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EL MAMEY- SE ACAPA

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HONOR MERECIDO A f

HONOR MERECIDO A f

Lo sentimos, Coronel Más no podemos llorar; Que habiendo sido tan buenoSe tenga u-ted que marchar.

ON este párra'fo brillantísimo como todos . los suyos, termina don José de Diego, el Laudo del Jurado, del certamen de Mayaguez, que sentimos no poder reproducir íntegro

Nota s¡ngularíslma de es;e certámen, reiterada en mil tonos, con d¡vers¡dad de timbre y altura, ' pero siempre idéntica, sonante en el fondo, como el motivo prolongado de una melodía, ha sido el sentimiento patriótico, el ideal imperecedero de la vida, de la personalidad, del alma de nuestro pueblo. No queremos entráar en campo ageno á nuestra misión de crítica literaria, pero sí queremos saludar exultos de alegría y adjudicar todos los premios de todas las poesías laureadas á la augusta inspiradora de los poetas, á la isla Madre y Musa de estos cabalieros trova dores. y paladines de su patria.

A La Argentina

"ORAZON de América y brazo del futuro americano.

Dueña del sol de Mayo.

Madre de luchadores, patria de corazones.

Tierras en que germinan semillas de porvenir.

Pampa inmensa donde el sol expande, y losrebaños, el ;rigo, el avestruz y el pato ti<nen existencia.

Matrona de bronce que tuviste por sangre y hierro tu libertad S

Fecunda y misteriosa protectora de las razas del mundo, que pones en cada una de ellas su germen autóctono.

Comodora de la bandera blanca y azul que én la escuadra de América presentas tu sol delante de todas las estrellas.

Gloria y amor á tí, oh, Argentina patria

Un golpe de pegasos nuevos anuncíando triunfos nació de las naciones latinas. y tus hombres de obra trabajan en siembras de ciudades y de ideas.

Has tenido el talismán que ha ahuyentado la guerra. Has podido .oponer al águila yanqui el cóndor.

- Y tu bella sangre, oh Argentina, comunica su ritmo al vibrar de todo el continente.

La estátua de la libertad está levantada ll, delante de la c1ciopea Nueva York; el simulacro de la vida futura de América Latina debe levantarse delante, triunfante. de Buenos Aires

Como er el crisol de oro, entís: punñcan la sangre y los pensamientos de todos los pueblos.

Como en la pampa el potro, entu cielo vuela libre el pegaso.

Y la ciudad de los ensueños que vienen será Buenos Aires.

Tal lo esperan los hijos de la Visión, tal lo aguardan los ausentes de la Esperanza, tal lo miran los ciudadanos y los obreros de la Atlántida.

Gloria por los colores de tu pabellón..

Gloria por la fuerza de tu historia por San Martín, Belgrano y Moreno.

Amor á tí nación de -las naciones de América. .

Amor á tí,porque eres nuestra abanderada continental.

Porque en tí alienta la santa vitalidad lat1na

Y porque en tus palpitaciones, oh cerazón de América tanto. como si fuera un ritmo pitagórico yo creo escuchar la másica del Universo Futuro. - L .

3BA triste y desolada por el mundo, con los piés descalzos, herida por el frío áspero del crudo invierno.

No recordaba los filiales amores de la infancia, ni otras caricias que no fueran el agrio trato de los que dan al que implora un pedazo de pan del que les sobra.

No era fea, pero sus atractivos estaban velados por el martirio.

Nadie fijaba sus miradas en aquel tíerno sér abandonado, como no fuera con aviesa intención.

Huértana, la caridad oficial habíala enseñado á leer, pero no la había preservado de la miseria, y ella que ocultaba dentro de su pecho enférmo un corazón hermoso, devoraba los viejos libros que encontraba á Su paso, y pensaba á veces que los gobiernos eran malos. cuando no atendían con preferencia á la infancia abandonada.

Cuando penetró en la ciudad, desconocida para ella, la ncche había tendido sus megras sombras.

Tomó al azar la primera senda que halló á su paso y se perdió en un laberinto de calles tortuosas.

Débil, jadeante, sin hambre porque el hábito de tenerla la había hecho insensible á aquella exigencia del cuerpo, cayó en tierra.

Levantóla nn policía; la miró el rostro pobre y demacrado, y dijo con dureza: Es una perdida. mosla á la cárcel. Llevé-

Ella abrió los ojos desmesnu1adamente. Miró al polizonte con horror. y exclamó: i¡Una perdida yo! y continuó con voz muy débil: Cuando he perdido mis padres sin conoceltos, mis esperanzas y no mis ilusiones, porque jamás he soñado con dichas, he salvado del arroyo mi honor que es mi tesoro.

Y bajó la cabeza avergonzada ante el peso de tan inícua acusación.

Salió del portal próximo una mujer del pueblo que había oído y contemplado la pegosa escena, y tomó en sus brazos á la pobre mendiga.

Ven, hija mía le dijo con ternura Reclina tu cabeza en mi regazo. .Yo te daré mi amor y mis afectos.

Y ella, que jamás había sentido la armonía de estas dulces palabras maternales, en un éxtasis de suprema felicidad, se durmió sobre el pecho de la pobre mujer, y no despertó más.

Pelegrin Lópe: de Victoria.

o Ha INTIMA »

Negros y tormentosos nubarrones cubren el horizonte de mi vida, mientras vuelan en flor mis ilusiones.... Reina siniestra calma en torno mío, y en el espacio que ante mi se extiende todo inmóvil está, mudo y sombrío. - Como aves que presagian la tormenta se alejan el amor y la esperanza; las sombras crecen, mi ansieded aumenta. Nadie se compad=ce de mi suerte, y á mi cansada voz solo responde el augusto silencio de la muerte!

T Luis RGDRIGUEZ CABRERO.

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