Elagora n21

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Nº 21 Octubre 2014

Habla el ex presidente del Tribunal de Penalidades

EN LA CORTE DE ÁNGEL BOTTO "Mayne-Nicholls violentó brutalmente estatutos y reglamentos" "Bielsa alteró los principios democráticos" "Jadue nunca entendió el concepto de la separación de poderes" "Afortunadamente, Segovia se fue de la ANFP"

¿CuáNto CAMBió el APerturA deSPuéS del SuPerCláSiCo? loS réCordS que regiStrA el FútBol ChileNo


DIRECTOR Marco Sotomayor Periodista de la Universidad de Chile, con maestría en Comunicaciones Audiovisuales en el Instituto de Radio y Televisión Española. Trabaja en radio, televisión y prensa escrita EDITOR GENERAL Luis Urrutia O´Nell (Chomsky) Periodista, académico y escritor de nueve libros sobre el fútbol chileno DIRECTOR GRÁFICO Jorge Flores Diseñador gráfico, socio fundador VeoMarket EDITOR FOTOGRAFÍA Y WEB Claudio Quijada Diseñador gráfico y fotógrafo, colabora en distintos medios digitales REDACTORES Francisco Coloane Sociólogo y comentarista internacional Julio Salviat Periodista, escritor y académico de la UNAB Matías Alcántara Periodista, de deportes y comunicaciones corporativas Daniel Pérez Pavez Periodista Carlos Pérez Historiador TAMBIÉN ESCRIBEN Rodrigo Ried Editor deportes radio Bío Bío Scarleth Cárdenas Periodista de TVN y radio Bío Bío Eduardo Bruna Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2000 René Naranjo Periodista y editor de contenidos Diego José Osorio Periodista y relator argentino, de Radio Bío Bío Jorge Castillo Periodista e investigador musical Ramón Reyes Periodista de La Tercera, director sindical y vicepresidente Fetracose REDES SOCIALES Paula Salas Periodista de la Universidad de Santiago de Chile. Experta en redes sociales SOPORTE Álvaro Sotomayor Licenciado en Ciencia de la Computación, Universidad de Santiago de Chile


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Esos nobles y valientes garreros

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ajo la actual legislación es imposible clausurar el Estadio Monumental, pero sí reducir su capacidad para próximos partidos… ¿Por qué? Porque Colo Colo no ofrece las garantías para organizar espectáculos masivos”. Así de categórico fue Claudio Orrego, Intendente de la Región Metropolitana, cuando hizo un balance post Superclásico. Falta de guardias privados de seguridad en sectores conflictivos (como la galería Magallanes); sobreventa de boletos; ingreso de fuegos artificiales, bengalas y bombas de ruido, y ubicación de lienzos en lugares prohibidos, entre otras irregularidades, denunció la autoridad. Es decir, así como el equipo albo ganó claramente en la cancha, Blanco y Negro perdió por goleada fuera de ella. Rápidamente, la concesionaria sacó un comunicado de prensa, condenando los hechos de violencia acontecidos en la ruca de Macul, agregando que “nuestra institución cumplió con todas las exigencias que la autoridad determinó para el partido y todos los sistemas de control o de seguridad funcionaron desde el minuto que se inició la operación del Estadio”. También descartó que hubiera sobreventa de entradas, enfatizando que “la presencia de guardias no basta para el control de personas que debido a su agresividad sólo pueden ser controladas por efectivos de Carabineros. Una realidad que no puede soslayarse”. Es muy posible que Blanco y Negro haya hecho su mejor esfuerzo, y que la condena pública a la violencia desatada en su estadio responda a una fuerte convicción o a un irrefrenable sentimiento de culpa. No seamos tan mal pensados. Sin embargo, esas y otras medidas por garantizar la seguridad están condenadas al fracaso debido al perfil del barrabrava. Mientras no haya un sistema eficaz que impida el ingreso a los distintos recintos de-

portivos de ese tipo de público, no habrá solución al problema. La Garra Blanca –así como otras agrupaciones similares- se define como la hinchada más incondicional con el equipo y cuyos miembros son capaces de dar la vida por Colo Colo. “Aguante, garrero…”, señalan habitualmente al término de sus precarios discursos. Pues bien: esos fieles adherentes, esos mártires de la causa, esos Juana de Arco que están dispuestos a la inmolación por el Cacique, podrían provocar la clausura del Monumental, con todo el perjuicio deportivo que eso implica, máxime con el cuadro albo inmerso en una lucha cerradísima contra Universidad de Chile por conseguir el título. ¿Imaginan un cierre de Pedreros para los últimos partidos del Apertura? Es una posibilidad, si se agiliza la tramitación de la nueva ley de violencia, que otorgará mayores facultades a la autoridad política y administrativa en temas deportivos. ¿Recuerdan lo que ocurrió para la final de la Copa Sudamericana en 206? Ese Colo Colo brillante de Claudio Borghi perdió la localía para la gran final ante el Pachuca mexicano, producto de un piedrazo arrojado por uno de esos devotos hinchas. El amor por su club lo llevó a partirle la cabeza a un jugador de Gimnasia y Esgrima de la Plata, cuando el Cacique les daba un paseo a los argentinos en el Monumental. Aunque a estas alturas no engañan a nadie, hay que reiterar el concepto: el lumpen barrabrava no es hincha de ningún equipo, excepto de sus propios intereses. De sus aspiraciones por conseguir dinero y cuotas de poder dentro de un ambiente que reniega la convivencia civilizada y solidaria. Esas son sus motivaciones. Eso incentiva su actuar. Terminar con el clima de terror que impone no es tarea fácil, pero tampoco imposible. Es cuestión de voluntad y de mano firme. Sobre todo lo primero.


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TODO ES UNA INCÓGNITA

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niversidad de Chile puede, perfectamente, clasificarse campeón del torneo de Apertura, dar la vuelta olímpica y celebrar jubilosamente su nueva estrella. Pero ya no podrá decir que fue el mejor equipo del campeonato: con lo hecho el domingo, el galardón se lo ganó el archirrival. Y habrá qué ver qué dice Wanderers en la última recta. Además, la previsible derrota ante Colo Colo dejó a los azules con un inmenso signo de interrogación

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El título, la liguilla y el descenso pasaron a ser impronosticables. También es materia de observación cómo reaccionará la “U” después de perder su condición de invicto y sentir en la oreja -por primera vez- el jadeo de sus perseguidores. Por Julio Salviat W.


sobre cómo reaccionarán después de perder su condición de invictos, de terminar por primera vez un partido de este campeonato con dos expulsados y sin anotar goles, y –fundamentalmente-sintiendo ya en la oreja el jadeo de albos y porteños. La victoria de Colo Colo, junto con ratificar sus méritos, dejó en ebullición a la competencia al estrecharse las distancias en casi todos los frentes. Hoy es un albur asegurar quién será el campeón, quiénes disputarán la liguilla y cuáles serán los equipos que el próximo año

jugarán en la Primera B. POR EL TÍTULO Para el trompo del título quedaron tres cuerdas: la azul, la blanca y la verde. Dos puntos de diferencia mantiene la U (28) sobre Colo Colo (26) y tres sobre Wanderers (25). Con seis partidos por jugarse, la distancia es mínima y las posiciones pueden revertirse fácilmente. Duelos de “seis puntos”, como el del Superclásico, queda uno sola-

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mente y está reservado –como si el guión lo hubiese escrito Hitchcock- para la última fecha: en el Elías Figueroa, de Valparaíso, se enfrentaran los dirigidos de Héctor Tapia con los de Emiliano Astorga. Si se analiza el fixture, se llega a la conclusión que el camino más expedito lo transitarán los porteños: cuatro de esos partidos los jugará en casa y de los rivales que tendrá al frente en su estadio sólo dos están en condiciones de amargarlos: O’Higgins y el propio Colo Colo; los otros dos (San Marcos y Ñublense) están en la lista de los tres puntos en las previsiones. En sus salidas se medirá con uno muy abordable (Antofagasta) y otro relativamente complicado (Unión La Calera). Colo Colo y la U tendrán rivales comunes que pueden decidir su suerte: Universidad Católica, Cobreloa y Unión La Calera. Ante los cruzados, parece más difícil para los albos, porque se jugará en San Carlos de Apoquindo, mientras el clásico universitario se disputará en Ñuñoa. Ante los cementeros, lo mismo: los

azules son locales, y los blancos, visitas. Pero esa ventaja desaparece cuando enfrenten a los loínos, porque los pupilos de Lasarte tendrán que viajar a Calama, mientras los albos los esperarán en Pedreros. Restantes rivales de la “U”: Palestino y Barnechea en casa, y Ñublense afuera. Los del Cacique: Audax Italiano como anfitrión, y Cobresal como visita. Buena tarea es predecir cuántos puntos logrará cada uno. POR LA LIGUILLA Las bases del torneo establecen que los cuatro equipos que escolten al campeón disputarán un torneo entre ellos, con partidos de ida y vuelta, para determinar quién acompañará el ganador del título en la próxima Copa Libertadores. Como Colo Colo ganó el torneo de Clausura, ya está clasificado para ese evento. Por lo tanto, no es ese el objetivo que persigue, sino el honor de conseguir la estrella número 31. Y a propósito: las bases no estable-


cen qué pasa si los albos no ganan el título y quedan –como es inminente- entre los cinco primeros: ¿debe jugar por jugar, o renunciar porque ya está clasificado para la Libertadores? Los que están buscando esos cupos son ocho equipos, separados por seis puntos entre el primero y el último de este grupo. Opción máxima para Unión Española, que acumuló 19 puntos y ya pasó los exámenes ante los tres poderosos. Perspectivas con incógnita para Unión La Calera. Bien encaramado con 18 puntos, pero que tendrá que batírselas con los tres mejores del campeonato. Huachipato (17) mantiene opciones a pesar de la baja provocada por las lesiones de su goleador, Lucas Simón, y su figura de más proyección, Martín Rodríguez. Al igual que los hispanos, los acereros no se toparán con ninguno de los tres cucos. Un poquito más atrás están los irregulares O’Higgins y Palestino, capaces de ganarle al más pintado y tropezar cuando son favoritos. Con 16 puntos, cada uno tiene un duelo definitorio para ellos y sus rivales:

contra Wanderers en Valparaíso los rancagüinos, y los tricolores contra la U en el Nacional. Menos opciones, por puntaje y rendimiento, tienen Ñublense (15), San Marcos (14) y Universidad Católica (13). Los chillanejos se las verán con Universidad de Chile en casa y con Wanderers afuera; los del extremo norte ya jugaron con los más difíciles; y los cruzados pueden definir el campeonato como rivales de azules y blancos. La UC es el que menos probabilidades tiene y el que peor rendimiento actual exhibe. Pero si gana esos dos clásicos, no sólo puede quedar en la liguilla, sino que pasaría automáticamente a ser el favorito para adjudicársela. POR LA SALVACIÓN Los puntajes de este torneo son sólo una parte del total que decide cuáles son los tres equipos que descienden a la Primera B. El coeficiente de rendimiento, factor que mide relación puntos-partidos, es el que decide. Sigue

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ANALISIS

CAMINO HACIA LA ESTRELLA Candidato U. DE CHILE COLO COLO WANDERERS

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Pts. 28 26 25

12a. Fecha Palestino (L) U. La Calera (V) San Marcos (L)

13a. Fecha U. Católica (L) Cobresal (V) O'Higgins (L)

14a. Fecha Cobreloa (V) A. Italiano (L) Antofagasta (V)

15a. Fecha Barnechea (L) U. Católica (V) Ñublense (L)

16a. Fecha Ñublense (V) Cobreloa (L) U. La Calera (V)

17a. Fecha U. La Calera (L) Wanderers (V) Colo Colo (L)


O P I N I Ó N Por Rodrigo Ried, Editor deportes radio Bío Bío

Ellos se entienden así

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Los más complicados son Barnechea(1,090) y Audax Italiano 1,133). Y apenas por encima de ellos está Cobreloa, con 1,159. Antofagasta, Cobresal y Unión La Calera también andan con respiración entrecortada por el temor: 1,177… Un partido ganado o perdido puede decidir el destino de cada club. Si fuera por rendimiento actual, los del barrio alto santiaguino y los caleranos estarían salvados. Los cementeros están quintos en la tabla, mientras que los benjamines de Primera, que parecían condenados desde el primer día, consiguieron tres victorias en su últimos cuatro partidos. Antofagasta también parece tener equipo para mantenerse en la división.

n la vida hay que ser decente. Y en el fútbol también. Por eso estas líneas quiero dedicarlas a todos aquellos jugadores que no respetan los mínimos códigos dentro o fuera de una cancha, pero enfocado específicamente en el Superclásico que acaba de ganar Colo Colo. Nada tiene que ver el hecho que desde pequeño sea de la U: mi análisis es en virtud a las personas, más allá de sus colores. Hay dos casos patéticos que -sostengo- no hacen otra cosa que enturbiar los ambientes, más que “ponerle condimentos”. Me refiero a Johnny Herrera y Felipe Flores. El arquero azul genera muchos anticuerpos, no sólo por su “anticolocolismo”, sino por su estilo de vida, el cual no voy a profundizar (no me corresponde y, la verdad, ni me interesa). Pero esas “formas” luego le pasan la cuenta en la cancha, donde los rivales generalmente la agarran con él cuando hay en una batahola, sobretodo en partidos como el Superclásico. Pues bien, es justamente lo que pasó con Felipe Flores en el Monumental, con quien Herrera tuvo dimes y diretes que no terminaron en golpes -o algo peorsólo por gracia divina. Ahora, eximo en algo al portero en esta pasada y me concentro en Flores. Fue una ordinariez (y también una pelotudez, tontera, pendejada o como quiera llamarlo) eso de gritarle el gol en la cara al “Superboy”. O sea, en vez de agradecer el hecho de estar en Colo Colo -porque debe ser el jugador más limitado del plantel- y darse con una piedra en el pecho de la opción que le están dando, ocupa sus energías para hacer exactamente lo contrario. Porque esto de Flores no es de ahora, sino que hace rato viene con actitudes “anti U”, que lo convirtieron en un personaje abominable para los azules. Ahí está la gran diferencia entre los triunfadores y los mediocres. Y, ojo, que en su equipo tiene un gran referente, que debería emular: Justo Villar, mundialista y un caballero por dónde se lo mire. Y aunque Herrera no es un santo en lo absoluto, lo de Flores fue sencillamente impresentable y no un jueguito de niños, como algunos han querido mostrarlo. En verdad no saco mucho con reclamar porque Johnny y Felipe tienen sus códigos. Al cabo, entre “chipamoglis” se entienden… ¿o no?


ESTADI

José María buLJubasich El Tati, quien vive tormentosos días como gerente deportivo de Universidad Católica, supo de momentos más felices en la tienda cruzada. Entre el 26 de junio y el 30 de octubre de 2005 estuvo 1.352 minutos con su valla invicta (cuarta mejor marca en la historia del fútbol mundial). Esto fue entre la semifinal del Torneo de Apertura (gol de Manuel Neira a los 27 minutos de ese partido que selló la eliminación cruzada en penales) y la fecha 16 del Torneo de Clausura cuando Renato Ramos, mediante penal, acabó con la racha del Tati, que en aquel torneo se consagrara campeón con la UC. Otros arqueros que intervinieron en el fútbol profesional chileno y que acumularon minutos invictos fueron: Eduardo Fournier (1.012 minutos), Jorge Cortés (988), Raúl Coloma (832), Óscar Wirth (733), Jonathan Walker (710) y Daniel Morón (707). Patricio GaLaz En 2004, su espectacular registro de goleo en Cobreloa le permitió convertirse en el máximo artillero a nivel mundial en campeonatos de liga, distinción que coordina la Federación Internacional de Fútbol y Estadísticas (IFFHS por su sigla en inglés). En el Torneo de Apertura 23 goles y otros 19 en el de Clausura fueron la consagración de Galaz, que se sumó a la obtención del título del Torneo de Clausura, además de haber disputado la final del Apertura en ese año. huMberto suazo Siguiendo la huella de Galaz, en 2006 el Chupete convirtió 35 goles en torneos nacionales (sumado a 13 goles en torneos internacionales y cuatro en la selección), lo que le valió el título de máximo anotador del mundo con sus 52 tantos en aquel año calendario, desplazando al segundo lugar a Klaas Jan Huntelaar, quien señaló 34 goles con el Ajax. Lucas barrios En 2008, el argentino nacionalizado paraguayo

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El fútbol mundial ofrece en los úl registros estadísticos en los pies de alguno de los cracks que juegan en In cifras hay espacio para algunos no chileno, hasta encontrarnos con el e que lleva 720 minutos con su

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STICAS

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anotó 36 goles en la gran temporada de Colo Colo (finalista y campeón en los torneos de ese año). Su registro lo dejó a un tanto de Luis Hernán Álvarez como el máximo anotador del Cacique en un año calendario (Álvarez señaló 37 en 1963), sin embargo, le bastó para aventajar (nuevamente) al holandés Klaas Jan Huntelaar que ese año anotó 33 goles con el Ajax. Mario nuñez En la temporada 1999 el Oso marcó 34 goles, en parte a la extensión de la temporada que ese año contempló 44 fechas. Su gran registro le permitió secundar al portugués Jardel que con el Porto anotó 36 goles en aquella temporada. cristoPher toseLLi En el Mundial sub 20 de Canadá 2007, Toselli mantuvo su arco invicto por 492 minutos (90 minutos frente a Canadá, República Democrática del Congo, Austria, Portugal y Nigeria, disputando alargue frente a estos últimos) hasta que Ángel di María lo derrotó en el minuto 13 de la semifinal de esa Copa del Mundo, con eso se convertía en el arquero con más minutos imbatido en Copas Mundiales juveniles de la FIFA. Su registro fue derribado en el Mundial sub 20 de Colombia 2011, cuando el arquero portugués Mika (Michael Domingues) permaneció por 575 minutos con el arco invicto (fue batido recién a cinco minutos de la final, ante Brasil). JaiMe riveros El talentoso zurdo (campeón en Santiago Wanderers y Everton) logró anotar en 15 fechas consecutivas durante el Torneo de Apertura 2004, pulverizando un registro que databa de 1939, en manos de Juan Morcillo, delantero de Green Cross. En esa racha logró convertir en 21 ocasiones, lo que finalmente no le alcanzó para ser scorer del torneo, logro que recayó en Patricio Galaz (Riveros señaló 22 anotaciones).

ltimos años y a diario interesantes e Lionel Messi, Cristiano Ronaldo o nglaterra o Italia. En el universo de las ombres relacionados con el fútbol expectante registro de Claudio Bravo, valla invicta en la liga hispana.

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“LA AUTONOMÍA NO SE TRANSA”

ÁNGEL BOTTO Habla de Mayne-Nicholls, Jadue, Bielsa y Segovia, y de todos aquellos que, y todos aquellos que, por una razón u otra, intentaron desconocer principios invulnerables para este abogado: la independencia del Tribunal de Penalidades y la separación de poderes dentro del fútbol. Dejó el cargo algo cansado, pero, básicamente, porque no toleró que en la actual administración los miembros del organismo sean remunerados. Por Marco Sotomayor

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ENTREVISTA

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a tradición republicana occidental incorpora la separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Así se conforma el Estado de Derecho. En el fútbol, el sistema dirigencial-administrativo funciona bajo un diagrama similar. En el caso chileno, por ejemplo, tenemos, por una parte, al timonel de la ANFP y a su directorio; al Consejo de Presidentes, por otra, y finalmente al Tribunal de Penalidades. La división y autonomía de esos poderes es elemental para el funcionamiento de la institucionalidad. Pervertir este esquema (a través del tráfico de influencias, la corrupción o los afanes autocráticos) generaría un desequilibrio que bien puede terminar en el colapso general. Conocedor de esta realidad, Ángel Botto Oakley (porteño, abogado, 65 años), ex presidente del Tribunal de Penalidades, siempre cauteló la autonomía de su organismo. “Hubo momentos muy difíciles… Hasta con amenazas”, recuerda. De rostro apacible, su voz, sin embargo, pasa de una sonoridad bucólica al tono grave de un magistrado en pleno ejercicio. El mismo que modulaba a la hora de emitir los fallos o defender la independencia de sus funciones. “Y debí hacerlo en más de una oportunidad”. - ¿Cuándo? - Durante la presidencia de Harold Mayne-Nicholls, el tema se complicó. Harold asumió en 2006 y casi de inmediato me llamó para pedirme que no repostulara a la presidencia del Tribunal. Al preguntar la razón, me dijo: “No creo en las personas que se perpetúan en los cargos…” Le respondí que no había problemas, siempre y cuando tomara el teléfono y llamara a Blatter, Grondona y Leoz para expresarles lo mismo. Ahí terminó el diálogo. - ¿Qué pasó después? - Un episodio muy triste, pues para sacarme del camino, Mayne-Nicholls violentó brutalmente estatutos y reglamentos. Puso de candidatos a profesionales que no cumplían los requisitos mínimos para postular, como Luis Bates, y se hizo asesorar en materias legales por René Reyes (hijo)… ¡quien no era abogado! Me quitó el apoyo de Santiago Wanderers (el club de toda mi vida), repartió panfletos el día de la votación, que se efectuó en el casino de Viña del Mar, e intentó convencer a Juan Carlos Saffie, ex síndico de Colo Colo y quien me había conseguido el patrocinio de Ñublense, para que me diera la espalda. Fracasó, obviamente. Al cabo, el Consejo de Presidente me renovó la confianza por otro período más. - Asumió con el rechazo explícito del presidente de la Asociación, un escenario para nada favorable… - A partir de ahí, el Tribunal con todos sus miembros pasamos a Siberia. De verdad. No existíamos para el directorio de la ANFP. Hubo una política de hostigamiento

sostenido e, incluso, Harold tuvo un violento altercado telefónico con Exequiel Segall, el actual presidente del Tribunal. Con el correr de los meses, las cosas se fueron calmando, dentro de un evidente ambiente de tirantez. - ¿No pensó renunciar? - De ninguna manera. Más bien sobreviví a esos momentos, apelando a la madurez, tratando de entender la realidad y recibiendo el apoyo de todos los integrantes del organismo. Porque el problema principal de Harold era conmigo, aunque el problema terminó por arrastrarlos a todos. - Mayne-Nicholls terminó por salir… - Mire, a seis meses de esa elección yo ya sabía que Harold iba a perder. Ojo, jamás me metí en cuestiones contingentes (por falta de interés y porque no debía hacerlo), pero era cosa de escuchar lo que decían los distintos presidentes de clubes para darse cuenta de que no ganaba. En la víspera del acto, se produjo la instancia más infame de la campaña electoral, esa que alteró todos los principios democráticos: la famosa conferencia de prensa de Marcelo Bielsa en la sede de Quilín. Pero Bielsa lo único que logró fue que Jorge Segovia no fuese presidente, pues no pudo evitar la derrota de Mayne-Nicholls. - Segovia fue inhabilitado y las miradas comenzaron a centrarse en Sergio Jadue, un ilustre desconocido hasta ese minuto. Y usted siguió por otro período. - Honestamente, no tenía muchas ganas. Ya me encontraba algo cansado, pero varios timoneles de clubes de Primera, como de la B, me pidieron que continuara. Recuerde que había cierto desgobierno en la ANFP, porque las razones para inhabilitar a Segovia como presidente, también se hicieron extensivas a otros dirigentes. - Pero no a Jadue. - Así fue, y debo reconocer que, al principio, le tomé gran simpatía a Sergio. Me pareció un tipo joven, ganoso, pese a que de él se dijeron una serie de barbaridades… Tuvimos mucha interacción, intercambio de ideas, todo iba bien hasta que comenzaron los desencuentros. - ¿Por qué? - Por un valor que, para mí, es intransable: la autonomía del Tribunal. - ¿Jadue intentó vulnerar esa autonomía? - A ver: nunca hubo intervencionismo de parte suya, pero nunca entendió el concepto de la separación de los poderes dentro del fútbol. Creo que tenía una percepción equivocada sobre el tema. Por ejemplo, envió algunas cartas al Tribunal de Honor, expresando molestia por algunos de nuestros fallos. Hasta hizo un reproche público porque, a su juicio, nosotros no considerábamos sus ideas. - ¿Y lo hacían? - No. Sigue

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ENTREVISTA

- ¿Por qué razón? - Simplemente porque no correspondía. - ¿Cómo reaccionó? - Igual que Mayne-Nicholls, así es que nuevamente partimos a Siberia… (sonríe). Menoscabó al Tribunal, hasta nos quitó la sala para sesionar. - ¿Nunca intentó interceder en algún fallo? - Jamás. Harold tampoco lo hizo. - ¿Y cómo retornaron desde Siberia? - Se llegó a un punto clave. La acusación contra MayneNicholls por presuntas irregularidades por dineros destinados a la construcción de canchas, post terremoto de 2010. La idea era inhabilitarlo a perpetuidad. Sin embargo, el Tribunal estimó que no había méritos para una sanción como esa. Dado que ese fallo no satisfizo las expectativas del nuevo directorio, especialmente las de Segovia, comencé a recibir amenazas. - ¡¿Cómo?! - Personalmente se me acercaban personeros (no diré quiénes) para decirme, no muy amistosamente, que me iban a sacar del cargo. Aclaro que Jadue jamás me amenazó. - ¿De qué manera reaccionó? - Me mantuve tranquilo y velé, como siempre, por la autonomía del Tribunal. - Pero todo empeoró tras ese incidente en Valparaíso ¿Qué ocurrió realmente? - Una tontera. Fui al Estadio Elías Figueroa a ver a Wanderers, obvio, y allí me enfrasqué en una fuerte discusión futbolística con el gerente del club, un joven muy vehemente… El tema trascendió y el directorio de la ANFP me citó formalmente para entregar mi versión. Conseguí que me acompañara Segall (sólo en calidad de oyente) e hice mis descargos. Segovia escuchó atentamente. Luego tomó la palabra y me habló de la ética, de los valores, que resultaba impresentable que el presidente del Tribunal de Penalidades se viera envuelto en escándalos así, y me pidió la renuncia. Me negué. Me advirtió que pasaría el caso al Consejo de Presidentes con un voto de censura en mi contra. “Vamos al Consejo”, le respondí… - ¿Sólo habló Jorge Segovia? - Sólo él. El resto del directorio guardaba silencio. - ¿Silencio cómplice o con cierto grado de incomodad? - No recuerdo, pero estaba claro que la voz cantante era de Segovia. - ¿Lo pasaron al Consejo? - Nunca lo hicieron. Es que se trató de un incidente menor, producto de apreciaciones futbolísticas distintas. Con decirle que ni siquiera Wanderers levantó cargos… - Segovia, luego, se fue del país. - Afortunadamente, también se fue de la ANFP. Supe

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que en España tuvo una pelea brutal con Jadue, quedando rotas las relaciones entre ambos. Y dio la casualidad que, a partir de ese instante, mi relación con Jadue tomó otro rumbo: fría, pero cordial. Siempre he pensado que él no era el problema, sino que estaba instigado por Segovia. - Lo extraño es que usted igual terminó por renunciar a comienzos de este año. - Algo de cansancio tras 21 años de funciones, aunque lo que precipitó mi decisión fue el hecho de que en esta administración los miembros del organismo pasaron a ser remunerados. Eso puede colocar en entredicho su autonomía. - Eso parece no molestarle a los actuales miembros. - Así parece… - Su renuncia no pasó indadvertida, hasta recibió una medalla. - Fue una verdadera sorpresa que Jadue me llamara a su oficina para conversar. Hablamos como dos horas y terminamos aclarando muchos puntos. Ahí me dijo lo del homenaje y lo de la medalla al mérito que me entregaría la Federación. También fui invitado al Mundial Brasil 2014. - O sea, como en los cuentos infantiles, todo tuvo un final feliz. - Merecido, más bien…

EL CONFLICTO PALESTINO Uno de los pocos momentos que en Botto asomó la indignación, fue cuando se refirió a la famosa polémica por la camiseta de Palestino. "Cuando la gente del club árabe me consultó sobre el tema (colocación del mapa de Palestina en la espalda, reemplazando al número 1), les dije que recibirían una sanción, pues en las bases está normado cómo y de qué tamaño deben ser los números de las camisetas. Al final, jugaron tres partidos así... Para evitar más problemas, pues el Tribunal multó a la institución, el mapa luego se ubicó en el frente de la camiseta". "Como dije, sancionamos a Palestino en la reunión habitual de los martes. Pues bien, a los pocos días y con escaso intervalo, dos columnistas del diario El Mercurio me atacaron cobardemente por ese hecho, con una odiosidad tan grande como su nivel de desinformación. Jamás me contactaron, nunca les preocupó tener la información completa o darme la posibilidad de fundamentar la medida. Es uno de los hechos que recuerdo con más dolor de mi paso por el Tribunal".


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Por Jorge Castillo Pizarro Periodista e investigador musical

Chipamoglis

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onfieso que Johnny Herrera no es santo de mi devoción. En su carrera ha perdido muchas menos oportunidades futbolísticas que callar cuando era oportuno hacerlo. El domingo, durante algunos segundos, logró sacarme una sonrisa cuando intentó trapear el suelo con Felipe Flores, tildándole de chipamogli. Pero rápidamente comprendí que lo de Johnny era una más de sus actuaciones ante los medios de comunicación y la hinchada. Sabía muy bien que usando ese sinónimo de flaite daría que hablar por varios días y obligaría a unos cuantos periodistas (incluyéndome) a poner la atención en su persona. Lo grave es que a estas alturas de su carrera el ídolo azul no comprenda lo valioso de aquello que la cuestionada FIFA ha denominado fair play. Si algo hemos de agradecerle a la televisión por cable es poder ver a cada rato lo mejor del fútbol mundial. Pero no solo las bondades técnicas, sino que el respeto que las estrellas profesan a sus pares, salvo excepcionales episodios de descontrol. De tanto verlos, uno termina creyendo que enarbolan sinceramente rumbo a la cancha los lienzos de la FIFA invitando al juego limpio. No como acá, donde Johnny y la inmensa mayoría de nuestros jugadores, ratificando aquella pobre comprensión de lectura que acusan los estudios sobre la enseñanza escolar chilena, han entendido lo del fair play por encimita. Para la tele y sobre todo cuando los vientos soplan a favor. Pero quizás los peores chipamoglis del fútbol chileno no sean los jugadores, sino que los periodistas deportivos, aquellos futbolistas frustrados que han sido incapaces de usar sus años de universidad para analizar con altura de mira tanto rasquerío futbolero y juzgar como se debe exabruptos de toda laya que incentivan a la violencia dentro y fuera de los estadios. Tan superficiales como para recurrir al facilismo populista de criticar siempre al Estado y sus hasta ahora inútiles esfuerzos por controlar los desbandes y no asumir sus propias culpas. El último clásico fue otra oportunidad perdida para expiarlas. Lo hablado y escrito sobre los desbordes en la cancha del Monumental se quedó en la consignación de los hechos, exhibiéndolos más bien con el ánimo de concitar lectura y raiting que de dar un juicio moral que oriente a los recalcitrantes, que en estos duelos suelen ser mayoría. Lo del Chipamogli me recordó aquella vez que Pinilla mostró su clasismo social remedando el supuesto mal hablar de la hinchada colocolina. El domingo pasado usó las redes

sociales para insultar al árbitro Jorge Osorio. Peor estuvo Marcelo Díaz, referente en la selección, cuyo insulto fue más agraviante. En esto tampoco es un primerizo. Lo recuerdo en el mismo Monumental remedando con sus manos el sexo femenino, refregándoles a los albos su apodo de zorras. Quizás lo peor de ambos seleccionados es que desnudaron su alma sabiéndose impunes al no ser protagonistas directos del lance. Del otro lado también sobran los malos ejemplos. Valdivia y Flores, con nueve años de diferencia, gritándoles el gol en la cara a Herrera, sabiendo que éste no conoce la palabra autocontrol. O Francisco Prieto provocando con un sugerente vaivén genital a la barra azul. O Iván Zamorano, uno de los máximos ídolos de la historia, pateando sibilinamente en 2003 a Carlos Chandía, en la final que Colo Colo perdió con Cobreloa. O Jason Silva, pisoteando una bandera azul en el clásico del primer semestre. Todo lo descrito no es más que uno de los múltiples ejemplos del subdesarrollo del fútbol chileno. Hay muchos otros, como que los entrenadores de las inferiores enseñan a los niños que “los clásicos se ganan a como dé lugar” y no que el rival es un igual que merece respeto. Por ahí parte la cosa. Si no se enfatiza desde pequeños la importancia del buen comportamiento, los jugadores serán incapaces (como nos lo muestran hoy a destajo) de discernir la gravedad de sus actos y palabras y del efecto peligroso que tienen en masas sumergidas en una sociedad que no da oportunidades a todos y solo premia a los triunfadores, sin preguntarse cómo llegaron a serlo. Con un periodismo cómplice que festina o hace la vista gorda y no sanciona éticamente a los instigadores verbales y gestuales, seguirán proliferando en los estadios los Chipamogli a la brutanteque que acuchillan, roban, apedrean o se trenzan a golpes. Tal como en el doloroso tema de los derechos humanos se apunta con el dedo a los responsables morales de su violación sistemática en dictadura, en el fútbol chileno el periodismo no debe eludir su rol fiscalizador y orientador reprochando firmemente y sin titubeos a los actores, cualquiera sea su estamento, que inconscientemente alientan la violencia. Pretender estar lo más arriba posible en el ranking FIFA debe sustentarse en un desarrollo integral y no solo en un fútbol acostumbrado a ganar a toda costa. Que no ocurra lo que al país financiero que se enorgullece de codearse con los grandes de la OCDE, dribleando la vergonzosa contradicción entre los promedios económicos y la realidad.


LOS MUCHACHOS DE ANTES Por Luis Urrutia O'Nell

–¿Usted nació en Santiago? –Sí. Mi papá, Juan, era de Talca, y mi mamá, Orfelina, de Panimávida. Cuando eran pololos, ella se vino a Santiago, que en ese tiempo por el sur llegaba hasta la línea del tren, en calle Placer. Sin tener más datos, mi papá se vino a buscarla, viajó en tren a carbón, cargado con maderas y animales, hasta que la encontró. Después nacimos los seis hijos, cinco hombres y una mujer. –¿Quién lo bautizó Monito? –Mi mamá, porque un día llegué con tierra hasta la cabeza y porque yo era muy ágil. –¿Cuándo llegó a Magallanes? –¡Pucha, soy malo para acordarme de los años! Yo jugaba en la calle, me vinieron a buscar de Iberia y me escondí. Me vinieron a buscar de Santiago Morning y me escondí. En los barrios defendía al club Juan Arrué, que debía su nombre a un boxeador. Como la familia Arrué no se ponía con plata, le cambiamos el nombre a Atlético San Juan. Ahí actuábamos los cinco hermanos Sepúlveda, fuimos campeones durante tres o cuatro años en torneos de 142 equipos con eliminación directa. Y llegué a Magallanes porque era del Matadero Franklin, donde fui matarife de cerdos. –¿Pudo haber jugado en Colo Colo? –Claro. En un partido contra los viejos cracks, le hice una campanita –ahora lo llaman sombrero– a Guillermo Fuenzalida, y el Tigre Sorrel me dijo que yo tenía que ir a Colo Colo, que él iba a hablar con el entrenador Luis Tirado. Le comenté que no me gustaba Colo Colo, que me gustaba Magallanes.

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Custodio Sepúlveda Es uno de los jugadores que se salvó de la tragedia aérea de Green Cross, cuyo avión se estrelló sin sobrevivientes en el cerro Lástima, de Linares, en abril de 1961.


Green Cross 1958: Mario Álvarez, Gonzalo Carrasco, Gustavo Chacón, Rigoberto Salinas, Dante Coppa y José Silva; Custodio Sepúlveda, Héctor Pérez, Gustavo Albella, Ernesto Álvarez y Manuel Olea.

–¿Su debut en Primera División? –Frente a Everton de René Meléndez en Viña del Mar. De regreso, de la Estación Mapocho nos pasamos a una fuente de soda en el barrio chino de la calle Bandera. Los jugadores mayores, entre ellos José Valdés, hermano del Keko; José y Luis López, los hermanitos del diablo; y el moreno Carlos Albadiz, empezaron a tomar pílsener y yo los seguí por un tema de amistad. Nos quedamos hasta la madrugada y nos sorprendió el entrenador Carlos Orlandelli, que me insultó de lo lindo: “¡Mocoso de porquería, váyase para su casa!”. Yo vivía en una población callampa, en Carmen 2180. –¿Fue la única vez que lo retó Orlandelli? –No. Brasil entrenaba en el Estadio Nacional, no recuerdo si era por una eliminatoria, me metí a la práctica y me marcó Brandaozinho. Yo con zapatillas y él con botines. Le di un baile espectacular, él se tiraba en tijera y yo lo saltaba, fui una maravilla. Días después, el argentino Orlandelli me subió y me bajó, había visto en el cine Santa Lucía una película del entrenamiento,

porque los brasileños utilizaban una cámara para grabar. –¿Por eso lo castigaron y lo enviaron a préstamo a Unión La Calera? –No, eso fue después del accidente. –¿Cuál accidente? –Me balearon en el barrio Franklin cuando iba con un amigo al club Chago, donde exigían corbata para entrar. Un turco que estaba cerrando una cortina metálica sacó un revólver y nos amenazó, nos apuntó al pecho y no le salió la bala. Le dijimos que se guardara el arma en cierta parte, el revólver se arregló, me disparó en el muslo derecho y me dañó la rótula. Estuve hartas semanas en el hospital Barros Luco. –¿Cómo le fue en Unión La Calera? –Me costó recuperarme, subía cerros de arena en San Antonio para fortalecer la pierna. Fui compañero del argentino Luis Wilson. –Regresó a Magallanes y después firmó en Green Cross. Sigue

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Festejo de Green Cross por el 5-1 a Colo Colo en 1958: Lito Manuel Contreras, Custodio Sepúlveda y Gustavo Albella.

–Sacamos goleador del torneo al argentino Gustavo Albella dos veces (1957: 27 goles; 1958: 22) y un año en Segunda División, cuando fuimos campeones (1960: 22 goles). Albella era chueco para caminar, metía el cuerpo, le pegaba con las dos piernas, cabeceaba y tenía el egoísmo del goleador. –¿Cómo jugaba usted? –Tenía un gran estado físico, no me cansaba, me ponían de wing derecho o de wing izquierdo, pero me gustaba ir donde estuviera la pelota. Jugaba parecido a Mario Moreno y también a Alexis Sánchez. –¿Su mejor momento? –Debe haber sido en las primeras fechas del torneo 1958, cuando goleamos 6-3 al campeón Audax Italiano, con cuatro tantos de Albella, y 5-1 a Colo Colo, dos de Albella, dos de Lito Contreras y uno mío a Mi-

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sael Escuti, en el arco norte. Un dirigente de Green Cross, Fernando Jaramillo, me dio un cheque-vale para la Casa Peñalba, que era como Falabella o Almacenes París. Lo cambié por un abrigo de gabardina. Jaramillo me dijo que por cada gol me iba a regalar un cheque-vale de Peñalba. En el partido siguiente, tiré la pared con el cordobés Albella y no me la devolvió, habría quedado solo frente al arquero. En el camarín lo insulté y entonces intervino Ernesto Álvarez, que después fue figura en el Ballet Azul. Me dijo que él iba a jugar conmigo, que Albella era su compatriota, pero una mala persona. –Green Cross sufrió varias desgracias. –Claro. En 1960 se quemó la sede social, en Bandera al llegar a Moneda, por el lado del Banco del Estado. Ahí nos fuimos a las calles París y Londres, detrás de la


iglesia San Francisco. Y al año siguiente, se cayó el avión después de un partido en Osorno que perdimos 1-0 por la Copa Chile. –¿Por qué se salvó usted? –Nos separaron en dos grupos. Me tocó el primer avión, que hizo escalas en varias ciudades, mientras el segundo avión era un vuelo directo y por eso nos pasó. Llegamos al aeropuerto Los Cerrillos, el otro avión no había arribado y el bus estaba esperando a los demás jugadores. Alguien comentó: “Ese avión se tiene que haber caído”. ¡Casi le pegamos! Durante una semana íbamos todos los días a Los Cerrillos hasta que el avión apareció estrellado en el cerro Lástima, en Linares. Entonces le comenté a mi compañero Víctor Maturana, ¿te acuerdas del fuego que vimos en Linares? Ese tiene que haber sido el avión. Perdimos ocho jugadores y el entrenador, no hubo sobrevivientes, todos quedaron en la cordillera. El funeral que se hizo en la Asociación Central de Fútbol fue simbólico, le pusieron piedras a los ataúdes. –Después vino el desfalco de Jaramillo en el Banco Central. –Fue por 265 millones de pesos de la época. Él sacaba dinero de la bóveda para pagar los gastos de Green Cross. –¿Entrenó con Eliseo Mourinho? –¡Fuera de serie! Campeón con la selección argentina y con Boca Juniors. Él tenía 33 años, pero era un centro half extraordinario. Organizaba el juego, cuando el rival nos atacaba, me pedía: “¡Sostenelo, negro, sostenelo!”. Así le daba tiempo para recuperar su posición. –¿Una anécdota? –En Magallanes había varios jugadores pelusones, como el Bigote Torres, quien bromeaba a Juan Cortés y lo trataba de atorrante: “El otro día te entrevistaron y dijiste: un saludo a mi vecina, porque mi mamá no tiene radio”.

Monito Custodio del Carmen Sepúlveda Parra Nació el 14 de octubre de 1931 (83 años). Medía 1,70 metro y pesaba 65 kilos Magallanes Unión La Calera Green Cross San Bernardo Central

Green Cross 1960, campeón de Ascenso: Rigoberto Salinas, Manuel Ribbó, Arnoldo Gobbo, Dante Coppa, Alfonso Vega y Miguel Hurtado; Pedro Flores, Gustavo Albella, Lito Manuel Contreras, Custodio Sepúlveda y Ernesto Aravena.

Green Cross 1961: Mario González (kinesiólogo), Santiago García, Alfonso Vega, José Silva, Dante Coppa, David Hermosilla y Víctor Maturana; Héctor Toledo, Lito Manuel Contreras, Berty González, Osvaldo Díaz y Custodio Sepúlveda. Los señalados con flechas no tomaron el vuelo fatal.

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ANALISIS

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sta es una conversación imaginaria entre técnicos de buen cartel en Argentina, que luego tuvieron un paso poco feliz por Chile. En los últimos años han venido varios estrategos que cobran al menos 1 millón de dólares por temporada, como Américo Rubén Gallego, Diego Cagna, Darío Franco y últimamente Julio César Falcioni, adiestrador que agotó la paciencia de los hinchas de Universidad Católica y que por el alto monto de su indemnización, todavía no es despedido por Cruzados S.A. Falcioni no es el único causante de la crisis de Católica, pero sí tiene una buena cuota de responsabilidad en los malos resultados. Los cruzados no cuentan con un sello definido. No es un equipo pragmático como el Boca Juniors subcampeón de América en 2012; tampoco tiene la cuota de irreverencia del Banfield campeón de 2009. Esta UC afronta cada partido de una manera diferente, tratando de hacer “lo que puede” de acuerdo a las posibilidades que entrega el rival. El DT tuvo tiempo para hacer una buena pretemporada, y en los recesos por las fechas FIFA, el equipo no mejoró, pese a contar con muchos días de entrenamiento. En un par de semanas Católica se quedó sin Copa Sudamericana, sin Copa Chile y sin posibilidades de conseguir el título del Apertura. Y actualmente está lejos de la liguilla. Hay algo claro: si el entrenador de Católica fuera chi-

El año sábatico de Católica -¿Qué vas hacer? -Que sé yo. Un año sabático. -No seas boludo. Trabajá en Chile -¿En Chile? -Sí. Pagan bien, no hay presión. Si te va bien, bárbaro; si te va mal, los dirigentes te aguantan hasta que no se pueda más y te traes una buena guita para que ahí sí disfrutés los últimos meses del sabático. -¿Y qué pasa después acá? -Descansás. Comentás unos meses en Fox (pronunciado como fos por los entrenadores de la escuela Gallego o Labruna) y después explicás que el futbolista chileno no está preparado para un método de alta exigencia. El próximo año volvés a dirigir de verdad. Por Matías Alcántara

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leno, o bien un extranjero con sueldo menor, hace rato ya tendría su reemplazante interino, cargo que gusta en demasía a los directivos de la precordillera, porque ha sido la especialidad de los últimos años, con Mario Lepe (que después fue ratificado en el cargo), Andrés Romero y últimamente con Rodrigo Astudillo, jefe de divisiones inferiores y quien asumió un interinato que duró todo un semestre. Sí, un campeonato completo que tenía como objetivo darle tiempo a José María Buljubasich para convencer a su amigo Eduardo Berizzo, el que finalmente optó por dirigir al Celta de Vigo. Como solución, a los directores de Cruzados S.A. se les ocurrió presentar una propuesta sobre las alternativas para aumentar el capital de la sociedad anónima, y contar, así, con mayores recursos para refuerzos y contratación de asesores que entreguen alternativas para tomar mejores decisiones. Como si los problemas de Católica fueran económicos. O'Higgins con menos consiguió el título del año pasado. Wanderers con mucho menos está peleando el campeonato. Hay más ejemplos: Unión Española y Huachipato. Y si lo que realmente necesitan en Católica son asesores para tomar buenas decisiones, ¿no sería mejor que los cargos sean ocupados por personas idóneas que puedan descernir mejor? Por si fuera poco, Luis Larraín, presidente de Cruzados S.A., se dio el lujo de bromear a través de twitter

al capitán del archirrival. “Pepenbahuer” escribió en la red social, luego del par de errores del seleccionado nacional frente a Perú. Primero, señor Larraín, ordene la casa. Después vea los errores del adversario. Y trate de no fomentar el bullying, menos desde su cargo. Los jugadores también tienen una buena cuota de responsabilidad. Cristián Álvarez, por ejemplo, en la semana previa al partido con Barnechea, describió al rival de la siguiente manera: ”Han mejorado mucho en los últimos partidos. Ya no es el equipo al que todos le tienen que ganar, obtuvo puntos importantes y salió del fondo. Se afirmó con el cambio de entrenador y se nota un equipo con ganas de seguir triunfando”. Respeto exagerado para el otro club del sector oriente santiaguino. El propio capitán cruzado había cometido un error vital en la final frente a O´Higgins: lloró antes del pitazo de Jorge Osorio, como dando por perdido el título faltando todavía las últimas jugadas. Finalmente, José María Buljubasich también tiene su responsabilidad, y desde hace rato. Pero pareciera que es un intocable en su cargo, pese a los errores. Cuando asumió como gerente deportivo, logró el título de 2010. Luego encabezó buenas campañas que no lograron coronarse con campeonatos. Pero lo realizado en este último año da para pensar que en Universidad Católica realmente se tomaron un año sabático.

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