A finales de año 2003, una comisión oficial de la Iglesia católica jugó un papel importante en la liberación de varios turistas extranjeros que habían sido secuestrados por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Igualmente, otras comisiones de la Iglesia católica han venido manteniendo contactos oficiales tanto con este grupo guerrillero como con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Además, otros prelados católicos participaron en los acercamientos iniciales que condujeron al acuerdo de Santa Fe de Ralito, que constituyó el paso inicial para la desmovilización de algunos grupos paramilitares que se está realizando actualmente.