¿Sabía usted qué rumbo puede tomar la salud en los próximos cuatro años? Abril 2018
Introducción El sistema de salud colombiano dio un giro de 180° en 1993 con la implementación de la ley 100, creando el sistema de aseguramiento e implantando relaciones de mercado entre las entidades promotoras de salud y las instituciones prestadoras de salud. En más de 20 años de su entrada en vigencia, este sistema cuenta con opiniones mixtas respecto a su funcionamiento, derivado de diversas barreras para el acceso a los servicios de salud y el manejo de su presupuesto. Así, el Sistema general de seguridad social en salud ha facilitado el acceso de toda la población a servicios y medicamentos, pero a su vez presenta debilidades en cuanto a prevención y salud pública, ya que se concentra en la curación y no en la detección temprana de la enfermedad o en su prevención, lo que reduce las expectativas de vida; asimismo, algunos autores afirman que "la inclusión de las EPS ha favorecido la mercantilización de la salud, lo cual ha desviado a la medicina de su labor altruista de aliviar pacientes y la ha centrado en la adquisición de clientes", y que " la promesa de que el mercado permitiría incrementar la eficiencia del sistema, también quedó inconclusa, pues en más de 20 años de vigencia, aun no se han establecido reglas y controles que permitan la reducción de costos de transacción en la cadena, ni mucho menos, propiciar la competencia entre las EPS y las IPS" [1]. Todo esto conlleva a que el sistema de salud deba ser objeto de estudio, análisis, reevaluación y replanteamiento en caso de ser necesario, de tal forma que el factor económico se equilibre y la ciudadanía pueda verse beneficiada por un sistema de salud que brinde cobertura, acceso a servicios (incluyendo medicamentos), sostenibilidad (parámetro en el cual los precios de los medicamentos juegan un rol importante) y calidad en la atención.