La literatura reciente sobre la democracia y sus transformaciones en el mundo actual ha puesto de presente el tránsito del modelo clásico de democracia representativa –o modelo “hegemónico”, como lo llaman Santos y Avritzer1– hacia el modelo de democracia participativa. Las razones de ese tránsito tienen que ver con las dificultades que experimenta el esquema liberal para ser incluyente y permitir a todos los integrantes de la comunidad política el ejercicio pleno de sus derechos.