Fray Escoba
San Martín de Porres Marisolina Soto / Héctor Pivaral / Claudia Vásquez / UMG / MAESTRÍA EN EDUCACIÓN SUPERIOR / SEDE ANTIGUA GUATEMALA / AGOSTO 2015
Contenido v
Introducción
2
Vida de San Martín de Porres
3
Características que destacaron
5
Valores que practicaba Martín 6 Conclusiones
12
Introducción Han existido a lo largo de la historia, personas ordinarias, que han sabido vivir extraordinariamente bien. Han sido ejemplo de virtudes y valores, a estas personas la Iglesia Católica les ha llamado Santos. San Marín de Porres es uno de ellos. Importante personaje para que cualquier persona y en especial, cualquier docente ponga en práctica y enseñe a sus estudiantes como la humildad abre puertas y hace grandes a los más pequeños.
San
Martín
de
Porres
Velázquez
Fachada
O.P. o San Martín de Porras Velázquez
de la casa
O.P. (Lima, 09 de diciembre de 1,579 – 03 de
donde
noviembre de 1,639)
fue un fraile peruano de la
naciera
el
San Martín
primer santo mulato de América. Conocido
de Porres,
también
la
actualment
escoba" por ser representado con una
e sede de
escoba en la mano como símbolo de su
la
humildad.
Hogar que lleva su nombre y en donde
orden
de
los dominicos.
como "el
Es
santo
de
Martín de Porres o Porras fue hijo de
casa
se realizan actividades de bien social.
de
Ana Velázquez dió cuidadosa educación
la Orden de Alcántara, Juan de Porres
cristiana a sus dos hijos. Juan de Porres
(según algunos documentos, el apellido
estaba destinado en Guayaquil, y desde
original fue Porras) natural de la ciudad
ahí les proveía de sustento. Viendo la
de Burgos, y de una negra liberta, Ana
situación precaria en que iban creciendo,
Velázquez,
sin
un hidalgo burgalés,
caballero
natural
de Panamá que
Su padre no podía casarse con una mujer de su condición, porque era muy lo
que
ni
maestros,
decidió
reconocerlos como hijos suyos ante la
residía en Lima.
pobre,
padre
no
impidió
su
amancebamiento con Ana Velázquez.
ley.
En
su
adolescencia
infancia sufrió
la
y
temprana pobreza
y
limitaciones propias de la comunidad de raza negra en que vivió.
Fruto de esta relación nació Martín y,
Desde
dos años después, Juana, su única
personalidad de Martín, debido al gran
hermana. Martín de Porres fue bautizado
amor que él tenía por el prójimo.
el
Se formó como auxiliar práctico, barbero
09 de diciembre de 1,579 en la
Iglesia de San Sebastián en Lima.
su
niñez
era
admirable
la
y herborista. En 1594, a la edad de quince años, y por la invitación de Fray Juan de Lorenzana, famoso dominico,
Teólogo y hombre de virtudes, entró en la Orden
de
Santo
Domingo
de
Guzmán bajo la categoría de "donado",
De todas las virtudes que poseía Martín de
es decir, como terciario por ser hijo
Porres sobresalía la humildad, siempre puso
ilegítimo
a los demás por delante de sus propias
(recibía
alojamiento
y
se
ocupaba en muchos trabajos como criado). Así vivió 9 años, practicando los
necesidades. En una ocasión el Convento
oficios más humildes. Fue admitido
tuvo serios apuros económicos y el Prior se
como hermano de la orden en 1603.
vio en la necesidad de vender algunos
Perseveró en su vocación a pesar de la
objetos valiosos, ante esto, Martín de Porres
oposición de su padre, y en 1606 se
se ofreció a ser vendido como esclavo para
convirtió en fraile profesando los votos de pobreza, castidad y obediencia.
ayudar a remediar la crisis, el Prior conmovido, rechazó su ayuda. Ejerció constantemente su vocación pastoral y misionera; enseñaba la doctrina cristiana y fe de Jesucristo a los negros e indios y gente rústica que asistían a escucharlo en calles y en las haciendas cercanas a las propiedades de la Orden ubicadas en Limatambo. La situación de pobreza y abandono moral que estos padecían le preocupaban; es así que con la ayuda de varios ricos de la ciudad - entre ellos el virrey Conde de Chinchón, que en propia mano le entregaba cada mes no menos de cien pesos - fundó el Asilo y Escuela de Santa Cruz para reunir a todos los vagos, huérfanos y limosneros y ayudarles a salir de su penosa situación.
Desde su niñez era admirable la personalidad de Martín, debido al gran amor que él tenía por el prójimo. Martin de Porres desde pequeño demostró un enorme amor por adorar a Dios y a pesar de ser mestizo se ganó el respeto por los españoles. Martín de Porres era un joven mulato que decidió dedicar su vida al servicio de Dios y para poder ingresar a estudiar al monasterio debió pasar por muchos obstáculos debido a las reglas de esa institución y una de ellas eran que las personas de raza negra no podía ser parte del ministerio. Tenía vocación por servirle a Dios. Por muchos años trabajo con mucha entrega y eso le dio como premio que a él le otorgara la túnica de Fraile. Martin de Porres se ganó el amor de la comunidad religiosa demostrando que tenía talento y vocación para servirle a Dios y a la humanidad. Martin de Porres les decía a las personas que practicaran los derechos humanos: Martin demostró que no importa la cultura que la gente tenga lo importante es la dedicación que le pongamos al realizar nuestras obligaciones. Martín demostró talento nato por la medicina y el amor al prójimo oraba para que los enfermos sanaran. La comunidad respeta la laborar humanística que realiza Martin de Porres.
onsiderado como un conjunto de comportamientos y actitudes que resultan desinteresados e incondicionales, y que se manifiestan entre seres que tienen la capacidad de desarrollar inteligencia emocional. Esto quiere decir que el amor sólo puede ser experimentado por los seres humanos, aunque otras especies también son capaces de establecer nexos emocionales, como los perros, los caballos o los delfines.
s decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, probo, recto u honrado.
l coraje es una virtud humana, que se puede definir como la fuerza de voluntad que puede poseer una persona para llevar adelante una acción a pesar de los impedimentos. El coraje es la habilidad de sobreponerse a dichos impedimentos y perseverar probablemente con la acción que se pretendía realizar.
s un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.
l principio ético fundamental de nuestra relación con Dios debe ser el amor a Él. «¡Amarás al Señor tu Dios! (…)», este fue el mandamiento del Antiguo Testamento al cual Jesús consideró como el más importante en Sus Enseñanzas (Marcos 12:28-34). El amor a Dios es, entre otras cosas, la atracción hacia Él: la atracción por encontrarse, comunicarse y unirse.
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Lv. 19:18).
La servicialidad es una actitud de vida, propia de quien vive volcado hacia las necesidades de los demás. La auténtica servicialidad es alegre, magnánima, desinteresada, no espera nada a cambio.
Una persona con bondad, por lo tanto, tiene una inclinación natural a hacer el bien. En este sentido se considera que una persona tiene la cualidad de la bondad cuando siempre se mantiene dispuesta a ayudar a quien lo necesita, cuando se muestra compasiva con las personas que se encuentran sufriendo por distintas circunstancias y también cuando mantiene una actitud amable y generosa hacia los demás.
Derecho a la igualdad es aquel derecho que tienen todos los seres humanos a ser reconocidos como iguales ante la ley y de disfrutar de todos los demás derechos otorgados de manera incondicional, es decir, sin discriminación por motivos de nacionalidad, etnia, creencias.
La justicia depende de los valores de una sociedad y de las creencias individuales de cada persona.
Es la cualidad de laborioso y hace referencia a aquel que es muy aplicado al trabajo (muy trabajador . Valores que se practicaban en el hogar de Matín de Porres:
Amor
Ternura,
Equidad,
Martín aprendió el oficio de barbero, que incluía el de cirujano y medicina general aunque consagró su vida a ayudar a los más desfavorecidos. Monje en el monasterio dominico del Santísimo Rosario. Después de largos y denodados esfuerzos, se le concedió el hábito de religioso en 1603. Otorgando votos de pobreza, obediencia y castidad. San Martín de Porres se sometía a severas penitencias y a intensas horas de oración, dormía y se alimentaba poco. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle.
Su santidad se manifestó a través del amor que mostró por los demás y la gran pureza de su vida, especialmente en el cuidado que siempre dispensó a los pobres y los enfermos, enfermero y hortelano herbolario, Fray Martín cultivaba las plantas medicinales que aliviaban a sus enfermos.
Martín de Porres murió en Lima el 3 de noviembre de 1639. Gozó ya en vida de fama de santidad. Prueba de ello fue su multitudinario entierro. La ciudad entera se volcó para verlo por última vez. Su cuerpo fue llevado procesionalmente hasta su sepultura en hombros de Feliciano de la Vega (arzobispo de México), Pedro de Ortega Sotomayor (deán de la catedral de Lima y después obispo del Cusco), Juan de Peñafiel (oidor de la Real Audiencia) y Juan de Figueroa Sotomayor (regidor del cabildo y más tarde alcalde limeño), entre otras notabilidades presentes a la hora del entierro. Por el ejercicio de su trabajo y por su sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes. Allí vivían en extrema pobreza hasta el punto de tener que vender cuadros de algún valor artístico para sobrevivir. Pero a él no le asusta la pobreza, la ama. A pesar de tener en su celda un armario
Fue canonizado en la Basílica de San Pedro en el
yerbas,
Vaticano por el papa Juan XXIII en 1962 convirtiéndose
vendas y el instrumental de
en el primer mulato en ser canonizado por la Iglesia. Los
su trabajo, sólo dispone de
milagros aprobados por la Iglesia para su canonización
tablas y jergón como cama.
ocurrieron en Asunción (Paraguay) y en Santa Cruz de
bien
dotado
de
Tenerife (Islas Canarias). Su festividad se celebra el 3 de noviembre. El Gobierno peruano lo declaró Patrono de la Justicia Social.
Llenó de pobres el convento, la casa de su hermana y el hospital. Todos le buscan porque les cura aplicando los remedios conocidos por su trabajo profesional; en otras ocasiones, se corren las voces de que la oración logró lo improbable
y
hay
enfermos
que
consiguieron recuperar la salud sólo con el toque de su mano y de un modo instantáneo. Revolvió la tranquila y ordenada vida de los buenos frailes, porque en alguna ocasión resolvió la necesidad de un pobre enfermo entrándolo en su misma celda y, al corregirlo alguno de los conventuales por motivos de clausura, se le ocurrió exponer en voz alta su pensamiento anteponiendo a la disciplina los motivos dimanantes de la caridad, porque "la caridad tiene siempre las puertas abiertas, y los enfermos no tienen clausura". Pero entendió que no era prudente dejar las cosas a la improvisación de momento. La vista de golfos y desatendidos le come el alma por ver la figura del Maestro en cada uno de ellos. ¡Hay que hacer algo! Con la ayuda del arzobispo y del Virrey funda un Asilo donde poder atenderles, curarles y enseñarles la doctrina cristiana, como hizo con los indios dedicados a cultivar la tierra en Limatombo. También los dineros de don Mateo Pastor y Francisca Vélez sirvieron para abrir las Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz, donde los niños recibían atención y conocían a Jesucristo. No se sabe cómo, pero varias veces estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, con una bilocación sobrenatural. El contemplativo Porres recibía disciplinas hasta derramar sangre haciéndose azotar por el indio inca por sus muchos pecados. Como otro pobre de Asís, se mostró también amigo de perros cojos abandonados que curaba, de mulos dispuestos para el matadero y hasta lo vieron reñir a los ratones que se comían los lienzos de la sacristía. Se ve que no puso límite en la creación al ejercicio de la caridad y la transportó al orden cósmico.
Murió el día previsto para su muerte que había conocido con anticipación. Fue el 3 de noviembre de 1639 y causada por una simple fiebre; pidiendo perdón a los religiosos reunidos por sus malos ejemplos, se marchó. El Virrey, Conde de Chinchón, Feliciano de la Vega -arzobispo- y más personajes limeños se mezclaron con los incontables mulatos y con los indios pobres que recortaban tantos trozos de su hábito que hubo de cambiarse varias veces. El santo de la escoba fue canonizado por el Papa Juan XXIII el 6 de Mayo de 1962 con las siguientes palabras del Santo Padre:
"Martín excusaba las faltas de otro. Perdonó las más amargas injurias, convencido de que el merecía mayores castigos por sus pecados. Procuró de todo corazón animar a los acomplejados por las
propias culpas, confortó a los enfermos, proveía de ropas, alimentos y medicinas a los pobres, ayudo a campesinos, a negros y mulatos tenidos entonces como esclavos. La gente le llama ‘Martín, el bueno’."
Sus restos descansan en la Capilla de Santa Rosa de Lima, en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima.
Conclusiones Cualquier persona, si se lo propone, puede vivir una vida digna de imitar. Para responder como seres humanos al llamado de santidad o de ser felices en esta vida, hace falta el deseo de hacer hasta lo más pequeño, extraordinariamente bien hecho, con alegría y dando importancia a lo que hacemos. Auto realizándonos como persona. Con los estudiantes, podemos utilizar la vida de personajes como Martín, para enseñar valores. Es importante reconocer que los valores deben practicarse por todos y en todo momento. Martín, no hizo caso a la discriminación de la que fue víctima, sirvió incluso a los que se burlaban de él.