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EsQUEMa BÁsICo DE GENEraCIóN, traNsPortE Y DIstrIBUCIóN DE la ENErGÍa EléCtrICa
from Madrid en Progresión
by CICCP Madrid
CENTRO DE CONTROL DE LA RED (CECOEL)
CENTRO DE CONTROL DE DISTRIBUCIÓN
VIVIENDA S EQUIPADAS CON DOMÓ TICA
ENERGÍA HIDRÁULICA
ENERGÍA TÉRMICA CONVENCIONA L
SUBESTACIÓ N
SUBESTACIÓ N DE REPAR TO
CENTRO DE TRANSF ORMACIÓN
BAJA TENSIÓN
CONTADORE S INTELIGENTES
CONCENTRADOR DE COMUNICACIONES
MEDIA TENSIÓN
FÁBRICA S
ENERGÍAS DE RÉGIMEN ESPECIAL
CENTRO DE CONTROL DEL RÉGIMEN ESPECIAL (CECRE)
GENERACIÓ N
CENTRO DE CONTROL DE TELEGESTIÓN
REDES DE DISTRIBUCIÓN 132 KV, MEDIA Y BAJA TENSIÓN
CONSUMO Y USOS DE LA ELE CTRICIDA D la red eléctrica inteligente (sMart GrID) implica una forma nueva de gestionar el suministro y el consumo de energía. Ello se consigue mediante la convergencia de la tecnología eléctrica, la electrónica, las tecnologías en la información y las comunicaciones
Cada persona en Madrid consume una media de 4,75 MWh de energía eléctrica al año a partir del año 2018 todos los contadores eléctricos en Madrid serán inteligentes (smart meters)
En Madrid capital existen 22 puntos de recarga para vehículos eléctricos
El consumo eléctrico es en Madrid 1/4 del consumo total de energía final
Centro de transformación
Concentrador la red inteligente junto con la domótica permitirán una gestión óptima de la electricidad y su consumo consciente se dotarán los Centros de transformación con inteligencia y comunicaciones GPrs, PlC, Mt y aDsl
los ProCEsos DE traNsForMaCIóN DE MaDrID la ciudad del siglo XXI.
tres son las principales causas de transformación de las ciudades. Por un lado está la demanda de superficie edificada en sus diferentes usos, básicamente residencial, terciario, equipamiento e industrial. En segundo lugar está la evolución tecnológica, que permite y propicia procesos de cambio en las ciudades. En tercer y último lugar, el marco legislativo puede favorecer o dificultar determinadas tipologías de asentamiento.
Los dos usos más importantes del área metropolitana de Madrid, tanto desde el punto de vista de la superficie edificada como de la demanda, son, con mucha diferencia con respecto a los demás, el residencial y el terciario de oficinas.
La demanda de uso residencial depende, fundamentalmente, de los siguientes factores: 1) evolución de la pirámide de población, que es función tanto de la evolución vegetativa como de las migraciones interregionales e internacionales; 2) actividad económica y creación de empleo, profundamente interrelacionadas entre sí; 3) inversión en vivienda para alquiler, para segunda residencia o para hacer frente a posibles necesidades futuras; 4) evolución de los precios; y 5) oferta de nuevas viviendas
Los factores anteriores no son, ni mucho menos, independientes entre sí, sino que están todos ellos relacionados en mayor o menor medida. La variable explicativa que más correlación e influencia tiene sobre las demás es la evolución de la actividad económica, con un efecto directo sobre la creación de empleo.
En cuanto a la demanda de superficie de edificación para uso terciario de oficinas, la variable explicativa fundamental es el empleo terciario, que depende fundamentalmente de la actividad económica.
La oCDE publicó en su “Economic outlook” de mayo de 2012 que las previsiones de crecimiento económico de nuestra economía -una vez superados los devastadores efectos de la crisis económica, desapalancado el endeudamiento de familias y empresas hasta niveles del 160-170% sobre el PIB (alrededor del 200% a finales de 2012) y estabilizada la deuda pública en niveles del orden del 100% del PIB- son de un crecimiento del 2,2% entre 2018 y 2030, y de un 1,5% entre 2031 y 2050. asimismo, las previsiones de la oCDE de noviembre 2012 para nuestro país, son de un -1,4% en 2013 y de un +0,5% en 2014. a partir del año 2015, se espera una rápida normalización de la actividad económica de forma que el crecimiento potencial se aproxime al real en poco tiempo.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que es previsible que el área metropolitana de Madrid tenga un crecimiento entre un +0,5% y un +1% del PIB superior a la media nacional, debido a la rápida concentración de riqueza que se viene produciendo en las grandes áreas metropolitanas cuando disponen de un gran nivel de comunicaciones e infraestructuras, como es el caso de Madrid.
Los anteriores crecimientos económicos previstos por la oCDE para nuestro país no concuerdan bien con la previsión de población a 40 años publicada en noviembre de 2012 por el InE, que estima que la población española va a pasar de los 46,2 millones en 2012 hasta los 41,6 millones en 2052, lo que supone una reducción de 4,6 millones en dicho periodo. Según dicha estimación, que se actualiza cada tres años, el saldo vegetativo de la población para las siguientes cuatro décadas sería de + 168.000, -740.000, -1.058.000 y - 1.661.000 personas, respectivamente; asimismo, el saldo migratorio estimado para dichas cuatro décadas sería de -1.305.000, - 499.000, + 9.000 y + 448.000 personas, respectivamente.
La previsión de población del InE podría haber estado excesivamente influida por la situación que actualmente vive la economía española, donde por el momento no se atisban signos de recuperación económica con excepción de la positiva evolución del saldo por cuenta corriente, para el que el mencionado informe de la oCDE de noviembre estima un valor del +0,5% del PIB para 2013, algo que no ocurría en nuestro país desde 1998.
Si damos por buenas las estimaciones realizadas por la oCDE para nuestro país en el medio y largo plazo -lo que requerirá una inmigración neta anual para compensar el progresivo envejecimiento de la población-, la demanda potencial de uso residencial en la Comunidad de Madrid se iría reduciendo desde unas 20.000 a 25.000 viviendas anuales desde el momento en que queden superadas completamente las secuelas de la crisis -lo que no debe ocurrir más tarde del año 2016-, hasta estabilizarse en alrededor de unas 15.000 viviendas anuales a partir del año 2020 a 2025. Esta demanda es consistente con una absorción de unas 200.000 a 250.000 viviendas anuales en la totalidad del país -teniendo en cuenta la segunda residencia y la vivienda vacacional- desde 2016 a 2025 y de 150.000 a 200.000 viviendas anuales a partir del año 2025. Para el caso del terciario de oficinas, la demanda potencial anual del área metropolitana de Madrid podría estar entre 200.000 y 250.000 metros cuadrados de absorción neta. En todo caso, debe tenerse en cuenta que para que la demanda potencial se pueda convertir en real es necesaria la eliminación del stock de viviendas y oficinas, hoy en niveles históricamente muy elevados, así como el acceso a una financiación fluida. otro aspecto de gran relevancia en la transformación de Madrid, son los marcos técnico y legislativo, que a su vez vienen muy condicionados por las políticas energética y climática de la Unión Europea. En efecto, por un lado la dependencia energética de la UE-27 ha venido aumentado considerablemente en los últimos años, pasando del 44% en 1990 hasta el 53% en 2010 -según datos recogidos en el documento “La Energía en España 2011”, del Ministerio de Industria, Energía y Turismo-, y con una tendencia a incrementarse a lo largo de los próximos años. a este respecto debe tenerse en cuenta que las previsiones de la agencia Internacional de Energía, recogidas en su informe “World Energy outlook” de 2012, son que EEUU mejore progresivamente su autosuficiencia energética a lo largo de los próximos años y que llegue a ser completamente autosuficiente hacia el año 2035, todo ello por el gran nivel de reservas de gas y de petróleo no convencionales localizadas en las prospecciones realizadas desde principios de la década pasada.
El número de viviendas actualmente existente en la Comunidad de Madrid es de alrededor de unos 3 millones, de los que unos 2,5 millones corresponden a viviendas principales; por otra parte, la superficie de terciario de oficinas en el área metropolitana de Madrid es de casi 15 millones de metros cuadrados. De los datos de demanda anteriormente expuestos, se deduce que el ritmo de renovación del parque edificado en Madrid por motivos de demanda es de algo menos del 1% anual para viviendas y de alrededor del 1,5% anual para oficinas.
Por otro lado, la Unión Europea viene desempeñando a lo largo de los últimos años, un papel de liderazgo indiscutible en la lucha contra el cambio climático, y ello por dos motivos principales: 1) la mayor fuente potencial de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, causante en última instancia del cambio climático, es la mejora de la eficiencia energética, que produciría una reducción del consumo de energía; y 2) si finalmente la comunidad internacional llega a un acuerdo para repartirse el esfuerzo de la lucha contra el cambio climático, lo que previsiblemente debe producirse en esta década, una posición de liderazgo en las tecnologías de energías renovables o bien de captura y almacenamiento de carbono por parte de la Unión Europea, le podría aportar una posición preeminente en el suministro de dichas tecnologías al resto del mundo. adicionalmente, el Consejo Europeo confirmó en febrero de 2011 el objetivo de la Unión Europea de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80 a 95% en 2050 con respecto a las de
Con el objeto de desarrollar las mencionadas políticas energética y climática, el Consejo de la Unión Europea aprobó el 6 de abril de 2009 el denominado Paquete Verde, cuyos objetivos -conocidos como el 20/20/20- son los siguientes para el año 2020: 1) disminuir en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero sobre las correspondientes a 1990, porcentaje que ascendería al 30% si se produjera un acuerdo internacional satisfactorio sobre el cambio climático; 2) alcanzar el 20% de energías renovables en la demanda final de energía, porcentaje que debe ser del 10% en los combustibles del transporte; y 3) lograr una mejora del 20% en la eficiencia energética con respecto al escenario tendencial.
El Paquete Verde se instrumenta mediante una serie de directivas, siendo las más relevantes para la edificación las dos siguientes: 1) La directiva de eficiencia energética en la edificación 2010/31/UE, que establece el requerimiento de que todos los edificios nuevos deben ser de consumo casi nulo de energía a partir del año 2021, lo que se adelanta a 2019 para los edificios públicos. La determinación de los requerimientos de consumo casi nulo de energía debe ser desarrollada por cada estado miembro a partir de la aplicación de la metodología del coste mínimo en el ciclo de vida del edificio, para lo que hay que incorporar tanto la inversión inicial como el coste de uso y explotación a lo largo de su vida útil; para ello es necesario la utilización de una tasa de actualización, para transformar en valor presente los flujos financieros futuros, y una estimación de los costes de las diferentes fuentes de energía, a utilizar a lo largo del tiempo; y 2) la directiva de eficiencia energética 2012/27/UE, que establece la obligatoriedad de renovar cada año al menos el 3% de la superficie total cuya titularidad corresponda a las administraciones Públicas.
1990. En aplicación de ello, la Comisión Europea aprobó en marzo de 2011 una hoja de ruta para una economía baja en carbono en la que se establece el objetivo de reducir las emisiones en 2050 en un 80% sobre las correspondientes a 1990, distribuyendo este objetivo entre los diferentes sectores. En concreto, se establece un objetivo de reducir en un 90% las emisiones del sector de Edificación y Servicios y en un 60% las correspondientes al Sector del Transporte.
En nuestro país, la búsqueda del incremento de eficiencia energética en la edificación se concreta en la próxima publicación de las normas de contenido técnico: por un lado, la obligatoriedad de certificar energéticamente los edificios existentes, lo que ya es exigible para los edificios nuevos desde el año 2007 (aunque únicamente seis Comunidades autónomas han desarrollado legislación específica para materializar esta exigencia). Y por otro lado, la revisión del Documento Básico de ahorro de Energía del Código Técnico de la Edificación (CTE) con el objetivo de reducir el consumo energético medio alrededor de un 30% sobre las exigencias del CTE actualmente vigente, que es del año 2006.
El uso y explotación de los edificios representa en la Unión Europea alrededor del 40% del consumo de energía final y el 36% de las emisiones, no estando incluidos en dichos porcentajes los correspondientes a la fabricación de los materiales de construcción. Si consideramos la energía y las emisiones tanto del ciclo de vida completo de la edificación -fabricación de los materiales, transporte a obra, construcción, uso y explicación del edificio, demolición y transporte para su reciclado o a vertedero- y el correspondiente al del transporte urbano -que incluye el transporte de viajeros y la distribución de mercancías en la ciudad-, que depende mucho del modelo de ordenación urbana, podemos estar entre un 50 y un 65% del total de energía final y de emisiones en los países desarrollados. Lo anteriormente expuesto indica que no es posible mejorar sustancialmente la eficiencia energética global de un país sin abordar en profundidad la eficiencia energética de la edificación y el modelo territorial.
Se hace por tanto necesario abordar en profundidad las siguientes cuestiones:
1) Rehabilitación energética de la edificación existente, dado que el porcentaje de renovación del parque en la Unión Europea es de alrededor del 1% anual, por lo que se requeriría un plazo muy dilatado para mejorar su eficiencia energética.
2) Mejora de la cuota de transporte público, lo que requiere que se tenga en cuenta este factor en la planificación urbana y que poco a poco, deba ir produciéndose una densificación de las ciudades con el objeto de permitir la viabilidad económica de aquél.
3) Mejora considerable de la eficiencia energética de los edificios. Una de las estrategias con mayor recorrido para ello consiste en el control y reducción de la infiltración hasta los niveles exigidos por cuestiones de salubridad, lo que requiere aumentar la estanqueidad del edificio e instalar sistemas de ventilación mecanizada con recuperadores de calor. otra estrategia posible es la de utilizar sistemas de climatización centralizada para barrios, o bien para agrupaciones de edificios, y utilizar biomasa en las correspondientes centrales de generación, al ser casi neutra desde el punto de vista de las emisiones.
4) Los modelos climáticos prevén una reducción considerable de la precipitación en nuestro país a lo largo de este siglo en la práctica totalidad de escenarios de emisiones. Por ejemplo, en el Escenario a1B del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, que es un escenario de emisiones moderado, la reducción de la precipitación en nuestro país estimada por los modelos es de alrededor del 20% para finales de este siglo. adicionalmente, la escorrentía o agua disponible disminuiría de una forma todavía más acusada, debido al aumento de la evapotranspiración derivada del incremento de temperatura previsible. La cuestión del agua se debe abordar de las dos siguientes maneras: 1) reducción del consumo de agua mediante la reutilización del agua regenerada procedente de las depuradoras. Requiere una doble red de distribución y puede utilizarse para sanitarios de viviendas, riego de zonas verdes públicas y privadas y baldeo de calles. Permite un ahorro estimado de alrededor del 30% del consumo total de agua; y 2) utilización de sistemas de drenaje urbano sostenible (SUDS), lo que permite aproximar el funcionamiento del drenaje urbano al del drenaje natural antes del proceso de urbanización mediante la utilización de diferentes soluciones técnicas, como pozos y zanjas de infiltración, superficies permeables, depósitos de detención-infiltración y otros. La utilización de estas técnicas permite, además, disminuir considerablemente los caudales punta hasta la depuradora, lo que reduce los vertidos al cauce, y la cantidad de agua depurada, lo que disminuye el coste y el consumo de energía.