Conjuro Bestial: PoĂŠtica del Lockdown
Abril 2020
Conjuro Bestial: Poética del Lockdown
Abril 2020
Escritor@s Noraida Malugin Soto Veronika Reca Sonja Ciel Nieves Karla Cristina H.J. Leonard Daniel Pommers Nadya M. Echevarría Quiñones Miguel Santos García
“Supongo que en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar sus poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad. En una sociedad como la nuestra son bien conocidos los procedimientos de exclusión. El más evidente, y el más familiar también, es lo prohibido. Uno sabe que no tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar de cualquier cosa. Tabú del objeto, ritual de la circunstancia, derecho exclusivo o privilegiado del sujeto que habla...” —Michel Foucault | El Orden Del Discurso
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Conjuro Bestial: Poética del Lockdown
Noraida Malugin Soto Una nube lleva tu nombre Esta nube negra que me acompaña presagia tu ausencia, se ha atado de un fino hilo que llevo en la muñeca. La cargo a todos lados y si la olvido se engorda hasta desbordarse sobre mí. Recibo el agua fría sobre mi cuerpo semi inerte y convulso de recuerdos. Tus manos tejiéndome sonrisas entre dedos torcidos. Tu cansado e incesante caminar, el cuerpo obedece al que no se deja llevar por sus perezosas corrientes. Tus ojos siempre devorando, clavando preguntas que cavaron hasta la cueva de Lot. Tus manos, otra vez y siempre, agarrando fuerte el porvenir y gritándole de frente. Tus besos escasos, tesoros escondidos para explorar. Tú, toda tú, siempre tú. Repetida al infinito cuando te deba soltar. La nube negra sigue halando y la lluvia tormentosa repica sobre el corazón que, aunque herido, no cesa de cantar la melodía gloriosa de tu nombre.
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Abril 2020
Parábola de la piedra Cual animal sigiloso andabas a escondidas en uno de esos rincones empolvados de mi cabeza.
Excava en el sitio exacto que dejaste a la intemperie la última vez encuentra tus tesoros tantas veces abandonados.
Recuerdo alguna palabra alguna broma alguna imagen y vuelvo al lugar donde tus dedos se toparon con los míos.
Encuéntralos y déjalos que no olvide otra vez este arte desquiciado de extrañarte.
Tu voz el torbellino de susurros estridentes entrelazados con el repicar de tu risa. Como cuando acercaste tus labios a mi oído y clavaste tus palabras en mis tímpanos sedientos. Háblame otra vez de tanto y de todo sin decir mucho deja que tu dicción semi perfecta corra, fluya, se desborde. Coloca tus manos como dos rocas sobre los lugares menos sagrados de mi cuerpo y evoca divinidades que esperan ansiosas por ser descubiertas bajo nuestros pies.
Descansa ahora sobre el polvo de tu ausencia.
No basta la noche Extraño tu silueta jugando a ser sombra, aunque siempre ha sido luz. En esta oscuridad recién descubierta quiero cubrirte. Deshojar despacio tus capas, llegar al epicentro. Trazar constelaciones sobre tus párpados cansados. Escuchar cómo se rinden hasta tus huesos bajo el tacto de mis manos estrellas. No basta la noche.
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Abril 2020
Veronika Reca Satisfechos Me abraza un turbio remordimiento oprimido por una angustia volátil, como una tempestad que se aleja, que se supone cierra los ojos, envuelta en una tranquilidad pasmosa. Para escandalizar la sombra inhalo con rabia, tumbándome, inopinada de fiebre en las facciones, sustituyendo el sonido por un cálido gemido que opaca. Un desconsuelo infantil sabe tocarme, boca arriba el techo me hace guiños purgando con los dedos las sombras. Una pizca de culpa me susurra un padre nuestro, me persigno con el mismo dedo que me destierra. Aniquilando los gritos en la garganta, nudos críticos, se me escapa su nombre en ruidos intempestivos, satisfechos mientras se van trenzando los chorros bajo mi torso espeluznado. El dios que conozco no tiene ojos, ni boca, es un dios minúsculo, de límites estrechos. Aquí las cosas parecen obedecer su ausencia, como si su voz perfilada se adheriera a las paredes, me repelía, me atraía insitivamente una idea absurda de gozo, espesa, extraña, inmutable. Cuando no está me gusta hurgarme por dentro.
Conjuro Bestial: Poética del Lockdown Ensayo sobre las cosas Me gustan las cosas porque se llenan de gritos. Repletas de secretos absorben los olores y guardan su placer al humo, e hipócritas, sus extraños anhelos. Voy, insulsa, con mis sueños tras las cosas, para no desilusionarlas. Sus ojos inopinados guardados en los excesos recrean las sombras, hay cosas en las que el tiempo no tiene valor. En su vaho cálido indoloro como un remanso de vida, me recuesto en las cosas, mayormente desnuda, con las cosquillas internas penetrando en ese fondo inagotable de fluidos que se pierde tras la mesa cuadrada, en las esquinas de los tiestos que nunca llevan flores, inhalando en la atmósfera una suave locura. Las cosas traspasan los límites, la tristeza tiene ojos en los floreros, en los espejos desvencijados, tras el viento que da en la encimera. Mis cosas te llaman, vacilantes, agudas, una crispación imponente, una desesperación hecha belleza. Cuantos días sin importancia guardan el porque de las cosas, el tiempo húmedo, la envidia de las paredes que soportan el hastío oyéndonos venir eufóricos. Creo en mi simpatía por ellas, por las cosas, que cuando te extrañan se desmoronan y rompen.
Abril 2020
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Abril 2020
Despojos El gran rumor del viento tiene para mí un gran encanto y la ansiosa expectación de millones de ojos que no duermen, borrachos de temores, emancipados a la fuerza de un manojo de casas dormidas. Los velones sin altares, como centinelas, la gente que lucha por arracimarse a algo. La tierra nos mece, conmovida, como un grave saludo de bienvenida. Anda descalza la escena en la desvencijada habitación de improviso. Estela de ruido que guarda el llanto del concreto que ya no abraza. Todo empieza a ser extraño como prolongación del luto. Me culpo... por este miedo escaso, conmovedora en mi desamparo. La locura sonríe torcida. Tiembla la tierra bruscamente recobrada con el humor endiablado. NO tiemblo con ella. Ando perdida de deseo, ardida, con un par de labios entre el ceño fruncido. La percepción nebulosa del paraíso en su baja cintura. Sus ojos de individualidad propia, provistos de una ternura horrible. Me culpo por no temblar cuando la tierra nos despide su furia en la asincronía de nuestros pasos.
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Sonja Ciel Nieves I let it I let it. I let myself go. This thing that lurks in the grass. Crawls down my thighs. It's yours, Take it Now. I can not stand this horrible silence. This tedious distance, between your mouth and mine. During the daytime, hope comes. Some sudden breeze, and then it leaves. Stumbling under neon lights. Smelling of cigarettes and wine. That machine. It takes videos of us. It plays my favorite song. And for a second I'm in control. Then it fades. That sunset I wanted so bad. Forever, I yelled. But you didn't listen. I'm replaceable and dirty. A disease that needs to be cured. I smile whorishly . You smile back. It's nothing. It means all. Tell me, you want to end me once and for all. Buried deep. I feel the damp ground in my arms. Some sort of violence, ripping my chest, penetrating my skin. Over and over again. That smell. I can't stand it. Just come. Do whatever you want with me. I beg you, please.
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Karla Cristina
La gente huye a diario porque, aunque no digo todo lo que pienso mis cejas lo vomitan. Ya apesta andar siempre hombro arriba cuchilla bajo la lengua espejo tracción trasera. Juro que no es paranoia la obsesión de amordazar y hacer silencio todo lo que el sentido común grita. Apestan los abrazos podridos en el pecho. Amor que se pudre sin ser composta. El ojo que no para el aviso. de que una ola está resurgida matándonos.
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Abril 2020
Trabajaré la paz en estos días sin resumirme al hombre que sigo siendo. En algún hilván de fábrica teñida esparciré los retazos de lo posible. Hoy, trabajaré la pausa del tacón. Tocando madera en algún pasillo angosto. Me gusta pensar que hay ritmo en lo que piso; volviéndose múltiplo de algún duende mágico. Mañana, si tengo suerte Estiraré los brazos a un cielo vacío. Me veré en acuarelas de la nada. El cielo en mi pelo abrirá paso al reposo, a lo diluto que será un enjambre de plumas. Pasado mañana volverá la arena y será huracán, y será ceniza, en un estornudo hemorrágico me llenará de mi misma. Entonces, acabada toda, retomaré la escoba volviendo a cualquier día parecido al lunes. Ordenaré la casa cuanto sea necesario.
* * * Al balcón de esta casa hago cuna para las tristezas. Colocaré una hamaca para recibir a los amigos y a su vez la suma de las cosas que colapsan. Preparo alguna sopa, mucha cerveza, intentando que el espacio permita tomar las brisas. La bendición de los amigos son las trenzas. Ordenar cuanto sea necesario la casa, permitir que el fregadero se desborde con frecuencia. La bendición de los amigos son las trenzas. Mirar el agua correrse entre las manos con alguien poner luz a las aceras abrir caminos. ¿Cuántas veces puede abrirse este cielo hacia la nada? La bendición de los amigos son las trenzas. Poner en orden, cualquier cosa, o permanecer juntos ante la enredadera.
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Abril 2020
H.J. Leonard
Domingo de Río Piedras No hay nada más lindo que vislumbrar los tejados desde la ventana de tu apartamento a la luz del Belguel King y los gritos de un tecato. Allá donde tu cuerpo se estira al igual que tus gatos mientras la tetera azul neón anuncia el café va a ser servido. Allí en aquella mesa, lugar donde fantaseo treparte y arquear tu espalda enrolo un porro que tus blancas manos encienden mientras cambio la canción. Nos movemos de las cursilerías de Drexler a un punk francés que descubrí hace una
semana y discutimos sobre los derechos trans y el cómo en Puerto Rico apenas los negros nos vemos. Las horas pasan y la transferencia de saliva por chocolates del especial de Wolgrins no dan abasto para llenarnos las panzas de tensión y mariposas. Mi celu suena. El deber me llama. El silencio dice hola y tu cálida seca mirada se convierte en desdén cuando el sensor prende la luz que chotea nuestras intenciones y otra noche.
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Abril 2020
Turrón de Amapolas La Chica en el Hostal zigzaguea entre llamadas, el jefe jodiendo y el voluntario que yace muerto a los pies de la alfombra. Se cayó del segundo piso en una jendía maltusiana de esas que se hacen famosas gracias a la indiferencia de Mega TV. El estrés la abacora, me dice que enrole. Allá en el cuarto 2, donde reside mi botín de guerra, pequeñas cosas que se les quedan a los viajeros y hago mías a la fuerza, me siento con serenidad y calma a crear mi próxima obra maestra. Son las 7:30 de la mañana, me acuerdo que hay café. Ya con el amansaguapos en la oreja me percato ha llegado la inepta, sentada en mi asiento, y al verme bajar dos tazas de café se antoja de una tercera. Subo, bajo, saludo a la alemana que aún anda consternada por el shock de hace unas horas mientras el turista canadiense como si nada se va a hacer yoga con la maratonista de Brasil que acaba de llegar de su corrida full tropical por la arena de Ocean Park. Esos dos hoy se chichan, más las tinas del techo del hostal serán testigos de los sucesos que predigo.
Ya con café en mano y la ambulancia de camino con el pobre chico que ha caído del segundo piso a la morgue más cercana donde un representante del consulado español espera el cadáver para comenzar los trámites de repatriación, la Chica del Hostal con santa calma manda al jefe pal carajo y me invita a salir. Yo accedo, soy también votado, y me choguéo el café que ya frío de tanta espera me despierta hacia una nueva libertad. Ya abajo, le paso mi obra maestra, un 87/13 spliff puff puff gulú gulú y volamos. Ella aspira, lo aguanta, lo transporta por su pecoso cuello hasta los labios recién pintados por el L’Oreal Colour Riche Shine Lipstick 659 que se ha tumbado de mi botín de guerra. “Te va a dar cangrena” le digo. Me mira, sonríe, se pone la mano en la boca y en una morisqueta horrorizada me dice “oh no, que tragedia”. Vuelve y aspira, aguanta y bota. Me pasa la obra y me dice “vayámos a Tostado”. Sonrío y le contesto con pícaro gesto de flirteador profesional “solo si esta vez no haces esperar el enfríe del café”.
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Daniel Pommers
Elemento de sueño Me acomodo en ti Abres tus ojos Tu boca, tu olor De tanto soñarte siento alegría Rápido escapo, sin miedo me desnudo Eres mía, soy tuyo Como algunos años se han ido contigo Ya tengo músculos de intuición Y te encuentro en la cama A veces siento que regreso a ti Que eres tú quién me sueña Vienes con el ayuno // vienes a la misma hora Somos amantes, somos algo en lo perverso Ojalá y tú seas quien me sueñe // búscame, tú, ¡búscame! Si algún día regresas, llega con vida y, desnúdate, como siempre Regresa, mientras, construiré un laberinto en esta habitación Así olvidaremos que hay demasiada vida fuera de mi cama.
Abril 2020
Conjuro Bestial: Poética del Lockdown
Burbuja tiene tu lengua Burbuja tiene tu lengua y por ella entran discretos sonámbulos a la quema fin al lastro estos esperpentos con ojos pelos de olor tabaco de perfumado a veces van mis demonios que persiguen latitudes suelen quejarse oportunos y deciden obsequiarte hernia púrpura y rápida como pequeña manía amaneciéndose en mi pecho al servicio de una estrella bruna perra tímida bajo las piedras con su empujón y el olor mezcla que pretende contagiar mi forma con tus nalgas ese sin tiempo es premio que no se deja meter las bocas es bomba que gime invisible para el sol y esto yo lo sé como sé que dentro me esperan océanos dulces. I wish that was true La noche descalza es nuestra. Y en la noche salimos a volar. Hablamos en código como siempre. Te escribo, Vístete que voy por ti. Ojalá y fuera verdad, respondes. "Quiero cruzar el océano y besarte".
Abril 2020
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Abril 2020
Nadya M. Echevarría Quiñones En la excepción
Estar a salvo de toda ventolera
en la excepción duramos en tempestades hablamos, reímos en conexiones centauras pernoctamos en la sombra de lo que nos mata nos miramos estamos en la gravedad de lo imposible.
escoger el pasado de una sombra cerros sin nombre cardumen de una noche, memoria en tránsito lento a una patria conjurarla haciéndola llamar escuadra campo de defensa: altivez de lo vivo un florecer de monstruos contra un logro de muertes como quien oye una llamada y corre a recibir el mar sombra del país donde te encuentro en trance de peces, tierra soleada marcha viva con los muertos que te llevan, a la noche que dura.
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Abril 2020
Miguel Santos García
Towards a Cartography of Æther: The Semantics of Immersion A strawberry in space. Circling about. Being delicious in a void. How can it be delicious then? All conscious units covet the scrumptious fruit. A crimson and inflated edge; overflowing with delightful slime. Smearing us all about. That she devil keeps me going. Triangle of communion. Fuck the examination of the soul. My vulva is drenched in brown sugar & rum. So is this silly phallus that transgresses matter and anti matter for that matter. First step. Acknowledge this sapient before you: my soul which is all and nothing; its ciruelian consistency, a hollow parade of mermaids and barons. Photosynthesis from tlön, neverland, categorical imperatives, zion, the internationale, american idol, topus uranus; the fiber of the moral beast. I am bombarded by your regrets, and with the love, and with the symbols your flesh carries; which were never yours to begin with. But they were at the end. I accelerate the transformation of energy; core structures become hasty and exciting. You rare other, crazy and pleasant one. Yoni Puja. I can only worship life this way, in this eternal fountain of the now. I can feel time passing. And disappearing. The stench of principles. I eat myself as I eat your pussy. I re-evaluate reason. And I weep before this sensation. Let us rejoice! We all shall depart this life single-handedly!
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Abril 2020
Topografías Movedizas del Cosmos - La realidad siempre es un tango virtual Las fichas se deslizan en octágonos que delatan los antagonismos del escenario. El drama enciclopédico y cosmológico se disfruta a sí mismo, como explosión, llanto y articulación vacía que olvida perpetuamente y devalúa. Preguntas de afectos y verdades brotan del enladrillado, del asfalto y los correctivos se las viven. El monstruo de energía requiere la catástrofe del ser para solamente así arribar a una transfiguración exquisita y terrible. Las calcomanías de toda la gnosis producida, altamente mutable debe enfrentarse al germen del nihilismo, paralización y decline que esconde en su estructura binaria y técnicas lógicas. Toda palabra prejuiciosa, que se materializa en recreos del córtex cerebral, en signo, en fogón, en repetición; cilindros y pistones erigen. El campo binario, tejido en signo de nervio te lanza al bien y al mal, un tropiezo donde solo con buen olfato se hace posible respirar la insípida dualidad y la tediosa sobreabundancia. Un ratón colocando contradicciones explosivas en el bailoteo de desintegración de cementos psíquicos. Un manufacturador de terrores, bombas heurísticas, desligando bloques epistémicos/afectivos; construyendo atajos y domicilios inimaginables en la hegemónica polis. El sonido se desborda, lo certero es una tensión que clandestinamente carga las ansias de ser saboreada. Peligro al creer. Peligro al no creer. Cualquier alternativa es un señuelo. Las cadenas de ir y venir están en tus sesos. Preconfigurado el mundo de tus pupilas inscritas en la jerga de advaita. En centros laboriosos se trabaja por extinguir aquel virus que aparece como espejismo de sí mismo. El re-conocimiento congela y la reyerta de gustos y obsesiones se hace necesaria. Me encuentro entre tensiones de fuerzas y montañas al descoser frecuencias y cataclismos. Aquel que se modeló como dato áspero solo intercambia, es camello de carga, de culpa, de categoría, de tradición constrictiva pero eficiente en el divino delirio. La alquimia, ese brincar de planeta en planeta, dentro de positrones de advaita, solo hasta que sean útiles en la fabricación del gozo. Aparece, crece, desaparece. Afrontando la paradójica locura dual, navegando en una nave de Nada, hasta las últimas consecuencias, una sensatez sin gravedad, sin dioses, sin grandes narradores de cada oración cotidiana. Las reglas ontológicas solo sirven para dar contexto, para ser trampolín. Se abandonan necesariamente.