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Cristina Andreu y Agus Jiménez

Agus Jiménez

Presidenta de AAMMA

Una ventana para las creadoras Cristina Andreu

Presidenta de CIMA

El Festival de Málaga es un referente para el cine español. También para nosotras, que no podemos más que felicitar el gran logro de llegar a este 25 aniversario tras convertirse en espacio imprescindible de encuentro de cineastas, películas y público.

Esta 25 edición llega, además, cargada de simbolismo para nosotras, ya que inauguramos colaboración entre AAMMA, CIMA, Mujeres VO y el MAFIZ a favor de la creación y la diversidad. Desde MAFF Women Screen Industry, y en el marco del espacio de industria MAFF (Málaga Festival and Coproduction Event), pondremos el foco sobre las miradas y voces de las creadoras andaluzas y españolas.

Esta necesaria unión entre el Festival y las tres entidades profesionales tiene como reto avanzar hacia la equidad y la diversidad en audiovisual. Una iniciativa que, estamos convencidas de ello, iremos consolidando en sucesivas ediciones.

Las distintas asociaciones de mujeres del sector llevamos apostando desde hace años por el diseño de programas de desarrollo de proyectos, mentorías y tutorizaciones. CIMA Impulsa o las Residencias de GENERAMMA de AAMMA son de vital importancia para aupar a nuevos talentos; impulsar la carrera y proyectos de directoras, productoras y guionistas; crear sinergias y vincular a las creadoras con la industria. Y este es precisamente el espíritu con el que nace MAFF Women Screen Industry.

Durante este cuarto de siglo, desde asociaciones profesionales, festivales como el que estos días nos acoge, instituciones y la propia Academia hemos trabajado incansablemente a favor de la igualdad real. En derechos y oportunidades.

Hemos sumado a favor de una industria inclusiva y diversa y a favor de una narrativa audiovisual que contribuya a la construcción de una sociedad libre de estereotipos y de violencia.

A tenor de los resultados, y he ahí los informes elaborados y publicados por CIMA en los últimos seis años, podemos aventurar que hemos avanzado en visibilización. Cierto que tímidamente en algunos sectores tan masculinizados como la animación, cierto que con demasiadas barreras — salariales o de representatividad— aún por derribar.

Para equilibrar la balanza que perpetúa la desigualdad estructural, y alejar toda amenaza y posibilidad de retroceso, seguiremos tejiendo nuevas alianzas desde espacios como el que nos brinda Málaga. Seguiremos abriendo nuevas ventanas desde las que transformar la cultura cinematográfica y nuestro imaginario colectivo.

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