En hojas sueltas, servilletas, diarios, cuadernos, mesas, espejos, murallas, ventanas, suelos, teclas y pantallas encontramos albedrío. Eso es la libreta, el margen, sí, un margen que al menos definimos, en parte, nosotros, ahí donde creemos tener libertad.
Anotaciones, poemas, frases, palabras huérfanas, listas, cuentos, intentos de novelas o páginas en blanco de otros que no conocemos.