Narrativa informativa de la Red de Mujeres para la Promociรณn y Difusiรณn del Derecho a una Vida Libre de Violencia, en el estado de Tamaulipas
Para nadie es desconocida la gran contribución que tienen las expresiones de la cultura y el arte para combatir los problemas que afectan nuestro tejido social, reconocer esto ha facilitado el desarrollo de experiencias por parte de distintas organizaciones sociales y culturales, lo que ha permitido acceder a aquellos sectores que viven esta problemática, como es el caso de las mujeres violentadas, a quienes se busca darles herramientas para que sean ellas a su vez agentes de prevención de la violencia. Expresiones artísticas como el cine, el teatro, la literatura, la danza o la pintura brindan a estas mujeres una salida para ganar autoconfianza, identificar su valía, fortalecer sus valores y descubrir sus propias capacidades para convivir pacíficamente, para exigir un trato digno y para abandonar círculos viciosos. Estas formas de demandar el pleno derecho a una vida libre de violencia permiten a las mujeres sanar, reconocer su derecho de participación en la comunidad y saber su compromiso para con los demás. Los efectos de la violencia sobre las niñas y mujeres es clara e identificable en las producciones artísticas, la evidencia de su impacto puede verse en la manera en que el arte las confronta: es usual que en el principio se les vea poco animadas e inexpresivas pues la violencia se expresa en el arte a través de su cuerpo y sus barreras. Por esto es que el presente número este dedicado al tema “Arte para prevenir la violencia”.
TANIA HUIDOBRO MORENO integrante del colectivo ‘Caleidoscopio Taller de video participativo’ con niños y niñas. Trabaja en Ciudad Victoria, Tamaulipas desde hace 7 años con los procesos que acercan a niñas, niños y adolescentes a la creación audiovisual a través del trabajo colaborativo. En este tiempo las experiencias del trabajo con las infancias han sido muchas y me han llevado a observar las diferentes necesidades en su desarrollo, por ejemplo, la falta de acceso a la información y el acompañamiento de personas adultas al ser consumidores de contenidos. Pero una de las experiencias que más me ha hecho reflexionar es sobre las expectativas de las niñas en el futuro, sobre todo en las comunidades rurales, en donde su plan de vida se limita a terminar la secundaria para ayudar en las tareas del hogar esperando a casarse. Mientras más grandes son las niñas, esta forma de vida se va materializando, pero cuando son niñas más pequeñas nos han platicado lo que les gustaría ser de grandes: maestras, chefs, dibujantes… ¡directoras de cine!.
MIRANDA SABRINA VÁZQUEZ integrante del ‘Colectivo Feminista Reynosa’, es una estudiante de segundo semestre de la licenciatura en psicología. Para Miranda, el arte fue una puerta catártica que le permitió superar su propio miedo y dolor, cuenta- De repente noté que algo no estaba bien en mí, así que
comencé a expresar mi dolor y tristeza mediante el arte de pintar, usando ese método para canalizar lo que me atormentaba y de ahí me encontré a mí misma.
Actualmente me dedico a la cuestión artística, en específico a las artes visuales, fue así como llegué a conocer la Red de Mujeres, en ella se me brindó la oportunidad de mostrar un cortometraje titulado ‘Luna’ el cual fue realizado por mí, éste habla sobre la trata de blancas y también en mi ciudad natal, Reynosa, soy parte del grupo de mujeres llamado ‘Colectivo Feminista Reynosa’- Miranda es una muestra de lo que el arte hace por las mujeres.
El arte es el mejor vehículo para llegar a la sociedad, permea, da vida y nos permite hacer comunidad; como muchas otras mujeres a las que ha impactado a través de lo que hace, Miranda es plenamente consciente de que exorcizar el dolor por medio del arte es la forma más rica y lúdica de aprender a viajar ligero en la vida. - Descubrí el feminismo a temprana edad, tenía 16 años, la vida y sus eventos
desafortunados a veces te ponen en situaciones donde estás en peligro, físico y psicológico. Hace apenas un año comencé a independizarme, me salí de casa de mis padres a estudiar y trabajar, entonces salir sola a mi destino es algo muy común. Una vez estando en el transporte público noté que había un señor mirando de forma obscena a una chica que iba sentada a un lado mío, no dudé en advertirle del señor. Tal vez no pueda brindar más apoyo, pero hago lo que puedo con las mujeres que están a mi alrededor, las cuido y les hago saber si hay algo sospechoso.- puntualizó.
Tanto el trabajo de Tania como el de Miranda impactan de manera positiva en la
Red de Mujeres para la promoción y difusión del derecho a una vida libre de violencia, pues la labor de instruir a otras en el arte es una forma garantizada
de incidir en la transformación de la sociedad; las expresiones artísticas de estas dos jóvenes mujeres como una estrategia de duelo es una gran maniobra de acción política feminista, en ellas confluyen los pensamientos feministas y la creación artística traduciéndose en ‘acciones políticas artísticas feministas’, que son una demostración de la buena relación entre los ejes de creación artística, activismo y pensamiento feminista. Las creadoras y promotoras culturales, más allá de generar arte, lo que hacen es politizar temas, traer a la cancha la opresión, desigualdades y/o problemas que han permanecido en las gradas bajo la sombra siendo intocables e incuestionables, de ahí que muchas mujeres en sano afán de transgredir el statu quo articulan, luchan y actúan a través del arte, pues la creatividad ha sido y será para las mujeres un instrumento de lucha, de resistencia. A través de la creación artística, las mujeres hemos estado cuestionando y confrontando al Estado en cuanto a su capacidad para dar respuesta a las demandas de los derechos de las niñas y mujeres. Al crear arte, las mujeres también estamos creando las pautas para nuestra propia manera de hacer ciudadanía, la ‘ciudadanía de las mujeres’.
Tania expresó: Mi contribución para con la Red de mujeres es mis experiencias en el área comunicación comunitaria puedan sumar al crecimiento de la RED en el intercambio de ideas y en el seguimiento de la información que tiene que ver con la Vida libre de violencia de las mujeres del estado. Tania Huidobro Moreno “Una experiencia” En uno de los últimos talleres del Caleidoscopio que impartimos, el número de niños rebasaba al de las niñas, esto a diferencia de lo que se puede pensar no es tan usual, muchos de los talleres hay más o menos la misma cantidad de niños y niñas, por lo menos no lo hemos propuesto como requisito. Lo que me llamó la atención fue que a pesar de ser muy pocas niñas y que la historia que se seleccionó fue escrita por uno de los chicos, fueron ellas las que demostraron más interés en los procesos de creación, fueron ellas las que hicieron más propuestas e intervinieron en la elaboración de los personajes más complicados y sobre todo esas tres niñas, a las que luego se unió una más, se veían en su ambiente. Si me llama la atención, porque en el Caleidoscopio la realización de las tareas se da de forma colectiva, es extraño que existan niños o niñas que lidereen las actividades y aunque a veces puede haber algunos que influyen en los procesos no llegan a ser totalitarios. Estuve reflexionando y no quería pensar que se debía a la holgazanería de unos, porque caía en la cuenta que es como estar acostumbrada a que las mujeres siempre somos más trabajadoras y dispuestas a cumplir con diferentes roles, a realizar las tareas sin cuestionar a ser las más dedicadas mientras que los chicos son más rebeldes. No, yo veía que no era eso, era una concentración, un poder muy natural, un querer estar ahí, en ese espacio y momento creativo que las acercaba de forma muy natural a la cámara, a la iluminación, a cuestionar el origen de los movimientos de los personajes (el taller era de stop motion).
Me quedé pensando en otros talleres pasados, si alguna niña no estuvo suficientemente alentada por su condición de ser niña, si se quedó callada y no tuvo la suficiente confianza en espacios que regularmente son invadidos por niños (los que tienen que ver con el uso de la tecnología, la imagen, el cine) ya que en algunos ejercicios de presentación en los que realizamos auto retratos muchas niñas se dibujan cumpliendo los roles esperados, cuidando a su hermanos o hermanas, ayudando en casa en contraposición con lo que hacen niños como jugar futból o jugar videojuegos. De esa experiencia, me queda el poder generar espacios exclusivos para las niñas, quizá en el futuro construir un taller en donde solo ellas participen y además de crear muchas historias podamos hablar de ellas.
Miranda Sabrina Vázquez “Luna”
Miranda Sabrina narró lo que le significó la realización del guión del cortometraje ‘Luna’- El motivo del porque escribí Luna fue porque fui abusada sexualmente a la edad de los 15 años, recuerdo vagamente la situación, hay pocos detalles de eso. Tuve una laguna mental y recordé lo vivido un año después estando en la playa de Tampico con mis papás, me lo callé durante años. Hasta hace poco, octubre del 2019, hablé abiertamente acerca del desafortunado evento que viví, durante esos años me fue difícil procesar qué me había pasado y en el arte encontré refugio hasta volver a recuperar mi estabilidad emocional y perder el miedo a las relaciones sexuales y abrirme a conocer personas nuevas. Salí adelante con ayuda de mi familia, amigos, una psicóloga y mi fuerza de voluntad. Actualmente estoy bien. El día que presenté el cortometraje en Reynosa, una mujer se acercó a mí y me contó que ella había vivido una relación tóxica con ahora su ex esposo, la maltrataba en todos los aspectos, la gota que derramó el vaso fue cuando él la golpeó a cintarazos en la cara y le salió sangre del ojo cosa que nunca antes le había pasado, se identificó con el cortometraje por la escena donde el hombre va y le pega con el cinto a Luna la protagonista.
El arte y –especialmente– su historia, continúan siendo campos donde el ser de uno u otro sexo importa y la figura femenina continúa invisibilizada. Desde la historia más oficial se expone poco sobre el arte mexicano más experimental y menos se dice sobre las mujeres que lo desarrollaron.
"El tendedero" de Mónica Mayer. Una de las precursoras del arte feminista latinoamericano. Además de destacar como activista, sus piezas son poesía doliente. “El tendedero”, además de ser una de las más famosas, sigue siendo ejecutada en muchísimas partes del mundo. La idea básica consiste en invitar a mujeres a escribir un relato propio sobre violencia de género y colgar el texto en un “tendedero”, donde se pueden explorar las historias de otras tantas. Esta técnica ha sido retomada por distintas colectivas y grupos feministas, entre ellas la Red de Mujeres, para evidenciar la necesidad de continuar trabajando en contra de la violencia.
“El tendedero”. Primera Feria para promover y difundir el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Tampico, Tamaulipas. 2019
“Zapatos Rojos”, de Elina Chauvet.
Se trata de una instalación pública que invita a la reflexión sobre las desapariciones y asesinatos de mujeres. El proyecto inició en 2009 y fue inspirado por la muerte de la hermana de la artista a manos de su marido. La primera instalación se llevó a cabo el 22 de agosto de 2009 a partir la donación de 33 pares de zapatos de mujeres juarenses y desde entonces busca visibilizar tanto los feminicidios como distintas violencias de género que afectan a mujeres en México y en todo el mundo. Por ello la creadora ha expresado que el color rojo representa la sangre, pero también el corazón de la esperanza e invita a la reflexión y al despertar de la conciencia de hombres y de mujeres de ir en contra de roles preestablecidos y aceptados a pesar de la terrible desigualdad, propone la reflexión para vislumbrar un futuro mejor. Zapatos Rojos es un encuentro del arte y la memoria colectiva.
Elina Chauvet es la creadora del performance Zapatos Rojos.
La instalación ya ha recorrido ciudades de México y el extranjero a través de réplicas. Algunos de los países en los que se han presentado estas réplicas son Argentina, Italia, Estados Unidos, Noruega, Ecuador, Canadá y España entre otros. Esta obra fue incluida en la exposición "Feminicidio en México ¡Ya Basta!" presentada en el Museo Memoria y Tolerancia de Ciudad de México. Elina la describe así:
“Desde mi perspectiva el arte es una herramienta o vehículo que transmite ideas y permite reflexiones, además de conectar emociones en los seres humanos. Utilizado de manera masiva, creo que sí puede tener alguna repercusión social, si el tema que se aborda es un tema en común. El género es un tema personal ya que afecta a millones de mujeres, jóvenes y niñas en todo el mundo, este es un tema que toco muy a menudo, pero no exclusivo de mi obra, ya que también abordo otros temas sobre violencia, problemas sociales y políticos. El tema de la violencia de género está desde muy temprano presente en mi obra, con el tiempo mi lenguaje discursivo ha cambiado y ha migrado de la pintura al volumen y de la galería al área pública, pasando del ámbito privado al público y al colectivo. Las instalaciones se prolongarán en los países interesados en el proyecto, pues mientras la violencia hacia las mujeres no sea un tema urgente en los espacios legislativos, Zapatos Rojos continuará indefinidamente, ya que hemos conseguido que nuestro proyecto sea un símbolo de reflexión ante la violencia” ha señalado la artista.
El teatro es también un medio para expresarse y sensibilizar a otras personas en el tema de la violencia.La obra escrita y representada por Ángela, integrante de la Red, fue presentada en la Primera Feria para promover y difundir el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
El arte y su puesta en escena es más que simple entretenimiento, permite expresar y nombrar cosas cuando no se pueden hacer de manera directa. La obra también nació con un espíritu denunciante, como un grito de protesta ante la ola de feminicidios impunes en México y actualmente viaja conceptualmente y se reproduce con todo su proceso en cada nueva ciudad que la alberga, creando una red de solidaridad. Muchas obras de arte se articulan alrededor de la búsqueda por la resolución de un conflicto por eso la artista ha afirmado que se necesitan millones de mujeres en todo el mundo trabajando desde sus espacios para lograr vislumbrar en algún futuro sociedades equitativas y pacíficas. Las dimensiones sobre las cuales se sustenta la creación artística son para poder expresarse y tener voz; para sanar y recuperarse de un trauma; y para, en caso de ser posible permitir una reconciliación entre las partes enfrentadas.
Artes visuales: Son formas, expresiones de arte que se encuentran enfocadas preeminentemente a la creación de trabajos que son visuales se aprecian y se disfrutan a través del sentido de la vista y hacen referencia a un conjunto de técnicas y disciplinas artísticas que van desde las Artes plásticas tradicionales: pintura, dibujo, impresión, arte ambiental, arte postal, instalación, intervención hasta las tendencias más novedosas que aprovechan las nuevas tecnologías disponibles, como fotografía, videoarte, arte digital, arte urbano, etcétera. Las artes visuales están relacionadas con la memoria, con el acto de remembrar a las desaparecidas y para conmemorar a las asesinadas. Las cruces de las carreteras recuerdan a las que murieron a manos de un feminicída sin poder regresar a casa. Las artes visuales hacen que la memoria se mantenga viva y se inmortalice en piedra o en otros materiales poco perecederos. Memoria colectiva: Son símbolos públicamente disponibles y mantenidos por la sociedad a través del tiempo. Considera distintos procesos: transmisión de recuerdos, convergencia de los mismos, estabilidad de las memorias compartidas en el tiempo y la relación de estos recuerdos con la identidad del grupo.
Catarsis en el arte: Liberación de las tensiones emocionales a través de la representación artística de los conflictos universales.
“Reyna” -Tania Huidobro MorenoReyna tiene 10 años, ha sido educada como la mayor parte de las mujeres indígenas en Chiapas y México. Espera en una orilla a que terminen sus hermanos de comer para recoger sus platos y luego poder comer ella y su hermana Paola. Como otras niñas de su comunidad, Reyna no va a la escuela para quedarse en casa a cuidar a sus hermanos pequeños. Reyna está acostumbrada a tener una voz muy apagada y sentir mucha vergüenza de hablar tzotzil; a tener vergüenza de hablar español que también que lo habla muy bajito. Su voz es dulce y sus ojos brillan con el sol. Reyna camina pasos andados por otras mujeres, sigue una senda trazada años, muchos años antes que ella llegara a este mundo sin cuestionar nada, al igual que su madre, su abuela, la abuela de su madre y las mujeres que estaban antes, mucho antes que la abuela de su madre. Un día por fin a Reyna le dice su madre que podrá ir a la escuela. La madre y el padre de ella trabajan en el centro de la ciudad, venden artesanías a turistas que andan por ahí; deciden que vaya a una escuela cerca, pero a pesar de que la escuela es pública Reyna no puede entrar porque tiene diez años y no sabe leer ni escribir. Reyna se pone triste. Pero sigue caminando la senda, sin cuestionar nada sin siquiera llorar. Otro día alguien le dice a la mamá de Reyna que hay una pequeña escuela en el centro de la ciudad, es un hogar donde puede estudiar mientras ella trabaja. Así que Reyna y su hermana Paola van a ese lugar que se llama Casa de las Flores. Al llegar Reyna descubre que no importa que no sepa leer y escribir; conoce a otros niños con quienes comparte cuentos y la hora de la comida; juntos y juntas levantan la mesa y lavan los platos; cantan canciones y cuidan el jardín, pintan, dibujan y juegan. En Casa de las Flores también aprende que hablar tzotzil no está mal, todo el día platica con sus nuevos amigos y su hermana y enseña a las maestras muchas palabras. Un día Reyna entra a un taller de video con niños y niñas que ofrecen en Casa de las Flores, entonces tiene la oportunidad de mirarse en una cámara, de contar lo que ella piensa y siente porque le explican que también es . importante y aunque su voz es muy quedita tiene un micrófono que la amplifica (a veces) que la graba y la guarda para que después muchas más personas puedan escucharla. Reyna y su hermana, y sus otros amigos de la Casa de las Flores hacen un video en donde cuentan cómo viven, su video llega a muchos otros niños y niñas de otras partes del país, incluso del mundo.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Verano del 2019
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