El Carnaval (21 dic. 1902)

Page 1

y.) No

Y

PAD,

4 A

EL

CARNAV REVISTA

DIRECTOR

EDUCAD A-' LA MUJER Y HAREIS PUEBLOS LIBRES

|

Y

DE

LITERATURA

Y

ARTES

ADMOR:

Allen

JOAQUIN E. BARREIRO.

St.

Subscripd

41

UN MES 25

Se publica

Louis E. Tuzo € Company, Publishers.

los Domi

SAN JUAN, PUERTO

RICO, DICIEMBRE

21, 1902.

PUERTORRIQU: Yo no sé porque

«Allá viye, cautivando co-

razones, y forturando mas,

en el simpático

al-

me

como, está

pue-

rosa

en

toda

sus la

en

nos

y

mares

labios

los en

bellezas tros

ojos

mirar

bellas y risueñas

mos

esperan-

jan

one | y

físicas

en

el

que

a las

que nt es-

pueden retrato,

superan

en

ladd re-

ul

ho

las bellezas morales Cue

ZAS.

adornan á María.

Empieza ahora á vivir y existencia,

tejen

ilu

lectores

verdes se esconden las más

su

alma,

Y dejando á un

antillasus

E

tar flo,

tan p: bre de espera za.

de

sal que Dios

depositara

mi

desposeida de

blo de Isabela. Tiene

entusiasma

ese: or

y

los

que

ángeles,

liza como

murad ora

Hija del inolvidable br.

prose des-

la fuente por

mur-

hogar.

donde

en aq 1el

se ' renplía

al más puro patilo-

das las

envidiando

zón

sus

virtudes,

se formó

su

por

ed 'a-

la elm-

densación de los ás

encantos.

Y si las flores, que enciecierran

educada

tismo y se ejercitaban; to-

Ahí están rindiéndole triy

Gomez,

culto

entre

aromas y flores.

buto

1

toda

la

MARIA

poesía de

la Naturaleza, envidian

los encantos

gardénias

le rinden 'pleitisia

y jazmines

María,

verdes...

!

si las

¿cómo

había “de torturar almas y cautivar corazones ? ¡Los ojos

CRISTINA

no

cha:

GOMEZ. se

forma

puros

afectos,

como el el

fondo de la nacarada el ny la codiciada perla. Pela »y condensa »

51

»

il

.

¡

ri

y

de valor inapreciable que se esconde tímida eu la e: n-

cha del hogar, es la puertorriqueña

lana y honra.la primera

plana

que

hoy en;ja-

de nuestra revisa.


EL

CAMA

| Merty. Crhistmas. EL CARNAVAL

Páscuas

á

desea muy

sus bondadosas

y

dad y afecto para sus alumnos

y : sobre

felices

amables

realizado

gran obra. La función del viernes ha superado á elogios pudiéramos tributarle; El coliseo ofrecía un aspecto admirable.

una

felicitación por la fiesta de anoche:

cuantos

no dejó á ningún

Palmas

pleto.

Numerosa y escogida concurrencia asistió á la fiesta de los niños, como si todos estuviéramos interesados en darle mayor realce y esplendor. Cuando circule nuestra revista ya los periódicos

Ellos eran los héroes

de la fiesta y supieron cCólocar muy'alta su bandera. Ellos merecen un aplauso. Dos personas sobre todo merecen una especial

Santa Claus, que

niño sin regalo y Mr.

obvió todas las dificultades para el

y banderas en profusión indecible, adornaban el templo de Thalia y la banda de la Policía Insular amenizaba el acto.

Sowyer

éxito

Corfozco esa canción.

Ecos perdidos

modo estando todo bajo la competente y hábil direc-

Desde

ción

Están acostumbrados

H.

Beckiweth,

Harriet

Cooke,

Edith Howe, Marion Morgan, Emma Brill, Mr. Rosell y otros ilustrados Profesores de la Alta Escuela. No vamos á detenernos en minuciosos detalles. Con decir que el programa constaba de treinta ejercicios y que.todos recabaron grandes y merecidos aplausos,

este hecha la apología de la fiesta. Todos los aplausos, y todos los elogios nos decía Miss Beckiweth, econ esa modestia que la caracteriza,

pertenecen

á los

porque quedara

niños

que

han trabajado

mueho

lucida su fiesta.

Ellos, Mr. Rosell las felicitaciones.

y Miss Cooke,

merecen

todas

que

com-

ESA CANCION! Que á sus dulces y lánguidos sonidos

Emily

más

CARLOS DEL MONTE.

diarios habrán dado cuenta de la hermosa fiesta de la High School. Hermosa fiesta dijimos y no podía ser de otro de Miss

tie-

ejército y se cumplió á maravilla el espléndido programa de la fiesta de Crhistmas. Para citar aquí los nombres de los que tomaron parte en esta fiesta y contribuyeron al mejor éxito, serían muy reducidas las páginas de EL CARNAVAL. Todos los maestros de las escuelas graduadas y los de la Industrial, estuvieron esta vez como siempre, á la altura de su reputación y prestigio.

No podía esperarse menos. De los niños no hablemos.

CRONICA. han

quienes

nen todo el ascendiente y fuerza moral. que exige una buena disciplina, lograron apaciguar el pequeño

lectoras.

Los niños de la High School

AL

Sus notas son de plácidas mi edad

Una noche Las

teclas de

historias

de fáciles victorias mis oidos.

¿te acuerdas ? recurrías marfil;

tierno,

amoroso,

Mirándome en tus ojos me velas, Y tú, con el intérprete armonioso Los misterios del alma me decías. Sentado junto á tí, mi pensamiento

De la existencia mísera y precaria Las cuitas olvidó, y un vago acento, Preludio de una mística plegaria

Nosotros creemos que las merecen

el claustro de

Profesores y totlos. los niños de la High School. Cuando el talento y las grandes iniciativas se ponen al servicio delos niños, nó debe regatearse un aplauso. Y cuando los niños premian con su aplicación y buen comportamiento, los afanes desus maestros, no debe escatimárseles una felicitación tan entusiasta,y

sincera tomo se la enviamos desde estas columnas.

La fibra estremeció del sentimiento.

Después, dichosa, angelical, Alegraste

serena,

mi hogar con tu presencia,

Y esa canción que de pesar me llena,

Que viene en alas de la erránte brisa Y en las bóvedas cóncavas resuena, ¿¿ Qué cosas al espíritu agitado

* *

»

No dirán esas voces gemidoras ? ¿ Qué no dirán al pobre encarcelado

Y va de fiestas. Aúr rio se había: extinguido en los ámbitos del Teatro de San Juan el eco de los últimos aplausos justamente tributados á los niños y maestros de la -High School, cuando invadieron el mismo local los

Hablándole en Jas ánsias de estas horas De alegres tiempos del amor pasado ?

pequeños alumnos de las escuelas graduadas.

Y que antes de que el mísero sucumba,

Estaba anunciada la llegada de Santa Claus, el bondadoso protector de los niños obedientes y aplicados; y aquel hormiguero de cabecitas infantiles no se daba momento: de reposo. Los maestros de San Juan que son todo amabili-

Bien puede el corazón reposar yerto

Le dicen

¡ay!

que su infortunio es cierto

Cual reposa el cadáver en su tumba, , ¡Porque es verdad que su esperapza ha muertg'!

J. C. ZENEA.


EL

CARNAVAL

CLERO PUERTORRIQUEÑO

RIMAS Cuando

miro el azul horizonte

Perderse á lo léjos, Al través de una gasa

Me

de polvo

"Dorado é inquieto, parece posible arrancarme Del

mísero

Y flotar como

suelo, niebla dorada

En átomos leves Cual ella deshecho. Cuando

miro de noche en el fondo

Oscuro

del cielo

Las estrellas temblar, como ardientes

Pupilas de fuego, Me parece posible á dó brillan EL

PADRE

CINTRON.

Subir en Y anegarme

Es justo honrar á quien

lo merece.

En lumbre encendido

El Padre Cintrón, en la actualidad

do, es un puertorriqueño que blo y á sus compatriotas. Sus compatriotas y su

hace

cura de Fajar-

á la

religión

dar

católica,

ejemplo,

lo

elogios.

Hemos

que

por

hacen

En

pueblo

deben

mayor

realce y esplendor

predicando

digno

de

claramente

ser de un pueblo.

hacerle ho-

virtud

nuestros

creido siempre

mejor y más

que

más

con el

va por medio dela

el

modo

descreidos, tarlo á la

persuación,

no podemos

del

¡Sin embargo, estas ánsias me dicen Que yo llevo algo

'

Divino aquí dentro!...

G. A. Becquer. |

A CELINA

el Padre Cintrón, reaccionarias,

lle-

la fe ál los eorazones

resistir

consideración

Ni áun sé lo que creo;

de

Pueblo sin religión, pueblo sin fe,

intransigencias

el mar de la duda en que bogo

la religión es lo

determiha

Por eso al ver sacerdotes como

en un beso.

sinceros

es pueblo perdido para todo intento de libertad. que despreciando

Fundirme

honor *á su pue-

nor á él. Sus esfuerzos

un vuelo, en su luz, y con ellas

al deseo

pueblo

de

presen-

puertorriqueño

como un modelo de ciudadanos.

EN

SU

ALBUM

Espléndida mujer, astro pareces ; El sol en tí reconcentró su lumbre. ¿Qué extraño que mi vista se deslumbre

DOLORA.

Si de un arcángel

la visión ofreces?

He querido cantarte muchas veces Y feliz escalar la ingente cumbre, Donde cercano el ideal vislumbre

Faltando de los cielos

Que:tú perfumas y que tú embelleces.

á la equidad divina,

Fué todo una ilusión ; un imposible

decía.la imperiosa Catalina hablando de su amor y de su celos :

Rival del sol dominas el espacio ;

““Para éllos, los castigos

Eres lo excepcional, lo indescriptible. *

más veniales;

para éllas, los castigos más crueles; porque, aunque la mujer que

son los crímenes iguales,

perdona á sus infieles

no perdona jamás á sus rivales. CAMPOAMOR.

Para ensalzar.tu pelo de topacio

Y tu'rostro'ideal fuera risible La musa inmensa del insigne Horacio. J. PEREZ LOSADA.


300

EL

CARNAVAL

PUERTO RICO ARTÍSTICO.

1

y j

ESTATUA

DE COLON

EN

LA

PLAZA

DE MAYAGUEZ.

'SABROSITA..... Por tí propia, acaso

Sabrosita carta, ¡Qué mucho te quiero! Me traes de tu amita

Se vah convirtienílo En notas de un himno Cada vez más nuevo.

Te es dable saberlo : ¿No es verdad que guardas,

Dulces pensamientos,

Sobrositá

Que

carta,

Y en cada palabra

¡Qué

De tus líneas, bebo El licor que ¡engendra Los grandes ensueños. Hostia de hojas blancas, Ven, damg ulimento;

Oye, hermosa mía, Los cantares tiernos Que lleva á tus plantas Mi cariño inmenso.

Ven, pan de mi espíritu :

Ven, manjar del cielo. Ya rasgán mis manos

Que impulsa el deseo, La débil cubierta ;

Ya en tu blando séno Devoran mis ojos Delicias sin cuento;

Ya tus negros trazos

mucho

Hermosos

tú,

dentro

secretos?

¿Verdad que elidioma Burla nuestro anhelo, Y si le pedimos Celestial acento, Tan sólo nos brinda

Yo quisiera darte, —No+renglones—besos Que escribir supieran En tu rostro excelso

La expresión sin vuelo?

:

Y ¡eso que tú sabes Decir tanto bueno!

Lo queaún no ha podido Salir de mi pecho. ¡Sí! Por más que busco Precisos conceptos, No los hallo dignos Del amor que siento.

guardas

Del alma, callados

te qhiero!

Díganlo las líneas Que exclamar me han hecho:

—Sabrosita carta, ¡ Qué mucho te quiero !-— >

J. A. NEGRÓN SANJURJO.


illinois

CARNAVAL

ORIENTAL

PARA

Dueña de la Ynegra toca]

4

Los poetas adoran tu recuerdo

monjil, Boabdil. |

esperanza,

Diera la lanza mejor

Tu

bizarro,

y con su fresco verdor toda una orilla del Darro. Diera las fiestas de toros, manos,

Tu recuerdo—<que invita á soñar—aparece fante

himnos

¡Qué tanto vales?

el cuello

del pensamiento.

biciones juveniles. Tu mirada deslumbra sonrisa vence como un sol.

bondad y tus ensueños. * los labios vehementes

|

E

y rojos.

il

Avausto Maraket. |

SUPLICA De alegre vals en los revueltos giros | Pasar en brazos de un galan te ví,

tanta gala tunecina que has de juzgar tu belleza

Y contener no pude mis supiros

Que volaban á tí.

|

Dueña de la negra toca, por un beso de tu boca |

lejos,

Ondulaba tu talle voluptuoso ; Eta,

tal vez,

tu aliento abrasador;

Las puras formas de tu cuerpo airoso

Mostraban |

| qee ZORRILLA.

di á ratos con sus

alas -la verde linfa, una gaviota cruzaba el, éter, ligera y sóla. Mi vista la siguió! hasta que por su disminución creciente perdiose entre la bruma que envuelve pudorosa á la virgen del ¿repúsculo.

Y en aquel momento pensé en tí. Y ví en el ave errabunda

jel Hi

de gloria !

Te dará tanta riqueza,

y allá, muy

la ilusió

Nadá hay para mi frente más encantador el ta

cristiana, |

mil cielos si fueran mil.

Tienes

reeuerda, que viene á romper, como lumbre del cit lo, las tristes obscuridades del espíritú, conservánd. se con reflejos de luz azul y brillantes reverberacio les

sultana serás allí, y el sultan será, ¡oh, sultana! «an esclavo para. tí.

diera un reino Boabdil; y yo ¡por ello, cristiana, te diéra de buena gana

Tú “re-

el alma y la alegría en el corazón.

de cristal,

para pagarle, mezquina.

Surge alej; re,

ñ cón luz de voleán. ¡o Vas á la victoria cof; tu

de las hijas de Mahoma! á Córdova,

trlhn-

idea y em los

Encuentras el paraiso sobre la tierra. Llevas) la gloria en tu pupila. ardorosa y soberbia y el amoten

en lecho de terciopelo, entre una nube de aroma, y envuelta en el blanco velo Ven

la

la semejanza de mi es-

píritu que á solas vuela. entre brumas sin esperanza de hallar en su pora infinita ni el calor de tus ojos ni el arrullo de tu amor. | | | |

LIRA.

Magnético

su esplendor.

fulgor en

tu mirada,

En tus labios sonrisa de placer, ¡Y tu cintura esbelta aprisionada ¡; En brazos de otro-sér!

A

sobre

de

flejo brillante del ideal, eres la novia azul de las fim-

nazareha

oriental, melena

tuminosos

poderosos

ia

para un harem suelta la negra

ritmos

tú juventud y de tu vida! Las auroras son las nóvias de las aves.

le arrancaron para tí de la corona de un Dios! De tus labios la sonrisa la paz de tu lengua mana... ' leve, aerea, como, brisa de purpurina mañana. hermosa

los

multitud de corazones. H La aureola de los amores rodea tu frente pudifrosa de virgen. Asistes á la: apoteosis sa ta ¡de

partido por gala en dos..+.

¡Qué

:en

como un canto sagrado, radiante de claridad y es-' plendor, 'vibrando con vibraciones de esperanza ¡en

hasta cuarenta jinetes. . | Porque tus ojos son bellos, porque la luz de la aurora sube al oriente desde ellos, y el mundo su lumbre dora. Tus labios son un rubí |

Oh!

Es tuyo el ¡er-

fume. Es tuyo el ritmo. Ofreces la alegría pl el amor. Esparces—cual la heroina de la leyenda=1uz sonrosada de 'alboradas primaverales y resplenk, en suave de estrellas inmensas:

con las zambras de los móros el valor de los cristianos. | Diera alfombras orientaleg, y armaduras, y pebetes, |

y diera

y A

del encanto.

Un vértigo indecible de locura Hizo:á mi pobre corazón temblar; Tuve celos....y fiebre, ...y amargura. . ¡ Y ganas de llorar!

No bailes más!

Cuando te miro ardiebte

Sentir del vals alegre la emoción,

Sombra de tempestad cubre mi frente, Y quisiera borrarte de mi mente

Y arrancarme quisiera el corazón.

JUVENAL.

Ñ

sus

yergue—altiva

lr

en

se

me pote

y, $i fueran

juventud,

lo3 áureos esplendores

der

más

20 pure

del zenete

revolotej en *

A

diera á Granada

que

el corazón como una mariposa de oro, levanta ido ánsias inapagables «de dicha y anhelos proto ¡de

por un beso de, tu boca

A PA

la del mórado

TI.


302

NOTAS DEL ACASO

EL

CARNAVAL desdeñase

al

pretendiente;

positivantente

el casa-

miento se llevaba á cabo. El inconveniente del viaje no era cosa mayor, sobre todo para Quico, que

1.

arregló todos los detalles de la marcha con la secreta

En un rincón solitario, á medio tiro de fusil de una pequeña ensenáda defendida de los vientos por

alegría

un círculó de montes, levantábase una casita blanca,

no de aquel otro gruñón y cascarrabias que se pasaba todo el año echando espumas sobre los acantilados

enboseada entre salgones y nogales y tapizada de trepaderas multicolores. Oíase desde allí venido de abajo, el barullo del'mar, que gemía á veces con un largo sollozo .melancólico, y bramaba otras con un clamor trágico; pero que, gimiendo ó bramando, su voz arrullaba siempre aquella casita blanca, tapizada de trepaderas multicolores y emboscada entre salgones y nogales. , ”

)

j

AMí nació

Carmén

TI. durante uno de los viajes

de

volverse

tiempo, sobre

're-

y morros roqueros

calientes oscilaba

coger un rizo

un vendaval

porla popa; pero se encontró

niña

Henota,

fuerte,

robusta;

un bloque

qon

con una de

carne

blanca y rosada como un rollo de espuma teñido por la aurora, y tan bonita, que el hombre no echó de menos el cambio, sobre todo después de pasarse todo

el santo día haciendo saltar á la pequeñita entre sus manazas callosas, y obligádola á meter los pieceeitos rechonchudos entre la breñosa. barba curtida por mil nordestes duros y rachas achubascadas.

La muerte

prematura

de la

madre

de

Carmen

'eortó bruscamente 'la série de viajes de él, que, diciendo adiós para siempre al barco donde tantos años navegó, entregóse al cuidado de la niña todo el tiempo que le dejaba libre la pesca de altura, á la que se dedicara pará ayudar al sostén de aquel ser requeñito y de aquella casita alegre y bien soleada

y cubierta de flores eomo novia que á desposarse va.. El único sentimiento que de vez en cuando le escara-

de la costa.

Claro

algún

verdadero,

está

que

se

Llevaban unos cuantos días de viaje plenamente engolfados Eran las once de la mañana, y un buen

sol de verano,

fuera capaz de

durante

Océano, del

IV.

sólida, brazos y pecho de atleta, rostro ingénuo rodeado de una sotabarba negra, lucida, enmarañada, y liso de alma eomo un mástil. Llamábase Francisco ó Quico, que por ambos nombres respondía.

que con el tiempo

encontrar,*

embarcearón con la promesa de que, pasado algún tiempo, volverían todos en viaje de placer, siquiera ¿por sacudir el polvo á la casita blanea escondida entre salgones y nogales y tapizada de trepaderas multicolores. Un día zarparon

dondos de su padre, iin bravo marinero de contextura

Contaba él, y era su idea fija, encontrarse á la vuelta con un grumetillo en ciernes, ágil y travieso,

á

los lomos del

sol de Junio,

dejaba

vaer

sus

rayos

sobre el entrepuente del trasatlántico, que mansamente al acompasado - movimiento

que le imprimían los paletazos de la hélice puesta á media marcha. ' Á bordo y hácia la proa oíase un ruido infernal, un vocéar intenso que no se interrumpía, compuesto de gritos, lloriqueos, exclamaciones, cantares. La campaña, dando la señal del almuerzo, había arrojado sobre aquella parte de la cubierta un amontonamiento de seres humanos informe y degradante que en promiscuidad repulsiva asustadora, corría de un

punto á otro con las cacerolas de zine en las manos. Eran emigrantes que huían del pátrio terruño en busca de una fortuna ¡Una fortuna Casi al mediodía, y cuando el ealor era más

in-

tenso, comenzó á debilitarse el búllicio que reinaba sobre cubierta y de allíá poco un silencio tétrico se extendió

por todo

se perfactamente

el buque,

hasta:

el

punto de

el cadencioso respirar

de

la

oir-

má-

quina.

Por la escotilla de la cámara

de segunda

surgió

un grupo extraño: una joven pálida como la cera batida, recostada en una silla y: llevada en brazos por dos robustos marineros, seguidós por el médico y el capellán, y por otro pasajero que, con los brazos

bajeaba, era no remóntarse en las costeras del besugo

caídos y el gesto alelado, andaba con paso tambalean- -

y bonito, algunas millas más allá del abra, para descortinar el horizonte y encontrarse de lleno brazo á brazo con su antiguo compañero, cuyo mirar y génio comprendía tal vez ó mejor que el de su hija.

te é inseguro. El grupo hizo alto en la sobrecubierta de popa defendida del sol por amplia lona tendida en

TIT. Todo iba marchando á las mil maravillas. Cármen erecía y se desarrollaba que era una bendición. Entre quiñones de limonáje y pesca, Quico había llegado á reunir un buen pecylio, que cada:día que pasaba

aumentaba de volumen, escondido entre jarcia y velámen viejo retirado por inútil en el desván de la casita, Para que todo corriese como la seda, la muchacha, que ya entraba en los diez y siete años— veinticinco por lo hermosamente hechos—se vió solicitadá por un primo suyo, joven y buen mozo, que

«en la República Argentina ocupaba brillante posición, con todas las trazas de llegar á ser un capitalista de fuerza:

—Hubu'consúltas,

mediaron

cartas y retratos,

emitieron parecer los notables del pueblo; dos indianos con

dinero, el'ctira,

el

maestro

tertulia de la botica en pleno, votaron.

de

escúela,

porque

la

.no se

toldo; 'y con grandes cuidados depositaron á la enferma en el centro del piso, mientras el pasajero citado se dejaba caer como

una

masa

remedio

v. para

inerte contra

el pivote

de la brújula. No

hubo

tifoidea, cebándose

la triste

criatura.

traidoramente en aquel

La

hermoso

cuerpo, á más bello. destino llamado, acabó con Carmen y eon las energías de Quico, que recibió de rebote “en sus pupilas antes de perderse en el azul del cielo, la última mirada de la pobre niña. Insensible al parecer, cogido de un mutismo feroz, huraño,

asistió al acto de colocar á su hija sobre la tabla * féretro que habíala de acompañar en su viaje á través del Oceano.

Únicamente, cuando por un rasgo

delicado del capitán, la vió envolver

en blanquísimo

lienzo, sobre el cual se arrolló como una mancha de oro y sangre la: bandera española, salió de su garganta un. rugido y cayó de rodillas, moviendo epilép$

.


ic

ee

.

A| EL articularon |

CARNAVAL

MUJERES CELEBRES |

palabra al-

(Para EL CARNAVAL.)

|

|

Venía el viento de proa arbolanílo la mar,

JOSEFINA

enros-

cándose en la járcia y haciendo gemir los masteleros. La campana

de

á bordo,

lentamente

agitada,

m8z-

del barco.

emocionado,

facciones,

que

se

acercó,

y cOn

contrastaba con la

dió algunas

órdenes.

VOZ

grave

rudeza de

Enla

mano

león

y

sus

traía

el

aglia azotada por

hélice del vapor, que siguió su marcha

ta

na jamás había

inalterable y

ciembre

El pasaje, borrada la primera ablorcea1 impresión, acordaba

apenás,

marineros'con

vida normal.

pasando

De

Quico nadie

inadvertido

los cuales formaba

laire

entre los

que

Evreux.

reinaba

náufrago y prestarle socorro,

motor

impelida

que en sus entrañas llevaba,

por

v. Lastra Y J ADO, |

| i

|

|

los

tribunales,

«¿be-

ez/sin:

Cuchi.

O

el

Arnedo

| |

que

las perlas de tu boca, blancura del armiño almendra que provoca triunfante que las toca

con el goloso afán de un tierno niño.

el

que rezaban, de una tremenda emoción cogidos, por las almas de aquellos que ya no ¿volverían á ver la' casita escondida entre oe y hogales y tapizada

multicolores...

on

16 de 1902.

Déjame ver que tienen la y cada una es ser tu lengua

parpadeaban ya las primeras estréllas viendo aquel buque que pasaba cubierto de hombres arrodillados

de Ene

époea

RUEGO.

cortaba las ondas,

y ¡en el

1809,

al

que se diseminaban espumosas cohtra el tajamar; crepúsculo vespertino avánzaba,

desde pue

Las grandes figuras de la historia hán sido .

Diciembre

del cuerpo de Quico no

fuertemente!

de

C. CoLL

VIII. embarcación,

Napoleón

caprichos de una posición tan distinguida. Joselina ha pasado á la posteridad como E de espost ls y dé soberanas. |

quedaba ni rastro.

La

á

A

distinguir

abandonado

recursos, no iba á faltar á sus deberes para ssatisfiycer

aguas. De pronto viósele perder | el equilibrio, dar - media vuelta, atravesar como una bala el espacio y desaparecer engullido por el Océano. Una sábana de aguas se cerró sobre él; y cuando la marinería

para

en la histó ria

sabiendo soportar las estrecheces de una viu

escala hasta ponerse á horcajadas¡sobre una verga. Desde allí parecía contemplar con delicia la línea azul del cielo que en el horizonte se fundía con las

las bordas

notándose

humanidad, no faltando historiadores que p 1 ino arrojar una mancha sobre el nombre de la mujer! jue

dotación, tendida sobre el castillete de proa, fumaba distrayendo los ócios con recuerdos de tierra é- historietas que algún narrador contaba con cierta gracia. Los ojos cerrábanse amódorrados por el silencio, porel calor. (Quico había trepado por una

sobre

Ter: pe

calumniádas por quienes no han sido comprehdi(as, $ la | y Josefina no podía - stistraerse á esa ley fat

no lograba trizar el mar. La esdasa lona tendida culgaba flácida del aparejo. Sólo funcionaba el viento almacenado en las calderás del vapor. La

ansiosa echóse

la época del

dientes al mandato del Emperador, le divorci So! de Josefina. La Emperatriz vivió hasta Mayo de 114, muriendo en un palacio de su propiedad céercá de

se

rancho.

La tarde era de calma; el poco

milagrosamente ide. as

casó con la viuda Beuuhernais, sufriendo te jus primeros contratiempos poco después del 16 de Di-

majestuoso. había vuelto á su

escapó

nobleza, en

de esta gran mujer una particularidad que ha!llatiado la atención de no pocos historiadores. fo ¡pu

Carmien dando vueltas

que formaba

á la

principios del siglo pasado,

o

|

|

Allá quedóse el cuerpo de

Josefina

siendo' decapitado Beauhernais, El 9 de Marz A 1796, unió sus destinos á lós de la bella criolla eljent )ncesoficial de artillería, Napoleón Bonaparte. Jósef na disfrutó de las glorias napoleónicas tantoó (quijas menos como lloró los reveses del gran génlo ? a

ofrece otras flores !

en el remolino

TH,

persecuciones

algo que parecía guirnalda, tejida: con algas, y depositóla sobre la cabeza de la linda. ¡El mar no

VII.

|

miración su belleza y natural talento, á pesa de su. muy deficiente educación criolla, casando con el isconde Alejandro Beauhernais, de cuyo mat; mo; y io tuvo á Eugenio, después virrey de Italia, yá ortjincia, reina que fué de' Holanda, y madre de¡Naido- '

tripulantes comenzaron á surgir de las escotillas, distribuyéndose por sus puestos, graves y silenciosos. El contramaestre

a, le

1763. A los 15 años de edad abandonó su paí na lal para marchar á Francia, en cuya-sociedad causó hd-

Los balances

acentuábanse cada véz más. Las hubes, entonadas de un color plomizo sucio, iban aculnulándose hacia el horizonte, cortado aquí y allá de claridades súbitas denunciadoras de un día más qué despertaba. Los

segundo

|

María Rosa Josefina, Emperatriz de la Fl ae nació en St. Pierre, en Martinica, el 23 de Juni

claba sus notas metálicas y plañidleras al mugido constante del oleaje, que se estrellaba hirviente y espumoso contra las amuras

hi pl

0

vi.

RA

ticamente los «labios, que nó guna.....

1

¡Déjame ver tu seno culminante, ! que se hincha, baja, sube y siempre ond ul y se conmueve como el mar Atlante cuando esponja sus curvas con tronante

1

canción de amor que en su vaivén mod la,E Cubierta con la sombra de tu pelo déjame acariciar tu espalda de astro,

pl

que me deslumbra con albor de cielo,

| j

ya que me inquieta con tenaz anhelo la carne de tus hombros de alabastro.

h


304

EL

CARNANAL

Deja extasiarme en tus pupilas bellas; «quiero sentir mi corazón deshecho y hallar en él la luz que tú destellas con el fuerte fulgor de dos estrellas que borran las tinieblas de mi pecho.

Con tus labios del rojo de enciende sin cesar mi frente que es tu beso la llama que que mi mente y mi vida lás en tu boca de miel, aroma y ¡ Pero,

INCOGNITO.—San Juan. El estilo es el hombre. Ya usted me entiende. UN ENTUSIASTA.—San Juan.

Usted

la hoguera esclava, quisiera ardiera lava.

oh clamores de un encanto

es por

G.

pd

Enferma

Lo está de mucha gravedad! en Caguas, la. respetable dama Doña Carmen Santiago de Somonte, muy estimada por sus virtudes, en aquella sociedad. Hacemos votos fervientes por su salud.

GUTIERREZ.

Don Antonio Español En el vapor “Monserrate” ha embarcado para la antigua Metrópoli, este distinguido amigo nuestro. Le deseamos

un

felíz viaje,

y muchas

prosperi-

dades en el seno de la patria.

IE

—Cáguas.

Agradecidos

Vearr ustedes que

verso.

Lo

todo,

todo

se me

hasta el mismo

modo

sus

de las

simpáticas agentes,

liquidaciones

contribuyendo

que

han

«de

este

al sostenimiento de nuestra revista.

abraza

Christmas.

corazón.”

EL CARNAVAL se las desea muy felíces á sus amables lectoras entre las qúe tenemos amigas muy apreciables.

«Estará usted más caliente que: un mocho. va

estamos

enviado

“Na me desprecies tiraha que al fuego de mi pasión

Allá

verso.

|

SOBRE LAS IES Mis

en

se

PUNTOS LITERARIOS BOBON

escriba

Epa VUELA PLUMA

el Arte.

CHATAING

Por €so le digo la

¡ Lo hace peor que en prosa !

los ensueños de loea fantasía. No te acerques, hermosa, que al tocarte te detesto : mi amor

lo aprecio!

-

visión, que yo desprecio

Apártate

que

:

No

necio

que sólo dura en mi delirio un día!

sabe

verdad.

otro.

“Te ví por primera vez, Y desde entonees te adoro, Cuando me miras no sé Si es que rio, canto ó lloro.””

¿Qué les parece ? Dígame ¿no será usted Avíseme con tiempo. CEFIRO.—San

Juan

En el

Pinto disfrazado?

¡

Tortolito, eh!

PBonce. “acarameláditos y más sal, serían

¿Nolo

Juan

la

de Maya-

gúez América Derieux,—agentede huestra revista en aquella ciudad. EL CARNAvaL la saluda afectuosamente.

Juan.

LUIS. melado

San

distinguida señorita é ilustrada profesora

Eugenio Benitez

“Voy Cual la tórtola errante cantándgde rama en rama.”

Muy

Bien venida vapor Puerto Rico llegará á-

"sus

versos.

El distinguido compañero y querido amigo,

pasó

algúnas horas en San Juan regresando á la Carolina.

Con

menos

Benitez Castaños, un puertorriqueño que vale, pese á los envidiosos, debía prolongar su estancia en la Capital.

publicables.

cree usted ?

Nada tenemos

HATUEY.—Juncos.

Que se vaya. que agradecer al año viejo.

Si fuéramos á protestar de todo lo malo que nos

Malísimos! ¡Pero, bah! ¿Qué se le puede pes RICARDO.—Ponce, i Sus versos empiezan bien, péro acaban

Les pasa lo que á muchos enamorados. CELIO.—Lajas. ¡Que facilidad tiene usted para

mal.

hacer versos

¡Estoy admirado ! ARAMIS.—Rio Grande. ¡ Lástima de seudónimo! N. N.—Rio Piedras. :

No me agradezca lá franqueza. Si fueran buenos, también se lo diría. 4 P y t

un indio?

trajo iban á oir hasta los sordos. ¡Que se vaya!

Aplazado. En vez del domingo se publicatá el lo. de Enero ma-

el próximo

núrmaero de EL/CARNAVAL.*

Navidades de la Escuela.

Así se titgla un periódico que los maestros de Cayey han mandado á imprimir para conmemorar la fiestá de Christmas. Sino tuvise otro mérito que los| ¡pensamientos de los niños, bastaría para recomendarlo como una co-

sa muy original.

i

b


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