Germinia Areuedo
UIEN haya visto un lirio fragante, alto y delicado, abrir tembloroso sus pétalos de plata al borde del más bello y floridó de los remansos, puede darse una i¡cea del maravilloso florecer de esta flor amiga en ia ciudad donde susurrante se deliza el Tanamá.
Bella como la es- trella que á la nueva del alba envía la gracia de su luz á los mortales, ella aparece ante nues" tros ojos como algoalto, indefinible, mujer astro, niña luz, seda de capullo en flor. bon- dad de azucena inmaculada. pro- mesa de felicidad insoñada, blanca libélula irisada por luces de virtu- des admirablemente puras, cielo azul vírgen al que extasiados con templan corazones amantes...
"La armonia, siempre completa en los conjuntos, hizo el milagro de su nombre delicado, que en mis oidos suena como tintineo sonoro de campanilla de crlstal
IETE TE TE ZOCEOeoS
Hizo que se lllanara Herminia Y ella, la maga, la proveedora de do nes tan preciados, vive aquí, entre noSotros, como violeta tímida, teniendo susraigambres fuertemente asidas á su inocencia y candor que la protejen del importno y elímero amor del abejorro.Su corola de cielo impecable está entreabierta aún. . Para sonreir á la luz y mostrar el tesoro de su belleza prodigiosa;, necesita un franco sol de amor.
Unsol suave, acariciaste, verdadero sin nubes enpañante....
Si algún dia ese astro llega, yo he contar . como laflor perfuma- rá una vida, como mi amiga será oasis, abrevadero y paloma de dádil, -do alimente, descanse Y refresque un viajero del desier- to de esta vida que llaman de penas....
Arecibo.
LIANA.
J. E. BARREIRO
A. CONTRERAS A OMINISTRADORSERMAN DIAF EQITOR DD DDODODODO DO DE DAO COCECECEECLEECEECEEROSS %Ze TOO TETE.S . . MAODUAODOOOOOES:
DIRECTOR
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Tarde de
¡Que bella está la tarde, que azul y limpio el cielo sin una nub: cilla que empaíe el firmamento!
Las flores bellas, alzan sus tallos altanercs y a impulsos de la brisa mueven sus lindos pétalos
Allá en el bosque umbrío, el ruiseñor parlero da al aire duices notas de ternura y contento.
La tórtola amorosa a sus reclamos tiernos, contesta enamorada con melosos, gorjeosUn joven pastorcillo, solícito y contento, cantando una balada, conduce a sus corderos -a abrevar en la fuente, - que con blandos acenitos "s murmura allá en el monte; y acá, en el prado, vemos traviesas mariposas que suspenden sus vuelos, para en las gayas flores posarse alegres luego a libar de las mieles que ocultan en su seno.
Las brisas de la tarde, que susurrando quedo pasan por la arboleda, se alejan, desvistiendo de hojas secas los árboles, pues se acerca el Invierno;
Otono. (Aruarela. )
y en el fondo del valle, luce su 'indo aspecto una casita blanca, rodeada de abetes, dorada por los rayos del explendente Febo, y que semeja un cisne en el cesped durmiendo.
¡Hermosa está la tarde, bello y diáfano el cielo, alegre la campiña; y en el lago sereno, que por lu terso y limpio sémeja un ancho espejo. ñ$tgando en las aguas. dibújase á lo lejos ya casi imperceptible. un débil barquichuelo que cruza como un ave el líquido elemento,
aEl lago está tranquilo, azul y limpio el cielo sin una nubecilla que empañe el sol de fuego. -
¡Oh, estación del Otoño de tiempo claro y fresco: Dios b. ndig2 tus tardes de crepúsculos bellos, tus mañanas hermosas de arreboles expléndidos; y tus noches de luna, Cuyus claros reflejos llenan el alma triste de amor y de consuelo!
H
P. ARNALDO: S EVILLA
UBLICAMOS en esta página al constante agitador de la idea de levantar un monumento á Eleuterio Derkes, el virtuoso educacinista y literato notable.
Jorge Alonso que sabe co mo tuvo celebridad aquel hombre ejemplar, se ha propuesto hacer un libro ásu memoria, para el cual han contribuido nuestros literatos con sus mejores produc ciones. La obra está empezada y dentro de poco será un éxito. Y se habrá hecho una obra que hacía falta, ya que se han dejado de hacer otras tan necesarias comoella en memoria de otros muertos gloriosos que apenas nadie los recuerda.... porque, asi somos Vaya muestro aplauso al distinguido y consecuente guayamés cuyas prendas de caracter estimamos con solo saber sus arrestos en esta ardua empresa que le ocupa.
Decálogo de la esposa
I. Amarás tu hogar sobre todas las cosas y á tu esposo como á tí misma
IL No le ocultarás ninguno de tus pensa mientos y trataras de adivinar los suyos
I. En los conflictos de la vida doméstica, defiende ó disculpa á quien tenga razón. pero sin dársela.
IV. Vigila sin espiar, sé activa sin estrépito; ama sin zalamerías, y, en vez de casti gar, perdona.
V. Haz por compartir las grandes penas de tu esposo sin hacerte partícipe de tus nimias contrariedades.
VI Destruye los celos en cuant* aparezcan en tu corazón, con el amor y la confianza,
VII Quiere á tus padres políticos como
una verdadera hija y procura que los tuy:s quieran siempre á tu esposo como á un hijo predilecto.
VIIL Jamás permitirás, ni aun en broma. que se desconezca *n tu hogar ia autoridad conyugal.
IX Si tienes hijos, esfuérzate por que el padre sea tan querido y respetado como la madre: y, si no los tuvieras, esmérate en reemplazar los gorjeos de los niños con ince santes y sanas alegrías
X No olvides que para ser feliz has de regir la casa con economía y prudencia, cuidad de los tuyos con amoroso celo. logrando ver en cada dolor un inevitable reverso de la fugaz dicha humana y enla felicidad una providencial compensación á las mil contrariedades de la vida.
JORGE ALONSO FERNANDEZ ia
Abanícalo de prisa que debe haber llegado muy sofocado de Ohio.
TRAJE AZUL
Para Ghita Viruel
El traje vaporoso, de violetas, Que ciñe tu romántica figura, Pone tintes.de mística ternura En tu rostro. que adoran los poetas.
Visión divina de los sueños vagos Que pasa y deja resplandor bendito, Vapor que se desprende de los lagos Y sube hacia la luz del Infinito.
Dios bendiga la gracia de tu traje Que tiene trasparencias de celaje Y sedosos temblores de suspiro.
¿Te lo ha dado la dulce Primavera? Pareces una pálida quimera Encerrada en un mágico zafiro, EVARISTO RIBERa CHEVREMONT.
Espléndida despedida
Así puede calificarse la que tributó Ponce á la eminenle actriz Virginia Fábregas la noche de su beneficio.
Gonsignamos con verdadera satisfacción esta noticia que tanto honor hace á los ponceños.
TA catástrofe del trasatlántico Titanic con sus 2.358 pasajeros entre ellos unos Cuantos millonarios. cada uno de los cuales vale por una docena de viaieros, puesto que pagaban 22.000 francos por la travesía de Southampton a Nueva York ; con su mons- truoso abastecimiento de comestibles, en cuyo número figuraban 38.000 kiios de carne fresca y de bebesticoles, entre ellos 15.000 botellas de cerveza: con sus tesoros de piedras preciosas, como diamantes; con sus baños turcos y sus salas de juego y sus gabinetes reservados; con todo el orgullo y con toda la insolencia que prestan los millones hasta sobre la fragilidad y volubilidad de las olas, es una bien riste ironía.
¡El vapor más grande del mundo!.... ¡Un buque que costó 50 millones de francos!....
¡Insumergible!.... ¡Titánico!....
Y luego una franja de hielo, imperceptible, detiene al titán de hierro y acero, al coloso multimillanario que creyó, en su demencia, que podía desafiar al cielo y al mar, mientras pasa de largo, inflada y airosa, la blanca vela de una barquita de pescadores.
Esas ciudades flotantes, como el Titanic , como el Olympia , que tienen tardos movi- mientos de gigantescas tortugas, por lo que con tanta dificultad salen de los puertos y navegan por la mar, son focos de vanidad de las vanidades, que es la del multimillonario americano.
Para éstos, principa!mente. se han hecho; para el viajero que se puede permitir el Jujo de gastar una cincuentena de miles de francos en una travesía, y luego, al desembarcar, man- da componer un tren para él sulo. Yo los veo
pasar desde la paliz:da que s +para mi casa de la vía férrea; yo veo pasar esos trenes trasat- lánticos que, como los Olympia y Titanic, parecen un reto á cuanto se pone ásu paso triunfante, y que á lo mejor les detiene en su carrera y les hace saltar una piedra como al Titanic un iceberg flotante.
Como yo iba frecuentemente á los brazos de mi madre cuya desaparición del mundo hizo desaparecer de mi memoria la existencia del atlántico , vi icebergs en ese mismo p:raje de Terranova, y en un viaje loco que empujado por una tempestad, hizoel Vaxaca de América á la Coruña.
¡Son blancos como sudarios. cautelosós como rufianes, más engañadores que las olas! Pero aunque he tropezado en el vario curso de mi vida con tantos arrecifes jamás tropecé con icebergs, como no haya sido de carne y hueso.
Luis BONAUFOUX.
Diálogo al vuelo cogido en el baile de Menchaca: ;
¿Sabe usted cjuien es, querido, aquella opulenta vaca, que al pasar ha sonreido?
¿Cuál? La gorda. Cabellero es doña Julia Terrón, hija del duque de Ampuero, y madre de este cordero que está a su disposición.
M. DEL PMLACIO.
GOSTUMBRES ANTICUADAS.Nada
dice el galán, dándose ánimo a sí mismo esta noche veo a tu padre y le pido tu mano. iQué aticuado estás! exclama la chica, ¿En qué forma?
¿No le pidas nada, hombre: dile lo que quieres y basta!
D e EL TITAN Y EL ICEBERG Ne
EL AVIO" DE BAUTISMO
Supongamos que triunfa Rooselvet y que me vuelve a mandar de Go-
bernador a Puerto Rico.
No quiero pensar los disgustos que le iba a ocasionar a mis mejores, amigos.
Limpiemos, por si acaso, el avio de bautismo.
EA EREA
J¡
,
N su cómoda habitación de la calle Tarca , una fr:sz1i hib ta cióa arreglada a su gusto, Fernando, acostado aún en su ancha cama dorada, permanecía c..mo 1n idiota, inmóvil, la vista fija en el techo. Meditaba hcrdamente, ¡ en la palidez de su rostro, se veía claramente la huella de una amarga noche de insomnio.
a las tentaciones del ridículo. el Paraiso.
Así nació en
Será mía o de madie, resolvía por instan'u." sit:sfecho, con verdadera decición..
Desperezóse vulgarmente en el revuám lechoi miró el reloj: lassiete, dijo: disponiér_ dose a levantarse, la oficina me reclama. I saltó de la cama.
En toda la neche no había
Así había sido. podido durmir un instante pensando en Ella, en Elena ... La había visitado aquellan oche: una visita de dos horas. en la cual, pucto oir al fin el ritmo de su voz de ánjel. sentir de cerca el suave calor de su miral de Sol, em briagarse aspirando los aromas de su cuerpo..
3*, la había visitado, i ahora, ajeno a tedo, evocaba cada una de las escenas de la anhelada visita, las insinuantes perfecciones de la amada, sus candorosas frases, sus tiernas injenuidades....
Elena llenaba su pensamiento desde - hacía dos semanas: desde la clara noche del sábado, en que la vió, asf al pasar, en momentos en que él iba completamente ajeno a los influjos de la Belleza vestida de mujer, de mujer in- soñada, -hechicera, única. Ial verla, se detuvo instintivamente en- medio de la acera rebosante de jente que le empujaba al pasar por su lado. mientras su corazón -latía maravillado.
¿Que más necesita el amor?.... Una mirada, furtiva, una so.risa inocente, una sorprendida coquetería disfrazada de interés amoroso, son siempre el prólogo de todo amor, porque el amor es un misterivso puente que arrando de la sencillez, va a perderse en la sublimidad....
La vió al pasar, al acaso, tal veZ en momen tos en que iba imbuído en sus preocupaciones mercantiles, i bastó una mirada triunfal de el'a. una mirada que, entrandosele por los ojos deslumbrados, le incendió el alma!
Meditaba, meditaba tercamente.
¿Será mía? ¿La podré poseer al fin? ¿Habrá comprendido mi amor, sabrá int-rpretar esta intensa pasión mía? I al interrogarse así, vagaba su imajinación, ora por bellos cármenes, ya por abismos tríjicos; i entonces sufría horriblemente. -
Sufría el martirio de la inquietud i las crueldades de la duda. El amor es necio, egoista. impaciente, ávaro i, por lo tanto, fácil
Media hora después llegaba á la oficina comercial, siempre pensativo. absorto, llamando la atención de-los demás empleados de l1 c:.sa Goleza ¡ Co, lavisible inquietud del joven cajero. Uno de les cobradores se atrevió a preguntarle:
Está usted enfermo?
No, estoi bien. Como está usted tan pálido ¡ nervioso. ..! Efecto de la mala noche: no he dormi lo un momento.
El cobrador no le preguntó mas nada: pero pero se alejó pensando en la causa motivadora de aquel insomnio; ¿Estará enamorado mi jefe? se preguntó después, d¡spuesto a indagarlio.
Entanto, los empleados seguían comentando aquella mañana, cada cual á su modo, el sos pechoso estado de Fernando. Varias veces lo vieron permanecer largos ratcs como magnetizado, mirando algún objeto, con el lápiz entre los dedos. i como sin deseos de trabajar, I era quE la imájen de Elena no le abandonaba un momento. Variasveces intentó dis- traer el pensamiento en otra cosa; pero todo era inútil ante el deleite de evocar los encantos de la amada jentil, sus encantos anjélicos: desde el hilo sedoso de su cabello, hasta su piecesito de muñeca que él imajinaba un diminuto pétalo de nardo.
_mente. intensamente el corazón.
Al cabo de treinta años sabía lo que era amar: sufrir, anhelar, gozar, intentar, soñar... No-recordaba haber visto en su vida una mujer que le hubiera impresionado profundaI Elena, con sus diez i-ocho años llenos de luz, de fragancia, de suavidad i¡ de belleza, lo había lo. grado. Era enteramente suyo!
Si, era su esclavo celoso, sumiso, feliz. I en los inmaculados jardines de su alma, se abría hermosamente bajo los rayes de un Sol de idolatría, la flor de este amado nombre:. Elena!
GusTAvVo XULIO HENRIQUEZ
>
FERNANDO (FRACMENTO DE UNA NOVELA INEDITA'
Parecen de Vuelta Abajo
Cambio de horas de oficina
Tenemos ncticias que el noventa por ciento de los empleados, están conformes con la solicitud del cambio de horas de oficina durante los meses de calor, que está próxima á ser formulada ante los poderes públicos, por la Asociación de Empleacos del Gobierno.
En Filipinas, durante esta é[ oca del año, las horas de trabajo en las oficinas del Óobierno, son entre 7:30 A. M. a r2:30 P. M; a por qué en Puerto Rico, donde E el calor estan sofocante como en aquellas islas durante estos meses, no puede ser igual?
Creemos justa la solicitud de los empleados aunque nosotros no lo seamos, y factible de que se convierta en una realidad, si lo trabajan en debida forma.
UNn OBsERVADOR 7
La Unión Mercantil
U
El ú!tínéo númeró de este semanario Comerciál, que dirije nuestro querido amigo y compañero, señor Dalmau Canet, dedica su artículo de fondo al problema del inquilinato, el cual verdaderamente está falto de la atención que merece.
Pero al olerlas se ve que otra vez a meter la pata. son de 'vuelta
Nuestro amigo trata a los propietarios de casas ruda y agriamente por el abuso que éstos señores se traen con todo el público, pero en particular con las pobres clases medias trabajadoras que son las vícimtas siempre, y nosotros creemos que la campaña emprendida por el colega, es una de las más necesarias hoy en esta ciudad, donde el aumento de alquileres de casa está a merced del capricho de los propietadios, sin que haya nada que los detenga, porque hay muchos pero muchísimos, que verdadera- mente no tienen ni conciencia, que es la única barrera que podría detener sus avaros impulsos.
Bien por el colega
EC i o
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Muchas y grandes farsas sociales hay; pero,tenemos que convenir qne, entre todas, las más y mayores son las que se refieren a las recomendaciones, bien sean políticas, sociales, amistosas, ó de cualquier otra clase.
Como ustedes lo oyen. Las recomendaciones, la mayor parte de las veces.. constituyen monumentales farsas. Y sí no, prueba al canto:
Dun Recareco acaba de entregar, por verda lero compromiso, según piensa él, una carta de recomendación. y zomo el- recomendado DO es persona que le interese y sería lástima que él gastará su pólvorr en salva, es decir, su ¿nfluencia en recomendaciones de individuos que nmo le importan a él un comino, don Recaredo, no bien sale de su despacho el recom :ndado, se prec:pita al teléfono llama al jefe de la oficina á quien va dirigida la reco mendación y le dice: Fulano, ahí va Menga10 Con una carta de recomendación mía para usted, recíbalo con mucha atención y afabilidad, hagale muchas promesas vagas y ninguna en concreto. mándelo a paseo y no se vuelva a acordar de él.que esto ha sido un verdadero compromiso. Me precipito a avisártelo para que lo s-pas y no vaya a tomar la cosa en serio al ver mi firma.
Como la humanidad es asi, tan engañadora si sondeáramos mucho, quizás nos encontraríamos con que el jefe de la oficina después de oir la comunicación teléfonica del amigo Tucomendante, se ha dicho interiormente: pero qué pensará Zutano, si creerá posible de el que yo vaya a hacer caso a sus recomendaciones. i¡Tan antipático! ¡tan pretenciosos itan estúpido!
Pero no es ésta de las falsedades mayores; aún hay otras. He aquí la prueba.
Bochiche es un truhán, algo más que un trubán un bandido, un verdadero desalmado, n asesiso, que ha pasado muchas estaciones veraniegas en la cársel y algunas invernadas en el presidio, aunque nuncade jefe- Pero. Bochiche, por sobre todas estas bellas cualidades es político. y hace propaganda y contribuye mucho más que otros por los mediosa su alcance a que su partido gane las elecciones en su pueblo, por eso Bochiche, al venir á
San Juan conla intencón de conseguir un puesto viene recomendaco donde un correligionario que tiene ¿nfinencia con el jefe, para que este correligionario. lo presente y reco- miende al dicho jefe con el fin de que el jefe a su vez,lo recomiende al que puede resolver acerca de sus pretenciones: y aquí se llega al máximo de las falsedades.
El corfeligionario trae á Boc hiche donde el Jefe y al liegar á su despacho, ya dentro, el correligionario se adelantó y allí, a la pre sencia del mismo Bochiche, le habla al Jefe en voz baja y le dice: aquí traigo este punto Alifpino que es de Playa Baja. Los informes que tengo de él ts que es un bandido, pero hay que tenerlo cuntento porque es un elemento necesario para las elecciones, así es que usted aunque no pierse hacer nmada, trítelo con deferencia. Y en seguida, con una sonrisa de afabilidad sui ¿génerfís sedirige a Borchiche diciéndole: acérquese, y k s presenta.: José Rumera. conocido popularmente por Bochiche, nuestro jefe. el que guía al partido á seguro puerto de salvación. Y todos Sorríen. El correligionario en vista del silencio del jefe, habla por él: Ya le estaba diciendo al jefe de sus deseos, indudablemente justos, y de sus condiciones políticas y tenga el ecnvencimiento de que él hará por usted todo lo que esté a su alcance, pues hasta él han llegado noticias de sus buenos trabajos en pro de nuestra causa.
El correligionario y Bochiche charlan un rato. El jefe los oye y los mira fijamente, siempre en silencio, completamente en siln- . cio, pues que su conciencia de hombre honrado no le permite hacer más en esos moment s por la causa de su partido; y cuando terminan, que se despiden. el jefe se pone de pie y como haciendo un esfuerzo supremo, le dice al Zeader de Playa Baja, váyase sin cuidado, que usted obtendrá lo que se merece.
Lo que se merece" , algún tiempo después como en cumplimiento de la profecía, Bochiche baja al presidio condenado a cadena perpetua y no lo salvan ni las recomendaciones.
CONRADO ASENJO.
Á R LAS RECOMENDACIONES 8
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Estudia. De la vida en la porfía tien-n una misó todos los seres, misión de sac atísimos deberes que han de cumplir un día.
Para lograr tal fin de la existencia se requieren insólitos vigores, y es preciso nutrir con la ambrosía de un filtro sin igual la inteligencia; Jescanciar. rebosantes de fervores, el divino elixir que la alma Ciencia nos ofrece en los libros redentore<!
ACROSTICO
f uce en tu frente de nobleza el sello; Cín reguero de luz tus ojos tienen:
»= el indrino mechón de tu cabello
WUNe desliza sutil por tu albo cuello, » tu pecho se acoje y se detiene.
"Yor eso cuando miro silenciosa Qnda de tu cabello deslizarse etozando en tus hombros majestuosa
"uego a Dios mi cabeza reclinarse
»»sí pueda también y sea dichosa, mdJeniendo junto a sí para mirarse
» tus ojos de fuego, niña hermosa.
espués entonces cambiará mi vida:
Qtra vida mejor será e ignota, "eclinado en tus brazos, cara egida,
»= posando en tu frente tan querida, >rdiente beso aue de mi alma brota.
R. FuRrRTUÑO SELLÉS
Es preciso estudiar. Todo lo alcanza aquel que eu el estudio persevera, y en pos de su ideal resuelto avanza, sin perturbarle nunca ni la artera enemiga asechanza ni tampoco el halago del amico; llevando la Esperanza. cual fámula de luz, siempre consigo.
Nunca podrá vencer quien desconfia de la eficacia de su propio empeño; el que al principio de la lid sombría ya en la derrota piensa, sin ver que hay un Tabor para su ensueño de la hora actual tras la tiniebla densa, ¡qué puede conquistarse todavia con un gesto no más de acción intensa!....
El triunfo es de los fuertes de la vida. de los de altivas frentes, que una ambición alientan desmedida. de los que tienen fé, ¡de los creyentes!.... de los que van erguidos y orgullosos de su misión sagrada siempre en pos de pináculos gloricsos; y henchidos de Visión en la jornada. aún en los mismos antros tenebrosus, ¡vén, como en floración inusitada, una apoteosis de ortos luminosos!....
V. RopriIGuEez RIVERA,
MADRIGALES
Centellaron sus ojos pasión loca, mudo lenguaje ví de alma callada. Lo que dijo su esp'éndida mirada no lo dice mejor su propia boca
Para un abanico
Juguete de tu mano primorosa, el aire que refresca tu semblante, lleva en sus alas colores á la rosa, y a tí retorna fiel como el amante que no halla vida lejos de su hermosa.
F. LOPEZ SANCHEZ. 19I12.
» ESTUDIA (FRAGMENTO.) %%¡s
e ke soñado más pura que un querube y más blanea que el alma de les lirics; vaporesa, impalpable cual la nube; u indecisa, vestal de mis delirios.
Ye he soñado una virgen descendida, envuelta de mil luees en el velc; yo te he viste del ciele suspendida, y es rorque son tus ojos de ese cielo.
De tus crenchas las hebras relucientes, sóle las tiene el Sel alguna tarde;más tú del dSol..... ¡tú tienes esplendente la ardiente ckispa que en tus ojos arde!
Ie he soñado ángel: rubias esas plumas que llevan por regiones celestiales tu euerpecito blanes cual la espuma al sople de las brisas matinales.
Us te he .soñado así; no hay duda alguna; ¡dulees ojos sombreados de vicleta!
¡casta virgen prendada de la luma, econ alma soñadera de peeta!
Manatí, 9. R. Maye 25 de 7972.
Z 28280800 ENSUEÑOS
A. M. Villamil
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A
L llegar asu casa, Cayetano Menéndez comprobó, con el natural sentimiento, que había perd:do un billete de cien pesetas. Púsose á recordar dónde y con quién estuvo aquella tarde, y dedujo lógicamente que el billete se le cayó de la cartera cuando la abrió en Recoletos para apuntar las señas de un amigo que le paró un instante.
Esta pérdida que, aun siendo siempre sensible, no significaría gran cosa para mucha gente, para Cayetano era úna catástrofe. Porque sólo tenía aquellas cien pesetas, más veintitrés en plata y sesenta céntimos en cal(lerilla; para acabar el mes, y era el día to. Se le imponía, pues, la terrible necesidad de pedir un antidipo en la medesta oficina donde trabajaba, cosa que jamás intentó durante sus quince años de servicios inmaculados y ejemplar conducta.
Sin embargo, Menéndez alimentaba la con soladora esperanza de encontrar su billeteEl era un optimista. Creía en la honradez ingénita de la humanidad, y, juzgando á todos por él mismo, no suponía capaz á ningún hombre de quedarse con lo que se encontrara. luego de conocido su legítimo dueño. Por eso decidió anunciar-la pérdida en la sección económica de los periódicos, prometiendo la correspondiente gratificación á quien le entregara el billete, de tal a tal hora, en su domicilio.
En efecto. Al siguiente día, y á poco de souar la hora marcada, se le presentó un caballero y le entregó el billete, negándose, además a recibir la recompensa ofrecida.
El cumplimiento del deber no merece ningún premio le dijo con aire sentencioso.
Cayetano Menéndez no se atrevió á insistir, y sintió una alegría conmovedora, más que por recuperar su dinero, por haber compro. bado la exactitud desu creencia.
Lo que no sabía Cayetano, pero nosotres sí, y por eso lo decimos, es que aquel caba-
llero no se había eecontrado su billete perdido, Era el tal un alto empleado que en cierta ocasión se quedó con algunos fondos, y acometido después por el rem»rdimiento se propuso restituirlos silenciosamente, del mismo modo que los adquiriera; y entre gentes divergas, ya que no podía saber a quien pertenecieron los suyos. Juzgando á los demás por él n.ismo, nunca quiso entregar cantidad alguna sino directamente a los desgraciado:Al leer el anuncio de Menéndez, supuso que le harían verdadera falta las cien pesetas, puesto que llamaba al corazón del prójimo; y como estaba seguro de que no se las devolvería el que se las encontrara, quiso él ocupar su puesto con aquella ficción que caía de lleno dentro de su programa.
No habría pasado un cuarto de hora de esta visita, cuando Menéndez recibía la de un joven obrero que venía á entregarle su billete. Cayetanose sintió más conmovido que antes y le gratificó con dos duros, cantidad que al donante le pareció justa.
Parecerá extraño que consignemos que tampoco era aquel el billete de Cayetano Menéndez ... Mas, así y todo, escierto... Aquel joven se lo había encontrado en Recoletos, efectivamente; pero le perdió un señor que ni siquiera se dió cuenta de la pérdida.
Y aunque resulte mucho más extraño, hasta el punto de parecer inverosímil, tenemos la obligación de decir que momentos antes de extinguirse el plazo marcado en el anuncio, se presentó en casa de Cayetano una pobre vieja a entregarle su billete. ¡Y éste sí que era el suyo!: El la dió las veintitrés pesetas y los sesenta céntimos que le quedaban sueltos, y estuvo a punto de llorar de emoción
Y al salir a la calle, Menéndez se afianzó en su creencia de que la humanidad es honrada por naturaleza, sintiendo más flrme que nunca su saludable op:i nismo.
a ; C
EL BILLETE DE CIEN PESETAS a
ANTONIO PALOMERO
Y bien, querido Licenciado, a cambio de la independencia que defienden con tanto heroismo ¿qué me piensan dar ustedes?
Epigramas
Cogióse una pulga un necio y puesto a filosofardijo: Animal, cómo vives a costa del animal.
De un porrazo más que buerio quedó un atleta sin brío. El golpe fué en el vacio pero le cogió de lleno.
F. Lorez SANCHEZ Mayo, 1912,
La Atalaya -
Con este sugestivo título se ha establetido al lado de muestra redacción, (Fortaleza ti)
un taller artísticamente adornado, dedic co á la confección y reforma de sombreros de señora.
Las damas de buen gusto pueden corse guir en La Atalaya' -los sombreros más artís ticos y elegantes:
La limosna
En una cierta ocasión
(De esta escena fuí testigo)
Le arrojó pan á un mendigo
Un niño desde un balcón
Pero su padre, hombre humano
Díjole: ¿No te sonrojas?
La limosna no se arroja;
Se besa y se dá en la mano.
¿de LU D
¿e
VICENTE RUBIO LLORENS.
ESDE la alta cumbre en que mi espíritu mora, distante de prevcupaciones torpes y de seculares prejuicios, observando estoy la ilógica y absurda misión que se han impuesto algunos pocos espíritus obcecados, los cuales, creyendo volver por los fueros de una moral altísima, colmando de dicterios soeces la sagrada y noble misión de una mujer, se lanzan a empresas atrevidas que mal pueden avenirse con la moral cristianay con las prácticas evangélicas de que hacen galas los que tal dicen y tal hacen, llamándose y creyéndose los perpétuos y únicos depositarios de la noble y eterna verdad.
¡Triste condición humana!
¡Deventura grande la de mnuestro pueblo. perpetuamente sometido y engañado!
¡Triste condición la de aquellos que, perdidos en un caos de ambiciones desapoderadas y de mezquinos egoísmos, se ven penetrados por los resplandores de la ciencia positiva, en un siglo en que la patraña de un dogma se derrumba en la conciencia humana! No hay defensa posible ante la verdad que se establece.
Así, pués, ¿a qué tanto pánico, a qué tanto dicterio mordaz al paso glorioso y triunfal de
¿Es que se pretende por ventura dominar la conciencia con la eterna mertira? JPues ved que es la mujer, una mujer excepcional. la que vuelve por los fueros de la razón tergiversada, de la moral torcida. Que es la mujer la eterna victima del dogmatismo religioso, la que de manera tan gallarda se irgue fulminando su verbo demoledor por el gran mundo enfermo....
¡Ah, preparaos para las tremendas represalias que vendrán! Las mujeres inician nobles eampañas de redención; y cuando son ellas, alma del mundo, encanto de la vida, las que tal hacen, la victoria es segura, el triunfo desicivo y fecunda en ópimos bienes la jornada.
Cristo va por ei mundo, y como antaño, envuelto en su túnica resplandeciente, entra en
el templo y arroja de él la eterna simonía. Su látigo resuena y estalla.
El mundo ya despierta de su letargo profundo, pués que sabe el mundo que ese Cristo desfigurado que yace rígido por sobre los polvorientos altares de los viejos templos, no es el sublime Cristo de forma augusta, de bondad original, que hablara al pueblo hebreo en una mañana de sol, sino la concepción mezquina que está sirviendo, en el glorioso siglo veinte, de burla sarcástica al mismo creador del -Uuiverso.
Yo he presenciado en los templos, en los famosos días de Semana Santa actos tristísimos, conmovedores. En medita ciones dolorosas he contemplado á Cristo. prisionero en lujosas urnas de cristales, en torno a avaros azafates brillantes de oro;: que depositaba el fanatísmo y la ignorancia, sin comprender que contribuían con tales ofrendas á esclavizar las conciencias en los estrechos moldes de un culto que perece porque la razón y la ciencia lo demandan.
¡Ah. qué torbellinos de inventivas y de argumentos falaces ha levantado la simonía frente á la dama genial, que- dijera arre' bató á la omnipotencia el verbo de la convicción! ¡Cuánta mala fé. cuánta mezquindad de espíritu y qué pobreza .de sentimientos! ¿Por qué los que tal hacen y dicen, no vienen á discutir con la que llena de resplandores las conciencias?
No vendrán, no; porque de la muchendumrbre, surge expontáneo, vibrante. armonioso un canto épico y grandioso, ante el cual se desvanecen cuantos prejuicios trajinan por la vida.
Librepensadores, adelante....
Y en marcha gloriosa, anunciad por el mundo á los hombres de todos los pueblos, que el día solemne y hermoso de la redención universal está cercano'
José Corpova LAaNDRÓón.
Mayo 25 de 1912.
a DESDE LA ALTA CUMBRE...... A
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CRONICA K DE PONCE l%
Esta bella y deliciosa ciudad ha sido visitala en la semana última por el iiustrado galeno José Celso Barbosa y el comisionado á la convención de Chicago Mr. Sosthenes Behn.
S gún rumores adquiridos por este cronista en-lis tertulias de los republicanos de Ponce. sabemos que según se dice estos caballeros vin*eron aquí á hacer las pases con los republicanos descontentos, pues vosotros sabreis que varivs prohombres de este partido, de la Perla del Sur se han retirado de la política.
Lnos unionistas se están bañando en agua rosada, porque no se dan cuenta que la Liga Popular va ganando terreno y que son murhos los hombres de su partido que se están uniendo á esta agrupación que según se nos informa será partido político, y que es muy probable que vaya á las urnas este año como ti. Los organizadores de esta institución son elementos populares, y por lo tanto muy queridos del pueblo, entre los que que figura el ilustrado tribuno y distinguido escritor don Tomás Carrión Maduro,
Manolito Tuñez, niño de 10 años de edad, pianista notnble que viene de Madrid, donde
Pedro Gonzalez Iglesías
Este disiinguido amigo aspira y es una aspiración muy natural, á la secretaría del juzgado municipal de Ponce,
Y como todas las probabilidades están de su parte, y no es Pedro Gonzalez de los que se duermen en las pajas, es casi seguro el triunfo del querido amigo,
Ya era tiempo de que los periodistas se fueran acercando á las puertas públicas.
No se ha de pasar la vida emborronando cuartillas, pudiendo vivir del presupuesto co. mo cualquier otro ciudadano.
Yo me alegraré del triunfo de Pedrito, pues si alguna vez tengo que darle la cara al juez, cosa á que estamos tam expuestos los periodistas, es bueno tener en la secretaría á uno de la familia, Siempre influirá con el juez para que nos imponga el mínimum
ha recibido grandes aplausos, ha estado en Ponce de paso para San Juan.
Ha salido para Mayagiiez, donde dará varias funciones. la compañía Virginia Fábregas.
la bella y simpática señorita María Luisa Goicochea, typewriter de la fiscalía, se encuentra en los baños de Coamo disfrutando de su licencia Le deseamos felíz permanencia en dicho balneario.
Es muy probable que los hombres de la Independencia de Puerto Rico, vengan otra vez á l'once á dar otro mitin de propaganda. Ahora están en Yauco.
Y hemos sabido que el Lcdo: Matienzo Cintrón, gestiona en Yauco la fundación de un periódico, órgano de su partido.
El popular Cine Habana, promete á sus favorecedores que en la próxima semana exhibirá películas nuevas y de gran interés público. Noes de dudarse pues el amigo Laviezca tiene especial gusto para la organización de esta clase de espectáculos.
ARTAGNAN.
Drama en Puerto Rico
Es por todos conceptos notable la película fabricada por Don Rafael Colorado, titulada Un Drama en Puerto Rico , exhibida con gran éxito en uno de las Cines más concurridos de la ciudad.
Si no estuviera cimentada ya la reputación del señor Colorado como un gran artista, bastaba esta película excepcioUal para consolidar su fama.
El señor Coloradoha sido objeto, con mMOotivo de la película Un .drama en PuertoRico de muchas y muy sinceras felicitaciones á las que unimos la nuestra tan entusiasta como sentida.
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I
C. A CAROLIKA:
Muy bonito y muy poético: pero muy largo para las dimensiones de nuestra revista.
¡Casi llega a Luquillo!
Lisandro. LAas PIEDRAS:
Dice uste i:
«Vuelve a mí tus bellos ojos desdeñosa y desalmada. ....
Quiere que vuelva los ojos y le suelta esa andanada!
No, joven poeta, así nose conquistan corazones.
Ahoraá viene lo sentimental. No me desdeñes no me despreciesa, Tenme, por Dios, más compasión.
Ya eso es llorar, poeta desdeñado y despreciado, Eso es llorar y los hombres no lloran. .
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La cuestión presenta ahora otro apecto.
"Se que te han dicho, que te han contado cosas de mí, ¡ay! que no son.
Lo sabe usted ¿verdad+ ¡Ay! ¡ay!. Para que se lo habrán dicho Y todavía hay quien pregunte. ¿Porqué se mueren los poetas?
Amaranto. COROZAL:
La verdad es que lo que a usted le pasa es terrible.
Pero ¿tiene el público la culpa de lo que le pasa a usted?
Y entienda que es al público á quien usted le dá la lata, ¿Que se suicida?
Demasiado sabe ella que esos son anuncios de Mr. Charles.
Y si se suicida ¿qué?
Ya lo dijo Espronceda. Que haya un cádaver más ¿Que importa al mundo?
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