SS
$
Pé
CARNAV REVISTA DE LITERATURA Y ARTES e EDUCAD A LA MUJER Y HAREIS PUEBLOS LIBRES
ete
DIRECTOR y apmon:
Ñ
'JOAQUIN E. BARREIRO.
E e
E
e
$
ios
OFICINAS:
Allen St 41
Louis E. Tuzo € Company, Publishers.
e
AÑO
NUEVO
Ya le venciste;
Pronto tendrás
canta
quien
tu victoria.
te salude á coro,
Y sin rubor celebre y sin-decoro El triunfo fácil huérfano de gloria. Tu ensalzadia bondad Has logrado vencer,
es ilusoria ;
más
lo deploro
¿Qué es, Año¡Nuevo, tu diadema de oro ? "¿4 Quién te conoce, donde está tu Historia ? El triunfo ttiyo mi desprecio inspira : Del sol que nace el resplandor incierto No iguala al de la tarde cuando espira. Nó escucharás mi voz en el concierto. ¿ Piensas que |¡he de cantarte ? ¡No. Mentira! )
Si ¡una frase the queda es para el muerto. J.
PErEzZ
LosApDa.
EL
EDICIÓN
CARNAVAL San Juan, expendía
Ruiz Roger,
Qelso de los Rios,
Había
lectoras de ** El Carnaval” un prós-
la nóche
del Sábado,
27, en su lindo Chalet
que
de
Puer-
que
toda
la
serena; el sitio delicioso, la temperatura
J. A. DAUBÓN.
la
buena
rentara
de
un
música.
A la
Una
,
trenóloga americana,
pronos-
modo” económico,
exacto.
sísimos, capaces de leer en las
y
]
con unos
ojos hermo-
interioridades del ce-
rebro, examinaba á los concurrentes, con una exactitud matemática. Los que tenían la cabeza, digo, la escarcela
vacía,
nó
se
atrevían
á
sometefse
á
La pequeña Ruth, vivaracha y traviesa,' tenía á su cargo,- un sillón: mecedor, y no permitía tomar asiento en su aparato, al que no pagase cinco centavos, por cada movimiento de oscilación. Esta chi-
quilla tenía revuelto el jardín. Amparo Fernandez Náter (dulcísima trigueña) despachaba vasos de limonada baratísimos, y había hombre que no quería separarse de la ponchera. caras; traía
alborotados á los oficiales de los buques de la Armada, y se me figura, que esos pobres muchachos se fueron á bordo sin una peseta. ¿Con qué pagarían
el Trolley? La
segunda
de las
señoritas
Elliott,
detallaba
dulces sabrosos en unas peyuetias| higiteras, camente labradas; y no tardó
mucho
en
artísti-
despachar
toda su mercancía. Su hermaná,, la mayor, que Ponce y tiene una de
acaba
las fisonomías
de más
1902.
AÑO NUEVO.
llegar
de
bonitas de
un
ropón
de
vaporosas
gusas
Que el invierno te dió-por alto lecho Naciste, entre el albor de la mañana Y de la noche en su cápuz postrero; De esa unión de la luz'y de la sombra
Que formara un crepúsculo de besos. A tu surgir se estremeció'el espacio,
Temibló de regocijo el universo, Las aves entonaron sus canciones, Cruzó
la luz por el azul del cielo,
En ondas el perfume cruzó el atre Y el sol apareció plácido y bello
su
exámen.
La señorita Hunt, vendía flores muy
27 de
En
derecha del Chalet, tina .tienda de campaña, ¡daba abrigo á dos lindas gitanas Srtas. Celis y Capó que y sabían
Debre.
noche
primaveral.
En una enramada, la excelente banda de la Policía Insular Wenaba el aire de notas sonoras, *ejecu-
ticar
la
Los puertorriqueños, sabremos agradecerlo, por nunca olvidamos el bien que se hace á nuestro
buena
Sociedad, nativa y continental de San Juan. El local se prestaba admirablemente. La
parecían escapadas de 71 Trovatore,
daba
país.
con justicia, de muchas simpatías -en este pueblo puertorriqueño, por la. sencillez de su; trato, y por la bóndad característica del General Elliott.
tando brillantes números de escojida
se
En fin ; la fiesta fué brillante; y la señora Elliott puede estar orgullosa de haber sabido llevar á efecto. una agradabilísima obra de caridad.
Nuestra buena Sociedad, respondió al reclamo de la Sra. Elliott, de un modo espléndido; por que es necesario que sepais, que la familia Elliott, goza,
concurrió
donde
respondían á la oferta, vaciando sus bolsillos con espléndida generosidad.
responde
por la Sociedad de Señoras, en beneficio de las mujeres pobres de Puerto Rico.
á que
en
Nunca fuera caballero de damas tan bien servido etc.
la que nos ofreció
dama
postal,
cuyos nombres siento no recordar, ofrecían helados y bizcochos á los concurrentes, que, por aquello de que:
Se trataba de obtener algunos fondos para el Hospital de Maternidad que se está construyendo
Fué una fiesta,
oficina
Las muchachas que tenían á su cargo este Postoffie.original, respondían al nombre de López, que es un aombre genuinamente español. '* Otras señoritas americanas y puertorriqueñas,
LA KERMESSE ta de Tierra, la distinguida nombre de Miss Elliott.
una
consumidores
twenty five cents.
pero y feliz año.
agradable,
para. una partida
anñomalia de que toda la correspondencia venía sin sellos. Era necesario pagar el porte, por cierto bastante caro, por que cada sello para carta sencilla valía
Desean á las simpáticas y amables
una fiesta muy
billetes baratos
de Base-ball.. Mr. Dix fué uno de sus más entusiastas.
y QLarlos del Monte
Fué
ESPECIAL
Un
Al terminar la fiesta, Al regresar la calma : Y el sociego, niño apareció lleno de fores|
Ante el cadáver rígido de un viejo. P. R.
pe DirGo0.
EN LA PLAYA. ¡ Contigo el alma enamorada Cuando,
sueña !
alegre, risueña,
sumerges en las ondas cristalirias esas formas divinas
con que las ansias del amor provocas, gime y suspira el vierto,
ruge de gozo el mar erítre las rocas y se encrespan las olas de contento! ¡ Bunito pensámiento! ' |
L. RODRIGUEZ Cavneno,
,
*
j
e 4
de
1
*
EL
CARNAVAL
36%
|
EDICION
+
|
'ESERCIA DE *]
ll
4
A
A
>
a
a
|
1
dy
Para Rodríguez Cabrero.
Para Guillermo V. Cintrón,
-
Mayagú:z. TE
Ya el mil novecientos tires
dE
pe rínelito
Cortadillo.
'
(sin piedad de ellas nos privas.
]
escritos
|
”
1
F
133
Dí de mi parte á Mariano sus
,
por ser dulces y gratas,
que
j
Pedir, no; mas si te ruego, que ceses en tus maldades;
que en mi silencio no olvido; que le leo, y cada dia más
*
grato y dulce;
tanto, cual tus siemprevivas,
G
él.
nombre
Bombón,
:
Side | Su carrillo,
E
mandanos
admiro.
j
tus siemprevivas
¡felicidades!
á cambio,
y,
j
....
j dara
ara
V
Y.
La
y
Para
Balbás.
Salud, amigo Balbás, .d y muchas felicidades ;
aunque llegas y te vas, sin decir adiós á nadie.
+;
C.
i
y,
,
y
Real
Que el mil novecientos tres ; á haga girar su veleta,
A 4 H
sacándolo de Real para elevarlo á peseta.
ki
| ]
$
El
7
—
ya las narices asoma, felicidades en él le desea.............. de
PrerE
Ella y él, por esa gradación impulsiva á que los sentimientos están sujetos, empezaron por verse y acabaron por amarse. | Aunque de distinta filiación sodial, lo comprendieron y se acercaron en cuanto les | fué posible, estableciendo una comunión de penkamieritos en el fondo de la cual palpitaba el idealismo como | alpita la adoración fanática y pletórica de' éxtasis en el fondo del rito. | Pero aquello debía ser pasajero, y pasó con toda su: hermosura; con toda su pureza,- para ser suplantado con la ausencia y el pesar;
se unió en matrimonio
con uno
de su posi-
ción y de su clase, que ya no son éstos los. tiempos de los graneds dramas, y él (al menjs lo demuestra) está curado de aquella locura d momento, ple namente.. Convencido de que el cotazón humano es
amoldable y tornadizo; y de que su corazón es tan humano como el de todas las demás hijas de Eva. —¿Qué
quereis?—dice á los amigos que
conocen
su secreto—me ha olvidado y ha (hecho bién. De otra manera nd sería felíz porque mi recuerdo no se lo permitiría; y así me priva de ser instrumento de su
desgracia.......
4
|
3
4
parece
como
Ella
BLOoMA.
Pero yo no,
me
| |
1
1902.
El corazón humano
p
*
sé porqué cuando
así le oigi | hablar
ver que pasa á trávés de su fre te al
un celage de dolor y de amargura.
¡Oh! El corazón humano!
|
:
A
|
LIR A
EL
TIEMP
EL PASADO La
mano
ruda
del
golpe la última rama
destino
a j
o.
-
tronchó
| 4
| de ¡un sólo
del árbol del corazé1, do ¡se
producían las flores de la esperanza y el ca ¡comido
troneo muerte,
cayó
sin ruido al suelo,
ignorado como
EL
silenciosoIA :
la desesperación.
VENIDERO
A
premmmmttr
31
Debre.
|
E
tres
mil novecientos
|
ha
Para A. Sarmiento.
| ' |
|
Í $
Volverá la primavera espléndida á el brir los campos de flores y á dar savia á las plantas; lea de la desecha rama del carcomido tronco solo q ¿edan' el informe montón
de restos
inertes y sobre ells como
epitafio sombrío el “anauke”, la horrible $ inten del Dante.
¡Fatalidad!
SEMPER
“y”
pi y EL CARNAVAL
EDICION
GRIS.
Se oculta el sol.
10h noche densa y honda, que levantas Universal plegaria, que entristeces Desde el insecto oculto hasta las plantas, Desde el hombre
Sus últimos fulgores
- Son destellos del astró que agoniza,
Eres regazo que no inquieta nunca, Eres la fiel y ansiada compañera Del yue huye de la Juz si está ya trunca
Replega por los senos del espacio Su centellante cabellera hermosa Que la oculta en alcázar de topacio Envuelta en nubes de zafir y rosa.
Para su dicha la ilusion primera.
Porque ya muerto el sol de los ideales Y apagado el calor de sus reflejos, Los halagos se van como espirales
Cuando el sol en su tálamo luciente AA
De humo sutil que se disipa lejos. .
su pupila de diámante, Entonces
La sangre que purputa en su poniente Fluye radiosa de su disco amante.
O
duermen
ebrios los sentidos,
Cesa del corazón la lucha ardiente Y quedan en tinieblas convertidos Los ensueños y afanes de la mente.
Avanzan las tinieblas con su velo A. cubrir la extensión del infinito,
SASA TI.
soberbio hasta los peces!
Agrupando en su ocaso resplandores De azul y rojo que su luz matiza.
Apaga
ARA
ESPECIAL.
Esa es la noche infausta y tenebrosa
Y un suspiro resuena el cielo Con ecos que rtamibalfbomo un grito.
Que'en abismos de duelo esconde el alma;
La tarde espira con doliente arrullo
Cual destrozada nave en mar furiosa El hombre anhela más que luz: la calma.
De las voces del campo rumoroso
E
La luz buscando de su fé perdida Sólo halla en los zarzales del camino Alevoso.puñal para la herida Que pervierte y tortura su destino.
ARANA
Que eleva á las alturas su murmullo
Con tierno y melancólico reposo.
NR
Sudario funeral-de gasa oscura Descorre por el'éter sus crespones,
Formando la mortuoria vestidura De la tierra dormida y sus mansiones.
¡Oh noche muda, impenetrable y fría! Son tus negruras pará mi alma bellas
Bajo el dosel de blanca pedrería De lejanas y pálidas estrellas.
A
Todo yace en quietud imploradora : El prado, pebetero de la noche, Donde canta la brisa gemidora
Inspire siempre tu silencio augusto
Sus ténues ritmos de fugaz reproche;
La bienhechora paz de un templo santo : Para el malvado eres fantasma adusto, Para el proscrito, misterioso encanto.
La selva, la pomposa virgen llena De hirviente amor, indómito y salvaje,
Con perfumado aliento de. verbena Y suaves languideces de follaje ;
Sólo tú eres la imágen
parecida
A esa sombra sin límites : la muerte, Y al dolor, esa sombra de la vida
La estancia alegre, la sonora fuente Y la laguna de tranquilas ondas, Que en su cristal de linfa transparente Retrata juncos y tupidas frondas;
Que oscurece el arcano de la suerte. G. CHATAING
GUTIÉRREZ.
La cumbre altiva de inhollada loma,
Que decora su frente soberana Con el beso del alba cuando ásoma
RIMAS
Vistiendo de celajes la mañanh a El mar gigante, que su doreVagita Y soñoliento ruge en brusco tono;
Nuestra pasión fué un trágico sainete
La parda choza humilde donde habita
En cuya absurda fábula
El labriego, feliz'en su abandono;
Lo cómico y lo grave confundimos
La ciudad, el albergue meretricio Que ostenta el crímen del ladrón humano Y do se rinde adoración al vicio Cubriendo la ruindad con nombre
Bisas y llanto arrancan.
Pero: fué lo peor de aquella historia
vano;
Y Que
Todo es lóbrego bajo el soplo helado
A ela tocaron lágrimas y risas,
De las alas siniestras y luctuosas Que extienden por el orben sepultado Espectrales mortajas pavorosas. Pr
aabraqpor
rn oros
hire
prono
al fin de la jornada,
Y á mí sólo las lágrimes ! roo
pronoproa.s
G. A.
BECQUER.
EL
CARNAVAL
CUENTOS
PROPIOS.
hacia aquélla
EDICION
ESPECIAL.
adorable criatura
que tenía en
Decididamente, había perdido la brújula. —Señórita—la
De ¡ Pasajeros!
Ponce
¡al tren!
á Yako. maquinista sobre
el ténder. | La locomotora, como para ratificar del conductor,
dió un
fuerte
pitazo
las
que
hizo
retem-
tos de tres ó cuatro robustos 'zagaletones, fuertemen_ te impregnados de aléohol, á juzgal por el tufo diondo que me arrojaron á la tara al brindarme servigios, y me colé en el wagón, citando ya la quina empezaba á ponerse en movimiento. Estaba casi vacio; un señor, ya anciano; mulata al parecer sirvienta de este caballero,
hacía
otra
cosa qué| hablarle
he. sus máuna y á
de
conten tr
temblaba
la
pol
vz,
mp
entrar en conversación.
palabras
blar las vidrieras de las ventanas de la estación y las hojas de las florecidas acacias que enviaban sus penetrantes perfumes al través del denso humo que salí y come un río negro, por la añéha bocaza de la chimenea. Cogí mi maleta, sin hacer caso de los ofrecimien-
quien éste no
sin “poderme
rente.
flaqueaban las piernas; mi turbación era evidl nte. 1-¿Le molestaría á Vd. el olor del cigarrill| 12—dijele por decir cualquiera cosa, PE salir del pao, pr
|
—gritó el.
dije
más tiempo;á la vez que me
|.
sus
reumatismos, y una trigueñita | hermosísima, de quien quedé prendado en el acto: he aquí mis compañeros de viaje, de aquel viaje cuyo recuerdo conservo deliciosamente en mi alma, ¡para rumiarlo en mis horas de nostalgia y- hastío qhe constituyen el fondo amargo de mi existencia. Dije que quedé prendado en ell acto de mi linda vecinita y dije la verdad; no exajero en lo más mí-
—¡Oh! no; en modo alguno; todo lo que quiera; estoy. desde
tumbrada al humo
puede
vd. Elmer
hace tiempe; Acos-.
del tabaco,
y no me cau ja nin-
na molestia—me-contestó con una voz musie císima. A mí me parecía qne era un ángel pl
blaba. | Aquello me dió aliento para proseguir.
dulha-
¿A
Señorita, ya que Vd. ha sido tan bue ¡a que me ha permitido fumar,.... sé que es una ir-liscre-
ción grandísima preguntarle su nombre, pero y. E —No
lo crea, voy á decírselo:
para servir á Vd. —Para adorarla
|
me llamo y urorá,
¡ yo
á
Vd., querrá
Vd. di eHrs
interrumpí, ya fuera de quicio por completo. * —¡Aurora! ¡si yo lo sabía! ¡si no podía * td. na
marse de ótro modo! E j '¡EsVd. una verdadera aurora, un alba «Te P mesas y esperanzas, una mañana espléndida lu nosa, riente! ¡Cómo iba Vd. á llamarse de ú ra mánera, si tiene Vd. toda la poesía del amanecer:
—Si hubiera sabido que iba Vd. á burlar e así
nimo,
díjome un¡tanto amostazada y dejando dibuj w E ligera arrtiguita en el espacio que medía er tre 3 cejas de terciopelo—me hnbiera guardado muy múcho de decirle mi nombre. A
. Y no es que posea yo: un corazbn explosivo, demasiado impresionable, bromuro-gelatinoso, como las placas fotográficas, no; puedo ¡ver mil mujeres
soñarlo siquiera! ¡Yo, yo burlarme de Vd; | ¡peto no vé que] es imposible! ¡no vé Vd. que lo «ue háy
hermosas, la batería completa de bailarinas del Eden Theatre, desfilando ante mi vista, y estoy seguro de que ninguna de esas bellezas logra conmoverme más allá de la epidermis. 4 Pero aquella trigueña ¡ah! aquella trigueñita
que estaba frente de mí, por uno
de
esos
de la suerte que á veces pone ángeles
caprichos
en nuestro ca-
mino (cuando no le hace á uno tropezar
con. un
glés) ¡oh! aquella sí que
me
me conmovió,
in-
«sacudió
con violencia hasta lo más íntimo de mi ser. Mi ¿orazón que, desde hacia algún tiempo, estaba seco, apergaminado,
hecho
un ¿tarámbano,
se
re-
blandecía bajo la mirada de aquellos ojos negros y húmedos, como de azabache líquido. Sentía en mí lo que debe sentir la montaña cuyó hielo secular comienza á derretirse con
las priméras en ¡el
es que Vd. me tiene
loco,
que
la amo
corazón, que me estoy muriendo
con
por Vd.!
¿odo ¿lo se
están diciendo mis ojos desde el principio? Iba
yo
á precipitarme
ásus
piés,
cuando
u
tosesita significativa del viejo reumático, que | e tamente se
había retirado
al otro extremo
d:
y hacía como que miraba fijamente el paistje, sacó de mi arrebato, me trajo á la realidad, he w vió á la cóncienciade mi situación.
qe
A
—Le advierto, —díjome entonces Aurora, aci do violentos esfuerzos por caracterizarse, por: one seria, pero sin conseguirlo-que,si sigue dicien lo t terías,
voy
á bajarme
en
la
primera
estacii ca.
prohibo á; Vd. decir más disparates, Creí qie se Vd. un pbeo más respetuosó kon las señora,
llamaradas de
la erupción ; lo que experimentar debe el árbol envuelto durante largos meses
—¡Butlarme de Vd. ¡oh, pero cómo pué le Vu.
blanco
que, tercio-
—¡ Estación de Tallaboa,
tres minutos
!—| Leó
conductor, á tiempo para cortar aquella filípi a.
pelo de las escarchas invernales,| se despierta una Todos los pasajeros del tren bajaron, para esti mañana todo.cubierto con los magníficos brotes de , las piernas, un tanto entumecidas, y para ¡de la priméra. | agua de doco de unas palmas espléndidas que-+ aquel lugar, uno de los más hermosos y poé!| ¡cos Aquella mujer ejercía sobre ¡mí una sugestión la isla. | irresistible, de la que al principio quise defenderme. Abrí la-ventanilla, para distraer la ¡vista con el especObsequié á mis compañeros de wagón. ] 4 vie táculo de la campiña florida que tenía ante mis ojos; decía qué el aguátle como era un remedio ex +eleríte procuré entablar conversación con el viejo, -que me para el reumatismo, por lo que poco le fall 5 habló del salicilato de sosa y de no sé qué otras cpbeberse media docena “de vasos. 'sas más, á propósito de sus eternos reumatismos ; Mi vecinita, que estaba algo enfadada, m quiso todo en vano. * Mi pensamiento y mis ojos se volvían al principio aceptar mi ofrecimiento, pero h ego,jal sin w«esar, con la tenacidad de la aguja imantada, ver mi insistencia, accedió, poro con: la cark ¡ción Í ;
%
(0 ,
EL
CARNAVAL 1
EDICION
-sin duda por cierto escrúpulo hacia aquellos vasos -de que había de tomar el agua en la misma fruta.
Así la hizo y, cuando se disponia para coco vacío, se lo arrebaté
de las manos,
| El
arrojar el
diciendo :
¿Qué va Vd. á hacer? ¿Se figura Vd. que voy á dejar que ese bendito coco, en que Vd. ha pegado
sus
diviños labios,
vaya á rodar
por el suelo,
metal, Byron,
Carnafral
GA los ilustres literatos Don
como
Fernández
los otros? ¡Oh no! ése lo guardaré yo como una reliquia, como un recuerdo de Vd. y, cuando llegue
á mi pueblo, le haré poner, por un
EN
Juncos,
Don
platero, un pié de
y me servirá para beber, como le sirvió á para lo mismo, el cráneo de la condesa de
Ma.
se han fijado en esas
do en la misma lindé del camino;
diminutos piés enormes chancletones
un espesó bos-
Zeno
Sama.
¿LOLITA
Volvimos todos á nuestros asientos. El tren emprendió de nuevo la marcha, cruzando aquellos alegres y pintorescos sitios, cuyos variados paisajes llevo como fotograbados en .la fantasía. Ya era un hermoso platanal que parecía interminable, crecien-
ya
Manuel
Manuel
Gandia y Don Manuel ¿Desea un feliz dia.
Guichioli. Y corrí al vagón con el eoco vacío que guardé en mi maleta.
A
ESPECIAL:
A MINA.
' y
Yo no sé si alguna vez tuz ojos de niña mimosa otras
niñas
que
llevan
que
en sus
arrastran
que de palmas, por entre las cuales atravesamos, gozando de su sombra y su frescura. A intérvalos
con
como que se rasgaba la cortina
das un tozo de abrigo roto y sucio; dí ¿ no te has fijado en esas pobres chicuelas del arroyo ?
de
árboles que limi-
tabs nuestra vista, y aparecía de repente el mar, soberbio, azul, ilimitado, todo lleno de franjas y por el
cual:
se
espaciaba
azul, también Hablamos w*gón,
sacaba
á
sus
viento adorable
vista,
bajo
soberbio también
llas del para
la
un
de estos
instante
por
las
para
sobre
ventani-
paisajes, de los cuales
comparaciones
para su talle,
enmarañaba
cielo también
ilimitado.
poco, asomados
acerca
cada ojos,
un
su
sus
ventajosas
cabellos
frente, para
que
toda
el
su
, Habíamos
y
alrededor
Yo no sé si tu
corta
que,
de
en
estos dias de
sus caritas amorata-
edad,
tu tienes ahí besos
y
es una
pasada
te dejará penetrar el
noche
buena
mimos y tu almita sabe lo que al
calor
ternales que no todos tienen. el tuyo
irradia
tan intensa pero
en
esas
como
de
caricias
ma-
De esos hogares como
noches
intensa
venturosas
una
luz
hiriente, que esos ni-
ños infortunados al pasar por esos sitios debieran quitarse sus suecos para no turbar con su ruido la
llegado
alegría de los felices. ,
Todavía no se había parado por completo la formidable máquina, cuando un caballero, entró apre-
desesperante,
sentido de mi cuento, porque tienes un hogar dulce y amorosv como lo debieran tener todos los niños;
personita.
De pronto el tren se detuvo. al pueblo.
un Mido
frío suelán llevar
]
e
*
*
A
Ya estaba yo á punto de precipitarme sobre aquel atrevido, sobre aquel fáuno, cuando Aurora, volviéndose con la mayor naturalidad hacia mí me
Lolita era una muchachita de cihco años y pico, bonita, sonrosada y lista. Sús padres eran unos cualquiera que le pegaban atrozmente, ssbre todo el padre que era un borracho inveterado que siempre estaba hablando de los dereéhos del 'pueblo, sin que él jamás cumpliera con uno de sus deberes primor-
dijo:
diales.
suradamente en nuestro wagón y abrazó á mi vecina, besándola ruidosamente en la mismísima boca.
—Caballero,
tengo
mi esposo. —Tantísimo gusto saber lo que decía.» -El señor ha sito continuó Aurora,
el
gusto
en
de presentar á Vd.
conocerle—respondí
muy
dirigiéndose
sin
amable con nosotros,
que
el
hombre
pegó
más fuerte á la
al dia para levar la comida á su
dad, no lo merecía.
La cárcel
padre
era
lejos,
que, en ver-
muy
lejos
¡hasta
para aquellas piernecitas de niña. A vecés, tenía necesariamente que sentarse en los baneós del paseo
interrumpía, sa-
público desde donde veía otras niñas qhe hacían el trayecto en carros eléctricos; élla hubiéra deseado
tenía guardado—voy á un coco bebido no sirve
montar en aquellos carros tan lindos en los que parece que se vá muy bien, pero'bierto' dia en que, al
á
su
marido
nos ha ha obsequiado eon cocos! —¡Ah! á propósito de cocos—le cando de la-maleta el que tirar éste .... ya Sabe Vd.
Un dia en
mujer lo llevaron á la cársel, con lo que ganó aquélla, pero no así Lolita que tenía que hacer dos viajes
para maldita Th cosa.—Dije esto último con tal entonación que mi vecina se-mordió los labios para disi-
igual de otros chiquillos, se
sentó
de
le
mular su enojo.
el pie y estuvo á punto de ser arrollada por el carro. Su padre jamás tuvo para élla una frase amorosa, ni una sonrisa tan siquiera porque hay seres así, que estén tan lejos de los besos puros, como lo está el cielo de la tierra; diríase que ciertas criaturas na-
Llegué
á éasa y,me riñieron por haber manchado
toda la pechera de la-camisa—Fué
mi mujer.—
Yo también era un coeo bebido. ¿
VICENTE
PALÉS. 1
uno
de ellos,
el motorista
en la plataforma
dió fuertemente
con
cen para*que en sus frentes castas no aleteen besos maternales, sino la baba de la: impudicia. Yp he
EL
CARNANAL
visto lírios en el fango
EDICIÓN que
aún
$0 arrolla|la niña que no tiene
conservaban la al-
bura de sus pétalos.
yrarse sobre
ESPECIAI
ni
|
,
un ¡ay!
al ¡ esab-
la vía
* k
*
Era la noche de Reyes, la noche en que hay fulgores en el infinito por que lo producen los sueños de los niños y los niños son á un tiempo fulgor y
Todos se fijaron en el curioso dato
de que 1 ¿ miña
murió con la muñeca entre los brazos...... | Hay seres que, al pouAS al Eur la dichd,
er sueño; era la noche cuyo crepúsculo es el más ansiado de todos los crepúsculos; la noche única en
ntueren. ENRIQUE
que el cielo es explorado por miradas infantiles ..... Lolita había regresado muy tarde de la cárcel y había venido muy triste; parecía que ella se penetraba ya de las desigualdades injustas de la sociedad
CONTRERAS
BESO DE AMOR
que la apartaba eon mano despiadada del camino de
|
la dicha : parecía que sobre su corazon de niña pesa-
ba toda la indiferencia social diminutos unas enormes tas de raso ....
que
¡ponía en sus piés
chancletas
y en otras boti-
Rodealdda
Divagó largas horas por
las calles de la Ciudad parándose, embebida, en cada escaparate. en que veía muñecás luminosas que le hablaban de algo dulce y jamás saboreado. Cansada, hambrienta, aterida del frio. que se colaba por su blusita rota; hastiada de llevar aquel cazo donde comía el-malo de su padre; aguatdando en el hogar una tanda de bofetadas porque sus piernas no le permitían ir aprisa, resolvió dormir en la calle, en el quicio de una puerta que sería, tal vez, más hospitalaria que .el socucho donde . no se la quería.
villa de X., hernrosas.|
humilde
de
que
cosas....
Pasaron chos,
sin
aquella
muchos
que
indiferentes.
nádie
pequeñuela
se
dormida
su
por
detuviera
á
con
lado,
mu-
contemplar
un
cazo
en
á
la
falda y medio abrigo cubriendo aquella rubia cabecita. Uno se detuvo á contemplarla. | Tal vez un filó-
sofo, quizás
un
padre'
que
perdió
una
hija'
como
aquella. Después de largo rato de: contemplación y pensando sin duda en que aquella era la noche de Reyes entró «Je nuevo al café y comprando allí más golosinas,
y en
el bazar de
enfrente
una
linda
mu-
ñeca, lo colocó todo en el cazo de Lolita y se escutrió
luego á lo largo de la calle. El ruido.de un coche despertó
¡á Lolita quien al
ver aquella inaravilla de los Reyes tuvo en su corázón un estremecimiento de placer como jamás en su vida lo había tenido. Pensó en correr á casa pero, se acordó de la paliza que le reservaba ¡su mamá. Creyó en su inocencia que su padre se alegraría en ver gu dicha y que á esas horas la Cárcel estaría abierfá por
lo, que se encaminó á las afueras mente, á su nonísima muñeca.
joven
«¿eariciandof+ loch:
$
Una
fresca
costumbre, sitio
se
eh
*
mañana
dirigió
|
de
al
Abril,
templo
alzará
se
-donde
e
la conducíán
¡religiosas
creencias
al
Celia se
reverénte genuflexión,
luego un libro pequeño,
y empezó
De pronto vé un foco Feluciente que avanzaba rápidamente sobre ella; oye un repiquete de la campana del trolley; cadenas del fremo que rechinan; voces del motorista ¡ah! ¡el carro,..... ! se turba, no vé, resbala, cae; y el carro, en aquel descen-
de
automática!
rente
la
os
de
asapalde
arrodilló.
Abrió
á orar.
* Sw
Su vista estaba
fija á una pogo
treabría sús purpurinos
A
ratis en-
labios, y colocaba su
limi-
q, manó derecha sobre el corazón. De súbito, y como movida por un rosort> singular, volyió su rubia cabeza hacia la derecha: dabía vido el ruido de una persona que lentamente se hcercaba á élla: era Carlos.
nuta
+ Rh
La
oración
fué
:
4el
*
interrumpida.
Celia
cert)
su
libro, y, haciendo una nueva genuftexión, Hp levántó, yéndose á la inmediata nave | Carlos la siguió, y se colocó junto á élla. A nbos se miraron y se entendieron.
por toda lá estancia:
bido en los oidos que la mareaba un poco y no la dejaba ver bien la vía del tren la que saltaba de tra-' viesa en traviesa como un pajarito atontado
cor jo
Señor ' Sus
triunfante
freñte al altar de Cristo hacían
zum-
Celia,
del
doctrina predicada por San Pablo. Frenté al altar de la Providencia, una
su
la ama.
sentía ni hambre
sentía un
m ljerés
El
Estaba oscuro, tanto, que ella no veía bien el ct mino ni á su muñeca pero la sentía allí, sobre su corazón como si ella fuera el calor y la vida.: Ya no
ni cansancio; soló
la
ha la
y de
ilustres
desde muy niña, ceció
quién,
á
Carlos también
comía ciertas
ilusión
acari iadds se
corazón.
mismo
la
poetas
cuna de
y
Atlántico,
Ella, empero, no cede á las halagiteñas pro hesas de sus admiradores, y piensa sólo en su Carlis, un
los dlores del
hacían
montañas, del
Ahí vive Celia la hppars Celia" de quién. toda la vecindadl se ocupa, y á quién el sexo feo pe sibue incesantemente. - 4
Y se durmió más allá de un café donde le
de abruptas por las brisas
playas
sus
Celia no ocultaba su turbación. Carlos tam:¿0co. Después...... después un prolongado beso ri sonó era el juramento sagrado | que
dos corazones.
+
$
Pocos días transcurrieron. Aquellos séres,! que, sellaron la promesa de felicidad * eterna. con un beso de amor, se encuentran uúnidos hoy por la
ma sólos,
bendición ¡del Todópoderoso. M. RoDrIGUEZ Si
dd
a
e.
|
EL É
CARNAVAL
EDICIÓN
A VUELA PLUMA
Lo que deja el año viejo
.
J
|
*
,
i
Ñ
E
ru
e
,
A
Pepita ' Castillo La tan bella como simpática cayeyana, con cuyo nombre encabezamos estas líneas se halla desde
A BARREIRO —
De ¡todo A
Paco
un
poco.
hace algunos días en San Juan.
Bas-
EL CArNavaz
Mucho A
Tomás:
malo.
Que
CARRIÓN—
Desengaños.
Á SANCHEZ— :
Su
.
cara
colección
de tarjetas postales.
EA
A DAUBÓN Lo que había perdido. A ASTOL->
E
Unitriste
Un
“Porvenir.”
rriqueños.
Muñoz
debe
ser
recibido
nosotros que
A CAÑELLAS—
Lo que deseaba. A SEMPER
Popularidad. A Momo -
A DooLEYy-—/ La gran pitada.
-
PUNTOS LITERARIOS
pinta
de buen criterio saben lo que es un periódico de esta índole compuesto en un día. El periódico en color saldría el jueves y ya no
LA PRIMAVERA
LAS
IES
FORTALEZA No. 21 Felicita 4 sus amigos y les ofrece Aritmética, Geografía, Historia,
El Director de “* El Qarnaval ” Encargatlo de esta sección, saluda los malos poetas y les desea mejor e.
que se
y en-
¡ Este número Pensamos ¡publicarloen colores con motivo de la festividad de hoy pero inconvenientes de última hora nos impidieron realizar nuestros deseos. Nuestros anunciantes y suscriptores, personas
Experiencia.
nuevo
satisfacción
tendría oportunidad.
A BrascHi—
el
vi-
muchachos
Por algo está allí el amigo Loira sólo para complacer á los amigos.
El Tio Sam.
en
siempre
No es un reclamo. Soler y Ca. saben lo que tienen entre manos tienden sus negocios.
Su sueño dorado.
suerte.
un
á uno de los primeros poetas puerto-
Buenos
:
A GUILLERMETY—
¿A
con
|
patrióticas.
aparente.
redac-
de pasar estos días ai lado de la*novia. ¿Qué más quiere?
A E. MEDINA
SOBRE
Capital
Paco Bas
Á GRISOLIA
Tranquilidad
de
No es tan desgraciado como dice. En medio de sus desdichas, tiene la
nadie esperaba.
Una maleta de proclamas
libro
mos en Muñoz
El Almirante Dewey. A PErEz LosaDA Lo qhe
esta
de Mier de saludar en esta y compañero. con el año nuevo.
aplauso. No se lo regatearemos
A DE MIER-
!
en
Tropicales Con este título publicará Muñoz Rivera un tomo de poesías. No empieza mal el año. ;
mitad.
A López SÁNCHEZ— La mayor
permanencia
Elpidio Hemos tenido el guisto ción á este querido amigo Elpidio de Mier, viene Sean bienvenidos.
«> A- EGOZCUE—
É
prolongue su
son nuestros más vivos deseos.
A TIMOTHEE— Lo que le dará muchos disgustos. Ñ
tiene para tan distibguida amiga el
más cariñoso saludo.
La reelección.
Ss
ESPECIAL
año.
Anatomía fisio-
logía é higiene, Botánica, Zoología, Mineralogía Geología. Biblioteca del Maestro,| Cartillas cientificas é históricas, Gramática por Hernandez, Go-
bierno Civil, Gobierno 40. A 50.
Municipal, Libro 1o., 20., 30.*
en inglés por Brumbaugh.
|
l lector moderno núm. 1, núm. 2 y núm. 3 y otros varios que están de texto. De todos los publicados
en éspañol por la casa de Appleton, y novelas, Almanaques para 1903, muy caprichosos, eromos, tar-
jetas para: escritorio.
felicitación
y toda
clase de efectos
PRECIOS
MUY
BARATOS
para