NS OCT-DIC 2010:NUEVO SIGLO 08/12/10 12:31 Página 1
Consejo Latinoamericano de Iglesias
Quien declara la verdad descubre la justicia. (Pr. 12:17) Año 10 • No. 10-12 • Octubre-Diciembre 2010 • Quito, Ecuador
Por un ecumenismo de base Quito, Ecuador
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L día 31 de octubre del 2010 celebramos el Culto de la Reforma en la Iglesia Luterana de Quito, Ecuador, con los delegados de la reunión anual CLAI-Consejo Mundial de Iglesias (CMI). El CLAI preparó la liturgia con un equilibro entre la tradición y la alegría de los cantos latinoamericanos. Estuvieron presentes miembros de la Junta Directiva del CLAI y del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias. El pastor luterano, Dr. Walter Altmann, moderador del CMI, predicó sobre el texto de Mateo 10.26-33, destacando la necesidad como evangélicos protestantes de dar testimonio claro de nuestra fe. El Dr. Altmann recordó los fundamentos de la Reforma Luterana: solamente por la Fe, solamente por la Escritura, solamente por la Gracia y solamente por Christus, como fuente de inspiración para nuestro testimonio. El obispo anglicano Julio Murray, presidente del CLAI, invitó a todos y todas a la celebración de la Santa Cena en que recordamos el sacrificio único de Jesucristo y, en el gozo de su resurrección nos comprometemos ofreciéndonos como sacrificio vivo por la causa de su Reino. Esa celebración se dio en el marco de la reunión anual entre el CLAI y el CMI para evaluar y planificar las acciones ecuménicas de esos dos organismos en el Con-
Delegados del Consejo Mundial de Iglesias y miembros de la Junta Directiva del Consejo Latinoamericano de Iglesias. tinente. El desafío para los próximos años es afirmar cada vez más el ecumenismo práctico que pueda generar un impacto y un efecto positivo en las iglesias y en la sociedad. “En América Latina y el Caribe
la “opción preferencial por los pobres” ha sido un prominente catalizador ecuménico, generando nuevas formas de comunión en la búsqueda de una sociedad alternativa, justa, igualitaria, gobernada por los valores del reino
de Dios. La perspectiva de ese reino inspiró una nueva “ecumene”, interesada no tanto en la unidad de las instituciones eclesiásticas, sino en la unidad de la humanidad, hermanada por la paz y por la justicia. Ese espíritu vivía, y aún
vive, en muchos de nosotros y nosotras y en la dinámica de las comunidades eclesiales de base, superando antiguas fronteras denominacionales mediante el compromiso común en el proyecto de un mundo que responda mejor a los propósitos divinos y ofrezca condiciones de sostenibilidad. Los movimientos ecológicos, antiracistas, feministas y pacifistas fueron descubiertos, por ese ecumenismo, como aliados en la lucha por la noble causa. En casi todos los países el combate al terror amenaza tragar a las naciones en una escalada de violencia, instaladora del miedo permanente y del caos social. Pero para combatir al terror necesitamos primero combatir el odio, que a la vez es raíz y fruto del terror. Muchas de las enfermedades sociales exigen terapias ecuménicas. Jesús dijo que es necesario que seamos uno para que el mundo crea que el mensaje del Evangelio pueda transformar nuestras realidades. Por eso, partir del análisis hacia la propuesta de acciones concretas es un desafío permanente del movimiento ecuménico en esas tierras. No nos olvidemos la enseñanza bíblica: cuando los pobres sufren, los profetas son una necesidad. Que Dios despierte en nosotros/as y en el CLAI ese espíritu profético de denuncia de la injusticia y de anuncio de un nuevo tiempo deseado por Dios”, dijo por su parte, el secretario general del CLAI, pastor Nilton Giese.
CLAI articula redes
La única manera de cambiar la sociedad es a partir de la participación Montevideo, Uruguay/ por Nicolás Iglesias Schneider*
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NTRE los días 5 y 6 de noviembre de 2010, convocados por la Pastoral de Juventudes del Consejo Latinoamericano de Iglesias, con el apoyo del UNFPA y otras organizaciones vinculadas al trabajo juvenil, jóvenes de distintos países y realidades de América Latina participamos del Foro Regional de Organizaciones Juveniles Basadas en la Fe (OJBF) en la ciudad de Montevideo, Uruguay. Hemos tenido la oportunidad de conocer el estado de los derechos de los jóvenes en América Latina y el Caribe a 10 años del lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el rol de la sociedad civil en general y en especial de las OJBF, las agencias de Naciones Unidas y el Estado, y en concreto algunas acciones de los gobiernos de la región para el cumplimiento de dichos objetivos. Vivimos en uno de los continentes con mayores desigualdades del mundo en cuanto a la distribución del ingreso, generacional y de género, entre muchas otras. A diferencia de otras décadas, hoy en día nuestros países cuentan con gobiernos democráticos, pero no-
tamos que hay grupos de poder que constantemente hacen lo posible para desestabilizar las instituciones que conforman la cultura democrática de un país. La democracia nos incluye, por lo tanto, somos co-responsables en un Estado democrático por construirlo. Vamos a ser responsables de sus fracasos o de su éxito en cuanto al reconocimiento de los derechos de todos y en particular de los sectores más débiles y de los excluidos. De manera específica, fuimos desafiados como organizaciones religiosas a aportar desde nuestro lugar a trabajar en conjunto con otros actores sociales y el Estado para alcanzar los ODM. Fuimos animados, a partir de experiencias de acción juvenil de diferentes contextos latinoamericanos, a continuar trabajando por un mundo con menos desigualdades, un mundo más justo y humano, que respete la dignidad del ser humano en su esencia. Entendemos que el paradigma de participación política conocido en la región está agotado. Sin embargo, reconocemos que la única manera de cambiar la sociedad es a partir de la participación, del involucramiento, siendo acto-
res activos de nuestra propia historia y no meros observadores de las decisiones que otros toman. Es por ello que es necesario reforzar la participación juvenil en todos los ámbitos de decisión ya sea la escuela, la iglesia, el club, la sociedad de fomento, el partido político y por supuesto el Estado. Queremos actuar desde una reflexión crítica a partir de la experiencia de quienes nos precedieron, porque con memoria y conciencia histórica los pueblos pueden aprender de sus errores. Reflexionamos sobre nuestra realidad a partir de cuatro ejes temáticos: Jóvenes, empleo y proyectos productivos para la superación de la pobreza; Desigualdades de género y juventud; Salud y prevención de VIH; y Participación juvenil y políticas públicas. Nos preocupa sobremanera: •Los altos índices de desempleo juvenil en toda la región y las prácticamente nulas políticas públicas tendientes a reducir dichos índices. •Las enormes desigualdades
de género y generacionales resultado de construcciones sociales arraigadas de tal manera en la sociedad que son percibidas como inmodificables. •La estigmatización de las personas que viven con VIH/SIDA; la sistemática vulneración de derechos de las mujeres y los jóvenes, grupos de alto riesgo de transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS) y la falta de programas de educación sexual integrales (de calidad y sostenidos) con enfoque de derechos humanos, género y ética. •La pseudo participación a la que nos enfrentamos al intentar contribuir en la elaboración de políticas públicas con perspectiva de género y generacional en un mundo principalmente adulto céntrico. Ante semejante panorama no nos quedamos de brazos cruzados. Desde nuestras organizaciones juveniles: •Contribuimos a la generación de proyectos productivos a partir de micro emprendimientos
•Acompañamos a niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia familiar y estructural •Promovemos la capacitación juvenil en educación sexual desde una perspectiva integral y responsable •Generamos espacios de participación juvenil para la incidencia en las políticas públicas que busquen la garantía de sus derechos. Sin embargo, somos conscientes que las acciones deben ser integrales y coordinadas, no sólo de las OJBF. En este sentido, Estado y sociedad civil deberían actuar coordinadamente para: •Promover la participación ciudadana que contribuya a la construcción de una cultura política democrática •Estimular el trabajo mancomunado de las organizaciones de la sociedad civil y el Estado •Reducir las desigualdades sociales en consonancia con los ODM. *Coordinador continental de Juventud del CLAI.