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Antonio Saura
El sitio en el que queremos nuestras películas cada primavera Antonio Saura
Han pasado ya 25 años desde que un grupo de soñadores decidieron que el cine español necesitaba un festival de cine nacional y propusieron la ciudad de Málaga para celebrarlo. Se dice pronto, 25 años.
No era asunto sencillo, somos una industria muy dada al escepticismo, a dejar que otros se estrellen antes de apostar por lo nuevo. Pero siempre hay algunos 'locos' innovadores. Eso es España, esa lucha entre los maravillosos 'locos' y los 'escépticos'. Afortunadamente, suelen salir bien las cosas si ganan los 'locos', como fue en este caso.
De una idea que se sacó adelante con mucho esfuerzo cada año, la cosa se fue consolidando como algo necesario. Mucho tuvo que ver la buena gestión desde su inicio. La industria se convenció de su necesidad y finalmente ha llegado a ser, como es, un evento imprescindible.
Siempre bien gestionado, ahora impecablemente. Y creciendo cada año, abriendo horizontes, llevado adelante desde una prudencia imprudente, un silencio clamoroso que ha conseguido que sea el Festival de Cine Español, el sitio donde queremos que estén nuestras películas en los albores de cada primavera.
¡Y qué primaveras tiene Málaga!¡Cómo ha cambiado la ciudad en estos 25 años! Málaga ciudad es ahora destino artístico obligatorio, ciudad de museos, de teatros, de cultura. No era así antes, al menos de esta forma tan explosiva. Pero ahora lo es, ¡y de qué manera! En estos años he tenido la fortuna de participar como productor, y hasta he ganado algún premio con mis películas y documentales. He acudido a homenajes a mi familia y en los últimos años he podido estar presente como agente de ventas de películas en la selección. Latido Films, la empresa que dirijo, ha colaborado muy activamente en el desarrollo del mercado dentro del festival, y ahora como presidente de la Asociación de Agentes de Ventas (VICA), tengo la suerte de poder apoyar este salto al futuro que son los Spanish Screenings de este año, vinculados, como no podía ser de otra manera, al Festival de Málaga. Me ha quedado siempre las ganas de ser jurado, pero parece que, si uno tiene películas en el festival, no toca. ¡Pues que no toque y que tenga siempre películas participando! El Festival de Cine de Málaga ya es también un referente estratégico para todo el cine latinoamericano: ¡ahí es nada! Y este año, además, se convierte en un mega evento al potenciarse el mercado.
Por supuesto, nada hubiera sido posible sin el factor humano y el apoyo político. A todos ellos, gracias por hacer de Málaga el epicentro del cine español al menos durante 10 maravillosos días donde uno se pregunta: ¿y yo, por qué no me quedo a vivir en Málaga?