Letrasértica 7

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Año 3/Núm. 7/Tacna/Setiembre 2013


revista de creación y otras tecnologías Año 3/Núm. 7/Tacna/Setiembre 2013

EDICIÓN: Yhan Koronel

REDACCIÓN Y CORRECCIÓN: Alberto Ninaski Yesebell Sechar

DIFUSIÓN: Marianna Espezúa Enrique Cuautli Cher Santiago Luz Luque Bárcena

ILUSTRACIONES: Diana Carolina

CONTACTO: geneyryodann@gmail.com http://www.letraserticatac.blogspot.com/ Letrasértica


MAPA MUNDI —ENRIQUE CUAUTLI / poemas 7 —JUAN QUISPE MACHACA/ tiempos felices 9 —YHAN KORONEL/ poemas 11 —SANTOS CONDORI/ el lorito del alférez isla 13 —CHER SANTIAGO/ poemas 15 —RICHARD NAVARRO/ carta <<z>> 17 —MARIANNA ESPEZÚA/ poemas 19 —RAÚL MIRANDA/ la casa que siempre había 21 —MARCELA OVERSLUIJS/ poemas 24 —ALBERTO NINASKI/ la conspiración de acuario 25 —YESEBELL SECHAR/ poemas 27 —LUIS CÈLINE/ un deseo 29 —LUZ LUQUE BÁRCENA/ poemas 30 —ALBERTO NINASKI/ poemas 31 —MELISSA ASCUÑA/ tras las huellas del ser etéreo 33 —ENRIQUE ACOSTA BASURCO/ crononautas 36

—DANIEL ROJAS PACHAS/ traductores del silencio —ANDRÉS GONZÁLES/ poemas 45 —MARIANA RODRÍGUEZ/ poemas 47 —ALONSO GORDILLO/ poemas 49 —JUAN ANDRÉS HERRERA/ poemas 51 —ANAHÍ MAYA/ poemas 53 —CHRISTIAN JIMÉNEZ KANAHUATY/ poemas 55 —AGUSTINA PÉREZ/ poemas 57 —FRANCISCO IDE/ poemas 59 —ANDRÉS FLORIT/ el cairo (fragmentos) 61 —EDUARDO FARÍAS/ poemas 63 —ERNESTO GONZÁLES BARNERT/ poemas 65 —EMERSSON PÉREZ/ poema 66 —ADRIANA ZAPPAROLLI/ poemas 68

—DRAMATIS PERSONAE

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Cerramos los ojos. Creen que dormimos.

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Enrique Cuautli: CYBORG

Milagros que ríen en otras dimensiones Cuatro viajeros por órbitas lejanas en sus motocicletas de hidrógeno Danzan las sonrisas al compás de antimaterias El clima es huraño y los motores se calientan Nos quedamos estancados en las pampas de Antares Buscamos refugios terrícolas Solos por esta noche Mañana ya no habremos existido Navegamos en el espacio del tiempo A la velocidad de una larva Estos son milagros que ríen Ella con su melena rubia californiana corriendo feliz en una avenida lejana ¡Y es un milagro!... Narradores que dejan de ser narradores, poetas que dejan de ser poetas, Cieneastas que dejan de hacer cine. Ahora quieren ser cyborgs.

05/02/13 00:08 AM

Soy un gato APRENDIZ DE JAZZ Bebedor de chicherías de todo tipo SONIDOS ISOTRÓPICOS Soy un gato con memoria de 7GB expandible JÁQUER DE ANTIVIRUS Soy un bello gato megatrónico CACTUS EN PELIGRO DE EXPANSIÓN Soy un gato que ve el sol en plena noche MALOS PRESAGIOS Menudos corderos con garras de lobo A-C-E-C-H-A-N-D-O Y tengo miedo miedo de que no sea el mismo de ayer: UN GATO neuronas corticoides sufren un cortocircuito Y ESO ES TODO Eso es todo por esta noche de sol pleno Solamente quiero creer que aún soy un gato. [La avenida está oscura, llueve y estoy ebrio, muy ebrio...] 7


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(día 15, tercera semana, año 4026) BUSCO ALIENTO (DIVINO) PARA MI AMADA MARILYN (*) mi planeta cuyo nombre fue tatuado sobre las dunas de un nuevo continente alberga nuestras andanzas huérfana de caminos [hoy se sabe que el universo es un pedazo de éter] hoy las estrellas cuelgan de nuestras neuronas como demiurgos turbónicas hoy nuestros tormentos sufren efectos sinérgicos urgen descargas eléctricas de aliento FUERZA DIVINA PARA TRAER DE VUELTA A MI AMADA se halló un embrión fosilizado de hace milenios ¡ES ELLA MI AMADA MARILYN! única de su especie que creía en un ser no humano pues en tiempos remotos los hubieron de esquizoides condenados están hoy en los extramuros del universo hoy se rastrean sus búnkeres, sus genes in vitro sus cuarteles sus satélites fosilizados se pretende recrear vidas extintas en laboratorios especiales se intenta revivir humanos de los cuales se cree que procedimos aquí se nada bajo grandes océanos de energías oscuras se vuela sobre cordillera de chatarras espaciales se camina sobre derivas no proyectados en este espacio-tiempo inmenso y eterno estamos en búsqueda implacable del eslabón perdido en búsqueda de aliento para mi amada ALIENTO (DIVINO) PARA MI POBRE AMADA MARILYN MONROE.

(*) recipiente hallado en una cápsula de cerveza cerca a la galaxia de Gutenberg .

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Juan Quispe Machaca: TIEMPOS FELICES

Tiene la costumbre de levantarse temprano, sacudir las sábanas, empujar el polvo de las veredas hacia el asfalto, cocinar platos que no se ven desde la azotea en el que vivo pero que se detectan afectuosamente en un radio donde el hambre cruje. Sale todas las mañanas a la hora del colegio, llevando de la mano a la misma niña que años atrás concibió. Luego la mañana se instala y ella vuelve por la misma avenida, ahora con una bolsa de verduras; luego cocina envolventes aromas que yo oigo y respiro desde la miserable azotea que tengo arrendado para vivir. Su esposo es un modesto hombre, que tiende a caminar con la cabeza gacha. Él, sale a las siete; media hora antes de que su esposa coja a la niña para llevarla al colegio. No tengo idea del oficio al que se dedica, con el tiempo deduje, que tal vez con esos horarios nada fijos se dedique a trabajos manuales artísticos o algo parecido. En esto ocuparía su tiempo hasta el mediodía para luego pasar por el colegio a recoger a su hija. A decir de su edad, es inútil hacer una especulación, así como su mujer, este parece tener la edad media, con media quiero decir, ni viejo ni joven; en conclusión, resulta poco creíble decir que estos son unos afortunados seres que, por alguna generosa coincidencia, concordaron en un armonioso destino. La hija ahora es una menuda muchacha, tiene el aspecto de su padre en el caminar encorvado, y de su madre tiene los ímpetus gestuales maternales. Sé que tiene catorce años, porque es el mismo tiempo que yo tengo soportando la mugrosa vida en la azotea de la vieja casa de don Vicente. Un día supe por don Vicente —el viejo que me alquilaba la segunda planta de su casa—, que mi vida se estaba aliando peligrosamente con la bebida, sus palabras fueron claras en ese aspecto: me estaba hundiendo en el alcoholismo. “Hijo”, me dijo, “el alcohol está bueno

para hombres sin remedio, tú en cambio eres joven, búscate un futuro, trabaja, estudia, lo que sea, pero deja de beber”. Así me decía mientras yo me balanceaba en la puerta, después de haber logrado que me abriera la puerta, sin billetera, sin llaves, sin nada en los bolsillos. Nunca se cansó de repetir las mismas palabras en el orden que fuera, sin temor a que no tuviera algún efecto en mi vida. La única vez que sus recomendaciones se convirtieron en una sutil pero severa dosis de reflexión, fue cuando me puso como ejemplo al vecino, “¿no te gustaría una vida así?, que algún día te cases, formes una familia, que tu mujer se levante temprano, limpie la casa, cocine, lleve a tu hijo al colegio, y tu trabajes, para llevar a la casa lo que el hombre lleva”. Recuerdo que esa vez me conmovió tanto sus palabras que el domingo siguiente, me senté en el solitario patio de la azotea para vigilar con nostalgia lo felices fines de semana de la pareja de al lado. Salían al mercado muy temprano siempre cogidos de la mano y con la niña al medio. Luego de unas horas regresaban con las compras de la semana, un rato después el viento me restregaba el olor de las meriendas que preparaban. Muchos domingos soporte aquella tortura, con la intención de tonificar mis esperanzas, de dejar el alcohol y casarme con la primera que encuentre por ahí como sugería don Vicente. Yo creía que los tercos consejos de don Vicente estaban condenados a borrarse como la embriaguez. Pero admito que fue muy acertado, ponerme como ejemplo aquella familia feliz. Esa imagen se constituyó en un minúsculo pero sólido modelo para que deje de beber y construirme un hábito sin adicciones. Así que empecé a imitarlos; cuando ellos se iban al mercado yo también salía con un ligero polo, una zapatilla de lona, y un largo short. Daba unas vueltas al mercado, compraba fruta, pedía un buen menú, y regresaba al medio día con un franco gesto en el rostro, saludaba a don Vicente le tiraba dos frutas, las que fueran, subía a mi eterna azotea, lavaba mi ropa, luego leía 9


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autor barato hasta que cogía sueño. Por aquella necesidad de adoptar cada minuto de esos días felices supe un día que en realidad aquella familia nutría su felicidad los sábados en un templo del séptimo día, entonces pensé que copiando aquello sería completamente feliz y tal vez me case algún día. No sería difícil comprarse un terno, unos zapatos, una biblia e irme los sábados temprano a la iglesia. Olvidando un poco o casi del todo a ese autor barbudo y su tesis sobre los monos. Por aquello de que los primates son un puente a un pasado incierto y triste del hombre. No se podía prevalecer en ninguna otra convicción. Por lo tanto fue el único hábito que no pude acoger. En lo demás; fue un éxito precoz encausar mi vida a buenos propósitos, con decir que un día quise casarme con la hija cuando creciera, hacerla mujer, hacer que ella sea como su madre cuando creciera, que tenga una hija como ella, y que yo sea como su padre, que desaparezca en la ciudad a hacer lo que sea y vuelva justo a la hora que mi hija sale del colegio y la traiga a casa, que los domingos nos fuéramos al mercado para volver con las compras. Y así ser un ejemplo para algún otro borrachín vecino que necesite algún modelo de vida como nosotros. Con el sueldo del aceptable empleo que había conseguido, no viví más en la azotea, acepte el ofrecimiento de don Vicente, sobre una habitación más cómoda del primer piso. Vivir en el primer piso no es lo mismo que en la azotea, allá vives como en una torre, vez copular a los perros, correr niños, te sabes de memoria la rutina de los vecinos, y tantas cosas de altura. En cambio desde la planta baja, tenía desconectado al mundo, por lo tanto también perdí el rastro de aquella familia feliz. Hoy; después de diez años de haber emprendido algunos acertados caminos lejos de don Vicente, y por fin haberme casado; me fui al municipio. El burócrata del escritorio al otro lado de la ventanilla, me dijo que las atenciones son por escrito. Así que me dirigí a esa fila de mecanógrafos que aun sobreviven, en las afueras de la alcaldía. Quiero solicitar una

constancia de matrimonio, dije al hombre que de inmediato empezó a disparar sus dedos sobre las inquietas teclas de su Remington. A un costado otro maquinista se enteraba de soslayo un pedazo de mi recién estrenada historia marital. Cuando de pronto se acercó una menuda mujer, con voz cohibida se dirigió al hombre, y le refirió con tono familiar algunas palabras que no entendí, entonces no pude resistir la curiosidad por saber ¿quién era la dueña de esa voz conocida? Así que volteé, y me encontré con su cara pálida, sus gestos maternales, esa forma inconfundible de hablar con nerviosismo. Al verme se avergonzó un poco. Bajó la mirada, mientras el mecanógrafo le repetía por tercera vez, ¿cual es el motivo señora? ¿Qué va a ir en el asunto?. La señora, como apretando un poco los dientes para que no la escuchara contestó: violencia familiar.

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Yhan Koronel:

EXPLOTA!!!

REC // (suspiro hartado………..)Decadencia /// falta de errores /// el estúpido drama lacrimógeno /// borroneando la tarde /// sublimando la trasmutación esclerosis /// Kant es un perfume /// Hegel un acorde /// Kierkegaard tuberculosis /// miel /// ay de mí /// ay de mí )))))))))))))))ECOS))))))))))deseos de ser el agua en las montañas // deseos de lapidarme en un iceberg // catapultarme la piel /// ser calor, velocidad /// electricidad / mudarme a una dimensión pixelada de frescura ///////////////////LLUEVE. Y escribiendo delirante en la alucinación // borroneo la tarde /// piso cadáveres de sueños sebosos /// entelequias /// trashumando la señalización de los hados // putas parcas que se masturban ante el poderoso juego socioeconómico / pequeñito sí // pequeñito escribiendo el cuerpo /// germinando insectos /// saliendo de mi boca / platelmintos emergiendo de mis dedos /// tráela SUEÑO tráela /// la quiero y se me cansa el cuerpo /// me duermo /// y aun quiero incendiar el poderoso drama /// bráman mis tambores /// me agrieto ///Maldito Puaj! Esputo de sangre /// puaj! /// Vomitando mis tripas /// puaj! /// Tajeteando la noche // ejes /// ejes // mi corazón se descerebra . ///////////////////LLUEVE. Se inunda el cuarto /// Nieve nuclear // Invierno ya /// Exprimo los aminoácidos /// lavo mi ropa /// me corto el cabello /// limo mis uñas /// SALIR /// Congelo la creación /// mi puta vida enmarcada por la incertidumbre colérica // azar de esquizofrénicos engranajes ///carne flotante /// FINAL /// Listo. Así fue. /// Arrancándome los pelos uno a uno asesino los segundos // a mi isla arquetípica se aproximan todas las especies // bivalvos, artrópodos, moluscos, crustáceos /// bestias aladas/// monstruos marinos // Mar negro, mar destartalado, mar que asciende jironeada por mi ego fluctuante // una ciudad// protuberancia gigantesca en el cielo. /// Y ya! )))))))))))))))ECOS // retumban >>>>>VENI VIDI VICI, EXPLOTA!!! /// seré tonto. Año nuevo que apenas se dibuja Nuevas perspectivas rolan en el aire Quién sabe cuánto durarán

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MÚSICA DE CROMATÓFOROS

Porque hay deseos de sumergir un concierto de Glass en los 20 000 océanos Veme en una nube de plancton ardiendo ligeramente convexo, abracadabrado una pipa de ortigas, una almohada de sake tu piel como pulpa de estrellas fritas. demasiados espacios, demasiados cetáceos Me pone imantado, hacia ti helecho, sentirte Polaris MAREMAGNO INTENSO el gigantesco tráfico de radiosonidos humo y densos cromosomas flechas de flúor flores de neón en el vello marino Este ego es un tornado de azúcar. Temple en ablución, agua de estanque y ranas. Y no sé qué es el amor pero tiene tu nombre tu nombre recogiendo siemprevivas detrás del espagueti de la noche. Comeremos cebiche todos los domingos. JADEAREMOS ANTE INMENSOS GIRASOLES Una locura vangoghniana, esputos de Artaud. Nunca serás suficiente. Música de cromatóforos. Bebe mi ceniza en un kero de ron. Y así el pulpo intenta escribir tu nombre con sus 8 brazos. Demasiado werther para mi gusto. Subo a lo más alto de tu rostro como el buen Petrarca para decir que desde allí no veo nada.

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Santos Condori: EL LORITO DEL ALFÉREZ ISLA

Enero de 1990. «¡Enlístate —me decían—. El ejército es una gran experiencia!». No sé en qué momento los escuché. Seis meses después, en el cuartel Miculla, mi amigo José Vargas Mogrovejo —joven que sufría problemas de calvicie—, alias el loco, impulsivo e intolerante con las mascotas, obtuvo el grado de cabo, al igual que yo. Recuerdo las visitas de su tío Nicolás, «estrenando celulares de última generación y trayendo fruta», nos hacía mucho bien. Brayan y Paul le acompañaban (adolescentes traviesos y sobrinos del cabo José Vargas). Entraban a la cuadra Comando sin que los vieran y le daban de comer a Carlotita, una lorita parlanchina de lengua morada, símbolo de la instalación militar y muy querida por los oficiales. Cierto día observé que el cabo Vargas merodeaba por las inmediaciones de la jaulita, luciendo un bisoñé pelirrojo. Curioso, como un gato observando alguna presa, él esperaba pacientemente; mientras tanto Carlotita se desplazaba en círculos, presintiendo algún engaño. Mi promoción Vargas saboreaba su posible hazaña, una sonrisa crecía en sus labios, mostrando un reluciente diente dorado. Entonces la lorita empezó a parlotear: «¡Pelao!, cabeza de rodilla, ¡Pelao!, cabeza de rodilla, ¡Pelao!». Sorprendido, el intolerante José musitó entre dientes: —Ese pajarraco… hasta con la peluca me reconoce. Ya me tiene loco. —¡Cálmate! —le dije, acercándome a él—. No es para tanto, ese animalito no sabe lo que dice. —Y un silencio macabro envolvió a José Vargas. Al día siguiente, el cabo Vargas y yo encontramos a Carlotita: cabizbaja, sin plumas, acurrucada en un rincón de su jaula, tiritando de frio. Rápidamente dimos parte al Oficial de Día. Éste ordenó con ligereza que lleváramos a la lorita hasta la oficina del mayor. Como se nos ordenó, la envolvimos en una chalina. En la oficina

del mayor Valencia no había nadie, y mientras esperábamos, el loco José empezó a husmear en las gavetas del escritorio. —Oe loquillo, deja eso —le decía yo. —No pasa nada, tranquilo, nadie viene. Fue entonces cuando encontró una pistola Browning calibre 9 milímetros, e hizo maniobras con el arma, incluso me apuntó a la cara y empezó a reír. Luego, con ademán desafiante, giró hacia la lorita, y de pronto todo fue muy rápido: se le escapó un disparo y se oyó un estruendo que aún retumbaba en mis oídos cuando se abrió la puerta con violencia y entró el Teniente Ampuero, quien preguntó salvajemente: —¡Perro Adrian! ¿Quién fue? Yo aún trataba de superar el shock, pensando: «¡Jamás se debe delatar a un compañero! ¡Podías hasta mentir! Pero delatar a un compañero… ¡Jamás!». Mientras tanto, el teniente Ampuero, mastodonte de fuerza descomunal, me miraba con ojos saltones, impaciente. —Fue él, mi teniente —respondí, apuntando con el índice al cabo José Vargas. Sin perder tiempo, el mastodonte le cogió del pescuezo, le hizo oscilar como a un títere en el aire, le arrastró por el pasillo, le llevó a empujones por el patio, y de un puntapié lo metió al calabozo. Durante seis días y seis noches el cabo José Vargas Mogrovejo estuvo encerrado a pan y agua. Pero la peor parte la vivió en aquellas madrugadas con niebla tupida, cuando era obligado por el oficial de guardia a correr en prendas ligeras alrededor del pabellón, gritando: —¡Soy un perro pendejo! ¡Soy una basura! Cuando Vargas salió del calabozo empezó a desquitarse con otros reclutas. En plena lista de diana (formación matutina para el conteo de personal) hizo un desorden en las filas del Batallón, y tuvimos que amenazarlo para que no nos metiera en problemas a todos. —¡Batallón, firmes! —Gritó el teniente 13


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Ampuero, luego prosiguió con el mismo tono de voz—: Perros, lacras, escorias. Izquierda, derecha, al comedor. ¡Dos últimos! Cual búfalos nos dispusimos a correr, atropellando lo que encontrábamos al paso. Seguro se preguntarán: ¿Y por qué? La respuesta es como sigue: El teniente Ampuero, armado con un grueso palo, acostumbraba golpear en la espalda a los dos últimos que llegaban, dos últimos para bañarse, dos últimos para llegar al comedor, dos últimos para salir de la cuadra. Mientras comíamos, el teniente Ampuero sacó una carta del bolsillo. —¡Perros, escuchar! —Y empezó a leerla con su estridente voz de gorila enojado: Tacna, 07 de junio de 1990. Por disposición del Cuartel General. Los soldados de servicio activo: Cabo José Vargas Mogrovejo y Cabo Adrian Manini Fuentes. Deberán ser trasladados a Barrendera: curso Alfa en el Fuerte de Vila Vila. Regístrese. Publíquese y Comuniquese. Firma: Señor Elías Espinoza del Valle, General de Brigada, Jefe supremo del Destacamento Tacna.

quedamos al final de la fila. El Alférez Isla nos tomó del cuello y nos sacó de la fila. Ordenó que le siguiéramos. Después subimos a un bote. Nos llevó mar adentro. Ordenó a los que remaban que nos ataran de pies y manos. Fuimos sumergidos por cuatro minutos aproximadamente, hacíamos denodados esfuerzos por resistir y no conseguíamos sacar la cabeza a flote. Fueron los cuatro minutos más largos de toda mi vida. Después volví a subir al bote, encogido por el frío, temblando, y con manchas de sangre en la nariz. Pero cuando vi al cabo Vargas, siendo sacado del agua casi muerto, me repuse: «Pobre el loquillo». Sin embargo, el primitivo Alférez Isla empezó a darle incontables golpes, vociferando: —¡Perro! O sea que te atreviste a matar a mi loro —no paraba de abofetear aquel rostro gélido—. ¡Levántate mierda! ¡Te ordeno que te levantes! De pronto el cabo José Vargas balbuceó, vomitó agua, hizo unos movimientos epilépticos y despertó. Al llegar a tierra firme, el alférez nos obligó a realizar una ceremonia fúnebre en memoria de Carlotita. Lloramos su ausencia lo mejor que pudimos, nos golpeamos el pecho amargamente y, con disparos de salva al cielo que amanecía, le dimos el último adiós al lorito del Alférez Isla.

Al oír aquella carta pensé: «¡Al fin! …Se nos hizo. Arena, sol y mar, el atardecer, las gaviotas, las olas, los cangrejos». Me sentí aliviado… Pero cuando llegamos a la instalación militar en Vila Vila, cuando ese Alférez desconocido se presentó, lo primero que tuvimos que aprender fue un estribillo que repetíamos varias veces al día: «Alférez de Artillería Isla Tapia Freddy. ¡Oh Freddy que bueno eres!». Esa misma noche, mientras dormíamos, el suave murmullo marino acariciaba nuestros placenteros sueños sin que nadie sospechara que a las 3:00 a.m. el Alférez Isla arrojaría una bomba lacrimógena al interior de la cuadra. El acre, nauseabundo olor llenó el ámbito cerrado, nos ardía la cara y salimos del lugar con los ojos llorosos, mientras oíamos: —¡Formar, perros! ¡Dos últimos! La suerte nos fue esquiva, el loco y yo 14


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Cher Santiago:

EL APEGO A MI NÚCLEO DE AGUA agua sucia que desciende de tus axilas se ahonda en mi templo fijo que ha sido dueño y geometrizado a su dimensión dura que forma al infiel que estoy a punto de ceder… este amor a puertas cerradas no es mi corazón ni es mi nombre no son estas las flechas de amor en mi carne carne precordial que da su agua como quien da amaneceres.

EL USO TERAPÉUTICO DEL CANNABIS Alejandro apura el alivio y se acuerda de ti aunque sea como en un juego de niños tú dices “todo alrededor es desconocido” podrían techarse los cielos podrán con mis fuegos esta ocasión este incidente este melón que rodando llegó a tus pies. Son así las mañanas llenas de tu palabra hecha jazmín sueño que vivo en ti entre tantas letras por miseria por encuentros por lustros y agudos husos

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FLEXIBLES INCANDESCENTES

Generalmente oprimidos por la imagen en la tv ¿alguien sueña acompañar a un ciego preguntón? no es obligatorio responder los sueños diplomáticamente las chicas preguntan y el profesor explica el vaciado asesinan por millones asesinan por 5 mil soles asesinan por seguir viviendo diseño de motivación: Dale daledaleconchatumadre ligado vuelo lo más turista en las ferias lo más amoroso lejos un general flexible incandescente ofrecido a los látigos de un negro.

Un mundo de vasijas árboles, palabra moderna aires de cantar este poema de presentarte la yerba cayéndome a pedazos por una mujer de negocios trepidando por la droga todo está alcanzando el fuego i esta doncella desesperada arde lejos del vaso

[LIED PARA LA CHICHA DE JORA]

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Richard Navarro: CARTA <<Z>>

Tacna, 06 de julio del 20XX. Señor Bibliotecario de la Dirección Regional de Cultura Calle San Martín Nº 405 Tacna Me dirijo a su persona para comunicarle que un hecho recontra-rarísimo se apoderó de mi habitación. Ayer llegué a casa tan cansado y, caí de un golpe a la cama. Desperté cuando el gallo de mi reloj cantaba desesperadamente sin respirar. Lo cogí y sin pensarlo dos veces, lo destrocé en un rincón de aquella habitación pentagonal o en realidad saliendo de mi sueño, estaba en un espacio hexagonal. En fin, era ya de mañana, el desayuno aún en la mesa no me saludaba, entonces tuve que prepararlo. A decir verdad, extrañaba a mi esposa, con ella todo era distinto, tanto estas mañanas como otros momentos del reloj. Sin ella mi vida, lo confieso, era un lago sin su cisne. Ella era todo para mí. El alba, el mediodía, el atardecer y así juntos sucumbíamos en la cama octagonal. Amante de las figuras geométricas, había diseñado toda esta mansión con esas formas. Ella amaba la Matemática y yo la Literatura; juntos éramos un vaso de agua pura. Tengo de aquí a una hora clases en la Facultad de Letras, aula Nº 3, sexto piso. Todas son alumnas del octavo semestre. Las vi crecer ya hace tres años, cuando las conocí a la mayoría en el Centro de Investigaciones Literarias. Así que, tiempo tengo; primero preparé mis cereales y segundo repasaré el tema a dictar. Al fin tomaré el taxi. Subiré las escaleras. Firmaré mi entrada y me presentaré en el aula respectivo. Sí, tengo tiempo. Al ingresar a mi habitación biblio-

tecaria, me sorprendí al ver que dos cajas coleccionadoras yacían destrozadas en el extremo del estante. Me acerqué, los cogí con cuidado y vi que los títulos fulguraban color oro intenso. Atónito, impávido, siniestro, desorbitado por la fuerza extraña que tenía, caí en mi sillón de escribir. Esos libros que contenían las cajas los compré hace más de dos años. Era como te escribo, muy extraño. El tiempo había corrido a velocidad del conejo, inmediatamente los guardé, estaba sobre la hora, los dejé en el pupitre junto a otros libros de tutor. ††† Al anochecer, cuando en la avenida había niños jugando con pelota de fútbol, uno de ellos con tez cubierta se me acercó y me advirtió con unos ojos de lobo hambriento: “tenga cuidado que lo observo de cerca”, exclamando esas palabras se perdió entre los demás. Corrí a su paso; pero este desapareció tan rápido como un ser invisible. Esa noche no dormí, estuve leyendo las cartas que me escribía mi querida esposa cuando estaba en el extranjero. Al término de la última carta, una sombra se proyectó por detrás de mi espalda hacia las hojas, era esta de contextura humana, llevaba un cetro, una capa y una cabellera larga. Al voltear, no hallé a nadie; sin embargo aun respiraba su aire y…de un golpe tras la puerta de metal vi desaparecerse. De inmediato salté de la cama y…luego más no recuerdo. Había pasado desde esa fecha casi ya 30 años, edad que tenía mi mujer. Abrí los ojos y me percaté que me hallaba frente a una multitud inmensa de humanos. Había fotógrafos, periodistas, todos ansiosos de seguro por oír algo de mí. Una vestida de rojo, mirándome fija a mis ojos lanzó la pregunta: ¿Qué hará después de ganar este premio? Por mi cabeza pasó una chispa de energía que se tornó en dolor y con un gesto de aflicción en mi tez me levanté del asiento adornado de flores como el piso alfombrado, y al fin desolado pronuncié: buscar a mi 17


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esposa. Caminé por las calles, no sabía dónde estaba, no tenía recuerdo de nada desde la fecha en que de seguro me desmayé. Recorrí y atisbé todas las paredes pintadas color amarillo. Luego pensé: ¿parece que estoy en el más allá? Pero en ese espacio no habitaban, no transitaba ningún humano, ni un animal. Pronto regresé al lugar inicial de mi despertar. Ingresé y, todos los que en principio me habían observado como interrogado, yacían tan igual cuando salí de ese local; paralizados, en pausa,

inmóviles como estatuas. Me senté en el sillón y, todos ellos, recobraron vida. Entonces entendí que yo era yo; que ellos eran ellos. Les pregunté: ¿dónde nos encontramos? Todos a una voz homogénea vociferaron: «en tu imaginación», y seguí interrogando: ¿y cómo salir de este escenario? Nuevamente todos a una loa unánime respondieron: «con tu imaginación».

Kápaq Wila Profesor de Literatura Centro de Investigaciones Literarias (CIL).

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Marianna Espezúa: #OBSERVA SU HOGAR Y EN CASA NO HABITA NADIE “Yo no sé de pájaros. No conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas”. Alejandra Pizarnik ESTOY LEJOS DE LA NEBULOSA MÁS CERCANA. Este suelo me está devorando el alma y carcomiendo la entraña más mía más hembra. Me estoy desvaneciendo por tocar sal líquida entre la noche plutónica y el descanso moral. ¡TIENE FORMA DE ESTRELLA EL SUELO QUE PISO! NEBULOSA DE COLORES PASTEL, ERAS LA MÁS CERCANA Y AHORA ESTÁS TAN LEJOS QUE TUS DEDOS DELGADOS SÓLO TOCAN LA SOLEDAD DE TU ESPACIO. Me llena un vacío opaco y un testimonio falso ((Aún estoy viva)) ¡Con garras y dientes! ¡Voy a defender y aferrarme a este pequeño signo vital!, aún no me ha ganado. Yo voy a desenterrar el polvo de mi escudo y a pintar esta estrella de negro para finalmente poder convivir en la armonía de nuestros colores. MI NOMBRE ES PÓLUX. DE ALGUNA MANERA EXTRAÑA DESCUBRO QUE ME DIBUJÉ A MANO CON CARBÓN.

LA ESPERANZA ES MIERDA A COLORES

Las viejas vendedoras de rayos blancos acomodan bruscamente sus estantes invisibles para instalarme como parte de su mercancía. Me gusta recorrer zonas negras. Me gusta dormir en trenes durmientes. Cada tejido con su pupila más sana me espía desvestida entre cajones y librerías. Canto a mi manera, canto a las imágenes que bordean la existencia más efímera. Estos ojos mienten. son tan falsos, tan falsos. Son hechos descompuestos, Esqueletos, Edificios, Estructuras. Conozco su vertiente: caen sales, como cataratas conceptuales por mis noches impropias, sin prójimo parroquiano. Ojos dominantes y erróneos. Y las experiencias, los conceptos, las enseñanzas, la educación, las leyes son borrosas a esta vista. La estrategia que los guía son “nada” y en ella el “todo” sin mapa. 19


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#CANTO LA CANCIÓN DEL ADIÓS Y NACE UNA NIÑA REVOLUCIONARIA

“Un recuerdo más perdurable que mi nombre es luchar, morir luchando”. Ernesto Guevara

Esperé apagar los sueños más profundos y conseguí librar a un demonio.

UN DEMONIO QUE CUSTODIABA MI ALMOHADA. ¡Y fue mujer! SUS PASOS MÁS LENTOS Y LARGOS DESTRUYEN MIS CURVAS MÁS SECAS.

Me encariñé con ella, con dos cuerpos distintos: la agresiva-feminista y clásica-conformista. A ellas dos que conviven con mi nobleza, las devoro, les hablo, me quejo. ((Acostumbro desvestirme moralmente. Me dejo seducir por las caricias más dañinas y las garras filudas)). SOY SU ESTRELLA CON LA PIEL PÁLIDA. Hoy me perderé en sus sábanas con fecha de caducidad. ¡ustedes son mis hijas y no tienen nombre en la oscuridad de mi pecho!

DÉJENSE SEDUCIR POR ESTA PRECIOSA UTOPÍA PLATÓNICA, AUNQUE ARRUINÉ A MI MUJER CORRECTA ((después de mayo al medio día)). Desobediencia, por ti voy a ser feliz… con esos hombres y esas mujeres auxócromas ((que ahora me poseen)). Sus nombres… han puesto en duda la verdad de mi existencia

MI NOMBRE ES PÓLUX. LAS MUÑECAS DE TRAPO COGIERON MIS UÑAS ROTAS ENTRE SUS DIENTES CUANDO CANTABAN SU HISTERIA.

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Raúl Miranda: LA CASA QUE SIEMPRE HABÍA

Aquel domingo por la tarde, aún el arco iris formada estaba sobre esa casa vieja y las granizadas habían dejado ensopado los ganados. Justinacha debió entender que su arrebatada vida no tenía sentido de seguir viviendo en esta tierra donde solamente abundaban enfermos. —Cómo te parece que la Justinacha debió llevarse el mal aire de las chinganas o quizás la tierra de Diosito Supay se habrá enojado con ella—dijo Isabel muy suelta de huesos. —No lo creo— rezongó Rosalina con su manta deshilachada y dejándose notar el amuleto de la mala aura —, si vivía frente a la casa endemoniada, que ni siquiera era suya; a veces por las noches andaba arrastrando la cruz vieja de la iglesia para que no les persiguiera la muerte, aún en sus ojos brillaban las estrellas de la esperanza. Fue la casa más decrepita que sembraría tanto pánico, llenando de visitantes con alegrías agónicas, donde siempre sucedía incidentes, a la que todos debían maldecir y juraban vengarse de las tragedias que ocasionaba, cada noche atraía más almas por sus cantos de sirena. Las voces fantasmales se confundían desde la oscuridad y muchas veces se topaban con algún viajero por el monte, y otros por miedo empezaron a dibujar en las paredes de piedra una cruz de ceniza. —Dicen que cuando salió de esa casa a Justinacha le temblaba el corazón como animal herido, no tenía manta ni sombrero, solamente llevaba una enagua toda sucia como trapo, era evidente que estaba desnuda—dijo Isabel desde el otro lado de la pirca. —¿No se habrá olvidado de hacer pagos al Diosito Taita? —Quizás —continúo Isabel—, porque pronto salió de esa casa la Justinacha. Dijo desesperándose en pronunciar que deberían destruirla, sino andarían berreando como un animal todo

flaco y agachado por estas tierras de aguaceros. Fue una noche, cuando la Justinacha después de recoger sus ganados, empoderada por alguna fuerza extraña, debió desviarse de su habitual camino. Cuando se despertó de ese sonambulismo y por los golpes de los sonidos que le carcomían los oídos, vio emerger desde el suelo unos animales deformes con las cabezas achatadas y se perdían en las paredes de piedras o algunos se enrollaban por todo el cuerpo, las piernas empezaban a flaquearse y el cuerpo a desvanecerse sobre una materia oscura que no le dejaba vivir. “¡Es Supay!” exclamó y así pudo escaparse. Esa misma tarde moriría Justinacha con el estómago lleno de culebras. “No ven, que tan quemada está, esa casa debe estar maldecida, ahí habitapue el Supay, ni se atrevan a husmear por la puerta, es donde se incendiaron los gentiles cuando apareció el sol”. Alertó a todos. También se había acostumbrado a vivir frente a esa casa, después de vagar en el desierto y convertirse parte de una comunidad de veinte casitas, y así llenarse de hijos como los demás. —¡Pobrecita! —exclamó Rosalina atizando con más leña el fuego que empezaba a llenarse de humo por todo el cuarto—, con qué ganas trabajaba la Justinacha igual que los demás, amanecía cuidando las crías de los animales, como si la tierra las trajera a vivir ahí… y qué pago nomás recibió. —¿No era por el agua que se quedaron? —replicó con parsimonia Isabel—, dicen que la divina providencia bendijo con un pozo de agua para abastecer a toda una comunidad. Apenas cuando el sol comenzaba a esconderse, aparecían voces desde la oscuridad que recorrían quejándose de los vivos, y lanzaban gritos desde los cerros imponentes Jucuri y Warawarani, para que se vayan a la otra tierra. Era el lugar de los gentiles maldecidos. Muchas veces, los visitantes presa del delirio caían confundidos 21


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son de la orquesta. Sólo al día siguiente encontraban unos burros viejos con las orejas recortadas y la frente marcada por una moneda de metal en señal de la muerte anunciada; eran de los pobres viajeros que se trasladaban llevando mercancías hasta más allá de las fronteras. Algunos merodeaban a las bestias sin saber que su desgracia estaba ahí, morían enfermos y abandonados a su suerte. Por eso, todos dormían tapándose el oído, años después esa práctica de nada le servía, seguirían abundando enfermos en el pueblo. La Justinacha hizo pagos a la tierra durante ese breve instante que le quedaba de vida, no sé qué artilugios utilizó, hacía llegar adivinos desde el otro lado de los horizontes, que, frotando las piedras redondas, podían leer si todavía el demonio se movía en el cuerpo; preparaban las pócimas a base de fetos de ovejas negras y las adornaban con los plumajes de viejos gallinazos. Dejaban expuestas en pequeñas bolsas de bayeta alrededor de la casa en los días más largos de la semana. Al día siguiente una mariposa nocturnal revoleteaba, y le tembló una emoción repentina durante nueve horas sin lograr exorcizar ni el ritmo sosegado de su sueño, matando mariposas y alacranes. “¡Qué diablo tiene esta casa, parece estar poseída con animales de malagüero!” exclamó. —La verdad—volvió a decir suelta de huesos, Isabel—, igual que la Justinacha, los borrachos se envalentonaban y después padecían con la cintura molida, como si el mundo le daría la vuelta sobre el cuerpo hasta desaparecer en la fría tierra. —Si pues—repuso Rosalina frotándose la mejilla por el humo—, hay que ver cómo sufrían los hombres, ya ni querían husmear la casa, de una simple malaria le paralizaba todo y salían temblando como animal moribundo. Se levantaban por las noches y oían pasar por la puerta, sin inmutar a las almas en pena. “¡Hay que destruir la casita hasta desaparecerla! No importa lo que venga después, si ya los viejos aburrimos a los chicos”. Toda la muchedumbre al

unisonó dijeron que sí, con una invulnerable instantánea de acabar con lo tenebroso. Y sólo esperaban la orden o que alguien levante la mano para marchar hacia la casa, sin saber si todavía regresarían con vida al día siguiente. Era una tierra húmeda. “Nomás que uno deja la casa por unos cuantos días y se apoderan las malas yerbas de las bestias dejándonos afuera”. dijeron las gentes. Oían voces de hombres y de mujeres que se dejaban morir frente al ventarrón que venía desde las cataratas de Pojtiri, era el mismo arco iris que nacía de este río, tuvieron la certidumbre que habían cercado la casa y sólo en ese momento les produjo un miedo como si les enterraran vivo. Las pestilencias que habían dejado en el suelo para ahuyentar al demonio se consumía con el pasar de las horas y ellos empezaban a enflaquecerse poco a poco. Entonces comenzaron a destruir las paredes de piedras feas y redondas, iban dejando el camino que va para Chiluyo. Miles y miles de sapos con diferentes colores se deslizaban por las piedras y cayéndose de su mundo quimérico, empezaban a perennizarse en la tierra. “¡Qué es esto, acá no hay barro, sólo sapos taconeados como la maleza!” Gritaron para que los demás escucharan. Venían tras los hombres y abrían sus bocotas como si hicieran buche con la sangre; y uno por sí nomás perdía las ganas de seguir viviendo, caía rendido con la boca ensangrentada. Algunos iban sacudiéndose de la pestilencia y del barro líquido sobre el cuerpo de los escuálidos sapos, en su andar iban destripando con la caminada. “Traigan lo que tengan en la mano, a ver si así las juntamo y las mandamo todos al infierno de una sola vez, antes que se abunden y se vayan a nuestras casas, corrales,…”, gritó alguien desde el otro lado del camino. —¿O sea lo mataron todos los sapos? —En alguna manera—refutó Isabel sirviendo la sopa de alas—, era una plaga Lina, no esperaron que volviera la lluvia y dejara preñadas para alimentarse de los ganados y de los niños. Por eso empezaron quemar las casas donde se escondían los sapos, hasta dejar en cenizas todo lo que tenían. Las piedras iban aplastándolas a los sapos. Quienes no podían caminar, ya casi ciegos, trataban de estirarlas los brazos para 22


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matar a machetazos. Crecía hacia el cielo, humo ennegrecido, olor a carne de pescado y se consumían hasta carbonizarse. Las caras eran ya negruzcas por el tizne de aquella humareda. Fue noche la más oscura y tormentosa. Por el contorno se afloraba a olores nauseabundos. Mientras los viejos se quedaban esperando a sus hijos y sólo visualizaban a lo alto, enormes fauces encenderse de un color rojizo e incandescente. “¡Es el fin del mundo!” gritaban desde el suelo, desahuciados, con sus llantos atrasados. En verdad, era una plaga maléfica que se desperdigada por toda la extensa tierra y se acrecentaba hasta arrancar los pellejos del cuerpo. Las fuerzas se desvanecían con el pasar de los minutos, del cual ya nada quedaba. “¡Cuidado con andar mirando la tierra, todavía no han muerto, están arrancándonos con la misma cólera nuestros ojos!”. Moría tumbarse envueltos como bultos y sólo parecían hablar a los muertos y otros se levantaban jalándoles de la mano como si escaparan de la muerte. “¡Por Dios, están hambrientos, se comieron a los que venían arrastrándose del barranco!”, dijeron confundiéndose

con los sobrevivientes. —¿Y que paso? ¿Dónde se fueron? —Salieron a rastra todos los hombres que podían, como una mula bruta, templando, donde debían haber mudado hace mucho tiempo, dejando sus casas a olores de meados de burros, pescados podridos y sobre todo el polvo a olor de azufre. Era triste la tierra, algunos sapos rodaban como bultitos de sebo hacia el pozo para hacer sus barbaridades con el agua. Todavía el fuego cundía a los lejos por toda la ladera, el viento de la noche se ha llevado el olor del azufre hacia los montes donde nos trasladamos. “¡Acá es la tierra donde debíamo estar!”. Eso dije, al que había venido conmigo, y me era difícil reconocer por la voz ronca que recién se había recuperado de las fuerzas para decirme, mirándome bien a los ojos, lo único que se notaba. “¡No, hermanito mío, es al otro lado donde hay agua!” noté que se había acostumbrado a la casa que siempre había.

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Marcela Oversluijs:

FUGA CATASTRÓFICA DE PLACERES

La aurora va quedando sin paz comienza el striptease del alba. Una reina en exilio sedienta de polvos baila por el gozo de su propia sangre.

LUCES DE NEÓN SOBRE PUTAS BARATAS

Por cien en una esquina te regalan un viaje interplanetario. Con el sudor de tu miembro alimentas las bragas de la zona verde, sigues tus niveles, cambias de carril,

te metes en un túnel escapando de ti adentrándote en ella.

Con tus bolas juega al billar, a ti te gusta, se enjuga la boca, aprieta los dientes y a ti te gusta. Te muerde, devora, traga, alimentas más que su sistema y lo disfrutas. Te gusta, le gusta,

te ensordeces para callar esa voz, tu voz, su voz,

sus cuerdas vocales, las sientes, adentro, al fondo,

grita, te viertes.

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Alberto Ninaski: LA CONSPIRACIÓN DE ACUARIO

Me lo contó un loco confiable en la calle. Me lo dijo con la seguridad exacta con que se señala la hora en el reloj de la pared. No te miento si te digo que dudé cuando se explayó a la mitad de su relato, como si algún ente extraño lo habitara y hablara por él. Entonces empecé a afilar el oído y quedé conmovido cuando hubo terminado aquella inverosímil historia. Resulta que fui cavilando con aquella última cosa que se deslizó grave de sus labios: “Mañana, a la hora nona, todos morirán… la humanidad deberá de enfrentar su fin… blablablá… ¡morirán!”, así estuve con esto, definitivamente no era ya el mismo de siempre. Me embargaba una sensación parecida a la revelación mística de los santos de la iglesia. Esta premonición lanzada de esta manera, tan grave a la vez, desde el convencimiento fanático de aquella alma particular, me introdujo al mundo extraño de la gran conspiración de acuario… Han pasado dos, o tres horas… no estoy muy seguro. He logrado atar algunos cabos. Me convenzo a cada instante de lo verídico de esta confesión. Este individuo acaso dice la verdad? He hallado dos libros antiguos que reafirman este progresivo convencimiento. Estoy seguro de que algo extraordinario ocurrirá mañana. Ambos volúmenes, en la parte introductoria, hacen mención a una antigua oración del siglo XII, donde se especifica la presencia del mal como una entidad abstracta, concretizada en un conjunto de fenómenos que han de suceder en este siglo, acaso se refiera a las plagas bíblicas? En ella también anticipa la presencia del profeta Rem en estos tiempos, y que sería escuchado por un hombre sensato y juicioso de nombre “señor X”. Coincidentemente es el seudónimo de mi Facebook, —¿acaso soy yo aquel que deberá de tomar la responsabilidad de salvar a la humanidad de la debacle?—. Ya no me queda duda. El primer libro que me ilumina sobre estas

cosas, lleva el sugerente nombre de “Libro de la Canícula del Día Último” cuyo autor es el monje tibetano Mayya Sansho, fallecido en el año 1883. En su parte inicial, el libro sugiere, a modo de advertencia, que “no se crea nada de estas anticipaciones si no se tiene el convencimiento firme de las cosas de la luz que han de leerse…”, así lo entendí. Y con premura me aventuré en contra del tiempo a entender el mensaje de aquel extrañísimo libro venido a mí. El segundo libro lo hallé por sola fe en mi intuición, y fue de mayor utilidad para el propósito que deseaba entender. Este libro resultó ser una suerte de síntesis de la poesía levogenética del poeta peruano Alberto Zurita, muerto en “La Revolución de los Intelectuales de Febrero”. Tomé de aquél, mi programa de propaganda y de búsqueda del último profeta. El libro se titulaba “Teorema del empeño y la arquitectura de la lengua”; y fue el segundo libro leído con premura y gozo en medio de la agitación de la ciudad y sus gentes ¿Habrían de sentir la hora próxima de la gran tribulación? Mi corazón se turbaba y a la vez experimentaba un elevado excitamiento. ¡Tremenda responsabilidad confiada, y yo solo!... Se anticipó la tarde, dejándome dolido por las muchas cosas que dejé de hacer. Dejé atrás el pasado con dolor, recordé a mi familia en casa; me traicionaba el inconsciente y el afecto por las cosas materiales, pero triunfé. A la hora en que el sol se esconde definitivamente tras los cerros grises de la ciudad, dejando entrever solamente el largo espectro de cobre ardiente, decidí hacer el último de las proclamas en la puerta de la catedral. Saqué el libro que condenaba al dios Jehová de los Ejércitos, y fue tal mi grado de ímpetu al momento en que lanzaba estas proclamas, que me vi, de súbito, rodeado por todas partes por decenas de fieles, hombres y mujeres, de ese dios que se resistía a mi palabra. Alcé la voz sin límites y la gente me oyó, y evoqué las escrituras del monje cuando profetizaba en el templo budista: “…y corté su voz en frente de la gente inicua que quería 25


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pegarle, mas el poder de su palabra hizo detenerlos divinamente a fin de que el ánima los poseyera y le escuchasen hasta que hubo de concluir con una exaltación del corazón; y luego el desmayo divino le sobrevendría en nombre de lo santo antes del final”, y como eso fuere escrito, se cumplió. Me desvanecí, y pronto llegó el auxilio en forma de ángeles blanquísimos, mientras iban hablándome al oído cosas que no entendía, pero que placían a mis sentidos y el alma se dejaba vencer primorosamente. Todo concordaba a la perfección, la era acuariana había de implantarse y yo era su mesías. Ahora ya estoy en el lugar de siempre, auscultado por seres de otro sistema. Confiables doctores níveos con credenciales del cielo. Creo he cometido mi propósito… estoy reconfortado. El poeta me lo explicó en secreto, cuando añadía esfuerzos en entender sus poemas… allí también usé la intuición. La noche todavía no ha de irse, me sujetan con majestad hombres diáfanos que logran arrebatarme la cordura en este carro alado. Creo en la palabra del hombre, y su verbo trasunta hiperbolizado aquí junto a mí, apretándome contra el suelo metálico. Debo sufrir para estas gentes como cristo en el Gólgota “y mi canción no te toca”… Al día siguiente apunté cada acontecimiento nuevo. Las plegarias de la noche anterior me adiestraron para resistir la ira del señor Muahaha: benévolo y protector de mi alma. Caminé por estos territorios novísimos. Mis ojos se alegraban y sentía que la hora nona había llegado antes de probar lo amargo de su venganza. Y estaba aquí, sublimado por el paraíso terrenal y presto a dialogar con angélicos seres que me rehuían por algún halo novedoso adquirido como derecho de entrada en este mundo embelesado. Comienzo aquí mis apuntes sobre lo más particular que vi: …………………………………………………… …………………………………………………… ……………………………………………(se deduce que el Profeta X, escribió esta parte del relato con su lápiz crayón número 12, y que por efecto del tiempoespacio, se haya desmejorado su

conte.nido casi de manera total, a tal punto de perderse definitivamente. Logramos, sin embargo, reconstruir pequeñas escenas que explicarían el desenlace de la historia)............. ……………………………………………… ……………………………………………………… ……………………………………………………… ……………………………………………………… ……………………………………………………… ………………………………………… Cinco hombres vestidos con hábitos blancos aplicaban unas inyecciones de hidromiel a cuanta alma se retorcía de felicidad en la yerba………………………………………………… ……………………………………………. Treinta mujeres resplandecientes bajando por las escalinatas con muecas espléndidas… todas tenían la particularidad de aferrarse a un objeto místico que más parecían muñecas Barbie, peluches, cubos de criquet envueltos en medias de nailon, esferas de cal y ónix, pastillas fosforescentes, y demás bendiciones sacadas de la casa blanca desde donde emergían….......................................................... ……………………………………………………… ……………………………………………………… ……………………………………………………… ……………………………………………………… ……………………………………………………… ………………………………………………Pensé en el sufrimiento de las primeras horas del castigo, y cómo habían de salvarme del perjuicio estos ángeles, pero ya estaba librado de todos los recuerdos… aunque la profecía de Rem no se había completado del todo, y yo no había de encontrar al último profeta en ningún lado de estas regiones, me reconforté con la hospitalidad primorosa con que me trataban................................................. ……………………………………………………… ……………………………………………………… ……………………………………………………… ……………Una vez a la semana me transferían energía eléctrica con cátodos supremos del dios segador. Mi cuerpo trascendía y nublaba mis recuerdos pecaminosos: una vez a la semana me entendía con el universo todo, y recordaba con lágrimas en los ojos, las sabias enseñanzas del poeta Alberto Zurita: “¡dame tu fuerza Pegaso!… ¡Saoriiiiiiiiiiiiiiiiii!”.

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Yesebell Sechar:

COMPOSICIÓN QUE VIVIFICA EL CANTAR DE LOS PESARES EN SI#

No más arraigo carne que se pudre en el frigider No más guerras acorazadas A este pequeño corazón de lucha ni pesar de los días ni aventuras no más amor en los calendarios recuerdo estar solo Ni brillo excedido en los ojos A fin de que el desgarro sea el único camino de la mirada CORO SI de mi SI al alma roída que busca el instante SI en las hierbas que prodigan su cuerpo SI SI flotando luego LAMIDO Sis apenas sostenidos Sis sin SOL SI.

(bis)

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AHORA LA NIÑA TUVO MIEDO. RETA SU PRIMER PENSAMIENTO : FÁBRICAS DE ABISMOS

Hagamos la guerra al a m o r Citaremos el primer epígrafe a este silencio F in d el p o e m a

ojos que traspasan la fotografía en la edad primitiva del ser humano como si fuera pedazo de un árbol taladrado

solo VALÍA y PROFECÍA

no valkiria no tu hombre No. No te ves en el reflejo de las vitrinas de un mercado te ves ¼ de carne un pedazo de grasa y mucha sal sal sal 2 cucharadas de ayuda solo para el sabor de sentirte cósmico pero eres inhumano desnaturalizado despedazado bombardeado

de mirar ausencias de sentir presencias

Ahora la niña tuvo miedo quiere salir de su comunicación rota su primer pensamiento

Fábricas de abismos: El Yo.

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Luis Cèline: UN DESEO

Juan, alguna vez, quizá no lo recuerdes, vendimos nuestras almas al diablo, en el cementerio, en la lápida del buen Julio Zegarra, que murió en una época en la que tú y yo aún no nacíamos. Para aquella ocasión teníamos botellas de ron Bacardi oscuro y whisky americano que le robé a mi padre; nos bebimos todito. Ebrios y somnolientos queríamos pactar con el diablo, pedirle que nos cumpliera nuestros deseos. Tú sostenías un libro viejo y maloliente que guardaba versos y odas a Satán. Las recitaste y nada sucedía. Yo las recité y nada sucedía. Pensaste que necesitábamos un sacrificio. Para nuestra suerte el guardia estaba borracho, demasiado borracho: descansando en el mausoleo de la familia Carbajal, de quienes se decía fueron dueños de casi toda la ciudad algún tiempo. Llevamos el cuerpo dormido del vigilante que fraseaba cosas que no entendíamos. Lo colocamos encima de la tumba del buen Julio. Sacaste una navaja suiza que torpemente lograste encontrar entre el tenedor y el abrelatas. Se la blandiste al pobre infeliz que lloró sangre hasta por fin salirse de este mundo en un torpe sacudimiento.

Llamaste a Satán, tampoco apareció. Entonces te cabreaste, le dijiste: —¡Puto hijo de mierda aparécete que quiero venderte mi alma!—. Yo cada vez veía menos tu imagen, el sueño me estaba venciendo. Mi deseo no se cumpliría ni el tuyo tampoco. Nunca me lo quisiste decir, pero sabía bien que era por lo único que querías vivir. Comencé a dormirme, me desvanecía. Desperté y no te encontré, tampoco el cuerpo del guardia, ni rastros de sangre. Supuse que nada había pasado, que la borrachera me dio esa alucinación majadera en la que ambos quisimos pactar y vender nuestras almas al diablo. No te encontré por ningún lado. A las cuatro de la tarde fui a tu casa a ver si estabas vivo, porque me importabas. —Señora, ¿cómo está Ud.?—saludé a tu madre y pregunté por ti. Es extraño, pero tu madre me dijo que nunca tuvo un hijo llamado Juan. En cambio me dijo que tenía una hija muy linda de nombre Joana. Sí Juan, ahora eres Joana, supongo que tu deseo era ese. Vaya, yo hubiera querido que mi deseo de tener una chica tan bonita como tú se cumpliera. Quién sabe… no Joana?

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Luz Luque Bárcena:

OCCISOS La cintura de la muñeca rueda para el occiso frustraciones oxidadas mientras el cáñamo se desvanece en sus pupilas. Ruido que llega a lo más ínfimo de una hipófisis incógnita… Los viejos discursos de subsistencia La FILA de muertos que giran por mi cabeza EL DESEO de unir a todos mientras la tinta llora cuando el ÉNCEFALO se hunde en un hoyo negro cuando las piernas se cuelgan de una hoja.

ESCATOLOGÍA DEL MIEDO Estos cuerpos infectados no cubren la remembranza de las avenidas sólo pido que me dejes ir ahogar este llanto infértil porque la cabeza estalla como tu verbo ahora que escribo AL revés como cuando era niña y me dejabas en esa clínica donde sólo me rodeaban fantasmas carnívoros y el bien y el mal gemían ¡Ahora! LLEGÓ LA HORA DE FUSILAR LOS ASTROS 30


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Alberto Ninaski: la nitro para mi bomba

programo radio bemba para vacilarme recorto comentarios sobre ciencia ficción hablo aclimatado con yerba moderna suprimo el ego lo más que puedo y hago sinfonía mientras leo al Unabomber ya es otro día lanzado en el piso planetario pienso en maría magdalena en su cariño corto el circuito lógico que me hace extrañarla y me digo si ella me quiere al menos en su lapsus ¡ah! y he pensado sobre mi tiempo muchas noches con la explosión del silencio reconstruyendo viejos sofismas refutando sistemas inexorables recomponiendo ideas antiguas y he llegado a conclusiones ejemplos de injuria y locura seducción de teorías cíclicas ¡el universo! cosas-efectos cosas nuestras fui tu problema urgente y estas cosas tenían nuestro orden dispuestas sin método y con un chinchón en la fenomenología arraigadas en la impertinencia de la historia y con dolor insuperables, casi desmedido, decidí habitar tu paraíso, una fulguración literal del sujeto-verbo / axioma- generalteniente- coronel- y demás jerarquías del cielo: ¡señor sí señor! ¿por qué? porque quería ganar tu guerra, sin martillo, sin baba; ni balas súper-aburridísimas… por eso quería salvar tu mundo tan sólo necesario como para evocar enigmas supersticiones druidas conjugar versos y verbos contigo solamente contigo -creeré tu mantra te lo juroy acabé abriendo tu puerta inter-dimensional con tus genios y demonios mayestáticos que gemían -los injurié a todos, perdonageneración económica que se reservaba el derecho de admisión, por eso los odié generación de avaros que secuestraban tu vida al señor honorable y vagabundo putrefacto deidad de inconmensurable efecto sintético: la mierda reconchasumare, a él sobre todo me asé por eso no podrías medir mi furia y obré… y durmieron desnudos en mi probeta de hueso 31


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banales y químicos como eran los aticé por la idea cósmica y he aquí que cambiaron el sentido de la recontra ¡me nació el orgón! me explotó tu idea, amanecí bomba y he muerto pensando en la nitro tu flor violenta posándose en mi filme infinito

todo a un mismo tiempo

Tiritas de frío, tiritas de carne molida en tu fórmula rotatoria y marfil. Cargas con el trauma encefálico de amar las cosas duras. La tristeza no te interesa “creces como humano”, dice “el manual del perfecto idiota latinoamericano”. Mañana sales de coma y te cobran hasta la gelatina de fresa. No hubo un dios que lo impidiera. Caes de la cama, te enderezas; es lunes en la mañana. Te llegó al cerebro la heroína del retorno. Elevas el fémur a 90 con tu sombra en el suelo hinchado de ternura; ahora eres un zombi, carne blandida al éter de la realidad, un espasmo atávico de niño rayo, chascoso… Ha llegado el catoblepas alado, espera el salto de espiral. Sexto piso de tu imposibilidad inmediata. Saltas. Y en tu viaje sinusoidal, cayeron contigo hojas y hojas de la infancia pintadas con los versos ridículos que eran recogidos por manos de muchachas enamoradas del dinero descartable, de toda la honra impúdica de la economía estatal de partido único. Blasfemia tras blasfemia, y el oro de la gloria estéril infiltrándose en contra del dictamen de la muerte… Deberás de agradecer la deuda octava por resarcirte de tu tiempo alcoholizado. Salir delirando su nombre a las puertas del infierno y la plaga de la radio. Y los cláxons te hacen decir la misma estupidez desde 1999: ¡estoy vivo!

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Melissa Ascuña: TRAS LAS HUELLAS DEL SER ETÉREO

“¿Qué es un fantasma? Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez. Un instante de dolor, quizás.” Doctor Casares, “El espinazo del diablo” (2001).

A lo largo de la historia del cine, las películas cuyo desarrollo está centrado en eventos sobrenaturales, y cuyos protagonistas enfrentan o son seres monstruosos, se han convertido en todo un subgénero fílmico, tanto por su diversidad como por su calidad (muy dispar, en muchos casos, especialmente en los últimos tiempos) y llegando a ser, incluso, una metáfora para entender las inquietudes y temores que existen sobre la trascendencia espiritual humana. Mención aparte merecen las películas construidas alrededor de la figura del espectro. Un espectro (o como comúnmente se le llama, un fantasma), es un supuesto espíritu o alma desencarnada de un ser muerto que se manifiesta entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo, tomando una apariencia visible, produciendo sonidos o aromas o desplazando objetos), principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con personas cercanas. El cine recoge esta tradición y la amolda a sus cánones, otorgándole forma y pautas de realización. Si se quiere rastrear los orígenes de estos relatos, datan de la tradición oral, y las versiones varían según el espacio geográfico del que provienen. Pero de manera formal, y hablando específicamente del campo cinematográfico, el antecedente más destacado e influyente proviene de la literatura. Es el escritor inglés Henry James quien en su pequeña novela de corte psicológico “Otra vuelta de tuerca” (1898) siembra los elementos posteriormente atribuidos y explotados en este tipo de historias (con algunas

variantes): la mansión victoriana, la presencia de los niños, la institutriz (figura femenina protectora), el escepticismo de los demás adultos, la atmósfera oscura y opresiva, la aparición/desaparición sorpresiva de los espíritus, etc. El auge de estas películas comienza en los años sesenta. El tópico de la casa embrujada y el misterio por resolver logra imponerse, y en esa línea se centran los argumentos de las producciones venideras. Así, tenemos títulos imprescindibles como “¡Suspense!” (Jack Clayton, 1961) y “The haunting” (Robert Wise, 1963), continuando en los 70' con la destacada “La leyenda de la mansión del infierno” (John Hough, 1973). Sin embargo, es en los años ochenta donde alcanza su máximo apogeo y consolidación, con cintas que, sin descuidar un elaborado aspecto artístico, resultan atractivas para el público, destacando: “El resplandor” (Stanley Kubrick, 1980), “Al final de la escalera” (Peter Medak, 1980) y la conocidísima e interesante pero menor “Poltergeist” (Tobe Hooper, 1982), donde la perspectiva psicológica de la acción cobra mayor importancia y refuerza el sentido de la narración. Es en la década de los noventa donde comienza su decadencia. Se llega a una etapa de saturación y falta de originalidad, donde sus propios componentes las van agotando, encasillándolas y restándoles frescura y originalidad. De estos años, poco se logra rescatar. A pesar de ello, a finales de la década se produce un repunte, que si bien no se ha mantenido estable, logra rescatar en parte la esencia de este tipo de cine. Este resurgir se debe a que, al clásico suspenso y deterioro psicológico de los personajes, se potencia y aúna otro aspecto: el desarrollo dramático de la trama. La tragedia, ya sea individual, familiar o colectiva se acentúa para darle mayor dimensión al film, tomando el contexto en que se desarrolla la historia una vital importancia dentro del argumento: ya no se busca solo 11 asustar y entretener, sino también conmover. Aunque el segundo elemento, el psicológico, quede relegado en la historia. Surgiendo, 33


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como una bocanada de aire fresco, joyitas imprescindibles del cine moderno (aunque no tan brillantes como sus predecesoras), muy del gusto del espectador actual: la innovadora “Sexto sentido” (M. Night Shyamalan, 1999), la dramática “El espinazo del diablo” (Guillermo del Toro, 2001), la alabada “Los otros” (Alejandro Amenábar, 2001) y la taquillera “El orfanato” (Juan Antonio Bayona, 2007). Para entender la fascinación que generaron (y siguen generando) las películas sobre fantasmas entre el público, hay que analizar los elementos que las componen y el trasfondo que encierran. Como se mencionó anteriormente, estos fueron tomados de la narración de Henry James, y han ido variando con el trascurrir de los años. En forma general, las características que han mantenido son: A) La familia (personajes que quedan envueltos en el evento sobrenatural). B) La casa poseída por los espectros. C) El asunto pendiente del pasado. D) Ruidos, ecos y murmullos. E) La investigación emprendida. F) La médium: contacto final con los muertos. G) Los gráficos de los niños. El subgénero moderno plantea dos perspectivas diferentes: por un lado, la centrada en las personas que se enfrentan a las apariciones y la manera cómo descubren el enigma de la presencia de los espectros; y por otro, la que sigue el punto de vista de los propios espíritus y la forma cómo se relacionan con su entorno y aceptan su condición. Las cintas españolas “El espinazo del diablo” y “El orfanato” se inscriben dentro de la primera categoría. En “El espinazo del diablo”, la historia se desarrolla en el interior del orfanato de Santa Lucía, durante la Guerra Civil Española, donde Carlos (Fernando Tielve) descubre la presencia de un fantasma que le guiará hasta descubrir un oscuro secreto. Mientras tanto, el lugar sirve de refugio a unos maduros profesores republicanos: Carmen (Marisa Paredes) directora del centro, el doctor Casares (Federico Luppi), Conchita (Irene Visedo) y Jacinto el portero (Eduardo Noriega). Carlos y los demás estudiantes, casi todos niños y que

comparten algo en común en su pasado, corren un grave peligro de ser descubiertos por el ejército franquista español, al mismo tiempo que son asediados sin saberlo por culpa de un pequeño tesoro de lingotes de oro que Carmen oculta en el orfanato. Mientras tanto, en “El orfanato”, Laura (Belén Rueda) se instala con su familia en el orfanato en el que creció de niña. Su propósito es abrir una residencia para niños discapacitados con la ayuda de su esposo Carlos (Fernando Cayo). El ambiente del viejo caserón despierta la imaginación de su hijo Simón (Roger Príncep), que empieza a dejarse arrastrar por la fantasía. Según él, la casa está habitada por otros chiquillos, que le brindan compañía. Los juegos del niño inquietan cada vez más a Laura, que empieza a sospechar que los “amigos imaginarios” de Simón tal vez sean algo más real y peligroso que una simple ilusión infantil. Para la segunda categoría, tenemos a “Sexto sentido” y “Los otros”. En la película “Sexto sentido”, Malcom Crowe (Bruce Willis) es un conocido psicólogo infantil de Philadelphia que vive obsesionado por el doloroso recuerdo de un joven paciente desequilibrado al que fue incapaz de ayudar. Cuando conoce a Cole Sear, (Haley Joel Osment) un introvertido niño de ocho años que vive con su madre Lynn (Toni Collette) luego del divorcio de sus padres, ve que se le presenta la oportunidad de redimirse haciendo todo lo posible por ayudarlo, mientras intenta mejorar la deteriora relación que mantiene con su esposa Anna (Olivia Williams). Sin embargo, el doctor Crowe no está preparado para conocer la temible verdad acerca del don sobrenatural de su paciente: recibe visitas no deseadas de espíritus atormentados. Por otro lado, “Los otros” nos cuenta que, después de finalizar la II Guerra Mundial, Grace (Nicole Kidman) espera la llegada de Charles, su marido, que no regresa de la contienda. Vive en un antiguo caserón victoriano junto a su hija Anne (Alakina Mann) y su hijo Nicholas (James Bentley), ambos afectados por una extraña alergia al sol. Cuando contrata a sus tres nuevos sirvientes, una serie de fenómenos extraños empiezan a ocurrir en una mansión que ha de permanecer en la penumbra por el bien de los pequeños. Así, a la luz de las velas, Grace deberá descubrir qué está ocurriendo 34


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y quiénes son “los intrusos”. “El espinazo del diablo”, “Los otros” y “El orfanato” cumplen con casi todas las características del subgénero antes descritas (con algunas variantes entre sí, según el gusto del director): caserón antiguo, niños, gráficos de las apariciones, una investigación en busca de pistas, una médium que revela el misterio (excepción hecha en la primera película, donde la información nos es proporcionada de diferente manera). “Sexto sentido” propone un enfoque diferente. Mientras en las anteriores versiones el contacto es a través de las personas que habitan la casa donde penan las almas o directamente con los mismos espíritus, aquí el médium cobra importancia y es quien dirige la trama (si bien con la guía de un adulto espectral). Lo primordial es la aceptación de la condición de ambos y su adaptación a ella. En las primeras películas mencionadas, el drama de los personajes (tanto de los vivos como de los muertos) resulta fundamental dentro del argumento, junto con la investigación del misterio que encierra la presencia de las entidades fantasmales (que es el recurso que se utiliza para mantener el interés del espectador). En “Sexto sentido”, esto también se encuentra presente, pero retoma con mayor contundencia el trazo del perfil psicológico de los protagonistas. Además, ya no encontramos una casa encantada ni una atmósfera tenebrosa: todo es más cercano, perteneciente a la cotidianidad de los involucrados. Son los propios fantasmas quienes siguen al médium, al punto de acosarlo, sin que este necesite invocarlos (algo parecido a lo expuesto en “El espinazo del diablo”, donde el fantasma aparece a quien desee verlo). Y ese es justamente el meollo del asunto. ¿Por qué se encuentran los espíritus aun vagando en la Tierra? ¿Por qué solamente determinadas personas pueden verlos? La respuesta a ambas preguntas, dentro del código del subgénero, está relacionada con la espiritualidad occidental, específicamente con la creencia en un alma inmortal (concepto difundido por el

cristianismo medieval). Aurora (cuyo papel interpreta la actriz Geraldine Chaplin), la médium de la película “El orfanato” nos ensaya una explicación sobre el fenómeno de los seres que después de morir vagan sin descanso: “Cuando algo muy terrible ocurre en un lugar, a veces queda una huella, una herida, que sirve de nudo entre dos líneas del tiempo. Es como un eco, que se repite una y otra vez, esperando ser escuchado, o como la marca de un pellizco que pide una caricia de alivio”. Es decir, un suceso desgraciado que desconcierta tanto al espíritu humano como para impedirle encontrar el camino al Más allá, provocando que permanezca deambulando en el mundo de los vivos sin tener plena conciencia de su muerte, solo, triste, desconsolado. Con respecto a la segunda interrogante, el asunto se vuelve más complejo. Y es la misma Aurora quien también nos arroja luz sobre este punto: “Las personas próximas a la muerte somos más receptivas a este tipo de mensaje”. Mientras menos edad tenga un ser humano, más cerca está de la etapa del nacimiento, lo cual hace que sean más perceptivos a este tipo de manifestaciones (el nacimiento está ligado a la muerte en el hecho que en ambos estados no se existe dentro del plano material propiamente dicho). Otra razón puede ser el hecho de padecer una enfermedad grave o mortal (como le sucede a Simón en “El orfanato”). Para que este tipo de películas funcione es importante tanto la elaboración de un cuidado aspecto técnico como de un guión coherente en su lógica interna y verosímil con los hechos y giros que presenta. La música, los movimientos de la cámara, el sonido, la fotografía, la escenografía, la edición de las escenas resultan primordiales para construir una atmósfera adecuada, que resulte inquietante y logre atemorizar al espectador. Pero lo que realmente atrae de estas historias es el hecho de revelar, en cierta medida, uno de los grandes misterios de la Humanidad: la existencia de la vida después de la muerte, y cómo se desarrollaría ésta. La comprobación de la existencia de un alma independiente el cuerpo, que al sobrevivir nos otorga la posibilidad de ser inmortales. Indestructibles. Aunque sea condenados al sufrimiento eterno.

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Enrique Acosta Basurco: “CRONONAUTAS” banda tacneña “hecha en home” Desde hace algunos años soy un convencido de que la mejor etapa del rock, al menos la que me parece fue la más osada, experimental y virtuosa, es la comprendida entre 1967 y 1974. Menciono esto porque hace un par de días tuve la oportunidad de escuchar un disco que es todo un homenaje al rock más guitarrero de aquellos años, por supuesto con la necesaria dosis de psicodelia que no podía faltar. El disco en mención es el titulado "Hecho en home" (Tacna, 2013) de CRONONAUTAS, proyecto personal del cantautor tacneño Diego Manzur. Un álbum cuyo nombre nos da una idea del proceso de producción que ha tenido durante casi un año de esfuerzo y dedicación y desde ya nuestra admiración y felicitación a Diego. El disco abre con un tema instrumental donde la psicodelia referida tiene sus momentos más álgidos, un corte que nos va mostrando a las claras la experiencia que significará conectarse (si se atreven) a los 58 minutos que dura todo el álbum. Momentos tan rockeros, crudos y ácidos como "Sólo rock´n roll" y"Creen que viven" son muestras de las influencias de gente como The Who, The Stogees e incluso Led Zeppelin. Una mención especial al segundo track que es toda una aventura épica de distorsiones de guitarra y líricas espirituales y surrealistas, tremendo viaje es "Dentro de Dios".

prolijo de George Harrison. Cualquier disco de rock por más crudo que sea no puede estar exento de la clásica "baladita", y así ocurre al escuchar los tracks Nro 4 y 7, "Aún pienso en ti" y "Libertad", respectivamente. Guitarras electroacústicas, coros que arrastran una melancolía gris filtrándose entre la voz de un Diego Manzur más íntimo, más Cerati y más Bowie que nunca. "Hecho en home" es en definitiva un disco para escuchar de principio a fin, un motivo para sentir el orgullo de una escena rockera en Tacna que va encontrando en algunos compositores y músicos jóvenes un probable camino, una posible ruta a seguir. Una ruta de empeño, perseverancia, talento y sobre todo pasión y amor por el género más importante de los últimos cincuenta años: El Rock !!!

El tema más melódico y algo edulcorado (no mucho felizmente) es "Y yo me fui", una historia de amor que nos plantea que cualquier punto final cierra un capítulo pero puede abrir otro. Hay que chequear el punteo intermedio, me parece una clara reminiscencia al sonido

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TRADUCTORES DEL SILENCIO

(antología)



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Daniel Rojas Pachas: TRADUCTORES DEL SILENCIO

Los poetas signados en esta edición de Letrasértica comparten el escribir bajo una misma lengua, sin embargo, afirmar eso ya es reduccionista, porque si bien les precede y en realidad, nos pesa a todos el latín, tenemos el caso de Adriana Zapparoli -poeta Brasileña- que hace un doble ejercicio al colaborar con sus textos, el de escribir y luego traducir su poesía al español, pero no es acaso ese afán de traducir el ejercicio de todos los poetas al fin y al cabo. Quizá debí empezar por ese punto a fin de trazar un nodo de convergencia para todas las poéticas de latinoamérica que se han reunido en este séptimo número, y pensar entonces en la práctica de traducir épicas desasidas que emergen de la fauna naciente en ciudades anegadas y apocalípticas, espacios que albergan voces extintas cantos de otros tiempos- e invocaciones a criaturas para un videojuego en tiempo real que se escribe como un mantra. La poesía de Andrés González construye un imaginario en los márgenes de lo fantasmático y ruinoso de un lenguaje que se moviliza como un organismo vivo, un animal, una planta, fruto exótico o mezcla de todo en uno: "las ciudades de lemuria trafican los libros archipiélagos recién nacidos de los tálamos de las toninas los edificios están hechos de espuma y cambian de forma a cada instante todos los animales conocidos derivan de sus formas aleatorias la arquitectura lemuriana es una ciencia de la probabilística de la conciencia la conciencia imita a la arquitectura lemuriana la parodia entre los edificios corren ríos de objetos preciosos que se desangran los pisos de los edificios están hechos de las medusas que los poetas profetan en eclipses solares

los tabiques son pájaros que cayeron de la luna que cayeron en un sueño profundo" En un sentido -quizá opuesto- para el lector, no es menos interesante la tarea de traducir una abrumante cotidianidad, percibir el sonido donde sólo hay artificios y luces plásticas, voces mecánicas y dotarlas de vida, pulso e ironía, entendiendo las entrañas del viaje mientras se hace perseverar la condición critica del viajante, del observador. Andrés Florit maneja esa sutileza de un Flâneur re-actualizado –un sujeto que no se traslada, sino que trasunta en lo monocorde y opaco- sacrificando el placer del paisaje en la medida que está obligado a moverse o desaparecer. Pasear más que por voluntad, debido a un acto instintivo de supervivencia. Hablo de un sujeto en extinción. Como diría otro colega: “Encadenado a un puma hambriento / el poeta es un ecologista extremo”. Florit por su parte poetiza: "la autogestión es un negocio, las causas perdidas son un negocio, apoyar las protestas es un negocio, quedarse callado es un negocio, apoyar el aborto es un negocio, estar en contra del aborto es un negocio, ganar las elecciones es un negocio, perder las elecciones es un negocio, irse es un negocio, quedarse es un negocio, citar a Benjamin es un negocio, no citar a nadie es un negocio, decir que la poesía no es un negocio es un negocio (...)" Hay voces en cambio, que indudablemente hacen eco en otros tiempos, traducen en contra del reloj y el olvido, introyectándose a través de la palabra y se detienen a merced de la memoria, como dice Stella Díaz en su conocido poema "La Palabra": "Una sola será mi lucha y mi triunfo; 39


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encontrar la palabra escondida aquella vez de nuestro pacto secreto a pocos días de terminar la infancia". No podemos ignorar el juego contemplativo del pasado, la búsqueda del instante, ese guijarro que se desprende propinando nuestra caída irremediable al vació de la madurez y desde allí a lo inacabado, a la urgencia de perfección ante circunstancias difusas que quiebran la circularidad y todo borde definitivo. Un fenómeno que va más allá de las fronteras nacionales -márgenes imaginarios que debieran también repensarse a la luz de la poesía que nos entregan los escritores Emmerson Pérez de Chile y Christian Jiménez de Bolivia. En la poesía de Pérez, las imágenes son espejos del sueño o fantasmas que se confunden con la rapidez del viento, o la impasividad de los vagones con cuerpos en fuga, tal vez se trate de un sonido perdido entre la vigilia y la pesadilla fisurando los cuerpos y su inteligibilidad. "Cuando llega el momento de mirar propongo sublime que; el problema es donde se encuentra aquel trozo con el cual me oyes el problema es que todo está en mil pedazos y no sé cuál de todos es más hermoso". Para Jiménez por su parte, esos fantasmas fluyen en la necesidad de recordar, que es también amar, y existir en el recorrido del lenguaje que nos define, nos explaya y traza los límites de nuestro mundo. En la sobremesa, en los caminos empedrados, en aquellas visiones de infancia y las siluetas a reencontrar emerge la poesía como un puente a territorios largamente abandonados. "He decidido volver sobre el manuscrito, hojear esas viejas páginas impresas, reeditar el pasado para encontrarte en él. Buscar la forma de tu lenguaje, ocultar mis palabras y entregar las tuyas,

ocultar el paisaje y revelar el contorno. Nada más simple que volver sobre lo escrito con la intención de decir lo que el silencio duda". En este apartado también se puede ubicar parte de la muestra poética del chileno Ernesto González Barnert, quien con un dejo de cinismo y desasimiento, resignadamente moderno podríamos decir, nos entrega una mirada más dura. La derrota asumida tras la búsqueda, el estoicismo de aquel que recuerda. Poemas breves, pequeñas historias en que uno puede palpar la estética de la derrota y el cansancio levantado con mesura e inteligencia. Contención es el adjetivo. "Pero que peleará si hostigas, acorralas con tu mayoría necia. Mientras llueve y siento como reman, caminan pesadamente hombres, niños de un país a otro". Este viaje por poéticas diversas nos lleva a la edificación de atmósferas, uno de los recursos reposa en la sonoridad y el juego fonético, en ese sentido, resulta ejemplar el trabajo del mexicano J. Andrés Herrera que nos entrega una especie de himno que tensiona la violencia pasando al canto infantil. "mi cara destrozada por R15. Pum, bum: Somos la policía de transporte de la ciudad. [So Somos la policía de transporte de la ciudad] Kabum Micar Federales mi-ra-mi Na Na Na NarcoFederales /turum/ NarcoFedera Nana Na /turum/" 40


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El autor equilibra lo explícito de un referente manoseado, el mundo del narcotráfico y las guerrillas valiéndose de elementos lúdicos, esta intención en la poesía de Herrera contrasta con formas más visuales y simbólicas de dar vida a mundos posibles a través de la palabra, el chileno Francisco Ide se adentra con hibridez en el mundo de las mafias japonesas priorizando la escritura sobre la piel, los tatuajes y cicatrices y los injertos, piezas dentales extravagantes que hablan de la belleza tras lo grotesco, el oro y una serie de colores que marcan el telón de fondo para una semiósis cinematográfica en la cual estallan objetos, vidrios, televisores y automóviles que se mixturan con las formas y matices del dragón, peces y todos los estímulos sinestésicos que reposan en el degradé de una guayabera. Hablo de semas que comunican la degradación de la carne, y una celebración a aspectos vitalistas que nos transportan desde el Eros al Thánathos, los ritos de iniciación, el auto sacrificio, juegos que conectan el sexo con la muerte, y las armas como una extensión del sexo, la masculinidad y el honor. La poesía de Ide es un canto al solipsismo y la testosterona que subsiste con tozudez en la épica del guerrero. Códigos que nos remontan al mito de los samuráis y al western. "El agujero dosifica la sangre y pronto el farol parece una luna roja, Marte, un raro eclipse ante esta luna diurna, de artificio. De esta imagen, central, se arma una constelación, un zodiaco un sistema en que hombres y mujeres terribles de ojos rasgados luchan contra tigres que se encienden y se apagan o un dragón cuyo cuerpo es un enjambre de moscardones combate contra peces dorados en un mar de piedras preciosas y dientes de oro. Yo sólo se sudar sobre estos escenarios sin historia.

La realidad es más simple: estoy solo" Deteniéndonos en el mito, Teillier nos dice que el poeta es su guardián, y Adriana Zapparoli cumpliendo ese rol conecta la figura de Medea, Ariadne, las Gorgonas y las Eríneas, cada uno con su valor arquetípico filtrándose por el imaginario femenino para construir escenas de venganza, hambre, deseo, metamorfosis y brujería con un sentir de claustrofobia que recuerda a Lady Macbeth. La poesía de Zapparoli es espacial y psicológica, nos movemos por habitaciones o laberintos que prefiguran un calabozo y también la mente del hablante, el soporte del poema y a la vez la voz y su herida. "las rosas amarillas, escribiendo por la pulsión de la carne, apasionatta: el acto es resultado de la impotencia de una mujer desgreñada. su cuello terrorizado por las eríneas... un trágico delirio. dioses-hombres, todos, soterrados por la venganza. ella lo persigue en la furia de sus cabellos ofídicos en bucles de medusa y megera. gritando a sus oídos... gritos venidos de las profundidades tectónicas. gritando látigos. sus manos son antorchas encendidas, y una atmósfera en sangre de las arañas de noticia ninguna". Resulta importante consignar que esta muestra de nuevas voces latinoamericanas que nos entrega Letrasértica, no es generacional o está marcada por lo homogéneo y reductible de las propuestas. Todo lo contrario, la dispersión y el fragmento, la diferencia son señas en la personalidad de esta edición. Un parangón entre las poéticas femeninas provenientes de Chiapas-México (Mariana Rodríguez), Argentina (Agustina Pérez) y Bolivia (Anahí Maya) así lo revela. Mariana trabaja una exacerbación del yo buscando descentrarse en el camuflaje, una emotividad oculta en las digresiones e intertextos que dan cuenta de una multiplicidad de dimensiones del individuo que se pierde en el bombardeo de estímulos, por eso no extraña toparse con un sujeto que discursea desde el ropaje de Salvador Elizondo y luego se traviste siendo la princesa Leia. 41


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“hablo sola soy huitzilopochtli hablo sola bebo mercurio inhalo aire comprimido hablo sola cultivo en mi huerto escucho el eco de cada semilla hablo sola soy salvador elizondo hablo sola y soy feliz hablo sola amanezco al lado de un bagre japonés hablo sola soy gonzalo rojas hablo sola redacto un testamento hablo sola firmo un acta de nacimiento hablo sola firmo un acta de defunción hablo sola soy un droide hablo sola cocino vegetales hablo sola y comienza la fotosíntesis hablo sola el gato enloquece hablo sola soy un paquidermo enorme y triste hablo sola me obligo a callar me obligo a callar me obligo a callar me obligo a callar de mi garganta surge el último sollozo de esta noche lengua carbón afuera la villa aúlla y en kioto amanece respiro soy sudaca respiro soy álvaro de campos respiro soy chilena respiro soy peruana respiro no soy nada" Agustina en cambio, tal como Florit, se detiene en las prácticas cotidianas, pero éstas no tienen el tono gris a asfalto y el sonido de maquinarias, su poesía genera tonalidades en la mente del lector, colores primaverales, sepias por momento, verdes y amarillos en un decurso de mandarinas, yogurt, doblar servilletas, cocer papas y trenzar los cabellos. Son imágenes de una subjetividad bucólica, que sin embargo guarda tensiones, una implosividad, una especie de grito y encierro que se dilata. Son espacios abiertos, diferentes a los de Z a p p a rol i , en l os c ua l es l a v oz s e desdibuja. "olvidábamos las papas en el fuego vos ibas a comprar manteca más allá de las tres de la tarde en un domingo feriado de la casa en el epicentro de una desolación de kilómetros de pasto amarillo y barro húmedo yo me quedaba planchando el delantal que tenía puesto con las manos con cada vez con más fricción con sergio que me atornillaba a la pared con el relato de tu prometida por tres cuatro años su innegable gusto por bocetear flores en servilletas las palmas ardían el humo colado en la habitación mohosa toda la gran pegazón el agua se consumió las

papas cedieron a la presión ya pisadas ya deshechas ya era inútil empezaba a llover nunca más volvería a tener hambre los trapos de piso se exprimían contra las paredes sollozando lágrimas sucias el cartón que vestía la desnudez del vidrio de las ventanas acabó pegado en el techo cuando tosió el viento" Finalmente Anahí Maya en su poesía observa, se detiene a crear una memoria colectiva en un país imaginado, trabaja a partir de los retazos de realidad, el desgaste de los materiales, los pasos de los habitantes, sus rutinas y deambular condicionado por las transacciones. Resulta crucial frente a la contemplación el rescate del espacio ciudadano, el punto de encuentro y desencuentro, la plaza, las estatuas, el lar pero no sólo desde el punto de vista del que está a gusto o retorna al hogar como quién vuelve a la semilla y al punto de seguridad, sino con la mirada del extraño, el ente anómico y disociado, el inconforme o clínico en su mirada. El hablante no necesariamente se acerca o empatiza con los objetos que pasan por el filtro de su lente, muchas veces lucen cosificados o postergados y bajo esa misma operación, la voz también se somete al escrutinio, trasladando el peso de la mirada a sí mismo quizá en busca de un punto de fuga, de invocar el “yo es otro”: "Mirar por la ventana y sonreír levemente, imaginar ser la planta que crece entre las tejas; un vestido colgado en el tendedero que no corre ni reposa, imaginar ser la raíz que atraviesa el cemento, el niño que no esquiva los charcos. Intentar ser otro" Destaco los siguientes versos: "sin embargo aún podían verse a los muros resquebrajándose como si no soportaran el calor que les había dado el día, una madre que a pesar del ardor en sus mejillas sostenía con un brazo a su hijo y espantaba con el otro a las abejas sobre los vasos de refresco, 42


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camiones partiendo repletos de madera, personas canjeando monedas, personas esperando abordar, en la maleta una fotografía, los que se van siempre estarán un poco tristes, un poco en el pasado. (Nunca me había encontrado tan lejos de casa pero tan cerca de otro lugar) Verlo todo en el recuerdo de este cuadro que cuelga sin marco con tan solo las primeras pinceladas de un cuerpo, de una casa, de un país que nunca pudo ser". Como dice Teillier: “Pienso por primera vez que no pertenezco a ninguna parte. Que ninguna parte me pertenece” Cerraré este panorámico esfuerzo por abarcar y dialogar con todos los autores, refiriéndome a la poesía del chileno Eduardo Farías y el poeta mexicano Alonso Gordillo. Ambos trabajan la creación de personajes, Farías hace hablar a Rasputín "Gregori Efimovich" mientras que Gordillo desacraliza a Ulises, la imagen del clásico viajero como una especie de avatar negativo, un anticristo svperestrella. “1996 Ulises vuelve montado en un dinosaurio [Nada estará de píe en la ciudad cuando regrese sólo lirios inmensos, flores del oriente del abecedario] Ulises vuelve con mirra en la sangre alabastro en sus huesos Ulises es mi nombre la tercera persona no ha nacido aún quien está adentro mío más bien en el edificio de enfrente es una página en blanco que esconde al verdadero yo” El Ulises de Gordillo retorna como el mesías de forma histriónica y apocalíptica, y sirve como un disfraz que corporiza algo más etéreo que un salvador destinado a iluminarnos, la médula de la poética del

autor son los alfabetos, los signos que nos vinculan y reducen determinando nuestro centro y acá se retoma la idea de desterritorialización del anticristo, queriendo escapar de la subjetividad reificada a través de nombres de los cuales debemos escapar. "Mi nombre iba a ser Alonso porque significa el que tira a la basura los gerundios Lo más hermoso que me ocurrió hasta ahora sucedió en Marruecos cuando supe que el extraño olor detrás de los muebles era orina y nada más Para borrar un poema de amor se necesitan extremidades fuertes Éste iba a ser un poema de amor pero no lo recuerdo Mi nombre en la guerra es Gengis Kan Mi nombre en la guerra es Freddie Mercury Mi nombre en la guerra es César Vallejo" Farías a la manera de poetas que se dejan fascinar por imaginarios de otros tiempos, como De Jolly con Louis XIV y Versalles, nos sumerge en la revolución rusa y en esa monarquía degradada, una especie de anverso de la belleza en que los personajes desfilan en una pasarela de geranios rojos. "Hay que dolerse Para poder burlarse De sí mismo Que los demás se burlen de ti Y hablen a tus espaldas Llegue a ser un mísero detalle Me río de la nobleza He olvidado a la Águila bicéfala imperial Y las cruces son sólo ornamento vil" Como colaborador de esta edición de Letrasértica y gestor tras la muestra, baste decir que el lector tendrá la última palabra sobre la poesía de estos autores latinoamericanos, voces que ya tienen una trayectoria en sus países y continente, lo que nos mantiene entusiastas es apreciar cómo la 43


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poesía sigue viva en nuestra lengua y viajando incansable en la tarea de traducir el silencio.

San Marcos de Arica, mayo de 2013

Poetas en la edición Andrés González – Chile/México Mariana Rodríguez – Chiapas – México Alonso Gordillo - Chiapas México J. Andrés Herrera – México Anahí Maya – Bolivia Christian Jiménez Kanahuaty - Bolivia Agustina Pérez – Argentina Francisco Ide – Chile Andrés Florit – Chile Eduardo Farías – Chile Ernesto González Barnert – Chile Emmerson Pérez – Chile Adriana Zapparoli - Brasil

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Andrés Gonzales:

1663,6,4,66,1,63,1,6,3,(-),1, (///), ---1

La serie de procedimientos arma un rombo de baile los personajes, situándose fuera de campo, alegan mentiras gritan garabatos larguísimos que achunchan las extensiones de la novela era un día ocho de abril, el cielo brillaba como la carga negra de una hoja, cuando el rombo de baile se rompió en mil esquirlas y laceró las posiciones de los personajes de tal manera que ahora sus vidas pasaban a ser canchas donde las más grandes aves irían a despedazarse entonces dijimos: hemos llegado a las Filipinas lo que lacerando lacea es Manila chiwanki estrella andina te lo dije, es la Samarkanda marina el autor utilizaba las ramas de los árboles de modo de poder mejor captar las algarabías de personajes de los que se consideraba la canoa y la cerbatana, más el choclo que el ojo, eso sí sin ningún respeto, como cabe entre amigos que cruzan el estómago universal a nado todas las ramas se quiebran cuando se emplea el sistema ideográfico coreano la construcción magnífica para emplear la novela pero es necesario es necesario que las ramas se quiebren y haya una caída de poto asesinarás al caballo, irás hasta el establo, lo sacarás, lo atarás a un árbol en medio de un claro, apuntarás a su cabeza pero de inmediato dispararás a cada una de sus patas, y cuando ya lleve un tiempo desplomado y agitándose, le volarás el hocico con tantos balazos que te abrirás paso hasta los ojos y las orejas veremos el cuello humeando y sangrando los personajes veremos el cuello humeando y sangrando de allí emergerá el embrión de un autor no calculado y nosotros, todos, lo cubriremos meándolo: dimanar es la ley de expansión del diamante

(de “novel A”, inédito, 2013)

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Sin título

todos deben dar razón de sí ante el sol hecho cerrazón para que éste la pirmute y anote en sus mapas de rutas nutriendo el sabor impreciso de una comezón en las fronteras en las lejanas tierras donde los muros aún no se cierran y los mapas perennes permutan los monstruos deben suscribirse a las leyes y aspirar a convertirse en ciudadanos lamentarse de su condición salvaje y periatmosférica maldecir sus mapas sierpe cambiantes instalar atalayas y luego taurres de vigilancia describir primero las variaciones y duraciones y a continuación catalogar las polvaredas llevarlas al éxtasis de la ley a los ayes transidos de la eunomia sin embargo cómo podría resultar tal empresa si en los riñones del imperio entre los soldados cunden visitas a catacumbas adoraciones de piedras chorros toros simulacros del bebible oro la conjugación de la ameba & la melena constelada del leontocéfalo aión de este culto son caldo los mentados soldados y las catacumbas ahora pululan por debajo del imperio desde la britania hasta el norte de áfrica peor aún las disputas entre el colegio de augures y las academias de cartografía se desmoronan en silencio y sin que nadie lo advierta las gónadas gulan la embrional danza sístole lanza el cañaveral primavergencia intrando los tapacaras que tupen ceibitas sus manas los mapas en mesa de amautas operan un amparo ácido la mano izquierda conjuga todas las tormentas eléctricas de los yungas huevos de camaleón de salamadra teocalli de torcazas la lengua diestra minando estrechos de trufa agigantan los gemelos del sol las rodillas ámbar códice será el arbolarte la siesta onírica la mía veta misa mentolar peuma el trufo mapal cazaré estaré soñando que nazco entre pavos reales estaré caminando en los continentes de la pluma

(de “Los nidos de los grifos”)

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Mariana Rodríguez:

Mamá Magda

Mamá aria ojitos de esvástica rojanegra ¿recuerdas cuando juntas escuchábamos al viejo Wagner para recrear en nuestro cine mental las historias del pasado esplendor gloria del reino que tío Adolf nos contaba antes de irnos a dormir? Magda hermosa ¿recuerdas cómo con la energía de una hiena hambrienta defendías la lucha de nuestro creador protegiendo el espíritu limpio puro del gran Estado que crecía como una extraña enfermedad? Madre cianura terciopelo nosotros tus rubios alemanes cantamos sobre tu cadáver calcinado madre peste/madre muerte/madre nazi/madre nación porque siempre viviremos atados a tus cabellos de oro en la matriz del tercer reich

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Yo soy

la princesa Leia nací en el corazón de la galaxia en lo profundo de la fuerza matriz fuerza creadora Nosotros los hijos del oscuro aliados de la verdad hijos de la velocidad luz comenzamos una nueva era ritos de la lucha amarga galáctica Yo luché contra mi fuerza primaria juntos atravesamos todos los planetas inocentes y conocimos a todas las criaturas maravillosas de este universo Atrás está la pesadilla negra estrella de la muerte tortura sobre mi piel destrucción de mi corazón Aldebarán ardió frente a mis ojos fragmentos de planeta salpicaron el plasma todas las voces callaron Hoy soy la guerrera más vieja de esta saga mis maestros mis padres mis fantasmas perduran en la historia mis hijos vendrán con nuevas guerras en cada nueva estrella en cada corazón mis lunas en cada ser mil soles larga vida a la unión intergaláctica

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Alonso Gordillo:

Anticristo svperestrella

1996 Ulises vuelve montado en un dinosaurio [Nada estará de píe en la ciudad cuando regrese sólo lirios inmensos, flores del oriente del abecedario] Ulises vuelve con mirra en la sangre alabastro en sus huesos Ulises es mi nombre la tercera persona no ha nacido aún quien está adentro mío más bien en el edificio de enfrente es una página en blanco que esconde al verdadero yo 1997 Y tú eras el anticristo svperstrella pero tuviste un sueño en medio del camino de la vida te encontraste en una selva oscura otra vez tenías doce años, nosotros habíamos muerto o eso pensaste, pues la alacena estaba llena de alimentos y no amábamos a nadie. 1998 La selva que aparecía en mis sueños se puso de píe entre la niebla para saludar a los pequeños mamíferos que eran tu corazón y la noche. 1999 Me estremezco al recordar un poema donde al final todo recuerdo se diluye por una tormenta de polvo. * He aquí un argumento dramático: Femenina es la gramática femenina es la sangre femenina es la escritura femeninos son tus recuerdos femenino es tu pasado femenina la novia y femenina la muerte femenina la divina y femenina la comedia femenina la rueda de la fortuna femenino el adamantio y femenino el oro Lo único masculino después de las mayúsculas lo único masculino en todo esto es el polvo

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Letrasértica VII

Yo deseo el desastre 1 Creo en todas las desgracias que preceden a la mía Mi descendencia es la espuma y los animales que crecieron conmigo los que me alimentaron, los que me destruyeron De mi madre La Huracana aprendí a levantarme del subsuelo [siempre me dijo hijo yo soy tu terrible madre nunca te quise] y en sus ojos vi la llamarada azul del fuego El fuego me educó desde muy chico después de que mis amigos fallecieran como ocurren en algún suceso literario donde el villano muere por su propia mano y la santa sucumbe en su virtud de virgen Mi árbol genealógico está recortado a la mitad pero mi árbol verdadero todavía crece indistintamente hacia arriba o hacia abajo Y mi destino es tal arrancarme la Lengua como un acto de sadomasoquismo donde sólo hay un vértice que es éste ser la tierra frágil y el tsunami simultáneamente 2 Creo en todas las desgracias que preceden a la mía Eso lo tomé de los poemas que yo no escribí pero que he leído con la lengua de fuera como un niño idiota lejos de sus padres Como si no hubiera entendido ni una sola palabra la piel se me puso en llamas 3 Este poema se ha doblado a la mitad un alambre le cruza el estómago y nadie sino él iba a decir lo que yo gritaba en medio de la noche de la noche que no le pertenece a la historia nacional sino a la historia de la nada Por eso, cada vez que me preguntan qué es la nada yo respondo La nada es el Yo lírico en el suelo La nada es el hombre (...) 50


Letrasértica VII

Juan Andrés Herrera:

ÉRCHE I Quise esconderte entre mis pasos. Cómo descubrir en tus cabellos pixelados esa concatenación de devastaciones del mundo: amor. Estás convirtiéndote en un recuerdo de mar. Mi nariz te recupera toda olas, toda violencias. Eres como la gata del barandal en la madrugada. Eres las tardes de agua pastosa. Eres la semilla que crece en el barro de mi vientre. Eres una llama gastrítica en el tórax. Yo no quiero ser un papel aluminio incendiado, Te escribo sin tocarte el pecho. Se me secan las legañas. Eres una noche de otra parte que no durará mucho. Eres un retoño que invierte la gravedad entre néctar tehacheciano. Profeta de silencios, ahora guardo el sonido de todas las cosas y vuelo contigo hacia un monte boscoso para desnudarnos en éxtasis de combustión. II

Inventé una historia como si mezclara agua y cemento, como si fundara un pueblo o una civilización. Estábamos en alguna parte del mundo, tú, yo y muchos otros escuchando por primera vez a Soda Stereo, o quizá no porque quizá Soda Stereo es un silencio y no podemos evocarlo de otra forma, pues eso convertiría este texto en una nostalgia; o quizá no era la primera vez y este texto sería la revelación de una mentira, el juego de la tómbola; al azar, un cisne y la posibilidad de ser un punto en el punto de sus plumas. Un círculo como un desierto de blanco. Subimos los decibeles, vislumbramos el aleph y quedamos ciegos. Ahora me queda un fragmento del lugar entre la mano, ese voseo, el perfume de una mina y la estela de un cometa donde Soda Stereo brota, como un recuerdo, de la radio.

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Apuntes para un melodrama posmo en Cuernavaca en mil cantos

43: inphancius Éramos niños y mirábamos todas las tardes el cielo nublarse. Ésa era nuestra ciudad. Nos acostumbramos a los pasadizos nuevos que la oscuridad descubría como ciempiés en las bardas o ranas en los charcos. Nos acostumbramos a las bicicletas sucias, a las botas de goma, a los pantalones enlodados y al moho bajo la cama. Nunca olvidaré la cocina esa tarde sin lluvia, cuando entró el sol y compartimos con miedo nuestra primera ráfaga de tristeza. 175: cuarto acto: ugly americans Era un cine. Tenía una pantalla pentadimensional. Alucinábamos las emociones que causaba la película. Aquello era el olor en hight definition. Y como primer cuadro, entró el animal jadeante, cerró la puerta mientras sonaban los aplausos pregrabados, se acercó a la chica y le susurró al oído que lamentaba ser un monstruo y que ella fuera/ simplemente/ una humana. 537: breve estancia en el paraíso La estación, siete de la noche. Un hombre pide un cigarro. Suenan pocos ruidos mientras reconozco olores. (Orquesta de insectos) [entra la policía] Tenemos el silencio de nuestro lado, el campo de futbol vacío y el humo susurrante bajo una noche que se tiende sobre el cielo como jugo de arándanos. [sale la policía] Hago el intercambio, guardo el paquete, sigo con la mirada el humo. La estación, siete dos de la noche. Un hombre fuma un cigarro. 993: último: fuga e coto Llegamos al lugar entusiasmados. Descendimos sin prisa por la conmoción pero rápidamente nos adaptamos a las estalactitas venenosas y a los Macara. Aquel planeta parecía la novedad hasta que nos llenamos de tedio. Un día candente, después del almuerzo, huimos a una de las terminales clandestinas, tomamos un andén desconocido sobre el bicéfalo y enfilamos túnel adentro. 999: bitácora e recuento Por ahora, creo que siempre estaremos huyendo.

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Letrasértica VII

Anahí Maya:

MEDIA TARDE

En la plaza aún gritan algunos loros, tal pareciera que conversan sobre cómo nos vemos desde las palmeras amarillentas que ya comienzan a secarse. En cinco minutos pasará el carpintero y dejará una moneda en la lata del ciego, como cada día. El ciego prefiere la ceguera que la mudez, y la mudez que la sordera. ¿Cómo son sus recuerdos? Así, sería posible acercarse a las notas de su armónica lluviosa y a la canción que lleva dentro cada uno de los que pasan. Los jardineros parecen entender el lenguaje de las flores, las riegan; entre los espacios de las cerámicas una hilera transparente de agua recorre la cuadra entera pasando bajo los pies de una niña que mira atentamente con la expectativa que en un mes o dos soplará el viento y los barcos de papel, ya deshechos bajo el agua de la fuente, sequen y nuevamente naveguen hasta desembarcar la tristeza. Pronto se rompe el ritmo Irene corre a los brazos de su madre.

UN SUCESO

Me detuve al observar cómo un globo esquivaba las ruedas en la autopista. Su fragilidad transgredió un destino vertical cuando un niño lo recogió alejándose sin mirar atrás, nadie a quien contarle, nadie que comparta el asombro solo el reojo de la estatua de Bolívar que por un momento casi suelta su caballo para dejarlo correr por la ciudad.

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DECONSTRUCCIÓN

Es necesario temblar varias veces antes de darse cuenta que la desintegración sucede de a poco. Ver cómo las costras caen sigilosas y aplicar la deconstrucción del suceso. Mirar por la ventana y sonreír levemente, imaginar ser la planta que crece entre las tejas; un vestido colgado en el tendedero que no corre ni reposa, imaginar ser la raíz que atraviesa el cemento, el niño que no esquiva los charcos. Intentar ser otro, aunque la tercera lluvia en primavera y la canción tan escuchada siempre nos recuerdan que existen fuera de uno pero uno existe para sí mismo igual a una pierna amputada que constantemente da la señal de su ausencia. No intervenimos en la tranquilidad de la soledad, por temor a ser uno más de los que vacilantes hagan fila detrás del confesionario aunque a pesar de todos los intentos sabemos que la cordura se torna inalcanzable. Brindamos por ello. Nos arriesgamos a deambular entre las luces vespertinas ansiando, en el fondo, pasar desapercibidos y a la vez ser encontrados.

FRONTERA

Quizá eran las seis de la tarde cuando la noche caía sobre el andén sin embargo aún podían verse a los muros resquebrajándose como si no soportaran el calor que les había dado el día, una madre que a pesar del ardor en sus mejillas sostenía con un brazo a su hijo y espantaba con el otro a las abejas sobre los vasos de refresco, camiones partiendo repletos de madera, personas canjeando monedas, personas esperando abordar, en la maleta una fotografía, los que se van siempre estarán un poco tristes, un poco en el pasado. (Nunca me había encontrado tan lejos de casa pero tan cerca de otro lugar) Verlo todo en el recuerdo de este cuadro que cuelga sin marco con tan solo las primeras pinceladas de un cuerpo, de una casa, de un país que nunca pudo ser.

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Christian Jiménez Kanahuaty:

A TRAVÉS DEL TIEMPO

Y había esperanza en el aire, recuerdo de la felicidad al rededor de la mesa, antes de romper el anhelo que azul y divino puso nuestros nombres en los cuadernos que sólo los siguientes hojearán, una y otra vez en el intento de entender cómo nuestros cuerpos se quedaron difusos olvidados anónimos en la primavera de la noche.

CUADERNO DE RUTA

He decidido volver sobre el manuscrito, hojear esas viejas páginas impresas, reeditar el pasado para encontrarte en él. Buscar la forma de tu lenguaje, ocultar mis palabras y entregar las tuyas, ocultar el paisaje y revelar el contorno. Nada más simple que volver sobre lo escrito con la intención de decir lo que el silencio duda. Encontrarme en las hojas, Olvidarte en sus líneas. Dejar de estar para poder ser. Así, como la gota de agua, que una vez que se pierde entre tus cabellos sólo puede quedarse en ti.

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NOCHE AÚN

Bajo las luces de una ciudad sin nombre, En la primera idea de un nombre, Con el reguero de pólvora sobre los pies; Quizás sin esperar nada a cambio. Solamente un suspiro, Unos puntos suspensivos En el terremoto de verte y no saber si eres real, Allá en la infinidad En lo concreto de tu presencia, Cuando en las noches, como está, recuerdo Cuando de tu voz salían palabras Que no eran sólo palabras. Una vez más, Espero. Y espero. Y así, tal vez, después del vendaval y la explosión, Yo sepa que estás ahí, A un lado del camino, Conmigo Y juntos, en ese bajo cielo azul, Nos reiremos del mundo Que tardó tanto en encontrarnos.

SÁBADO 9 AM.

Es la anatomía del silencio la que nos permite estar ausentes sentirnos profanos. Nos vemos desde lejos separados del color, aunando en el río y en el pentágono que llamamos hogar; aún no lo es. Con las pisadas distraídas y distantes te recuerdo oh, cuerpo de arena y ceniza, esa es tu anatomía; lo demás no es silencio, es, saturación. Es la campana que te dice: “Ya es tarde”.

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Agustina Pérez: llega de golpe otoño: doma insufrible de los acasos de antes el short satinado en malva contiene apenas las piernas largas pardas el enjambre que las corona no hay decisión fuera de estar sosteniendo las colas o de manejar por río a 200 kilómetros por hora con el tambor de la tarde en la frente vacía desesperar de la ruta y la piel demasiado alambricada en ese campo indistinto el hombro se afloja en el respaldo ana y la comodidad ora y otra forma de abismarse … no dormía nadie en ese pajal de nova friburgo pero alguien cierra los ojos y las órdenes las habían dado antes y eran claras como la desesperación de que no que no vaya a amanecer que no vaya que no venga … una tarde divina de río el sol estrellado contra el lebrillo en la comisura del camino el sol despedazado sobre la pedrería del asfalto curvo la ropa lavada hace horas ajándose al sol … si tenemos un dios que use pantaloncitos granate malvo y sino sin dios

que sea el esmalte gualdo de unas piernas calcinadas al sol sin trabajo y las manos en el fresco una precariedad redoblada en cuero tendido qué no basta para toldo… y el cuerpo tendido subiendo y vadeando marea enferma. hito el fresno, el cuero piedra y piedra aire con peso en metal doblega y trenza la fatiga del pelo del asno no saber qué es un asno ni cómo el barro hace nudos cómo lo mató el desecho el polvo de malaria plata que lo ata a nos y pobres … primavera embarazo cargado de todo impetuosidad del golpe fijo exacto … yo no cuento preferí quemar … el tiempo viene del aire el saber plata el aire de lluvia viene y se instala … de visita a los lugares los pozos esquina fácil de mediodía de mediodía, esquina sin adjetivar a mediodía, no elegí el tiempo hasta el colectivo 57


Letrasértica VII

vino y subiste no era de noche … el estanque se instala una vez llovió en colonia todavía está inundado tractores y rodamientos, todavía una vez dejamos el vino y el pan en las piedras y entramos a nadar con ropa una vez todavía … hay en desistir algo que no cuadra que no hace pie que no quema que no … un repertorio de cajas

iguales cada vez cada caja, nueva cuestión de perspectiva o un alarde que se afecta … el piso se lava una forma natural decenas de veces muchas veces se lava el piso muchas veces cada vez sigue el piso … fisura de carbón mancha de aceite no inventario se levanta en el aire desde el sur

olvidábamos las papas en el fuego vos ibas a comprar manteca más allá de las tres de la tarde en un domingo feriado de la casa en el epicentro de una desolación de kilómetros de pasto amarillo y barro húmedo yo me quedaba planchando el delantal que tenía puesto con las manos con cada vez con más fricción con sergio que me atornillaba a la pared con el relato de tu prometida por tres cuatro años su innegable gusto por bocetear flores en servilletas las palmas ardían el humo colado en la habitación mohosa toda la gran pegazón el agua se consumió las papas cedieron a la presión ya pisadas ya deshechas ya era inútil empezaba a llover nunca más volvería a tener hambre los trapos de piso se exprimían contra las paredes sollozando lágrimas sucias el cartón que vestía la desnudez del vidrio de las ventanas acabó pegado en el techo cuando tosió el viento no hay mas servilletas dijiste el vendaval entraba me arrodillé en una esquina sobre el montón de paja las termitas temblaron de gusto volqué la vela conté hasta tres cuatro tres un tirón y atoré el grito descarrilada por las reverberaciones volteé la vista siempre me gustó doblar servilletas sobre todo cuando parecen hostias de seda reverencia mediante las dejé en el borde de la mesa asentiste con la nuca la nuca blanca de irse de leche de cabra de astros de ojos desmayados ustedes se fueron y yo estaba sentada en el puercoespín del umbral cuando empezó a anochecer brillante. Y lista.

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Francisco Ide: SALÍA TODOS LOS DÍAS A QUE ME MATARAN

“Cuando siempre tienes miedo llegas a desear la muerte” Sonatine (Takeshi Kitano) Entre los carros de frituras, tras el humo del aceite quemado creí ver por un segundo tus ojos traicioneros de ave que pelea el territorio. El humo del aceite y los vapores de la fritanga percibieron parece a tus ojos en mis ojos y simularon el aroma y la espesura del incienso. Yo salía todos los días a que me mataran. No me interesan tus ojos. En tus ojos la Muerte era más bella que tú. Salí del auto hecho pedazos y te vi desfigurada por las siete hachas de la metralla, la cabeza incrustada en el parabrisas, como la Venus de Velázquez. Me miraste con tus ojos de muerta / un televisor hecho mierda a martillazos. En la pantalla de tus ojos se ve el mar. Un cuerpo avanza entre las olas, con naturalidad, como entre los pasillos de un supermercado: la Muerte, veloz entre las olas, llega a la orilla y va a mi encuentro. Viste bikini diminuto, huele sexo y a bronceador de coco. Me rodeó como una enredadera con sus piernas blancas de mulata y la penetré como quien hunde sus manos en la arena. Odio tus ojos de televisor hecho mierda a martillazos. No me interesan tus ojos. Allí ella era más bella que tú. Si creí ver tu mirada un segundo entre el incienso de las fritangas fue porque quería ver en tus ojos los Otros ojos.

SCANNERS

Pruebo las sandías que venden acá hay que trozarlas con un cuchillo grande, afilado, para carne allá las cosas son menos salvajes (depende), hay más control: las sandías no tienen pepas. Dispararle, con metralla, a una sandía, en Sudamérica 59


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es infinitamente más realista. Ahora pienso que cuando ametrallé la cabeza de Yoshida “el hijo de puta”, fue como ametrallar una sandía sudamericana: la cabeza estalla en pirotecnia de pulpa, pólvora y ceniza.

LA VENUS DE VELÁZQUEZ

Me miras por el espejo retrovisor, el sol del crepúsculo flota en el alquitrán de tus gafas oscuras, el rostro bronceado por pensamientos urgentes y terribles. En la huida el cerebro opera como bajo el efecto de una droga, estallan al unísono en silencio cinematográfico las ruedas traseras y el vidrio de las ventanas, el vehículo gira sobre su eje como el percutor de un revolver en una sesión de ruleta rusa y espiritismo. Sostengo tu mirada en el espejo retrovisor mientras floto a un centímetro del asiento, fragmentos de vidrio orbitan como satélites y se te clavan y se me clavan. Vi caer tu cabeza sobre el volante, tu cuerpo desfigurado por siete hachazos de metralla. Perderte a ti fue todavía más horroroso que el día en que pisotearon las flores de mi jardín patearon las macetas, las fuentes de agua clara y asesinaron a mi mejor amigo / a mi madre / a mi padre / a mi abuelo / a mi perro / a mi vecino / al hijo de mi vecino ante mis ojos, yo de pie protegido tras el muro de la balacera, sin lágrimas, con apenas un tatuaje al centro de mi espalda como la primera pieza de una máquina en guerra con el mundo: Bienvenido a tu familia verdadera.

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Andrés Florit: EL CAIRO (inédito, fragmentos) Buenas tardes don Andrés ¿se acuerda de mí? Usted habla con Daniela Albornoz, ejecutiva de Bci. El otro día lo llamé y usted iba en el metro, no se escuchaba bien. ¿Ahora podemos hablar? Bien. Le cuento primero que para efectos de un mejor servicio esta llamada va a ser grabada, ¿no le importa, don Andrés? Estamos empezando una marcha blanca con una oferta exclusiva para los clientes que tienen cuenta corriente en nuestro banco: se trata de un seguro. ¿Es usted casado, don Andrés? ¿tiene hijos? Ah, es felizmente soltero. Bueno, esta promoción es muy conveniente para usted. Por sólo 0,1 UF al mes puede tener una cobertura adicional en caso de accidente o enfermedad catastrófica y le pagamos diariamente un monto de dinero para ayudarlo a paliar sus gastos. Me imagino que usted tiene cobertura médica, pero uno además de pagar las cuentas del hospital tiene que seguir pagando otras cuentas, ¿no es cierto? Por supuesto lo ideal no es usarlo, usted me entiende. Usted es una persona joven, pero nadie está libre de un accidente. Y este seguro, en caso que ni Dios lo quiera usted fallezca don Andrés, asegura un monto de unos 45 millones para quien usted desee. Nuestros clientes solteros generalmente se lo dejan a sus padres. ¿Qué le parece, don Andrés? Y por sólo unos 13 mil pesos mensuales. Eso no desestabiliza ningún presupuesto, uno se gasta esa plata en cualquier frivolidad. Porque le insisto, usted es una persona joven y ya sé que debe tener otras cosas en la cabeza en este momento; pero justamente puede ir usted pensando en cualquier otra cosa y cruza la calle distraído. Imagínese, ahora por ejemplo viene un fin de semana largo y usted sabe que los fines de semana largos la tasa de accidentes aumenta. Pero no se preocupe, si más adelante le interesa nos llama, gracias por su amabilidad. Que tenga un buen día. La gente que cree en la reencarnación, la gente que se prepara para otra vida que será mejor que ésta, la gente que ahorra mucho y muere antes de jubilarse, la gente que graba los recitales con el celular.

Las Camilas Las que tienen una cicatriz o un pequeño defecto físico que las hace sentirse menos lindas de lo que son Las que toman piscola Las repitentes Las que tienen puros hermanos hombres Las que pololearon muchos años y al final no se casaron Las parvularias Las abogadas Las falsas colorinas Las que se tiñen el pelo más negro de lo que lo tienen Las que pueden ir contigo a la Fuente de Mardoqueo Las que estudiaron en un colegio de monjas Las que se pintan las uñas de los pies rojo oscuro

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La comida sana es un negocio, la comida chatarra es un negocio, la memoria es un negocio, la amnistía es un negocio, los programas juveniles con minas casi en pelotas son un negocio, los programas culturales de bajo rating son un negocio, las noticias son un negocio, los monitos animados son un negocio, la subversión es un negocio, el sarcasmo es un negocio, la ingenuidad es un negocio, el heroísmo es un negocio, el antiheroísmo es un negocio, tener facebook es un negocio, no tener facebook es un negocio, ser vago es un negocio, ser trabajólico es un negocio, gritar es un negocio, hablar bajito es un negocio, usar diminutivos es un negocio, tener familia es un negocio, vivir solo es un negocio, vivir en comunidad es un negocio, ser asceta es un negocio, escribir es un negocio, no escribir es un negocio, la poesía política es un negocio, la poesía objetivista es un negocio, la poesía lárica es un negocio, la poesía (novísima-neo) barroca es un negocio, ser reventado es un negocio, ser yogui es un negocio, usar ropa chillona es un negocio, pasar piola es un negocio, ser facho es un negocio, ser anarco es un negocio, la autogestión es un negocio, las causas perdidas son un negocio, apoyar las protestas es un negocio, quedarse callado es un negocio, apoyar el aborto es un negocio, estar en contra del aborto es un negocio, ganar las elecciones es un negocio, perder las elecciones es un negocio, irse es un negocio, quedarse es un negocio, citar a Benjamin es un negocio, no citar a nadie es un negocio, decir que la poesía no es un negocio es un negocio, decir que la poesía es un negocio es un negocio, ser obvio es un negocio, que nadie entienda es un negocio, que dé lo mismo es un negocio, poner la mente en blanco es un negocio, tener tele es un negocio, no tener tele es un negocio, ser gay es un negocio, ser homofóbico es un negocio, ser mapuche es un negocio, estar contra el Estado es un negocio, estar contra los privados es un negocio, ser chileno es un negocio, ser extranjero en Chile es un negocio, vivir en Santiago es un negocio, vivir en provincia es un negocio, ser profundo es un negocio, ser tonto es un negocio, dar la lata es un negocio, ser divertido es un negocio, ser sensible es un negocio, ser duro es un negocio, bostezar es un negocio, escribir corto es un negocio, escribir largo es un negocio, hacer listas es un negocio, no hacer listas es un negocio.

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Eduardo Farías:

GREGORI EFIMOVICH Soy un monstruo Y no dudaste en pensarlo Un demente Con un sequito que le odia De pequeño comprendi Que los abandonos Templan el espíritu Como el acero se templa Y hiere Hay que dolerse Para poder burlarse De sí mismo Que los demás se burlen de ti Y hablen a tus espaldas Llegue a ser un mísero detalle Me río de la nobleza He olvidado a la Águila bicéfala imperial Y las cruces son sólo ornamento vil

Un monstruo No confundir la violencia con vehemencia Sólo los limitados las confunden

Abro mi camisa negra Muestro mi pezón tierno Y allí está El sagrado corazón Latiendo entre espinas

Al czar me lo paso por la raja Los demás que hablen de mi

Debes saber que nadie Se deja embaucar Sin desearlo Soy un monstruo y un demente Solo por desear Tener una verga en cada dedo Once vergas activas Y olvidar lo que el Amor significa… Es tan fácil que te detesten Y dejar que las habladurías Surquen los cielos ensuciando Tu honor He reídoSólo he deseado Tener vergas en los dedos Mil lenguas desde mis extremidades 63


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LA INFAMIA DE LAS MARIPOSAS (CINCO)

Esas manchas en la pared Como si fueran medusas, esas larvas de terror Esa telepatía que enloquece porque una ausencia Se amenaza eterna…. Y un perfume parece derivar del aire Hoy Uno bebe los más disimiles venenos alcohólicos De rodillas, de rodillas decían, alguien o algo gritaba Y uno oraba como cuando la infancia era el único universo Conocido y la biblia el único libro a mano Pero hay que detenerse, hay un mar en el fondo del óleo Un mar que parece testigo, Y las noches se confunden de ámbar y recuerdos añiles Y las piernas de niñas saltando los cuadrados dibujados en el suelo De una plaza y pocos arboles Esas manchas en la pared, esas alas secas y abandonadas Ese bordar de imágenes que en alguna esquina estéril Sollozaron y murieron, esas manchas Como países de un mapamundi imaginario En una nación que tú y yo soñamos, tu observando tu río Yo salvándome a nado de mi mar hostil Esta infancia que vale por cuatro pilares bajo nuestro planeta Vale lo que vale una hebra de aire Un girón de nubes un aroma a roscas y la caricia de una abuela Un verso de un poema ahora añejada entre las hojas consumidas Por el tiempo y el dolor de sienes y la noche burlona e incierta En que dejamos de ser adolescentes A qué sueñas cuando recuerdas mis manos? A qué recuerdos te sumas si nos diluimos en los retazos De una madrugada y una memoria? Nunca amé más mi piel como cuando reconoció la tuya y la luz de la tarde nos envolvía insolente invadiendo desde los visillos… Esas manchas en la pared Precipitándose desde un tiempo sin tiempo Y estos minutos agonizantes En esta noche sin horizonte Oran como condenados a muerte Saben que hay un mañana Y la luz creara arcos en la imaginación Y la rutina trazará con su compás de orden Todos los días que han de separarnos Silencio 64


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Ernesto González Barnert:

DE TRABAJOS DE LUZ SOBRE EL AGUA

BÁSTENOS ESCRIBIR, LOS CAPRICHOS de una obra menor, este joderse al servicio de lo inútil. Demasiada luz ha golpeado en el agua liosa y la noche arrecia. Bástenos escribir, echar de ver: Nadie aprendió de nuestros errores. Vivir es otra lengua.

NUESTRA MIRADA MÁS DURA es también una mirada cansada de pelear. Pero que peleará si hostigas, acorralas con tu mayoría necia. Mientras llueve y siento como reman, caminan pesadamente hombres, niños de un país a otro.

¿QUÉ PUEDO DECIR DE LA DERROTA cuando el amor te recoge del suelo? ¿De la salvación a la hora en que nuestros libros son un bulto negro? Mientras los sueños persisten como luciérnagas pero no nos permiten encontrar la senda de regreso, dibujar a la persona que amamos con los brazos abiertos, traer a mi madre y mi padre en la copulación del poema.

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Emersson Pérez:

Añoranza

Dos niños juegan a tirar piedras rebotan sobre rieles inundados la piedra salta tres veces da con un metro inflable lleno de turistas. En el agua es posible ver ratones de colores antes de que un tipo los aleje con su clavado desde un puente cambio de andén. El viento sopla fuerte y un guardia persigue una sombrilla mientras una señora matea en la escalera mecánica. En mi mente el tubo fluorescente es luz de sol y añoranzas.

Fragmentos de un espejo cóncavo

En mi vagón los espejos están hundidos por la ventana grazna un pájaro puedes mirar como cabalga el corazón puedes oler como el nervio se crispa rebota como láser ovalado te fulmina, te lamina, te lacera. Cuando llega el momento de mirar propongo sublime que; el problema es donde se encuentra aquel trozo con el cual me oyes el problema es que todo está en mil pedazos y no sé cuál de todos es más hermoso.

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MUJER INACABADA

Era inacabada era hermosa como derruidas paredes de un castillo sumergido. Lo hermoso nunca es completo siempre falta un aquello que completa, pero mancha la obra podía ser perfecta sin corazón económica aerodinámica e inclusive estándar… El autor antes de terminar la obra se la entregó a unos fisgones que miraban por la ventana ¡Ah, aquellos perros! se la comieron sonriendo tranquilos junto a un basurero lleno de macilla humana.

CAMPANADA MEDIANOCHE

El silencio no puede seguir siendo mi lenguaje Pero solo encuentro estas palabras irreales Jorge Teillier

Una noche de neblinas mentales entre vapores oníricos presenciarás al demiurgo oscuro. Mientras del campanario vendrá un solo tañido, un sonido eterno. El Ifrit hablará entre profecías; Libérate del sonido para siempre De esos gorjeos de pájaros a medianoche Del campanazo ensordecedor Ingresa la mano a través del agujero oscuro y toma la llave Mientras un gemido agónico del otro lado Se comprime buscando libertad, anhelando salir de la pesadilla. Esperemos que solo sea un mal sueño que alguien abra la ventana al amanecer 67


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Adriana Zapparoli:

las rosas amarillas en columna-coxis-cintura

entonces,

las rosas amarillas, escribiendo por la pulsión de la carne, apasionatta: el acto es resultado de la impotencia de una mujer desgreñada. su cuello terrorizado por las eríneas... un trágico delirio. dioses-hombres, todos, soterrados por la venganza. ella lo persigue en la furia de sus cabellos ofídicos en bucles de medusa y megera. gritando a sus oídos... gritos venidos de las profundidades tectónicas. gritando látigos. sus manos son antorchas encendidas, y una atmósfera en sangre de las arañas de noticia ninguna. un perfil de mariposa en tus hombros convertido en cadáver y en vértebra metálica de una espiga o verga que destila en silencio- gota a gota la inflamación de las rosas amarillas y de columna-coxis-cintura sustantivas,

que

le incrustaba la pantorrilla una piedra amatista. y ella comía el cerebro de un hombremutante. y seria sería en el charco de aquel cuerpo gris que agoniza en serie, sin ninguna cinta de piel, que le lamía la carne viva. en perdida energía sobre los pedazos y las pilas de huesos, la sepultura sobre un cielo en charco naranja, bagazo del cuerpo de la conciencia, en la hora en que regurgita un trozo de bazo. por azar, en la impotencia de las heridas escarnecidas sobre el estómago y oriundas de las bombas de gotas, una pesadilla sin freno, sin óleo y con odio que corrompe, que deteriora en retrasar … y por la borda de un fósil,

donde

a noche, galope, los ratones en los grandes galpones de madera. sonrisas, la noche, sus calaveras y, de nuevo, sus cráneos al trigo que se ve envuelto, mientras, el silencio revela el secreto.. la piel del demonio, en piel, rojo destierro. cambiando, tiene dos destinos en los cuernos en pensamientos rubios. tiene dos piernas y brazos largos con abrazos, alrededor de las piernas y entierros internos de vulvas. envolviendo los labios, entre labios, y vuelos desligados. la mano, o el labio, o el pájaro el círculo - sol encantado... en las rosas amarillas columna-coxis-cintura… en verdes ojos del amor …

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Letrasértica VI

DRAMATIS PERSONAE ENRIQUE CUAUTLI: (Tacna, 1991) Estudiante de la UNJBG. Ha sido publicado en la antología narrativa Histerias Colectivas (KHOREKHENKHE, 2012). Publicó su poemario Pentágono (KHOREKHENKHE, 2013). JUAN QUISPE MACHACA: Estudiante de Ciencias Sociales en la UNJBG. Narrador autodidacta. Ha publicado un libro de relatos “Yerba Mala” (KHOREKHENKHE, 2012). YHAN KORONEL: (Tacna 1990) Estudiante de Psicología en la UAP. Publicó Heridalia (SANATORIO,2012). Meteora (SANATORIO,2013). Forma parte de la antología “Poéticas del desierto, estos 3 de Tacna” (KHOREKHENKHE, 2012). SANTOS CONDORI: Estudiante de LEGE en la UNJBG. Gusta de escribir en prosa y en verso. Joven narrador en ciernes que trabaja en un libro de relatos. CHER SANTIAGO: (Tacna 1989) Estudiante de Hotelería y Turismo en la UPT. Ha publicado el poemario Slow Food (KHOREKHENKHE, 2013). RICHARD NAVARRO: (Puno, 1993) Actualmente estudia Letras. Parte de sus poemas aparecen en Miscelánea del Tiempo (2009). Ha sido publicado en Histerias Colectivas (KHOREKHENKHE, 2013). MARIANNA ESPEZÚA: (Puno, 1993) Estudiante de Inglés en la UNJBG. Ha publicado su poemario Pólux (KHOREKHENKHE, 2013). RAÚL MIRANDA CONDORI: Egresado de la UNJBG en la facultad de Ciencias de la Educación, escuela de Lengua, Literatura y Gestión Educativa. Ha publicado el poemario: “El aullido de lo imaginable” (Tacna, setiembre 2011. Editorial Aytilaña). Tiene en proyecto un libro de cuentos: “La oveja negra” y una novela que lleva por título: “Un Paraíso de bestias”. MARCELA OVERSLUIJS: (La Selva, 1990). Estudiante de Biología en la UNJBG. Escribe y seguirá escribiendo poemas. ALBERTO NINASKI: (Puno, 1989). Estudiante de Educación en la UNJBG. Forma parte de la antología “Poéticas del desierto, estos 3 de Tacna” (KHOREKHENKHE, 2012). En la actualidad viene trabajando en dos poemarios: “El destornillador” y “Zoóticas”. YESEBELL SECHAR: (Tacna 1993). Poeta. Estudiante de Psicología en la UAP. Forma parte de la antología “Poéticas del desierto, estos 3 de Tacna” (KHOREKHENKHE, 2012). LUIS CÉLINE: Seudónimo de un poeta y lector nacido en Tacna. LUZ LUQUE BÁRCENA: (Tacna, 1991). Estudiante de psicología en la UPT. Prepara su poemario Anhedonia. MELISSA ASCUÑA: Tacna. Egresada de

LEGE en la UNJBG. Ha publicado cuentos y artículos en las revistas KAIZEN y LÁPIZ. DANIEL ROJAS PACHAS: (Lima, 1983) Escritor, Magíster en Ciencias de la Comunicación y Profesor de Literatura egresado de la Universidad de Tarapacá. Reside en Arica-Chile. Ha publicado el poemario Gramma en el 2009 con Ediciones Cinosargo, en investigación ha publicado Realidades Dialogantes, ensayo por el cual fue beneficiado el 2008 con el fondo nacional de fomento del libro que otorga el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. El 2011 publica con Groenlandia (España) su poemario Carne, este título tiene una segunda edición impresa a través de Cinosargo (2011). Su poesía ha sido traducida al inglés, portugués y búlgaro. El 2012, traduce el libro Morgue y otros poemas de Gottfried Benn, Ediciones Literal de México publica su tercer libro de poesía SOMA y Ediciones Orem de Trujillo-Perú edita su cuarto poemario Cristo Barroco. Tiene en preparación la novela Random y el libro de prosas y poesía Tremor. ANDRÉS GONZÁLEZ: (Villa Las Estrellas, Chile, 1986) Miembro del tagadá La Faunita, julera jauría de mugres migratorias. Ha publicado Gritos, sólo gritos (La Faunita, 2010), Zodiaca (La Faunita/Editorial 2.0.1.2., 2013) y Los nidos de los grifos (Editorial 2.0.1.3., 2013), adelantos de Temicxoch: huracanología de los himnos. Es miembro, junto con Yaxkin Melchy, de la banda de lemurian drone/no age mantrarraya. MARIANA RODRÍGUEZ ESPINOZA. Nació en Cuernavaca Morelos en 1988. Es Licenciada en Lengua y Literatura Hispanoamericanas por la UNACH. Actualmente vive en San Cristóbal de las Casas, Chiapas donde es editora del proyecto editorial, cartonero: "Cohuiná Cartonera". ALONSO GORDILLO: estudió Lengua y Literatura Hispanoamericanas en la Universidad Autónoma de Chiapas. Ha hecho libros artesanales para Cohuiná Cartonera desde 2009. Colabora como ilustrador para la revista infantil “Lengua de gato” en su versión digital (revistalenguadegato.wordpress.com). Actualmente prepara su libro, La poesía en contra tuya. J. ANDRÉS HERRERA: (Cuernavaca, Morelos, 1990). Poeta mexicano. Ha participado en varios proyectos literarios y su obra ha aparecido en diversos medios impresos y digitales como Punto en línea, Letralia, La Piedra, Rojo Siena, Radiador fanzine, Litoral-e, El jolgorio cultural, La libélula, Clarimonda, Hotel, Hojas al aire, Habitantes de Moria, Papalotzi, entre otras. Colabora habitualmente con la revista Tajo de Lima y con la revista digital Ombligo de Cd. Juárez. Estudia Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En el 2012 armó un poemario digital, Eso que revienta, que rola por la red. http://poesiamaconha.blogspot.com

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Letrasértica VII

ANAHÍ MAYA (Bolivia, 1992). Ha sido publicada en la antología F/22 de Ubre Amarga. CHRISTIAN DORIAN JIMÉNEZ KANAHUATY: (Cochabamba, 1982) Politólogo. Columnista en suplementos literarios:Ramona, Fondo Negro, Lecturas, Ideas. Colaborador de revistas literarias: Alejandría, Palabras Más, LaLetraLibre, La Ernestina. Colaborador en suplementos de análisis y ensayos políticos: Ideas, Nueva Crónica y Buen Gobierno, Pulso. Ha publicado el año 2008 El Mareo con Ed. Yerba Mala cartonera. Su poesía forma parte del libro Cambio Climático. Panorama de la joven poesía boliviana. La Paz. Ed. Fundación Simón I. Patiño. El 2010 y 2011 publica las novelas Invierno y Te odio a través de Ed. Correveidile. El 2012 parte de su poesía es antalogada en Tea Party, antología Trinacional (Perú, Bolivia, Chile). Ed. Cinosargo y Liga de la Justicia. AGUSTINA PÉREZ: Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1991. Publicó escritos en algunas revistas impresas y online, y prologó La puerta mal cerrada (Gastón Córdova y Juan F. Garibaldi, 2011) y Bella Hambre (Gastón Córdova, 2013). Actualmente estudia Letras en la Universidad de Buenos Aires. FRANCISCO IDE: (Santiago, 1989). Fue becario de la Fundación Pablo Neruda, durante el año 2010. Estudia Literatura Hispánica en la Universidad de Chile. Su primer libro de poesía, Observatorio, fue publicado en 2011 por Ediciones Corriente Alterna. Forma parte de la antología Tea Party (Cinosargo/La liga de la justicia 2012). ANDRÉS FLORIT CENTO: (Santiago, 1982) es autor de Materias de libre competencia y regulación (2011) y Poco me importa (2009). Ha editado selecciones de textos de Enrique Lihn, Manuel Rojas y Juan Florit en distintas editoriales. EDUARDO FARÍAS: Nacido el 7 de Agosto de 1969, estudió educación básica en la escuela E-79 República del Ecuador ( actualmente irreconocible por remodelación ) entre los años 1975 a 1982 y luego en el Liceo A-15 Liceo de Hombres (actualmente irreconocible por ser mixto y portar el nombre de un insigne escritor de la ciudad) entre los años 1983 a 1986. habitó durante 23 años en la Población Paraguay (actualmente irreconocible por los cambios de dueños) Comienza a incursionar en las letras poéticas, en una fecha indeterminada de Abril o Mayo de 1986. Ingresa al Círculo de Artes Manuel Durán Díaz en 1992. Participó en la Compañía de Teatro Taquis en 1993-1995. Publicado en el libro antología poética Aquelarre a quién la agarre de 1993 y en 1995 en la zona de contacto ( y con autorización o sin ella en diversas publicaciones) incursiona en Poesía visual y collage desde 1993. En 2l 2006 autoedita La Reina de Copas y comienza su labor bloguera hasta hoy. Antofagasta. ERNESTO GONZÁLEZ BARNERT: (Temuco, 1978). Ha publicado La coartada de los dragones

por el camino pequeño (Ed. Pewma, 2000), Higiene (Ed. del Temple, 2007), el CD de anticipo Trabajos de luz sobre el agua (Ed. Alquimia, 2007), Arte tábano (Manual Ediciones, 2010) y el objeto-libro Tallados (Cubo de Poesía Anatrópica, 2010) y Trabajos de luz sobre el agua (Del Aire Editores, 2012). Obtuvo el Premio Nacional Eduardo Anguita (2009) y el Premio de Honor Pablo Neruda de la U. de Valparaíso (2007). Fue Becario de la Fundación Neruda y de los talleres de poesía Biblioteca Nacional-Fundación Mustakis, Centro Cultural de España y SECH. En dos ocasiones recibió el Fondo del Libro de Chile para el muestrario Poesía Amorosa Actual –edición braille- (2009) y la serie de televisión Obturaciones (2011). Fue parte del taller Santa Rosa 57. Entre las últimas antologías que recogen su obra destaca: Cajita de música, Poetas de España y América del siglo XXI (AEP, Madrid, 2011). Es Licenciado en Cine Documental por la UAHC. EMERSSON PÉREZ: (Santiago de Chile, 1982) Poeta y editor, coordinador de Revista Absenta. Actualmente, se desempeña como editor de la editorial Ajiaco Ediciones (Santiago de Chile), participa en el evento internacional de jóvenes escritores TrasAndes (Mendoza, Argentina). Ha publicado en el Anuario poético Márgenes del colectivo Mal de ojo (Ajiaco Ediciones, 2011). Seleccionado en las Antologías; “Poemario Indestructible” (Ediciones Gatopajaro, Chile 2010), “Poesía Molotov” (Cascada de palabras Cartonera, México 2011), ”Cordillera de voces- Poesía Chilena Actual” (Sediento Ediciones, México 2012). ADRIANA ZAPPAROLI: (Campinas - São PauloBrasil ) es escritora, poeta y traductora. Realizado post-doctorado en la Universidad Estadual de Campinas (SP). Sus poemas han sido publicados en revistas de arte y literatura impresa y electrónica. Publicado los libros A FLOR DA ABISSÍNIA (versión bilingüe) en 2007; COCATRIZ en 2008; VIOLETA DE SOFIA en 2009; TiLIAS E TULIPAS (versión bilingüe) en 2010, O LEÃO DE NEMÉIA en 2011; FLOR DE LÍRIO (versión bilingüe) en 2012, FLOR DE LÓTUS ( versión bilíngue) en el año 2013 todos editados por Lumme Editor (Bauru - SP-Brasil). Edita el blog http://zappazine.blogspot.com.br DIANA CAROLINA: estudiante de la UNJBG en la Facultad de Ciencias de la Educacion. Ha visto el arte desde muchos ángulos. Ha dejado los pinceles y la pintura para escribir poesía.

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LETRASÉRTICA VII se terminó de imprimir el 16 de Septiembre del 2013 en la ciudad de Tacna - Perú con un tiraje de 200 ejemplares por encargo de la editorial SANATORIO.


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