Uno de los principales focos de política en los países en desarrollo es el ritmo de crecimiento de la economía. Mayores niveles de crecimiento económico redundan en mayores niveles de bienestar, tanto mediante el aumento de los ingresos autónomos de los hogares como por el aumento de la capacidad de los Estados de aumentar el nivel y ámbito de las políticas sociales.
Sin embargo, hay que tener presente que, por sí mismo, el crecimiento no es la solución a todos los problemas. En general América Latina posee dos grandes problemas: mucha pobreza y alta desigualdad. La respuesta inmediata a estos problemas fue durante mucho tiempo únicamente crecimiento. Literatura reciente muestra que estas variables están interrelacionadas y se retroalimentan, pudiendo generar círculos virtuosos