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U NI ON
NACIONAL
PUERTORRIQUEI\JA
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un DISCURSO y un PROGRAmA lllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll
ublicaciones de UNP
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Nueva York, 1944
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PRINTED IN THE U. S.A.
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ACTUALIDAD
Y URGENCIA
(DiscuTso pronunciado por ]unn Antonio Cm·retje1·· en la Asamblea Constituyente de Unión Nacional PuertoTriqueña). Compañeros: Nos hemos reunido esta noche para ponernos de acuerdo, me el ia me considerada discu!Jión del su jeto que nos reune, sobre un programa básico de acción coordinada para ayudar hacer algo, desde el exilio, por la unificación de la familia puertorriqueña en su lucha por la sobera nía nacional. Nos re unimos sin fan farrias, humildemente, con más preocupa· ció n que júbilo, sin más propósito que el bien de la patria ausente, con menos nostalgia que inte nción de trabajo, p ara ver si podemos reunir nuestros peq ueños recursos y ponerlos a actuar, en el host il medio ambiente, de modo que nuestra con scie ncia quede en la precaria paz que puede el hijo de patria esclava llevar en la consciencia. Para d ar un solo paso en la obra de la unificación patria para el logro de nu estra independ encia no hay hora impropjia, pero a la ahora ele hoy nos la alimentan sucesos estimulantes a la acción política. El pasado 17 de julio, e n ocasión en que se celebrara en nuestra patria el ani versario del patriota poeta Don Luis Muñoz~Rivcra, su hijo, J)on I:u is Muñoz M arín, Presidente del Pa1 t1clo Popular DemocrátiCO y del Senado I nsular, pronunció un discurso ante la tumba de su progenilor en el cemen3
terio d e Barranquitas. No hemos leido el texto de ese discurso, pero sí sabemos, por haberlo leído e n periódicos puertorriqueños, que causó gran sensación e n nuestra pa tria. En ese discurso el Sr. Muñoz Marín habló con mayor firmeza sobre la perentoriedad d e la independ encia ele Puerto Rico. Con este moti vo un redactor del diario EL MU N DO e n t revistó al Licenciado Don Vicen te · Geigel-Polanco, lid er del Partido Popular D emocrático en el Senado Insular y el mús esforzado paladín de la independencia en las filas d e su partido, quien hizo al periodista sensacionales revelaciones, que, reproducidas de aq uel periódico, muchos d e ustedes h an leido en PUEBLOS HISPANOS. Hizo énfas·is el Licenciado Geigel-Polanco en aquella parte d el · discurso d el Sr. M uñoz Marín sobre la perentoriedad ele la ind e pendencia para Puerto Rico, y fué muy claro e n dos puntos de g1'a n interés p ara nuestra nación, el uno pasado, el otro por venir. El pasado fu é referencia a una proposición hecha pqr el Sr. Muñoz Maríp al gobierno ele Estados Unidos e n la Pri mave ra el e 1943 cuando en la capittl federal reunióse ~1 Com ité cread o por el Preside n te Roosevlt para ver ele soluciOnar el caso pendie nte con Puerto Rico. En ésa reunié n el Sr. Muñoz Marín presentó un proyecto, más qu e razon able para la parte yanqui d e la controversia, de Constituye n te para Puerto Rico. Los compafíeros puertorriqueños d el Sr. Muñoz Marín, entre los 1 cuales no h a bía un solo m iembro ele su partido, r espaldaron patri<~t icame nte su proyecto. Pero los delegados del Gob ierno, ent re los cuales estaban el Secretario d e lo I nterior I ckes, el vicesecreta rio, F Órtas, el Gobernador Tugwell y otro señor cuyo nombre no recuerd o, votaro n e n contra, arguye ndo, falsamente, que la proposición quedaba m<1s alhí de los poderes del Comité. Digo falsamente, d igo deliberadamente qu e con d eliberada falsía, porque los d elegados yanquis sabí.a n q ue el Preside nte R oosevelt había especificado, en las instruccio nes dirigidas por carta al Secretario l ckes, que el Com ité r ecibía pod eres para instrumentar "la sefJamción permanente ele pocle1·es entre el Gobienw Fecleml y la Isla." El resultado fué un 4
impasse en el cual quedó tan alto el patriotismo d e Jos puertorriqueños como quedó por el suelo la rectitud de acción y la veracidad d e palabra de los [undionarios d el gobier~o. f No es de extrañarse que los puertorriqueños actuaran p atri~icamente unidos en esa ocasión, puesto que se plan teaba un problema sin discusión en Puerto Rico, como es el de la terminación del oprobioso coloniaje que padecemos. Aun más: la Asamblea Constituyente es el verdad ero instrumen to para fundar la Patria nueva. Y en su celebración, en su n ecesidad de reun ión inmed iata, debemos de estar unidos todos los· puer torriqueños ,en el exilio o en el solar p a trio. El otro punto levantado en sus declaraciones por el Licenciado Geigel-Polan co es de m ayor im por tancia aún, puesto que es algo d el futuro, el e ese lugar del tiempo al cual el Licenciado G eigel-Pola nco, en su arranque ele optimismo h istO· r ico en horas ele mayor juventud, aplicó el juicio que del pretérito h iciera el poeta de las COPLAS, d iciendo que "lodo tiemjJO f ulum será mejm·." Todo tiempo futu ro ser ~t mejor en Pueno Rico si el Partido Popu lar h iciera lo que el L edo. Ge i. gel-Polanco elijo que haría : instruir a sus candidatos a puesr¡tos electivos en las próximas elecciones en el sentido de que en sus manos se ha d e colocar -la gestión que independice n uestra patria del yugo invasor. Las declaraciones del Licenciado Geigel Polanco aparecieron en la edición de EL MUNDO correspondiente al 25 ele julio. Ese mismo día se reunía en asamblea el Comité Ejecutivo de la Confederación de Trabaj adores ele Puerto Rico. (CGT) Presentadas por el Presidente Francisco Colón Gorcliany se aprobaron por voto un ánime dos resolusiones de trascendental importancia : tma de invitación a la creación de un Sindicato U nico, es d ecir, a la más perfecta unidad . obrera, y la otra prepara ndo la acción d el movimiento obrero para la lu cha por la indepe ndencia. La CGT cuenta con 2 50,00f' obreros afiliados, la inmensa, mayo1·ta de -ros obreros organiza. dos de. Pu er~o Ri~o. Y su I_lamado un itario ha h echo eco ya en va nas un tones mdependten tes, excepción hecha de la vieja 5
Federacién Libre, todavía plagada con anarcosi ndical ismo ele tipo colonial. L a Asamblea del Partido Popular reunióse en Ponce, el d ía 19 de agosto. No fué tan lejos, a lo menos en apariencia, como hubiera podido esperarse de las declaraciones de l Licenciado Geigel-Polanco. L a le ntitud es algo ca racLcristicamem e político en Luis Muñoz Marín y en el -Partido que preside. Pero se mueve, y Jo demostró a ndando e1~ la Asamblea d e Ponce. Acaso la lentillld del Sr. Muñ9z Ma rín sea explicable como un atavismo histórico en Puerto R ico. H ace sólo unos días, mientras estudiaba datos sobre el orige n y el desa rrollo ele la propiedad pri vada en nuestra patria, pensaba yo que quiz<1 en ninguna parte del mundo, se siente y se ve u na relación más estrecha, más de voz y eco, e ntre la evolucion económica y la evolución política de un país, desde la creac!ón descende m e del latifundio d e la encomienda, el h ato realengo y el hato cercado, la estancia, la hacienda y la finca de fam ili a, hasta la recreación del latifundio por la ind ustria azuca rera, que cier~a la curva ~e la ~con~n~ía colo n~a l d_e Puerto Rico, que partiendo dellatifunciio ongm al va disolvien close, por division hereditaria en la h acienda, la estancia y la finca ele ~ familia h asta · que la liquidación del minifund ismo bajo el impacto imperialista la hace recaer en el latifundio azucarero. Curiosamente, si nuestra independencia fuese, como yo creo que puede ser, recon ocida a hora, la econom ía ele nuesu·o pasado histórico habr-a.,....comenzado en latifu ndio y acabarG en la tifundio. Esa evolución h a tomado casi medio millar de años de nuestra historia. Volvamos a la Asamblea d e los Populares. L a Asamblea a probó, por un animidad, una resolusión presentada por Jos Sres. Mu i'íoz Ma rín y Geigel-Polanco, cuyo conten ido poiÍlico puede sintetizarse así: el Partido, de salir victorioso e n las elecciones de noviem bre próximo, plantear;í la cuestión d el status político d e la nación a n tes d e que se firm e la paz que ponga fin a la presente gu erra. E se es un paso adelante en el Partido Popular, y, como nin6
g ún o tro partido puertorrique ño va a las urnas con promesa algu na a l cual el pueblo d e nuestra nación p ued a fiarle su representación dentro de la camisa d e fuerza d el coloniaje, la resolusió n a dop~ada por el Partido Popular en Ponce hace la victoria ele ese panido en las próximas eleccio nes un imperativo histórico. Quiero ser claro. Yo ni he hecho, ni pie nso hacer, m i adhesión a l P artid o Popular Democrático. Ni, desd e lu ego, la recomie ndo a ninguno d e los presentes, p uesto q ue el Pa rtido Po pular Democr ático está tod avía plagado de colonialismo. Señalo hechos, h echos reales y concretos, que a puntan un hecho real y concreto: que el Panido Popula r está pasa ndo p or un proceso progresivo de n acionalización, que es necesario reconocer y estimular. Yo he man tenido, personalmente, y mi periódico editorialmente ha sostenido, que la reelección ele Mr. R oosevelt es una conveniencia política para Puerto Rico. H e d icho que conviene a los puertorrique ños en lucha por la independencia que la mism a persona, que en sus fun ciones ele Presidentes ele Estados Unidos, firmó la Carta d el Atlántico y el P acto d e Teherán, encabece el Gobierno ele Estados Unidos e n los años inmediatos, a ños o ecisivos para la Proclamación de nuestra R epública, y es una conve nie ncia, que los enemigos j urados de la Carta del Atlántico y d el P acto d e T eherá n, acumulados en el Partido R epublicano ya nqui, no controle n el gobierno ele Estad os U ni dos durante esos a ños d ecisivos p ara nosotros. El cambio d e control partidista en el gobierno de Estados Unidos significaría ·para nosotros los luchadores nacionales d e Puerto Rico salir d e un mal para cae r e n lo peor. Visto el hech o d e que el Partido Popular ha hecho formal promesa d e pla ntear la cues tión del status an tes de que se firme la paz, y visto el hecho d e q ue la p az se firma rá a ntes d e 1948, que es el pl azo en que estaría en con trol de la Leo-isla0 tura colonial el Partido Popul ar Democrílico si gan a las elecc!oncs de nov!embre, y visto el hecho de que ning t'm otro pa rlicio puertornqueño va a las urnas con una promesa igual o
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mejor, y visto el hecho de que ning uno d e los partidos organizados que se abs tiene d e ir a las urnas t ie nen ni endoso el~ masas ni fuerza u orientación r evolu cionarias, yo person a l mente sostengo q t!e es una conveniencia el triunfo del Partido Popular e n las próximas elecciones. Saliendo del ambiente doméstico d e nuestra política, debo añadir que el silencio en que se sumió la causa puertorriqueña e n lo internacional despues d e declararse la g ue rra, está comenzándose a que bra r. Cuando estalló la guerra n uestra causa había crecido grandeme nte en lo internacional. E l h eroísmo d el patriotismo puertorriqueño había impreso, con su sangre, titulares de primera pla na· en la gTan prensa del mu n do. En nuestra América Hisp ana la intensidad d e nuestra cau sa era seria preocupación del imperialismo yanq ui. La guerra con su ¡sálvese r¡uien ¡meda!> hizo d eteriorar est&o\inten sicl ad . En ese silencio hay just ificaciones, porque siempre las hay, y no quiero yo hacer ahora acusaciones. Lo que importa es el futuro. P ero el sile ncio se h a quebrado ya, y la voz prócer d e nuestra América vuelve a repercutir a nuestro lado. Salvador Ocampo, Secretario R egional ele la Zona d el P acífico d e la Co nfede ración ele Trabajad ores ele lat Am érica Latina, cumplió el mandato dé la Confere ncia de la CTAL e n La H abana, y visitó Puerto Rico recientemente, llevando a la nación puertorriqueña, y especialmen te a su lide rato o'brero, el alie n to y la ad hesión a la independencia de Pu erto Rico de los cuatro millo nes y m edio ele hispa noarnericanos ele su afi liación. Ex presamos nuestra profun da g ratitud a l gra n líder de CTAL, V icen te Lombardo Toledano, a l 1id erato y a la afiliación d e CTAL, y, especialmente al noble Salvador Ocampo, el chileno luchador si n miedo y sin tacha, que puso su iniciativa personal siem pre movida ele impulsos generosos, para su viaj e a Puerto R ico. R ecientemente, se re unió en C iudad ele Méx ico la Tercera Conferencia ele la Asociación Jn teramerica na ele Abogad os. Allá fué una Delegación de la Asociación Estadoun id ense de Abogados. Allá fué también una Dclegacion d el Colegio de 8
Abogados de Puerto Rico, la m:'ts an tigua asociación d e abogados en el H em isferio Occidental. Pero dond e ma nda el capilá n, no qu iere éste q ue mande mari nero. Y la Delegación Puenorriquei'ia se presenta ba como pa n e d e la Delegación ya nqui. L o primero q ue hizo la Delegación Puertorriqueña, que presidía Viéem e G eigel-Pola n co, (ué p lantear su separació n de la Delegación ya nqu i, y su reconocimie nto como delegació n apan e. L a luch a fué dura, pero se gan ó. Y se h izo m <1s: en el Co mité el e Asuntos de la Pos t-G uerra se aprobó u na resolusión, por mayoría, en q ue la delegació n d e abogados imper ialistas recibió una paliza a ma nos de los boricuas, con la ayuda de mexican os, cuba nos y colombia nos, y la de la d elegación estadounid ense del L awye rs Gu ilcl, ex ig ie ndo del gobierno ele EsLados Unidos el reconocimiento ele la independen cia de P uen o Rico a ntes de que termi ne la guerra. La Asociación d e Period istas de Cuba, acaba d e adop tar id em ica resol usió n. En E stados Un idos m ismos, aunqu e con más len t itud que la j ustifica ble, el movim iento progres ista y obrero, está despen a ndo a la vergo nza llle realid ad del colon iaje puertorriquei'ío. A nad ie e n Estado Unidos de be ta m o la lucha por la ind epende ncia ele Puen o R ico como al gra n licler ele Jos comu n istas estadoun idenses Earl Browcler. L a National M arilim e Un ion y la Unitecl ElectTical an cl iVIach ine Hf 01·hen U~liación entre ambas de m ás d e 2 millones y medio, han lomado la va ng u ard ia pro-indepen d encia de Puerto Rico e n el movimie n to obrero d e Estados Unidos. L a Carla d el Atlá ntico, el Pac to de T ehenín, la resurrecció n d e un a consciencia in ter nacio nal co n respecto a Pueno Rico, Jos desenvolvimientos políticos en P uerto Rico, que he mos scñ a ladoJ, son motivos op timistas que nos alien ta n en estos mo men tos. Sin e mbargo, ten emos q u e considerar que la lu ch a es fu en e todavía. N o podemos recostarnos sobre la ilusión que el imperia lismo se va a rendir sin lu cha. Desde Australia, e n un despacho que aca bo d e recibir, 'll OS viene un a ad verten9
cia saludable, por boca de un gran líder obrero del lejano continente a ustral. Ad vierte el cl aro varón que es necesar io luchar para que el movim ien to obrero esté represen tado en la mesa de la paz, sino se quiere correr el r iesgo ele que se ahorquen, en el tra tado d e paz, muchas esperanzas libertadoras. Es necesario también q ue nosotros abramos los ojos. Estados Unidos está comprometido con su aliado el Im perio Britünico, desde los d ¡as remotos del Tratado Hays-Paunccforte, a mantener el status quo en el Caribe. Una Com isión Angloamericana de Planeamiento d el Caribe, sigue, apesar ele la Carta del Atlántico y del Pacto de Tehedn, impertérritamen te planeando una confederación de esclavi tud ¡ara las i·slas del Caribe. Senadores ya nquis están habla ndo pu blicamen te h asta de tragarse las Galápagos, islas ele la R epública del Ecuador. Estamos ante un~ inmediata necesidad ele acció n, de acció n coord inada p aré\ ambien tar apropia~amente. nuestra causa pa- ra q ue cuente con el mayor apoyo mternacw_nal posible a la hora en que decisiva mente se plan tee su solus1ó n. Y de acción coord inada y constante para que se plantee d ebida y opor tunamen te la resolusión de la indep endencia de Puerto R ico, por nosotrQ~ mismos, sobre nuestro su e!~· Y. ele acció n, d e acción sin tregua y sin fatiga por la u nifiCaCión d e la fam il ia p uer torriqueña para la conquis~a d e ~uestl~a soberanía, y porq ue nuestra R epública nazca fiel al 1dc~no y a la trad ició n democrática de los fundadores de la nac1ón, los Betances, los H ostos, los Ruiz Belvis, los Baldorioty, los Rius R ivera, los Valero, los Corchado, los T apia ... Nosotros podemos, humilde y recta men te, comenzar a h acer nuestra parte esta noche. U nión nacio nal ele los puertorriq ueños ¡adelan te! UN ION NACIO NAL PUERTO RRIQUEÑA
Union Nacional Puerto1Tiqueña es u na organizació n de orientación política, creada por patriotas progresis~as en la emigración, para ayudar .a defender y prod ucir la u n.ón nacio10
n al d e los puertorrique íios para la conquista inmediata d e su pa tria soberanía. Es una orga ni zación ded icada al bien de los pue rtorriqueñ os, sin diferen cia de afiliación p artidista, sin prejuicios el e casta, de clase, d e religión o de filosofía. Parte de la n ació n puertorridtueiia, d e su realidad política, económica y socia l, p ara vohler a ella con su propósito ele mejoramiénto nacional, solamente asequible mediante la constitución de la R ep ública. L a realidad política de Puerto Rico es que nuestra p atria es una nació n intervenida m il_itarmente por .. Estados Unidos. Su rea lidad econ óm ica y socia l cqrresponde a esa real id ad, g u e por haber existido desde 18g8 logró ya, desd e h ace muchos a iios, revertir la economí<( 1:iuerto1Tiqueña a una ele tipo . netamente colonia l, resquebrajando así toda nuestra estru ctura ele _,:;,pue blo. Que Pu erto Rico haya so brevivido tal a taq ue es más ~1e prue~a . del vigor de su nacionalidad y de su fu~rza _ele pueblo, ahento par.a n osotros y para todos los ·pu er tornq uenos e n la lu cha por nuestr·a ind e p e nd e n c ia ~ Vertida en un cu adro sinóptico esa realidad puertorrique ña se expresa así : Puerto Rico es, pol (ticamen te, una colonia d el imperialismo ya nqui, con una p o blació n d e d os m illones d e h abitantes cuyo cinco por ciento es ele r icos, un: 20 por ciento es ele cl ase m edia e n d eclive hacia la total depauperación, y un 75 por ciento es d e obreros y campesinos. La Union Nacional PueTt01Tiquei'ía, p a ra la conquista d e la , ind ependen cia, debe conLar con el movimiento obrero y la masa campesina, y aqu ellas p ersonas p erte necientes a la clase m edia y los capitalistas, cap aces ele con cebir a la nación como pueblo, y, p or tanto, creyentes en sus de rech os, y, capaces, p or esto, de ay uda r a l a gra n masa obrera y campesina a producir, sobre las Tuinas d e la colonia, una R epúbl ica ele Puer to Rico, libre, independiente y soberana, que sea taml;>ién, y sobretodo, una república el e todos los puertorriqueños, democrá tica y progresista. . D e las a nteriores reflexio n es cledúcese q u e la R epública de Puerto Rico, p or simple razón ele oportunidad h istórica, debe 11
ser y será una república de tipo nuevo en el Hemisferio Occidental y quizá si en el mundo. T oda la estructura jurídica del estado republica no en América está fundada en el ideario liberal que a la posteridad d ieran los filósofos políticos del Siglo XVIII, es decir, e n la democracia que produce el reconocimiento y el ejercicio de los derechos del hombre, de los derechos individuales, tales como la libertad d e palabra, la libertad de culto, la li bertad ele com• pete)lcia comercial, la presunción d e inocencia e n el acusado, ~l ~e~ech o a juicio por jurado, etc. ~esta teoría de de rechos mdividuales el ascenso progresivo del desarrollo histórico ele la humanidad ha a ñadido toda la teoría de los d erechos co· lectivos, esencialmente los derech os ele la p oblació n econó'm icamen te activa de las naciones, es decir, de las masas tra baja· doras: educación gratuita y obligaLOria, atención de la salud pública, seguro ele maternidad, h ogar seguro, vacaciones con salario, seguro con tra el desempleo, segur9 contra la vejez, etc. Aquellos derechos individuales formaron la esencia y la base d e las constituciones repu blica nas en América y en el mundo. Los derechos colectivos ha n sido aiíad idos, como le· gislación, en mayor o menor parte, a la mayoría de esas consti· tuciones . . La R epública de Puerto Rico que nuestra institución Unió-n Nacional Pue1·toniqueí'ía visiona, y por la que trabaj ará con el reclutamiento ele todas sus energías, nacer{t fundada en la coalcscencia constitucional ele ambas teorías, la del reconocí· miento por el gobierno y el ejercicio garantizado del pueblo de los derechos individuales, sin distinción de afiliación par· liclista, de casta, ele clase, de religió n o de credo; y el reconocí· miento por el gobierno y el ejercicio gara ntizado de los dere· chos colectivos por el pueblo. L a R epública retendrá todas las conquistas sociales y económicas logradas por el pueblo du· ram e su larga Iud1a por su liberación dentro d e la ca misa de fu erza del colon iaje, y las ensancha rá e n toda la capacidad de su soberanía. Bastaría esta conjunción constitucional ele derechos popu· lares para dar un perfil nuevo, distinto a todas las demás re12
públicas d el mundo, a la R ept•blica d e Puerto Rico, que humilde y fieramente nos proponemos ayudar a producir.
POLITICA DOMESTICA La política d oméslica de la R epública, (al igual que la política d e Uni6n N acional Pu erton-iqueíía pa ra, en ciertos aspectos; ayudar a establecer los requisitos necesarios al advenimienLo victo rioso d e la R ept'lblica,) par tirá d e la comprensió n conscienzuda de la rea lidad política, económica y social que d ejamos am eriormente apuntad a. . Nosotros ahora a ñadimos que, de aquella comprensió n d e economía socialmente ex presada que divide a nuesu·o pueblo en un 5 por ciento de ricos, un 20 p or cie n to de clase m edia y un 75 por ciento de obreros y campesinos, es n~~e:ario al bien de todo el pue blo puertorrique ño que Jos capitalistas p uertorriqueños vea n e n la R ept•blica, como es cierto, una garantía al crecimie n to saludable ele sus capitales; que la clase media puertorriqueña vea en la República, como es cierto, una garantía al m ejoramiento de su situación, que la traslad e d el declive trágico a q ue la continuación d el colo niaj e la condena, a la seguridad y la prosperidad de sus in ter eses materiales; y al 75 por cie nto de obreros y campesinos es necesario r eafirmarle su esponti1neo patrio tismo y su cl a111oroso anhelo de independencia con una garantía firme y cordial ele que _la República d e Puerto Rico será necesariamente, por e l tipo de constitución fundad a e n el reconocimientO ele los de rechos individuales d e sus ciudada nos y por 'el reconocimiento d e_ los d~ re~h?s colecti vos _de la clase trabaj ad ora, y por el llbre eJ erc•c•o del sufrag•o universal, una R e públ!ca del pu eblo puertorrique ño, que gm:an tizm·á a la clase trabajadora m ejores salarios, me nor número d e horas ele tra bajo y m ejores co ndicio nes de vida. Sig uiendo esta visió n d el problem a pa trio Uni6n Nacional Pt~e,·to rriqu eíi.a tra baj ar~ lorque la clase capitalista el~ Puerto R1co sea reclutad a patnoucamente a labo ra r por la mdep en· 13
d en cia d e Puerto Rico. Está a bier to a la comprensió n mús elem ental que la explotación agrícola d e P uerto Rico o frece a~tualme nte escasísimas perspectivas d e crecimie n to de be n efiCIOS a los capitalistas purtorriqueños y a la clase m edia agricultora. No ha de ser ni imposible ni di(ícil proba r a los co m ponentes d e estas clases capitalista y med ia que su p o rve nir económico, su perspecti~a de aumentar y d e crear cap ital p a r a ellos mism os radic.a en la industrializació n d e Puerto R ico. Es, también , w mpletamente posible, probar a los cap ita listas y a la clase m edia de Puerto Rico que el colo niaje es el e n e -. migo a m uerte de la ind ustrialización, en P uerto Rico como e n tod as las tierras d el mundo. Al h acer su adhesión a la in d ep e nde ncia d e Puerto Rico, y al ~yud ar a obtenerla, l os ca-_ pita listas y la cl ase media pue r~orn.qu e iios as pira ntes a capitalista, tra bajará n por sus propiOs m tere~es. pr ivad os, a l mism o t iem p o que cump lirán su d.eber pa tnóu co y su rol hi stórico de elem en to p roductor cl ás1co de la R epú blica li beral. C o mpa rtimos, con algu~os líderes p uertorriqueños, l a n ecesidad patrió tica de a bolir ese r~m an~ nte feudal d el "agregad o", h e re ncia trá?ica, con el lau(uncllo y c.! ~~sen t ismo, ele la re p a rtición d e u erras en H atos con que IniCIÓ la Coron a espa ñ ola la :_conomía del p~ ís. C~eemos q~1c to~o ciu dad a no p uen orriqu e no de las zo nas 1 UJ:-a l~s debe sct d ueno su casa, d e una pequeñ a parcela de u ena capaz d e gara nuzar que l a ~cnta d e su trab aj o al p atrono no se.a u na obligación de escl a ,. d N o campar t imos con . esos - m ismos líde res la tende ncia \!llU . a r evertir la p a tr ia pu ertorn q uena a ~ n a ~con omía minifun. L a solusión al . p. roblema del . la u funcl to e n P uerto R ico d tsta. _, e n la exp1;Qptac1ón, con 1ecompcnsa razo nable, ele l os es t a , la tifu ndios d e pro plec1ac1 extra nJera y su posesió n y administración po r el Estado, y la _oferta d e ~a~·a n tías ind ustri a les a los ca pitalistas pu er~o rnqu e n os con sufiCiente fuerza y m arge n para que, por p~op~a voluntad, y ~ través de un p roceso d e ejecució n y d e u cmpo por ell ~s m1~mos d eterminad o, se v aya n inclina ndo m ás y más haba la tnclustria y a lej ándose d e · la agricultura.
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El p orvenir econó mico ele las latifu ndistas p u ertorriqueños radica, como hemos dicho antes, e n la industrialización, y e n esto coincide, a la vez, el porve nir econó mico d el cam pesinaj e y el proletariado puertorriqueñ os. Propo nemos la creació n de un institu to q ue alie n te y protej a a los agricultores de café. Proponemos la creación d e un institu to de industrias que aliente y protej a la industrializació n d e Puerto Rico. Propo ne mos, a hora mism o, la adhesión de LOclas las uniones obreras indep end ientes a la Confed eración de Trabaj adores d e Puerto Rico, qu e contiene e n su afiliació n, la m ayoría d e los trabaj adores org~n i zados d e la nación. Prop onem os la creación d el Sindicato ú nico Puertorrique ño. Prop onemos en la R e pública la separación d e la Iglesia y el Estado. Propo nemos la ed ucació n laica y la Au1:o nomía Universitaria. Proponem os la unió n nacional d e todos los puer torriqueños, individual e institucionalme nte, p ara ·logro inmed iato d e la indepe nde ncia ele la P a tria.
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POLITICA I N TERNACION AL
Union Naciona l Pue?·toniqudía sigue, en lo internacion al, la suerte d e las N aciones Unidas, tal y com o se h a proyectado en la Carta d el Atlá ntico, e n las Con fere ncias d e M oscú y d e C airo y en el P acto ele Tel~e rán. E xpresa su adhesió n colaborad ora a la Con fed eració n de T rabajad or es ele la América L a tina. UniÓn Nacional Pue?·ton-iqu e1ia postula qu e la R epública d e Puerto Rico se unirá a las Nacio nes U nidas en la guerra, si nuestra independencia se r econoce a n tes ele qu·e esta ter m ine, y tam bién e n la postg uerra. Postula q ue la R epú blica d e Puerto Rico se adhiera a la Unión P an ameri ca n a~ que firme un tra tad o perma ne nte d e no agres ió n y ele mu tua d efensa con tod as las d ernocracias del H emisferio O ccide n tal. F orma rá también, parte, de cualquier organismo internacio nal creado 15
para el mantenim iento del orden e~ tre _las naciones d e la t ie rra. Su vid a sed de respeto y obedtenCJa al Derecho de G e n tes. Su consagración a la causa de la conservación de la paz será inconmovible, ESPIRITU DE UNP Alienta a la Uni6n Nacional Puertorriqueíia el esp tnt u de Jos fundadores de la Nación. Creemos, como Betances, P a dre de la Pa tria, como H ostos, su müximo doctri nario, como Ruiz Belvis, como B aldorio ty, como T apia, como Corchad o, com o todos los hc;'nbres que a partir de 1808 fu ero n recogiendo l as p artes dispersas de la ~aci onalida? e i ntegrü J~d ol as i ntelectualmente e n un armónicO todo nacional, en la mclepe nde n c ia d e la N ación, y e n el derecho de su pueblo a obte nerla por l a vía mfts rap icla y facil, y tam bién c::_n el de recho ele su pueb lo a gozar democráticamente 1~ R epública ya _cread a. Creemos en R_ue esa doctnna debe expresarse en una consagración ind ivA.taJ y co~ectiva totales a la causa de la conqu ista de la independenCia, ah ora; a su conservació n y dde nsa una vez o btenid a; a la participación acti ~a, garantizada por 1 ~ Constitució n, de todo el pueb!o pu~rtornq u eño en el gobiern o de la R epú blica; y_que la ex1sten ~1 a ?e. la Nación y del P ueblo, en la R epública, debe ser stmbol Jcamente represe n tad a por los sig uientes sím~ol os: Una Bandera Naczonal que corresponda a la descripció n sig uiente: • . Un lienzo rectangular el cual, partie ndo d el borde cerca n o al asta contenga un triáng ulQ celeste con un a estrell a bla n ca de c~nco pun!as: al centro; y par~ienclo ele ~ste ·tri úngulo cinco franJ aS a lterna u vamente,_de arnba a a baJo, rojas y bla n cas. Este es el estandarte nacwna l, ya consagrad o po r el su fragio _ emocionl del pueblo. Un H imno Nacional. L a pieza m usica l de F~li x Asto! t itulada L a B01·inqtte1ia. Este es el himno nacional, electo po r el sufragio emocional del pueblo. C onsagrad o ya e n la luch a, 16
rcomo la bandera, a sus acordes h a n sufrido persecusión y masacre fos puertorrique ños, y prolongan\, por su ca racter pacífico, su perma n encia e n el mundo d el ma ñ a na, el mundo que un día vendrá, cuando la música ej e de ser estímulo ele las nacio nes para tra la·r de asesinarse las unas a las otras. Un Escuela. Para ser aprobado p or la Constituyente. El actual escudo no es parle ele nuestra consciencia nacional, ni la expresa. Aparte ele todo sentimental ismo histórico o relación religiosa, es un símbolo colonial de tie mpos de la d ominación españo la. No es creación d el pueblo; como lo son la ba ndera y el himno . Uni6n Nacional Puertm-riqueí'ía se agarra a esa bandera, como a .un símbolo ele fé, ele esperanza, de lucha y ele redención, y no reconoce el derecho ele n ingu na otra ' bandera a flotar en el Pa lacio ele G o bierno en Puerto Rico. Unión Nacional PuertoniquePía se agarra a esa ba ndera y quiere, que, unidos tadas las manos puertoniqu eñas e n su asta la conduzcamos todos los puertorriqueños al triunfo en la R epública.
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~RINCIPIOS
E stos son los principios ele Uni6n Nacional Puerton-iqueña: Puerto Rico es una nación. L.a . Isla ele Puerto Rico, con las Islas Menores ele Vie~Úes, Cnlebra . la MoJJa El Mon ita e l Desh echeo )( demás ishL,_islotes y cayos d entro de la demarcación que el Derecho de Gentes de nomina como aguas territoriales, fot'm a n el territorio nacio n-al. J?_qex.torri~ueños han sido. son )' serán todos los hombres ~ .m..u jeres nacidos o que nazcan en territorio p uertorriqueño: Y..Jfl primera rre ne ració n hija de pu errorriqueiios en el ~ tra njero. · !--a vicl1 e n com ún, vivida en este territorio por d escenqien tes ele tainos, españoles y africanos, y ele otros extran jeros individu almente llegados a nuestras playas, es testimonio ele la vida histórica que, sobre este territorio, h emos vivido, y estamos viviendo, los puertorriqu eños.
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A principios del Siglo XVI, con la in vasión y conqqsta españolas, se alteró radicalmen te la economía del país. La encom ie nda, el h ato realengo y el hato cercado, el hatillo, la h acie nda, la estancia, la fin ca de familia y luego el latifund io azucarero son los hi tos que, por desenvolvimiem o histórico, determinan el proceso d e creación y d esarrollo de la propied ad p rivada en Puerto Rico, y los fu nda memos originales de la economía, ensencialmente agrícola, del pa ís. Los puertorriqueños originales, y sus descendie ntes, vivieron y estamos vivie ndo ésta común tra bazón económica, conj unta m eme con todas sus consecuencias. Aquella re unión étnica y esta convivencia econó mica sob re . un territorio común, han producido u n tipo nacional puerto- \ rri9ueño, con rasgos psic~l~gicos cara~terísticos, _:¡ue expresa S lfOtnÚn cultura en un td lO roa COm un, el espanol, h a blad o con en to nación tfpicame n te puertorriquei1a, y lle no de vocablos abo ríaenes y modismos lugareños e n su lengua diaria. En este idiom~, la nación tam bi'én se ha expresado li terariamente. Puerto Rico, es, pues, una nación, y, como nació n, el D erecho Natural señala el deber puertorriq ueño de luchar y conseguir su soberanía política, e impone a los gobiernos de las d emás naciones d e la tierra, comenzando por el q ue deten ta su soberanía, el deber de reconocer su indepe ndencia. En 1 8g8, cua nd o Espa ña, habien ~o perdido la g uer ra e n q ue se vió en vuelta con Estad?s U ntdos, traspasó, po 1- m edio d e Tratado d e Pa rís, Puerto R tco al Congreso de Estad os U nidos, España cedió, y Estados U nidos aceptó, lo que la primera no te nía derecho a ceder y la segunda no ten ía d erecho a aceptar: P uerto Rico, que no era 1·es in commercium a la h ora del T ra tado de París q ue puso fín a la g uerra en tre esas potencias. ~ ueno Rico era parte del I mperio Español, con ciertos derechos de sobera nía y personería intern acio nal, como actualmente lo es el Canadá respecto del Imperio Británico. P uerto Rico era un neutra l e n la G uerra Hispanoamerica na, y aque-
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!los derechos de soberanía y persona internacional que Puer to R ico ten ía fueron violad os por Espa ña y Estad os Unidos en el mencionado tratado, y en el traspaso ele poderes que conlleva, sin la a u toridad del ·pueblo puertorriqueño exp resada por su Parlame nto, según lo exigía la Constitució n A utónoma y lo exig ía y lo ex igiría el Derecho de G en tes. Puerto Rico tie ne, p ues, de rech o, a ex ig ir d t el Gobierno d e Estados U nidos, la rectificación d el error que sus plenipotenciarios y congresistas cometieran en el Tra tad o ele Paris. Solame n te un gobierno de Puerto R ico libre, independien te · ente electo por el p ueblo puertoy soberano, d emocra"' tJcam rriq ue ño, pued e ser gob ierno ele derecho en Puer to Rico. El Presiden te el e Estad os Unidos, a nombre de su gobierno y d e su p ueblo, ha firm ad o un comprom iso histórico, conjun tamente con los ej ecu tivo d e las Naciones Unidas, llamado l a Ca rta d el Atlánüco. L a Carta del Atlá ntico con tiene los dos cuerpos de d erechos - los individ uales y los colectivos - que h em os a puntado como fund amentos d e la C onstitu ció n ele la R epública d e Puerto Rico q ue queremos ayudar a constituir. El Presid e,nte ele Estados Unidos h a d ecla rado que la Carta d el Atlán tico es a plicable a Puerto Rico. En el P acto ele T eherá n, el Presiden te ele Estados Unidos se comp romet ió hist6rica y ofici almente "a da r la bien ve nida, en la familia democr~ti ca d e nacio nes, en la fo rma que estas d ecidan entrar en ella, a todas las naciones cu yos pue blos haya n vivido consagrad os, en me n te y corazó n, ;:~ la democracia . Puerto Rico es una nació n, y su pueblo ha vivido, durante más ele 1 50 años, d edicad o, en me nte y corazón, a los ideales democráticos, y a la lucha para age ncia rse los medios de soberanía que le facilite n la construcción ele su propia de mocracia nacional. Puerto R ico tiene, pues, d erech o a exigir, d el go bierno de Estado U nidos, el cumpli m iento de la do ble p romesa de la Carta del Atl{m tico y del Pacto Tehed n. 19
OBJETIVOS E stos son objetivos de U N P : 1. El reconocimie nto Puerto Rico.
inmediato de .la indepe nde ncia d e
2. La, creació n en Puerto Rico de una R epública d emocr ática y progresista.
3· El saneamie nto económico d e la agricul tura y la ganad ería . . .
4· El desarrollo máximo d e las industria ac tualmen te e n~i s tencia, y la creación d e nuevas industrias has ta revol.ucio n a r la econo mía d el p a ís convirtié ndol o e n un país industrial. 5· La posesió n pública d el subsuelo. El Estado d ebe p oseer y administrar las fu entes fluviales.
·" que gara ntice 6. El d esarrollo de un Pla n d e R eforestac10n la p erman encia el e nuestras fu entes flu via les, p roductoras d e Ja fu erza hidroeléctrica n ecesaria a la industrializació n. ESTRATEGIA Y TACTICA
Un i6n Nacional Pue1·toniqueña postula la unión d e los capita listas capaces de compre nder las necesidad es . dem ocrá ticas y p rogresistas del pue blo, los p equeños co.m erCiantes, industria les y agricultores, con las fu erzas orgam zad as d~l tra b <lj o, los intelectuales y los estudia n tes, p a ra obte ner el mmedia to reconocimiento d e la patria sobe ra nía. Nos man te ndre mos alerta p ara aco nseja r, y ay udar a juzgar, el mome n to o port uno p ara lamar todas estas fue rzas estrat~gica m ente unidas sob re el punto p olítico que asegu re la victoria d e nues tra ca usa. FORMAS DE ACCION Estas son formas de acción que UNP juzga eficaces para 20
obtener la independencia ele Puerto Rico: 1. La Asamblea Constituyente. La Asamblea Consti tuyente d e la R epública puede ser constituida por la mayoría el e la Leg islatura colonial, si esta aprueba por voto de mayoría, convenirse en Asamblea Constituyente d e la Repúbli ca. Podría la L egislatura colonial, así convenida en Asamblea Constituyen te, elegir un Gobierno Provisional y soliciLar p or medio de una D elegación, el reconocimie nto de la Independencia nacional al go bierno de Estados Unidos. La mayoría ele las Asamblea..~ Muni cipa les electas por el pueblo e n las elecciones generales podría reunirse en Asa mblea Constituyente de la R epública, y seguir el mismo procedimiento arriba indicado. La L egisla tura colonial podría, por voto de m ayoría, dirigirse al Gobierno de Estados Unidos, presentándole el hecho concreto d e una constitución nacional para que el Congreso se pusiese de acu erdo con la Constituyente e n cuanto a la efectividad d e la Constitución, y, ya d e acuerdo a mbos cuerpos, la Constitución fuese sometida al pue blo puertorrique ño en 1·e[erendum. 2. El Plebiscito. E l plebiscito no es, e n ~erd ad, el instrumento adecuado para dirimir la cuestión grave a dirim irse en este caso. Podría ser una forma a ma nos de la reacción para pro•nover un estado ele g uerra civil en Puerto Rico. L a reacción y la traición es seguro que tratará n ele utilizar así una medida ple biscitar ia. Pero no tememos al plebiscito. Debemos prepara~·nos pa ra un ir todas nuestras fu erzas estratégicas, y lanzarlas tacticamente a las urnas d el plebiscito y llevar victoriosame nte a la R epública al pueblo de nuestra nación. 3· E l Tratado ele París. El Tratado firmado en P arís por Estados Unidos y España puede ser declarado nulo, en cuanto atañe a Puerto Rico, por un tribunal de arb itraje, d e p lenipotenciarios ele tres mie mbros de la Unión Panamericana-C uba, M éxico y el Brassil,' 21
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por ej emblo-dicten un fallo sobre esta cuestión. El fallo, si favorables a Puerto Rico, resolvería la crisis; si ad verso, no implicaría ni la inexistencia de derecho de Puerto Rico a su soberanía, ni la renunciá a ese derecho. Los puertorriqueños podemos ex igir también, por medio de una R esolusión Conjunta d e la Leg isl atura colonial, clara y firme - que el Congreso d e Estados U nidos asum a la responsabilidad voluntariamente contra(da en el Tratado ele París, y resuelva, a través d e una R esolusién Conjunta, c1 problema de] status político de Puerto Rico, reconociendo a l pueblo de Puerto Rico el .derecho a elegir democr~ti cam e nte lo~ ponentes que han de redactarle una Constitución, y elegirl e un gobierno. • . Unüfn Nacional Puet·terriqueíia trabajará por unió n ele todos Jos indivicÍu0s, organizaciones · o partidos políticos de puertorriqUt~ños, en Puerto Rico o en la emigratión, que estén de acuerdo en obtener la independencia de nuestra patria por m~io d e alguna, a~tottuts, o todas las formas aquí emane radas, y en la forma aquí explicadas; y que esté, o estén, de acuerdo, con la creación en Puerto Rico de una R epü blica d el tipo que h emos bosquejado; y que esté de acuerd o con la política internacional ahora y para la postguerra, qu e es la línea política de UniÓn Nacional Puerton·iqueiia, que an tes hemos explicado. Uni!n Nacional Puerto?Tiqueña no fusionará con ninguna otra organizacién, pero trabajará conjuntamente con las o rganizaciones que respondan a lo anteriormente postulado. UNP urge,, en patrió tico llamado, a la unión de la familia puertorriqueña, en el solar patrio y e n la emigració n, para la conquista de la independencia n ~ciona l. . ~or el Comité Central de Unión Nacional Puertorriqueña,
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Jua n Antonio Corre tj e r Pt·esiden te C. Soto Velez Sec1·eta·rio