TELEVISIÓN
LIMA, MARTES 2 DE MAYO DEL 2017
La infidelidad según "Apple Tree Yard", con Emily Watson PÁG. 8
Eugène Courret ante el antiguo local de su estudio bautizado como Fotografía Central, fundado en 1863 en lo que hoy es el Jirón de la Unión.
Sobre el frontis de la antigua Casa Courret cuelga un aviso de alquiler. Excelente oportunidad para repasar el legado de uno de los más renombrados representantes del quehacer fotográfico de la Lima del siglo XIX. [PÁGS. 2-3]
LEGADO OFERTADO
Tema del día
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martes 2 de mayo del 2017
En sus tiempos de esplendor. Delante de sus decorados pintados a mano posó lo más diverso de la sociedad peruana del siglo XIX.
Se alquila memoria Casa Courret Sobre la fachada del antiguo estudio fotográfico Courret cuelga un cartel que anuncia el arriendo del local. Mientras tanto, el archivo que lleva su nombre cumple 30 años en la Biblioteca Nacional del Perú.
L
maribel de paz
o que más impresiona, quizá, sea la nada misma. El vacío reina por donde se mire. El tapiz de las paredes, ido. Los fondos pintados a mano para las escenografías, idos. Idos también los cortinajes y las alfombras. Idos los sillones, las mesas, los espejos y la utilería varia. Único testigo del pasado esplendor del estudio fotográfico más renombrado de Lima: un rosetón de yeso en el centro del techo que recuerda que, sí, fue ahí donde la burguesía limeña acudía a retratarse para la posteridad. Un fluorescente anodino adherido al pobre rosetón, sin embargo, nos trae de vuelta al presente. En lo que ahora es el 393 del Jirón de la Unión, antes fue el 197 de la calle Mercaderes en el Centro de Lima. La hermosa fachada art
nouveau permanece en pie, digna. Sobre ella, un cartel anuncia su arriendo y a la mente vienen el Palais Concert devenido en Ripley y la Casa Welsch hecha Starbucks. La persona encargada de mostrar el inmueble especifica, sin embargo, que el anuncio de alquiler corresponde a la parte posterior del edificio, aquella con puerta al pasaje Olaya. La que da al Jirón de la Unión con sus hermosos balcones de hierro forjado, hoy cubiertos con caca de pájaro, aún no se al- Decorado excrementicio de los balcones art nouveau. quila, afirma. Lugar idóneo para un centro cultural, el temor de que aquel recodo de Lugar idóneo para un centro historia pueda ser invadido por las fritangas de cualquier cultural, el temor de que esta pollería estremece la mente casa pueda ser invadida por y el alma. ¿El Ministerio de las fritangas de una pollería Cultura dirá presente? —Legado preservado— Regentado por el francés Eugène Courret desde 1863, el estudio bautizado como Fotografía Central no fue solo
estremece la mente y el alma. ¿El Ministerio de Cultura dirá presente?
Tema del día
martes 2 de mayo del 2017
Fotos: archivo fotográfico courret/biblioteca nacional del perú
Fundado en 1863, el estudio se ubicó en la antigua calle Mercaderes, hoy Jirón de la Unión.
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Bautizado como Fotografía Central por el francés Eugène Courret, el estudio fue recurso obligado de novias, comerciantes y futuros héroes de guerra. recurso obligado de novias y comerciantes, sino también de futuros héroes de guerra (están ahí, por ejemplo, Grau y Bolognesi). Hoy, buena parte de su legado se encuentra en las bóvedas de la Biblioteca Nacional del Perú, donde cumple30añosderesguardo. JasonMori,encargadodelArchivo Courret en la BNP, ha elegidoalgunosdesustesoros para ser fotografiados. Preservados en sobres libres de ácido, de sus archivos aparecen, entre otros documentos, diversos recibos de pago del estudio. “La casa se encarga de todo tipo de trabajo concerniente a la fotografía”, rezaban en la primera década del siglo XIX. Y era cierto. Los fotógrafos de Courret no le rehuían ni a la muerte. No solo capturaban la gracia de novias, bebes saludables y hasta mascotas, también fueron expertos en legar (para horror actual) aquellas instantáneas comunes de entonces: el retrato post mórtem. Maquillaje para sonrojar mejillas, alambre para sonrisas escabrosas y un pertinente “servicio a domicilio” formaban parte del paquete macabro de la época que lograba retratos a veces tan vitales como para confundir a la muerte misma. —Testimonio de época— Fechada el 16 de febrero de 1987, y dirigida a Juan Mejía Baca, director de la Biblioteca Nacional, la carta de entrega del archivo perteneciente a los descendientes de un antiguo empleado de la Casa Courret de apellido Rengifo da cuenta del total de 4.662 “paquetes”,asícomodeungeneroso detalle: la entrega, “en calidad de yapa”, de mil negativos del Archivo Castillo. El contenido detallado del “sector importante” del archivo Courret señala no menos de 3 mil negativos: doce paquetes de “personajes importantes”, 22 cajas de negativos de vidrio y celuloide de Lima antigua, 1 paquete de colección de presidentes del Perú, dos cajas con fotos de escritores y artistas, una de teatro y actores, y una de actos militares, entre otros. “Courret hizo también fotografía en provincias, que incluso salieron en publicaciones como 'El Correo del Perú' en 1872”, aclara Jason Mori y muestra uno de los once cuadernos de registro que vinieronconlacompradelarchivo.
¿Moda o luto? Novia de negro captada por el lente del estudio Courret. víctor zea
Bibliotecario Jason Mori, custodio del Archivo Courret en la BNP.
Muestra, también, las imágenes en papel albuminado de un grupo de universitarios de 1890 en la Casona de San Marcos; de la antigua dársena del Callao en 1880; de las Con ingreso por el pasaje Olaya, los datos de alqui- vías del Ferrocarril Central ler registrados en la pági- en 1874; vistas de Chorrillos na web de la corredora se- de 1870; la antigua estación ñalan que se trata de un in- San Juan de Dios; el café de Estrasburgo; y la inauguramueble de 533 m2, dúplex, "ideal para restaurante u ción del monumento a Colón oficina importante", con en la alameda de Acho. Tamfrente a pasaje Olaya y Ji- bién, diversas tarjetas de visirón de la Unión. Precio ta, aquel formato fotográfico que se popularizó en la décaseñalado: 7.995 dólares. da de 1860 y desencadenó Conversables. una feroz competencia de preciosquecasillevaalaquiebra de los estudios en Lima. Una de aquellas tarjetas de visita, precisamente, muestra una caricatura de Courret, quien en 1887, al retirarse a Europa, dejó el estudio a su colaborador Adolphe Dubreuil. En 1935, cuando el negocio no daba para más, el estudio quebró y sus miles de negativos fueron entregados como pago a los operarios. Parte de ese legado desperdigado es el que cumple treinta años atesorando la Biblioteca Nacional. Hoy, el bello mascarón Icónica foto de Miguel Grau realizaque decora el remate de la da por el estudio Courret, ca. 1875. fachada de la Casa Courret y que algunos señalan como una alegoría del progreso, amanecerá una vez más luciendo sus bien delineadas facciones cubiertas de hollín mientras mira, impertérrito, el implacable paso de los siglos. Se alquila.
Inmueble en arriendo Se oferta como local comercial