Un rato con
La Aldea Fredy González
Imaginado por:
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Un rato con
La Aldea imaginado por
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Índice
1
Ensalada
de vocales
Arnulfo 2
Pataslimpias
3
Gallinestiramientos
4
4 Supergallinetas 5 con En-ri-rique Re-res-pira
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Un rato con
La Aldea
Ensalada
de vocales
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Hoy quiero preparar una ensalada, pero no sé qué ponerle… ¡Ayúdame!
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A Ponle a, con a y a. Y otra a, con a y a. Doble a, con a y a. Y otra a, que nunca va mal.
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Aaaaaa de arveja, de albahaca, de ajo, de almendra, de amarillo… ¿Amarillo? Sí, así me sabe la alegría.
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E Ponle e, con e y e. Y otra e, con e y e. Doble e, con e y e. Y otra e, que se ve muy bien.
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Eeeeee de espinaca, de elote, de espárragos, de emoción… ¿Emoción? Sí, de pensar en un rico limón.
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I Ponle i, con i e i. Y otra i, con i e i. Doble i, con i e i. Y otra i, que no la vi ahí.
14
Iiiiii de ideas, de infinito, de iguales, Esperen, ¿no es de ensalada esta canción? Sí, ponle un poco de imaginación.
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o Ponle o, con o y o. Y otra o, con o y o. Doble o, con o y o. Y otra o, que sabe mejor.
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Oooooo de oblea, de olivas, de orégano, de osa… ¿Osa? Sí, porque hoy me siento grandiosa.
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u Ponle u, con u y u. Y otra u, con u y u. Doble u, con u y u. Y otra u, que faltas tú.
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Uuuuuu de uvas, de uchuvas, de universo, de unicornio… ¿Unicornio? Sí, como yo que soy único. ¿Único? Único el murciélago que las tiene todas. ¿A quiénes? Pues a las vocales.
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Ponle a, con a y a. Ponle e, con e y e. Y esa i, con i e i. Y otra o, con o y o. Y una u, con u y u. La la la la la la la la la la Acá está la ensalada.
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Con la A. Acá astá la ansalada. Con la E. Equé esté le enselede. Sí, sí, le enselede. Con la I. Iquí istí li insilidi. Con la O. Ocó ostó lo onsolodo. Con la U. Ucú ustú lu unsuludu.
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AEIOU Aquí está la ensalada que deseabas tú. AEIOU
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¡Qué rica ha quedado y lo mejor es que aprendemos!
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Un rato con
La Aldea
Arnulfo
Pataslimpias
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En la palma de mis patas hay un circo en miniatura,
¿cómo así?
mugre, caricias y trucos, muchas bacterias, muchas, muchas bacterias, y diferentes criaturas.
¡Qué feo!
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Hay criaturas quisquillosas, muchas, son muchas criaturas, que no se dejan ni ver…
Es que son chiquiticas.
Algunas son peligrosas y me pondrán a toser.
Es que nosotros no queremos toser.
Tienes que cuidarte muy bien.
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Tú también has de tenerlas…
¿Yo?
En tus uñas y en tu piel. Por eso debes lavarte, para que puedas comer. Hay que lavarse muy bien.
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Al tocar la plastilina, muebles, barandas y ropa; el lomo de tu mascota; la cuchara de la sopa.
¡Casi todo! ¿Y sí se lavaron las manos?
¡Qué sopa tan rica!
Lávate con agua y jabón suficientes;
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Eso no es tan fácil.
¡Deja de refunfuñar!
Me lavo despacio, aunque sea impaciente. Meñique, pulgar, índice y anular. ¿Y si se me olvida alguno? Pues no pasa nada y yo vuelvo a empezar. Sí, sí, desde el principio.
Meñique
Anular
Medio
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índice
Pulgar
La pata al derecho y la mano al revés.
¡Toda la mano!
Restriego de nuevo y sonrío después.
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Ya casi termino, mas no me sacudo; dejo que se sequen mis patas solitas. Me tapo la cara si hay estornudos, mientras tarareo esta cancioncita. Lalalalalala La la la lalala lalala la la la la La la la la lalalala …
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la
la
la
la
la la
¡Lávate!
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Un rato con
La Aldea
Gallinestiramientos
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Ufff! Después de una rutina de calentamiento, estoy lista para el siguiente nivel: fortalecer mis músculos y articulaciones. Antes de comenzar, tomemos un poco de aire y caminemos en el puesto cada vez más lento, respirando profundamente Extiendan sus alas y aleteen lentamente mientras recuperan el aliento. Uno, dos, uno, dos. ¡Eso, así es!
Ahora, sí, ¡adelante!
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Separen sus piernas y flexionen sus rodillas como si se sentaran cómodos sobre una roca, manteniendo la espalda recta. Estiren sus alas al frente. No, no, no, ¡no levanten los talones! Bien pegados los talones de sus patas sobre el suelo. Cuenten hasta quince segundos en esta posición.
Si no lo logran, no pasa nada, ¡pueden volverlo a intentar!
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¿Ey, tú qué haces, Glenda? ¿Qué ejercicio es ese?
Lo siento, Gloria, me distraje atrapando nubes… ¡Son tan esponjosas! Tal vez practicando lo logre algún día.
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Aldeanos, ¡todos a atrapar nubes! Junten sus patas dentro del círculo imaginario, peguen sus alas a sus costados mirando en frente, tomen impulso y... Salten mirando hacia arriba y juntando sus alas sobre su cabeza, como si atraparan una nube. Eso sí, al caer sus patas, deben quedar fuera del círculo. ¿Ya lo tienen? Ahora salten de nuevo y regresen a la posición inicial: tobillos juntos y alas pegadas a sus costados. Rectos como un pino… ¡Eso es! Atrapen ocho nubes.
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Ahora tomen un poco de agua en sorbos pequeños y respiren profundamente tres veces, preferiblemente por la nariz.
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Lo han hecho muy bien. Ahora vamos a es-ti-rarnos. Esto ayudará a que no haya dolor después del ejercicio. Sí, sí, después del ejercicio. Separen sus patas hasta que queden fuera del círculo imaginario. Estiren sus alas al frente, mantengan la espalda recta e intenten, con mucho cuidado, tocar el suelo con las puntas de sus alas sin doblar las rodillas.
Levántense muy lentamente para evitar mareos. Y no olviden…
Respirar, respirar y respirar. Gary, ¿y ahora qué hago con tantas nubes?
Mantengan esta posición durante quince segundos. No olviden respirar, no lo olviden, no lo olviden.
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¿Qué tal si intentas ponerles un poco de miel y comerlas al desayuno?
Recuerden que alimentarse e hidratarse es muy importante antes, durante y después de sus tareas del día. ¡Me siento renovado! ¿Cómo se sienten ustedes? ¿Cómo se sienten?
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Un rato con
La Aldea
Supergallinetas
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Ahhhohmmm. Otro nuevo día en el barrio Gallineta. La siembra de alimentos es una tarea muy exigente y (quitar la coma del video) por eso, las gallinetas preparamos nuestros cuerpos emplumados antes de comenzar.
¿Nos acompañan? ¡A movernos!
Sí, antes de comenzar, antes de comenzar.
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Lo primero que haremos es calentar. Mantente de pie, pon tu espalda recta mirando al frente, imagina un círculo alrededor de tus pies y comienza a marchar al ritmo de la música, pero sin salirte de ese círculo. Sin salirte, sin salirte. ¡Muy bien! Marchando aldeanos. Un, dos, un, dos, un, dos, un, dos, un, dos …
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Sin perder el ritmo, intenta tocar tu cola con los talones de tus pies. Pues, justo así, como si te dieras una patada a ti mismo, ¡auch! Continúa contando cada patada hasta completar diez. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… ¡Ufff!
Ahora, y sin detenerte, marcha con las rodillas en alto. ¡Más alto! Como si quisieras tocar tu pecho en cada paso. Mueve tus brazos como si caminaras con mucho afán y recuerda no salirte del círculo. ¡Sin salirte! ¡Cuenta diez superpasos! Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, (quitar el y del subtítulo) ¡diez!
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Ahora mi parte favorita de esta rutina gallimatutina. ¡A saltar! No dejes ir el ritmo y salta como si tuvieras un lazo imaginario. Cuenta hasta veinte brincos. ¡Boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing, boing!
¿Sientes como tu corazón se acelera? Ahora tus músculos y articulaciones están más calientes y flexibles para jugar, para trotar, para sembrar, para nadar o para caminar en la escuela. Sí, sí, en la escuela.
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Realicen estos ejercicios cada mañana al despertar y sentirán cómo su cuerpo se llena de energía. Hoy me siento como… ¡supergallineta! Así que tomaré una supernaranja de desayuno, agua fresca y ¡a sembrar! No olviden hidratarse y alimentarse muy bien.
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Un rato con
La Aldea
Re-res-pira con En-ri-rique
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¡Qué bien huele el aire esta mañana!, ¿verdad? ¿Cuántos aromas encuentras a tu alrededor?
Yo percibo: el musgo, la niebla, pequeños insectos y una estrella que se quedó dormida. ¿Te imaginas a qué huele una estrella?
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Hoy te invito a explorar el bosque conmigo. ¡Será maravilloso! Siéntate cómodo sobre el suelo, con tu espalda recta y tus piernas estiradas. Descansa tus manos en el suelo. Cierra los ojos y sígueme.
Antes de abrir mis ojos en la mañana, siento cómo las pequeñas hormigas bajan desde mis hombros hasta mi panza.
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Aún con los ojos cerrados, “camina” con la punta de tus dedos suavemente desde tus hombros y posa las palmas de tus manos sobre tu vientre. Siente cómo suben y bajan cada vez que respiras. Toma aire y suéltalo suavemente.
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Deja ir a las hormigas
y apoya las palmas de tus manos a lado y lado de tus piernas. ¡Siente! ¿El suelo es suave?
¿Está frío?
¿Cuál es su textura?
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Abre muy bien los ojos, mira al frente por tres segundos y gira lentamente tu cabeza a la derecha
tomando mucho aire, observando muy bien todo.
Detente y suelta suavemente el aire mientras vuelves tu mirada al frente.
Ahora, gira tu cabeza suavemente a la izquierda
tomando aire y con los ojos bien abiertos como los míos. Detente y suelta el aire mientras regresas tu mirada al frente.
¡Qué verde está el bosque hoy!
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Es hora de alimentarnos.
Re-re-re-coge tus piernas como si fueras mariposa, pies al centro y rodillas dobladas. ¡Muy bien! Ahora re-re-re-respira profundamente y pon las palmas de tus manos en frente de tus piernas. Apóyalas muy bien e inclina tu cabeza y tu tronco hacia el frente. Abre bien tus ojos y gíralos en todas direcciones buscando un fruto en el árbol por tres segundos. ¡Lo encontraste!
Estira tu cuello y saca tu lengua lo más fuera que puedas para alcanzarlo durante otros tres segundos. ¡Qué rica fruta! Allí hay otra. Vamos otra vez.
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Por último, protégete del viento que te quiere tumbar de la rama. Aprieta todo tu cuerpo y contén la respiración
resistiendo al viento.
Suelta el aire y descansa. ¡Oh, oh! ¡Regresó el viento! Vuelve a apretar todo tu cuerpo y contén la respiración.
Ufff! Qué cerca estuvo.
Me siento renovado para iniciar un nuevo día en el bosque de La Aldea. ¿Cómo te sientes tú?
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Un rato con La Aldea Primera edición, enero de 2022 Fredy González, por los textos, 2022 ClickArte S.A.S. ISBN: 978-958-53904-1-6 www.clickarte.co Carrera 16 # 85 - 15 Teléfono: +57 6917191 Correo: info@clickarte.co
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