El Carnaval (28 feb. 1904)

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e”

EL

CARNAV AL

a

A

REVISTA DE, LITERATURA Y ARTES Dedicada

EDUCAD

A LA

PUEBLOS

LIBRES

al

Sexo.

Y ADO

Pan

MUJER Y HAREIS.

Bello

JoAquin

SUSCRIPCION:

E. BARREIRO.

Gon

AA OFICINAS:

den

Untrimestre70 * :

3

SAN FRANOISCO 95.

Num. suelto 7

Entered December 19, 1902, at San Juan, P. R. as second-class matter, under Act. of Congressof March 3, 1879.

RICO, FEBRERO

28 1904.

Núm. 9.

EN UN LIBRO DE MUJER. (PAGINA Os lo doy:

i

LITERARIA)

Es mi blasón, es mi Biblia.—Cierto

| que

llegaís tar-

|

de, en otoño.— Sin embargo, agregadle una página. E

+. £smero y lo mostreis con orgu-

llo, porque él dice á todos que. en la oscura elaboración de los seres, el

alma

misteriosa

|

ieDepico

É leido, señora, vuestro libro. Concibo que-lo guardeis con

Diles

lac no

I

que

incesante realiza el milagro de crear hizo alto,

hizo

luz,

y en

un acto de alegría por el cual se renovaba

y

reencontraba á sí misma, os creó á vos, aparte, sola, como un ser de excepción. Del uno al otro extremo del volumen, que es un tesoro antológico, escritores, oradores, poetas esclarecidos cantan en vos la belleza, os exaltan, os

pagan el regio tributo que de uno á otro polo

de la tierra, en todas las razas y edades, las almas elegidas han rendido

rora, á los erepúsculos,

al océano,

á la gloria

|.

á la au-

del

sol,

Á

un libro de admiración

y

las noches inauditas, al maravilloso imperio

azul del cielo.

Es

Así vuestro libro es

un

tem-

A

-

o la turba, una

muchedumbre

4

plo raro y radiante, blaneo como el marmol y uro como el alba, del que sois vos la diosa.

luminosa pro-

fesa y prolonga el culto vuestro. Por las gradas de oro, profusas, palpitantes, únicas ratrices dignas de vuestra corte, trepan innu-

merables las fiores, en una acción: incendiaria

de color, de fragancia, de trastorno, de embeleso; suben hasta vos, son vuestras siervas

que arrodilladas van, cuajadas de ore

sallaje 4 rendir á vuestra belleza. Cual posas de oro vuelan en la brillante nóste los versos, los cánticos, las ca

llenan el templo, arroban vuestra alma, y en:

$

garias, himnos.

PRA

en espíritus exelsos' la inspiración de vuestra belleza. Como un ídolo, recibis incienso, ple-

de

Como una musa. habeis prendido

ps

adoración.

ia DE

7

PUERTO

An

SAN JUAN,

TURN

Año 4.


e

E,

EL

820 :

CARNAVAL

AAA

vían á las alturas, cual hondo y viejo anhelo de la tierra, una infinita sensación de esperan-

ejecución de su obra de vida, acrisolando los sentimientos fuertes y puros, alimentando el

za, de entusiasmo,

fuego del corazón, conduciendo las almas

de

ventura:

el soñado

re-

racimiento de épocas y pueblos que fueron fecundos y pasmosos por la belleza, porque hicieron, como

el alma

del misterio

ha

habeis

imperado

sobre

los

corazones,

desarrollando los mas altos y nobles sentimientos. Habeis sin duda también turbado muchas conciencias.

Ante

vós,

como

ante el

abismo, cuántas almas habrán sentido el vértigo! Bajo vuestro dominio, rompen cual rui.señores los corazones, ábrense

como

rosas

de

púrpura ó como lirios azules, abrásanse como al pasd de los grandes q

pe. mágicos, religio-

sos Ó heroicos ; pero en el propio delirio

óyen-

se á veces gritos desoladores, cual si arrancados de mortales angustias. No hay dominación sin crueldad: y la belleza es también cruel, señora, ferozmente

cruel, como

la ver-

dad, aunque por modos muy diversos.

En la lectura de vuestro libro,

un frecuen-

te trabajo de evocación hame obligado á largas usas.

A la postre, estas pausas

han sido de

tasis. Yo Os he visto en la espléndida madurez de vuestra hermosura, y al veros he sentido huir vencida mi tristeza filosófica, y he convenido conmigo

un beneficio, la existencia; la energía de mias liras de

mismo

=>

la

vida

es

y he experimentado gratitud por pero infundido por el ímpetu inspiración que en las mas exi.cuantas aquí os cantan, estalla

como un tropel de olas, he sentido dad de veros en vuestra mañana,

la neceside asistir

con mis propios ojos á la primavera de vuestra ' belleza; y con los ojos de mi alma os he visto. Suscitada en mi horizonte moral, limpia y fija como

un astro, vuestra figura hame comunica-

do entera la emoción

de su portento.

sentido alumbrado por una luz

nueva

Me y

he pene-

trado por una impresión desconocida. ientras mas la he mirado, mas me ha poseído; y del silencio, y del esfuerzo, y de los arcanos de esta contemplación, ha surgido purificada y triunfante cómo el águila de las hogueras antiguas, la idea sin deleite de la perfección, mi tulto par la belleza, mi conciencia de la vida. Al influjo de la divina providencia de vuestro rostro resuscitado, he soñado 'en las esperan-

zas mas ilustres del espíritu

humano;

mundo.

Ya veis de qué manera

cúmplense los designios del misterio. Como en el sol, la obra de belleza en la mujér es asímismo obra de vida. Y así como ¡mucho después de la Cd del sol, su inextinguible luz colora las bras, y en el mas remoto punto del oriente un fulgorcito suyo pone un capricho cual si pintaraun recuerdo; y en las nubes mas hoscas, en las mas lívidas, dibuja pre-

c<iosas trasparencias; y la sangre del crepús-

eulo, tarda en desvanecerse, mancha gloriosamente la tiniebla y ornamehta de rojas fanta-

sías la vuestra

brumosa

belleza,

negrura

De

del

Poniente,

sido

modo

vos lo mas te seno. juntos han milagroso

la belleza

así

aun no añosa y ya no joven,

continúa. en'la actividadde su misión, en la

habeis

que el. misterio

sido

el

encarnó en

sublime y poderoso de su procreanDivinidades supremas de la vida sido el amor y la belleza manantial adonde hasta los ánimos mas des-

heredados han bebido licor de felicidad, y cuya magia ha hecho á través de los tiempos

la transfiguración de los pueblos y la magnificación de los genios. No hay hazaña ni prodigio en la historia, no hay acto de abnegación y de piedad, no hay creación trascendente, no hay ímpetu, vuelo, ardimiento que en la belleza y elamor no haya tenido su numen. Por ellos, para ellos todo vive, en ellos

encuentra su razón de existencia. Grecia, Roma, la Italia del Renacimiento, la España de

la Francia de los últimos siglos, á

ellos deben haber sido, ser eternamente. mero, Shakespeare, Zola, son sus hijos,

HoNe-

gra sería la tierra sin el sol de la belleza, sin el sol del amor. Quedaría aniquilada sin ellos la inteligencia,

para la

cual fueron

creados y

sin la cual no se explican. La creación toda esfá ahí, en esas tres grandes cosas, señora, que

son

también

adorables

vuestros

dones;

y eternas pos

da sabiduría,

causa de toda

sagradas,

origen de to-

grandeza,

centro

de toda fuerza, prstiplo y fin de toda venturanza, verdadera omnipotencia del mundo.... Yo os cuento, pues, señora, entre los bienhechores, Sin renombre, sin ruido, circunscrita

únicamente á cuantos

fué concedido el

legio de miraros, de escucharos,

privi-

vuestra tarea

de bien no ha sido por eso menos importante. Habeis sido redentora, siu martirio, sin estraEos La contemplación de vuestra belleza dehaber sido una liberación. Del imismo, del vecimiento,

del

duelo

de la

vida,

deben

haberse elevado los espíritus jubilosos y radiantes como el día. Y puesto que de vos han caído sobre la tierra bienandanzas; puesto que habeis derramado, como sus frutos los árboles, como su luz las estrellas, la salud de las almas;

puesto que almas

insignes entona-

ron á vuestro triunfo bendiciones, yo vs venero, señora, y reverencio como á los bienhechores.

y he

afirmado mi fe en lgs milagros del entusiasmo, en la victoria de la utopía, en un porvenir de belleza bajo cuya soberana armonia la justicia, la libertad. lá verdad, la bondad, ejerzan el se-

fiorío del

Habiendo amor.

Velazquez,

II

ha-

TI

hecho

en vos, señora, obra de belleza. Vuestro libro es el poema de vuestro reinado. Habeis sido reina,

cia arriba, en marcha segura al ideal.

IV En las

hojas

de

vuestro libro, el

ese viejo platero, ha impreso ya su rillento.

Lás

grandes almas

tiempo,

sello ama-

que en

ellas de,

positaron primorosas flores de arte, han caido casi todas al golpe de la hoz implacable, en la continua vendimia de la muerte. Muchos de los nombres famosos que aqui grabaron su envidiable prestigio, ya no resuenan en el fragor del combate. En vos misma miro ¡ay! -avanzar

el

invierno....

Pero no!

Vos

no

morireís. La deidad que hay en vos no se extinguirá nunca. Como Venus en el mar. mol helénico, vivirels, sefiora, en este libro, que ha sacado de vos y ha producido para vos la maravilla de la Vida Inmortal.

+

JACINTO LOPEZ.

A

-:


EL

CARNAVAL

Tres

La cabeza de Victor Hngo.

Sonetos.

Acorazad vuestra grandiosa esfera con un brindaje de oro rutilante;

Es inútil fingir; el alma tiene nebulosas y estrellas como el cieio, horizontes de luz,

ponedle

sombras de duelo,

por semblante,

y un turbulento mar por cabellera.

y atmósfera de amor que la sostiene. De las pupilas de tus ojos, viene el fuego de mi amor y de mi anhelo,

Al fondo dad de la mirada austera un temblor de relámpago oscilante, y en el pecho verted amor brillante - para inundar la humanidad entera.

como la luz del sol descendiente al suelo, vivifica la flor y la mantiene.

Es inútil fingir; si tu alma siente el amor que subyuga mi alberdrío, ¿á que oponer

un torvo monte

un dique á la corriente?

Olvidemos del mundo los agravios, une tu pecho palpitante al mío y que estallen mis besos en tus labios.

Concededle, por rara fantasía, todo el espacio en que derrama el día los ríos de color de'su paleta.

II Suelta en bucles la negra

cabellera

Dadle por voz el rayo omnipotente, ponedle mil Vesubios en la frente,

bañada por los rayos de la luna, espléndida y hermosa cual ninguna

y ese es el cráneo inmenso del poeta.

aparece tu imágen hechicera.

SALVADOR RUEDA.

Si del fondo del mar Vénus surgiera desnuda, como

un niño, de su cuna,

al ver las gracias que tu cuerpo aduna,

Xx9o/7,

al fondo de las aguas se volviera. ¡Oh amor de mis amores!

verdadero

tirano de mis sueños, á quién llamo, en mis noches de insomnio traicionero,

¿porqué no acudes pronto á mi reclamo? ¡No te han querido como yo te quiero! ¡No te han amado

como yo te amo!

TIT ¿Quién no llora sin íntimos dolores y su dulce ilusión desvanecida, si al cruzar el desierto de la vida le abandonan los sueños seductores ? ¿Quién no vió marchitados sus amores

ó evaporada una ilusión querida, y en el alma llevó la amarga herida

'

Vireen pálida. Pálida como una lila, nevada gardenia en flor, la neurótica vacila

entre el claustro y el amor. >

Y cuando reza, medita,

ó los pétalos arranca - de nevada margarita, por lo bella, por lo blanca.

que dejan los recuerdos punzadores ?

La

colocaría yo

Mas, una luz entre las sombras veo que surge como un sol en lontananza;

en un verso de Verlaine,

y aunque sienta en el alma el aleteo

en un lienzo de Wattean,

con que al morir se agita la Esperanza, mi corazón, á impulsos del Deseo, á la batalla del Amor se lanza. MARIANO ABRIL.

ó en un mármol de Rodía. >, E

ruriso BLANCO FOMBONA.

;

|


EL

PARA

ARTURO

NOTABLE

Hace

taes años que el insigne

autor

del

“Trovador” y “Rigoletto” expiraba en Roma, entre resplandores de luz, cargado de laureles

y cireundado de gloria. Su nombre siempre parece nuevo, como las ndes piezas musicales que inspiró su mio y que no nos cansamos de oir, porque enen algo que conmueven las fibras más sensibles del corazón. Pasó los últimos años de su vida cul-

tivando la tierra,

podando

los árboles y escri-

infancia,

al

y bien se puede

pasado

glorioso

decir

de

los

que

pertenece

compositores

ita-

- lianos. | El 17 de Moviembre de 1839 se estrenaba en el teatro de la Scala de Milan la primera ópera

que

escribió

di San Bonifacio”

José

Verdi.

el pobre Jorge Ron-

que murió hace pocos

despues

de haber

apurado

ras de la decadencia, ces en el

conte

se titulaba, y en su desem-

peño tomó parte Ronconi,

eoni,

“Oberto

años en

Madrid,

todas las amargu-

y que se hallaba

apogeo de sus

brillantes

enton-

facultades.

Verdi tenía veintitres años cuando se estrenó su primera ópera, y ya hacía más de doce que había abandonado la humilde. posada donde

ganaban.

la vida

sus

padres,

sido organista en Busseto y director sociedad filarmónica en Milán. Desde

el año 1839 su

y había

de una

carrera ha sido rápi-

da y brillante, pues después del fracaso de “Un giorno di pgno en 1840, y que borró muy pronto el éxito del “Nabuco”, estrenado en 1842 en Milán, apenas ha pasado año sin que no pueda señalarle con algún triunfo, desde el “Ernani”, que se estrenó en Venecia en 1844, hasta el “Otelo”, que es de hace dieci.siete años y el “Falstaff””, su canto de cisne. Y entre sus éxitos los ha habido tan grandes como el de “Rigoletto”, como el del ““Trovador”,

de

como

el de

“Luisa

“Un balloin masechera”,

Miller”,

como el

y su música se ha

asociado á los más importantes acontecimien-

toc de la Europa moderha: á la posición universal de Paris, con

primera Ex“Don Carlos”

á la primera Exposición de Londres, con su : “Inno delle maxxionne” á la apertura de itsmo de Suez, con “Aida.” Y esto sin contar con que

favorito de la Italia

fué el músico

que luchaba

hermosa de reconstruir su unidad,

en la obra

y que esto

PASARELL,

PIANISTA

Y COMPOSITOR.

le valió la amistad íntima de Cavour, llevó á la primer Cámara italiana, «y de

que le Víctor

Manuel I, que lo hizo senador. Su hermosa “Misa de Requiem” es unos de los mejores monumentos consagrados á la memoria del llorado pueta Alejandro Manzoni. Algunas de sus óperas que hoy no se eonocen mucho “Attila”, por ejemplo, fueron

motivo de ardimiento para los patriotas italianos que iban á la lucha. Había en “Attila” un ária que empezaba:

biendo óperas como el ““Otello”” en su quinta de Santa Agueda, cerca de Busseto, donde se deslizaron tranquilos y felíces los días de su

.

CARNAVAL

*““Cara patria giá madre é regina Di possenti é magnanimi figli.... que

se

llegó

á

convertir

himno nacional. . Los artistas más obras;

para la

“Juana de Arco”;

una

notables,

famosas de los tiempos do sus

en

especie de

las divas más

modernos

han canta-

Frezzolini

escribió

para la célebre

Sofía

su

Cru-

velli “Las vísperas sicilianas””.

En Madrid

ha estado

una vez,

cuando se

estrenó en el Teatro Real su ópera “La forza del destino”, que Piane, su libretista favorito,

sacó

del “Don Alvaro,”

Los viejos

abonados

español recuerdan

del

como

del duque primer

de

teatro

Rivas.

lírico

una “de las noches

mas solemnes aquella en que el

insigne maés-

tro se sentó en el sillón del director de orquesta y empuñó la batuta. Dicen

que tenía muy

con un músico.

mal génio, y que riñó

" Pero, según cuentan sus biógrafos, en estos últimos tiempos se había dulcificado mu-

cho y hacía una vida de campesino, entregado por completo á las faenas agrícolas.

No está tan alejada de éstas como parece la música: el arado traza sobre la tierra líneas que se parecen á las del pentágrama. La naturaleza pone luego en ella notas de alegría con la abundancia, y de tristeza con la esteridad. No se nos oculta, pues, que la Italia pierde uno de sus hijos más ilustres; el Arte un nombre glorioso; la humanidad una de las lum-

breras que con su brillo eclipsaba. las estrellas del

cielo

menos

luminosas

almas. Donde quiera el nombre de Verdi confines del mundo do quiera exista un te y por la libertad.

que

las

grandes

que convertimos los ojos, se extiende por todos los, civilizado, por todas partes corazón que lata por el ar-

vicror GONZALEZ CANDAMO.


j

*

EL

CARNAVAL

LAS NO

SP

MUJERES

CASAN

LOS A

SAO

.

MENA ISS

os hombres no son tan necios como algunas mujeres los su-

SNS

ponen.

ANS

Ellos no se casan con

las mujeres porque

sean boni-

tas, listas, vistan bien, canten,

dancen y monten bien; tampoco se casan con las mujeres á quienes

admiran

por su talen-

to, estilo ó belleza; todo lo contrario, ellos las esquivan,

y, sobre

todo,

no se casan

con aquellas que los divierten.

Nos gus-

tan, frecuentamos su trato, hacemos todo género de cosas por ellas, y con ellas, pero no nos casamos con ellas. Si las muchachas que desean casar-

se supiesen las cualidades y conocimientos que generalmente los hombres sensatos

exigen

de

sus

esposas,

procede-

rían de una manera muy distinta. Ante todo, los hombres,

ros hombres. corren

tras

cia en este tidos,

los verdade-

detestan á las mujeres que

de ellos,

y la mera

aparien-

sentido las perjudica.

joyería,

Ves-

polvo de violeta y los

per-

fumes, los deleitan pero no los inducen á emprender el camino que conduce al altar, á menos que no sean unos tontos. La bondad, y la seriedad, la natura-

lidad en la mujer, son las que sugieren al hombre sensato la idea del matrimo-

nio.

El hombre

se resiente

con la más

leve insinuación que la mujer haga adrede ó indiscretamente. El hombre quiere triunfar, y he ahí cuando la

macia;

mujrr

tiene

necesita

que

hacerle

tacto y

que él es el que ha triunfado. El deber dela mujeres resistir siempre.

diplo-

comprender

Por mucho

resistir, y que anhe-

le decir “sí” debe decir “no” por mucho tiempo: ¡pero hay tantas maneras cir ”

de de-

El hombre sabe traducir el “no” de

las mujeres.

Algunas veces por varios motivos

por cortesía y otras pretende admirar y

SSS>

HOMBRES.

——

hasta incitar modales que en su espos ósu hermana condenaría con inequív ca sinceridad. mujeres

¡Silas

que se

se

permitan

guiadas por aquellas manifestaciones pu

dieran oir lo que se dice de ellas á su

espaldas! La señorita fulana es muy ale gre. Uno se divierte mucho con ella. dos los hombres van tras ella. Y todo es ciertó: todos van tras ella, me

to es muy

nos

uno.

los

hombres

Las

que se casan

mujeres

pasan la con

que divierten á hast

vida alegre

un joven idiota,

estúpido ó un necio. Hay otra clase de

mujeres

con un

con las

No hay cuales el hombre no se casa. nada que el hombre tema tanto en la mu-

Una lengua punjer como la acritud. zante destruye todas las perspectivas matrimoniales. Una mujer dominante con lengua punzante y talento mordaz es convidada

á comer

y se frecuenta su trato por los

hombres listos que encuentran placer en tratarla y conversar con ella; pero ninguno ni

remotamente

desea conquis-

tar el título esposo de ella.

conocemos á Madame Sthael

Todos

pero nadie ha Estas Sthael.

maridos

se

conocido á Monsieur de mujeres hacen que los

eclipsen

y los hombres

esquiven.

las

:

La mujer que se da mucho tono no tiene probalidad alguna en la competencia por el favor masculino. :

Los

modales fáciles,

nes y la conducta falta de dignidad. tan entantadora y que no choca con una parte amoniosa El hombre que

sin pretensio-

natural no significan Ninguna dignidad es regia como aquella la sociedad y forma de ella. no tiene las condicio-

nes de educación de un caballero,

se ca-

sa con la mujer que es tranquila, inteligente, llana, natural y no es egoista. esa mujer le consagra toda su vida.

Traducido del “Baltimore Sun”. A. F.U.

ZE


EL

>FLORDE AUSENCIA A IDALIA.

tre fué tan fecundo como el de 14 madre tierra—jamás se colgó á los honíbros del viejo Priamo, erizando con sus óstulos y humedeciendo con sus labios su noble

hablan de los besos con que el rubio Me-

Y las brisas noctívagas,

nelao debe

cubrir la

la indigna

adúltera, que pasó—llena

cínica

magestad —

brazos

de

todos

armoniosa por

los

los

boca de

robustos.

«paladines

aqueos.

jóvenes

mi frente

hebreos

junto á las

claras

fuen-

con un sutil abanicar de efluvios,

tes, á la fresca sombra de los olivos.

y me

beso, en la literatura, es casi moderno.

besan,

me besan como

besan

tus labios rojos, perfumados y húmedos;

“y cuando el viento de la noche sopla Y las estrellas blondas,

en el lejano azul, sereno v mudo, prendidas en la sombra, como

un reguero

Bocaccio—con. su amable fauno—une

sueño contigo y te acaricio mucho!

esplenden,

de ignescentes

puntos,

como esplenden tus

pupilas.

Me miran sí, como los ojos tuyos; y cuándo irradian las estrellas blondas, sueño contigo y te acaricio mucho!

maliciosamente

sonrisa de los labios en

RAMON

MOLINA.

Ay! cuando canta el alma de la noche, la evocadora de los sueños rubios;

Extranjera!...

y resplandecen las estrellas blondas como un reguero de ignescentes puntos;

Perdido mi patrio hogar,

En vano quiero cantar

y yo pensando en tí

La belleza y el amor!

y las brisas noctívagas preludian su perfumada lira de susurros;

sueño contigo y te acaricio mucho, ¿te acordarás de mí,

'

será uno mismo mi pensar y el tuyo? A. C. BUSTILLOS.

El beso en la literatura, es casi moderno. | Ni en Homero, ni en Esquilo, ni en Sofocles, ni en Anacreonte, ni

en Ho-

racio, ni en Virgilio, ni en Dante, estallan be se chocan amorosa y ardoro-

aii

ria

CIA

los labios. - Hécuba—cuyo vien-

El

la risueña mañana del Renacimiento, en el fondo de bosquecillos de mirthos y naranjo en flor; y Shakespeare, el poderoso dramaturgo, hace besarse en su balcón á Romeo y Julieta, envueltos en la luz rosa de la aurora, mientras, álo lejos, el horizonte se orla de un fleco de sangre. JUAN

NA

samente

de

Las doncellas de la Biblia no besan á los

preludiando su lira de susurrcs,

Ls

fAL

barba, hecha con los copos de espuma del mar Egeo.” Ni las hijas de Esparta, cuando cantan el epitalamio de Helena, en Teócrito

El alma de la noche, la evocadora de los sueños rubios, me murmura al oído, en un lenguaje delicado y puro, algo como una estrofa melancólica hecha de besos y suspiros tuyos; "y cuando el alma de la noche canta sueño contigo y te acaricio mucho!

acarician

CARNA

Cuando tan solo el dolor Sabe mi lira templar...

¡Ojalá que yo pudiera ' Saludar tu primavera Con arrullos y gorgeos, Y con nuevos aleteos Que mi canto reviviera. Pero triste golondrina Voy del valle á la colina,

Y del mar.... á la ribera, Y soy siempre la extranjera Fatigada peregrina!.... LOLA R. DE TIO.


_E EL

NAE

CANTARES.

| La batalla de la Aluvia. “Se acercan los callados escuadrones de las nubes en raudo movimiento;

suena á lo lejos el clarin dél viento y se oye el galopear de los bridones.

He de ser contigo

lo que pá mi fuite. Te he de ver con la cara muy blanca, los ojos muy tristes.

El trueno con su orquesta de cañones entre bosques de lanzas y pendones.

Solito.... no sé lo que pero ¡ay! que yo me estoy

Empieza el tiroteo de las gotas, que arrecia á los redobles de la diana

A la noche sombras, á los campos agua.

rompe el fuego, al lucir con vivo aliento

la espada del relámpago sangriento,

cargando

el aire de marciales

entre

brumas

rotas,

que pierdan el habla! ¡ Pobrecita mía,

iza su pabellón en su ventana! VICENTE

ACOSTA.

TARJETAS POSTALES.

¡Yo de puerta en puerta pediré limosna

para hacer tu entierro! Cuando tú te mueras yo me moriré. ¡Te juro,

mi alma,

te acompañaré ! COLECCION

DE

LA

SRTA.

ELOISA

M.

¡ Ah, si supiesen que el soñado

verso,

Oculto muere sin salir del alma!

mi

. en vida y en

muerte

VALENCIA.

firma quieres?—¡ Pobre

Tu voluntad es ley, y que la acato te pruebo, niña hermosa,

¡ Estaba lloviendo.... de frío temblaba....

toditos me vieron, y todos llegaron, y todos pasaban.

Y conquiste vibrando el Universo

¿Conque

que

BRITO.

El verso de oro que nos dé la palma

GUILLERMO

o

¡A las malas lenguas cortarlas de cuajo,

notas.

Cesa el fragor, cuando, con luz galana, el arco-iris,

Solito.... tengo de verme tan solo....tan solo.... muriendo.

Yo siento dolores, y nadie los calma, , y voy por las calles, doliéndome el cuerpo, doliéndome el alma.

cosa!

Con estampar auuí mi garabato.

¡ Pasas por la calle, y ya no te acuerdas

al verme tan lejos, de que hemos estada tan cerca, tan cerca!

RICARDO PALMA. Siempre al acostarme

Un sarmiento aquí te envío de mi jardinillo verde.

Siémbralo en tu pensamiento y mira á ver si florece! ZENO

GANDIA.

me pongo á llorar.... Así es como aquella que yo quise tanto me supo pagar. Se quedó mi cuerpo sin gota de sangre,

cuando ví la tapa cubriendo la muerta y echaron la llave.

En su tiempo Abelardo de seguro, muerto de amor á vuestros jeps caería : yo sin ser Abelardo, me figuro que vivo en ese tiempo todavía;

Dijo á la lengua el suspiro: échate á buscar palabras que digan lo que yo digo.

y de mi cortesía en el exceso, si mereciese vuestra excelsa palma, estamparía en vuestra mano un beso

cual si fuese un autógrafo del alma.

JOSE SANTOS CHOCANO.

Murió mi padre y mi madre tu olvidaste mi amor. oy la gente dice al verme: AhÍ va el Cristo del dolor.

L

ENRIQUE PARADAS.


LAS RA El congregaba

AQUEL

hombre

era un

atleta en

ruinas, hércules que el dolor lO) momificaba en vida, inonumen-

a to

de

algo que

fué.

“Por la

Su cara,

ue parecía modelada en la del isto de Morales, con su eter-

7

$ na expresión de infinita US

mechones su

profusa

producía

tia,

de

cubierta

cabellos cabellera

en el

la

frente

grises que

que

ánimo

peinaba

intensa

“- piés, siempre desnudos,

los

el

lástima.

mostraban

Sus

los senderos. Loco ó imbécil, obedecía sin roferir pale.bra todos log mandatos, trabajaBa como una bestia de carga sin reclamar su

salario

devorando

en

silencio

el

mendrugo

que la piedad le deparaba, sin implorarlo nun-

ca. Jamás se le oyó proferir una lágrima. Un repentista

queja ni verter del lugar lo lla-

mó el “Cristo de piedra”” a el nombre hizo fortuna porque el pueblo vió e en él la apología de aquel desventurado. ¿Quién era aquél hombre? Las gentes de-

cían que en un día apareció en el lugar como, un peregrino,

rruido,

que se alojó en un

morada

de

caserón

murciélagos

y

de-

lagartos,

que los perros vagabundosle ladraron con furia

y sus

homólogos

los

pilluelos le apedrea.-

ron y silbaron, hasta que, cansados de su mutismo é indiferencia, lo dejaron vivir en paz. Añadíala vocinglera crónica que aquel hombre había militado como un bravo en las filas dela Revolución, á la que había sacrificado en holocausto toda su fortuna, y que el día del pacto, en que murió aquel esfuerzo de tita_ nes, el “Cristo de piedra”

Cuando del camino! en las ropas cuerpo los -gieron unos

murió

—¡Cómo!—le grité indignado, ¿el soldado de ayer se deja azotar como inerme esclavo, sin tomar el desquite en la vida de sus verdugos? : —¿Señor, exclamó con voz apagada, cla-

vando en los míos sus ojos de moribundo, el soldado ha ¡muerto! —¿Y ese pueblo cristiano no se subleva ante ultraje semejante, que á él más queá nadie infama y degrada? agregó

el

“Cristo

nosotros soinos un pueblo muerto!

de

piedra,”

—¿Y la hnonra? ¿Y la dignidad? La afrenta se-lava con sangre: ¿No vengó usted el ul-

traje de cien generaciones haciendo correr arroyos de sangre en los campos de batalla?

:-¿Cómo ofrece ahora las espaldas al domador, estóico y sej'eno? El asno, cuando lo castigan, bufa y coceí.

“Cristo de piedra”

alzó la cabeza,

me

envolvió en aquella mirada lánguida y melan-

cólica de múrtir en agonía, y echando á andar,

repuso casi cón acento imperceptible : -—¡ Señor, somos un pueblo vencido! MANUEL DE +

un Sal

darle vida; porque las castidades espíritu y de mi cuerpo, han he-

y

pensamiento

régenerador.

sea fuerte, pu-

Y

acendro

en

mi

y de sustancia hago

idea, y desu germen hago verbo, simien-.

|

te universal de la que ha nacido cuanto existe. Mi querer, como la luz, penetra

lo sólido, lo resistente, lo opaco, é insinúa

| en cada cáliz el pólen que ha de hincharlo en

| | | |

frúto.

agita el Emana ven en suelven

El

“fiat”

es

cosa

viva

que

caos, y crea. Mi “fiat” fecunda. cargado de larvas que se resuelmariposas, ó de ideas que se reen energías. Mi “fiat” es rayo

de luz que crea redentores en las entrañas de vírgenes inmaculadas. Yo he su-

bido al

misterio,

del mundo, he de la virgen de cuyo

v pues se

acerca el fin

realizarlo al encontrar seno ha de nacer Sa-

tán, el nuevo Mesías anunciado....”

Y mientras él hablaba, iba cada loco entregado á su manía.

CÉZAR ZUMETA.

moralmente.

le vi por última vez, en un recodo que conduce al lugar, mostraba las manchas de sangre, y en el cardenales del azote que le infinguardias rurales.

—¡Señor,

por la oración y la voluntad,

Yo,

propio sér la carne,

las huellas

de los guijarros del camino y de las zarzas de

mundo—les

vador.

ro

viento,

del

ocasión,-ha de venir

cho que mi

le caían de

perversión

dijo en una he de de mi

anguspor

á los locos en el patio

del manicomio, y en voz muy baja les decía discursos raros.

LA CBUZ.

Su

traje

das; y rosas

era de

tul,

con rosas páli-

pálidas

sus

labios.

Y sus

ojos fríos, fríos y azules, como el agua que duerme en el fondo de los hosques.. La mar tyrrena,

bles,

con languideces amiga-

mecía su vida

pétalos.

esparcida

en suaves

Muy dulce, ella moría, con sus pequeños piés en cruz.... Y, cuando cantaba,

su voz de cristal

hacía

sangrar en

su corazón sus heridas natales. En su puño delgado brillaba siempre un brazale de hierro donde la blancura de su nombre estaba grabado: Stephane, y era como el anillo nupcial de su destino amargo.

En un perfume

diáfano de heliotro-

po, ella moría, con los ojos fijos sobre el mar.... Y moría en el otoño, hacia el invierno.... - Y, moría como una música se muere.... 3. M. VARGAS

VILA.


IRA

EL CARNAVAL

POR LA INFANCIA. Aquella que, en

y ORAL, lema divino, máxima incólume. Fuente inagotable, de 1Y donde surgen las aguas

puras

de la educación y el temperamento. Pedestal grandioso en que

descansa la Obra Social.

¡Infeliz del que desoiga las máximas del Deber! será un insensato á quien la conciencia repela con el dejo del desprecio.

¡Cuantas veces surgen en el transcurso de la vida: de una manera fatal; y tan fatal como la amarga

existencia de

perpetuam””,

esos

séres

se ven aherrojados

que

“ad

detrás de las

rejas de una celda umbría. Todo porque allá, en su edad impúber, se les arrancó el antifaz de la ignorancia. Las

autoridades

deben

poner

su

no

protectora sobre el hombro de esos chiquillos que están bajo el desenfreno de una vida libertina y bochornosa; chiquillos que, desconociendo por completo la moral y sus fines grandiosos lo perturban todo, y vierten, ante las mismas damas, frases obcenas, envueltas en

atronadores chillidos.

elhogar,

está

repartien-

do entrg sus hijos los más sabios consejos, para educarles y hacerles comprender que son

los que deben seguir en el espinoso camino de la vida, cumple

Si pasáis

un gran deber.

por

esta Ciudad,

los

veréis

sitios más una

céntricos de

partida

de infelices,

sucios, asquerosos, cubiertos eon andrajos, esperaudo que caiga el ambicionado “vellón.” Así pasan su vida, presentándose en el hogar cuando

les rinde el sueño.

Y allí, en lo más céntrico, lo más visible, á donde concurre la sociedad, esa selección de los pueblos, es donde más se ven! ¡Oh, padres,

sagrados

que olvidáis los deberes más

de la vida: la Moral y la Educación!

Educad

vuestros

hijos,

que ciega la ignorancia, por la maldad. Educadlos

mano

A AAOOOKÁZ AOS

para

que

á esos

inocentes

dejándose

subyugar :

mañana

no

queden

sumidos en la desgracia y maldigan vuestros nombres; para que amen á sus padres y á su Patria.

Educadies, sí, para que no sean

escarnios

del hogar, ó lunares de la sociedad. Eduead su corazón, iluminad su criterio, y haréis hombres dignos, amantes hijos, exce-

¡Cuantas ocasiones hieren el oído de la gentil doncella que se pasea al caer de la tar-

lentes padres, y consecuentes ciudadanos. Y allá, en las férvidas palpitaciones de esos corazones, y en el claro entendimiento

de en

de

las plazas

de recreo,

ó el de

la púdica

Estragos Por para

esos

criterios,

se

sentirá y se verá

todo,

hasta el amor á la patria.

señora!

el

nuestro

considerarlo bello

sexo,

colega

“La

el siguiente suelto:

“Hace

desmayó

pocos

de

de

gran

del

interés

reproducimos,

de

Colonia Española”,

días,

repente una

en Londres, joven

que

se via-

jaba en un ómnibus. Fué socorrida en seguida y se llevá á un hospital donde murió á los pocos momentos, á pesar de

corsé.

corsé algo oprimido.

Sus padres

decla-

raron que á pesar de su vigilancia se lo oprimía á veces de tal modo, que llegaba á perdef la respiración.

La autopsia del cadáver

ves desórdenes

internos.

bía perdido su forma

reveló graEl hígado ha-

natural y tumores

malignos se iban formando tes partes del cuerpo.

en diferen;

me judicial, vinieron á saberse las causas que habían producido la muerte á la

El Magistrado inglés ha calificado el hecho de “suicidio lento por coquetería”, y ha rogado á los periódicos, que se dé la mayor publicidad posible á este

infeliz muchacha. A Esta tenía la costumbre de llevar el

caso lamentable, para que sirva de escarmiento.” poe

los cuidados que se le prodigaron. Instruído el correspondiente

infor-


EL

>

Nuestro amigo y compañero el Sr. Matos Bernier, que durante estas últimas semanas nos hé:prestedlo su-eoncurso en la dirección de este semanario. por: ausencia del Sr. Barreiro, no puede consinnar.por ocupaeiones de índole rsonal, lo cual sentimos profundamente.

Sr. Matos Berniér encarga de la dirección

interina,

mientras

regresa

el Sr.

Barreiro,

á

D. Tomás:Ca:rión, que ha aceptado con gusto. El Sr. Matos Berniér, que ha prestado con verdadero ple.cer su colaboración á EL CARNAvAL, la seguirá dando conforme se lo permitan las circunstancias, según nos asegura.

-

su

para

Ignacio,

D.

pañada de su Sr. padre residencia de Caguas.

+A VUELA PLUMA. +

CARNAVAL

La bella joven Rosario Mesa rindió su para corta jornada enla vida, alejándose tristesiempre de esta tierra, en medio de las zas de sus padres. El obrero Rosendo Rivera García faHeció.

¡Pobre joven!

su vida fué

fué

un

martirio.

rió

la calumnia,

En

un

relámpago;

sus floridos

más

cruel

que

años le

hi-

la muerte

y

no quiso vivir sufriendo; y se dejó morir de tristeza: Dios le hará justicia, ya que sus ““amigos” no se la hicieron. La gran obra de Sebastián

Faure

“El Do-

lor Universal,” como “La Mancebía ” de ManHa causado muy grata impresión en el público el progreso hecho por el compatriota D. Celestino Morales, en sus afanosos estudios de

violin.

Los

passant, de que dimos cuenta en números anteriores, es un trabajo del día. La doctrina del pueblo mártir, está ahí, en

ese “dolor universal '* que Faure expresa,

Hay que últimos

conciertos

le acreditan

un buen artista en el difícil manejo - que ha inmortalizado á Sarasate.

del

como

arte

leer ese libro

para comprender

como se sufre en la tierra. Faure no es un estilista,

pero

va al

de las cuestiones y saca la verdad diante como ella es.

Nosotros también llamamos la atención del Gobieruo y sus agentes, sobre la desmoralización que toma vuelo en las clases de la infancia. El sefior Noceda dá un toque á esta cuestión en este número. 1 Se advierte aquí un absoluto abandono de - los padres de familia con sus niños de ambos sexos. De día y de noche llenan nuestras calles, . dando una triste idea de lo que será la juventud del porvenir. Niños de ambos sexos

llenan

las

aceras y

calles y plazasen un desórden poco culto, á las horas en que debieran estar recogidos en

“El Dolor Universal” se encuentra de venta en el Bazar Otero de Ponce. La casa de Otero no omite medios de dar á conocer al público las notables

derno.

del espíritu

mo-

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creaciones

Es

un medio económico que recomendamos.

Preceptos deben

de

higiénicos

leer

buenus

libros,

y prudentes que no

olvidar los intelectuales:

Un paseo bien temprano en la mañana. Un baño frío antes de la tarde.

de almuerzo

Medios baños de aseo

antes

de

ó á las

3

acostarse

sus hogares.

siempre.

Nadie se conduele ni procúra remediar este mal y formaremos un pueblo vagabundo en

Abolir las carnes de cerdo y la pimienta de las comidas. No escribir con luz de gas, sino con bujía esteárica. Alejar el mal humor y evitarlo en todo lo posible. No abusar del tabaco, y mueho menos de licores espirituosos. De otras cosas también no debe abusarse. :

vez de un pueblo serio y

digno.

.: Precioso trabajo damos hoy á los lectores»

de la pluma del notable escritor don Jacinto Lopez, go pu

que ¡e encuentra entre nosotros.

Lue-

mos su artículo ** La Serpentina.”

»

Huir de los necios en toda forma, porque

ni educan ni distraen, ni tienen lo que perjudican. Ha embarcado el amigo D. José E. Levis,

al :

fondo

viva y ra-

autor de “Mancha

de Lodo”

Su alma. de artista hallará en

- campo en que dilatarse.

para

la Habana »

Maria Berrios y Polo, encantadora trigue-

Ed Sa que San Juan durante la. dE 3 -temporada ¡le carnaval, partióel martes acom-

JOSÉ

BENET

conciencia

de

COLON

- Abogado del Bar de New York. EJERCE ANTE LA CORTE FEDERAL, TRIBUNAL SUPREMO Y DEMAS CORTES

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