4 minute read

recuperación económica

Servicio con calidad de vida

Proteger la salud es el camino inteligente hacia la recuperación económica

Advertisement

Seguir el protocolo de bioseguridad es fundamental, pero este debe ir acompañado de una estrategia de comunicación para lograr conciencia de que cuidarnos es la mejor manera de reanudar labores.

Por: Ing. María Margarita Camacho Viatela

A medida que pasan los días podemos ver cómo van cobrando más importancia las acciones como el autocuidado, el distanciamiento y la toma de conciencia por parte de todos en la sociedad, desde los más chicos, quienes hoy permanecen en aislamiento obligatorio tratando de entender por qué de repente sus divertidas vidas escolares se interrumpieron, pasando por los adultos que se debaten entre proteger la salud de los suyos y trabajar para asegurar el bienestar de la familia, hasta los mayores que ahora tal vez desesperan un poco a falta de tranquilidad o por exceso de ella.

Sin embargo, también se vienen presentando herramientas que, de ser bien utilizadas, nos permitirán retomar algo de la cotidianidad de manera segura para la salud de todos.

Una de las herramientas más importantes es el protocolo de bioseguridad, aquel que para nuestro sector de la comunicación gráfica se vuelve primordial, dado que más del 80% de los cargos que conforman nuestro equipo humano son operativos y, por lo tanto, indispensables para la ejecución de la producción y el logro de los estándares de calidad que los clientes esperan aún en la situación por la que atravesamos; el personal operativo deberá laborar en espacios cerrados y limitados.

Las actividades que se implementen pueden ser sofisticadas e incluir modificaciones estructurales en las instalaciones físicas de las empresas, como construcción de espacios para vestieres o pocetas para desinfección de zapatos y herramientas, pero pueden ser también medidas menos onerosas e igualmente eficientes como la reubicación de máquinas, escritorios, mesas de trabajo, espacios de alimentación y descanso. En todo caso, las medidas deben procurar las tres acciones vitales de comportamiento que salvarán vidas y mantendrán la salud: limpieza y desinfección, distanciamiento social y uso de elementos de protección personal.

Estas tres acciones vitales se desglosan ya en pequeños ejercicios permanentes como lavado de manos con agua y jabón; desinfección de espacios, máquinas y herramientas de trabajo; orden y aseo de las instalaciones de la organización; limpieza y descontaminación de los medios de transporte que se utilicen y mantener la distancia de los demás durante la jornada laboral, en los recorridos de desplazamiento de camino al trabajo y de regreso y al llegar a casa para proteger a quienes permanecieron aislados en el hogar. Así mismo, facilitar la posibilidad de realizar trabajo desde casa o virtual, usar correctamente las protecciones a las que se tenga acceso (máscaras faciales, tapabocas, gafas, caretas o guantes, por citar algunos ejemplos), de igual forma que aplicar apropiadamente las tareas de limpieza, desinfección y disposición final.

La lista de quehaceres constantes puede ser más o menos larga dependiendo de las características de producción de cada empresa, pocos o muchos empleados, pequeños o grandes espacios de trabajo y convivencia, con sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo (SG-SST) fuertes y establecidos o recién en implementación, posibilidad de movilidad individual o necesidad de uso de sistemas masivos de transportes. Aquí entonces es donde radica la importancia de hacer una buena caracterización de la organización, que involucra tanto la descripción de la población (trabajadores, contratistas y sus familias), como las condiciones físicas de la edificación y el estado de las herramientas (SG-SST, por ejemplo) que pueden facilitar la implementación de los protocolos de bioseguridad.

Así como están identificadas las tres acciones vitales, también tenemos definidos los tres componentes del protocolo:

1. Acciones de bioseguridad en el trabajo: tanto dentro de las instalaciones para garantizar una producción segura, como en la calle con mensajeros y conductores, también en casa para los que están ejecutando trabajo virtual y para quienes se debe procurar no solo bioseguridad sino bienestar en su nuevo ambiente laboral. 2. Movilidad segura: al identificar los diferentes medios de transporte utilizados por la población, se pueden desarrollar metodologías personalizadas para afianzar los comportamientos seguros.

3. Medidas de salud pública: definir lo que cada organización hará en caso de encontrar personas con síntomas de alerta o contagiadas; cómo reportar, qué hacer en los espacios de trabajo y, especialmente, cómo hacer acompañamiento.

Para finalizar, lo que sí es neurálgico es desarrollar un plan de comunicación suficientemente persuasivo que nos conduzca a incluir todos esos pequeños actos en la cotidianidad, pues modificar nuestro comportamiento en lo que se refiere al cuidado de la salud es la meta: lograr la conciencia de que el accionar personal frente al autocuidado es lo que sumará para sobreponernos a esta emergencia sanitaria. En efecto, las organizaciones deben proveer el protocolo y los elementos para su implementación, pero como en todo son las personas las que llevan al éxito o al fracaso; es así como dar a conocer, facilitar la comprensión y mantener actividades de recordación, son elementos esenciales para que los mejores resultados se obtengan.

Esta tarea de salvaguardar la salud no es fácil ni para las organizaciones ni para los trabajadores, pero si las empresas logran el apoyo de su gente, será menos complicado. Por eso hago una invitación a los empresarios: ejecuten una estrategia de reconocimiento; al mostrar lo importante que es cuidarnos entre todos y enseñarlo a su comunidad, enriquecerá el espíritu de su personal y elevará el compromiso con su organización.

Asegurar un protocolo elaborado a la medida de cada organización y su correcta implementación guiará a las empresas hacia una reactivación económica segura, encaminada a la recuperación financiera y la salvaguarda de las personas, los dos componentes sin los que ningún negocio logrará el éxito.

This article is from: