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SESIÓN 24. “Los problemas” RUIDOS. Érase una ballena que se tragó un caballo entero pero no lo vomitó. Desde entonces dejó de nadar y se puso a trotar. Son los extraños ruidos que los oceanógrafos escuchan en el sonar (Microcuentos de Lobito)
Se veía cansada y agobiada. No era cansancio físico, era el cansancio psicológico producido por los avatares del diario vivir. La vida es un reto permanente que hay que enfrentar todos los días. La vida es un juego que nos tocar jugar. Igual la vida es drama que nos toca actuar. No podemos evitar jugar ni actuar. Es obligatorio vivir. Los problemas del diario vivir la habían hecho venir a tomar el consejo del Maestro Aruna.
Sibila. He escuchado que usted percibe la vida de una manera diferente a como lo hacemos los demás. ¿Usted no tiene problemas? Maestro Aruna. Para responderte esa pregunta tenemos primero que aclarar la palabra “problema”, ya que lo que es “problema” para unos, para otros no lo es, aunque sean las mismas circunstancias o eventualidades. Sibila. Yo entiendo que los problemas de dinero, por ejemplo, son iguales para todos en todas partes. Maestro Aruna. Eso no lo puedes generalizar. Para muchas personas los asuntos económicos son sólo inconvenientes de momento, dificultades pasajeras, pero no problemas. Lo que acá se quiere tratar más que todo es la afectación. Que tan mal me pongo cuando tengo que enfrentar un problema de cualquier tipo. Mas que todo se refiera a la actitud mental o a la afectación psicológica. El problema se resuelve cuando se comprende. Si no se da la comprensión no hay solución al problema. Es el caso de un problema de matemáticas, por ejemplo, cuando el estudiante dice que no entiende y viene el profesor y lo explica, paso por paso, en el tablero, y luego el estudiante dice: ¡listo, lo entendí!...¡OK., ahora si lo comprendí! Luego que el estudiante ha declarado que ha COMPRENDIDO, ¿continúa siendo un problema? Sibila: Por supuesto que no. Ya no es un problema porque se entendió. Maestro Aruna. O sea, que si tengo problemas y no los he resuelto es porque no los he comprendido, ¿No te parece? Sibila. No la cojo. No tengo muy claro lo que me quiere decir. Maestro Aruna. Mira, en matemáticas cuando yo entiendo el problema deja de ser problema porque se comprendió. ¿De acuerdo? Cuando no hay comprensión sigue siendo un problema, pero una vez que se comprende deja de ser problema. Con la vida pasa lo mismo. Lo que llamamos problemas son circunstancias que no hemos comprendido. El celoso, en tanto no entienda o comprenda que son los celos, continuará siendo celoso así cambie de pareja. Cuando la mente ha alcanzado el estado de
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entendimiento se da la comprensión y el problema, aunque puede no desaparecer, si deja de afectarme, a eso es a lo que me refiero. A la afectación que los problemas me causan y que esta afectación se diluye en la comprensión. Sibila. Entonces que hacer frente a un problema. ¿Cómo afrontarlo? Maestro Aruna Buscar soluciones inteligentes y no dar repuestas emotivas, irracionales que pueden multiplicar el problema muchas veces más. Sibila: Maestro, me puede ilustrar eso que dice con un ejemplo. Maestro Aruna. Por supuesto. Mira: dos personas, en diferentes lugares, están al pie de un río y necesitan cruzarlo urgentemente para alcanzar la otra orilla. Problema y único problema cruzar el río. Entonces la primera persona decide pasarlo a nado, pero su mente le dice que posiblemente le puede dar un calambre en la mitad del río y se puede hogar. El hombre ahora está frente a dos problemas: cruzar el río y evitar los calambres. De nuevo piensa en meterse al agua pero la mente ahora le dice que puede haber un cocodrilo y arrancarle la pierna de un mordisco. De nuevo el hombre retrocede y ahora el problema ya se triplicó: cruzar el río, calambres y cocodrilo. Y esa mente puede convertir el problema de cruzar el río en cuatro, cinco o diez problemas más. Ahora cambiemos el panorama y veamos a la persona que tiene una actitud positiva, que en vez de convertir un problema en diez se dedica a buscar soluciones. El único problema real es cruzar el río y esta persona de actitud mental positiva que nace de la comprensión, decide conseguir un tronco de árbol caído para echarlo al agua y cruzar el río apoyado en él, pero como no consigue el madero, entonces opta por una segunda solución: amarrar una piedra a un bejuco y lanzarlo hasta la otra orilla para cruzar el río agarrado al bejuco, pero como no encuentra el bejuco decide entonces caminar río abajo hasta encontrar un recodo donde las aguas no sean tan profundas y pasar el río a nado. Vemos entonces que esta persona está buscando soluciones al único problema de pasar el río. La conclusión es obvia: Lo que tenemos que hacer con los problemas es hallar soluciones. Sibila. Pienso que los problemas no deberían de existir para que el ser humano lleve una vida de paz y tranquilidad. Maestro Aruna. Eso no puede ser porque la vida humana y, en general, la vida en el universo, funciona bajo el principio de la dualidad o principio de la polaridad de los opuestos. En otras palabras, la mente o el intelecto crea el problema al separar lo que por naturaleza es uno e indivisible. El espacio es uno e indivisible. No se puede tomar unas tijeras y cortar en pedacitos al espacio. Tampoco existe el espacio interior y el espacio exterior porque el espacio es uno solo y no se puede separar. El espacio dentro y fuera de la caja es el mismo y nunca está separado. Cuando se desplaza la caja, el espacio dentro de ella no se desplaza, quien se mueve es la caja pero no el espacio. Igual pasa con todo. Todo en el universo es uno solo pero la mente lo separa. El intelecto crea el problema dividiendo la polaridad o los opuestos. Los opuestos no pueden existir por separado. La respiración en los seres vivos es una sola cosa: inhalación-exhalación. La respiración no es sólo inhalación, tampoco es solo exhalación. Si inhalamos el aire y no lo exhalamos morimos. Si exhalamos el aire y no lo inhalamos también morimos. El corazón es dilatación-contracción (diástole-sístole). Si el corazón se contrajera y se quedara así moriríamos, igual si el corazón se dilatara y se quedara así, también moriríamos. Esa aparente dualidad en realidad es la unidad. No puede haber arriba sin abajo, porque para estar arriba antes había que estar abajo. Tampoco hay belleza sin fealdad. La belleza es respecto a la fealdad. No existe la belleza sola. Tampoco existe “alto”… ¿”Alto” respecto a què? Pero el intelecto, la mente, quiere esto o aquello. Al comparar y querer seleccionar, dice el maestro Ramesh, el intelecto crea un problema divergente y los problemas divergentes no tienen solución. Un problema divergente sólo
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se puede disolver comprendiendo el problema; es decir, que en realidad no es un problema que ha sido creado por la mente que quiere elegir entre los opuestos (salud— enfermedad, éxito-fracaso, unión-separación, nacimiento-muerte) que no son opuestos en absoluto ya que están interrelacionados. (inhalación-exhalación; diástole-sístole.). Por ejemplo: En la educación se considera que el estudiante ha de ser disciplinado. Un poco de disciplina es bueno, más disciplina es mejor y una disciplina total es perfecta. Entonces la escuela se convierte en una cárcel. El otro bando dice: “Ningún estudiante ha de tener libertad de pensamiento y acción”. De modo, que si un poco de libertad es buena cosa, más libertad es mejor y la libertad absoluta sería perfecta. Entonces la escuela se convierte en un caos. Así que esto o aquello, querer elegir entre dos opuestos es crear un problema divergente. Los dos opuestos están interrelacionados entre si, no podemos tener uno sin el otro. Cuando tenemos la moneda en la mano tenemos los dos: cara-cruz. No podemos tener cada una por separado. No podemos separar la humedad del agua. Cuando se comprende esto, cuando se comprende la polaridad de los opuestos en la vida, y que todo el universo se basa en esta polaridad (fusión-fisión) Los átomos se juntan para formar moléculas y las moléculas se separan para formar átomos, en la que no se puede elegir, el problema ya no necesita ser resuelto. El problema se disuelve porque se comprende. Sibila. O sea, Maestro, que los problemas no son problemas sino que uno los etiqueta como problemas. Porque si la vida funciona en la polaridad de los opuestos: enfermedad-salud, éxito-fracaso, unión-separación, invierno-verano, ganancia-pérdida, etc. no puede ser problema. Concluyo que los problemas no son otra cosa que diferentes puntos de vista. ¿No le parece? Maestro Aruna. Claro, eso es así. Ilustremos esto con un ejemplo. Había dos monjes que estudiaban en un seminario y les gustaba fumar. Su problema era: “¿Puedo fumar cuando estoy orando?” No llegaban a un acuerdo así que cada uno de ellos acudió a su superior. Luego se volvieron a reunir y se preguntaron si el abad les había autorizado fumar. “No, dijo, el abad me regañó por haberlo mencionado”. ¿Y qué te dijo a ti?, preguntó el primer seminarista. El abad estuvo de acuerdo conmigo y me dio permiso para fumar, respondió éste. Extrañado por la repuesta, su amigo indagó. “¿Y qué le dijiste al abad para que te dejara fumar?” Bueno, dijo el segundo, le dije al abad que “si podía fumar mientras rezaba”. Así que un mismo problema puede cambiar según como lo mires. Ahora te voy a referir el sueño clásico de un rey. El rey soñó que se le habían caído todos los dientes de su boca. Mandó llamar a su interpretador de sueños, que le dijo: “Majestad, es un sueño terrible, doloroso, muy triste y significa que vais a perder a todos vuestra familia, todos morirán”. El rey se impactó por la predicción y mandó a meter en la mazmorra al hombre. Pero a la siguiente noche volvió a tener el mismo sueño y llamó a un segundo interprete de sueños quien le dijo de forma muy amable y amorosa. “Majestad, es un maravilloso sueño que sólo le puede suceder a un rey noble y bueno como tú. Significa que vais a sobrevivir a todos tus parientes porque Dios te ha bendecido con una vida larga”. Sibila: Definitivamente, Maestro, ¡Todo depende del cristal con que se miren los problemas! Maestro Aruna. Por supuesto. Si una persona tiene gafas con vidrios rojos, pues todo lo va a ver rojo y jurará que los árboles, los ríos y las montañas son rojos. La vida se basa en la polaridad. La vida se mueve en la polaridad de los opuestos. La vida funciona así en todo el universo y no sólo en el planeta tierra. La polaridad se produce debido al cambio. Nada hay estático, a cada segundo, en todo el universo, el cambio es una constante. Todo cambia a cada segundo. El universo y todo su contenido están en continuo y perpetuo movimiento. El movimiento no significa que se lateral como lo
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imagina el intelecto humano. No es un movimiento lateral, sino un movimiento circular. De modo que ha de haber cambios. Si no entendemos esto, sino comprendemos que el funcionamiento de la totalidad de la vida se basa en la polaridad, entonces surgen los problemas, y la mayoría de los problemas de la vida son divergentes. Sibila. ¿Podríamos decir que el intelecto o la mente humana al percibir el universo crean la polaridad? Maestro Aruna. No. No es así. No es correcto pensar que cuando se mueve la caja también se desplaza el espacio que hay dentro de ella. Cuando se desplaza la red por dentro del agua, el agua no se desplaza, quien se mueve es solo la red. El agua de una piscina no se desplaza hacia otro lugar, sólo se mueve pero no se desplaza. La polaridad es un principio sobre el que actúa el universo. Lo que significa simplemente la polaridad es que hay una totalidad y que el cambio entre los opuestos se basa en la interdependencia de los mismos, el uno del otro. En otras palabras, La dualidad es la base sobre la cual tienen lugar esta manifestación. El entendimiento, la comprensión, es ver la dualidad como dualidad, como meramente opuestos polares, sabiendo, entendiendo, que el uno no puede existir sin el otro. La salud y la enfermedad van juntas, como van juntas la humedad y el agua, el frío y el hielo, el calor y el fuego, el nacimiento y la muerte. Comprender esto es sabiduría. Sibila. ¿Puedo fumar cuando rezo?... ¡No!; ¿Puedo rezar cuando fumo?... ¡Sí! Maestro Aruna. Para que veas que el problema depende cómo se plantee y la solución está en el mismo planteamiento. En resumen: Dime cómo piensas y te diré como sufres. Sibila: ¡Qué buena frase! La tristeza en el bello rostro de la mujer acongojada había desaparecido. Era el efecto causado por la comprensión del problema. Sibila Herófila apoyada en el brazo del Maestro Aruna, se puso de pie para darle un beso en la mejilla y un cariñoso abrazo y luego volvió a su silla de ruedas.
Alfonso Lobo Amaya