1 minute read

NC S. $l JOSE SEMIDEY RODRIGUEZ % % <e

Jóven héroe, cuyoretrato aparece en esta página, quien un día tuvo la honra de nacer en Yauco, y á quién Yauco tiene hoy la honra de contar entre sus hijos más preclaros. Hizo la campaña de Cuba desembarcandoallí á las órdenes de los mayores Generales Roloff y Serafin Sánchez, le cupo la gloria de ser, en colaboración coa el Doctor Alberdi, el organ1;ado; de las primera fuerzas insurrectas de la brigada de Sagua. Es sin disputa, el Puertorriqueño que más se distinguió después de Rius Rivera, en la revolución á donde fué, como tantos otros, inquirien-do de todos el camino del honor que conduce á nuestra tierra" que dijera Marín Porsupuesto, que á Semidey es aplicable aquello de QUIEN LO HEREDA NO LO HURTA Uno de sus abuelos sirvió en calidad de Oficial en las filas del GRANDE EJÉRCITO y presenció la quema del Kremlim en Moscou,. y vió caer el imperio en Waterloo.

Soldadoy oficial sin tacha primero y modelo de Jefes más tarde, fue José Semidey uno de los Ccroneles más queridos por sus soldados.

Extremadamente virtuoso, yo le llamo la salamandra de la revolución, por cuyo fuego pasó sin quemarse, y alli, donde tantos adquirieron algún vicio nuevo, él -perdió los muy pocos que tenía, y así ni fuma, ni bebe,ni juega, ni nada.

Actualmente sirve en las filas de la Guardia Rural de la República que él contribuyó á establecer; lleva doceaños en ese cuerpo que con los tres de la revolución, le hacen una suma de quince años de servicios tan honrosamente prestados, q. es hoy uno de los Jefes más queridos y respetades en el país, siendo excepcionalmen t e distinguido por todos los partidos militantes á causa de su notoria imparcialidad., Honrado, bueno, generoso y humilde, todo hasta la exageración, por tantas bondades merecería ser canonizado, á no impedirlosu patriótico heróismo que le llevó á empuíar una espada y orló su cabeza con una aureola sangrienta, única de que le tuera posibie adornarse en ios cien combates á que asistió en defensa de la sola causa que puede justificar los horrores de la guerra: La causa de la libertad de nn pueblo. Como hombre es un santo, como soldado un héreo. He aquí algo que yo no me explicaría á no haberlo vispéy Palpado. Tal el hombre en términos generales.

Penro Dikesc MARIANI.

This article is from: