1S0... y en un apreto El hombre rem
de la campana- , después 1tor ¿ cómo me recibirá el Aud ec Verdaderamente no s da que acaba d dar el Tesorero con la banda. yo al fiscal del 2 de el visto bueno de la in- si me pi piple E Qué le digo dómita Junta ¿ do sus cuartos xigien toco esto Walson y Brioso e
Za
EL ¿rimestre es una obsesión nacional.
El microbio del trimestre, porque un microbio ha de andar en el ajo, se les ha metido á todos los españoles en las venas v les está envenenando la sangre
Ya no es posible encontrar mina más rica que el ¿rimestre, ni cosa más halagieña y sin trabajos ni fatigas que cobrarlo, ni encanto superior al de gastar unos cuartejos que tan bonita y descansadamente se ganan, ni. en una palabra, canongía semejante al /r?/me<tre
De ahí esas caras largas, tristes y cejijuntas que se ven en todos los es/renos; de ahí esa envidia colectiva que va sintiendo el público por el triunfo teatral, no en lo que se refiere al glorioso laurel, sino en lo que toca al mísero bolsillo.
A nadie, sea lo que sea, abogadc, méusico, bolsista, sacamuelas, cura, pelotari, se le lleva la cuenta de lo que gana y cobra como al autor dramático. Les juro á ustedes que existe verdadera 1gilancia.
Yo sé de un hogar, y como ese hay muchces, en que á las horas de almorzir y comer: cuando no entre horas y entre su-ños, no se habla de otra cosa que del ¿rim:s/re. Está, v. gr., la familia toda devorando con fruición unos huevos fritos, alegre y sa*isfecha de la vida. De pronto, un miembro de ella exclama, por ejemplo:
Anoche la 242 representación de Za canela fina.
¿iLa doscientas cuarenta y dos has dicho? repite y pregunta el papá, como si lo hubieran pisado.
i¡La doscientas cuarenta y dos!
Y se olvidan al punto los huevos fritos, y hay una pausa lúgubre durante la cual todos multiplican para sí.
¡Qué barbaridad! prorrumpe dando un puñetazó en la mesa el mejor matemático, ó sea el que acaba antes. iSeis mil y pico ce pesetas que se chnpa el tio ese!
i¡Y el de lá música otro tanto!
iY dos beneficios!
i¡Y eso en Madrid, que no sabemos en provincias! agrega uno que ya no quiere .omer más.
Y el papá les mira con atención la freite á todos sus hijos, anhelando encontrar en alguna de ellas los síntomas ó chichones caract.rísticos del don teatral.
De estos tenedores de libros expontáneos hay lo que se llama una plaga. A lo mejor va un autor cómico tieso de frío por lac e a-rib-, y oye la voz de un amigo que lo llama desde un tranvía eléctrico:
i¡Ehi ¡eh! ¡Fulano! ¡Fulano!
Fulano vuelve la cara hacia el sitio de donde viene la voz y ve á Mengano, que parece que lo cita á banderillas desde la plataforma, según los aspavientos que hace, y el cual le grita á voz en cuello:
¡Qué sea enhorabuena! ¡Hoy tres! it-es!
¿Cómo tres? pregunta turulato Fulano, que no sabe por dónde van los tiros
¡Tres actos en Madrid' ¡Bien engordamos el riñón!
¡Ah! murmura Fuláno para sucaroe pensando que /os ¿res que le pican al otro los cobra el editor y él no ve una peseta.
Y ya está el tranvía á un cuarto de legua de Fulano, y Fulano no se acuerda ni Ce Mengano ni de su familia, y todavía Mengzno le enseña, blandiéndolos y creyendo que Fulano lo mira, los tres dedos de en medio de la mano derecha, tiesos como tres espárragcs de Aranjuez.
Lo que más envidia ese de los tres actos y todos los de su laya, es la facilidad, la comodidad con que ellos imaginan que se ganan esos ochavos, más aún la vida regalad. en que se emplean.
Porque, eso sí: tedo el mundo, cta quiera que sea su profesión Ú oficic, gana el dinero para ir pasando la vida lo mejor que pueda, y el que mas y el que menos tiene sobre sus costillas un cuñado que es una esponja, según lo que chupa, ó una mujer que le pare dos hijos cada quince días, sin que traigan el panecillo en nnzuna parte, Ó cualquier otro cáncer por el estilo, y sus semejantes lo compadecen y lo animan cuanto les es posible El autor dramático no: vive de milagro y en el mejor de los mundos posibles: todo lo que sc lo gasta alegremente con las coristas, con las tiples ó con los amigos, siempre rebosando buen humor y con un bolsillo que es una catarata del Niágara de pesetas.
Se le ocurre elogiar, v. gr., un tronco de caballos que ve en el paseo.
¡Buen tonto es usted, que no lo compra!
¿ Yo?
- -¡Con esos ¿rimestres....!
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l | EL TRIMESTRE m|
Acto de inauguración del grandioso monumento erigido á Victor Manuel I Esta macavilla moderna del genio italiano, que representa muchos años de labor, ha costa<o la suma de treinta y cinco millones de francos
La estatua escuestre, que se destaca en lo alto del monumento, es de proporciones fantásticas, y la mayor del mundo.
¡Bueno!
Va por la calle, y se le acerca un indivíduo sable en ma10
Tome usted,.... hombre, tome usted.... dice el pobre autor, dáadole un du-o di.muladamente.
¡Claro! ¡No podía menos! murmura el sablista lleno de gratitud. iCon los rimes¿razos que cobra!
Es decir, que casi casi cree obligatorio que le afloje el duro. Mas es: si no le da un céntimo, gruñe seguramente, volviéndole la es palda todo mohino:
¡Qué tio! ¡qué asco! ¡Habrá roñoso! ¡Ca.
Y lo más lamentable de todo esto es que el microbio, ó lo que sea, del /r2mestre ha invacilo altas esferas, y crítico hay ya que a.usta su juicio á lo que él presume que gana el autor á quien va á juzgar. Si cobra poco el mísero, templanza, bondad, dulzura, buenos modos. ... Pero como cobre un pico regular, el entrecejo del crítico parecerá una bizcochada y la crítica saldrá en harmonía con el entrecejo....
¡Y viva la independenría de la crítica!
¡Ay! El /rim's're jue pronto será el mes, y esto va á meter en cuidaco á muchos) también tiene sus espinas, señores míos....
A cuantos creen que las obras se escriben bromeanco en el café con los camareros, y se ensayan entre chir:got:s y pellizco limpio á las actrices guapas, y no hay luego más que salir á escena y recibir la caricia del aplauso y cobrar, y todo así, graciosa y desembarazadament , sin ningún trabajo, desvelo y amargura, se les podría decir aquel verso clásico:
¿ Oh quien así lo entiende, cxuánto yerra!
Y á los que se figuran que todos los autores dramáticos no piensan al componer sus pro ducciones más que en engordar el tremestre como ellos dicen, y como si el /rimestre fuera un cerdo que se dispone para la matanzo, cualquier autor de los que piensan en algo más podría tambié.1 a ad.r es
Esta nuestra misión alta y divina, d mayores acciones es llamada y en más nobles cbj-tos se termina.
ALVAREZ QUINTERO
Como resuelve casarse un hombre
En el espacio ha vibrado, aguda, lenta, prolongadamente, el toque quejumbroso y lasti. mero de silencio , dado en el cuartel. Las once, he pensado, y en efecto, las ha cantadO el reloj público. Primero cuatro toques de combinados sonidos agudos y fuertes, comoexordio de su canto; duego, ha emitido una campana por once veces, un grito aguco, vibrante, sonoro, metálico. que el eco ha ido repitiendo á coro.
He detenido mis pasos....Las once de la noche. Dentro de breves horas, cinco, seis á lo más, comenzaráá amanecer nuevamente: vlveráá salir el sol, hará un nuevo cre púsculo, y será otro día. Otro día que, aunque completamente nuevo, será completamente igual. Por qué: esa uniformidad, he preguntádome. He paseado de nuevo, á pasos cortos. indecisos, desuniformes, á lo largo del balcén. He seguido pensando....
Cada hora que el reloj canta, es un paso más por el camino de la vida, ha dicho alguien: es un paso más por el camino de la muerte, ha dicho otro cualquiera. ...¡Qué contraste!
Abajo, en la acera de enfrente, un policía que hace la guardia de Palacio, también se pasea. Está callado; pero indudablemente que su pensamiento habla, y habla á gritos, como el mío, preguntándose continuamente, continuamente interrogándos:, sí, continuaante, porque no es posible que él se pregun. te menos que yo, como no es posible que se pregunte menos un sabio; sobre todo un sabio. un sabio debe preguntarse muchísimo más que todos nosotros, por aquello de que como es sabio, sabe más y tiene más que preguntarse....
El policía levanta la vista y mira hacía el Yo también miro en la misma dirección. Los dos bajamos la vista después de haberla perdido en el vacío. Qué habrá pensado él, yo me pregunto; es casi seguro que él se preguntará lo mismo de mí, sin duda
cielo. alguna.
Hemos mirado al cielo, y hemos perdido la
vísta en él, y hemos continuado en nuestro paseo, y hemos seguido recogidos en nuestro mutismo, y nuestros pensamientos (con seguridad que el de él lo mismo) han seguido preguntándose tanto ó más que antes.
Arriba un cielo claro, tachonado de millones de estrellas. Un octavo de luna como una hoz de oro; reflejando una luz ténue. pálida, tristona. Aquí Marte con su luz clara y brillante; más alta la Estcella del Norte; ya cerca del horizonte los Tres Reyes Magos, recordándonos la eterna leyenda infantil; próximos á ellos, los Ojitos de arta Lucía, titilantes y opacos. Toda ésta astronomía de la niñez, trae muchos recuerdos á mi memoria. <El que cuenta las estrellas se muere», asi me decían cuando yo era pequeño. Ahora comprendo, por aquelk de que el que no las cuenta se muere también. He seguido paseándon:e, he seguido pensando. ...
Miro á lo largo de lá calle, la que con su largura, su estrechez, si soledad y su silencio, se me antoja la vida; t.n lirga c»mo ella, tan solitaria y silenciosa como ella, y quedo sumido en estas tristes consideraciones. ....
De improviso una á manera de reacción se opera en mi ser, y he dicho; ino!, no hay que hacer la vida tan triste, que ya lo es ella de por sí; por el contrario, esa calle larga, estrecha, solitaria, y silenciosa que se me antoja la vida, hay que alegrarla, hay que darle wda viviente. Adornémosla con las multicolores banderolas de las alegrías, y que los clarines de la dicha y de la felicidad resuenen en ella.
Que esas alegrías, dicha y felicidad se encuentran en el amor? pues, vayamos al amor; y sea todo por el amor y por la alegría del vivir....
Desp=és de todos estos desaguisados de tras. nochador filosófico, esa noche resolví casarme; lo que no me pesa, porque hoy ya tengo un muchachito de algunos tres años, que, (aparte modestía), vale un imperío, y ha venido á alegrar grandemente /a calle.
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CRONICA
75 CONRADO ASENJO. ! ! $
A Consuelo Novoa
Tú, del jardín de mi Boriquen e-es una gallarda flor, Que embalsama el ambiente coa su aroTa y me insp:ra dulcísima pisión y eres también del cielo.de mi vida el rutilante sol, cuyos rayos ardientes vivifican mi triste corazón.
Yo soy la sombra que doquier te sifue con incesante afán, y el más ferviente admirador coastante de tu belleza física y moral. Y soy también un"trovador que vive soñando nada más que con verte dichosa, prenda mía, toda una eternidad.
MANUEL N. YORDAN
TJOS.
Lo que no da Naturaleza
Un ricacho á un ingemiero llamó para fabricar un palacio singular, orgullo de su dinero
Hombre repleto de oro; pero vano de sentido, dijo al técnico: Le pido que sea una obra de moro.
Como aquellas de Granada que entusiasman al viajante, con columnas por delante.... Es decir, en la portada.
¿Qué orden arquitectónico quiere: ojival, bizantino, román'co, granadino, m udejar, corintio ó jónico?
Y buscando escapatorias, dijo el creso, arqueando el vientre: El orden....como lo encuentre. Las columnas. .. .mingitorias,
F. Lórez SÁNCHEZ.
A la simpática hija de la hermana antilla; á la criolla gentil que como una de las principales partes, figura en el cuadro de bufos cubanos que se encuentra actuando en el Municipal; á la notable artista de ese género, único, verdade:a ereadora del tipo de la mulata cubana, á la que sabe imitar en sus modales y sus bailes tan magistralmente, es á la que van dirigidas estas cortas líneas, para decirla que no tema por sus imitaderas, que ella es, no á nuestro parecer, sino al parecer de toda Cuba, la suprema maestra en su género, constituyendo la aparición de su nombre en un cartel el éxito seguro de sus empresarios. Que la cadencia y el ritmo que ella imprim¿ á sus bailes, no tienen imitador, que ella es, en fin, la bailadora de rumbas y Cañandonga más resalada y auténtica que ha pisado los escenarios de esta isla y de la misma Cuba, como que no pusde negar que es artista de corazón y netamente criolla. Así están las cosas. ...y fuácata LUCOR.
La Feria
Con este título, y bajo la dirección de los señores F. López Sánchez y Conrado Asenjo, se está preparando la publicación, para el próximo mes de Noviembre, de una Revista ilustrada, literario-cientifica, de la cual se hará una edición de cinco mil ejemplares y la que será vendda, con especialidad en la segunda Feria Insular
Su presentación será lujosa y contendrá gran profusión de grabados y caricaturas; lectura amena é instructiva; colaboración de escritores del país, relativa á la Feria: Creemos de gran oportunidad la idea y auguramos un éxito seguro.
Edificio Targa
Próximamente se inauguró el suntuos> edificio que acaban de levantar en lo Avenida Dabán los progresistas comerciantes de esta plaza.
Al acto de bandición, que fué so!'emne, co:currió el alto comercio, comisiones, la prensa, y amigcs particulares de la casa, y hubo derroche en el ambigú.
La casa Targa y Co. merece ser felicitada por haber ccntribuido de manera tan espléndida al ornato de Sau Juan.
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Como resuelve casarse un hombre
En el espacio ha vibrado, aguda, lenta, prolongadamente, el toque quejumbroso y lastimero de silencio , dado en el cuartel. Las once, he pensado, y en efecto, las ha cantado el reloj público. Primero cuatro toques de combinados sonidos agudos y fuertes, comoexordio de su canto; duego, ha .emitido una campana por once veces, un grito agucCo, vibrante, sonoro, metálico. que el eco ha ido repitiendo á coro.
He detenido mis pasos....Las once de la noche. Dentro de breves horas, cinco, seis á lo más, comenzaráá amanecer nuevamente. vilveráá salir el sol, hará un nuevo cre púsculo, y será otro día. Otro día que, aunque completamente nuevo, será completamente igual. Por qué esa uniformidad, he preguntádome. He paseado de nuevo, á pasos cortos. indecisos, desuniformes, á lo largo del balcén. He seguido pensando. ...
Cada hora que el reloj canta, es un paso más por el camino de la vida, ha dicho alguien; es un paso más por el camino de la muerte, ha dicho otro cualquiera... .¡Qué contraste!
Abajo, en la acera de enfrente, un policía que hace la guardia de Palacio, también se pasea. Está callado; pero incudablemente que su pensamiento habla, y habla á gritos, como el mío, preguntándose continuamente, continuamente interrogándos:, sí, continuamente, porque no es posible que él se pregun. te menos que yo, como no es posible que se pregunte menos un sabio; sobre todo un sabio, un sabio debe preguntarse muchísimo más que todos nosotros, por aquello de que como es sabio, sabe más y tiene más que preguntarse....
El policía levanta la vista y mira hacía el cielo. Yo también miro en la misma direc.ción. Los dos bajamos la vista después de haberla perdido en el vacío. Qué habrá pensado él, yo me pregunto; es casi seguro que él se preguntará lo mismo de mí, sin duda alguna.
Hemos mirado al cielo, y hemos perdido la
vísta en él, y hemos continuado en mnuestro paseo, y hemos seguido recogidos en nuestro mutismo, y nuestros pensamientos (con seguridad que el de él lo mismo) han seguido preguntánlose tanto ó más que antes.
Arriba un cielo claro, tachonado de millones de estrellas. Un octavo de luna como una hoz de oro; reflejando una luz ténue. pálida, tristona. Aquí Marte con su luz clara y brillante; más alta la Estrella del Norte; ya cerca del horizonte los Tres Reyes Magos, recordándonos la eterna leyenda infantil; próximos á ellos, los O¿itos de aita Lucía, titilantes y opacos. Toda ésta astronomía de la niñez, trae muchos recuerdos á mi memoria. <El que cuenta las estrellas se muere», asi me decían cuando yo era pequeño. Ahora comprendo, por aquellk ge que el que no las cuenta se muere también. He seguido paseándore, he seguido pensando....
Miro á lo largo de la calle, la que con su largura, su estrechez, su soledad y su silencio, se me antoja la vida: t .n lirga cmo ella, tan solitaria y silenciosa como ella, y quedo sumido en estas tristes consideraciones. ....
De improviso una á manera de reacción se opera en mi ser, y he dicho: ino!, no hay que hacer la vida tan triste, que ya lo es ella de por sí; por el contrario, esa calle larga, estrecha, solitaria, y silenciosa que se me antoja la vida, hay que alegrarla, hay que darle zzda viviente. Adornémosla con las multicolores banderolas de las alegrías, y que los clarines de la dicha y de la felicidad resuenen en ella
Que esas alegrías, dicha y felicidad se encuentran en el amor? pues, vayamos al amor; y sea todo por el amor y por la alegría del VIVIE....
Desp=és de todos estos desaguisados de trasnochador filosófico, esa noche resolví casarme; lo que no me pesa, porque hoy ya tengo un muchachito de algunos fres años, que, (aparte modestía), al un imperiío, y ha venido á alegrar grandemente /a calle.
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CONRADO ASENJO.
Tú, del jardín de mi Boriquen e-es una gallarda flor, Que embalsama el ambiente co1 su aroTa y me insp:ra dulcísima p1sión y eres también del cielo.de mi vida el rutilante sol, cuyos rayos ardientes vivifican mi triste corazón
Yo say la sombra que doquier te sifue con incesante afán, y el más ferviente admirador co1stante de tu belleza física y moral Y soy también un trovador que vive soñando nada más que con verte dichosa, prenda mía, toda una eternidad.
1908
MANUEL N. YORDAN
Lo que no da Naturaleza
Un ricacho á un ingeniero llamó para fabricar un palacio singular, orgullo de su dinero
Hombre repleto de oro; pero vano de sentido, dijo al técnico: Le pido que sea una obra de moro.
Como aquellas de Granada que entusiasman al viajante, con columnas por delante.... Es decir, en la portada
¿Qué orden arquitectónico quiere: ojival, bizantino, román co, granadino, m udejar, corintio ó jónico?
Y buscando escapatorias, dijo el creso, arqueando el vientre: El orden....como lo encuentre. Las columnas. .. .mingitorias,
F. LóPez SÁNCHEZ.
A Consuelo Novoa
A la simpática hija de la hermana antilla; á la criolla gentil que como una de las principales partes, figura en el cuadro de bufos cubanos que se encuentra actuando en el Municipal; á la notable artista de ese género, único, verdadera creadora del tipo de la mulata cubana, á la que sabe imitar en sus modales y sus bailes tan magistralmente, es á la que van dirigidas estas cortas líneas, para decirla que no tema por sus imitaderas, que ella es, no á nuestro parecer, sino al parecer de toda Cuba, la suprema maestra en su género, constituyendo la aparición de su nombre en un cartel el éxito seguro de sus empresarios. Que la cadencia el ritmo que ella imprime á sus bailes, no tienen imitador, que ella es, en fin, la bailadora de rumbas y Cañandonga más resalada y auténtica que ha pisado los escenarios de esta isla y de la misma Cuba, como que no puede negar que es artista de corazón y netamente criolla. Así están las cosas. ...y fuácata!
*La Feria
Con este título, y bajo la dirección de los señores F. López Sánchez y Conrado Asenjo, se está preparando la publicación, para el próximo mesde Noviembre, de una Revista ilustrada, literario-cientifica, de la cual se hará una edición de cinco mil ejemplares y la que será vendda, con especialidad en la segunda Feria Insular
Su presentación será lujosa y contendrá gran profusión de grabados y caricaturas; lectura amena é instructiva; colaboración de escritores del país, relativa á la Feria: Creemos de gran oportunidad la idea y auguramos un éxito seguro.
Edificio Targa
Próximamente se inauguró el suntuos> edificio que acaban de levantar en lo Avenida Dabán los progresistas ccmerciantes de esta plaza.
Al acto de bandición, que fué so'emne, co:currió el alto comercio, comisiones, la prensa, y amigcs particulares de la casa, y hubo derroche en el ambigú.
La casa Targa y Co. merece ser felicitada por haber ccntribuido de manera tan espléndida al ornato de Sau Juan.
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esto
amigo Todd.
Mis versos son como las padres g7as ¡ que heridas por la luz, brotan diamantes. ¡ Cuando tú en ellos la mirada jias lucen como un Jjoycro de brillanics! N
Nada es el pedernal, la luz es tado; iris quebrado en múltiples facetas, que en un sueño fugas la hija del fodo ve contestar en sus oscuras ¿rictas.
Nada es mi verso, rústica balada que encierra un canto del amor perdido, ¿pero Tuce al fulgor de tu mirada como un guijarro por el sol herido!
De tu pupila el astro milagroso en mis versos sin Inz grabó un pocma. ¡ Y ahora suspiran por el sol ¿lortos) que dió á sus stenes imperial diadema!
Jemanto de Jaras.
a Cura del Amor to, á medida que la anunciada temporada en que ha de volver á esta isla va aproxiNEN mándose
Este es e' títu'o d una opercta, en la que la Noviembre ya está ahí: si nos parece que genial artista Esperanza lris, tan conocida se retarda más es porque esperamos con y tan mimada de nuestro público, está sien- grandes ansias: pero, ya vendrá....ya vendo motivos de grandes y calurosos elogios por drá....y nos traerá La Cura del Amor parte del público y toda la Prensa de la u ENE
Habana
A diario los cronistas de aquella gran ciu Hotel francés reformado dad, encomian grandemente su labor artistica, encomios que al llegar á nosotros, EE Nuestro par.icular am:go don R. Anselmi, enardecen los recuerdos tan agradables y tan u T _ En ha comprado el acreditado Hotel Francés, dulces que de la simpática Esperanza tene- de Guayama, estabiec miento de primera ca- mos todos en esta ciudad: así se explica que, , - - lídad, situado en un delicioso punto de la be- la ansiedad por ver aparecer nuevamente - lla ciudad de las mujeres bellas en la escena de nuestro Municipal la hermosa y bella figura de la lIris, vaya en aumen- Ce
s N MIS VERSOS » | us Para María L. Yero. Ks [ n 7 5
Y _ E
Un monje español á Egipto encaminó su derrota; súpolo el sultán, llamóle y díjole con voz brónca: ¿A qué habéis venido acá? Y el padre, con muy melosas palabritas, devanadas en una santa pachorra, dijo: A decir la verdad y á morir por ella sola predicándola. El entonces le replicó eon gran so:na: Si por la verdad deseas morir, mejor es que escojas, peregrino, otro país.
A España otra vez retorna y dí la verdad en elia á personas poderosas, y verás como en tu patria morir por la verdad logras, que acá el decir las verdades tan á pechos mo se toma.
F Vances Candamo u
Cautivó un moro á un gargoso, y él, bien ó mal, como pudo, se fi:gió en la nave mudo, por no hacer dificultoso su rescate, de manera que cuando el mero le vió defectuoso, le d:ó muy barato. Estando fuera del bajel: no soy mudo; habiar no ignoro. "M >.0, decía, A quien, oyéndole el moro, de esta suerte respondió: Tú fuiste gran mentecato en fingir aquí el callar, porque si te overa hablar, aún te diera más barato.
De una fiesta ásu lugar volvía un tamborilero, y fraile tamb:én volvía de la fiesta á su convento. El tomborilero iba en un burro caballero, y el fraile á pié. Preguntóle el padre: ¿De dónde bueno? £ De tañer, díjo, esta flauta y este tamboril. Por eso, le preguntó, ¿qué le han dado? El respondió, poco cierto* Cincuenta reales, comido y bebido, que no es menos, llevado y traido, sin otros regalillos que aquí tengo. ¿Eso es poco? dijo el padre. Pues yo de predicar veng0, y ni aún de comer me hañ dado, y como ve, á pie me vuelvo. El tamborilero entonces dijo enojado y soberbio: Pues, tamborilero y pacre predicador ¿es lo mesmo? Aprendiera bueu oficio, y no se quejara de eso.
Calierón IV
En las ondas se veía Narciso enamorado, Y despreciando de otros el cuidado, En amor propio ardía. Apagada la luz del cuerpo hermoso, En fior le llora el prado deleitoso. ¡Oh, jov-nes, huid de aquesta fuente! Su falsa no miréis dulee corriente, Adonde recio, en sa canfuso abismo Quien no se conoció, se amó á sí misma.
Poliziano (Italiano).
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CLASICOS VZ (
CUENTOS
JI
R
TRAJE DE CALLE
De libertad azul obscuro, con adornos de lerciof de Pechero de encaje crema
Cepeda ha muerto
El gran esp1ñol ;»uertorríqueño. el viril rerioCtsta, aquella alma templada para la lucha, y aquel ccrazón que palpitaba por la justicia, se han acabado
Puerto Rico no tiene en estos momentos para él sino lágrimas, nacidas de un amor entrañable
Quiera el cielo que su espírcitu renazca en esta juventud que sube.
Dios le haya puesto á su diestaa
La emigración de España
Dice El Imparciai , de Madrid, que según los datos que tiene el Consejo superior de Emigración, en IJIO salieron de los pue.tos españoles 160,936 emgrantes, Óó sea 49,878 más que en I1g0c.
La preponderancia correspoade á la Argentina, á donde se dirigieron 90.415; es decir, 40.305 más que en el año anterior. A Cuba, 27,452; 190) I.IOS más
5.522 más que en Al Brasil, 14.51; A los demás países, excepto Á Méjico, 2.264, y al Uruguay, 2.501, son cifras que no llegan á los 2.000 emigrantes.
Los puertos que mayor contingente ofrecen á la emigración, son:
Vigo.37.456. con II.936 más que en 1909: la Coruña, 32,377, con 7.194 de exceso; Barcelona, 453, con I0,109 más; Cádiz, 10.423,Con 5,162 emigrantes más, y Santander y Bilbao siguen con 9023 y 7,177-
En les restantes las cifras son inferiores pero todos dieron mayor contingente el año anterior.
Los meses de mayor emigración fueron
á 5.000; que los cuatro últimos del año, con 16.907, 92,900, 31.055 y 15.607.
(Reproducido de nuestro colega El
Nuestro enemigo
Lo es el polvo de las calles y casas muy habitadas, pues en él se encuentran millones de microb:os propagadores - de las más terribles enfermedades. Se calcula que cada hitro de p :lvo coitiene aproximadamente 200,000 microbios
A fii de ev.tar que el enemigo se apodere de no:0ros, es nacesario regar antes de barrer. En al unas poblaciones como París, la escoba en la calle está proscripta
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Tiempo"'