JOSE ANTONIO TORROJA, HUMANIDAD A RAUDALES

Enel emotivo acto del Florida Park,cuando el ex Ministro de Obras Públicas y Transportes Salvador Sánchez-Terán,miembro del Jurado,le entregó la estatuilla “Intensidad” como Ingeniero de Caminos Destacado a Jose Antonio Torroja ,y se fundieron ambos en un abrazo,el aplauso de reconocimiento fue unánime,sonoro y lleno de emoción.En su pequeño cuerpo se esconde una enorme humanidad,sentido común y sabiduría técnica.Su trayectoria profesional y humana avala ese gran prestigio que le acompaña,y por eso todos sus compañeros de profesión,estudiantes e interlocutores políticos e institucionales que han coincidido con él en algún momento,se rinden ante esa áura tan magnífica.

del acueducto de Tempul para el abastecimiento de Jerez,se transformó después en sociedad anónima y hace siete años se transformó en sociedad limitada con el nombre de Torroja Ingeniería,con nueva savia empresarial que ha tomado la iniciativa en los negocios de la empresa.Es en 1961,a la muerte de su padre,cuando Jose Antonio Torroja decide emprender su aventura empresarial dando continuidad al proyecto iniciado por su padre 35 años antes.Para ello,lo primero que hizo fue asumir los dos principios básicos impuestos por su padre para el desarrollo de la actividad:afán de superación en la calidad del trabajo e independencia económica de cualquier grupo o empresa.

Madrileño de segunda generación,del barrio de Chamberí, “mi padre era de Madrid y mis abuelos catalanes”,cuando se le pregunta por la abundancia de celebridades que está dando la saga Torroja,el patriarca de la familia se muestra muy comedido: “no me considero una celebridad.Ya lo fue mi padre por su gran capacidad e innovación técnica en el mundo de la ingeniería civil,y lo es ahora mi hija Ana por su capacidad interpretativa en el mundo de la canción moderna.Yo sólo soy un accidente biológico necesario entre ambos”.

Aunque la especialización de Jose Antonio Torroja,y su ingeniería,son los puentes (puede haber proyectado varios centenares en toda su vida), ”lo que más me ha divertido siempre ha sido proyectar depósitos elevados,porque te permite jugar con la estructura,hacer formas curiosas y dar rienda suelta a la imaginación.Empecé a diseñarlos,de la mano de mi padre,en Marruecos,un país que me apasiona”.Allí ha proyectado más de una veintena a lo largo de su vida.Entre los más vistosos, cabe señalar el de Khouribga,con una capacidad de almacenamiento de 600 m3, y el de Sidi-Bernoussi,de 1.000 m3 de capacidad,ambos en 1962.

Con 75 años está pensando seriamente en dejar su actividad profesional.De hecho,la empresa de ingeniería que fundó su padre Eduardo Torroja,en 1926,con el proyecto

En cuanto a puentes y viaductos,los ha diseñados de todas las variedades técnicas (voladizos sucesivos,tramos rectos conti- nuos,losas continuas,vigas prefabricadas, pórticos,pasarelas y puentes metálicos), integrando en sus diseños funcionalidad, originalidad y belleza.Aunque tiene numerosos recuerdos de todos ellos,quizá los dos más representativos para él son el viaducto de Tamaraceite,en Las Palmas de Gran Canaria,de 1996 (“es un puente en arco,de estructura mixta,que pasa muy bajo sobre el terreno y por debajo del puente se accede a un barranco en forma de anfiteatro que da entrada a un parque natural”),y el puente que proyectó y dirigió la construcción en Guinea-Bissau,no tanto por las tremendas complicaciones técnicas que tuvo que sortear por estar sus pilares sobre base de limos,sino por el abandono temporal de la obra al que estuvo obligado por el avance de la guerra interna del país hasta el lugar donde se estaba construyendo el puente: “tuvimos que salir por piernas de allí porque teníamos a las tropas rebeldes casi encima de nosotros”.

Jose Antonio Torroja admite que le gustan las estructuras arquitectónicas,probablemente por la influencia de su padre,quien proyectó varias cubiertas laminares.Su estudio de ingeniería se ha distinguido todos estos años por los proyectos sobre estructuras laminares,como la cubierta de la Iglesia de San Luis Gonzaga,en Barcelona,la cubierta parabólico-hiperbólica de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe,en Madrid,la cubierta de 32.000 metros cuadrados de la Bodega González Byass,en Jerez,y la del Canódromo Madrileño,entre otras. “De los caballos,en los que se interesó mi padre proyectando la cubierta de la tribuna del Hipódromo de Madrid,yo he pasado a los galgos,proyectando la tribuna del Canódromo Madrileño”,comenta un sonriente y orgulloso Torroja de segunda generación.

Premio Nacional De Ingenier A Civil En 2007

En 2007,el Ministerio de Fomento concedió a Jose Antonio Torroja el Premio Nacional de Ingeniería Civil.Antes habían sido premiados Javier Manterola,Pedro Suárez,Enrique Balaguer,Clemente Sáenz Ridruejo y Santiago Calatrava,nombres todos ellos ilustres,a los que se ha unido este año Alcibíades Serrano,ingeniero geo- técnico que,curiosamente,ha colaborado con el estudio de ingeniería de Jose Antonio Torroja durante muchos años. “Los dos Premios,el Nacional y el de la Demarcación,me los han concedido por la misma razón:mi trayectoria –comenta Jose Antonio Torroja-. El Nacional está relacionado con el campo de la ingeniería aplicada a infraestructuras del transporte,en tanto que el de la Demarcación es más amplio,a estructuras relacionadas con la ingeniería civil en general y la edificación.Y lo que más valoro de este Premio de la Demarcación es que me lo han otorgado mis propios compañeros.Es un premio muy cercano,donde el Jurado es de Madrid,ciudad donde he nacido y he desarrollado mi vida profesional”.

Jose Antonio Torroja ha tenido tiempo también de ejercer una extensa labor docente y de maestría de ingenieros desde las ETS de Ingenieros de Caminos de Madrid y Barcelona.Sobre la función docente tiene una especie de pena honda porque piensa que, “tal como se entiende hoy día,en la que priman los méritos investigadores frente a los méritos profesionales, tiende a eliminar a los grandes profesionales que se han dedicado a ello gran parte de su vida”.Piensa Jose Antonio Torroja que “la función de una escuela de ingeniería no es formar investigadores,sino realizadores. Mi padre no podría hoy ejercer como profe- sor,porque no tendría suficientes publicaciones en revistas indexadas.Las bases científicas de la Ingeniería de Caminos no se renuevan como en la Informática,las Telecomunicaciones o la Aeronáutica, avanzan lentamente en el tiempo.Los espectaculares avances en nuestras obras modernas se deben más a la innovación tecnológica y a su utilización por intrépidos ingenieros (proyectistas y constructores) que a investigaciones científicas.■