Centro de Historia celebró en Cúcuta la fecha clásica de la fundación de Convención Como se había previsto, el 07 de noviembre, a las 7:30 p.m., en el auditorio de la Biblioteca Pública “Julio Pérez Ferrero”, de Cúcuta y por citación del Centro de Historia de Convención se hizo presente un nutrido grupo de convencionistas residentes en la Capital para celebrar con en acto solemne los 179 años de la fundación de la Parroquia de San José de Cote. Al acto asistió la Junta Directiva del Centro de Historia de Convención, presidida por el doctor Olger García Velásquez, quien intervino abriendo oficialmente la cesión académica, después de entonar los himnos marciales de la Patria, el Departamento y la municipalidad. Intervino luego el académico, historiador y catedrático Jorge Meléndez Sánchez quien tras participar en la I Feria del Libro en Ocaña y luego de la presentación de su más reciente obra “La Referencia histórica, temas para la identidad y la historia regional”, recalcó sobre el importantísimo papel que desempeñan los centros de historia ya que estos se van consolidando como estructuras que preservar la tradición, memoria y patrimonio de los pueblos. El académico y abogado Pablo Chacón Medina llevó la palabra para honrar la memoria del doctor Eduardo Alfonso Ramírez Navarro, Presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander, recientemente fallecido; convencionista por adopción y el principal promotor en la creación del Centro de Historia en 1979. El texto completo del discurso es el siguiente:
Señores miembros del Centro de Historia de Convención, Señores miembros de la Corporación ‘José María Estévez’, Colonia convencionista, Demás presentes en este memorable acto, Señoras y señores Como lo pronuncié en el cementerio, sólo me bastó observarlo más de un minuto después de extinto, para moldear, en esa tranquila pasividad de lo eterno, todo su entorno. Bastó detenerme en la simple postura de sus lineamientos rasgológicos para presentir, en el universo metafísico que habrá de marcar su inmaculada existencia, en el Olimpo sagrado de los dioses, toda su prestancia intelectual, toda su gallardía, toda su bondad, todo su natural apostolado de servicio, todo su inconmensurable amor por Convención, en fin, todo ese íntimo valor peculiar, que apenas pudieron alcanzar aquellos que, como él, lograron rebasar, sin arrogancia, durante su destacada y reconocida estación terrenal, todas las instancias indiscutiblemente superiores. Hombre de letras, en la acepción más castellana del vocablo, escritor de impecable pluma, humanista, historiador, jurista y magistrado de elevados trazos jurisprudenciales, y por sobre todo, ciudadano excelente, presto siempre al infatigable servicio y apostólica entrega, de quienes solían requerirlo en su comarca y en el Departamento. La imaginación no puede equivocarse ante el impreso perfil del personaje, que pareciera haber sido señalado por los dioses, para serle rendido un homenaje póstumo, como justo reconocimiento a sus ejecutorias y a su vida impecable. La provincia de Ocaña y en especial el pueblo convencionista, no podrían sustraerse hoy a la solemnidad de este acto histórico y académico, donde hasta la poesía habrá de fluir reverentemente a la memoria del más destacado de sus hijos. Alfonso Ramírez Navarro fue fundador del Tribunal Superior de Cúcuta, y durante más de treinta años ostentó la honrosa dignidad de magistrado, habiendo sido en diversos períodos su Presidente. Igual dignidad alcanzó en la Academia de Historia de Norte de Santander, habiendo sido y siendo nuevamente su Presidente, para el momento de su fallecimiento. Fue también miembro de la Academia de Historia del Táchira, al igual que miembro en grado extraordinario en grado extraordinario de los Centros de Historia de Convención, que él fundó, y de Chinácota. Distinguido con la dignidad de miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, ha sido uno de los pocos nortesantandereanos en alcanzar tal investidura. También fue Secretario de Educación Departamental y, en alguna ocasión, secretario encargado de la Gobernación. Egresado de la Javeriana, fue uno de los más brillantes alumnos de tan prestigiosa universidad. Pudiera decirse que cada vez que alcanzaba una máxima distinción, su nombre era aclamado y una cerrada ovación hacía fluir el auditorio. Lo que sí diremos aquí, es que no es nuestro propósito delinear un exhaustivo ensayo, que pretenda encerrar todo el valor y atributos de un hombre incuestionablemente superior, porque ello constituiría una empresa, que por sus muchos merecimientos, iría mucho más allá de todo esfuerzo. Bástenos esta advertencia, para evitar que al asomarse, por entre estas líneas, toda nuestra admiración y todo nuestro incontrolado entusiasmo por quien fue nuestro amigo, consejero invaluable y también protector en los años jóvenes que marcaron nuestra judicatura, pueda desbordarme excesivamente en palabras, no porque el homenajeado no ostentara ampliamente tales merecimientos, sino porque
habiéndolo conocido, sabemos lo alejado que era de la pompa, el elogio inminente y el público reconocimiento. Prefería la silenciosa satisfacción del logro, a la ruidosa evocación del mérito. Pero aún así, sabiendo que no contamos con su venia, no podemos dejar de elogiarlo. Lamentamos no haber tenido la luminosidad de una pluma de oro, para haber enmarcado su perfil magnífico, con los trazos precisos que definieron su entorno. Sepan, sus familiares y convencionistas, disculparme.
Luego, el señor secretario de la Academia de Historia de Norte de Santander doctor Gustavo Gómez Ardila dio lectura de la Resolución por la cual la institución se unía a los festejos conmemorativos, lo mismo la académica Luz Celina Sajonero Pallares al expresar a la concurrencia el saludo y la felicitación enviado por el Club de Leones ‘Convención Monarca’. El maestro, Gerardo Carrascal Santiago presentó el poemario de su autoría titulado “Tres épocas, un canto” y deleitó al público con la declamación de tres de sus vibrantes composiciones. Seguidamente fueron entregados los diplomas a los socios del Centro de Historia, en sus tres categorías así: MIEMBROS HONORARIOS: Yolanda Latorre Jaimes, Rodrigo Posada Restrepo, Saúl Jaime Castro, Mons. Manuel Salvador García Sánchez, Alejandro Rodríguez García y Edmundo Sarmiento Núñez MIEMBROS DE NÚMERO: Olger García Velásquez Edwin Leonardo Avendaño Guevara, Pbro., Alfredo Barriga Ibáñez, Julio Martínez Castro, Miguel Ángel Santiago Reyes, Ligia Torrado Meneses, Luis Noguera Pérez, Nayibe Celano Amaya, Timoteo Anderson Carlson, Luis Eduardo Páez García, Antonio Cacua Prada, Mario Javier Pacheco García, Luz Celina Sajonero Pallares y Gerardo Carrascal Santiago MIEMBROS CORRESPONDIENTES: Iván Alberto Rincón Uribe, Sixto Barriga Ibáñez, Héctor Salvador Rincón Serrano, Héctor Moreno García, Jorge Meléndez Sánchez, Yaneth Cañas Pallares, Fernando Iriarte Martínez, Adrián Quiroga Rodríguez, Gustavo Gómez Ardila, Pedro Quintero Zapata, Evelio Bayona Bayona, Luis Eduardo Lobo Carvajalino, Orlando Clavijo Torrado, Pablo Chacón Medina y José Antonio Amaya Martínez. Al día siguiente de llevada a cabo la programación académica el diario La Opinión, de Cúcuta, publicó la siguiente columna: Tres momentos en un rato Gustavo Gómez Ardila | NOV-08- 2008 Todo esa noche fue de a tres. Empezando por el tiempo. La invitación decía que el acto comenzaría a las 7:30 de la noche. Los invitados llegamos a las 7:45, para no
perder la costumbre de llegar siempre tarde; y los organizadores comenzaron la sesión a las 8, porque tampoco quieren perder la costumbre de no comenzar a tiempo las cosas. La programación tenía tres puntos esenciales: Presentación de un libro, homenaje a un personaje recientemente fallecido y entrega de diplomas a los socios de aquella agrupación. Después de los tres himnos de rigor, hubo tres discursos: El del presidente, el de un invitado de honor y el del encargado del discurso de orden. Como se ve, todo de a tres. Sólo faltó que el número de asistentes hubiera sido 3. Pero no. El recinto estaba repleto. Y entre todo el gentío, había tres que, a pesar del calor, llevaban saco y corbata. Sin contar a un sacerdote que llevaba el vestido civil de las grandes celebraciones, con clergyman y todo. Sucedió el pasado viernes en el salón de actos de la Biblioteca Julio Pérez Ferrero, donde el Centro de Historia de Convención se reunió en sesión solemne para conmemorar los 179 años de fundación de esa ciudad. Este Centro tiene características muy especiales, por ejemplo, cuenta con socios que no son de Convención, y no se reúne en Convención sino en Cúcuta. El discurso del Presidente, Olger García Velásquez, fue breve y conciso. Dijo lo que tenía que decir. Ni una palabra de más, aunque sí muchas sonrisas. El invitado de honor, el historiador Jorge Meléndez, que ahora se nos volvió novelista, nos llevó de la mano por muchas de sus experiencias como investigador, escritor e historiador. Domina la materia y se pasea por ella como Jorge por su casa. El del discurso de orden fue el jurista y miembro de la Academia de Historia de Norte de Santander, Pablo Chacón Medina, quien nos habló sobre Alfonso Ramírez Navarro, fallecido hace poco y quien fuera uno de los fundadores del Centro de Historia de Convención. Chacón Medina fue amigo de Ramírez Navarro y en sus palabras se notaba la nostalgia del amigo ausente. Lo mismo que sucedió en el entierro de Alfonso, las palabras de Pablo Chacón Medina nos llegaron al alma y nos conmovieron el corazón. Después, el maestro Gerardo Carrascal, pintor, poeta y convencionista, hizo la presentación de su libro: Tres épocas, un canto. Con sus declamaciones hizo vibrar al auditorio, que lo aplaudió largamente. Finalmente, luego de que el Presidente de la Academia de Historia de Norte de Santander, Pablo Emilio Ramírez Calderón, hiciera entrega de una Resolución, en la que la Academia se asoció a la celebración del Centro de Historia de Convención, vino la entrega de diplomas a los socios del Centro. Aplausos, felicitaciones, abrazos. Todo bonito, todo elegante, todo ceremonioso. Pero nos quedaron debiendo el brindis que Olger nos había anunciado en su columna del martes pasado. “¿Dónde será el coctel?”, me preguntó Orlando Clavijo. “En la casa de cada uno”, le respondí también con la garganta seca”.
Edwin Leonardo Avendaño Guevara, Pbro.
GALERÍA
Olger García Velásquez
Jorge Meléndez Sánchez
Pablo Chacón Medina – P. Edwin L. Avendaño
Gustavo Gómez Ardila – Pablo Emilio Ramírez Calderón
Senador Carlos Barriga Pe帽aranda y maestro Gerardo Carrascal Santiago
Invitaci贸n