locales y globales que la paz permanente requiere. Experiencia vital de múltiples formas de violencias. La afectación cotidiana de las violencias en la vida de las mujeres es una motivación constante para pensar y actuar buscando la paz. Las mujeres han trascendido la lógica de la denuncia de los hechos, que al teorizarla y trabajar en procesos que buscan prevenir experiencias cotidianas de violencias, entre las que se destacan la violencias basadas en el género, problematizan la noción de paz. La consideran un proceso complejo y multidimensional, que no sólo involucra a las sociedades con conflicto bélicos presentes sino a todas las sociedades, donde las violencias basadas en el género y por el hecho
¿Qué paz proponen las mujeres? Agenciadoras de Paz
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Los textos revisados sugieren que las mujeres tienen una concepción más holística de la paz que va más allá de la ausencia de conflicto bélico y el silenciamiento de los fusiles; que está complejizada
de ser mujeres son uno de los componentes más destacados y recurrentes de las violencias estructurales existentes. Por compromiso político y/o social. Las mujeres, aunque los roles tradicionales buscan reforzar la idea de su homogeneidad, tienen posiciones políticas múltiples y sueñan sociedades diferentes; por ello escenarios de Lo político o de La política) de trabajar por la paz. Este compromiso es vario-pinto y pasa por la protección de los derechos humanos, los derechos de las mujeres y la construcción de sociedades diferentes, etc. Esta motivación política también puede partir del hecho que en algún momento estuvieron involucradas en los grupos armados- en los cuales tenían ideales y postura política que buscaban/buscan cambiar sus sociedades- y se consideran actoras de la generación nuevas sociedades y por ende de la
Esta lógica del compromiso también pasa por su terquedad, ya que muchas mujeres se han construido con un alto compromiso por sus comunidades o por la transformación de dinámicas en sus sociedades; la documentación muestra que las mujeres generan procesos de organización social, formal o no formal, por un compromiso de transformación de la sociedad en la que viven, por un agotamiento vital de las dinámicas de las violencias y las estructuras existentes. Es importante resaltar que la división entre lo político y lo social no puede ser tajante, y que este ha sido una de las grandes reivindicaciones de los movimientos feministas y de mujeres, por ello se podría concluir que las mujeres tienen motivaciones socio-políticas, en los ámbitos meso, micro y macro para llevar a cabo acciones y generar propuestas para construir paz.
por una idea de movimiento, de cambio constante y por la noción de cambios necesarios los ámbitos glocales. Es una paz que entiende la existencia de múltiples voces y la necesidad que estas sean escuchadas en múltiples ámbitos sociales y políticos.
En este sentido, parece haber consenso en la existencia de una ‘visión de la paz de las mujeres’, y por tanto, una propuesta específica de lo que es la paz de ellas, eue lejos de pretender idealizar a las mujeres, busca evidenciar que sus procesos vitales- atravesados por los roles de género tradicionales y por múltiples búsquedas para subvertirlos- implican otras formas de entender la paz o las pa(z)es. En base a las lecturas realizadas podemos
Las mujeres unen ‘la paz familiar’ (en el ámbito doméstico) a la paz social, a lo colectivo. sociedad en paz no es sólo una sociedad donde no hay un conflicto armado, sino una sociedad en la que los principios de justicia social, igualdad, derechos y responsabilidades, y las necesidades humanas básicas (educación, salud, seguridad, libertad de movimiento, etc.) están garantizados. “La paz para las mujeres significa casa, comida y educación para sus hijos. Sobre todo, las mujeres necesitan seguridad en el hogar, necesitan dormir bien en sus camas sabiendo que son libres de violencia.” (Rana, 2012). Otro tipo de paz relacionado es la paz mental, la paz personal, “paz es saber qué tu hijo volverá a casa por la noche” (Rana, 2012). Es en este sentido que se afirma que la presencia de mujeres en los procesos de negociación sirve para expandir la agenda de paz. Los procesos de negociación de Israel/Palestina, Proceso de paz Naga en India, Sri Lanka, Irlanda del Norte, y Guatemala sirven para proporcionar soporte
Una de las formas en las que las mujeres problematizan las lógicas monolíticas de la Paz, es al entender la paz como proceso colectivo en el que se escucha a aquellos y aquellas invisibles. La
que las mujeres, ‘‘expanden la agenda de paz’ y la unen a temas como:
Desde las acciones, ideas y propuestas, las mujeres consideran que de de-construcción de desigualdades, lo que implica generar acciones y propuesta que problematizan la naturalización de los roles sociales de hombres y mujeres, y la idea de que en tiempos de paz las mujeres deben ocupar los lugares tradicionales que se le han asignado; como en el caso de Paraguay. Después de la guerra del Chaco, las mujeres visibilizaron que sus roles se transformaron durante los conflictos, ya que asumieron dinámicas cotidianas ligadas a los “masculino” y que esto no se puede borrar con la finalización de la guerra. Las mujeres se niegan, cada vez con mayor fuerza, a que los conflictos bélicos sean entendidos sólo como paréntesis de las vidas cotidianas, sino que deben ser analizados como escenarios de cambio, en muchos casos obligados y dolorosos, pero que deben ser asumidos con sus aprendizajes para la sociedad. Otra forma de ver esto es desde el ángulo del conflicto: según esta lógica, el conflicto no se manifiesta únicamente a través de las armas o de la lucha física, sino en las desigualdades, las discriminaciones, la ausencia seguridad, en el sentido de la seguridad nacional, pero sobre todo desde una perspectiva de seguridad humana y de la seguridad cotidiana (en los ámbitos de lo privado y lo público), el acceso a derechos etc.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
más actores que los que han empuñado las armas (El-Bushra, 2012), es una reivindicación de no legitimar el monopolio de la Paz a aquellas élites armadas.
La inclusión de las perspectivas de las víctimas y el reconocimiento de sus vivencias (Liberia, Mali). El vínculo con las bases (lo local, lo comunitario) (Irlanda del Norte, Guatemala, Sudáfrica). La necesidad de establecer consensos mínimos y reconocer las posibilidades del disenso (Anderline, 2007). La necesidad de incluir debates sociales en torno al bien-estar, como parte fundamental de los procesos de construcción de paz. Desnaturalizar todas las dinámicas patriarcales y hetero-normativas en la construcción de paz, ya que estas han hecho que la guerra y los conflictos armados naturalicen la eliminación de la otredad que desea y ama de manera no hegemónica o que construye su ser, trascendiendo los deber ser: biologisistas- mujeres trans, mujeres lesbianas, mujeres célibes.
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La paz como una vida libre de violencias es uno de los grandes debates teóricos y políticos vitales, que han llevado a cabo las mujeres en los escenarios de construcción de paz. Haciendo evidente que las sociedades no viven en paz en su vida cotidiana, y que el ideal de que la paz es un producto de los acuerdos es ilusoria e irreal. Esto se refleja los Planes Nacionales de Acción de la Resolución 1325 que se han desarrollado en países “sin conflicto armado”, en los cuáles se compendian una serie de acciones para asegurar una paz duradera que incluyen acciones para que las mujeres vivan vidas libres de violencias. Esto implica tener una noción de paz que no naturaliza ningún tipo de violencia y se aleja del imaginario de que la guerra o conflicto bélico son el único escenario de violencia en el que se debe incidir para construir la paz. Esta visión asume la paz como vivencia cotidiana, que se sustenta en la
Una de las particularidades de los discursos de las mujeres que trabajan por la Paz, es que se alejan de la idea de que la paz es un concepto único, un estado que se alcanza y permanece inamovible posteriormente; por ello, la paz es entendida y vivida como un proceso dinámico, en constante construcción y siempre inacabado; que implica procesos de transformación de los existente y cuestionamiento de las dinámicas que generan inercia en las sociedades. En la mayoría de los relatos y de las acciones de las mujeres como agenciadoras de paz, la paz implica la vivencia con la otredad, entendiendo vivencia como una noción compleja que trasciende la tolerancia o la “aceptación antiséptica” de quien es diferente. Implica buscar mecanismos de diálogo y de construcción colectiva de acuerdos sociales entre aquellos sectores/poblaciones/personas, que por motivos que van desde lo político hasta la convivencia barrial, resuelven sus disputas por medio de la eliminación física o simbólica del otro o la otra. Las mujeres han generado acciones y propuestas que implican hablar de una cultura de paz, que comienza por no asumir la diferencia como peligro sino como potencialidad transformadora de las sociedades. Agenciadoras de Paz
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Una constante en la documentación es que las mujeres generan acciones y propuestas que piensan una paz más allá de sus territorios, ya que múltiples iniciativas de construcción de paz desde las afectados por conflictos armados y guerras. Además, se visualiza en el mapeo de iniciativas globales, regionales y nacionales, que la paz es entendida como un bien común a la humanidad y por ello se reconoce y defiende la necesidad de pensar la paz más allá del territorio próximo, por medio de acciones glocales. La mujeres entienden la paz como memoria, en el sentido que reconocen que la única manera de construir paz duradera es asumiendo que es necesaria una larga conversación sobre lo ocurrido, para entender las afectaciones particulares y colectivas, para buscar maneras para que el conflicto –en su expresión bélica–, no reaparezca en las sociedades y reconocer las múltiples voces en la sociedad, mostrando que la memoria es un mecanismos de construcción de paz cuando complejiza las situaciones políticas y sociales, transversalizándola con los relatos de las cotidianidades. Cuando se analiza qué entienden las mujeres por paz y qué paz proponen, se encuentra una respuesta multidimensional, que generar un concepto amplio de la paz que incluso podría ser las pa(z) es, lo cual indica que las mujeres rompen con la pretensión “moderna” de generar nociones monolítica y acabadas. La paz para las mujeres pasa por la cotidianidad, por el cuestionamiento de lo estructural, por el reconocimiento del movimiento y el cambio, por la afirmación de una misma y de la otredad, por una vivencia cotidiana y política local y global, por un procesos de relatar desde múltiples lugares la propia historia(…) Aunque esta documentación nos ha llevado a concluir que sí existen propuestas de paz particulares desde las mujeres, es necesario seguir ampliando el espectro y problematizando las nociones de paz que tienen las mujeres y cómo estas están influenciadas por sus orígenes, vivencias y posiciones socio-políticas.
¿Qué prácticas proponen? (Métodos) En relación con las acciones emprendidas por las mujeres en la búsqueda de la paz, a través de la literatura revisada se observa una gran diversidad (en función del contexto, las características de cada conflicto, etc.) y múltiples escenarios de acción. Sin embargo, existen ciertas dinámicas comunes y métodos que «repiten» sus características; una serie de caminos que se recorren a menudo, y que podemos clasificar de la siguiente manera: 1. Acciones relacionadas con la supervivencia y la provisión de necesidades básicas. (elaboración/ producción de comida, cuidados médicos, alojamiento, generación de recursos, acompañamiento a víctimas, cuidado de huérfanas y huérfanos, vivencias relacionadas con VIH/SIDA). Estas acciones buscan dar respuesta a situaciones en las que el acceso a las necesidades básicas se ve dificultado o impedido por la situación de conflicto, o mitigar los efectos del conflicto bélico en la comunidad, desde una óptica ‘humanitaria’ (más que cuestionar o enfrentar a los actores armados). Hay múltiples ejemplos de este tipo de métodos en los que las mujeres median entre los actores armados para lograr acceso a los campos de cultivo, mercados, hospitales, etc., o dinámicas de protección y cuidado de otras y otros, en campos de refugio o asentamientos provisionales. Es importante resaltar además las acciones de reconstrucción físicas de los espacios habitacionales impactados por las dinámicas
2. Resistencia a la militarización y a las dinámicas de la guerra
Existen múltiples procesos y acciones puntales en las cuales las mujeres se oponen a la militarización de sus territorios o a la lógica de supremacía militar fomentada desde el Estado o desde sectores de la
Existe una creciente voz que proviene desde las mujeres de Centroamérica y México en contra de las dinámicas de militarización de sus comunidades, ya sea por la presencia de grupos armados ilegales o por las dinámicas de control por parte de la fuerzas del Estado. Las mujeres han realizado acciones públicas, jurídicas y de resistencia pacífica para evitar que sus hijos e hijas sean reclutados por los actores armados, siendo a su vez parte de los movimientos
Las acciones públicas y en calle, en rechazo a la guerra, han sido una constante global. Un ejemplo de estas fueron las protestas de mujeres por la paz en los años 60s y la constitución del campamento Greenham en contra de la carrera nuclear y la lógica de la destrucción mutua asegurada. Otra de las formas documentadas de resistencia de la militarización y de las lógicas de la guerra ha sido por medio de acciones destinadas a la ruptura de las cotidianidades; el ejemplo más frecuente y que se ha dado en múltiples contextos locales, son las huelgas de piernas cerradas, en las cuales las mujeres se niegan a tener relaciones sexuales mientras se mantengan las hostilidades. Toda la documentación concuerda en que las mujeres llevan a cabo acciones cotidianas, políticas y públicas de resistencia a las lógicas de la guerra, buscando mecanismos creativos para detener las ruedas de violencia y odio, presentes en sus sociedades. 3. Construcción de la paz al interior de las familias, en el ámbito del hogar. Una de las ideas clave sobre la que existe consenso en los documentos analizados es que las mujeres juegan un rol fundamental a la hora de mantener la paz, mediar y llegar a acuerdos en el ámbito familiar (por ejemplo, se documenta cómo las mujeres actúan como mediadoras en conflictos familiares en el caso de mujeres rechazadas por sus maridos después de haber sido violadas en el contexto del conflicto
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
“We strike against death, desolation, destruction and on behalf of life and liberty.” (Protestamos contra la muerte, la desolación y en pro de la vida y la libertad) (Swerdlow, 1993).
sociedad. Un ejemplo de estos es el Libro “Abajo las armas” de Bertha Von Suttner´s, éste ha sido un hito histórico para visibilizar mecanismos de resistencia y argumentos en contra a la idea de la guerra como lugar de triunfo y gloria.
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bélico (El-Bushra, 2012)). “La mayoría de las mujeres intentan disuadir a sus familiares [hombres] de participar en acciones violentas; ellas solucionan las disputas familiares”. A veces este rol está ligado a los roles sociales que se les han asignado dentro de las familias (como madres, o como hijas o hermanas), en otras ocasiones se muestra cómo las mujeres actúan como ‘puente’ o ‘nexo’ entre grupos antagónicos dentro de la comunidad (por ejemplo, cuando una mujer proviene de un clan determinado, pero por matrimonio se ha insertado en otro clan); esta capacidad de ser puente, la utilizan para aumentar su capacidad de incidencia en escenarios cotidianos de construcción de paz y cómo los métodos que emplean parten de lógicas que fomentan acercamientos pequeños en el día a día; hay ejemplos de las mujeres generando procesos de reconstrucción del tejido social, a través de la comida o de espacios ligados al baile, entre otros. Este rol se atribuye fundamentalmente al proceso socialización de las mujeres en el que se prioriza el diálogo y la influencia indirecta a la hora de ejercer el liderazgo en el ámbito familiar. Esto implica que las mujeres generan acciones constantes en su cotidianidad por buscar la paz duradera y no sólo acciones puntuales y disgregadas. La literatura revisada concluye que este rol, estas habilidades de las mujeres como constructoras de paz dentro de las familias, trasciende a un nivel más macro, a la paz entre comunidades (mediando entre grupos opuestos) y, más allá, a la mesa de negociación (de tal forma que en ésta, las mujeres suelen jugar un rol más conciliador entre posturas antagónicas) y establecen puentes entre lo local y lo nacional. Sin embargo, la enorme distancia existente entre el nivel local y la mesa de negociación continúa siendo una de las principales barreras a la participación de las mujeres en la construcción de la paz, ya que se sigue atribuyendo el lugar protagónico y trascendente a los espacios de negociación entre las élites armadas, más que a los esfuerzos constantes de generación de escenarios para la paz en la cotidianidad. Agenciadoras de Paz
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4. Mantenimiento o transformación de tradiciones. Existe consenso en que las mujeres son clave en la construcción de paz a través del roles, que han optado por asumir en:
Las formas tradiciones de diálogo intra-comunitario. Creación de puentes entre grupos opuestos. Creación de espacios para el diálogo. Análisis de conflictos. Construcción de consenso en torno a temas controvertidos. En escenarios de mediación. En espacios de monitoreo de acuerdos de paz. Estas habilidades son sistemáticamente menospreciadas cuando se trata de aplicarlas en la mesa de negociación. La decisión sobre quién se sienta en éstas (a quien representa) y qué cualidades debe tener, recae sobre élites (normalmente masculinas) que, aunque a veces reconocen las habilidades de las mujeres en lo local, asumen que éstas no son aplicables a la mesa de negociación: “las mujeres pueden resolver un conflicto relacionado con la cabra del vecino, pero es difícil imaginar que alguien las tome en serio en una mesa de negociación”. En el ámbito de la cotidianidad, y en los niveles micro, meso y macro, las mujeres también buscan generar acciones de transformación de las dinámicas culturales y sociales, ya que reconocen en las violencias estructurales y en las discriminaciones naturalizadas son un impedimento mayúsculo en la construcción de paz. Las mujeres han generado campañas publicitarias, con el cuerpo, apuestas de arte callejero, entre otras, para romper con las lógicas que las excluyen de la sociedad y les documentación nos permitió ver que gran parte de las acciones del movimiento de mujeres en busca de condiciones dignas de vida y del reconocimiento de derechos de las mujeres está ligado a una noción de paz duradera, más allá de la visión restringida de la paz negativa. 5. Acciones de acercamiento con ‘la otredad’. La búsqueda de lo que ‘nos une’, de las semejanzas entre grupos e individuos con perspectivas opuestas, que se encuentran en distintas líneas divisorias es un concepto a menudo utilizado por las mujeres según la revisión documental. Una metodología utilizada es el establecimiento de diálogos con diferentes sectores sociales con el objetivo de buscar soluciones negociadas al conflicto, por ejemplo con la comunidad empresarial en Sri Lanka, o las
acciones comunes demandando la paz llevadas a cabo en Nepal por grupos de la sociedad civil (Anderlini, 2007). Cabe resaltar las acciones de asociatividad de mujeres pertenecientes a sectores en disputa o a espacios territoriales divididos, ya que utilizan dinámicas particulares para trabajar colectivamente. Caben resaltar las opciones por la música o la generación de redes transfronterizas de comercio. 6. Organización colectiva. Como lo evidenció el mapeo de organizaciones en el ámbito global (mapeo adjunto) las mujeres en el mundo, han optado por generar diversas formas de organización, ya sea
Inferencias Existen propuestas sobre MPS en casi todos los países del mundo. Un número importante de propuestas sobre MPS en el mundo son impulsadas por el movimiento feminista. Las propuestas con pretensiones globales suelen estar acentuadas en el “Norte global”. Existen apuestas continentales más articuladas en África que en los otros continentes. El continente con menores apuestas articuladas es América.
Potencialidades Es posible realizar un mapeo de las alianzas existentes entre los ámbitos local, nacional y global, para profundizar en análisis de las apuestas comunes. Sería interesante, a través de la profundización del mapeo, hacer una serie de análisis de los cruces temáticos y las prioridades de las iniciativas incluidas, que potencie las acciones locales, nacionales, regionales y globales.
en espacios cotidianos, comunitarios, nacionales, regionales, subcontinentales, continentales y de incidencia global. Para ser escuchadas las mujeres se tienen que organizar para lograr sus objetivos. Sólo cuando multiplican sus voces, se hacen oír. Esto sucede tanto a nivel global (por ejemplo, el proceso de cabildeo que conllevó a la creación de la Resolución 1325), como a nivel local. “En una sociedad patriarcal es extremadamente difícil que se escuche la voz de las mujeres. Por eso es importante que las mujeres actúen de forma conjunta”. (Sanam Anderlini, 2007).
Vacíos Permite analizar dinámicas y presencia de iniciativas que trabajan sobre MPS en los ámbitos nacionales, continentales y globales; sin embargo, sigue siendo insuficiente la información sobre iniciativas locales y comunitarias. No se evidencian relaciones consolidadas entre las iniciativas pertenecientes al “sur global”. Es probable que las iniciativas que se visibilicen, sean aquellas con acceso a fuentes de financiación, siendo las más autónomas las menos visibles.
Retos Potenciar la visibilización de apuestas locales, que incluyan a la diversidad de agenciadoras involucradas. Llevar a cabo una exploración georreferencial más detallada. Generar un proceso de documentación-investigación que incluya el trabajo local y a su vez utilice las redes sociales como fuentes de información, teniendo en cuenta la dificultad técnica que implica hacer seguimiento a fuentes de investigación de rápido y continuo crecimiento de contenidos.
Figura 11. Análisis preliminar de la documentación.
Dentro de esta metodología se hallaron ejemplos como la organización de manifestaciones masivas y
movilizaciones públicas (3.000 mujeres en Irlanda del Norte en 1970; Liberia, en los años 90, donde 12.000 madres habían perdido a sus hijos en los dos lados del conflicto de Sri Lanka (Anderline, 2012), las madres de la Plaza de Mayo en Argentina, entre muchas otras. El mapeo (ver anexo) de organizaciones en el ámbito global y en cada uno de los países, se identificaron 36 organizaciones o redes globales, 20 redes u organizaciones continentales y organizaciones en todos los países del mundo; permitiendo la visibilización de los esfuerzos de las mujeres hacia la construcción de paz.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Desde las apuestas internacionales que nacieron a finales del siglo XIX, pasando por las múltiples iniciativas que surgieron en el siglo XX y las que han nacido y se han consolidado en las últimas dos décadas: las mujeres han generado espacios sostenibles para posicionar sus opciones y apuestas con respecto a las construcción de paz, han abierto espacios de diálogo con sus gobiernos, con la comunidad internacional y con espacios de la sociedad civil, tradicionalmente habitados por los hombres.
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Del mapeo se puede concluir que: 7. Propuestas religiosas y desde la espiritualidad en colectivo. En la literatura analizada y el mapeo de iniciativas se evidenció que las mujeres optan por prácticas desde la religiosidad y la espiritualidad para construir paz. Es el caso de las acciones de Leymah Gbowee y cómo la campaña de acción masiva de las mujeres por la paz en Liberia se sustentaba en principios religiosos para exigir Existen además varias iniciativas de círculos de mujeres por la paz ampliamente documentados en diversos países del mundo, los cuáles utilizan meditaciones, simbología sagrada y otras formas de expresión colectiva de la espiritualidad para trabajar por la paz. 8. Influencia ‘discreta’, “detrás de escena”. Bien porque los espacios donde se concentra el poder de decisión (como la mesa de negociación) están a menudo cerrados y son inaccesibles, bien porque estratégicamente las mujeres deciden actuar “detrás de escena” porque asumen están propuesta de acción menos visible como una posibilidad de cambio estructural, más generado por la transformación de sujetos reales que por las dinámicas más difusas del impacto en la opinión pública. Por ejemplo, los grupos de mujeres en Liberia, abordando en los pasillos a los negociadores (hombres) y contándoles sus propuestas en relación con lo que estaban discutiendo; las mujeres en Ghana haciendo cabildeo a través de los medios de comunicación tanto del país que acogía las negociaciones, como de la prensa internacional (Anderline, 2012). También, se encontraron en la documentación propuestas desde las mujeres jóvenes israelíes que han decido generar un procesos colectivo de objeción de conciencia.
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9. Incidencia y lobby. Las mujeres han llevado a cabo una serie de acciones de incidencia en los ámbitos locales, nacionales y globales, para el reconocimiento de la importancia de la participación activa de las mujeres en los múltiples escenarios de construcción de paz. Esta incidencia también ha estado dirigida para el posicionamiento de otras concepciones de paz, que trascienden la lógica clásica de seguridad. Un ejemplo fundamental de estos
procesos ha sido la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y las resoluciones conexas, que han sido el resultado de dinámicas de incidencia por parte de redes globales de mujeres, en el marco de una relación bidireccional con los procesos de incidencia nacional y local. Otro ejemplo que cabe destacar fueron las dinámicas de incidencia formal, realizadas por las mujeres de Ruanda, para lograr el reconocimiento de la violencia sexual como arma de guerra y como crimen de lesa humanidad. Las mujeres en el mundo han creado propuestas de “bancadas de mujeres” en los órganos legislativos para promover acciones de incorporación de sus miradas en las agendas nacionales de paz y para la creación de leyes que aseguren la garantía de una vida libre de violencias. El lobby que se puede ver reflejado en la documentación analizada, incluye temas prioritarios para las mujeres en espacios electorales, por medio de la convocatoria a debates con candidatos y candidatas, la generación de agendas comunes de exigibilidad de derechos, entre otras. 10. Rol activo en las mesas de negociación. Es importante señalar que el punto anterior no implica que las mujeres no quieran estar, ni hayan buscado activamente un lugar en la mesa de negociación. Lo que demuestra es la diversidad de prioridades, estrategias y metodologías empleadas en función del contexto, los procesos de paz y los análisis de las propias mujeres. La literatura existente sobre mujer, paz y seguridad aboga de una forma clara –y esta es una de las razones de su existencia–, por la inclusión de las mujeres en la mesa de negociación. Lo hace presentando argumentos sobre el aporte diferencial de las mujeres a los procesos de negociación, a la construcción de la paz y al contexto del post-acuerdo. Como ya apuntábamos anteriormente, a pesar de 1325, los ejemplos de participación de las mujeres en los procesos formales de negociación de paz son
Las acciones para conseguir un espacio en la mesa son numerosas y a menudo dependen del contexto y del formato en el que se desarrollen las negociaciones. Algunas acciones empleadas, sacadas de la literatura revisada, (Anderline, 2007) son:
Sri Lanka: el ejemplo de Sri Lanka es interesante porque apunta (1), al reconocimiento por parte del gobierno y del grupo armado del rol de las mujeres, y (2), porque visibiliza la diferencia de tener una mujer mediadora: cuando se empezó a hablar de LTTE (el grupo armado rebelde) gracias a la presión, y
. Irlanda del Norte. partidos políticos que se sentarían en la mesa de negociación serían los 10 que resultaran más votados en las elecciones; las mujeres (aglutinadas en una red que incluía mujeres de diversos sectores religiosos, sociales y geográficos) intentaron que sus perspectivas se integrarán en los programas de los partidos políticos ya existentes, pero esta propuesta no fue aceptada por ninguno. Así, esa red se transformó en partido político (Northern Ireland Coalition Network), logrando el puesto 9 en las elecciones y, por tanto, un asiento en la mesa de negociación. Somalia. Cuando comenzaron las negociaciones de paz, sólo los cinco clanes del país fueron reconocidos como los legítimos participantes. Todos ellos estaban liderados por hombres y ninguno incluyó mujeres en sus delegaciones. Un grupo de mujeres decidieron formar un ‘sexto clan’, el clan de las mujeres. Finalmente, en 2004 el sexto clan fue reconocido como un interlocutor válido y sumado a la mesa de negociación. 11. Cabildeo y promoción de los derechos de las mujeres. Las mujeres no sólo realizan acciones de lobby directo, sino que han generado múltiples iniciativas de cabildeo, denuncia y promoción de los derechos humanos de las mujeres en el marco de los conflictos armados, pero también en otros ámbitos de afectación por violencias estructurales.
Campañas de sensibilización y denuncia, Documentación de violaciones de derechos humanos en el contexto del conflicto armado,
12. Trabajo comunitario y reconstrucción de comunidades en los pos-acuerdos. Este tipo de métodos incluye las acciones en pro de la reconciliación, curación, educación para la paz, desmilitarización, reintegración de combatientes, acompañamiento a víctimas de violencia. Son acciones que parten del compromiso de que las mujeres por re-construir el existente o construir un nuevo tejido social. Estas acciones tienen un amplio contenido psicosocial y de transformación colectiva del duelo y la pérdida. Estas acciones son semejantes a las labores de protección y mitigamiento del impacto del conflicto en las comunidades y se sustentan en la presencia mayoritaria de las mujeres en los ámbitos cotidianos y de contención de los efectos “micro” de las violencias, que son efectos siempre presentes y que requieren acciones constantes para su transformación. 13. Investigación y construcción colectiva de conocimiento. Un amplio número de los documentos analizados, eran en sí mismos una expresión de la capacidad de las mujeres en el ámbito global, de contribuir a la edificación de la paz, al producir materiales académicos desde la teorización y la sistematización de experiencias entorno a la paz presente y deseada. Aunque la academia e incluso espacios menos formales de producción de conocimiento están mayoritariamente habitados por hombres, es fundamental resaltar que en las áreas ligadas a la construcción de paz y la transformación de conflicto, hay una importante presencia de mujeres. Un ejemplo de estas académicas es: Elise Boulding, quien ha desarrollado ampliamente la noción de culturas de paz exponentes de concepciones de la paz ampliada, más allá del silenciamiento de los fusiles.
2. Mujeres construyendo paz en lo glocal
Este tipo de acciones incluye múltiples metodologías (como gran parte de las ya anunciadas) entre las que cabe destacar:
entre las que cabe destacar informes sombra a diversos actores globales para generar estrategias de apoyo y de control de los actores armados legales e ilegales, Búsqueda de apoyos internacionales: donantes, redes, medios de comunicación, etc. (Somalia, Afganistán, Iraq), Acciones de denuncia y monitoreo, por medio de un Observatorio y de acciones de alerta temprana.
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Es importante resaltar el uso de métodos no-tradicionales por parte de las mujeres para construir de manera colectiva conocimiento; cabe destacar el uso de escenarios «típicamente femeninos» con este fin. En múltiples escenarios se han creado telares u otras propuestas desde la costura para documentar las situaciones que han afectado a las mujeres en el marco del conflicto o sus propuestas de paz. 14. Formación y capacitación. Las mujeres han optado por generar dinámicas de formación y capacitación entre mujeres, hacia múltiples actores sociales y políticos para lograr el posicionamiento de las propuestas de las mujeres, de los instrumentos nacionales e internacionales y de metodologías transformadoras. Cabe destacar el creciente número de espacios virtuales de formación sobre Mujeres, Paz y Seguridad, que hace uso estratégico de la redes sociales y de las TIC para posicionar las apuestas y propuestas desde las mujeres. Existen propuestas de formación en espacios formales como universidades y centros de estudio, múltiples dinámicas de formación semi-formal fomentada por gobiernos, entidades supranacionales y organizaciones de la sociedad civil. También se registran propuestas de educación no formal en espacios cotidianos como las calles o escenarios comunitarios, en la mayoría de los casos utilizando dinámicas lúdicas y de educación popular.
la paz. Las mujeres han creado espacios de articulación artística, desde las artes plásticas, la música, las danzas, el teatro, etc., reconociendo la efectividad del uso de lenguajes paralelos para sensibilizar y movilizar a diversos actores sociales y políticos. Las redes nacionales, regionales y globales de mujeres han creado campañas que utilizan insumos como la ilustración, la poesía, la animación, entre otras, para difundir sus propuestas de construcción de paz.
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Cabe resaltar la existencia de múltiples grupos de teatro, especialmente en Centroamérica, documentados en la revisión, que han optado por el uso del Teatro del Oprimido, para transformar colectivamente las dinámicas violentas y reflexionar sobre la cultura de paz. Otra muestra de estas expresiones es la
colaboración de 13 artistas, de diversas partes del mundo, en la iniciativa: que buscaba posicionar diversas concepciones sobre la paz, en un espacio dialogante y colectivo. Uno de los documentos más completos analizados es una expresión de estas propuestas desde las estéticas, el libro: el cual hace una mezcla de historias de vida con propuesta gráficas que ilustran las apuestas y propuestas y cuenta con un valioso componente adicional: el diálogo intergeneracional de mujeres hacia la construcción de paz. 16. Acciones judiciales nacionales e internacionales. En el estadio de lo “formal” las mujeres han utilizado las herramientas jurídicas para posicionar las afectaciones diferenciales de los conflictos armados. Las exigencias jurídicas de las de las mujeres víctimas en Ruanda y en los Balcanes, han sido ampliamente documentadas para el reconocimiento, juicio y sanción de las violaciones de los derechos humanos de las mujeres en el marco del conflicto armado. Además, aunque existan debates sobre la efectividad de la legislación internacional, la Resolución 1325 y conexas, son un ejemplo de los mecanismos jurídicos impulsados por las mujeres, para la incorporación de un enfoque de mujeres, paz y seguridad, en el ámbito global y nacional. Cabe resaltar que este listado de métodos, tiene un final no conclusivo, puesto que las categorías no tienen una línea tajante entre sí. Este tipo de clasificaciones lineales son problemáticas porque presentan una visión a menudo distorsionada de la realidad, a través de la sucesión de metodologías. Al tomar una opción no se descartan las demás, porque en la realidad se utiliza una multiplicidad de métodos que no son mutuamente excluyentes, sino que se dan de forma paralela y complementaria. La construcción de paz se debe asumir desde múltiples niveles, reconociendo la existencia de diversos actores a los cuales influenciar y la potencia de varios lenguajes utilizados de manera dialogante. Una evidencia de esta multiplicidad está documentada por Bouganvielle, el cual muestra cómo las mujeres tuvieron un papel determinante en el éxito de las negociaciones de paz a diferentes niveles:
Diseño del proceso de paz mismo: asegurarse de que había espacio suficiente para el diálogo y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales. Asegurándose de que las distintas facciones estuvieran representadas (diálogos inclusivos). Apoyándose, usando su rol de madres para englobar a las partes en conflicto (“tú eres mi hijo, y tú también, los dos sois mis hijos”). Preparando ‘agendas conjuntas de paz’ de las mujeres a través de las zonas en conflicto. Sensibilizando/informando a la población en general, sobre el avance de las negociaciones de forma que estas tuvieran un amplio apoyo social. Trabajando con otros sectores (iglesia, jefes locales) para promover la reconciliación entre las distintas partes en conflicto. “El trabajo local, comunitario de las mujeres fue clave para el éxito de las negociaciones formales”.
Asegurándose de que en la mesa de negociación (donde sólo 13 de los 75 delegados eran mujeres), los negociadores (hombres) no se centraran en sus rivalidades personales sino en la búsqueda de la paz. Es fundamental reconocer que una de las mayores potencias de los métodos propuestos por las mujeres para la construcción de paz es su componente holístico y no lineal, una apuesta consiente por generar procesos que no se queden en un sólo lenguaje o un sólo público. Las mujeres –en sus prácticas para la construcción de paz– han decidido romper con las lógicas de fragmentación habituales de los escenarios modernos y generar apuestas cuya finalidad es el diálogo entre los diversos métodos, concepciones y actores.
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3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia –Documentación de propuestas existentes sobre Mujeres y Paz en Colombia– La maestra que enseña a sus estudiantes a repensarse; la víctima que busca la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición; las excombatientes de bandos opuestos que se conocen y se explican sus puntos de vista, sus razones; la empresaria que decide trabajar en zonas de conflicto para construir con la gente: la monja que esconde a jóvenes para que no les recluten los actores armados ilegales; la periodista que define parte de su proyecto personal para darle voz a las víctimas; la indígena que intenta entender por qué la humanidad se aleja tanto de la naturaleza; la mujer afro que construye en la de-codificación del racismo; la feminista antimilitarista; la activista por la paz desde su compromiso político; la militar que es consciente de la responsabilidad de la fuerza pública como garantes de derechos.
E
ste apartado recoge las conclusiones de la revisión documental en Colombia. La visibilización de ¿quiénes y qué escriben las mujeres y sobre mujeres y paz en Colombia? Contiene la sistematización y análisis breve de la bibliografía seleccionada sobre mujeres y paz; seguida por la clasificación de las motivaciones que han llevado y llevan a las mujeres a trabajar por la paz. También presenta un breve análisis del “tipo” de paz que construyen e imaginan las colombianas. Hace, además, una recopilación de los métodos que han utilizado las mujeres para visibilizar sus propuestas de paz para la sociedad colombiana. Para finalizar,
se presentan unas breves conclusiones y los retos futuros de investigación que esta documentación evidencia.
¿Qué motiva a las mujeres a trabajar por la paz?
el estudio documental ha dado como resultado la siguiente clasificación –clasificación porosa, por ello las motivaciones no son excluyentes–:
la voz principal y el rol protagónico siguen siendo para los hombres.
Ellas, sus familias, amigos o amigas han sido afectados por el conflicto armado.
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
A partir de los documentos analizados se evidenció que existen múltiples caminos para que las mujeres lleguen a trabajar por la paz, por ello,
Son pocas las investigaciones y sistematizaciones que se han realizado sobre las mujeres colombianas como constructoras de paz, mostrando que: las mujeres imaginan, hacen, crean y construyen paz, desde lo local, regional y nacional, sin embargo, no se les reconoce como protagonistas de los espacios,
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Tomaron la opción política de dejar las armas para construir un país mejor. No pueden vivir en un país en guerra, rodeadas de injusticia y dolor, sin hacer nada al respecto. Afectadas directa o indirectamente por el conflicto armado. Ella hace parte también del Colectivo de Noviolencia, desde donde espera fortalecer opciones para resolver los conflictos de manera pacífica y creativa. Espera dejar a sus hijas e hijo una herencia menos dolorosa que la que viven en la actualidad. (Zúñiga, 2006, 53). En Colombia hay una enorme producción bibliográfica que aborda los efectos del conflicto armado sobre las mujeres, evidenciando el impacto diferencial y desproporcionado en el marco del conflicto armado sobre sus cuerpos y vidas; que en su mayoría, no permite identificar cómo las mujeres víctimas trabajan por la construcción de la paz en el país. Sin embargo, algunos textos narran las historias de mujeres víctimas del conflicto armado, que hacen parte de iniciativas de construcción de paz como: el Colectivo de No Violencia en Cali, Aves del Paraíso de la Fundación Paz y Bien o las historias de mujeres del Valle Encantado. Algunos documentos que permiten evidenciar el agenciamiento por la paz de las mujeres víctimas, a destacar son:
“ de las mujeres del suroccidente colombiano ”.
necesidades e interponer demandas, algunas de ellas se han unido a organizaciones, como es el caso del Colectivo de no Violencia o la Fundación Paz y Bien. Pese a los enormes esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales y de la Comisión Nacional de de Reparación y Reconciliación (CNRR), hay pocos trabajos que buscan evidenciar cómo las mujeres víctimas del conflicto armado trabajan por la construcción y mantenimiento de paz. Tomaron la opción política de dejar las armas para construir un país en paz. Este apartado quiere resaltar la opción política de dejar las armas y de trabajar por la paz por la que han optado algunas excombatientes, preguntando: ¿qué lleva a algunas de las excombatientes a trabajan por la paz? Para responder esa pregunta, y reiterando el ánimo de no generalizar, se analizaron dos de las más importantes obras autobiográficas escritas por mujeres excombatientes: Vera Grabe y María Eugenia Vásquez, permitiendo identificar algunas motivaciones en estos caminos de construcción de paz. “Por Colombia, por la paz, dejen las armas”, fue la orden del comandante del M-19, el 8 de marzo de 1990. En el caso de Vera Grave y otras excombatientes, la opción de la dejación de las armas para ingresar al a vida civil a construir paz, está directamente relacionada con la decisión política del M-19 en su conjunto; sin embargo, en el libro Razones de Vida, Vera Grabe, presenta sus reflexiones sobre cómo la opción armada perdió sentido para ella.
Una revolución sin ética y sin humanismo colombiano”. Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR).
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Las historias recogidas en estos libros evidencian que muchas mujeres empiezan a trabajar por la paz porque han sido afectadas de manera directa o indirecta por los actores armados. Trabajan por la paz, desde una perspectiva de paz positiva, utilizando los medios legales para hacer realidad sus derechos, organizándose con otras mujeres víctimas para suplir
nuestra propia práctica fuimos aprendiendo que los fines no justifican los medios a cualquier precio y que al profundizar la lucha por la democracia, la paz y los derechos humanos, empezamos a tocar los límites de nuestra guerra y nos acercábamos a una paz por otros senderos (Grave, 2000, 306).
En el caso de María Eugenia Vásquez y en el de otras mujeres, además del contexto político, también hubo motivaciones personales o dolorosos
acontecimientos que precipitaron el abandono de la opción armada. María Eugenia confiesa, respecto a una reunión de la dirección nacional del M-19 (enero de 1987), convocada para hacer un balance y definir nuevas estrategias, después de la toma del Palacio de Justicia:
“El peso del tema militar desbalanceaba los análisis, y las jerarquías estaban determinadas por el éxito táctico más que por las estrategias políticas. Ésa, al menos, era mi apreciación. Creo que para entonces era clara la militarización de la política en el M-19. Hasta la idea de una fuerza militar con combatientes internacionales, que actuara en varios países, fue parte del delirio en que nos sumió la guerra.
Esta sensación y una pérdida demoledora fueron causas suficientes para repensar la vida en su totalidad:
Estas mujeres y sus compañeras, dejaron las armas y todo el poder que ellas conllevan, lo cual ya es un acto político de construcción de paz, pero adicionalmente, han desarrollado actividades encaminadas a la construcción de paz, en el caso de
Ellas, trabajan por la profundización de la democracia desde la perspectiva de las mujeres, porque como escribió Vera Grave: paz no es posible.
“Nos propusimos que las mujeres seríamos un pilar del proceso de construcción de la paz, y jalonadoras de una ética de vida. Nuestro lema era: , y estábamos convencidas de que el éxito de un movimiento democrático radicaba en la participación de las mujeres, aunque estaba por verse cómo se dará posteriormente la presencia femenina en el movimiento político que surgió de los acuerdos de paz”. (Grave, 2000, p. 355).
En conclusión, haber participado en la guerra, haber tomado la opción política de dejar las armas, es lo que las ha motivado a trabajar por la paz; sin embargo, sigue pendiente la visibilización de las acciones de paz de las mujeres que han dejado otros grupos armados (como los paramilitares) o las apuestas de paz desde las ex-militares y ex-policías. No pueden vivir en un país en guerra rodeadas de injusticia y dolor sin hacer nada al respecto. Esta es la motivación menos documentada, sin embargo decidimos incluirla porque hace parte de la vida cotidiana del Colectivo, de las mujeres que lo componen y de los múltiples espacios de construcción de paz que se habitan, todos con alta presencia de lideresas. La única referencia documentada que encontramos, fue un texto en el que Susy Bermúdez, en el artículo , explica que ella, como cualquier colombiana se interesó por la paz. Desde hace algunos años dedica buena parte de su tiempo a promover foro e investigaciones en torno a la pedagogía para la paz.
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
La muerte de mi hijo Juan, en plena adolescencia, rompió mi existencia en dos. Me había preparado bastante bien para afrontar mi propia muerte, había soportado con sensatez la de mis más queridos compañeros sucedida en combate, incluso logré entender como parte de la cruel dinámica de la confrontación los asesinatos que durante los últimos años acabaron con la vida de compañeros y colaboradores. Pero, la muerte súbita de mi muchacho. ¡No! No entraba en los riesgos, no estaba prevista, no tenía razón de ser, eso me corrió el piso […] La persona que yo había sido hasta ese momento, estalló en mil pedazos. Contradicciones, cuestionamientos, desgastes y desamores ocuparon los espacios que mantenían obstinadamente la esperanza y la fe en un proyecto político revolucionario. (Vásquez, 2000, p. 333).
Vera Grabe y María Eugenia Vásquez muy ligado a la educación a través de organizaciones como Planeta Paz o la Corporación Observatorio para la Paz. Así mismo el Colectivo de Mujeres Excombatientes, ha realizado ejercicios de reconciliación y encuentros con los diferentes actores del conflicto.
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(…) En mi proceso de socialización no me enseñaron que la paz se construye; que era importante reflexionar sobre el manejo de los sentimientos; que la imaginación se debía ejercitar para buscar mayor número de alternativas conciliatorias ante la presencia de problemas; que la comunicación oral, escrita, corporal y, entre otras, la que manejan los medios masivos de comunicación era factible de ser mejorada; que infortunadamente es poca la reflexión que se ha hecho sobre cómo hemos aprendido a relacionarnos con el conflicto y la diferencia; de igual modo que la exploración del sí mismo, en cuando a la
¿Qué paz proponen las mujeres? Para abordar la pregunta, se usaron dos tipos de textos, por un lado aquellos que hablan sobre mujeres o grupos de mujeres que trabajan por la paz; y, por el otro, los que desarrollan –en primera persona– posturas teóricas y prácticas de mujeres en torno al tema de paz. Cabe reiterar que la mirada es de mujeres diversas, como diversos son sus métodos, aportes metodológicos y teóricos en torno a la paz; por lo que una respuesta homogénea es imposible y poco deseable. Las nociones de paz(es) de las mujeres colombianas se han agrupado en:
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Paz construida en todos los ámbitos: la persona misma, el hogar, la comunidad y la mesa de negociación. Paz basada en el reconocimiento de la humanidad del otro y de la otra. Paz con conflicto y complejidad. Paz desde y para la protección de la vida. Paz con transformación de parámetros culturales y sociales. Paz con derechos humanos y derecho internacional humanitario. Paz sin guerras, sin armas y sin violencia. Paz con desarrollo. Paz con verdad, justicia y reparación.
historia personal y a las posibilidades para lograr un desarrollo más integral, permita abrirse al camino de ser, logrando así acabar o simplemente ser consciente de los estereotipos que sobre nosotros mismos y sobre los otros ha creado la cultura” (Bermúdez, 1996, p. 154).
¿Cuáles son las historias de las mujeres que han conformado la Iniciativa de Mujeres por la Paz, o de la Ruta Pacífica, o de la Red Nacional de Mujeres aquí una de las ventanas de investigación que se abren gracias a esta revisión documental.
Paz basada en el reconocimiento de la humanidad del otro y de la otra. El reconocimiento del otro y la otra para construir paz, es una idea recurrente en los textos revisados. Así lo expresa Elena , fundadora de Mi filosofía es que se debe unir en vez de dividir y que las mujeres debemos ser capaces de trabajar entre nosotras aunque seamos diferentes y tengamos historias y formas de pensar distintas (Zúñiga, 2006, p.32). El reconocimiento del otro y de la otra implica romper interpretaciones simplistas que dividen las personas en buenas y malas. Lo cual se hace reconociendo vivencias, valores y actitudes de los y las actoras del conflicto. A ellos se refiere Grave, 2002, 223: Lejos de interpretaciones simplistas de “buenos y malos”, nos permite, y obliga, a reconocer en los actores de los conflictos realidades (vivencias, valores, actitudes, etc.) de paz (…). También lo menciona Zúñiga, 2006, 104), diciendo que se trata de una lógica incluyente basada en el reconocimiento y respeto por el otro y la otra, así como en la construcción de consensos; una lógica que acepta la complejidad y busca tramitar las diferencias a través de formas no violentas. En el estudio de que analiza iniciativas ciudadanas de mujeres en resistencia civil no violenta, resalta que son iniciativas de aprendizaje desde la diversidad. Es particularmente
importante mostrar que estas experiencias hacen referencia a la diversidad étnica dado que se centran en grupos donde participan mujeres indígenas, afrodescendientes y campesinas; permitiendo valorar la diversidad étnica y el auto reconocimiento.
Cuando la fortaleza está en la diferencia, se tiende a sacralizar lo propio y a disminuir el valor de lo diferente, creando ambientes de tensión que ocasionan discriminación contra el otro. (….) Con la participación en las iniciativas se ha ido ganando en tolerancia y en aceptación de la diversidad y la diferencia lo que ha permitido un mayor reconocimiento en la sociedad y un autorreconocimiento de las etnias. Esto ha llevado a revaluar los intereses y los valores de las relaciones e interrelaciones fundamentadas en la pertenencia de grupo en lazos étnicos, ascendentes, de sangre, en contraposición con posiciones sociales jerárquicas o posiciones por posesión de recursos (Villareal, 2006, 185).
Tramitar la diferencia sin aniquilar al otro o a la otra, superando el discurso de muerte y la eliminación –simbólica o física– de lo diferente, permitiendo reconocer y trabajar con el otro y la otra, desde la diversidad y complejidad, son características de los discursos de las mujeres sobre la paz. Tal vez quien mejor lo expresa es Claudia Díaz (2002, 132) cuando afirma que aceptar la diferencia y la diversidad implica asumir la vida; “la uniformidad es la muerte”.
En esta multiplicidad de escenarios, empieza con la paz interior, que implica que cada persona requiere bien-estar consigo misma para construir paz, a ello se refiere una de las integrantes de Mujeres Paz-íficas así: Somos pacíficas con cierto acento, con verraquera, con entusiasmo, pues no estamos de
Otro escenario que se resalta, especialmente en aquellos espacios con raíces comunitarias, es la paz en el hogar, así lo dice Elena Garcés: “el proceso de paz debe iniciarse, primero que todo, con nosotras mismas, con nuestros hijos, con nuestros hermanos y luego con los otros. Porque si yo estoy desde la paz yo no puedo odiar (…)” (Zúñiga, 2006, 73). Esta idea de paz pasa por transformar las relaciones inequitativas basadas en los roles de género, como lo evidencia la Cartografía de la Esperanza: “La experiencia y la reflexión las han llevado a concluir que si las mujeres son agentes materiales y simbólicos de este proceso que crea modelos autoritarios y convierte su cuerpo en objeto de dolor y dominación, ellas mismas también pueden explorar nuevos patrones de relación y crianza que lleven a modelos solidarios donde la imposición y la coerción no tengan cabida” (Villareal, 2006, 185). Otra de las dimensiones de la paz, es la noción de paz con el ecosistema, aquella que trasciende las relaciones entre humanos e implica procurar armonía con los animales y la naturaleza. Esta perspectiva ha sido promovida por las ecofeministas y tiene reflejo en propuestas de algunas mujeres como Norma Hernández (9); La razón central de la resistencia de las mujeres es el afianzamiento de la vida, tanto la propia, como la de otros y otras y la del ecosistema, trascendiendo tiempos y espacios. Por su parte, Vera Grave (2002, 232), al referirse a la formación para la paz habla de relacionar todos los ámbitos de paz. Esto supone trabajar en una formación en paz desde varias racionalidades ya que resulta imposible limitarla a una sola: la paz …interior que comprende el arte, la búsqueda de veracidad, de autenticidad, de sinceridad; la paz “objetiva”, observable, empírica, que va desde el comportamiento individual hasta los pactos de paz, la Resolución pacífica de conflictos, el DIH, cognoscibles desde la perspectiva de la investigación científica en sentido positivo; la paz positiva relacionada con el mundo social, estudiada con mirada sistémica: desde los ecosistemas hasta Gaia; desde las sociedades y
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
Paz construida en todos los ámbitos: la persona misma, el hogar, la comunidad y la mesa de negociación. Algunos de los textos analizados se refieren a que la paz se construye desde múltiples ámbitos, que incluyen los niveles micro, meso y macro de las sociedades: paz interior, paz en el hogar, paz con los demás, con el ecosistema y en las mesas de negociación.
acuerdo con la guerra; estamos luchando por la paz y esa paz hay que lucharla desde nuestro propio yo. Yo tengo que estar en paz desde mí misma. (Zúñiga, 2006, 73).
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los estados hasta el sistema mundial; temas globales como el desarrollo; la paz cultural, referida a las construcciones intersubjetivas en las que cabrían las culturas, las éticas, los sistemas de valores. En cuanto a la paz negociada, todos los textos revisados, que la anuncian, coinciden en denunciar el carácter patriarcal de las mesas, la poca participación de las mujeres en ellas y la ausencia de discusión sobre las realidades que afectan a las mujeres tanto en la guerra como en la paz; sin embargo, existen diversas posiciones sobre el papel que deben tener las mujeres en estos escenarios de decisión política, como se evidencia a continuación. Las que se alinean con el movimiento de No violencia, están más cercanas a darle poca importancia a la participación de las mujeres en las mesas de negociación, ya que consideran que la resistencia a la guerra nace en los bordes: (…) seguramente es importante que las mujeres estemos en los espacios públicos de gobernabilidad, en las llamadas mesas de negociación, pero la resistencia no se lleva a cabo allí, la resistencia se realiza en los bordes, se realiza en las redes, se dispone contando con el azar, la resistencia es una fuerza que no se localiza porque ella nace del devenir y del encuentro de otras singularidades que tiene como propósito los medios, sin fin, resistir es también desarmar y esto lo sabe la etiología (…) (López, 46 citado en Navia, 2005, 10). Por otra parte, el Grupo de Trabajo de la Resolución 1325, en relación con los diálogos de paz que se desarrollan en el marco del gobierno del presidente Juan Manuel Santos elaboró un documento reclamando al gobierno que se nombre a mujeres en las mesas de negociación. Así mismo, en los informes de seguimiento al cumplimiento de la Resolución 1325 y en los documentos que a ellas se refieren se hace énfasis en la importancia de la participación de las mujeres y del enfoque de género en las mesas y agendas de negociación.
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Paz con conflicto y complejidad. Los textos revisados hacen alusión a una noción fundante de teoría de la no violencia: el conflicto hace parte de la vida humana. La paz no se trata de vivir sin conflictos, significa canalizarlos de manera no violenta, basada en el respeto de las otras y los otros. En general, implica que en los cimientos de la construcción de
(UNIFEM, S.F., 37). Algunas de las mujeres complejizan la paz, entendiéndola como un escenario que trasciende la no violencia e incluye el desarrollo, como es el caso de María Ladi Londoño (1995, 75), quien argumenta que: “La paz es indesligable del desarrollo porque también es más que ausencia de guerras. La paz es un estado con adecuados niveles de convivencialidad, tolerancia, equidad cooperación y reacciones no violentas para disentir y manejar los conflictos”. Otras mujeres consideran que implica modificar las maneras tradicionales de gestionar los conflictos: La paz es mucho más que la ausencia de guerra; es un estado de armonía y tranquilidad que existe solo cuando reina la justicia, la igualdad y la libertad y cuando se utiliza el dialogo sincero y amable, sin ironías, sin agresiones y sin chismes, para resolver el conflicto (Zúñiga, 2006, 72). Paz con transformación de parámetros culturales y sociales. Plantean una paz que trascienda las lógicas de poder imperantes de amigo-enemigo, de vencedores y vencidos, por una paz hecha con alegría, con placer o gozo: “No nos interesa una paz a la hijueputa si no tiene proceso. Por eso no solamente desde el punto de vista político sino también feminista, hemos estado de acuerdo con la paz con alegría, con derecho al placer, a la felicidad, al deseo, porque nosotras queremos cambiar el mundo pero gozándonoslo (…) (Zúñiga, 2006, 72). La Agenda de mujeres por la Paz, promueve y exige diseño de políticas públicas que fomenten una cultura de no violencia y respeto de la diversidad, así como políticas que desarrollen nuevos sistemas de valores y una ética civilista (…) con perspectiva de género que eduque y prevenga el maltrato a las mujeres, niñas y niños. Paz desde y para la protección de la vida. Hemos incluido aquí la idea (y en muchos casos realidad cotidiana impuesta-elegida) de asociar a las mujeres con el cuidado de la vida, en especial de su rol de madre; esta idea-realidad está presente en las palabras de las Paz-íficas: Las mujeres damos la vida, y la vida se convierte en el límite… Se trata en todo caso de disponer y permitir el acontecimiento que da lugar a su afirmación y esto se logra construyendo
pacientemente el tejido social. El tejido social es un soporte en medio del caos, para que desde el caos florezca la salida. (…) Es indignante escuchar diariamente guerreristas predicando la guerra con los hijos ajenos (Zúñiga, 2006, p.39). Además, se hace visible esta posición de madres que buscan la paz, en las arengas que se dicen en las marchas de mujeres: “No pariremos hijos para la guerra”. “Ni un hijo más para la guerra”. En los lugares donde el conflicto armado es más agudo, allí donde impera la guerra, las mujeres resisten para proteger la vida; lo hacen hablando con los armados, generando recursos y alimentos para las familias, curando y amando. Estas formas de aproximarse a la paz por parte de las mujeres han quedado plasmadas en investigaciones como la de y en los trabajos de Hernández, sobre resistencia civil en Colombia. El aporte de las mujeres de preservar localmente la vida, allí donde la exclusión y la inequidad son evidentes, garantiza su permanencia y la del resto de la comunidad al ofrecer alternativas de ingreso y, por ende, de sobrevivencia, que constituyen un beneficio real para ellas, sus familias y la colectividad.
Así también lo consigna el Grupo de Trabajo de la Resolución 1325 en Colombia, al evidenciar otras formas de concebir la seguridad: “Las feministas apuestan a una seguridad orientada a la protección de la vida” (Grupo de Trabajo de la Resolución 1325 en Colombia, 2011, 37).
Paz sin guerras, sin armas y sin violencia. Esta postura, expresa cómo algunas mujeres están contra la guerra y las razones que la sustentan, desde una postura arraigada en la vida; asumiendo un NO a las armas porque son un instrumento de sumisión, de humillación, de esclavitud, porque ellas presentan un estrategia patriarcal: “la guerra es una estrategia privilegiada del patriarcado para desvalorizar a la mujer; ellos en la guerra ganan protagonismo social y político y ellas están excluidas (Zúñiga, 2006, 81). Este rechazo de las armas, desde esta lógica, es radical, en el caso de Gloria Cuartas, llegó hasta rechazar su escolta y el uso de armas para su propia protección: “Acepté la candidatura [de Apartadó], quería trabajar con ellas en forjar una nueva visión de la vida, sin la compañía de la eterna sombra de la amenaza. Por eso prescindí de tener escolta y rechacé también llevar armas.”(Navia, 2005, 52). Paz con desarrollo. El planteamiento central de la Agenda de Mujeres por la Paz se basaba en la realidad palpable de la exclusión histórica de las mujeres de los espacios públicos y en los escenarios de toma de decisión. Además, evidenciaba la reiterada exclusión de los escenarios y condiciones para el bien-estar, por ello plantearon: reforma tributaria, reforma agraria, nuevo modelo de desarrollo con equidad social, expedición de la ley orgánica de ordenamiento territorial, todo, con perspectiva de género y participación de las mujeres. Así mismo, pensar la paz con desarrollo, para algunas mujeres implica prevenir injusticias y hostilidades, es tranquilidad y es gozar de la protección y la tranquilidad social, es cumplimiento de promesas y
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Paz con derechos humanos y derecho internacional humanitario. Las mujeres, hablan de manera reiterada sobre los derechos humanos y el derecho internacional humanitario en relación con la paz. Por ejemplo, en la Agenda de Mujeres por la Paz de 2002, el primer punto que ellas suscribieron fue el cumplimiento del derecho internacional humanitario (DIH) por todos los actores involucrados en el conflicto. La mirada de las mujeres sobre el DIH está basada en los riesgos que para ellas implica la guerra, a saber: reclutamiento, militarización de la vida, respeto a la intimidad, a las decisiones afectivas de las mujeres, prohibición de la esclavitud doméstica y sexual, etc.
En cuanto a los derechos humanos, se refieren a una perspectiva integral de los mismos, asumiendo que todos los derechos están interrelacionados, de tal manera que la realización de unos exige la realización de otros. Por eso la paz incluye derechos económicos, culturales, sociales; sexuales y reproductivos; civiles y políticos: “Partamos de reconocer que el ejercicio de los Derechos Humanos potencia a los individuos y a las comunidades, facilita la legitimidad de las instituciones, crea la condición necesaria para que la gente goce de seguridad humana, vida aceptable, y pueda participar de la vida económica y de la construcción de la paz” (Cuartas, 2002, 100).
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programas estatales, es respeto a las diferencias y a los derechos humanos, es uso de métodos pacíficos para solucionar los desacuerdos (Zúñiga, 2006, 75). Paz con verdad, justicia y reparación. En varias investigaciones, las mujeres hacen referencia a los derechos a la verdad, la justicia y la reparación, argumentando que las huellas del conflicto armado en las mujeres son diferenciales por eso la verdad, la justicia y la reparación se deben hacer reconociendo los roles y realidades que la asignación de unos roles de género específico han implicado en la vida cotidiana y los espacios público-políticos. Con especial énfasis, en las acciones específicas con respecto a los sucesos de violencia “por el hecho de ser mujer” como son la violencia sexual, la esclavitud doméstica, entre otras:
En la construcción de los pactos que hacen los pueblos y en la puesta en escena de ese camino de reconciliación, además de las intenciones
¿Qué prácticas proponen? La revisión documental realizada permite evidenciar que a lo largo de la historia de este país, las mujeres se han movilizado y han trabajado de manera activa y comprometida en los procesos de construcción de paz. De la revisión documental se registraron 46 tipos de acciones que han utilizado los grupos de mujeres que trabajan por la paz y se visibilizan algunos ejemplos de éstas, siendo claro que muchos nombres y acciones han dejado de registrarse, ya que hasta hace muy poco se empezó a escribir en Colombia la historia de las mujeres y la historia local.
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Las prácticas y métodos elegidos por las mujeres colombianas se han subclasificado en 15, agrupando las acciones que tienen algunas similitudes, así: Acciones asociadas con la movilización de masas: marchas organizadas por mujeres; marchas en las que convocan sólo a mujeres; recolección
de legitimación del otro y del semejante, de los propósitos de justicia, de las intenciones de respeto y de reconocimiento, parece entrar en juego la explicitación, de modo claro, de un punto: el reconocimiento y la asunción de la verdad. Es necesario enfrentar con veracidad en la guerra, la asunción de los muertos y la aceptación de la responsabilidad histórica de los crímenes se hacen necesarias. Hago referencia a las verdades sociales, jurídicas e históricas que los pueblos y los grupos implicados en el conflicto buscan ocultar y negar pero más específicamente llamo la atención sobre la verdad del goce implicada en esos actos de búsqueda de poder y de venganza a través de la guerra, verdad que de modo más radical y a toda costa se tapona con la racionalidad del psicoanálisis ha descubierto que para lograr la pacificación del sujeto consigo mismo, con los otros y con el mundo debe justamente enfrentarse a su verdad, que es la de su deseo y su goce. (Díaz, 2002, p. 137).
de firmas; campañas; plantones; movilizaciones; carnavales y vigilias. Las marchas han sido uno de los métodos más usados y documentados, son las acciones más visibles del movimiento de mujeres a favor de la paz. La primera registrada es la de 1946 convocada por la Unión Femenina y la más grande, la realizada en 2002, convocada por la Movilización Nacional de Mujeres en contra de la Guerra, en la que participaron aproximadamente 40.000 mujeres. Las mujeres colombianas también se han volcado a las calles en forma de plantón, método utilizado especialmente por el movimiento internacional de mujeres de negro. Las mujeres de Negro de Cali, se plantan en la plaza los últimos martes de cada mes, a las 5 p.m., para protestar por los secuestrados. En Bogotá, las Madres de Soacha protestan por positivos. Las mujeres de la Asociación Caminos de Esperanza-Madres de La Candelaria, con las fotos de sus desaparecidos, utilizan los plantones y las
movilizaciones para hacer visible la situación de desaparición forzada que padece el departamento de Antioquía y el país. Es una resistencia civil que tiene el propósito de hallar las personas que han sido secuestradas, luchando contra el olvido y la impunidad.
Las distintas expresiones del movimiento feminista y del movimiento de mujeres, abanderadas bajo la consigna No a la guerra y Respeto a los Derechos Humanos de las Mujeres, desarrollaron una múltiple presencia política desde lo lúdico, lo simbólico y lo organizativo. (Tobón, 2003, p. 16)
Las mujeres se han volcado a las calles para protestar contra el secuestro, como fue el caso de la marcha convocada por las Mujeres Paz-íficas, para protestar contra el secuestro de Ingrid Betancourt; o para denunciar hechos de violencia que afectan de manera particular a las mujeres, como la marcha al Putumayo, convocada por la Iniciativa de Mujeres por la Paz y la Ruta Pacífica, en la que participaron aproximadamente 7.000 mujeres. Las mujeres de las organizaciones del Salado, se encuentran registradas en el libro Cartografía de la Esperanza.
Otra iniciativa fue la Declaración Contra la Guerra (septiembre de 2000), hecha por las Mujeres Paz-íficas.
Las marchas y movilizaciones convocadas por las mujeres han tenido nombres profundamente significativos como Jornada Exorcicemos la muerte y , más para la guerra. En ellas han incluido poesía, cantos, flores, ritos, mimos y, en general, han usado otros lenguajes simbólicos y artísticos resignificando las dinámicas habituales de las marchas. Adicionalmente, se ha registrado que las mujeres han participado de manera activa y comprometida con las acciones propuestas por el movimiento de paz, a saber la Semana por la Paz, la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil, Mandato por la Paz, marchas nacionales en contra de las violencias y en favor de la paz. Pronunciamientos públicos: manifiestos,
En 2012, se inició un nuevo proceso de diálogo entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional –sin la participación de la sociedad civil ni de mujeres negociadoras–, por ello algunas organizaciones de mujeres enviaron una carta pública al presidente Juan Manuel Santos en los siguientes términos: Las organizaciones de mujeres apoyamos este proceso de diálogo y negociación y esperamos como resultado final un camino hacia la paz... Además, reconocemos los aportes que las mujeres tienen para la paz, su experiencia en diversos temas y por ello esperamos ver mujeres representantes del gobierno en la Mesa de Negociación; así mismo esperamos que el gobierno inste a las guerrillas para que también lo hagan. Uso de medios masivos de comunicación: programas de radio; participación en programas de televisión y afiches. Dos ejemplos de este método fueron: la campaña convocada por la Confluencia Nacional de Redes denominada Democracia si va; así mismo, la Red Nacional de Mujeres organizó el (Tobón, 2003, 18) y la campaña para la eliminación de la violencia contra la mujer en las comunidades indígenas wayuú, impulsada por Fuerza de Mujeres Wayuú.
La presencia más activa y más documentada de las movilizaciones a favor de la paz por parte de las mujeres, se dio durante el proceso de negociación entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana y las FARC-EP, que empezó en 1998 y tuvo lugar en el Caguán.
Investigación sobre paz; Investigación sobre el trabajo de mujeres por la paz; Investigación sobre el impacto del conflicto sobre las mujeres; Asesorías y asistencia técnica en temas asociados a la construcción de paz y publicaciones académicas.
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de opinión y cartas abiertas de las mujeres dirigidas a los actores armados.
Monitoreo, seguimiento y documentación. Creación de Observatorios y Documentación de casos. Siendo importante destacar el observatorio creado por Sisma mujer.
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Participación en las mesas de negociación y las mesas alternas. Participación como asesoras de los negociadores y participación con ponencias en mesas alternas. Pese al enorme trabajo desarrollado en favor de la paz, la revisión documental permite evidenciar que las mujeres no han sido negociadoras en los procesos de paz, solamente han sigo asesoras, a pesar de lo cual se han abierto espacios para que sus voces sean oídas en el marco de los procesos de paz. Así lo demuestran los documentos recogidos en el marco de la campaña Ahora por la paz todas las mujeres, para enviarlos a las Mesas de Trabajo por la Paz, creada durante el gobierno de Belisario Betancur Cuartas (1982-1986). Otro de los espacios en los que participaron las mujeres fue la Comisión facilitadora de carácter ciudadano para hacer aproximaciones con el grupo la presencia de Piedad Córdoba, María Emma Mejía y Patricia Lara. (Velásquez, 2000, 35). La experiencia más significativa durante el proceso de diálogo y negociación la constituyó la actuación coordinada de aproximadamente 85 organizaciones de mujeres en la en San Vicente del Caguán, a donde viajaron 700 mujeres. Allí se presentaron 60 ponencias que recogían el sentir de la diversidad de mujeres colombianas (Tobón, 2003, p. 16). Acciones judiciales. Demandas ante cortes nacionales (en relación con la ley de justicia y paz, con los efectos del desplazamiento sobre las mujeres) y Asistencia jurídica a víctimas y demandas ante cortes internacionales.
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Se creó la Mesa Mujer y Conflicto Armado por iniciativa del Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos –ILSA–, con el fin de evidenciar las múltiples formas de violencia que afectan a las mujeres y niñas en el marco de la violencia sociopolítica. La Mesa también promovió la visita a Colombia de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre Violencia contra la Mujer (UNIFEM, 42). Además, las organizaciones de mujeres se han dedicado prioritariamente a registrar los terribles efectos del conflicto en la vida de las mujeres y a la promoción de recursos judiciales (el más importante de ellos, el Auto 092 de 2008).
Formación y capacitación. Capacitaciones sobre Resolución 1325, derechos de las mujeres, paz, realización de foros nacionales e internacionales y de congresos. Las capacitaciones y procesos de formación han sido uno de los métodos más destacados, con temáticas recurrente como: derechos humanos de las mujeres, acceso a mecanismos de justicia, participación política y construcción de paz. El estudio realizado por la Corporación Humanas, permite evidenciar que la gran mayoría de las organizaciones entrevistadas realizan procesos de formación. Constituyente de las mujeres y acuerdo de la Agenda Nacional de Mujeres por la Paz. En 2002 se elaboró la Agenda de Mujeres por la Paz, siendo una de las estrategias más incluyentes y democráticas realizadas por las mujeres para la construcción de la paz. A través de un proceso que duró más de dos años, con base en 600 propuestas recogidas en encuentros regionales y sectoriales acordados a través de un gran evento nacional que llamaron la se aprobó la Agenda. Creación de espacios organizados de mujeres. Un ejemplo de esta apuesta por crear espacios organizativos fue en 1972, cuando nace la Organización Femenina Popular, en un sector de Barrancabermeja. Fue una propuesta de la Iglesia Católica influenciada
por la para organizar a las mujeres en torno a la superación de la violencia. Otro ha sido la consolidación de la Ciudad de las Mujeres de Turbaco de la Liga de mujeres desplazadas que obtuvo el premio nacional de paz. Este listado podría ser cuantioso, y sin duda es una tarea pendiente hacer un mapeo, en los ámbitos locales, regionales y nacionales, de todas las organizaciones creadas por las mujeres para construir paz. Acciones ecuménicas. Eucaristías, rosarios, procesiones. Vale la pena destacar que en el 2000 se creó la Red Ecuménica Nacional que se originó en el Primer Encuentro Ecuménico Nacional de Mujeres. Acciones artísticas. Obras de teatro; obras de arte plástico; conciertos; y acciones simbólicas.
ejemplo la Movilización de Mujeres de Barranquilla, en 2007, cuando más de 5000 mujeres vestidas de blanco y paraguas negros, marcharon en silencio; o las obras de teatro y como sin armas, sangro de Margarita Rosa Tirado, de Adriana Tamayo, de Voces de Luna Roja promovidos por las Mujeres Paz-íficas y el festival de teatro Mujeres en Escena por la Paz, promovido por la Corporación Colombiana de Teatro. Acciones de incidencia. Lobby legislativo; lobby en política pública y participación en la construcción de políticas públicas que aborden el tema de paz.
Gestión para el acercamiento entre actores armados. Intercambio epistolar con insurgentes y buenos oficios para acercar a las partes. Ha habido múltiples situaciones en las que actores armados. La promovida por la Iniciativa de Mujeres colombianas por la Paz (IMP): “Consistió (…) en una estrategia pacífica y no violenta de las mujeres que tenía como fin un cambio de actitud de las partes en conflicto para concretar un Acuerdo Humanitario”. En cuanto a la metodología de las conversaciones directas con actores armados para rescatar a hombres y mujeres reclutados o secuestrados, vale la pena resaltar actitudes de resistencia y autonomía como las que encarnan Piedad Córdoba, Gloria Cuartas, Eleonora Castaño de la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas (ANMUCIC) y Yolanda Becerra de la Organización Femenina Popular (OFP), o las mujeres del Cauca que fueron a reclamarle sus hijos a la guerrilla (UNIFEM, S.F., 33). Encuentros de mujeres. Un ejemplo de estos escenarios de encuentro y diálogo colectivo, fue el Encuentro Internacional de Mujeres contra la Guerra, realizado en Bogotá en agosto de 2004, promovido por IMP y la Ruta Pacífica de Mujeres y convocado por el Movimiento de Mujeres contra la Guerra (UNIFEM, 37, S.F.); con el lema “ni guerra que nos mate, ni paz que nos oprima”. Actuar en Red. Redes locales y Regionales; redes nacionales y redes internacionales. Resulta importante destacar el trabajo en red como estrategia para construir paz; entre las redes nacionales se destacan: la Red Nacional de Mujeres, Red Ecuménica de Mujeres, Alianza Iniciativa de Mujeres por la Paz y la Ruta Pacífica de Mujeres.
3. Mujeres, actoras y autoras de paz en Colombia
La Política Nacional de Equidad de Género para las Mujeres, ha sido uno de los mayores ejemplos de incidencia. Este escenario contó con la participación activa de miles de mujeres y a partir de la conformación de un grupo metodológico mixto (conformado por sociedad civil, cooperación internacional y gobierno, promovida por las mujeres representantes del movimiento en el Consejo Nacional de Planeación) se avanzó en el diseño de los lineamientos de la política pública. Desde la perspectiva de paz, el movimiento
de mujeres hizo incidencia para incluir elementos de la Resolución 1325 de 2000, que fueron asumidos como parte de los lineamientos de prevención de las violencias.
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Conclusiones “A liberation movement that is nonviolent sets the oppressor free as well as the oppressed. [Un movimiento de liberación no-violento libera tanto al opresor/a como al oprimida/o]” Barbara Deming
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sta documentación no pretende ser un punto final. Es, por el contrario, un abrebocas a campo de estudio, trabajo y creación. Es un llamado por vernos reflejadas unas en otras y poder aprender de las experiencias de mujeres en todo el globo, que han decido inventar haceres para construir paz y, a su vez, encontrar maneras para que nuestras propuestas puedan dialogar, construir, transformar y transformar-se a partir de procesos que las hagan visibles en el ámbito glocal. Si tuviéramos que resaltar cuál ha sido la voz constante que nos ha llamado mientras hacíamos este proceso, es una que nos convida a pensar y a optar por maneras de incidencia y acción, en las que construcción de paz en Colombia, pero a su vez nos reconozcamos en los discursos más amplios de las mujeres en el mundo, buscando puentes con otras latitudes; en las que las vivencias sorprenden por las semejanzas en los caminos hacia la paz y entristecen por las similitudes en los dolores, pasado y presentes violentos.
Conclusiones
Una de las principales conclusiones fue que los procesos de documentación sobre las mujeres en procesos de construcción paz son bastante limitados.
A pesar que una primera mirada sugiere lo contrario, al profundizar el análisis se descubre que se hace referencia a procesos sobre-documentados (países de la Ex-Yugoslavia, Somalia, Sierra Leona, Nepal, Indonesia, Liberia e Irlanda del Norte). Esto se debe, en parte, a la existencia de numerosas organizaciones de la Sociedad Civil trabajando (y documentando) en estos países y a que la mayoría de las bases de datos recoge información institucionalizada (implementación de la Resolución 1325 a través de Planes de Acción Nacional), lo cual concentra la información en aquellos estados que han priorizado la construcción de estos planes.
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La revisión documental arrojó que son pocas las investigaciones y sistematizaciones que se han realizado sobre las mujeres colombianas como constructoras de paz, mostrando que: las mujeres imaginan, hacen, crean y construyen paz, desde lo local, regional y nacional;
acción social más directa en torno a la construcción de paz.
sin embargo, no se les reconoce como protagonistas de los espacios, discursos, propuestas y acciones que edifican la paz, la voz principal y el rol protagónico siguen siendo para los hombres.
constructoras de paz, se basa en la naturalización de que las mujeres compartimos una identidad común,
Las propuestas con pretensiones globales suelen estar acentuadas en el “Norte global”, lo que implica una necesidad de seguir problematizando las relaciones norte-sur. Además, se observó que no existe mucha información sobre los procesos de construcción de paz en América Latina, y mucho menos de las propuestas y acciones de las mujeres de las mujeres en el subcontinente, hay algunos documentos puntuales sobre Colombia y los procesos de paz en Centroamérica; haciendo presente que existe un desafío importante para visibilizar las propuestas, apuestas y acciones de las mujeres latinoamericanas en los escenarios globales de construcción de paz. Cuando el cuerpo de las mujeres ha sido campo de batalla en el marco del conflicto, como ha sido el caso en todas la guerras internas, externas y en los conflictos urbanos; las mujeres se han dedicado a denunciar el uso de la violencia sexual y las violencias contra las mujeres como arma de guerra, a través de múltiples medios, dejando de lado la posición de víctima pasiva, que socialmente se le pretende asignar. Los documentos institucionales, de la sociedad civil y de la academia, muestran partes de esta dinámica compleja, de dejar de asumirse sólo víctima, con una profunda vergüenza de los hechos que la afectaron, para asumirse agenciadoras de paz. Sin duda,
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, ya que ha sido un instrumento que potencia el debate y las herramientas de incidencia para asegurar la participación de las mujeres en los procesos de construcción de paz. Se han recibido críticas por parte de mujeres del mundo, puesto que su existencia limita e institucionaliza la mirada, invisibilizando mecanismos y propuestas más cotidianas o que surgen de nociones políticas de
Hemos hallado que la Resolución 1325 es el ítem más frecuente en la documentación. Este proceso permitió evidenciar que la noción generalizada,
la maternidad-bondad. Pero a su vez, ha sido grato encontrar discursos, estares y haceres que evidencian que el hecho de ser mujer acorta y se vuelve excusa para trascender otras identidades, –muchas veces (nacionales, religiosas, étnicas, etc.)–, en la búsqueda de superar fronteras simbólicas que alimentan las guerras y conflictos. Esta documentación ha permitido ver y resaltar las diferencias y los puntos comunes de las mujeres que construyen paz. Este proceso mostró los múltiples casos y experiencias documentadas, pero a su vez de la necesidad de seguir haciendo visibles de manera sistemática las maneras- cada vez más innovadoras que las mujeres encuentran para romper con las lógicas binomiales y divisorias que sustentan a las sociedades; y, por ende, sus conflictos bélicos y guerras; porque uno de los grandes aporte de las mujeres a la construcción de paz es reconocerse en la otredad y buscar con ella caminos hacia la reconciliación. Es importante resaltar, que en todos los documentos analizados y en los espacios de aprendizaje más vivencial –seminarios, foros, entrevista– que transitamos, se hace visible el (como los conflictos urbanos o rurales no reconocidos como conflictos; por ejemplo la situación actual de México, en las vidas de las mujeres. Existe una triste concordancia en todos los documentos en que a las mujeres a la que los conflictos ha cruzan la vida, los cuerpos y los profundos afectos. Por ello, es necesario seguir explorando las dinámicas multidimensionales en la que las guerras y las violencias se entrecruzan en la vida de las mujeres, para encontrar los mecanismos
integral, encontrando en las historias de vida y en
las apuestas políticas de las mujeres caminos hacia la reconciliación y la reconstrucción del tejido social.
no se siga perpetuando la idea de la mujer-victima, ya que un número importante de los documentos analizados tienen elementos que las sitúan en ese lugar simbólico en los ámbito ligados al conflicto, la guerra y la construcción de paz. Por ello, es necesario hacer más esfuerzos por visibilizar a las sujetas complejas, con múltiples voces interiores, que construyen paz en el mundo. Es importante evidenciar que son múltiples las afectaciones y formas en el que el conflicto atraviesa las vidas de las mujeres y no hay un solo camino de entrada, ni unas únicas formas de hacer. A partir de los relatos recorridos, se ha evidenciado que las situaciones de post-acuerdo tienen un doble efecto sobre las mujeres. Por un lado, abre una ventana de oportunidad para su participación en la construcción del nuevo escenario y, por otro lado, puede suponer un retroceso en los derechos de las mujeres. Los conflictos armados abren las posibilidades para que se produzcan cambios en las relaciones de género, sin embargo, estos cambios no suelen ser radicales, sino que se centran en una reordenación de la división del social del trabajo. Igualmente hay una tendencia a que estas oportunidades terminen una vez acaba el conflicto (El-Bushra, 2003). Las mujeres reconocen que la paz y el camino para lograrla. Es una oportunidad para edificar cambios en su posición en la sociedad: las mujeres ven su aportación a la paz como un trabajo para transformar actitudes y prácticas, estructuras y competencias, preparar el terreno para los cambios locales y globales que la paz permanente requiere. Los documentos evidencian que las mujeres se niegan, cada vez con mayor fuerza, a que los conflictos sean entendidos sólo como un paréntesis de las vidas cotidianas, sin ser analizados como escenarios de cambio y de profundos aprendizajes para las sociedades.
La documentación evidencia que las mujeres tienen un rol activo (pero desconocido e invisible) en la construcción de la paz que se enmarca fundamentalmente en el ámbito familiar, local y comunitario, especialmente como mediadoras Las mujeres en el ámbito local contribuyen a la reparación en el marco de los post-acuerdos y manteniendo de los lazos sociales durante el conflicto, por medio del cuidado. Las mujeres son víctimas de la guerra y además subsidian su costo por medio de trabajo no remunerado y “naturalizado” de los cuidados. Es importante resaltar que las mujeres en diversos relatos presentes en este proceso hacen un llamado porque la división entre lo político y lo social sea tajante, por ello se puede concluir que las mujeres tienen motivaciones socio-políticas, en los ámbitos meso, micro y macro para llevar a cabo acciones para construir paz y estas no deben ser invisibilizadas porque comparten el hecho común de haber nacido o haberse construido mujeres. Este proceso, lejos de pretender idealizar a las mujeres, busca evidenciar que sus procesos vitales –atravesados por los roles de género tradicionales y por múltiples búsquedas para subvertirlos– implican otras formas de entender la paz o las pa(z)es. Las mujeres han generado acciones y propuestas que implican hablar de una cultura de paz, que comienza por no asumir la diferencia como peligro sino como potencialidad transformadora de las sociedades. Para un número creciente de mujeres, reflejadas en documentos de diversa índole, la paz es un proceso complejo y multidimensional, que no sólo involucra a las sociedades con conflictos bélicos presentes, sino a todas las sociedades, donde las violencias basadas en el género y por el hecho de ser mujeres son uno
Conclusiones
Es importante resaltar que en muchos documentos se evidencia que en los espacios institucionales se les sigue atribuyendo el lugar protagónico y trascendente los escenarios de negociación de las
élites armadas, más que a los esfuerzos constantes de generación de escenarios para la paz en la cotidianidad en muchos casos protagonizados por mujeres, hecho que lleva a que las mujeres, para ser escuchadas y tenidas en cuenta, busquen organizarse o hacer incidencia “detrás de escena”. Es importante señalar que el punto anterior no implica que las mujeres no quieran estar, ni que no hayan buscado activamente un lugar en la mesa de negociación; sino que las mujeres han preferido ser estratégicas e incidir en la paz como un proceso vital y no como un proceso de protagonismo político.
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de los componentes más destacados y recurrentes de las violencias estructurales existentes. Las mujeres presentes en la documentación hacen esfuerzos constantes por desnaturalizar todas las dinámicas patriarcales y hetero-normativas en los ámbitos de construcción de paz, ya que estas han hecho que la guerra y los conflictos armados naturalicen e incluyan en su arsenal la eliminación de la otredad que desea y ama de manera no hegemónica o que construye su ser trascendiendo los deberes ser biologisistas, mujeres trans, lesbianas, bisexuales. Las mujeres adoptan una definición más amplia de “Paz” que los hombres (más reducido a la ausencia de lucha o el silenciamiento de los fusiles), más inclusivas e incluyentes. Al complejizar el acercamiento a los procesos de construcción de paz desde las mujeres, se lleva a cabo una ruptura de supuestos culturales, ya que se evidencia que las mujeres, en su diversidad, han tenido diferentes papeles en la guerra y la paz, que no son sólo cuidadoras, sino parte activa de los actores armados y personalidades de los ámbitos de la política. Uno de los grandes cambios en la forma de analizar la participación, motivación y apuesta de las mujeres en escenarios de construcción de paz, es entenderles como procesos, no como acciones desarticuladas y únicas, sino como sucesos, acciones y pensamientos que se entrecruzan y transforman.
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Cabe resaltar que esta listado de métodos, concepciones y haceres de las mujeres en los ámbitos de construcción de paz tienen un final no conclusivo, ya que las categorías no tienen una línea tajante entre sí. Son la expresión de la apuesta de muchas mujeres, en su diferencia, por asumir la construcción de paz desde múltiples niveles, reconociendo la existencia de diversos actores a los cuales influenciar y la potencia de varios lenguajes utilizados de manera dialogante. Cuando se buscan analizar qué entienden las mujeres por paz y qué paz proponen, se encuentra una respuesta multidimensional, que generar un concepto amplio de la paz que incluso podría ser las pa(z)es. La paz para las mujeres pasa por la cotidianidad, por el cuestionamiento de lo estructural, por el reconocimiento del movimiento y el cambio, por la
afirmación de una misma y de la otredad, por una vivencia cotidiana y política local y global, por relatos, desde múltiples lugares, de la propia historia. Las concepciones de la paz desde las mujeres, pueden ser catalogadas como: Las mujeres unen ‘la paz familiar’ (en el ámbito doméstico) a la paz social, a lo colectivo. Paz mínima como silenciamiento de los fusiles. Paz es entendida como paz mental y paz personal. Paz como proceso colectivo, en el que se escucha a aquéllos y aquéllas invisibles. Paz es un escenario político y social de deconstrucción de desigualdades. Paz como una vida libre de violencias. Paz como vivencia cotidiana, que se sustenta en la garantía de los derechos humanos. Paz entendida y vivida como un proceso dinámico, en constante construcción y siempre inacabado. Paz como condiciones dignas de vida y del reconocimiento de derechos de las mujeres, en el marco de la paz duradera. Paz implica la vivencia con la otredad. Paz como una vivencia global, más allá de sus territorios. Paz como memoria. Es claro que para las mujeres la paz no es solamente la ausencia de violencias y la construcción de mecanismos formales de tramitación de conflictos, sino que implica ir a sus raíces más profundas. Dichas causas son de orden multicausal y en ellas el nivel más profundo es de orden cultural y simbólico ligado a la manera patriarcal como se configura el poder en estas sociedades. La paz para las mujeres es holística; las mujeres unen ‘la paz familiar’ (en el ámbito doméstico) a la paz social, a lo colectivo; consideran que la paz no es sólo el silenciamiento de los fusiles, piensan que la paz es además mental y personal. Piensan que la paz es un proceso colectivo de escucha a aquéllos y aquéllas invisibles, es un escenario político y social de de-construcción de desigualdades. La paz supone una vida libre de violencias y una vivencia cotidiana que se sustenta en la garantía de los derechos humanos. La paz es entendida y vivida como un proceso dinámico, inacabado y en constante construcción; paz entendida como condiciones dignas de vida y del reconocimiento de derechos de las
mujeres, en el marco de la paz duradera. La paz implica la vivencia con la otredad, paz como una vivencia global, más allá de los territorios locales, paz como memoria. Es fundamental reconocer que una de las mayores potencias de los métodos y concepciones propuestas por las mujeres para la construcción de paz es su componente holístico y no lineal, una apuesta consiente por generar procesos que no se queden en un sólo lenguaje o un sólo público o en una idea única y acabada. Las mujeres en sus prácticas para la construcción de paz han decido romper con la lógicas de fragmentación habituales de los escenarios modernos y generar apuestas que tengan como finalidad el diálogo entre diversos métodos, concepciones y actores; por ello es necesario leer el siguiente listado imaginándolo más como un tejido de haceres y estares, y menos como un recetario médico con una única píldora adecuada; las mujeres construyen paz por medio de: Acciones relacionadas con la supervivencia y la provisión de necesidades básicas. Resistencia a la militarización y acciones armadas. Construcción de la paz al interior de las familias, en el ámbito del hogar. Mantenimiento o transformación de tradiciones. Acciones de acercamiento con ‘la otredad’. Organización colectiva. Propuestas religiosas y desde la espiritualidad. Influencia ‘discreta’, “detrás de escena”. Incidencia y lobby. Rol activo en las mesas de negociación.
Cabildeo y promoción de los derechos de las mujeres. Trabajo comunitario y reconstrucción de comunidades en los pos-acuerdos. Investigación y construcción colectiva de conocimiento. Formación y capacitación. Acciones judiciales nacionales e internacionales. Esta documentación recoge el llamado de muchos relatos institucionales e institucionalizados analizados: La paz se construye con la participación paz sin mujeres no existe. Una de las principales conclusiones de esta primera fase fue que los procesos de documentación sobre las mujeres en procesos de construcción paz son bastante limitados. Una de las barreras que se ha encontrado en el ámbito académico internacional para incluir la experiencia de los países latinoamericanos y por ende de las mujeres, es la barrera idiomática. Consideramos imprescindible que se logre un mecanismo para que estos trabajos puedan ser traducidos a otros idiomas especialmente al inglés y sean incluidos de manera oportuna en las reflexiones y debates globales sobre la paz. Aún la reflexión sistemática sobre estas preguntas es precaria. Hay mucha más práctica y literatura narrativa que una producción de conocimiento sobre la propuesta que hay en estas prácticas. Una lectura desde un enfoque de género, un enfoque diferencial e interseccional que permita analizar su riqueza esta aun bastante ausente.
Conclusiones
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Perspectivas de investigación y debates pendientes
E
sta documentación ha permitido evidenciar que sí existen propuestas de paz particulares desde las mujeres, por ello, es necesario seguir ampliando el espectro y problematizando las nociones de paz que tienen las mujeres y cómo estas están influenciadas por sus orígenes, vivencias y posiciones socio-políticas. A esto se suma que una esta experiencia de documentación nos ha obligado a ver y hacer conciencia de los múltiples niveles de la realidad ficar la paz; haciendo presente la necesidad de fortalecer las relación en cuadro- es decir estructural, entre lo local, lo nacional, lo regional y lo global y a su vez entre sus múltiples puentes directos. Esto implica que es necesario hacer visible de manera explícita y consciente la alimentación continua que se da entre todos los ámbitos de construcción de paz y de transformación de conflictos.
Poner a dialogar las vivencias y discursos de diversas latitudes, asumiendo de manera res-
Perspectivas de investigación y debates pendientes
Es importante que los discursos sobre Mujeres, Paz y Seguridad (MPS) tengan presente que su mayor potencia está en no desligarse de las vivencias locales, donde los sucesos superan las estadísticas, los datos y las recomendaciones, ya que transcurren por la vida, el miedo, la libertad y las posibilidades; a la vez que reconoce que lo global, para serlo, debe:
ponsable las similitudes; pero, a su vez, haciendo presentes las diferencias de las mujeres que habitan el planeta. Trascender la idea de un sur global que debe caminar hacia los deberes ser del norte global; reconociendo los aprendizajes posibles que parten de las vivencias de mujeres de diversas latitudes, sobre todo del sur, ya que la guerra está presente en sus territorios. Una esfera alimentada por todas las tonalidades que el mundo tiene, no una expresión de una única pintura a ser aplicada. Es fundamental que los ámbitos regionales sean espacios intermedios para el diálogo global y, a su vez, para el fortalecimiento de lo nacional y local. Siendo –en una menor escala– un escenario de encuentros entre lugares diversos, sin olvidar las potencialidades que tienen visibilizar
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las distancias y diferencias. Reconociendo que las fronteras territoriales son diferentes a las fronteras simbólicas, ya que el compartir estares naturales y sociales cercanos en el territorio vital hace que hayan vivencias y realidades cotidianas más cercanas; pero a su vez permite ver como la cercanía territorial es trascendida por el hecho colectivo de ser humanas y humanos. El ámbito nacional debe reconocerse como puente directo entre lo local y lo global, ya que es el
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internacionales permean las vivencias cotidianas; y, a su vez, es el trampolín por medio del cual la vida en lo local se hace visible en los ámbitos internacionales, ya sea través de la institucionalidad del orden nacional o de una sociedad civil que ha construido puentes entre las múltiples esferas de incidencia y acción. Siendo importante que los discursos nacionales de MPS reconozcan y potencien la diversidad interior y no pretendan homogeneizar. Los espacios locales son espacios de relación directa con la vida y con las vivencias- aquellas ligadas con las acciones cotidianas de construcción de paz y con generación de condiciones reales para que la paz duradera sea una realidad- por ello es necesario que sean entendidos como la fuente primaria de información y a su vez como el sustento de los discursos y acciones regionales, nacionales y globales. Es relevante escuchar a las mujeres en sus espacios cotidianos, recordando que la paz duradera es una realidad cuando abandona las leyes y los libros y se convierte en un estar presente en cada calle, casa, vereda o barrio. Teniendo en cuenta esta relación estructural y que la Resolución 1325 ha permeado todos los ámbitos descritos –por su amplia presencia en las discursos y acciones–, es fundamental que se utilice teniendo en cuenta como los interacciones y acciones de los múltiples escenarios se retroalimentan. Sin caer en la herrada idea que la construcción de paz desde las mujeres a surgido a partir de esta Resolución o se ha hecho realmente presente a partir de ella. Es necesario que la Resolución 1325 sea asumida como una herramienta, de gran utilidad, pero no como el discurso acabado sobre mujeres, paz y seguridad, sino como una de
las múltiples puertas hacia esta amplio, diverso e inacabado debate. Por ello, es importante seguir contando con recursos suficientes para incidencia hacia y la implementación de planes nacionales y locales de la Resolución 1325, con un alto componente participativo. Uno de los aprendizajes en este proceso de documentación ha sido que es necesario analizar las dinámicas/apuestas de construcción de paz desde las mujeres, desde un lente, que como ellas bien proponen, que priorice los cotidiano y no se quede en las construcciones culturales y conceptuales ligadas a la noción ideal de “la Mujer”. Es necesario seguir profundizando en que las cotidianidades son diversas y pasan desde los ámbitos de la casa, de la calle, hasta los estrados judiciales y los espacios de incidencia internacional. Este estudio apunta a que la mayor parte de los recursos (investigaciones, documentaciones, análisis, etc.) sobre mujeres y construcción de paz, sobre todo en ámbitos académicos e institucionales, han sido producidos por mujeres, feministas, occidentales, haciendo necesario un mayor apoyo en la documentación llevada a cabo por mujeres activistas de paz en el Sur sobre sus propias experiencias. A partir de lo analizado es fundamental asumir una perspectiva de interseccionalidad, ya que es necesario generar una herramienta teórica y de análisis que reconozca las realidades diferenciales de las mujeres que construyen paz; asumiendo desde el inicio la existencia de particularidades territoriales, étnicas, de género, de orientación sexual, etarias, socio-económicas, políticas, entre otras. Es necesario generar un diálogo sobre de construcción de paz, cultura de paz, teorización feminista y análisis de género; que transcurra por la construcción teórica formal y robustecimiento de marco conceptual y de análisis; acciones participativas continuas de construcción colectiva de conocimiento con mujeres en el ámbito local, nacional y global; acciones colectivas de articulación para la construcción de paz en lo glocal; metodologías de recolección cotidiana y en casa; y presentación de resultados de investigación en lenguajes paralelos: académicos, comunitarios y ligados a las artes.
Campos para el pensamiento
La manera cómo las mujeres desde el ejercicio del cuidado ( factor potenciador) en contextos de conflicto armado trascienden a la esfera pública y se transforman en agenciadoras políticas. Desde esta perspectiva las mujeres actúan de manera estratégica, potenciando sus roles e impactando simultáneamente lo privado y lo público en la construcción de paz, transformándose y transformando su práctica y sus imaginarios sobre el ser mujer. Se indagaría por prácticas y discursos en diferentes momentos en el mismo contexto específico, en diferentes realidades territoriales. Las motivaciones por las cuales las mujeres se convierten en constructoras de paz, no son por una condición natural sino por elementos complejos de construcción social, cultural y simbólica cruzados por hechos o situaciones contextuales específicas, de carácter local, nacional e internacional. Desde la perspectiva del análisis de género -que busca identificar la forma como en cada cultura se hacen asignaciones simbólicas, de roles, valores, instituciones y oportunidades, a
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de poder-, se puede concluir que las mujeres históricamente han tenido un acceso inequitativo al poder y la riqueza. Sería de interés profundizar en la indigaación en torno a la siguen hipótesis: “la singularidad de la[s] mujer[es], con respecto a la guerra no es que ellas sean pacíficas por naturaleza biológica o social, sino que son ajenas al orden sociosimbólico que la sustenta” (Grau en Magallón, 2006, 215). Es decir, la experiencia histórica de exclusión de lo público ha hecho que las mujeres participen en menor medida en la guerra.
¿Existe una lógica unificadora y una visión paradigmática detrás de las acciones de las mujeres que, además permite clarificar los aportes diferenciados de las mujeres a la construcción de paz estaría en la carga simbólica y transformadora de su actuar? ¿Qué liga esas acciones y métodos? ¿Podemos hablar de un método más amplio que articula las acciones específicas que muestra el proceso de documentación? Es posible realizar un mapeo de las alianzas de las mujeres existentes entre los ámbitos local, nacional y global que permitía profundizar en análisis de la apuesta comunes hacia la construcción de paz. ¿Existen particularidades que hacen a las mujeres resilientes en contextos de conflicto armado? ¿Cómo transforman su dolor en potencia para la acción política? Lo que hacen las mujeres constructoras de paz ¿en qué aporta a estos procesos de resiliencia transformadora? (resignificación y proactividad). Las mujeres han teorizado sobre muchos temas desde el feminismo y recientemente desde los feminismos como: sistema patriarcal, violencias, justicia de género, derechos de las mujeres, discriminación, economía del cuidado, seguridad, participación política, participación ciudadana entre otros. ¿Cómo todo esa reflexión alimenta una visión holística de paz desde las mujeres? ¿Lo holístico en la visión de paz de las mujeres? ¿Incorpora elementos de transformación de paradigmas? Hay la necesidad de indagar por otras mujeres que construyen paz y que no aparecen fácilmente en la documentación: funcionarias, académicas, políticas, mujeres de comunidades, mujeres intelectuales y otras mujeres cuyas historias no se conocen).
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Las pa(z)es y la acción. : Profundizar porque es importante investigar desde la perspectiva de las mujeres y por mujeres. A ello se suma la importancia de investigar con perspectiva de género, perspectiva diferencial e interseccional, Es imprescindible preguntar de manera directa a las mujeres por los sentidos y las maneras como se involucran en la construcción de paz. Plantear esta investigación con enfoque regional y haciendo énfasis en las mujeres que a las que se refiere el punto anterior. Hacer epistemologías y metodologías de la vida cotidiana, Aprovechar el material existente narrativo, testimonial, historias de vida, para el análisis pero falta el análisis desde los campos planteados, Para entender los aportes de manera diferenciada es necesario comparar las acciones de hombres constructores de paz y mujeres constructoras de paz. ¿Es posible hablar de aportes diferenciados sin este estudio comparado?
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Generar un proceso de documentación-investigación que incluya el trabajo local y a su vez utilice las redes sociales como fuentes de información, teniendo en cuenta la dificultad técnica que implica hacer seguimiento a fuentes de investigación de rápido y continuo crecimiento de contenidos, Sería interesante, a través de la profundización del mapeo, hacer una serie de análisis de los cruces temáticos y las prioridades de incidencia de las iniciativas incluidas, que potencie las acciones locales, nacionales, regionales y globales, No existe mucha información sobre los procesos de construcción de paz en América Latina, y mucho menos de las propuestas y acciones de las mujeres de las mujeres en el subcontinente, hay algunos documentos puntuales sobre Colombia y los procesos de paz en Centroamérica; haciendo presente que existe un desafío importante para visibilizar las propuestas, apuestas y acciones de las mujeres latinoamericanas en los escenarios globales de construcción de paz.
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