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Revista IC 651 abril 2023
La infraestructura integral a la
como servicio la sociedad
“México sigue requiriendo mucha inversión constante cada año para ampliar y conservar su infraestructura. El objetivo primordial de la infraestructura es elevar la calidad de vida de la gente. La transformación digital que se experimenta en escala mundial debe servir para hacer más eficientes los procesos del ciclo de vida de los proyectos y también ayudar en la operación de los servicios que provee la infraestructura.”
IC: Como nuevo presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) en su plan de trabajo estableció diez objetivos estratégicos. ¿Cómo llegó a ellos?
Mauricio Jessurun Solomou (MJS): Antes de la elección hicimos varias reuniones con los miembros de la planilla que presentaríamos en la elección. En esas reuniones vertimos ideas y planteamos el ejercicio de imaginar el colegio en una gestión que nosotros encabezáramos. De ahí tomamos muchas opiniones y eso nos dio abundante información para generar los 10 ejes estratégicos que presentamos en el Programa de Trabajo en la asamblea del 21 de marzo.
IC: Menciona: “Desafíos significativos y oportunidades sin precedentes para el desarrollo de la ingeniería civil en México […]; creciente demanda de infraestructura sostenible, acelerada transformación digital y [subrayo] evolución del paradigma de la infraestructura como servicio integral a la sociedad”. ¿Puede desarrollar esta última idea de “servicio integral a la sociedad”?
MJS: México sigue requiriendo mucha inversión constante cada año para ampliar y conservar su infraestructura. El servicio integral a la sociedad que se plantea es precisamente reconocer que el objetivo primordial de la infraestructura es elevar la calidad de vida de la gente. La transformación digital que se experimenta en escala mundial debe servir para hacer más eficientes los procesos del ciclo de vida de los proyectos y también ayudar en la operación de los servicios que provee la infraestructura.
IC: ¿Qué valoración hace del perfil institucional del CICM a lo largo de su historia en lo gremial, lo social y lo político?
MJS: El colegio es una institución con gran prestigio, una organización con buena imagen en la sociedad.
Afortunadamente ha contado y tiene como socios a muchos de los ingenieros más prestigiados que ha tenido este país y es referencia en los temas que tienen que ver con nuestra profesión. Es órgano de consulta del Estado por mandato de ley y siempre estará atento a proporcionar opiniones técnicas objetivas que le sean solicitadas. Específicamente sobre la institucionalidad que caracteriza al CICM, tiene que ver con dos frentes: uno, el de trabajar con respeto y en concordia con otras instituciones de los sectores público, social y empresarial, y dos, el tener una participación política pero no partidista, con respeto a la diversidad de preferencias ideológicas y políticas de los socios.
IC: ¿Esa postura orilla a no ser críticos?
MJS: Pienso que, si en algún momento no estamos muy de acuerdo con alguna decisión, habrá que propiciar un acercamiento inteligente con la persona a la que le queremos comunicar nuestra opinión, pero de manera respetuosa, para solicitar una reunión en aras de debatir e intentar llegar a acuerdos.
IC: Un tema en el CICM es el “alto promedio de edad de los socios del colegio”; se habla de la importancia de la participación de los jóvenes. ¿Qué opina usted al respecto?
MJS: Hay que definir primero qué es un joven. La bibliografía en general habla de gente de 40 años o menos. El colegio es de profesionales, no de estudiantes. Los estudiantes tienen sus espacios en las instituciones educativas y en espacios específicos del CICM; sin embargo, a mí me interesa que tengamos jóvenes profesionales participando en los comités técnicos, porque ahí es donde se aprende mucho, donde están los temas
estratégicos, donde están las personalidades, los ingenieros que más saben de las diversas especialidades de la ingeniería civil y así también prepararemos nuevos liderazgos. Por supuesto que los estudiantes también serán atendidos y nos interesa mucho que participen en las sesiones de los Comités Técnicos, en los foros, y que nos sigan ayudando en el congreso y otros espacios que tenemos para ellos.
IC: ¿Cuál es el enfoque de su gestión para promover la ética y la responsabilidad social en la práctica de la ingeniería civil y qué hacer ante el dilema ético de la profesión de participar en proyectos de infraestructura redituables y necesarios y, por el contrario, en los que no lo son?
MJS: En mi programa de trabajo menciono mucho la integridad y la ética, un tema al que le damos la mayor relevancia. No es mi función decir a las personas cómo deben opinar o actuar; sí debemos recomendar y cuidar que lo que se haga en la vida profesional respete los valores que impulsa nuestra organización, y que se encuentran en nuestro Código de Ética.
IC: Cuando se da un problema con una infraestructura que afecta la funcionalidad de la sociedad e incluso le cuesta la vida a alguien, la sociedad suele atribuir responsabilidad a los ingenieros, aun cuando no sea suya por completo. ¿Cómo aclarar, como revalorizar el papel de la ingeniería civil ante la sociedad?
MJS: En nuestro programa de trabajo hay un eje estratégico donde hemos propuesto que debemos impulsar la salud y la seguridad en las obras. Hay normas internacionales en estos temas que se deben exigir y cumplir por todos los actores. En la medida en que reforcemos estrictamente las medidas de seguridad en los proyectos vamos a minimizar accidentes; esa es la parte que corresponde a la ingeniería y tendremos un impacto positivo en la opinión de la sociedad hacia los ingenieros.
IC: Muchos ingenieros civiles reniegan de la política partidista y de quienes participan en ella. Hasta el decenio de 1990, los ingenieros civiles ocupaban espacios de primer
nivel en áreas de gobierno donde se toman decisiones en materia de infraestructura. Desde entonces abundan abogados, economistas… en esos puestos. ¿No deberían los ingenieros civiles trabajar para recuperar esos espacios, incluidos los legislativos?
MJS: Pienso que lo que deberíamos hacer es promover ante las autoridades –y sobre todo en épocas electorales– que los cargos en general sean ocupados por especialistas en las diferentes áreas del gobierno. Así, que las que tengan que ver con cuestiones de ingeniería civil sean ocupadas por ingenieros civiles. Lo que sí creo que se debe recuperar es la capacidad técnica con el número de especialistas adecuados y bien capacitados de las diferentes dependencias gubernamentales que tienen que atender los temas relacionados con la infraestructura, como era algunos años atrás.
IC: ¿Qué medidas puede promover el CICM para abordar los desafíos actuales que enfrenta la industria de la construcción en México, como la falta de mantenimiento de la infraestructura, la carencia de financiamiento y de planeación adecuada, la desatención a la sostenibilidad ambiental y el incumplimiento de los procesos en tiempo y forma?
MJS: Aquí hay un tema importante: los presupuestos deben contemplar el ciclo completo, es decir, el ciclo de un proyecto comienza con la planeación –hemos hablado mucho de ella–; sigue con el diseño, la ejecución, la operación y la conservación. Entonces, si se proyecta por ejemplo el tren México-Querétaro, que considero es muy buen proyecto, porque desahogaría la autopista que es un desastre, ojalá se tome en cuenta el ciclo completo y se incluya la operación y la conservación, y no solamente la construcción, porque eso es lo que otorga el flujo necesario para que sea sostenible en el tiempo y no se convierta en una carga para las finanzas públicas.
IC: ¿Rentable económica y también socialmente?
MJS: El costo social a veces es más importante que el económico. Te pongo un ejemplo: ¿cuánto cuesta en productividad que mucha gente esté esperando en una estación sin que llegue el transporte oportunamente?
Quizás sea más que el costo del proyecto. Por eso hay que planear considerando los postulados básicos de los análisis costo-beneficio.
IC: ¿En ese tema falta legislar?
MJS: Pienso que hay que cambiar las leyes, porque tenemos leyes fiscalizadoras y pocas promotoras. Hay que hacer los procesos y procedimientos más ejecutivos, más eficientes, más ágiles. ¿Por qué hemos llegado a una ley tan fiscalizadora?, por la desconfianza que hay en todo mundo sobre la aparición de prácticas que sugieren actos de corrupción. Esto ha hecho que todos los procesos licitatorios y de ejecución sean tediosos, poco ágiles y muy caros. Viene a cuento el órgano de planeación que nuestro colegio, junto a otras organizaciones, viene proponiendo y que en su momento expondremos ante las autoridades que resulten electas.
IC: ¿Cómo propone usted que se aborden los retos de la resiliencia en la infraestructura frente a desastres naturales y otros riesgos en el corto y largo plazo?
MJS: Es caso por caso: hay algunos temas que son comunes, y otros que son particulares. Por ejemplo, en Acapulco había tres plantas de tratamiento de agua que tenían alimentación eléctrica por aire; la voló el huracán y Acapulco se quedó sin agua. Si la instalación hubiese sido subterránea no se habría suspendido el servicio de agua. Otro caso de planeación deficiente.
IC: ¿Cuál es su opinión sobre la digitalización y la tecnología emergente en la industria de la construcción y cómo plantea usted aprovechar estas tendencias para mejorar la eficiencia y la calidad de la ingeniería civil?
MJS: La tecnología es una herramienta. La tecnología no hace las obras, las obras las hacen los humanos y los equipos utilizando herramientas y maquinaria. Tener a los equipos bien comunicados por la tecnología sería un acierto tremendo, porque –como ya dijimos– es colaborativo: si no están en colaboración y en comunicación los equipos que hacen las obras, estamos mal. Ese es un primer punto. Ya comenté que la tecnología en el ámbito mundial no es muy adoptada en nuestro
campo, entonces hay que promoverla, promover lo que se demuestre eficaz.
IC: Entiendo que siempre con la supervisión de un ingeniero, no confiando a ciegas en la tecnología, en los programas y aplicaciones…
MJS: Sin duda. Se tiene que saber cómo interpretar un resultado de un programa; si no sabes cómo interpretar el resultado de un programa no estás haciendo bien tu trabajo. Si te equivocas en un dato que metiste al programa, puede resultar un error, y si no es verificado por el conocimiento del ingeniero, esto puede derivar en un problema grave.
IC: ¿Cuál es su plan para fortalecer las relaciones entre el colegio de ingenieros civiles y el gobierno, al igual que con otros sectores interesados clave, para impulsar el desarrollo y la innovación en la ingeniería civil?
MJS: Nos ha tocado iniciar nuestra gestión en un periodo muy interesante. El primer punto es que hemos invitado a todos los candidatos a la Presidencia y a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México a que expongan sus planes en el CICM. Nuestro mensaje es breve y puntual porque nuestra prioridad hoy es escuchar lo que proponen. Cuando haya funcionarios electos, buscaremos interactuar más de lleno con los equipos de trabajo para atender las propuestas aterrizadas por ellos y aportar nuestros comentarios y propuestas.
IC: ¿Cómo está funcionando el Consejo Académico del CICM y qué idea tiene respecto a posibles cambios?
MJS: El Consejo Académico funciona bien; obviamente, siempre deben analizarse los procesos y considerar propuestas de ajustes. Cumpliremos con dicho ejercicio.
IC: Uno de los puntos de su plan de trabajo es fortalecer la formación continua y la certificación profesional de los ingenieros civiles, algo que ya hace el CICM. ¿En que enfocaría esta tarea?
MJS: Planteamos tres acciones prioritarias: la primera es establecer programas de educación continua que ofrezcan cursos, seminarios y talleres sobre avances tecnológicos, cambios normativos y mejores prácticas en ingeniería civil especialmente, entre otras, la mejora en la seguridad y salud en la construcción. Una segunda es establecer programas de certificación que evalúen y reconozcan las competencias específicas y promuevan la excelencia y la especialización en áreas clave, incluyendo prácticas de ingeniería de vanguardia y con responsabilidad social. La tercera es la actualización en normativas: proporcionar cursos y recursos específicos sobre cambios en normativas y regulaciones, para asegurar que los ingenieros estén al tanto de los requisitos legales actualizados.
IC: En pocos meses asumirá una nueva persona al frente del gobierno de la Ciudad de México, que es el ámbito
específico, no excluyente, de incumbencia del CICM, y otra persona asumirá la titularidad del Poder Ejecutivo. ¿Cuáles son sus expectativas sobre el papel que debe desempeñar el CICM en relación con las nuevas autoridades?
MJS: El papel del CICM siempre será el colaborar con las autoridades. Estaremos atentos a sus consultas en los temas que consideren podemos apoyar. Al mismo tiempo haremos llegar los documentos de coyuntura que emerjan de nuestros Comités Técnicos con las
opiniones de los especialistas en los diversos temas que estudiamos permanentemente.
IC: Finalmente, a pocos días de haber asumido como presidente, ¿cuáles son las primeras acciones que considera poner en práctica, los objetivos concretos que se ha planteado a corto, mediano y largo plazo?
MJS: Debemos revisar nuestra organización interna en aras de brindar un mejor servicio al socio. Hemos detectado algunas áreas que requieren mejora en nuestras instalaciones, como puede ser la conectividad y otros espacios, ya que siempre hay socios que visitan el CICM. Hemos hecho contacto con los equipos de las candidaturas a la Presidencia y a la Jefatura de Gobierno de la CDMX para que visiten el colegio y expongan su visión en la temática que nos concierne. Después de la elección buscaremos a los equipos de los que resulten electos para comenzar a trabajar con ellos en los temas que nos ocupan. Por supuesto, reforzar la comunicación interna y externa para que la sociedad entienda y valore las actividades de los ingenieros civiles.