MEDALLONES

NIÑAS ASHFORD LOPEZ.

Como dos angelitos del cielo. Que hermosísimo reir, tan puro, tan dichosamente agradable, que dan ganas de dejarles un beso larguísimo en la comisura de los labios. ¡Almas divinas de la infancia, pedazos de cielo sin una nube, ni siquiera

Mirada que también ríe y ríe con esa sedante entonación de la pureza, de la dicha inconsciente de la vida.

Todo es alegría en estos rostros de amasijo de rusa y de candor hecho rayo de luz...... ¿Por qué reís? -¿Qué es extraña en ese vuestro mirar alegre? ¿Us agradan los días que tenéis?- ¿La paz de vuestra casa os envuelve vuestras almitas cándidas? Segnid riyendo, que es como seguir soñando en juguetes, en monerías, en que vuestros papás son-felices, en qne todo es dicha en vuestra casa; en que un velo-dé luz cubre la camita en que se- revuelve impaciente vuestros cuerpecitos. Reir siempre, y no querrais saber de otra cosa. Seguid siempre siendo niños: no querrais llegar á hombres, ¿para qué? El día que dejeis de ser muñecos, empezareís en otros sueños á dejar. pedazos de esa alma, que ahora vuela como econ alas de paloma por un cielo que ahora sólo veis vosotros.

¡Reid, reid, angeles de Dios! Ahora, en el pavor de las borrascas es cuando me muerde la pena en medio del corazón, por que una sola vez existe la felicidad: en la infancia.

Por eso al contemplaros, almas cándidas, la mirada retrospectiva avergienza la derrota de mi pensamiento. Pensamiento de niñez es pensamiento de felicidad.

¡Porque huyó tan lejos, se fué la infancia de mi vida sin ideas! Ahora las ideas son el tormerito de la edad! ¡Cómo pesa y abruma el tiempo!......

Pajarillos, reid; vuestro canto es como un arpa dulcísima que me extasía. Pasan las horas de tedio con vuestras risas.

Enseñais con vuestros ojillos de niños 4 mirar con estrañeza á la vida. Os fijais cón atención inconsciente. -No querrais saber más. El día que sepais más, empezareis á gemir. ¿Qué es lo qué encontrais de extrañeza? Despues que despertais de un sueño en que habeis reido mucho, y con la luz del día veis vuestros ajenos y vuestros ufanes, os sorprende otra vida.

Pero luego volveis á vuestros juegos, á despreciar lo que aún no comprendeis...... yá reir de nuevo. Felices -sois, felices sereis. .

Al mirar la comisura de vuestros labios dan irresistibles ganas de dejaros ue beso largo,