Nº 18 Octubre 2014
LA “BESTIA NEGRA” DE COLO COLO ¿Por qué los albos no pueden con el Campanil?
GRANDES EXTRANJEROS QUE HAN PASADO POR EL FÚTBOL CHILENO
EL RENACER DEL BOXEO POST "CRESPA" RODRÍGUEZ
DIRECTOR Marco Sotomayor Periodista de la Universidad de Chile, con maestría en Comunicaciones Audiovisuales en el Instituto de Radio y Televisión Española. Trabaja en radio, televisión y prensa escrita EDITOR GENERAL Luis Urrutia O´Nell (Chomsky) Periodista, académico y escritor de nueve libros sobre el fútbol chileno DIRECTOR GRÁFICO Jorge Flores Diseñador gráfico, socio fundador VeoMarket EDITOR FOTOGRAFÍA Y WEB Claudio Quijada Diseñador gráfico y fotógrafo, colabora en distintos medios digitales REDACTORES Francisco Coloane Sociólogo y comentarista internacional Julio Salviat Periodista, escritor y académico de la UNAB Matías Alcántara Periodista, de deportes y comunicaciones corporativas Daniel Pérez Pavez Periodista Carlos Pérez Historiador TAMBIÉN ESCRIBEN Rodrigo Ried Editor deportes radio Bío Bío Scarleth Cárdenas Periodista de TVN y radio Bío Bío Eduardo Bruna Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2000 René Naranjo Periodista y editor de contenidos Diego José Osorio Periodista y relator argentino, de Radio Bío Bío Jorge Castillo Periodista e investigador musical Ramón Reyes Periodista de La Tercera, director sindical y vicepresidente Fetracose REDES SOCIALES Paula Salas Periodista de la Universidad de Santiago de Chile. Experta en redes sociales SOPORTE Álvaro Sotomayor Licenciado en Ciencia de la Computación, Universidad de Santiago de Chile
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Un empate en blanco
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l fútbol chileno debe ser el único espectáculo público que no es condescendiente con sus espectadores. Es más: acercarse a uno de nuestros estadios es, en la mayoría de los casos, una aventura desagradable, molesta, que incomoda y atemoriza. Es como entrar en tierra de nadie, donde se suspende la dinámica social cotidiana para dar paso al régimen del hampa, del más fuerte. Es cruzar el umbral de la convivencia sana de una sociedad democrática, para adentrarse en un mundo arisco, peligroso, amenazante y con crepitaciones fascistoides, cuyas chispas no sólo dañan en el sentido físico, sino reducen al hincha (me refiero al de verdad) a un plano de indefensión en su dignidad. Ojo, hablamos de gente que paga su boleto y sólo pretende disfrutar de un buen espectáculo deportivo… Dado este escenario, asentado en el país hace 25 años, aproximadamente, nadie puede oponerse a medidas que impliquen cambiar ese status quo. El colectivo fútbol chileno no ha sido capaz de hacerlo, ya sea por falta de voluntad, por complicidad con los líderes de las barras bravas, por temor o simple desidia. Como sea, el microclima instalado dentro y alrededor de nuestros estadios permanece inmutable, detonando de tarde en tarde hechos que atentan contra la seguridad del público y de los equipos. En estos momentos, la autoridad política intenta dar un golpe de timón. Tengamos claro, eso sí, que muchos senadores y diputados también han usufructuado en sus campañas de ese lumpen barrista, claramente para hacer el trabajo sucio, el mismo que sus delicados asesores y colaboradores más cercanos no están dispuestos a llevar a cabo. Ahora, sin embargo, y en un cambio en su eje de acción, los poderes Ejecutivo y Legislativo intentan otorgarle más atribuciones a los intendentes y a los gobernadores para programar, reprogramar y hasta suspender los espectáculos futbolísticos si ellos no cumplen con entregar al espectador la tan necesaria seguridad. “Intervencionismo”, “abuso”, “inaceptable”… Con calificativos así reaccionó la plana mayor de la ANFP,
secundada por el Consejo de presidentes de clubes e, inmediatamente, corrieron a buscar refugio bajo las polleras de la Conmebol y de la FIFA. -¿Qué van a decir en Asunción? -¿Y en Zurich? En paralelo, la amenaza de rigor: “Estas medidas pueden gatillar sanciones impredecibles, desde que nos quiten la sede del Mundial Sub 17 y de la próxima Copa América, hasta que nos dejen al margen de todas las competencias internacionales”, señalaron en más de una oportunidad las voces de Quilín 5635. En el primer encuentro entre Sergio Jadue y los diputados, hace pocas horas, en el ex Congreso Nacional, hubo más disensos que acuerdos públicos. Pero, como siempre ocurre en estos casos, el lobby burdo o sutil, el tráfico de influencias y los respectivos pactos de silencio (a muchos de estos actores no les conviene ventilar el tema en profundidad frente a los medios, sobre todo sus vínculos con los barristas), incidirán para que el Gobierno flexibilice posiciones y para que la ANFP haga promesas de mejorar la seguridad en los estadios, respetar a los espectadores y blablablá… Un empate perfecto. Si nos atrevemos a vaticinar este resultado es, también, por el perfil de muchos políticos y dirigentes del fútbol: saben navegar en aguas subterráneas, envueltos en los mismos códigos, motivados por similares ambiciones. Poca vocación de servicio público, entre los primeros, y lejos de mirar este deporte desde una perspectiva social, por parte de los segundos. En medio, como es costumbre, la gente. El hincha, en este caso, el cual, como la mortadela del sándwich, queda atrapado en ese enjambre de arreglines y de apretones de mano espurios y sin sentido. Los partidos seguirán jugándose bajo el mismo clima de temor actual, con bombas de ruido, bengalas, suspensiones, macheteos por doquier en el entorno de los estadios, mientras los espectadores, fieles y estoicos, caminarán con el credo en la boca, el puño apretado y dejando su dignidad repartida en trocitos a medida que se acercan a las puertas de acceso…
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e acuerdo con los especialistas, el mejor futbolista extranjero que actuó en Chile fue el conductor argentino José Manuel Moreno (Universidad Católica), por lejos. No lo vi jugar, pero observé una película donde él dominaba la pelota desde la cabeza hasta los pies con todas sus superficies de contacto, incluyendo hombros, pecho y muslos. Se sentaba y se paraba en el pasto sin que el balón tocara el piso. Después, desde el círculo central, junto con Adolfo Pedernera y Ángel Labruna, le apuntaba al travesaño. Y desde afuera del área, pasaba la pelota por un neumático colgado en el horizontal. La mitad de las veces tenía éxito. ¿Quién de los astros actuales puede imitar esa pericia? Solamente el brasileño Ronaldinho Gaúcho. La dimensión del Charro Moreno fue tal que en la revista El Gráfico contó su vida durante más de 20 semanas: “El destino, la pelota y yo”. Tampoco alcancé a ver a los transandinos Obdulio Diano (Colo Colo), Salvador Nocetti y Raúl Battistone (Santiago Morning), Rodoldo Almeida (Universidad Católica y Palestino), Isaac Fernández (Unión Española), Miguel Ángel Montuori (Universidad Católica), Osvaldo Pérez y Rubén Bravo (Palestino) ni al uruguayo Romualdo Moro (Universidad Católica), entre otros. Sí vi a Roberto Coll (Palestino), porque el Muñeco se retiró a los 43 años, en 1968. No está demás reiterar que en una elección tiene que ver el gusto personal, que siempre se incurre en algún olvido y que no se trata de hacer una lista con todos los futbolistas foráneos que uno conoció. Comienzo con los gigantes de Talca, cuando Rangers contrataba los arqueros por metros: Walter Behrends y Arturo Rodenak. Juan Carlos Moreno (Coquimbo Unido) fue el primer portero que vi que al rechazar con el pie llegaba hasta el otro área, en medio del murmullo de admiración del público. Luis Carrizo fue campeón del mundo con Racing, en Rangers hizo honor a su apodo de la Chancha Voladora por su sobrepeso y agilidad. A Miguel Ángel Laino (O’Higgins), sus compañeros de Rosario Central lo habían bautizado Rey del Verso, “de lo que habla no le crea la mitad; la otra mitad, póngala en duda”. Hugo Carballo hizo huesos viejos en Universidad de Chile, pero no pudo frente a la dinamita de Juan Carlos Orellana ni al oportunismo de Julio Crisosto. El uruguayo Ladislao Mazurkiewicz (Cobreloa) impresionó por su calidad. Daniel Morón (Colo Colo) y Sergio Vargas (Universidad de Chile) cambiaron la forma de atajar de nuestros arqueros. José María Buljubasich (Universidad Católica) impuso el récord de minutos invicto, Sigue
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Enrique Vidallé (Palestino) obligaba a pensar en cómo se le marcaba un gol. En la escena, frente a Arturo Salah. Observa Manuel Pellegrini (3).
El fútbol que conocí (II) Jugadores extranjeros en Chile. Mi equipo ideal: Enrique Vidallé; Johnny Ashwell, Rogelio Delgado y Julio Barroso; Juan Carlos Sarnari y Emerson Pereira; Mario Desiderio y Marco Antonio Etcheverry; Lucas Barrios, Óscar Fabbiani y José Luis Ceballos. Por Luis Urrutia O’Nell
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HISTORIA
Mario Desiderio, un astro que dejó huella en Rancagua. Décadas después fue elegido el jugador del siglo en O’Higgins.
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aunque había estado retirado antes de arribar a Unión Española. En tren de escoger al mejor, me quedo con Enrique Vidallé (Palestino) por el simple expediente de que al verlo jugar uno se preguntaba cómo se le convertía un gol. Mi esquema es 3-2-2-3 (la famosa WM). Es difícil hallar zagueros laterales extranjeros, por eso aparece el paraguayo Johnny Ashwell (Universidad de Chile), pese a que había descendido con O’Higgins y Unión La Calera mientras estudiaba. Elijo actuar con tres en el fondo y me quedo con Rogelio Delgado (Universidad de Chile) y Julio Barroso (O’Higgins), quien tiene oficio para marcar en la izquierda. Otros nombres: Federico Vairo (O’Higgins), Óscar Posenatto (Unión Española y Magallanes) y Atilio Herrera (Colo Colo y Rangers). En la línea de contención, Juan Carlos Sarnari (Universidad Católica y Universidad de Chile) y el brasileño Emerson Pereira (Colo Colo). Un gran jugador como Néstor Isella resulta lento. Vicente Cantatore actuó en esa posición en Rangers, y destacó como zaguero en Santiago Wanderers y Deportes Concepción. De los actuales, Diego Scotti (Unión Española). Detrás de los delanteros, Mario Desiderio (O’Higgins), quien no era un centrodelantero típico, y el boliviano Marco Antonio Etcheverry (Colo Colo), por desequilibrante: fue decisivo en el título de 1993. El Cabezón Desiderio, lo he dicho en otras ocasiones, me alegró la infancia. Era un espectáculo, dribbling, habilidad, técnica, cabezazo, especialista en tiros libres, túneles, pisadas, finta, sombreros, verónicas, palomitas, chanfles. Si es por hallarle defectos, no utilizaba la pierna izquierda y no tenía pique. Si usted lee en internet que lo llamaban Tranvía por su velocidad, no lo crea. Se trata del periodismo “monito mayor” que repite como loro lo primero que escucha. El Corriere della Sera lo bautizó Tranvía porque estaba de moda la película “Un tranvía llamado deseo”, con Marlon Brando, y en italiano deseo se dice desiderio. Un gran volante por la derecha: Ernesto Álvarez (Universidad de Chile). Otros, Elvio Porcel de Peralta (Rangers, Santiago Wanderers) y Rubén Palacios (Unión Española). El puesto de 10 reúne la mayor cantidad de jugadores, porque incluye delanteros de área como Elson Beyruth y volantes como Severino Vasconcelos, ambos brasileños y de Colo Colo. Héctor Torres (Magallanes y O’Higgins), especialista en goles de chilena, así le anotó dos al Ballet Azul, uno a Misael Escuti (Colo Colo) y otro a Everton en Santa Laura. Walter Jiménez (Colo Colo), Fernando Cavalleri (Deportes Concepción), Nicolás Novello (Unión Española), Edgardo Ge-
El cordobés José Luis Ceballos (Everton), el mejor puntero izquierdo.
Óscar Fabbiani (Palestino), un jugador completo que anotaba goles de todos los estilos.
offroy (O’Higgins), Marcelo Trobbiani (Cobreloa), Sergio Díaz (Huachipato, Cobreloa), Sergio Merlini (O’Higgins), Gerardo Reinoso (Universidad Católica), Raúl Aredes (Universidad de Chile), Néstor Gorosito (Universidad Católica), Marcelo Espina (Colo Colo), Leonardo Rodríguez (Universidad de Chile), Roque Alfaro (O’Higgins), Darío Conca (Universidad de Chile), el colombiano Macnelly Torres (Colo Colo), Walter Montillo (Universidad de Chile). Mención especial por su fútbol a Novello y Trobbiani y al crack Ermindo Onega (Deportes La Serena). En Argentina me gusta River Plate debido a Onega. ¿Claudio Borghi? Más efectista que efectivo en Colo Colo, se hizo jugador colectivo en O’Higgins y Audax Italiano. En Santiago Wanderers tenía mucho sobrepeso. El Bichi es el futbolista que uno admira más en el equipo rival que en el propio. En la punta derecha, Lucas Barrios (Colo Colo) por su contundencia. También Ramón Héctor Ponce (Colo Colo), Óscar Muñoz (Ñublense, Cobreloa), Luis Alberto Roselli (Universidad Católica) y Marcelo Barticciotto (Colo Colo). En el centro del ataque, Óscar Fabbiani (Palestino).
Otros nombres: Edgardo D’Ascenso (Green Cross de Temuco), el paraguayo Eladio Zárate (Unión Española), Mario Rodríguez (Colo Colo), Marcelo Pagani (Deportes Concepción), Mario Griguol (Santiago Wanderers), Jorge Spedaleti (Universidad de Chile, Unión Española y Everton), Pedro Manfredini (Deportes La Serena), Alfredo Rojas (O’Higgins), Daniel Horno (O’Higgins), Juan Domingo Loyola (Deportes Temuco), Juan Carlos Almada (Deportes Concepción y Universidad Católica), Alberto Acosta (Universidad Católica), Jorge Quinteros (Universidad Católica), Salvador Cabañas (Audax Italiano) y Gustavo Canales (Unión Española). En la punta izquierda, José Luis Ceballos (Everton y Cobreloa). Después, Roberto Frojuelo (Colo Colo), Jorge Luis Ghiso (Universidad de Chile), Washington Olivera (Cobreloa) y Horacio Simaldone (Unión Española). Mi equipo ideal: Enrique Vidallé; Johnny Ashwell, Rogelio Delgado y Julio Barroso; Juan Carlos Sarnari y Emerson Pereira; Mario Desiderio y Marco Antonio Etcheverry; Lucas Barrios, Óscar Fabbiani y José Luis Ceballos.
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MUERTOS CARGANDO ADOBES…
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on 24 puntos por delante, en una carrera que históricamente ha sido tan sinuosa como cambiante, parece imprudente coronar a Universidad de Chile anticipadamente solo porque Colo Colo se quedara con la recompensa deslucida de un empate, y la brecha entre ambos aspirantes se estirara el fin de semana a cinco puntos. En rigor, cinco puntos a falta de 24 representan matemática y futbolísticamente un abismo. Sin embargo, la realidad deportiva avala a los promotores de la consagración adelantada de la “U” en un Torneo de Apertura donde campea la irregularidad, y el Colo Colo de Héctor Tapia se abona a esa tendencia. Casi como de costumbre, los azules dieron cuenta de Audax Italiano en La Florida con demasiada soltura y consistencia, como si siempre noqueara con el primer golpe a rivales exentos de la jerarquía individual que identifica al equipo del uruguayo Martín Lasarte. Más allá de sus vaivenes en la cancha y vicisitudes tácticas durante un encuentro, los universitarios cuentan con jugadores determinantes que, a menudo, no dejan comprobar si realmente el equipo es una respetable fuerza colectiva, donde prevalezca la melodía de la orquesta sobre los aciertos de los músicos… De nuevo fue Gustavo Canales el factor decisivo para neutralizar a un Audax mortecino. Como sea, la expedición de Colo Colo ante Ñublense en el Monumental no fue más luminosa, y salvo los fulgores del gordo Emiliano Vechio –que estrelló un remate de gol en el travesaño– el despliegue de los albos se tradujo en la lógica de un empate plano, donde por cierto hubo merecimientos de Ñublense.
Puerto alegría La campaña de Santiago Wanderers sigue siendo verdaderamente formidable y la victoria sobre el capacitado Universidad de Concepción en el sur, ratificó ese concepto y la imagen de un equipo bien
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La sabiduría popular impide coronar a la “U” antes de tiempo, a pesar del traspié de Colo Colo, cuando restan por jugarse 24 puntos más de un campeonato tan irregular como atractivo, y que tiene a Santiago Wanderers como su revelación. Por Camilo Rey trabajado por el entrenador Emiliano Astorga. El cuadro porteño es tercero en la tabla, cuenta con un padrón de juego fácilmente identificable en sus virtudes y defectos; tiene a Jorge Luna y Roberto Gutiérrez para desequilibrar una batalla pareja y ya podría ser catalogado como la revelación del Apertura. Más abajo en el escalafón asoma Unión Española, luego de vencer por la mínima diferencia a Deportes Antofagasta, acostumbrada a ir de menos a más hasta alcanzar su mejor dimensión en la cancha y en el puntaje. El equipo del Coto José Luis Sierra –hoy el único técnico chileno que no le da entrevistas luego de los partidos al CDF, un mérito adicional– juega a lo que sabe y tradicionalmente su consolidación es comparable a la marcha de un camión petrolero, poderoso apenas logra su pleno punto de combustión… El podio coyuntural de los “súper cinco” –considerando al eventual campeón y los cuatro que jugarán la liguilla– lo completa el O’Higgins de Facundo Sava, que se impuso al tozudo Barnechea, remontando con goles de Diego Chaves y Luis Valenzuela en los 10 minutos finales. Así, se sobrepuso a su evidente irregularidad. Sin embargo, el umbral de los 25 puntos es tenue y frágil. Al filo aparece el elogiado Huachipato del entrenador Mario Salas –que suspendió su fecha por la Copa Sudamericana ante Sao Paulo– y la Universidad Católica en terapia intensiva del Emperador Julio
César Falcioni, que viene de rescatar tres puntos salvadores ante Cobresal. Ambos no son descartables de la pelea por la zona de vanguardia y probablemente mantendrán sus aspiraciones hasta el final… Nombres ProPios Desgraciadamente, la lesión del huachipatense Lucas Simón dejó al torneo chileno sin goleador en actividad (10), abriendo margen a las posibilidades de sus escoltas. El colocolino Esteban Paredes suma ocho anotaciones como reflejo de su trascendencia personal en el sublíder, al paso que en el segmento siguiente, con siete conquistas, figuran cuatro jugadores que más que goleadores típicos son verdaderos estandartes de las campañas particulares de sus equipos: con la camiseta de O’Higgins, el uruguayo Octavio Rivero ya está considerado hasta ahora el mejor refuerzo del torneo; entre el argentino Luna y el nacional Gutiérrez suman 14 goles para Santiago Wanderers y, por último, Gustavo Canales es el emblema de una “U” en marcha libre. En suma, el torneo ingresa el fin de semana a su segunda etapa de desarrollo y aunque todas las predicciones garanticen que Universidad de Chile avanza de manera imparable hacia el título, las ocho fechas restantes obligan a apostar por la mesura y adherir a la sabiduría popular que asegura haber visto muertos cargando adobes…
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l próximo domingo Colo Colo tendrá una prueba de fuego ante el cuadro del Campanil, porque está obligado a regresar a Santiago con los tres puntos; de lo contrario, podría despedirse prematuramente del título. El problema es que ese objetivo no lo consigue desde el 5 de diciembre de 2010, cuando derrotó por última vez a la universidad penquista, y a partir de ahí el actual campeón del fútbol chileno registra un empate y siete derrotas, números que avalan el calificativo de “bestia negra” de su próximo rival. La caída por 3-0 ante el cuadro de Pablo “Vitamina” Sánchez no sólo significó la eliminación de la Copa Chile, uno de los dos objetivos de Colo Colo en el semestre, sino que también fue el principio de un período de dudas que se incrementó con el empate ante Ñublense, resultado que obliga a los dirigidos por Héctor Tapia a triunfar sí o sí ante Universidad de Concepción, equipo que le tiene tomada la mano al conjunto de Macul. En el campeonato anterior, cuando Colo Colo estaba muy cerca de ganar el título, apareció en escena el equipo de “Vitamina” para derrotar al entonces puntero y dejarlo sin invicto, provocando la sorpresa en un estadio Monumental casi lleno y la desesperación de jugadores como Esteban Paredes, que vio la tarjeta roja por reclamos. La estadística es todavía más lapidaria si se consideran sólo los enfrentamientos de los actuales entrenadores de Colo Colo y Universidad de Concepción: de los 12 puntos en disputa entre
La “bestia negra” deL CampaniL En un lapso de 12 días Universidad de Concepción podría dejar sin objetivos a Colo Colo. Con tres triunfos en el año, el equipo del Campanil ya eliminó de la Copa Chile al cuadro de Héctor Tapia y el domingo podría dejarlo prácticamente fuera de la lucha del Apertura.
Por Matías Alcántara
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Últimos nueve enfrentamientos 05-12-2010: Colo Colo 4-2 universidad de Concepción 12-02-2011: Colo Colo 1-5 universidad de Concepción 14-08-2011: universidad de Concepción 3-0 Colo Colo 25-02-2011: Colo Colo 1-2 universidad de Concepción 05-08-2012: universidad de Concepción 1-1 Colo Colo 01-11-2013: universidad de Concepción 4-1 Colo Colo 30-03-2014: Colo Colo 1-2 universidad de Concepción 22-05-2014: Colo Colo 0-1 universidad de Concepción 23-09-2014: universidad de Concepción 3-0 ColoColo
ambos, “Vitamina” ganó 12. En algunas derrotas se habló de mala suerte para justificar las caídas, pero una seguidilla tan prolongada de malos resultados sólo se puede explicar por razones futbolísticas. La universidad penquista definitivamente sabe jugarle a Colo Colo y, a diferencia de otros equipos, no se intimida con la camiseta blanca, ni siquiera en el Monumental. El domingo los albos tendrán una nueva oportunidad frente a su “bestia negra”, partido que podría ser el comienzo de una gran recta final del campeonato, considerando además que en el siguiente duelo recibirá al puntero, Universidad de Chile, oportunidad propicia para acortar diferencias. Pero si no logra superar a los del Campanil, el encuentro con los azules podría ser solo un duelo por el honor. Emiliano Vecchio explicó de esta forma la última caída ante Universidad de Concepción: “Hicimos el desgaste del partido. No hemos aprendido la lección de jugar con este equipo que siempre espera para que dejemos espacios, y así nos convierte los goles. Hay
que hacer una autocrítica fuerte, porque nos vamos a volver a enfrentar y si no lo aprendemos perderemos el campeonato”. Por su parte, en el club del Campanil quieren ganar nuevamente no solo para extender la buena racha ante el Cacique, sino porque necesitan los puntos para seguir en la lucha por un cupo en la liguilla; de lo contrario, comenzarán a despedirse de la postemporada. El entrenador Pablo Sánchez resumió la receta para el último triunfo: “Colo Colo es un equipo que por historia siempre va a buscar. Sabíamos que si nos ordenábamos, y si dejábamos que ellos se desordenaran, sin marcarnos, íbamos a ganar y así se dio”. Los otros fantasmas de CoLo CoLo En Macul saben que las rachas negativas no son eternas. Incluso están conscientes de que los duelos más importantes ante Universidad de Concepción los ganaron, cuando se enfrentaron por primera vez en una final del torneo oficial. Fue en el Clausura 2007 y tanto en la ida (0-1), como en la vuelta (3-0), Colo Colo se quedó con la victoria y, por entonces, el tetracampeonato. Y para ser justos con la historia, en el cara a cara el cuadro de Pedreros ganó 16 duelos, mientras que el equipo del Campanil se impuso en 11 (cuatro empates). Pero en la historia alba hay otros equipos que han sido verdaderas pesadillas. Cobreloa, especialmente en los 80, fue un cuadro que tuvo gran paternidad ante Colo Colo, y si bien las diferencias se han acortado, sigue siendo el único club chileno con una estadística favorable ante los de Macul: de los 114 juegos disputados, los albos ganaron 39, mientras que los loínos Sigue
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ANALISIS
La raíz de esta expresión Es de origen francés (bête noire) nacida en el siglo XVIII, que por entonces resumía y combinaba los miedos ancestrales a los animales salvajes y la oscuridad. El término se utiliza en la mayoría de las lenguas y se emplea en diversos ámbitos, no sólo en el deporte. Se entiende como “bestia negra” a una persona o grupo que es objeto de especial antipatía o animadversión por parte de alguien. En el plano deportivo, es el rival al que no se le puede derrotar o contra el que regularmente se pierde.
triunfaron en 41. Además, el cuadro naranja es el único que ha dado una vuelta olímpica en el Monumental ante Colo Colo, en el Torneo Clausura 2003. Internacionalmente el equipo que se ganó el apelativo de “bestia negra” de los albos es Cruzeiro, cuadro brasileño que tiene incluso goleadas memorables ante los chilenos. Cuando Ronaldo, el Fenómeno, aparecía en el fútbol profesional, con 17 años, le convirtió tres goles en la goleada de 6-1 en la Supercopa de 1993 (torneo que reunía a los campeones de Copa Libertadores). Además, el club de Belo Horizonte registra otros cuatro triunfos con marcadores expresivos ante Colo Colo: 4-0 y 4-2 en Santiago, 5-0 y 4-1 en Brasil. Y en el historial, los brasileños tienen 19 victorias y solo ocho caídas frente a los de Pedrero. Sin embargo, al igual que ante Universidad de Concepción, los nacionales se impusieron en el único partido decisivo en el que se enfrentaron: ganaron por penales en la Recopa Sudamericana disputada en Japón en 1992. más Casos embLemátiCos Universidad Católica también tiene su propia “bestia negra”: Sao Paulo. En la final de la Copa Libertadores de 1993 el cuadro cruzado se encontró con el gran equipo de Telê Santana, un conjunto de temer que contaba con figuras como Zetti, Cafú, Raí, Müller y Palinha. Pese a cumplir su mejor campaña interna-
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cional, la UC se vio sobrepasada en el Morumbi al caer goleada por 5-1. Su triunfo en la revancha no fue suficiente para revertir la llave. En las semifinales de la Copa Sudamericana 2012 se volvieron a enfrentar, y aunque en ambos partidos empataron, el gol de visitante clasificó a los paulistas. Y un año más tarde, en cuartos de final también por la Sudamericana, privó a los chilenos de la clasificación. En el fútbol hay otros casos de “bestias negras”. Por ejemplo, Alemania, actual campeón del mundo, jamás ha podido eliminar de una competición oficial adulta a Italia. En Eurocopas y Mundiales, se encontraron en siete emparejamientos, y en todos salió airosa la selección azzurra. En otros deportes también se presenta el fenómeno. Por ejemplo, en el tenis, Roger Federer, considerado el máximo exponente histórico de la disciplina, tiene un rival que preferiría nunca enfrentar: Rafael Nadal. El español ha mostrado supremacía ante el suizo, sin importar la superficie ni la jerarquía del torneo. En el frente a frente el mallorquín ganó 23 partidos y el jugador de Basilea sólo 10. Nadal triunfó en seis de las ocho finales de Grand Slam en las que se midieron, incluso luego de la final de Melbourne 2009, Roger Federer lloró al momento de recibir su premio, se cree por la impotencia de caer nuevamente ante su “bestia negra”.
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Por Jorge Castillo Pizarro Periodista e investigador musical
ir más allá del horizonte…
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s cierto que aún restan 24 puntos por disputar y que una reacción del Cacique y una defección hasta ahora improbable de su archirrival puede tirar al suelo el mantel que parece puesto para los azules. Aun así la ley de las probabilidades le juega en contra y eso puede inducir a un mal mayor que no poder retener el título: volver a mirar la realidad con lentes que no sirven más que para ver a corta distancia. Lo que más debería inquietar a Colo Colo es no haber aprovechado la envión anímica que supuso el logro de la estrella número 30 para iniciar un genuino plan de recomposición futbolística. Esa recomposición que extraña desde la última gran campaña de la segunda mitad de la década pasada, con Claudio Borghi como estratega, y que tiene como antecedentes anteriores a las oncenas de Gustavo Benítez y Mirko Jozic, en los años ’90, cuando el equipo popular sí se empinaba a las alturas de los grandes de Sudamérica. Ahora, con el fútbol cansino y predecible de Héctor Tapia, se ven lejanas las posibilidades de jugar una Copa Libertadores 2015 coherente con su historia. Dos son los pecados principales cometidos en este segundo semestre. Uno de forma y otro de fondo. El primero e inmediato es haber desperdiciado estos seis meses para armarse de cara al próximo desafío internacional y haber usado el torneo actual para ir calibrando el rendimiento. Colo Colo no solo no mejoró su potencial, sino que lo redujo. Con solo tres refuerzos, de los cuales el único que está aportando es Jean Beausejour, el plantel se redujo a 13 jugadores experimentados, otros dos veinteañeros de rendimiento irregular y un puñado de juveniles (algunos, incluso infantiles) que hacen banca. Impensado e inexcusable para un equipo con las ambiciones de los albos, sea todo esto culpa de Tapia, de Blanco y Negro o de ambos. El reforzamiento antes de la Copa Libertadores es por ahora una promesa. Y si se hace realidad, lo seguro es que el nuevo plantel no tendrá tiempo ni exigencias previas que le permitan alcanzar a tiempo su mejor potencial. El segundo defecto, el que de verdad importa, es
el fútbol albo de largo plazo. El toque eterno propuesto por Tapia no es lo que necesita la institución para reposicionarse a nivel internacional. Le fue útil para recomponer la confianza en un equipo desmoralizado y con ello le bastó para ser campeón en medio de un bajo nivel de sus rivales de siempre, pero ahora demuestra que no da para más. Un fútbol como el de Tapia (y el de Arturo Salah y el de Fernando Carvallo) necesita movimientos mecanizados frente al área rival para aplicar una sobre marcha y pasar por encima de los fosos, empalizadas y torreones que sus rivales suelen plantar cerca de su arco. Pero eso no ha ocurrido. El único esbozo, la dupla Gonzalo Fierro-José Pedro Fuenzalida, ya no existe. Y sin ella todo queda librado a las inspiraciones de Esteban Paredes, Emiliano Vecchio o Jaime Valdés. Como los tres tienden a moverse por el medio, las largas escaleras que arrojan sobre los murallones rivales suelen ser desestabilizadas. Las buenas cifras goleadoras se sustentan principalmente en arrestos e individualidades, no en un fútbol rápido y moderno. Para peor, sus mejores hombres son ya veteranos que no soportan indemnes ni siquiera un torneo corto y conspiran contra una recuperación rápida del balón que desmorone las defensas rivales. El paso del tiempo les juega en contra y nada asegura que en cinco meses más estén físicamente mejores que hoy. Como es improbable que Tapia cambie de modelo, la única solución pronta parece ser escoger muy bien volantes ofensivos y atacantes que le hagan más fácil la tarea a Paredes. Tipos veloces y escurridizos, cuyos méritos mengüen el imperativo de la mecanización ofensiva. A largo plazo, el desafío de Blanco y Negro es uno que a estas alturas del partido parece incapaz siquiera de avizorar: apostar por un modelo futbolístico conjugable con ligas mayores, contratar estrategas que se ajusten a ese modelo e imponerlo en todas sus divisiones. Algo que en otras latitudes han logrado los grandes de verdad, eludiendo el cortoplacismo y mirando más allá del horizonte…
HISTORIA
Hablar del partido más importante del fútbol chileno hace evocar cotejos que quedaron en la memoria colectiva de hinchas de todas las edades y paladares futbolísticos. Por Carlos Pérez a historia comenzó a fraguarse con el título azul en la definición del torneo de 1959 y nos ha deleitado con más de una centena de enfrentamientos. En la siguiente lista, revisamos 10 grandes partidos que han enfrentado a albos y azules en el presente siglo.
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cante jornada, los delanteros universitarios (Diego Rivarola y Sergio Gioino) se hicieron un festín con la defensa de Colo Colo, señalando entre ellos tres de los cuatro goles. Manuel Iturra aportó el cuarto tanto del equipo que ese semestre alzó la copa de campeón. Colo Colo 0- Universidad de Chile 4.
2001 El último triunfo azul en Pedrero fue un partido lleno de emociones que se resolvió con un postrero tanto de Carlos Garrido (que luego jugaría en Audax Italiano y Rangers). El partido incluyó un gol de Arilson, el tanto con la recordada celebración de Diego Rivarola colgado en la reja con los barristas de Universidad de Chile y un autogol de Cristian Castañeda. Colo Colo 2- Universidad de Chile 3.
2004 Para el Torneo de Clausura, Colo Colo sorprendió con la contratación de Adrián “Carucha” Fernández, quien debutó precisamente en la primera fecha en el superclásico. Para la historia quedaron dos jugadas del delantero argentino: una pifia increíble frente al arco de Johnny Herrera, y un cabezazo a altura del pasto, cuando lo aconsejable era rematar con el pie. El partido se definió con un soberbio cabezazo de Miguel Riffo, promediando la primera etapa. Universidad de Chile 0-Colo Colo 1.
2003 En el Torneo de Clausura de ese año se vivía un entretenido partido, que antes de los 10 minutos ya registraba dos goles (4’ Christian Thompson para la “U”; 7’ Miguel Aceval para Colo Colo). Sin embargo, en las graderías la cosa no estaba tan tranquila y cuando transcurrían 55 minutos un proyectil alcanzó al defensor azul Nelson Pinto, quien se disponía a ejecutar un lateral. Luego de constatar la gravedad de la herida, el juez Rubén Selman decretó la suspensión, y el consiguiente fin del clásico. Colo Colo 1- Universidad de Chile 1. 2004 El calendario del Torneo de Apertura encontró en la primera fecha a los clásicos rivales, en pleno verano capitalino. A raíz de las sanciones impuestas al estadio Monumental, Colo Colo debió ejercer la localía fuera de Macul hasta 2005. En esa sofo-
2005 En la decimosegunda fecha del Torneo de Apertura se registró uno de los partidos más accidentados entre estos clásicos rivales. No faltaron los ingredientes extra futbolísticos que contribuyeron a enrarecer un partido que en la cancha dejó muy poco (quizás la definición de Ángel Carreño para señalar el empate del Cacique), pero que terminó con encontrones entre los jugadores, y una de las actuaciones más polémicas de Enrique Osses, quien expulsó a cinco jugadores: Jorge Valdivia y Moisés Villarroel por Colo Colo y Johnny Herrera, Waldo Ponce y Nelson Pinto por los azules. Colo Colo 1Universidad de Chile 1. 2006 Una temporada de ensueño para los albos que
El Superclásico 14
en el primer semestre derrotaron 3-1 a su clásico rival en la fase regular del Torneo de Apertura, además de vencerlo en la final del mismo (en vibrante definición por penales). El partido del Torneo de Clausura mostró la enorme diferencia entre un plantel que tenía a estelares como Alexis Sánchez, Humberto Suazo y Matías Fernández en sus filas y otro que no lograba la ansiada renovación. En un encuentro que se maquilló con el resultado final (descuento de Luis Pedro Figueroa que pasó inadvertido), los albos demostraron clara superioridad sobre la “U”, en el primer clásico desde la suspensión de 2003. Colo Colo 4- Universidad de Chile 2. 2008 El Torneo de Clausura encontró a ambos equipos nuevamente en situación de diferencias futbolísticas. El partido ofreció momentos inolvidables para la parcialidad alba: los goles de Lucas Barrios (el segundo, tras reingresar a la cancha luego de haber evidenciado mareos y vómitos), la expulsión de Luis Mena y el penal atajado por Cristian Muñoz a Marcelo Salas. Jornada redonda para los dirigidos por Marcelo Barticciotto, que a fin de año celebrarían la estrella número 28. Colo Colo 2Universidad de Chile 0. 2010 El torneo de esta temporada (a la usanza de los viejos campeonatos “largos”, debido al terremoto de febrero de ese año) encontró a Colo Colo encaminado al título; sin embargo, el impulso conseguido con la agónica igualdad 2-2 ante Universidad de Chile (con el recordado gol del argentino Javier Cámpora en el tercer minuto de descuento) no le bastará a los dirigidos por Diego Cagna, que se de-
jarán cazar por Universidad Católica, a la postre campeón de ese año. Un año después, Universidad de Chile devolverá gentilezas, igualando en Macul tras 11 minutos de descuento (por las lesiones producidas en el juego) con el inolvidable autogol del paraguayo Osmar Molinas. Colo Colo 2- Universidad de Chile 2. 2012 Nueve goles en dos enfrentamientos registró la “U” sobre Colo Colo. El 29 de abril se impuso por 5-0 en el resultado más abultado conseguido sobre el tradicional rival. Para semifinales de ese mismo campeonato, los clásicos rivales vuelven a medirse. En un recordado juego disputado sin público en Pedrero, a raíz de una sanción, Colo Colo venció 2-0. Sin embargo, siete días después, la “U”, que se encaminaba a su tricampeonato, atropelló 4-0 a los albos, eliminándolos y acentuando su crisis futbolística. 2014 La última edición del derbi chileno encontró nuevamente a ambos rivales en diferente pie. Mientras Colo Colo se encaminaba a paso firme a su trigésima consagración, los universitarios parecían experimentar una breve crisis durante el semestre, lejos de la figuración y los títulos, distantes desde el Apertura 2012. En la recta final del primer tiempo, un centro de José Pedro Fuenzalida hacia Felipe Flores, fue interceptado por Roberto Cereceda y descolocó completamente al meta Herrera. La ruta al título parecía pavimentada, y sería cosa de tiempo la coronación de los albos. Universidad de Chile 0- Colo Colo 1. @puertomontt25
en el siglo XXI 15
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a Copa América de 2015 parece estar muy lejos, y está demasiado cerca. A siete meses y medio del partido inaugural, fijado para el 11 de junio, dos sedes están en peligro por el atraso de las obras en los estadios de Concepción y Valparaíso, mientras el equipo que defenderá los colores nacionales tendrá pocas oportunidades –menos que en el Mundial reciente - para ajustar sus piezas y justificar la condición de favorito que se le ha endilgado. El optimismo que despertó la mano de Jorge Luis Sampaoli en la parte final de las Clasificatorias para Brasil, y en las dos primeras actuaciones mundialistas, disminuyó un buen poco tras los últimos partidos que disputó en ese torneo. Impotente ante Holanda e in-
LA COPA MÁS RESBALOSA La versión 2015 del más importante torneo continental asoma con una gran esperanza para la selección chilena. Pero la historia y el potencial de los rivales juegan en contra. Por Julio Salviat W.
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fortunada ante Brasil, la Selección Chilena llegó hasta el mismo lugar al que había accedido con Nelson Acosta en Francia ‘98 y con Marcelo Bielsa en Sudáfrica 2010. La diferencia estuvo, única y exclusivamente, en que no terminó goleado como en las ediciones anteriores. Entonces, la pregunta surge solita: ¿será esta Copa América el escenario para la consagración definitiva? HISTORIA AMARGA Seis veces organizó Chile torneos sudamericanos, y nunca consiguió la corona. En 1920 fue cuarto entre cuatro; en 1926 y 1941, tercero entre cinco; en 1945, mejora: tercero entre siete; en 1955, lo mejor: segundo entre seis; en 1991, tercero en la liguilla final de cuatro. En todas esas ocasiones el optimismo era enorme. Y salvo el ’55, el porrazo fue duro. De los primeros años no se puede criticar mucho: los futbolistas chilenos estaban en abierta desventaja frente a los argentinos y uruguayos, y la meta era empatarles o perder por poco. Normalmente lo consiguieron, pero los avances tardaron en concretarse. Tal vez el más decepcionante fue el torneo de 1991. La Roja se preparó convenientemente y contó con una generación que prometía grandes éxitos. Ya había despuntado Iván Zamorano, mientras Hugo Rubio e Ivo Basay pasaban por sus mejores momentos, y Patricio Yáñez mantenía su calidad. Con ellos, Chile tenía un ataque formidable. Y el bloque posterior estaba constituido por casi los mismos que habían levantado la Copa América con Colo Colo: Gabriel Mendoza, Lizardo Garrido, Javier Margas, Eduardo Vilches y Jaime Pizarro; y si faltó alguno de ellos, ingresó Miguel Ramírez. En el arco estaba Patricio Toledo, también en gran forma, y el mediocampo se alternaban Nelson Parraguez, Jorge Contreras, Fabián Estay y Jaime Vera. Y con ese racimo de cracks, Chile fue tercero. En 1955, en cambio, tuvo la Copa agarrada de una
oreja. Le faltó un soplido porque era cosa de empatar con Argentina en el último partido, y lo perdió 1-0. Fue uno de los mejores equipos chilenos que ha tenido Chile en su historia. Misal Escuti había desplazado a Sergio Livingstone en el arco. La defensa la formaban Manuel Álvarez, Rodolfo Almeyda, Luis Vera e Isaac Carrasco; los hilos del mediocampo estaban a cargo de René Meléndez, Ramiro Cortés (a veces Eduardo Robledo y Sergio Espinoza), y el ataque era formidable: Enrique Hormazábal, Jorge Robledo, Manuel Muñoz y Jaime Ramírez. Ese equipo le hizo siete goles a Ecuador (7-1), cinco a Perú (5-4) y a Paraguay (5-0), y dos a Uruguay (22). Fue el equipo más demoledor del torneo (19 anotaciones) y Cua-Cuá Hormazábal compartió el título de goleador con el argentino Michelli (el verdugo en el partido final) y el peruano Gómez Sánchez, todos con seis anotaciones. PUNTOS BORDEADOS Las otras veces que Chile bordeó el título fueron en Montevideo ’56 y Buenos Aires ’87. En ambas ocasiones el título fue para los charrúas. En 1956, aprovechando el vuelito y las experiencias del campeonato anterior, Chile presentó un equipo similar al que había sido subcampeón en Santiago. Y también resultó segundo (por diferencia de goles). La novedad más importante era la incorporación de Leonel Sánchez como puntero izquierdo (Jaime Ramírez ocupó la franja derecha, Enrique Hormazábal se constituyó en armador con René Meléndez y el marginado fue Jorge Robledo) y la aparición de Carlos Cubillos en el mediocampo, reemplazando a Luis Vera. Ese equipo goleó 4-1 a Brasil en el debut, en una de las mejores exhibiciones brindadas por un equipo chileno en el extranjero. También le hizo cuatro a Perú (4-3) y dos a Paraguay (2-0). Cayó ante Argentina (02) y los dueños de casa (1-2). En ambos campeonatos dirigió al equipo Luis Tirado, uno de los grandes gesSigue
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tores en el progreso del fútbol chileno. El otro punto bordeado fue el de la selección dirigida por Orlando Aravena en Argentina. Ese plantel era la base para el Mundial de Italia y fue víctima de sus ambiciones desmedidas en las Clasificatorias, con Roberto Rojas con principal y nefasto protagonista. La grandeza de ese equipo quedó demostrada en el 4-0 a Brasil, en Córdoba. Fue una noche mágica, con “el Cóndor” convertido en un muro infranqueable para artilleros como Careca, Romario y Müller, y con Juan Carlos Letelier e Ivo Basay como ilustres anotadores. En la defensa estaban Patricio Reyes, Fernando Astengo, Ricardo Toro y Luis Hormazábal; en el mediocampo, Jaime Pizarro, Patricio Mardones, Jorge Contreras y Héctor Puebla. En ese y otros partidos también jugaron Iván Zamorano, Jaime Vera y Sergio Salgado. Antes, Chile había vencido 2-0 a Venezuela. Y después (en tiempo suplementario) sacó del camino (2-1) a Colombia, que contaba con figuras como René Higuita, Carlos Valderrama y Bernardo Redín. Con esa victoria, la Roja se ganó el derecho de disputar la final. Y empezaron las equivocaciones de Orlando Aravena: mandó a guapear frente a los uruguayos. Es decir, llevó el partido al terreno que más les convenía a los charrúas. Así, con un gol de Pablo Bengoechea, se perdió una
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ocasión impagable para que Chile se quedara con la esquiva Copa América. ÚLTIMO BOLETO Afirmada en una generación excepcional y una mano técnica cundidora, la Selección Chilena está en condiciones de ser gran animador en la Copa América que viene. Pero, ¿está en condiciones de ganarla? Nada está perdido en el fútbol mientras no termine un partido. O un campeonato, en este caso. Pero las dificultades son, objetivamente, enormes. Para ser campeón hay que ganarles a Brasil, Argentina y Uruguay. Y no se pueden obviar las dificultades que ofrecen los partidos con México, Paraguay, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. La Copa América ha sido tan resbalosa porque, proporcionalmente, es mucho más competitiva y difícil que las de los otros continentes. Ya están nombrados los rivales serios: casi todos. Sólo Bolivia y Jamaica aparecen como débiles. En Europa, en cambio, encuentras equipos de juntas de vecinos, como Gibraltar, Macedonia, Luxemburgo, San Marino, Liechstentein, Andorra o Malta. Hay buen plantel, adecuado sistema de juego, gente experimentada. Eso da la esperanza, tal vez como nunca, de que hay boleto premiado esta vez. Pero nada lo garantiza.
O P I N I Ó N Por Rodrigo Ried, Editor deportes radio Bío Bío
Bielsa: más cuerdo que nunca Estimado Marcelo:
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e le extraña. Por más que mucha gente haya tratado de destronarlo, usted es único en su especie. Porque pueden haber muchas réplicas -la más cercana Sampaoli-, pero Bielsa hay uno solo. Eso del fútbol ofensivo que todos pregonan hoy lo escuché por primera vez de manera contundente -y practicablede su boca. A ver, no digo que el fútbol de ataque haya comenzado con usted, que quede claro. Sí tuvo la “desfachatez” de agarrar un equipo desjerarquizado como Chile y volverlo potencia. Porque nuestra Roja, que siempre ha andado a los tumbos -salvo el histórico '62-, ha sido protagonista desde el 2007 en adelante, es decir, cuando usted tomó la manija. Están los puristas que aseguran que Chile, bajo su mando, logró el mismo resultado histórico en un Mundial (Sudáfrica) que el de Francia 98', por ejemplo. Pero, por favor, las diferencias fueron abismales entre un equipo que podía perder “ofreciendo” fútbol, versus otro que dependía casi exclusivamente de la efectividad del notable binomio Za-Sa. Más de un 60 por ciento de rendimiento en Chile habla que se hicieron bien las cosas y se avanzó. Gracias a usted fuimos segundos en América en una Clasificatoria... ¡Segundos! O sea, no entramos por la parte de atrás a un Mundial, sino que por una puerta bien ancha. Eso es usted, un entrenador lleno de convicciones y de trabajo, que generó también mucha envidia en un medio que vio a “regañadientes” cómo llegó alguien de afuera e hizo las cosas bien, dentro de contexto mediocre y sin resultados internacionales. Luego vino el Athlétic de Bilbao y los subcampeonatos de la Europa League y la Copa del Rey. Y en la actualidad, el Olimpique de Marsella, que marcha líder en Francia y con el registro más goleador de la actualidad: 21 tantos, superando, incluso, al Real Madrid, que tiene 20 en la liga hispana. Y su historia no se ha acabado, lo tengo más que claro. Por eso, querido Marcelo, es auspicioso lo que viene. No tiene que ser el más simpático ni el más sociable ni el más lindo... Simplemente ser Marcelo Bielsa, el más cuerdo de los locos que conozco.
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Hasta ahora no hay una avalancha de boxeadores o aspirantes a serlo en los gimnasios, pero sí un notorio interés de los medios por volver a informar sobre esa actividad que tantas satisfacciones dio en el pasado. Es un paso, nada más, pero importante, considerando que la prensa parecía haber olvidado a ese deporte que, hasta antes de la hazaña de Fernando González y Nicolás Massú en Atenas 2004, era el único deporte que le había dado a Chile tres medallas olímpicas. Por Eduardo Bruna
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¿ResucitaRá el boxeo con el título de la “cRespa”?
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a pelea en defensa de su título del mundo de peso gallo fue, qué duda cabe, uno de los acontecimientos más rescatables del boxeo chileno en los últimos años. Seis mil personas en el Polideportivo del Estadio Nacional, miles presenciando el combate en directo a través de la televisión estatal o escuchando el relato a través de cuatro radios acreditadas, hicieron de la primera defensa de Carolina “Crespa” Rodríguez un evento que, por marco y trascendencia, se puso a la altura, y en algunos aspectos superó, combates históricos para el pugilismo nacional, como el de Martín Vargas contra Miguel Canto, o el de Cardenio Ulloa frente a Raúl “Jíbaro” Pérez. La organización, por ejemplo, fue impecable. Distinta a la de Martín frente al mexicano Canto, en plena dictadura, que se llevó a cabo en nuestro primer coli-
seo deportivo y fue un rotundo fracaso de público. Los únicos que pudieron verla bien fueron aquellos que ocuparon la tribuna oficial del Nacional y el ring side. El resto, disgregados entre las Tribunas Norte, Sur y Andes, quedaron a tanta distancia que para apreciarla debían utilizar prismáticos. En el combate de Carolina Rodríguez frente a la colombiana Dayana Cordero, en cambio, el Ministerio del Deporte se jugó por entero por apoyar a esta boxeadora que había logrado lo que ningún pugilista varón había alcanzado y presentó una velada en que se cuidó cada detalle, empezando por el mejor recinto del que se podía disponer, para concretar una “mise en scene” que tuvo muchas semejanzas con aquellos grandes combates que se escenifican en Las Vegas o en Atlantic City. Superado el obstáculo que significó la colombiana Sigue
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luis Valenzuela, presidente de la comisión que norma el pugilismo rentado, señaló que “no se puede afirmar que el que carolina Rodríguez se coronara como campeona del mundo haya significado un incentivo inmediato para un aumento sustantivo de cultores del boxeo, tanto hombres como mujeres, pero no hay que descartar que, de continuar sus triunfos, ello se produzca”. Cordero, Carolina Rodríguez demostró, no sin problemas, que la proeza cumplida el 10 de mayo en Monterrey, México, cuando contra todos los pronósticos se quedó con el título mundial de su categoría reconocido por la Federación Internacional de Boxeo, FIB, no había sido fruto de la casualidad. A dos meses casi de ese combate, sin embargo, las preguntas son dos: ¿Qué viene ahora para la peleadora nacional? ¿En qué medida su título puede significar un definitivo envión para una actividad que, desde el punto de vista profesional al menos, se encuentra bastante alicaída? Respecto de lo primero, a través de su Facebook, la “Crespa” anunció para el 13 de diciembre un combate titular pero no mandatorio contra alguna de las rivales que en este momento aparecen ranqueadas en las clasificaciones de la FIB. En otras palabras, se trata de una pelea en que la peleadora nacional tiene la posibilidad de elegir a su contrincante y no es el organismo mundial el que se la impone, cuestión que ocurre siempre cumplido un cierto plazo y donde las mejores posibilidades las va a tener siempre la número 1. Sin embargo, ello podría variar en el caso que tanto la FIB, el Consejo y la Asociación Mundial de Boxeo materialicen una idea surgida durante la primera convención Mundial de Boxeo Femenino, llevada a cabo el pasado fin de semana en Playa El Carmen, México: programar combates para la unificación de títulos. En otras palabras, que en un tiempo razonable las tres grandes entidades que rigen el pugilismo mundial reconozcan a una sola campeona del mundo. Y eso, que hasta el momento es sólo una declaración de intenciones, podría tener su expresión concreta en el curso de las próximas semanas, toda vez que la idea es llevar a cabo esa unificación también en el boxeo masculino, donde cada una de las entidades tiene sus propios campeones del mundo en las 17 categorías hoy existentes y sus propios escalafones. ¿Favorable o desfavorable para Carolina Rodríguez? Su entrenador y manejador, Claudio Pardo, ve la medida como muy positiva, señalando que “nuestro deseo fue siempre alcanzar la corona de otros organismos, y si tanto el Consejo como la Asociación están dispuestos a unificar títulos, tanto mejor”.
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Pardo y su dirigida, como integrantes de la elite del boxeo, estuvieron presentes en la Convención de Playa del Carmen. Fue sólo una breve interrupción de los entrenamientos de Carolina, retomados tras unos pocos días de descanso luego de su pelea ante Dayana Cordero. Según Pardo, siempre fue así: “Luego de ganarle el título a la mexicana Janeth Pérez, en Monterrey, fue lo mismo. Tras regresar, volvimos muy pronto al gimnasio y con la enorme motivación de saber que de ahí en más Carolina subiría al ring como campeona y no como retadora”. Sobre que su título haya significado un impulso para el boxeo profesional chileno, Luis Valenzuela, presidente de la Comisión que norma el pugilismo rentado, señaló que “no se puede afirmar que el que Carolina Rodríguez se coronara como campeona del mundo haya significado un incentivo inmediato para un aumento sustantivo de cultores del boxeo, tanto hombres como mujeres, pero no hay que descartar que, de continuar sus triunfos, ello se produzca. Donde sí se ha producido un claro progreso es en la cobertura periodística respecto de la actividad. Los diarios le están dando nuevamente al boxeo un espacio que parecía haber perdido e incluso un canal de televisión se contactó conmigo para hacerle una nota a Miguel González, peso supermosca surgido del Club México que tiene un récord de 20 peleas, de las cuales ha ganado 19. González pelea este viernes 3 en el Club México, pero pesar de su interesante récord la prensa hasta ahora no lo había considerado para nada”. Nombres como los de Miguel González, Angelo Báez, Oscar Bravo y hasta el mismo Moisés Gutiérrez, a pesar de su veteranía, son nombres de indudable atractivo en cualquier cartelera. Sólo el futuro dirá hasta dónde el título del mundo conquistado por Carolina Rodríguez se transforma en el impulso que muchos están esperando para, mediante una constante actividad, recuperar tiempos mejores. La tarea, aunque difícil, no es imposible. Tras caer Martín Vargas frente a Yoko Gushiken y perder su cuarta opción de coronarse campeón del mundo el boxeo chileno se antojó muerto. Sin em-
Foto: Max Montecinos / IND
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bargo, hubo un director de un canal y un promotor que pensaron –contra todos los pronósticos- que era posible hacer algo. Comenzó entonces el “Boxeo de Gala”, transmitido en directo todos los miércoles desde el Flamingo, local nocturno ubicado en la Plaza Egaña. Y aunque al principio escaseaban los boxeadores para presentar un programa de nivel, y los espectadores llegaban en escaso número, la continuidad fue variando sustancialmente la situación. Y si en la partida no había más de 10 pugilistas para sostener el programa, gracias al “Boxeo de Gala” fueron muchos los que, entusiasmados por la oportunidad de pelear, y además para la televisión, recibiendo de paso una paga si no millonaria al menos digna, llegaron hasta el gimnasio con la intención de debutar. El resultado fue que, a fines de ese año 1981, la decena de boxeadores profesionales se había transformado en un centenar. Y ese mismo público que antes había mezquinado su asistencia, se fue acostumbrando a que
todos los miércoles podía presenciar combates atractivos en un local acogedor y con un trago en la mano. “Boxeo de Gala”, a pesar de la buena idea de Alfredo Lamadrid, director del canal que hoy es Chilevisión, de la conducción de jerarquía que aportaba Edgardo Marín frente a las cámaras y del gran trabajo que como promotor le cupo a Andrés Maass (la noche inaugural estuvo nada menos que Floyd Patterson como invitado especial), no tuvo una segunda temporada. Pero a pesar de eso, Cardenio Ulloa, Benito Badilla, Benedicto Villablanca y Juvenal Ordenes se transformaron pronto en ranqueados mundiales y hasta tuvieron la opción de combatir, al igual que Martín, por una corona del mundo. La “Crespa” puede, pues, aportar mucho a esta nueva resurrección de un deporte al que, a pesar de que tantas veces lo han matado, sigue vivito y coleando. Algo así como “La Cigarra”, que canta Mercedes Sosa.
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Por Ramón Reyes A.
El calvario del buen hincha chileno
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o recuerdo con absoluta nitidez. Eran jornadas triples en el Estadio Nacional y dobles en el Santa Laura. El primer partido comenzaba cerca de las 13.30 o 14 horas. Una verdadera fiesta familiar. Muchos llegaban con lo necesario, como un buen pollo asado, refrescos y hasta su botellita de vino, para aguantar la extensa rotativa futbolera. Todos disfrutaban de lo principal: del juego y sus protagonistas. En las tribunas, los vendedores ambulantes armaban su propio espectáculo. Se vendían números para rifar balones y el sorteo se realizaba a viva voz. Al ganador le llegaba su pelota, tras pasar de mano en mano. Un rito que se repetía a lo largo de la tarde. Todo esto acontecía en medio de un fluir natural entre gente unida sólo por la pasión que provoca el fútbol. Esto ya se había visto en el Mundial del 62, cuyas imágenes muestran a nuestros aficionados sentados casi como en una sala de clases, gozando de los astros. Sin incidentes ni violencia. Algo que sólo pusieron los italianos en la cancha y que encontraron la respuesta en el famoso "combo" de Leonel Sánchez. Porque las décadas anteriores a la de los '80, nos provocan añoranzas respecto con la realidad actual que se vive en nuestros estadios. Es cierto, la pasividad y la actitud silente eran lo que caracterizaba a los hinchas nacionales. Sin embargo, de tal situación se pasó a otro extremo que acabó por desbordar a la autoridad. De los hermosos clásicos universitarios, con barristas genuinamente universitarios, pasamos a los lamentables escenarios generados por esos autodenominados líderes de grupos adictos a los clubes grandes que fueron a "instruirse" y tomaron como ejemplo a las barras argentinas. No sólo copiaron sus cantos, sino que también aplicaron lo peor de sus conductas. Y hablo de tiempos en que los "choros" eran, por ejemplo, los seguidores de Wanderers. Claro que los porteños sólo trataban de pasarse de pillos, pero sin provocar daño a nadie. Una vez siendo boletero en el Regional de Antofagasta, un grupo de "caturros" ingresó en tropel por una puerta y uno de ellos me puso una cáscara de plátano en la mano a modo de entrada. Luego emprendió raudo su carrera hacia la tribuna. Con todo, no existía la inseguridad, violencia e incomodidad que sufren los verdaderos hinchas que asisten hoy a los estadios del país, especialmente en la capital. Un fenómeno que no es aislado de los acontecimientos políticos que han afectado al país y que han cambiado de manera rotunda la manera de relacionarse entre sus habitantes. Todo se hizo distinto. Ya no se vieron más largas hileras
de buses en las cercanías de los estadios, esperando a los hinchas. Por esos años existía la certeza de que todos pagaban el pasaje. Ahora los dueños de los vehículos de transporte colectivo prefieren guardarlos. Saben que muchos antisociales, con el disfraz de hinchas, subirán "a la mala", atacarán a los conductores, asaltarán a los pasajeros y romperán las máquinas ¿Y quién pierde? Ese hincha responsable, que va con sus hijos al fútbol y que, al no tener otra forma de movilizarse, debe caminar cuadras y cuadras entre vándalos que se enfrentan con Carabineros, para encontrar un bus que los lleva de retorno a su hogar. Y el hincha responsable tampoco encuentra el respaldo de los encargados del espectáculo. Sufren una odisea para adquirir una entrada bajo los más impensados sistemas impuestos por los clubes, más allá que también buscan protegerse del accionar de los delincuentes que falsifican y revenden. Así, sin quererlo, los hinchas decentes van cayendo en una situación dramática por tan sólo querer ver los colores que lo apasionan. Más si la autoridad sobrepasada por las barras bravas, intenta frenarlas con métodos punitivos que, directa o indirectamente, afectan sus derechos ciudadanos. El buen hincha debe someterse al vejamen de verse acorralado ante una boletería, golpeado y, al ingreso al recinto, ser revisado por la policía, y sus mujeres tocadas en su dignidad con el hurgueteo entre sus vestimentas. A la par, los malos hinchas introducen sin problemas bombas de ruido, bengalas, licor y droga, como ya ha quedado tantas veces en evidencia. Y más encima, los clubes inventaron el derecho de admisión, con una discriminación que en muchas oportunidades daña a sus propios seguidores con medidas que no terminan por solucionar la violencia en los estadios, porque quienes la provocan se las ingenian para sobrepasar igual los controles. Cuántas veces se ha visto a "líderes" prontuariados en los recintos, casi mofándose de la autoridad inepta y permisiva. Acá ya vale la receta inglesa: tolerancia cero, lo único que sirvió para erradicar a los "hooligans" de los estadios británicos. Pienso que es deber de los responsables del fútbol profesional, por mucho que quieran más gente sentada en sus casas, viendo los partidos por el CDF -su vellocino de oro, hacer un esfuerzo para recuperar y respetar al buen hincha, aquel que sólo busca disfrutar en vivo pero en paz del espectáculo deportivo. Y ojalá que vuelvan esos personajes de las rifas de balones en las canchas chilenas y que el premio vuele otra vez a su ganador, antes que le roben la pelota...
Periodista de La Tercera, director Sindicato N°3 de periodistas y afines, GrupoCopesa, vicepresidente de la Federación de trabajadores de las comunicaciones, la gráfica y servicios conexos (Fetracose)
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