LA CONSOLIDACIÓN DEL MUNDO MODERNO Tomado de: Historia, Geografía y Ciencias Sociales - Texto para el Estudiante- MN Editorial Ltda.– Autores: Victoria Silva Villalobos y Fernando Ramírez Morales
Panorama del siglo XVII en Europa El siglo XVII en Europa fue una época de grandes contrastes. Transcurridos dos siglos desde los inicios de la Edad Moderna, era evidente que se habían ampliado los horizontes económicos, culturales y geográficos y que existían motivos para el optimismo que había caracterizado la época renacentista. Sin embargo, en algunos aspectos no se habían experimentado avances y ciertas situaciones echaban por tierra los pronósticos de tiempos mejores. La sociedad europea, a pesar del encumbramiento de la burguesía, era aún una sociedad estamental con grupos que mantenían privilegios. La población seguía creciendo lentamente ya que no se había logrado detener la alta mortalidad. La esperanza de vida llegaba a los 40 años y la muerte era una experiencia frecuente, agudizada en tiempos de catástrofes debido a las guerras, el hambre y las pestes. Algunos estudios han revelado que durante el siglo XVII se sucedieron pestes cada 20 años en Europa. Cuando coincidían con épocas de hambrunas, sus efectos sobre la población eran aún más letales. La agricultura, actividad que congregaba a la mayoría de la población, no había tenido grandes adelantos. La productividad era baja y si se arruinaban las cosechas, además del problema que significaba para los campesinos, se iniciaba un ciclo de escasez y alza de precios que afectaba a los grupos de menores recursos. La mendicidad era un panorama habitual en las ciudades y campos de Europa. El panorama político no era más alentador. Las diferencias religiosas en Europa aún eran motivo de enemistades y enfrentamientos. La lucha entre católicos y protestantes al interior del Imperio Alemán desató una guerra que se convirtió en un conflicto europeo de gran alcance: la Guerra de los Treinta Años (1618–1648). A los conflictos de índole religiosa se sumaron intereses de tipo económico y político que motivaron la entrada a la guerra de gran parte de los Estados y potencias europeas. Junto al emperador alemán, católico, se alineó la Casa de Austria (los Habsburgos), siendo España la potencia líder, interesada además en mantener su hegemonía en Europa. Esta guerra tuvo varias etapas y los ejércitos españoles debieron enfrentar a diferentes enemigos, entre los cuales se contaron algunos principados alemanes protestantes, Bohemia, Dinamarca, Suecia y las Provincias Unidas. Hasta el año 1635, las principales victorias habían favorecido a la alianza católica. La intervención de Francia en el conflicto – propiciada por el cardenal Richelieu, gran ministro de Luis XIII– cambió el signo de la Ilustración 1: Rendición de Breda guerra. Era un reino católico que entraba a luchar en contra de Austria y España. Era un intento de frenar la supremacía española, motivación fundamentalmente política. Desde ese momento la balanza se inclinó en contra de España, la que además tuvo que enfrentar rebeliones internas de la provincia de Cataluña y de Portugal, que desde tiempos de Felipe II eran parte de España. La guerra terminó con la derrota española y en 1648 se firmó la Paz de Westfalia que supuso, entre otras cosas, reconocer la independencia de las Provincias Unidas, dentro de las cuales destacaba Holanda. Este conflicto bélico, además de cambiar el mapa político de Europa a
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